Corea del Norte: vientos favorables
para el cambio*
Pío García
Profesor/investigador, de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones
Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Coordinador de la Línea de Estudios Asiáticos
Correo electrónico:
[email protected]
INTRODUCCIÓN
En la última semana de mayo de 2009, la
explosión atómica de Corea de Norte puso al
noreste de Asia en una nueva crisis de nervios.
Este hecho apareció sorpresivo, dados los positivos avances con su principal antagonista,
Estados Unidos, en los 8 meses anteriores: el
abandono de la oprobiosa categoría de “eje
del mal”, en octubre de 2008, y la anunciada
política internacional conciliadora de Barak
Obama, desde el 20 de enero de 2009. Como
se ha vuelto recurrente, el conflicto se aviva y se
retrae, según las percepciones contradictorias
de Pyongyang respecto a los gobiernos que lo
vetan y de éstos en relación con las maniobras
de Kim Jong-il. Esta vez, la danza de acercamientos y rompimientos llegó a los linderos
del pánico porque la República Popular y De-
mocrática de Corea (Norcorea, en adelante)
llevó a cabo el 24 de mayo su segunda prueba
atómica subterránea, y dos días después declaró
no sentirse más atada por el armisticio de 1953
que puso fin a la guerra en la península1. Un
mes antes, tanto la República de Corea (Corea
del Sur) como Japón y Estados Unidos habían
hecho intensas gestiones para que Naciones
Unidas le impusiera nuevas sanciones, tras el
lanzamiento de un cohete a más de 3.500 kms.
Como parte de las demostraciones de fuerza
norcoreanas, el 4 julio, durante el festivo estadounidense, siete proyectiles de largo alcance
cayeron al mar, acto que dio lugar, una semana
después, a nuevas sanciones por el Consejo de
Seguridad. No obstante esta tensión con los
vecinos y con Naciones Unidas, el 23 agosto
Kim Jong-il le expresó a través de su enviado2
“buenos sentimientos” al presidente surco-
*
Artículo recibido el 11 de diciembre de 2009. Aceptado el 3 de febrero de 2010.
1
Washington Post Foreign Service, 27 de mayo de 2009.
2
Se trató de Kim Ki-nam, un secretario del Partido Comunista, quien participó en la ceremonia fúnebre del ex
presidente Kim Dae-jung.
ASIA
170
reano Lee; a mediados de septiembre, Hilary
Clinton, la secretaria de Estado estadounidense, confirmó la disposición de Estados
Unidos de mantener las negociaciones sobre el
problema nuclear norcoreano en el marco del
Diálogo de 6 partes, y en la primera semana
de octubre la visita del primer ministro, Wen
Jiabao, a Pyongyang demostró el soporte al
régimen norcoreano y el interés chino por
evitar el deterioro de la seguridad en la zona
del noreste asiático.
Los desarrollos en la Península de Corea
durante el 2009, y de manera especial el comportamiento de Norcorea, suscitan preguntas
sobre las tendencias en la región, así: ¿está
ocasionando Corea del Norte el agravamiento de la seguridad en la península y en Asia
Oriental, o son sus manifestaciones militares
variaciones de la misma cantinela que pregona
rupturas y aperturas con los vecinos y con Estados Unidos, según sus afanes económicos? ¿Es
avizorable la pacificación en el futuro cercano
o hemos de seguir presenciando un conflicto
crónico? ¿Aportan elementos positivos las
conversaciones entre las Seis partes (Corea de
Norte, del Sur, Japón, Rusia, China y Estados
Unidos) o veremos reducidas las negociaciones al ámbito bilateral entre Corea del Norte
y Estados Unidos, dado el cambio de posición
de Obama en ciertos asuntos internacionales
respecto a G. Bush, su antecesor?
Los analistas y los medios masivos del
mundo suelen ridiculizar y estigmatizar al go-
3
bierno de Pyongyang e influir en el diagnóstico
de los responsables de las políticas exteriores
sobre Norcorea; pero las esperanzas cifradas
por parte de numerosos gobiernos en el aislamiento completo y el colapso del régimen no
obedecen a consideraciones objetivas sobre
ese país, como tampoco es realista la intervención militar que los más radicales anhelan3.
A pesar de los desarrollos confusos en 2009,
todo apunta hacia una lenta, pero inevitable
negociación, que le garantice la participación
en la comunidad internacional al pueblo norcoreano, sin las amenazas y las condiciones
que le han sido impuestas; ello mediante una
mezcla peculiar de reformas económicas sin
reformas políticas. El escenario privilegiado
de esos acuerdos seguirá siendo el Diálogo de
seis partes. Esto es así, por la conjunción de dos
tendencias favorables para iniciar el comienzo
del fin del conflicto: el agotamiento económico
de Corea del Norte y la imposibilidad de aislarlo por completo. Por el contrario, las pruebas
de fuerza de norcorea con Naciones Unidas van
a implicar una dura, compleja y prolongada
renegociación del problema atómico, en la cual
su caso será llevado a esa instancia, junto con
el de Irán, Israel y, quizás, Venezuela. Tal vez el
norcoreano llegue a ser el menos indisoluble,
gracias a la acción cooperada en el Diálogo de
seis partes.
En la primera parte de este artículo presentamos los virajes constantes del problema
norcoreano, en la segunda los principales
Entre ellos, Wiiliam Perry y Ashton Carter, secretario de defensa y asesor de seguridad en la administración Clinton, quienes a raíz de la detonación atómica norcoreana en 2006, publicaron un artículo desafiante en el Washington
Post, bajo el título: “Sí es necesario, atacar y destruir”, en referencia a las instalaciones nucleares de ese país.
