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Montejurra de 1968, un punto de inflexión

Comunicación presentada en e X Encuentro de investigadoras e investigadores del franquismo, celebrado en Valencia entre los cías 13 y 15 de noviembre de 2019. Trata los acontecimientos de 1968 desde la perspectiva de ser un punto de inflexión en las relaciones mutuas entre el carlismo y el franquismo, así como importante de cara a la redefinición ideológica que vivirán el carlismo, que en 1968 comenzará su etapa conocida como "el giro definitivo". Todo ello contextualizado, en una fecha muy importante en el ámbito internacional.

Montejurra de 1968, un punto de inflexión Juan Carlos Senent Sansegundo Introducción El carlismo se sublevó contra la Segunda República, junto a los militares y el resto de fuerzas civiles e internacionales que les prestaron apoyo. Y su contribución en la guerra fue importante.1 En abril de 1937 Franco decretó la unificación de las fuerzas civiles que habían participado en la sublevación, especialmente la Comunión Tradicionalista (CT) y Falange Española de las JONS (FE de las JONS); y por el que se creaba el partido único de la dictadura franquista, Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET de las JONS). El carlismo no se avino a la unificación y mantuvo su estructura e ideología durante todo el franquismo.2 No sólo eso, tuvo que sufrir el ninguneo político en la nueva España surgida de la Guerra Civil.3 Y la represión, la censura, la apropiación de sus símbolos, medios de comunicación, etc.4 Si bien es cierto que hubo una época denominada colaboracionista, o más propiamente, de “no beligerancia”, en palabras de Miralles Climent, en la que el carlismo práctico el posibilismo con vistas a poder ejercer el poder o, incluso, que el pretendiente carlista o más bien, su hijo, fuera rey de España.5 Aquello no tuvo éxito, y finalmente sería elegido como sucesor de Franco con título de rey don Juan Carlos de Borbón, y la familia Borbón-Parma, los herederos de los derechos dinásticos carlistas, expulsada de España en diciembre de 1968. Una de las pruebas de que el carlismo mantuvo su independencia y su autonomía es la celebración anual de los actos de Montejurra, de los que en este particular, vamos a tratar concretamente los de mayo de 1968. Pero ante hay que apuntar que el carlismo vivió un proceso de redefinición ideológica, que se le suele poner fecha de inicio en el Montejurra de 1965.6 A través de este proceso el carlismo adoptará como ideas fuerza de su ideología el socialismo autogestionario, el 1 Josep Carles CLEMENTE: El carlismo contra Franco, Barcelona, Flor de Viento, 2003, p. 34. Manuel MARTORELL PÉREZ: Retorno a la lealtad. El desafío carlista al franquismo, Madrid, Actas, 2010, pp. 19-23. 3 Mercedes PEÑALBA: Entre la boina roja y la camisa azul la integración en Falange Española Tradicionalista de las JONS (1936-1942), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2013, p. 47. 4 Manuel MARTORELL PÉREZ: Retorno a la lealtad…, pp. 19-22. 5 Josep MIRALLES CLIMENT: Estudiantes y obreros carlistas durante la dictadura franquista. La A.E.T., el M.O.T. y la F.O.S., Sevilla, Ediciones Arcos, 2007, pp. 19-20. 6 Josep Carles CLEMENTE: El carlismo contra…, p. 51 y pp. 59-50. 2 pluralismo político y el federalismo, ello le llevará no solo al antifranquismo, sino a pertenecer a múltiples organismos unitarios de oposición democrática. 