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Teoria de la mente

Considero de gran relevancia el hecho de que Rebecca Saxe nos muestre cómo en la parte del cerebro llamada unión temporoparietal derecha, se procesen estos hechos relacionados con los juicios y la empatía social.

Teoria de la mente Considero de gran relevancia el hecho de que Rebecca Saxe nos muestre cómo en la parte del cerebro llamada unión temporoparietal derecha, se procesen estos hechos relacionados con los juicios y la empatía social.  Mucho se habla sobre este tema y el autismo, que si las personas con autismo no pueden juzgar o valorar las emociones, que si los niños con autismo tienen muchos problemas para resolver los “problemas” relacionados con la Teoría de la Mente, y que ahora resulta que un niño neurotípico de tres años tampoco puede, ya que la capacidad de dar una solución adecuada depende de la maduración. Este hecho, parece estar relacionado, con esta parte de nuestro cerebro, zona que a través de impulsos magnéticos puede ser estimulada o inducida a varianza con un sistema denominado “Estimulación Magnética Transcraneal“ Este sistema está siendo investigado de forma intensiva, ya que al parecer puede dar buenos resultados usado en personas con autismo, como un sistema destinado a “activar” las zonas que controlan la empatía y las relaciones sociales, ya que este es uno de los problemas que presenta el autismo. El Síndrome de Asperger es un trastorno profundo del desarrollo cerebral caracterizado por deficiencias en la interacción social y en la coordinación motora, y se hace evidente por los inusuales y restrictivos patrones de interés y conducta. Este comportamiento fue observado y descrito por primera vez por Hans Asperger, un médico austriaco, cuyo trabajo fue traducido al resto del mundo en los años 80. Se considera que el Síndrome de Asperger afecta de 3 a 7 por cada 1000 niños, entre 7 y 16 años de edad. Las cifras no son exactas, pero se reconoce que es un trastorno que afecta más frecuentemente a los niños que a las niñas. El niño que padece de Asperger tiene un aspecto externo normal, suele ser inteligente y no tiene retraso en la adquisición del habla. Sin embargo, presenta problemas para relacionarse con los demás niños o adultos y, en ocasiones, presentan comportamientos inadecuados. La capacidad intelectual de los niños con Síndrome de Asperger es normal y su lenguaje normalmente sólo se ve alterada cuando es utilizada con fines comunicativos. Los niños con síndrome de Asperger suelen fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva muchas veces, por lo que no es extraño que aprendan a leer por sí solos a una edad muy precoz, si ese es el área de su atención. Un niño con este Síndrome también se encontrará afectado, de manera variable, en sus conexiones y habilidades sociales, y en el comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de intereses. Tienen una comprensión muy ingenua de las situaciones sociales, y no suelen transformarlas en su propio beneficio. La mala adaptación que presentan en contextos sociales es fruto de un mal entendimiento y de la confusión que les crea la exigencia de las relaciones interpersonales. A pesar de sus dificultades, los niños que padecen de ese trastorno son nobles, poseen un gran corazón, una bondad sin límites, son fieles, sinceros, y poseen un sinfín de valores que podemos descubrir con tan sólo mirar un poquito en su interior.  Las causas del síndrome de Asperger en niños y bebés Existe un componente genético relacionado con uno de los padres. Con cierta frecuencia es el padre el que presenta un cuadro completo de síndrome de Asperger. En ocasiones, hay una clara historia de autismo en parientes próximos. El cuadro clínico que se presenta está influenciado por muchos factores, incluido el factor genético, pero en la mayoría de los casos no hay una causa única identificable. Hoy, Día Internacional del Síndrome de Asperger queremos rendir un homenaje a la diversidad y a las diferencias. Los niños con síndrome de Asperger tienen un aspecto y una inteligencia normal o incluso superior a la media, presentan un estilo cognitivo particular y habilidades especiales en áreas restringidas. Sin embargo, carecen de habilidades sociales, y aunque les gustaría hacer amigos, carecen de intuición y de empatía. Entre todos podemos ayudarles a integrarse. Más empatía para los niños con Asperger Desde que vi la película Rain Man, protagonizada por Tom Cruise y Dustin Hoffman, quien encarna a un hombre autista con unas habilidades muy desarrolladas para las matemáticas, comprendí mucho mejor la realidad de los niños con Síndrome de Asperger. Y es que autismo y Asperger son dos trastornos parecidos, pero con grandes diferencias.  