OASIS, No 14
171
eventos del Diálogo de seis partes, en la tercera
el impacto de estos desarrollos en la relación
intercoreana y, en la cuarta parte, las modificaciones externas que le facilitarán a la elite
norcoreana adelantar las reformas internas y
ampliar sus relaciones con la comunidad internacional.
1. NORCOREA: ENTRE LA AUTARQUÍA Y EL
OSTRACISMO
Es bastante conocido el hecho que la guerra en
Corea sacó a relucir la puja entre los colosos en
tierra ajena. La ofensiva del Norte empezó el
25 de junio de 1950, en el intento de unificar
la península bajo la égida comunista, antes de
ocurrir las elecciones de octubre; el avance fue
rápido, pero Estados Unidos, que también estaba preparado para afrontar el conflicto desde
un par de años atrás4, aprovechó su presencia
en Japón y Surcorea, obtuvo el aval de Naciones Unidas y respondió en forma inmediata.
Tres años duró la guerra, que causó más de 2
millones de muertos, de los cuales alrededor de
1 millón fueron chinos que defendían al Norte.
El contingente colombiano también aportó su
cuota de sangre5. El armisticio que puso fin a
los enfrentamientos fue firmado el 27 de julio
de 1953 en Panmunjon, sobre la misma línea
divisoria del paralelo 38 de donde partió el
conflicto; la guerra no modificó las posiciones
de los contendientes, pero sí profundizó la separación de la sociedad coreana. La guerra en
Corea no fue, por tanto, una guerra civil, sino
el choque de los bloques en territorio ajeno,
para evitar la guerra directa, menguando el
riesgo de usar armas atómicas. Con este conflicto, la guerra fría salió del tradicional espacio
europeo: fue globalizada. Por tres décadas, la
tensión fue total, y varios fueron los intentos
de captura del territorio contrario. Hoy día,
son lugares turísticos los túneles que los norcoreanos cavaron por debajo de la zona desmilitarizada en el intento fallido de ocupar el Sur.
Tampoco prosperaron los planes para hundir al
gobierno norcoreano, propiciados por fuerzas
externas con el propósito de incrustar ese país
en la esfera capitalista.
El vaticinio de la universalización del
mercado y las instituciones liberales del modelo económico y político euroamericano,
ensalzado por epígonos del neoconservadurismo y la hegemonía estadounidense una
vez desintegrado el sistema soviético, ha sido
desmentido una y otra vez. La contestación
en varios lugares del planeta se mantiene, da
lugar a regímenes autoritarios y las sociedades
bajo su control pagan un precio muy alto por
4
Con base en los informes de la CIA, el gobierno norteamericano empezó a remilitarizar a Japón, para convertirlo
en pivote de su estrategia de contención comunista en el Pacífico. Nakamura Takafusa. (1985). El Desarrollo Económico
del Japón Moderno, Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
5
El batallón Colombia acudió por decisión del presidente conservador y anticomunista Laureano Gómez. Fueron
enviados 4.318 soldados, de los cuales perecieron 200 y 448 fueron heridos. Cfr. Saúl. M. Rodríguez, “Contribución
latinoamericana en operaciones multinaciones: el caso de participación colombiana en la guerra de Corea (1950-1954)”.
Disponible en http://www.ndu.edu/chds/Journal/PDF/2006/Rodriguez%20Hernandez_article-edited.pdf.
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
172
el marginamiento a que son sometidas. En el
caso de Norcorea, su autarquía está respalda
por el anhelo de independencia, que pocas
veces ha podido disfrutar el pueblo coreano a
lo largo de la historia milenaria, pues ha vivido
expuesto a la codicia de sus vecinos grandes:
Japón, China6, Rusia. La disputa entre la URSS
y el bloque capitalista es interpretada como la
versión más reciente de ese destino trágico, y
para los norcoreanos la presencia de 27.000
efectivos estadounidenses en el corazón de
Seúl es la prueba fehaciente de la postración
de Surcorea.
El ideal autonomista fue manifiesto en
la lucha antijaponesa, iniciada en 1910 y
concluida con la II guerra mundial. El fervor
anticolonial tuvo en Kim Il-sung un estratega
connotado; de ahí, su celo por garantizar la
independencia posterior coreana, tanto de
sus aliados soviéticos como de los países capitalistas, y poder garantizar la unidad nacional.
Si bien la guerra de la península lo forzó a
caer en la red comunista, las pretensiones de
autodeterminación no variaron. Llamó a su
derrotero, la doctrina juche, que significa la
relación especial entre el pueblo y sus líderes
a favor de la independencia política y la autosuficiencia económica7. En la práctica, ni
la distancia frente a los bloques políticos ni el
autoabastecimiento fueron viables, y el país
terminó atado a la guerra fría, como peón, en
su caso, de la causa soviética, de la cual derivó
aliento ideológico y material, al ambicionar el
control del Sur y levantar una industria subsidiada por Moscú.
La debacle soviética significó un golpe
sorpresivo para Norcorea. Kim Il sung y la
dirigencia tomaron conciencia de su extrema
vulnerabilidad económica y militar, lo cual
derivó en la doble proyección hacia afuera,
para evitar el aislamiento total del país y la
ocupación extranjera, al modo de las intervenciones estadounidenses en Grenada (1983) e
Iraq (1991). La preservación nacional se basó
en el desarrollo atómico y las gestiones diplomáticas. Al carecer de un mensaje chino claro
en ese momento, la estrategia bifronte apareció inescapable. La construcción de plantas
para el enriquecimiento de uranio surgió a
la par con la activación de las relaciones con
los países del Sudeste asiático, empezando
por reforzar la alianza con los países de la
península Indochina (Vietnam, Laos y Cambodia), sus copartidarios ideológicos. Pronto,
Pyongyang fue aceptada en las conversaciones
sobre seguridad impulsadas a partir de 1994
por ASEAN8, a través del mecanismo ARF9.