7 Como todo proceso, esta ideología no se adopta de golpe, sino que se extiende a lo largo de una temporada que concluye a principios de los años setenta. En 1968 empezará una nueva fase de este proceso, conocida como “el giro definitivo.”8 Montejurra, la montaña del carlismo Montejurra es una montaña que destaca en las cercanías del municipio de Estella, Navarra. Resalta 498 metros y alcanza los 1.044 metros de altitud. En 1835 el monte empezó a mostrar una cierta presencia militar en el marco de la Guerra de los Siete Años. En marzo, el general Zumalacárregui ascendió a la cima y emboscó las tropas en Barbarin para atacar Arróniz. Pero su verdadero protagonismo lo obtuvo en noviembre de aquel año, cuando los liberales de Fernández de Córdova habían tomado Estella el día 15 y se retiraron los carlistas, pero éstos obtuvieron refuerzos y los liberales acabaron abandonando la ciudad. Las tropas de don Carlos María Isidro subieron a la cima del monte y lo ocuparon, cuando los liberales también se querían hacer con Montejurra.9 Montejurra siempre ha tenido un significado especial para el carlismo, referente de su pasado. Durante la guerra civil de 1936, una de las primeras unidades de voluntarios que salieron de Pamplona el 19 de julio recibió el nombre de Tercio de Montejurra. Esta denominación, como comentamos, unió el pasado y el presente, haciendo una asimilación de lo que había significado Montejurra en el pasado y lo que podía implicar en 1936. Para el carlismo se trataba de una lucha similar, con el mismo enemigo. Y todo esto, todo este significado simbólico que adquirió el monte para el carlismo fue el que llevaría a convertirlo en protagonista privilegiado de la historia del carlismo desde el franquismo hasta nuestros días.10 7 Josep MIRALLES CLIMENT: El carlismo militante (1965-1980). Del tradicionalismo al socialismo autogestionario, Tesis doctoral, Universitat Jaume I, Departament D´Historia, Geografia i Art, 2015, p. 263 y pp. 359-381. 8 María Teresa BORBÓN PARMA: La clarificación ideológica del Partido Carlista, Madrid, EASA, 1979, p. 95-96. 9 Francisco Javier CASPISTEGUI GORASURRETA: “Montejurra, la construcción de un símbolo”, Historia Contemporánea, nº 47 (2013), pp. 527-557, esp. pp. 531-532. 10 Ibid., esp. pp. 549- 550. Hablar de Montejurra es hablar de carlismo. El origen de esta conmemoración se sitúa en el año 193911. El 3 de mayo, como acto en memoria de los combatientes muertos en la guerra civil española que acababa de terminar, se realizó un Vía Crucis en el monte de Montejurra, en las proximidades de Estella.12 Estos actos no fueron suspendidos nunca -salvo en 1977- convirtiendo a Montejurra en rara avis en el contexto unificado de la España de Franco, como expresión pública del carlismo, y solo del carlismo, que se convertiría en una manifestación de oposición al régimen, no reprimida, ni perseguida de manera directa.13 Para el primer acto, el del 3 de mayo de 1939, se fabricaron 14 cruces de tres metros de alto y 10 por 10 centímetros, que serían colocadas a lo largo de la ladera de Montejurra. Estas cruces deberían de parecerse a las de los Tercios de Requetés y deberían de llevar grabados los nombres de los Tercios Carlistas. Se comunicaron con Tifón Larumbe, que era entonces alcalde de Ayegui, para que ayudase en la colocación de las cruces. Gracias a la colaboración de este alcalde navarro pudo realizarse la primera celebración del Vía Crucis de Montejurra.14 Fue una mañana lluviosa, “en un ambiente fraterno e idealista, impregnado de tradición y de añoranzas carlistas, se disponía a escalar el Montejurra sin más armas que el corazón y con un espíritu de romeros y peregrinos.”15 A esa primera celebración de Montejurra acudió un miembro de la familia BorbónParma, la hermana de don Javier, doña Isabel de Borbón-Parma, que se hallaba ejerciendo de enfermera en el Hospital Alfonso Carlos de Pamplona. También acudió el conde de Rodezno, que era entonces ministro de Justicia, que ascendió el monte aposentado en un equino. Junto a estas personalidades ascendieron excombatientes, familiares y las madres de los fallecidos en la última y fatídica guerra civil española. 