Lo curioso e interesante a la vez, es que los niños con Asperger presentan una alteración en el procesamiento de  la información y tienen áreas de especial interés, que les hacen interesarse por áreas intelectuales específicas como las matemáticas o los temas científicos. Muestran un interés exagerado por algunos temas. No obstante, estos intereses pueden cambiar con el tiempo o persistir constituyendo la base para una profesión. Los niños diagnosticados con el síndrome Asperger constituyen un reto especial en el colegio ya que carecen de habilidades sociales para integrarse en un grupo. Generalmente, están considerados como excéntricos y peculiares por sus compañeros de clase, a lo que se añade cierta torpeza y un interés obsesivo por temas extraños. La mayor parte de los Asperger tienen una inteligencia media o media-alta y una capacidad de memoria mecánica muy elevada. Por eso, cuando se concentran exclusivamente en una de sus áreas preferidas de interés pueden lograr grandes éxitos. A pesar de su buena capacidad intelectual, a los niños con síndrome de Asperger no les gusta ir al colegio porque no entienden bien las relaciones humanas y son emocionalmente vulnerables. Su falta de capacidad para aceptar los cambios hace que estos niños se estresen con facilidad. Sin embargo, a diferencia de los niños con autismo, los niños con Síndrome de Asperger tienen deseos de tener amigos y se sienten frustrados y desilusionados por sus dificultades sociales: carecen de empatía para comprender las necesidades de los demás de un modo afectivo y responder de manera apropiada. Por otra parte, utilizan un lenguaje pedante o demasiado formal, son muy concretos y literales, no comprenden los chistes o se ríen a destiempo. Algunos son hiperverbales, hablan en exceso con tono extraño y volumen elevado de la voz, lo cual interfiere en sus interacciones sociales y hace que las personas se aparten de ellos.  Por este motivo, es muy importante proteger al niño en el colegio frente a burlas e intimidaciones, educando a sus compañeros sobre las características de los niños con síndrome de Asperger para que le entiendan mucho mejor. También es importante evitar que se aíslen, ya que la mayoría de los niños con Asperger quieren tener amigos, enseñándoles cómo reaccionar frente a distintas situaciones sociales, proporcionándoles un repertorio de respuestas para usar en las distintas situaciones, ya que los niños con síndrome de Asperger no poseen intuición o instinto social y deben aprender habilidades sociales de un modo intelectual. Pero al mismo tiempo, los niños con Síndrome de Asperger, tienen habilidades y hábitos diferenciales, los cuales pueden servir de herramienta para captar su atención ante la estimulación. Enfocándola precisamente en aquellos aspectos en los cuales presentan dificultades. Es decir, hábitos como el orden, lo metódico y la lógica, junto a habilidades, algunas de ellas frecuentes en estos niños como: las matemáticas, puzles o construcciones pueden convertirse  en una vía de acercamiento y socialización. Una vez más, el juego se puede convertir en la fuente de estimulación más eficaz para los niños, pero sobre todo en el caso del Síndrome de Asperger, puede ser la puerta de acceso a la introversión de estos niños. Unos niños con unas peculiaridades en la comunicación y las relaciones sociales, que aunque les dificulta la sociabilización, no les impide tener cualidades extraordinarias como cualquier niño. Esas cualidades son las que tenemos que potenciar a través de la estimulación, que en este caso se facilita mediante el juego. Medio de acercamiento idóneo para enfatizar con estos niños y que en donde la interacción se acaba convirtiendo en recíproca.  Quizás a veces cueste una participación del niño en el parque o en la escuela, puesto que como hemos dicho al principio, el exceso de estimulación sensorial les suele provocar incomodidad y saturación, hechos que ellos reducen mediante los movimientos repetitivos y la interiorización de ellos mismos, comportamiento que no debemos encontrar extraño puesto que es su mecanismo de defensa ante la hipersensibilidad sensorial externa. Por eso es adecuado realizar una estimulación progresiva, a partir de aquella actividad que le guste realizar y siguiendo ampliando el campo de participación activa con otros niños. Es importante respetar su espacio así como el ritmo de participación, eso facilitará una evolución en las habilidades sociales y de comunicación. El bienestar y la comodidad de los niños facilita el proceso de aprendizaje y la acomodación de nuevos hábitos, que en este caso, enfatizaría en el ámbito social, pero sin dejar de lado el enriquecimiento personal y educativo.