Este Foro fue concebido como instrumento
6
La desolación causada por los mongoles tuvo el nuevo capítulo con la ocupación japonesa dirigida por Hideyoshi,
a partir de 1592. El país se cerró al resto del mundo al terminar la aventura de éste cinco años después, hasta comienzos del siglo XX, cuando de nuevo fue tomado por Japón. Por ese aislamiento voluntario se lo conoció como el Reino
Ermitaño.
7
http://www.korea-dpr.com/politics.htm (Consultado: 11 de septiembre de 2009).
8
Association of South East Asia Nations, organismo de integración creado en 1967, que reúne 10 países: Filipinas,
Malasia, Brunei, Singapur, Laos, Vietnam, Cambodia, Myanmar (Birmania), Tailandia e Indonesia.
9
ASEAN Regional Forum.
OASIS, No 14
173
de diplomacia preventiva, que hiciera viables
medidas de confianza, información militar y
creación de normas, como pilares negociados
para contrarrestar la carrera armamentista y
la desestabilización de Asia Oriental, tras la
caída soviética. A la par de la participación
en las reuniones de ARF, Norcorea continuó
adelante las gestiones para ingresar al otro gran
mecanismo regional, el Tratado de Amistad y
Cooperación del Sudeste Asiático10, al cual se
vinculó en forma definitiva en 2008, como
miembro número 25. El componente militar
norcoreano avanzó, a su vez, en la doble línea
de los ensayos nucleares y el lanzamiento de
proyectiles. La construcción de plantas para el
enriquecimiento de uranio empezó a mediados
de los 80 y el primer cohete, el taepodong I,
fue lanzado en 1998; el taepodong II, 10 años
después.
Mientras la ofensiva diplomática le garantizó al régimen norcoreano el aislamiento
completo, su política armamentista atrajo
prontas conversaciones multilaterales y con
las potencias con intereses en la península de
Corea.
2. EL DIÁLOGO DE SEIS PARTES
En 1991, ambas coreas fueron acogidas en Naciones Unidas. La primera consecuencia de este
éxito diplomático fue la adopción de los compromisos multilaterales que, por obvias razones, van a restringir las medidas unilaterales de
los países. Para Norcorea, ello va a implicar su
sometimiento al régimen normativo existente,
de modo que tiene que empezar a coordinar
su política nuclear con las disposiciones de la
Agencia Internacional de Energía Atómica,
IAEA, y del Tratado de No Proliferación Nuclear, NPT. En efecto, en 1992, concluye con
la Agencia el primer acuerdo de salvaguardias
nucleares; sin embargo, su relación con las
entidades multilaterales comienza a ser afectada al negarse a firmar la convención sobre
armas químicas y biológicas y al no aceptar la
inspección de las plantas. Ante la presión de
Estados Unidos, en 1994, Pyongyang acepta
la supervisión de IAEA de los sitios específicos
del desarrollo atómico, justificado como medio
de provisión energética11. El Marco de Acuerdo12 entre ambos países estableció que Estados
Unidos le proporcionaría a Norcorea dos reactores de agua ligera y petróleo, a cambio de la
suspensión del programa de enriquecimiento
de plutonio. Estados Unidos también comprometió a Surcorea y a Japón en el Acuerdo. En
1995, Seúl crea KEDO13, con el fin de construir dos reactores de agua ligera de 2MW y
enviar 500.000 toneladas de petróleo pesado al
año, mientras Japón proporcionaría los recur-
10
Este mecanismo se firmó durante la primera cumbre de ASEAN en 1976, para buscar la solución pacífica a los
conflictos. En 1987 se abrió a otros países de la región, entre los cuales han ingresado Papúa Nueva Guinea, Timor,
China, India, Japón, Paquistán, Surcorea, Rusia, Nueva Zelandia, Mongolia y Australia.
11
http://www.iaea.org/NewsCenter/News/2003/inspectorsrecall20030103.html (Consultado: 18 de septiembre de
2009).
12
1994, Agreed Framework.
13
Korean Peninsula Energy Development Organization.
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
174
sos financieros del proyecto. La queja de los tres
países sobre la persistencia de la investigación
atómica norcoreana impidió el desarrollo de
estos compromisos económicos.
La controversia por las inspecciones no
aceptadas por Norcorea y las sospechas de venta de material atómico y misiles a otros países
fueron argumentos suficientes para que G. W.
Bush la incluyera en su “eje del mal”, dando
lugar, en diciembre de 2002, a la expulsión de
los supervisores de IAEA por parte de Pyongyang, la ruptura de los sellos de seguridad, la
reactivación del programa de enriquecimiento de plutonio en la planta de Yongbyon con
un reactor de grafito moderado de 5MW y a
su retiro del Tratado de No Proliferación. La
tensión en la península siguió subiendo en los
meses siguientes, por diversos motivos, como
por ejemplo, la captura de un avión espía
estadounidense por Norcorea en marzo de
2003. Sin embargo, con el apoyo de China,
ese mismo año surgió el encuentro de los tres
países en Beijing, que le abrió paso al Diálogo
de seis partes.
El agotamiento que para Estados Unidos
supuso la media unilateral de la toma de Iraq
abrió un espacio importante para la búsqueda
de consenso con sus aliados y sus rivales en
otros escenarios, como el coreano. A ello se
sumó la creciente conciencia china de su papel
como actor global. En agosto de 2003 empezó
el ciclo del Diálogo de seis partes, con Estados
Unidos, las dos Coreas, Rusia, Japón y China.