11 Según publicaría El Pensamiento Navarro tras los 25 años de la puesta en marcha de esta conmemoración en 1964: “La idea nació en la mente de la señorita Asunción Arriza, quien, con todo el fervor de aquellos momentos, la expuso al hombre capaz de llevarla a la práctica, porque sabía ella que, para dar el difícil primer paso, había que contar con quien aportara el mismo entusiasmo e idéntica fe. Este hombre que nos informa de cómo se inició a la práctica la primera romería de Montejurra, no es otro que Tarsicio Ortiz.” El Pensamiento Navarro, 28 de abril de 1964. 12 Aurora VILLANUEVA MARTÍNEZ, El carlismo navarro durante el primer franquismo, 1937-1951, Madrid, Actas, 1998, pp. 219-130. 13 Francisco Javier CASPISTEGUI GORASURRETA, El naufragio…, Pamplona, Eunsa, 1997, pp. 284285. 14 El Pensamiento Navarro, 28 de abril de 1964. 15 Francisco LÓPEZ SANZ, “Recuerdos y añoranzas de los veinticinco años de la Romería de Montejurra”, El Pensamiento Navarro, 3 del 5 de 1964. Así, el origen que estos actos tuvieron era de conmemoración de los muertos carlistas durante la última guerra civil.16 Además empezó siendo un acto de carácter local o comarcal, que poco a poco fue adquiriendo una vinculación a la conmemoración de los caídos carlistas en las últimas guerras civiles, ya que a partir de 1954 la celebración asume un componente decimonónico. No podemos olvidar que el carlismo ha sido protagonista de las guerras civiles españolas, del siglo XIX y la del siglo pasado. Y que a las faldas de Montejurra se habían desarrollado acciones militares contra los liberales, y se encontraba a pocos kilómetros de Estella, como ya hemos dicho, la que seria Corte de Carlos VII, pretendiente carlista.17 Esta celebración carlista tiene lugar, pues todavía hoy se celebra, el primer domingo de mayo, tras la fiesta de la Invención de la Santa Cruz. Desde 1956 serían organizados por la Hermandad del Vía Crucis Penitencial de Montejurra, y hasta el año 1957 tendría fundamentalmente un sentido religioso y conmemorativo de los muertos. Se mantendría el Vía Crucis y los actos religiosos, pero a partir de 1957 comenzaron a adquirir un carácter político y cada vez más nacional. Tan es así, que lo que se permitía eran los actos religiosos, pero no el acto político.18 La última celebración que se ha realizado ha sido la de este año 2019, en la que ha vuelto a tener presencia un heredero de los derechos dinásticos carlistas.19 A partir de los primeros años sesenta, dichos actos comenzaron a organizarse de manera conjunta entre la Hermandad y la Comunión Tradicionalista o sus organizaciones afines. Por ejemplo, en 1962 aparecía organizada por la Hermandad del Vía Crucis y el Círculo Cultural “Juan Vázquez de Mella” de Pamplona. Y esta colaboración se mantuvo algunos años más, aunque la importancia en la organización de los actos de la Hermandad fue reduciéndose hasta convertirse cada vez más en testimonial. Porque la 16 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, pp. 287-288. Ibid., p. 283, p. 285, p. 287 y pp. 290-292. 18 Ibid., pp. 291-292. 19 “Comunicado de la avocación 16 de Abril con motivo de la visita de Don Carlos Javier a Montejurra”, Espacio Carlista, 5 de mayo de 2019. 