El objetivo del encuentro volvió a ser el mismo del Acuerdo Marco bilateral con Estados
Unidos de 1994: la destrucción del material
atómico norcoreano que pudiera servirle a ese
gobierno para construir la bomba y que, dado
el avance en la tecnología de cohetes, pudiera
diezmar la seguridad del entorno. A cambio se
le ofrecería el apoyo económico y suministro
de energía.
En los dos años siguientes, en medio del
tire y afloje, con la colaboración de China, en
Beijing se lleva a cabo la sexta ronda de conversaciones, cuyo resultado fue plasmado en
el Acuerdo de 2005, por el cual Pyongyang
abandonaría sus pretensiones de país con capacidad nuclear, volvería al NPT y recibiría a los
inspectores de IAEA, a cambio de los envíos de
energía y alimentos por los otros cinco países.
De igual modo, el acuerdo despejaba la vía para la normalización de relaciones con Estados
Unidos y Japón. Pero, tres meses después, en
noviembre, cuando el Departamento del Tesoro restringe las operaciones con el Banco Delta
en Macao, al que acusa de lavar US$25 millones para Norcorea, el banco congela 50 cuentas
de ese país, y Pyongyang acelera su desarrollo
armamentista con el lanzamiento de misiles
sobre el Pacífico en julio de 2006 y la explosión
atómica en octubre. Tras recuperar el dinero en
Delta, en julio de 2007, Norcorea aceptó iniciar el retiro de 8.000 barras combustibles del
reactor nuclear en la planta de producción de
plutonio de Yongbyon, bajo la supervisión de
expertos estadounidenses. En mayo de 2008,
envió a Washington un documento de 18.000
páginas, con la información sobre su programa
nuclear, según lo acordado en el diálogo de seis
partes. El matutino The Japan Times, mostró el
28 de junio de 2008 la foto de la destrucción
del reactor nuclear y la torre de enfriamiento.
La nota afirmó que esta medida del gobierno
norcoreano explicaba su compromiso de detener el programa de producción de plutonio
OASIS, No 14
175
para fines atómicos. Durante los días previos,
el acercamiento de Washington y Pyongyang
había llegado hasta este compromiso de desistir
del programa nuclear, a cambio de la cesación
de la “política hostil” hacia el país por parte de
Estados Unidos. Christopher Hill, el enviado
estadounidense, reconoció los avances, y después de seis años de tenerlo en su lista ominosa
la administración Bush lo eliminó de la misma
y le quitó el veto que pesaba sobre el comercio
bilateral14.
La frustración de Pyongyang con la Administración Obama, quien en vez de revisar
la presencia en Surcorea le dio luz verde a los
ejercicios militares conjuntos, el temor por la
salud y sucesión de Kim Jong-il y la penuria
general de la población nutrieron sus expresiones de fuerza entre abril y mayo de 2009. La
resolución 187415 del Consejo de Seguridad,
con la anuencia de Rusia y China, determinó
nuevas sanciones, el 12 de julio. Por ella, el
Consejo les prohibió a los países la compra o
venta de armas a Pyongyang, o de material que
le sirva para producir armamento, excepto las
armas pequeñas y ligeras, y el otorgamiento de
créditos para tales propósitos; además facultó
las inspecciones sobre los barcos sospechosos
de participar en ese tráfico ilegal. La resolución, que dejó ver la preocupación de los
demás miembros del Diálogo de seis partes
por Norcorea, al mismo tiempo, puso en evidencia la necesidad de contribuir a resolver la
situación que vive el país, y el acuerdo tácito
de continuar buscando la desnuclearización
de la península a través de este grupo más restringido y operativo16, porque nada impide las
transacciones civiles.
3. EL NORTE Y EL SUR
El objetivo norcoreano de alcanzar la reputación de poder atómico sigue chocando con
los acuerdos emanados de Naciones Unidas.
Tal parece que el diálogo de seis partes va a
tener que seguir tratando ese desafío nuclear,
al tiempo que le procurará apoyar las medidas
económicas que le permitan al gobierno de
Kim Jong-Il remediar en parte su catástrofe
productiva, sin poner en riesgo la permanencia
de su grupo en el poder. La perspectiva menos
intolerante con el régimen de Pyongyang por
parte de varios participantes en el Diálogo hace
previsible esos nuevos desarrollos. Lo que sí parece ahondarse, por ahora, es la distancia entre
ambas coreas, alejando las oportunidades para
la reunificación negociada de la península.
En las relaciones norte-surcoreanas se
repite el patrón del movimiento zigzagueante
que ha ocurrido entre Norcorea y el sistema
multilateral. Los primeros contactos ocurrie-
14
Trading with the Enemy Act, ley estadounidense de 1917. Cuba es el único país que hasta 2009 permanece en esa
lista unilateral.
15
La resolución amplía las medidas tomadas por el Consejo con la resolución 1718 (2006), causadas por el lanzamiento de misiles y la primera prueba atómica norcoreana.
16
El Departamento de Estado sigue valorando en forma positiva el papel del Diálogo de 6 partes. Cfr. http://www.
state.gov/r/pa/ei/bgn/2792.htm (Consultado: 11 de septiembre de 2009).
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
176
ron en 1971, 18 años después del armisticio, y
fueron propiciados por la Cruz Roja, en procura de la reunificación de las familias que habían
quedado separadas. El primer documento en
el que ambos gobiernos abogan por la reunificación pacífica y la merma de hostilidades data
de julio de 1972. También se comprometieron
a establecer un canal de comunicación permanente e intercambiar visitas oficiales. No obstante, estos acuerdos se derrumbaron, cuando
al año siguiente el presidente surcoreano Park
Chung-hee anunció que buscaría el ingreso de
su país a Naciones Unidas en forma separada
del Norte y secuestró, en un hotel de Tokio,
en 1973, al líder opositor y pro-unificación,
Kim Dae-jung, quien, por cierto, llegaría a ser
presidente 15 años después. Por una década,
la tensión y falta de intercambio entre ambos
países fue constante.
En 1984, Surcorea ya avanzaba en su
proceso industrial, pero seguía siendo una sociedad pobre y vulnerable. Las inundaciones
de ese año afectaron al país con tal intensidad
que tuvo que recibir ayuda extranjera. La
solidaridad norcoreana fue canalizada por la
Cruz Roja, y permitió, además, reiniciar las
conversaciones para el encuentro de las familias y el intercambio económico. Incluso
ambos gobiernos llegaron a plantear la realización conjunta de los juegos olímpicos de
1988. En 1985, Norcorea ingresa al NPT.
No hubo, sin embargo, mayor progreso en el
entendimiento bilateral, porque Pyongyang
condenó los ejercicios militares de Surcorea y
Estados Unidos, conocidos como team spirit,
alegando que contradecían las conversaciones
amparadas por la Cruz Roja. En ese ambiente
de desconfianza, en 1987, el servicio secreto
norcoreano destruyó con una bomba un avión
comercial de Korean Air Lines en pleno vuelo. En 1990, hubo nuevas condiciones para el
diálogo intercoreano, gracias a la iniciativa del
presidente surcoreano Roh Tae-woo, elegido
en las primeras elecciones libres en 1988. Como resultado, ambas coreas concluyeron sus
encuentros de alto nivel con un Acuerdo Básico
de reconciliación, no agresión, intercambio
y cooperación, y una Declaración Conjunta
sobre la desnuclearización de la península. El
retroceso en las sensibilidades mutuas frente
al mundo les permitió, como logro adicional,
el ingreso simultáneo a Naciones Unidas en
1991.
A lo largo de los 90 hubo una combinación de tímidos acercamientos con alejamiento
entre ambas partes. Las suspicacias del Norte
respecto a la voluntad de conciliación de Seúl
impidieron una relación fluida. Los gobiernos
conservadores y pro-estadounidenses no alcanzaron a ofrecerle a Pyongyang un mensaje
suficiente de colaboración para estimular las
relaciones externas y mejorar el intercambio
económico; por el contrario, la nordpolitik de
Surcorea, asociada a la inamovible alianza con
Washington, justificó para la dirigencia del
Norte, ahora capitaneada por Kim Jong-Il, la
demostración de poder militar no convencional basado en el desarrollo de misiles y bomba
atómica. Esta coyuntura de alta presión internacional contra Pyongyang fue la que recibió
en 1988 Kim Dae-jung, el opositor político
y pacificista, que pagó con la persecución
OASIS, No 14
177
oficial su prédica a favor de la reunificación17.
Su propuesta de apertura al Norte la llamó
sunshine policy, que revela más claridad frente
a las propuestas de sus antecesores. Kim fue
categórico en los tres principios de la propuesta
para Norcorea: no tolerar las provocaciones
de Pyongyang, no a los planes de anexión y
separación de los programas de cooperación
política de la cooperación económica. A partir
de la administración de Kim y de su sucesor,
Roh Moo-hyun, las dos coreas tuvieron la fase
de mayor entendimiento. La gestión inicial
de Kim ocurrió con tal ímpetu que en agosto
de 2000 emprendió un viaje por tierra hasta
Pyongyang para encontrarse con Kim Jong-il.
Por los acuerdos económicos entre ambos, la
línea férrea que conecta ambas capitales fue restablecida, empezaron a funcionar la inversión
industrial conjunta en la ciudad norcoreana de
Kaesong y la empresa Hyundai dio comienzo
a su proyecto turístico del monte Kumgang, la
montaña más famosa de la península, en desarrollo de la “diplomacia de negocios”18.
El desgaste de esta política la sufrió Roh,
y al final de su mandato las críticas de corrupción y la insatisfacción por las concesiones
no correspondidas por parte de Pyongyang
favorecieron la elección del conservador Lee
Mung-bak, quien al llegar a la presidencia en
17
febrero 2008 clausuró la política sunshine19, y
cortó la línea roja de comunicación con Norcorea. Dada la afiliación tan notoria de Lee
a la estrategia de Washington en los asuntos
internacionales, Pyongyang prefirió, en 2008,
el trato directo con Estados Unidos, con los
resultados atrás señalados. En 2009, el movimiento unificador que subsiste en Surcorea
sufrió dos grandes pérdidas: la muerte de los
dos ex presidentes que más se proyectaron
hacia Norcorea: Roh Moo-hyun y Kim Daejung, el primero de ellos por suicidio, ante
las insoportables críticas de corrupción entre
sus familiares durante su mandato, que había
expirado en febrero de 2008. El propósito unificador de la sociedad coreana cayó, por todos
estos motivos, en una fase de incertidumbre.
La imposibilidad temporal del trato bilateral
devuelve a Surcorea al escenario del Diálogo
de seis partes para proseguir el comprensible
empeño de desnuclearización de la península.
La permanencia de una actitud positiva mínima frente al Norte lo reveló su comentario
al saludo de Kim Jong-Il en agosto, al afirmar
que no había problemas en el mundo que no
pudieran resolverse20.
Aunque ambos países tomaron la iniciativa de procurar la reunificación por la vía pacífica desde 1972, este propósito ha enfrentado en
Kim Dae-jung. (2000). Mi vida, mi camino, Madrid, Espasa.
18
Cfr. Kim Jeong-yong. (2004). “The utilization of business-track diplomacy: the Hyundai Group’s Mt. Kumgang
tourism under the Kim Dae-jung government”, en International Studies Review, vol. 5, No. 1, marzo, pp. 67-87.