17 Hermandad se comenzó a usar a partir de 1967 para pedir los permisos, pero quien lo organizaba era la Junta Regional y la Junta Nacional de la CT.20 Viajaban de todas las provincias y lugares al acto de Montejurra. El 22 de abril de 1964, el jefe provincial de Sevilla, Pedro González Quevedo, comunicó la organización un viaje al acto de Montejurra para los carlistas de su provincia. Se pusieron a disposición de ellos varios autobuses y coches por un precio de 700 ptas. Por persona, con alojamiento gratuito los días 2 y 3 de mayo en la localidad navarra de Los Arcos. Y el Círculo de Zaragoza preparaba en abril ya los autobuses para el viaje al monte sagrado del carlismo.21 Los elementos de la celebración de Montejurra que se mantuvieron presentes hasta 1977 serían: la misa y las comuniones en el Monasterio de Irache; el Vía-Crucis, iniciado entre las 10 y las 11 de la mañana, y dirigido por el capellán de la Hermandad; la misa de campaña en la cumbre; la alocución, que tenía carácter religioso y fue acompañada, hasta 1963, de discursos de carácter político, que después, desde ese año hasta 1968, se realizaron en la Plaza de los Fueros de Estella; y posteriormente, en un descanso y una comida en las laderas del monte y con un carácter festivo. En algunos momentos, se realizaron desfiles de requetés abajo del monte; tenía lugar un salve y responso por la Virgen del Puy de Estella, como acto de despedida y de homenaje; y había una rueda de prensa.22 Hubo diferentes ponentes en los actos de Montejurra, ya fuera en el monte o en Estella, entre ellos el único orador no carlista fue Blas Piñar, que intervino en los actos de Montejurra de 1963 y 1964. Quienes no faltaron a los actos de Montejurra entre 1963 y 1977 fueron los miembros de la Familia Borbón-Parma. Durante todo este periodo, dichos actos estuvieron presididos por, al menos, un miembro de la familia real carlista. Normalmente, dichas apariciones tenían lugar en el monte o en el Monasterio de Irache y la campa, donde pasaban revista a los requetés. Esta es una característica importante, 20 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, Pamplona, Eunsa, 1997, pp. 292293. 21 Ibid., pp. 296-297. 22 Ibid., pp. 300- 301. pues denota la importancia del propio acto, dada la presencia de la Familia Real carlista.23 Montejurra de 1968, un punto de inflexión El día 3 de mayo la Junta Suprema de la Comunión Tradicionalista reunió a la prensa nacional e internacional, para exponerle una declaración previa a los actos de Montejurra de 1968.24 En ella recogían que el régimen sufría de inmovilismo político y había realizado una Ley Orgánica del Estado, que no se había aplicado correctamente, entre otras cuestiones que comentan. Aseguran que el régimen debe de ir hacía una apertura que conlleve la participación de todos los españoles en la sociedad a construir. Debe de haber una monarquía social y una Ley Sindical. Aseguran que el carlismo participó en el 18 de julio, pero ni el partido, ni la Dinastía, tienen responsabilidad en el gobierno, demarcándose, de este modo, del régimen.25 El 5 de mayo 1968 fue un día gris, con alguna lluvia moderada. En representación de la Familia Real carlista acudieron doña Irene, la esposa de don Carlos Hugo de BorbónParma; y doña María Teresa de Borbón-Parma, hermana del mismo. Es la segunda vez que acudía la princesa doña Irene al acto de Motejurra. Tanto la princesa como la infanta carlista comieron en la campa junto con el resto de carlistas, mezcladas entre ellos. Posteriormente, se presentaron en un coche descubierto en la Plaza de los Fueros de Estella, antes de que dieran comienzo los discursos del acto político. El pueblo carlista las aclamó con júbilo. Desde una avioneta enviaron claveles para las dos princesas carlistas.26 Llegaron a las 10 de la mañana aproximadamente las princesas Borbón-Parma, directamente a la campa de Montejurra. Los requetés que las escoltaban se las vieron y se las desearon para proporcionarles seguridad, mientras el pueblo carlista saludaba a sus princesas. Allí, doña María Teresa y doña Irene, pasaron revista a dos Tercios de Requetés, acompañadas por el Jefe Regional de Navarra, el señor Miguel de San 23 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, Pamplona, Eunsa, 1997, pp. 304305. 