19
The National Institute for Defense Studies, Japan. (2009). East Asian Strategic Review, 2009, Tokio, The Japan
Times, pp. 88-89.
20
http://timesofindia.indiatimes.com/news/world/rest-of-world/North-Korean-leader-Kim-sends-message-toSouth-Korean-president/articleshow/4925255.cms (Consultado: 12 de septiembre de 2009).
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
178
forma sistemática dos barreras: la metodología
para concretar esa voluntad21 y la sistemática
por la interferencia externa. Sin duda, la presencia militar de Estados Unidos en Surcorea,
los ensayos militares conjuntos, etc., no son
facilitadores del proceso. Es por ello que los
cambios en el contexto en este momento van
a ser tan determinantes en el futuro de las relaciones intercoreanas22.
4. VARIACIONES DE LA ESFERA EXTERNA Y
SUS CONSECUENCIAS
El cambio más publicitado en la esfera externa
respecto a la situación en la península coreana
ha sido el arribo de un afroamericano demócrata a la Casa Blanca. Otros movimientos
políticos en 2009 son, de igual modo, significativos: el fin del régimen conservador del
LDP23 en Japón y la visita del premier chino
a Pyongyang.
No sólo al interior del país sino afuera
muchos esperaron por parte del presidente
Obama un cambio más profundo, respecto
a la política exterior que en campaña tanto le
criticó a Bush. La verdad es que la conducción
de las relaciones externas decidió dejarlas en
manos de quienes ya las tenían bajo su control de tiempo atrás, quizás para granjearse
el respaldo de los republicanos a su política
21
doméstica, dirigida en dos frentes: poner término a la recesión y universalizar la seguridad
social. Por eso, Robert Gates continuó como
secretario de defensa, el comandante en jefe
del Comando del Pacífico, Dennis C. Blair,
pasó a director nacional de inteligencia, y el
comandante supremo de NATO a asesor nacional de seguridad.
Según vimos, el gobierno norcoreano
guardó esperanzas en la revisión de las operaciones conjuntas anuales de Estados Unidos y
Surcorea, condenadas en forma reiterada por
su carácter provocador y revelador de la injerencia extranjera en la región. Las referencias
agresivas hacia Washington se mantuvieron
durante el primer semestre, pero después de
las sanciones del Consejo de Seguridad, el
ambiente se amainó en la primera semana de
agosto, a raíz de la gestión llevada a cabo por
el ex presidente Bill Clinton para devolver a
Estados Unidos a las dos periodistas que el
gobierno norcoreano había encarcelado por
ingresar en forma ilegal y adelantar acciones
“hostiles” contra el país24.
El último domingo de agosto ocurría
otro suceso trascendental para el futuro de
Asia: después de seis décadas en el poder, los
conservadores japoneses sufrían la derrota.
Cansados de 20 años de recesión económica
y una asociación cada vez menos rentable con
http://countrystudies.us/north-korea/65.htm (Consultado: 15 de septiembre de 2009).
22
Sobre las propuestas de reunificación, ver Pío García, El regreso del dragón. Geopolítica de Asia y el Pacífico. Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 2001.
23
24
Liberal Democratic Party.
Las periodistas Laura Ling, de 32 años, y Euna Lee, de 36 y colaboradora del ex vicepresidente Al Gore, habían
sido halladas culpables por la Corte en junio y condenadas a 12 años de trabajos forzados.
OASIS, No 14
179
Estados Unidos, que por demás ensombreció
al país frente al mundo por la colaboración
irrestricta a los planes de G. Bush en los últimos años, los japoneses pusieron un voto de
confianza en la promesa de introducir reformas
drásticas de carácter social. Aunque el Partido
Democrático de Japón de Yukio Hatoyama
cuenta con mayoría en ambas cámaras, para
tener mejor margen de maniobra invitó a los
socialistas y al Nuevo Partido de Japón a formar
parte del gobierno. Sabemos muy bien que el
Partido Democrático es una disidencia del
LDP, y que sus líderes comparten los elementos
doctrinarios básicos de organización política y
estrategia económica; sin embargo, en la visión
internacional la diferencia es más notoria, con
un compromiso menos automático con la estrategia estadounidense en la región y una apreciación menos intolerante del fenómeno chino.
En el orden interno, al tomar posesión el 16
de septiembre, el primer ministro Hatoyama
anunció programas sociales para contener la
disparidad creciente en ingresos; en el orden
interno y externo, anunció medidas especiales
para disminuir en 25% las emisiones de gas
carbónico y elevar la gestión internacional que
comprometa a otros países en las soluciones al
cambio climático25. A Estados Unidos, aunque
en términos amigables, le propuso conversaciones para la salida de los 8 mil soldados que
tiene estacionados en Okinawa26, al tiempo
que anunciaba el retiro de la participación militar en Afganistán. De igual modo, anunciaba
unas relaciones más fluidas con China. Hasta
ahora, los primeros ministros del LDP no pudieron ocultar su animadversión con el ascenso
regional y mundial de este último.
Respecto a Norcorea no hubo anuncios
iniciales de cambios drásticos en la posición
japonesa, pero es probable el cambio hacia una
posición más cooperativa. La presión japonesa
sobre ese país fue constante y los desarrollos
militares de Pyongyang fueron, con frecuencia, manipulados por los conservadores para
granjearse el favor de la opinión pública. Los
demócratas continuarán exigiendo la liberación de los japoneses que Norcorea secuestró
en los años 70, pero su colaboración para remediar la crisis productiva y alimentaria va a
ser más sincera. Por cierto, al dar el paso hacia
el comienzo del retiro militar estadounidense
del territorio japonés borran una de las excusas para la política atómica de Kim Jong-Il. Al
igual que Surcorea, China y Estados Unidos,
Japón prefiere la solución al problema norcoreano en el marco del Diálogo de seis partes
a las negociaciones bilaterales. A propósito de
la instalación de los demócratas, el presidente
de la Asamblea Popular Suprema, Kim Yongnam, aseguró que los norcoreanos buscarán
construir relaciones fructíferas con ellos.