24 “Información del acto de Montejurra”, Boletín de Orientación Política, mayo de 1968. 25 “Declaración de la Junta Suprema”, Archivo de la Administración General del Estado (AGA), Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 3 de mayo de 1968. 26 “Montejurra 1968”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. Cristóbal y el comandante Elena. Presidieron seguidamente el desfile de los voluntarios, que marcharon con banderas y bandas. Doña Irene iba vestida con un traje beïge-blanco y tocada con la boina blanca de las mujeres carlistas, con sus flores de lis; doña María Teresa, por su parte, vestía un traje de sport verde y estaba tocada con la boina roja.27 Pese a la lluvia, las princesas carlistas iniciaron a pie la subida al monte sagrado del Carlismo, siguiendo con todos el rezo del Santo Rosario y posteriormente el Vía Crucis, que dirigió el catedrático y capellán de la Hermandad, Joaquín Vitrián. Aproximadamente sobre las 11 y media comenzaron a llegar a la cumbre los primeros grupos de carlistas. Y en la cumbre se celebró la tradicional misa. El Real Aéreo Club de Navarra arrojó desde el cielo un ramo de claveles, que doña Irene entregó a los pies del Cristo negro de Montejurra. Después del acto político por la tarde, las princesas carlistas volvieron a Madrid.28 En Montejurra de 1968 las intervenciones de miembros no pertenecientes a la familia Borbón-Parma fueron las de Pedro Lombardía, presidente del Círculo de Pamplona; y José María Fermín Arraiza, estos dos lo hicieron en Montejurra; y Miguel de San Cristóbal, Jefe Regional de Navarra; Auxilio Goñi Donázar, procurador en Cortes; y Santiago Coello, que lo hicieron en Estella.29 Miguel de San Cristóbal fue el encargado de leer el mensaje del rey carlista, don Javier. Después de los discursos, se cantó el Oriamendi, el himno de los carlistas, y se dieron los habituales vivas a Cristo Rey, a España, a los Fueros y a su Familia Real.30 En cuanto a los asistentes, un informe policial nos habla de que fueron unos 40.000 – 50.000 personas. Llegaron a Montejurra 423 autobuses, 4.500 turismos, 70 microbuses, 29 furgonetas y 115 motocicletas. Asistieron, según los informes, menos personas que en años anteriores. Según la prensa local “a la cumbre le sobraron Requetés y a Estella le faltaron masas”. Apuntaban, además, que no todos los que ascendían al monte eran carlistas, pues había curiosos y excursionistas, como en todas las romerías. La Comunión Tradicionalista, por su parte, contabilizó más de 200.000 asistentes. Y en 27 “Montejurra 1968”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. Ibid. 29 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, pp. 302-303. 30 “Montejurra 1968”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. 28 otra publicación carlista se hacía referencia a una mayor participación que en otros años.31 De Zaragoza, según las informaciones, saldrían dos autobuses de 51 plazas y otros dos con 42 plazas, así como unos 30 turismos, calculándose de este modo que alrededor de trescientos zaragozanos se iban a desplazar a la romería carlista. Saldrían el domingo a las 5 de la mañana de la Plaza del Pilar y regresarían a las 11 de la noche de ese mismo día. Entre los zaragozanos que irían nos encontramos a Idelfonso Sánchez Romero, por aquel entonces Jefe Regional de la Comunión Tradicionalista; el señor Fernández Cortes, Presidente del Círculo Vázquez de Mella; o Amalia López Olarte, Jefa de la Sección de Margaritas.32 En cambio, en Sevilla, salieron el día 3 de mayo dos autobuses con cien miembros de la CT, que ponían marcha hacia los actos de Montejurra.33 De los discursos, caben destacar algunas de las palabras que transmitió don Javier, el viejo rey