Si bien desde la guerra de 1950, el apoyo
chino a Norcorea ha sido constante, no siempre ha sido fácil para Beijing el sostenimiento
de una relación fluida con el Norte. Durante
las cuatro décadas de sujeción de Kim Il-sung
25
La propuesta japonesa al respecto estaba en 15%, la de Unión Europea en 14% y la de Estados Unidos con Obama
en 13%.
26
Se trata de la cuarta parte del total del personal militar que mantiene a lo largo de ese país.
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
180
a Moscú, los chinos adoptaron una actitud
discreta y de no interferencia en este trato
bilateral. Como vimos atrás, el derrumbe soviético le ocasionó una conmoción singular a
los norcoreanos, que China no podía entrar
a remediar en forma inmediata, por sus limitadas disposiciones técnicas y financieras,
pero también por el hecho de que sus intereses económicos y políticos se orientaron, a la
vez, a fomentar las relaciones con Surcorea,
a cambio de las inversiones potenciales de
ese país. Es después del año 2000, cuando el
involucramiento chino se torna más visible e
imprescindible. Por una parte, la inveterada
situación económica obliga a los chinos a brindar más asistencia a los norcoreanos; al mismo
tiempo, los riesgos de creciente emigración los
llevó a proyectar una barrera militarizada en la
frontera. Por otra parte, la percepción de gran
potencia los ha conducido a tomar parte más
activa en los asuntos regionales y mundiales,
de modo que China ha sido líder en el Diálogo
de seis partes. Como resultado de las medidas
de soporte a Norcorea, China es su principal
socio económico, con compras por US$2.000
millones y ventas de alrededor de US$1.000
millones, en un intercambio que le genera recursos al gobierno de Pyongyang para su sobrevivencia. Con todo y ello, la actitud china no
es por entero complaciente, como se vio en la
27
aceptación de la resolución 1874 del Consejo
de Seguridad y la construcción del muro para
contener la emigración norcoreana.
La firmeza china, empero, no debe interpretarse como presión contra el régimen
buscando su transformación. Por lo menos, en
la administración del país, para China es conveniente la permanencia de Kim y su grupo, y
de ahí la deferencia con las visitas de alto nivel,
como la de Wen, en octubre27. Ahora bien, en
el campo económico la situación es distinta.
Los chinos tienen gran interés en la renovación
productiva norcoreana, cambio que ellos pueden asesorar, pues se trata de brindar su propia
experiencia de apertura al mercado mundial,
que les ha significado dar pasos gigantescos
en su capacidad productiva y en la elevación
del nivel de vida de la población. La apertura
asistida de la economía tendría como beneficiarias iniciales a las propias empresas chinas,
con proyectos agrícolas e industriales por todo
el territorio norcoreano, en programas de largo
plazo, con asistencia financiera incluida. Un
plan de este corte favorable a los intereses de
Beijing requiere un acompañamiento juicioso
por parte del gobierno chino, no sólo en cuanto a asegurar el compromiso norcoreano sino,
de igual modo, contrarrestar las pretensiones
de soluciones beligerantes, hoy por hoy, incubadas en Estados Unidos y Surcorea. Ese esce-
El interés chino lo expresó el comunicado de prensa de la cancillería en Beijing, con motivo de la visita, así: “La
historia ha demostrado que el desarrollo de las relaciones China-Corea del Norte concuerda con los intereses fundamentales y las aspiraciones comunes de ambos pueblos y es propicia para la paz y la estabilidad regionales”, en http://
www.univision.com/contentroot/wirefeeds/noticias/8054238.shtml (Consultado: 6 de octubre de 2009).
OASIS, No 14
181
nario de guerra sería catastrófico para China,
Japón y, por supuesto, para ambas coreas28.
El progreso en las negociaciones y la efectiva disuasión a Norcorea para que abandone
su decisión de dotarse de la bomba atómica es
factible en el futuro inmediato. Sin embargo,
un compromiso de esa naturaleza está atado a
la confirmación de las potencias nucleares de
concertar programas generales para detener sus
propios ensayos nucleares y empezar a reducir
sus arsenales. Sin el ejemplo de los poderes
grandes, las potencias atómicas emergentes van
a seguir teniendo excusas para los desarrollos
nucleares clandestinos. Al desactivar el enfrentamiento con Rusia, en septiembre pasado, por
el proyecto antimisiles en Polonia, dejó ver otra
medida de buscar acuerdos con los grandes poderes atómicos, en contraste con el plan Bush.
Desistir en igual forma del proyecto de misiles
con Japón, merma la tensión en Asia Oriental
Es posible que esta diplomacia de cierto porte
pacifista la pueda ejecutar por un tiempo, dado que tendrá que mantener un tono belicista
para compensar las pérdidas, de modo que no
aparezca demasiado condescendiente en términos de seguridad ante los conservadores y
los militares29. El lapso para concretar medidas
concertadas con Norcorea es corto y crucial, y
como hemos visto, el tiempo más favorable es
la primera parte del mandato Obama.