carlista, en este Montejurra, las siguientes: “El mundo está en plena evolución, pero con unos sistemas políticos envejecidos. Los sistemas envejecen por dos razones: el inmovilismo y la soledad. El primer y gravísimo defecto es el inmovilismo. Es un deber de todo pueblo, y por tanto su derecho, el participar en la creación de su mañana. Si se le priva al pueblo de este derecho, se le mutila en su libertad y entonces se cumplen con la razón de ser de un buen Gobierno, que no es meramente crear el bien o la prosperidad, sino hacer a todos partícipes de esta creación. Si no se saben crear las estructuras que permiten escuchar, que son las de la Representación, ni las que permiten administrar justamente, ni las que permiten gobernar; si se piensa que el Gobierno, la Representación y la Administración son una misma cosa, en manos de una sola clase, solo cabe el inmovilismo, es decir, el fracaso. Querer desde el Gobierno resolver los problemas, todos los problemas, monopolizar todas las soluciones, ser toda la sociedad del pasado, pero no en la compleja sociedad moderna […]. El hombre moderno ya no acepta el bienestar regalado. Se rebela contra el orden preestablecido, contra la sociedad del bienestar, protesta enérgicamente porque quiere, de manera confusa, pero vivamente, actuar y participar. Quiere 31 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, p. 309. “Concentración carlista en Montejurra” AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 4 de mayo de 1968 33 “Salida expedición Tradicionalista”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, s.d. 32 gobernar también su destino, siente su vocación social y no admite que el Estado se limite a una postura pasiva. Tampoco admite que el Estado, con el pretexto de gobernar mejor niegue a sectores amplios de la sociedad el derecho a intervenir en la casa pública. Por eso es preciso dar al hombre, a la sociedad, una mecánica con la cual pueda participar e intervenir y con la que resuelva los problemas y una estructura general flexible.”34 Es interesante su alocución la reivindicación democrática que realiza. Posteriormente habla de lo que el carlismo puede ofrecer a la sociedad, y esto es una ley sindical que permita crear sindicatos “auténticos y representativos, verdadera estructura el mundo laboral.” Una ley regional y municipal, que respete “las libertades y Fueros regionales.” Que se cumplan las normas del Concilio Vaticano II. Todo ello, acompañado por la monarquía, que ha de ser “coronación del edificio de las libertades sociales y populares cuya garantía representa.”35 Destaca de igual modo que hable de que el mundo se revela contra el Estado del bienestar. La revolución en París, recordemos que don Javier vivía en Francia, estalló el 3 de mayo de 1968.36 Pero ya se habían producido revueltas, por ejemplo, en Alemania y en Italia.37 Auxilio Goñi, procurador en Cortes por Navarra, pronunció un discurso como venimos diciendo en la Plaza de los Fueros de Estella. Desde la revista Montejurra se hacía la siguiente declaración: “Montejurra hubiera querido reproducirlo íntegro, para conocimiento de todos nuestros lectores. Parece ser, por la incautación de los periódicos “El pensamiento Navarro” y “Diario de Navarra”, que contenía presunta matera delictiva, ya que se ha incoado sumario sobre el mismo. Como todavía no ha recaído fallo judicial, Montejurra, lamenta el hecho, que le impide transcribirlo legalmente.”38 Efectivamente, a las 3 y media de la tarde del día 7 de mayo de 1968 se personaron en El Pensamiento Navarro el Comisario Jefe del Cuerpo General de Policía, Bernabé Muñoz Ezpeleta, y el Inspector del mismo Cuerpo, Jesús Reclusa Ros. Llevaban un 34 “Mensaje del Rey”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. Ibid. 36 Geoff ELEY: Un mundo que ganar: historia de la izquierda en Europa (1850-2000), Barcelona, Crítica, 2003, p. 339. 