CONCLUSIONES
Norcorea sigue siendo el país más aislado del
mundo, con un gobierno autoritario y una
crisis económica colosal. Ayudar a paliar la
situación productiva y social del pueblo norcoreano va a estar en el interés de Corea del
Sur, China y Japón. Los tres por solidaridad,
pero los dos primeros también por su propia
seguridad, dados los traumas que significa un
mayor número de emigrantes. De este modo,
sin instigar cambios en la administración, China va a estar en adelante más comprometida
en la inyección de recursos, vía inversiones y
proyectos productivos conjuntos con Pyongyang, al cual le va a servir en forma creciente
de modelo. Los demás vecinos, tras un margen prudencial de espera sobre los resultados
del experimento, van a buscar oportunidades
económicas parecidas.
Como ha sucedido por dos décadas, el
desarrollo del diálogo y los compromisos internacionales con Corea del Norte han sido
oscilantes: es decir, en ellos se combinan los
avances en la discusión de sus planes nucleares con anuncios disonantes por parte de su
gobierno. Sin embargo, los nuevos elementos
que aportaron en el último año, tanto el lado
interno como el contexto externo, hacen prever un paulatino descongelamiento del aisla-
28
El ministro de defensa, Kim Thae-yong, aseguró ante la Asamblea Nacional, en Seúl, en septiembre, la posibilidad de llevar ataques preventivos contra el arsenal nuclear norcoreano. http://www.kcna.co.jp/item/2009/200909/
news29/20090929-08ee.html (Consultado: 29 de septiembre de 2009).
29
En “Nuclear Weapons in a Changing Security Environment in North East Asia”, pdf, el mayor general (r) Pan
Zhenqiang, prevé grandes dificultades para el presidente Obama en el apoyo por parte de esos grupos de interés.
ENFOQUES REGIONALES
ASIA
182
miento forzado hacia una mayor participación
internacional, que será indispensable en la
reconstrucción de la confianza intercoreana,
antes de volver a plantear la reunificación.
Las dos mayores variaciones en las presiones externas están dadas por Estados Unidos
y Japón. Tal vez por un tiempo, el primero
de ellos, va a renovar el compromiso con los
acuerdos colectivos en los asuntos internacionales, en contraste con el unilateralismo que
promovió el antecesor de Obama. Junto a este factor ideológico, el presidente americano
tiene restricciones presupuestales profundas
y demandas gigantes de reformas sociales, las
cuales le impiden sostener el despliegue militar que hasta ahora ha ostentado su país. En el
caso de Asia, esos pueblos hacen cada vez más
expresas sus exigencias de soberanía, de modo
que empieza el inevitable desalojo de bases y
la renegociación de los tratados de seguridad,
empezando por Japón y Corea del Sur. Por
cierto, en el caso de Norcorea, se advierte la
merma del interés en el trato bilateral a cambio
de las negociaciones colectivas en el Diálogo
de seis partes; esta actitud, es diferente al trato
bilateral que ha buscado con otro desafiante:
Irán. Frente a éste, Washington insiste en el
diálogo directo, con la esperanza de disuadirlo
de su avance atómico. Estas estrategias dispares
contrastan con el manejo dado por la administración Bush, que optó por los arreglos directos con Pyongyang y la renuncia a cualquier
diálogo con Teherán.
La política nuclear norcoreana puede ser
revisada por sus dirigentes, según lo visto. Más
aún, es verosímil la renuncia a ser potencia atómica. Sin embargo, su persistencia puede tener
como resultado el que el tema sea devuelto en
forma cabal al lugar del cual nunca debió salir:
la IAEA y el Consejo de Seguridad. Cuando
América Latina entierra el Protocolo de Tlatelolco y trata de retomar los escarceos atómicos,
después de haberse mantenido durante 40
años como área desnuclearizada, es hora de
volver a emprender la búsqueda de soluciones
duraderas al problema de la proliferación del
armamento atómico sobre bases seguras. Ellas
implican la discusión y el arreglo multilateral,
superando la odiosa distinción entre países de
primera (con derecho adquirido a poseer armas
nucleares) y países de segunda (los demás). Esta
solución discriminativa alentó los ensayos y
posesión de armas atómicas por parte de Israel,
India y Paquistán. Mientras este doble standard
exista, el club atómico y la institucionalidad
multilateral no tendrán la autoridad moral
para impedirles a Irán, Norcorea u otros países
poseer material y armas atómicas.
BIBLIOGRAFÍA
Autores
García, Pío. (2001). El regreso del dragón. Geopolítica de
Asia y el Pacífico. Bogotá, Universidad Externado
de Colombia.
Kim, Dae-jung. (2000). Mi vida, mi camino, Madrid,
Espasa.
Nakamura, Takafusa. (1985). El desarrollo económica del
Japón moderno, Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
Pan, Zhenqiang. “Nuclear Weapons in a Changing Security Environment in North East Asia”, pdf.
Rodríguez, Saúl. M. “Contribución latinoamericana
en operaciones multinaciones: el caso de participación colombiana en la guerra de Corea
OASIS, No 14
183
(1950-1954)”. Disponible en http://www.ndu.
edu/chds/Journal/PDF/2006/Rodriguez%20
Hernandez_article-edited.pdf.
Publicaciones periódicas
East Asian Strategic Review, 2009, Tokio, The Japan
Times.
Washington Post Foreign Service.
http://www.korea-dpr.com/politics.htm.
http://www.state.gov/r/pa/ei/bgn/2792.htm .
http://timesofindia.indiatimes.com
http://countrystudies.us/north-korea/65.htm
http://www.univision.com
http://www.kcna.co.jp
García, Pío.
“Corea del Norte: vientos favorables para el cambio”,
en Oasis, 2009, núm. 14, Centro de Investigaciones
y Proyectos Especiales, CIPE, Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad
Externado de Colombia, pp. 169-183.
ENFOQUES REGIONALES