37 Geoff ELEY: Un mundo que ganar…, p. 340 y Tony JUDT: Postguerra: una historia de Europa desde 1945, Madrid, Taurus, 2006. p. 612. 38 “Don Auxilio Goñi. Procurador en Cortes por Navarra”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. 35 mandato del Juez de Instrucción del Juzgado número 1, por el que se ordenaba el secuestro de todos los ejemplares de El Pensamiento Navarro de ese día, así como de los moldes. En ese número, que había salido ya a la calle, se informaba de la concentración de Montejurra de 1968, la presencia de doña Irene y doña María Teresa, el mensaje de don Javier y los discursos de Auxilio Goñi y Santiago Coello. En dicho momento se encontraba presente Javier María Pascual, director del periódico carlista. Lo mismo ocurrió con el Diario de Navarra, prácticamente a la misma hora, sufriendo idéntico secuestro.39 En el mandamiento judicial no se especificaba el motivo por el cual se llevaba a cabo este secuestro, pero es de suponer, dicen desde El Pensamiento Navarro, que fue por publicar el discurso de Auxilio Goñi, dado que fue publicado únicamente por ambos periódicos.40 Por una cuestión de espacio y de cierto decoro no podemos transcribir aquí el discurso de Auxilio Goñi en su totalidad, pero al haber sido censurado, al haber sido secuestradas las tiradas de dos periódicos por este discurso, sin duda, merecería ser leído o escuchado. Auxilio Goñi diría en ese discurso que el Movimiento Nacional, 30 años después de haberse formado, “ha perdido sensibilidad política, reflejos, ilusión.” Criticará abiertamente el proceso de unificación: “Usted [refiriéndose a Serrado Suñer] afirma que la redacción del decreto de Unificación fue un error. Así será si usted lo dice. Ya que usted fue su autor. Peor la manera de llevarlo a efecto, fue peor que un error. Y se eso usted no nos habla. Fue un maquiavelismo de vía estrecha que produjo a la nación y al Movimiento un tremendo daño. Creó un instrumento de poder. Y una clase dirigente que ha ido rotando cargos y personas, y personas y cargos. Y creó para cada tema o asunto una verdad oficial, intangible, y sin ninguna flexibilidad para coincidir en cada tema y momento con la verdad real. Así construido el Movimiento, rígido, autoritario, no ha tenido nunca la posibilidad de evolución y adaptación. Por eso ha perdido objetividad, reflejos, sensibilidad política y, sobre todo, ilusión.”41 Y en esas críticas que dispensa al proceso de unificación, no solo nombra al carlismo, también nombra a la Falange, que Serrano Suñer, en su opinión, mató. Usurpó sus 39 “Secuestro de los ejemplares y moldes de “El Pensamiento Navarro” de ayer”, El Pensamiento Navarro, 8 de Mayo de 1968. 40 Ibid. 41 “Discurso de Auxilio Goñi”, El Pensamiento Navarro, 7 de Mayo de 1968. símbolos, sus himnos y la figura de José Antonio, “para hacer con todo ello algo cuando menos diferente de lo que yo creo que José Antonio hubiera hecho.” Con el carlismo de intentó lo mismo, dice el procurador en Cortes, pero el carlismo resistió. El Estado, aún así, ha empleado sus armas para su “atomización”, fomentando disidencias y creando problemas dinásticos. Pero el carlismo “aguantó” ese proceso de unificación.42 Pero a pesar de realizar estas criticas al proceso de unificación, Auxilio Goñi reivindicará la participación del carlismo en la Guerra Civil y en el bando sublevado.43 Pero criticaría al Movimiento duramente, proponiendo incluso su desplazamiento del poder: “¡Sres. Sus manos ya no son aptas para el manejo de la rueda! ¡Háganse a un lado, que el Carlismo se cree en el poder de empuñar el timón! Porque sólo el Carlismo es capaz de llevar a España a buen puerto con NOSOTROS, VOSOTROS Y ELLOS dentro.”44 En cuanto a la institucionalización del franquismo, Auxilio Goñi, diría que faltaban dos leyes: la ley regional y la ley sindical. Estas leyes eran necesarias en tanto en cuanto España era una monarquía representativa y “¿Cómo puede ser representativa eludiendo dar su puesto a este pueblo aquí presente?” La organización sindical, inspirada en la idea de José Antonio de hacer innecesaria la lucha de clases, no ha conseguido extirpar esta lucha de la empresa, de la base, por eso es necesaria una ley sindical, nos comenta el procurador en Cortes.45 Y añade: “¡Venga entonces la Ley Sindical, y venga para por esa esquina! Esto es lo que no ha hecho el Movimiento. Esto es lo que yo creo que hubiera hecho José Antonio. Y esto es lo que el Carlismo hará. En una palabra, eso que llaman justicia social que casi todo el mundo nombra, a gritos, y casi nadie entiende, y que no es otra cosa que ¡Reparto equitativo de riqueza! ¡Reparto equitativo de cultura! ¡Reparto equitativo del poder socio-económico! ¡Reparto equitativo del poder político!”46 42 “Discurso de Auxilio Goñi”, El Pensamiento Navarro, 7 de Mayo de 1968. “Todo el mundo saber que sin nosotros no hubiera habido Alzamiento Nacional ni, por tanto, movimiento. Y todo el mundo va a saber que sin nosotros, ¡ahora! El Movimiento no tiene sentido.” “Discurso de Auxilio Goñi”, El Pensamiento Navarro, 7 de Mayo de 1968. 44 Ibíd. 45 Ibíd. 46 Ibíd. 43 Por parte de Auxilio Goñi vemos un carlismo que es crítico con el franquismo, pero que se vanagloria de haber participado en la sublevación. Pide reformas dentro del franquismo, pero unas reformas que lleven a una mayor justicia social, que excluya la lucha de clases y que generen un reparto equitativo en todos los ámbitos, destacando, entre otras cuestiones, el reparto equitativo del poder socio-económico. El discurso del señor procurador de Cortes no se puede denominar antifranquista, en el sentido estricto de la palabra, sino crítico con el franquismo, en tanto no comparte la unificación, ni la institucionalización del Estado llevada a cabo por Franco y los suyos; y pide el poder para el carlismo. A pesar de ello, el discurso fue censurado. Distinto sería el discurso de Santiago Coello. Éste hablaba en nombre de la juventud. Y por ello, hablará de la universidad, que para este carlista no es un problema de las fuerzas de orden público, sino un problema de estructura. Hay un problema en la educación de igualdad de oportunidades. Los estudiantes no son menores de edad política y hay que dejarles de tratar así, aseguraba. La universidad tiene que ser autónoma, con representatividad, hay que crear nuevas universidades, etc., pero el Gobierno ha hecho oídos sordos a las protestas durante seis años, sin reforma alguna. Continuará su discurso argumentando que “la paz, bien preciado al que todos aspiramos, está edificada sobre arena.” Y enumerará los motivos: “1. Por la permanencia de unas estructuras capitalistas y anacrónicas en nuestra Sociedad. 2. Por el miedo de las gentes conservadoras, a todo cambio, a toda innovación. Incluso en el orden religioso hay resistencia a aceptar las conclusiones del Concilio […] Como católicos seguimos al Papa y al Concilio […] 3. Por ignorarse sistemáticamente la personalidad de los variados pueblos de la Península, creando graves tensiones. Hay separatistas y separadores. El Carlismo hace más de cien años que propone las mismas soluciones forales al problema separatista. Lamentamos que en 30 años el Régimen no lo haya afrontado en su raíz con una Ley Regional. Parece que últimamente se adivina mejor disposición mental hacia esta candente cuestión. Para terminar con el separatismo hay que acabar también con el centralismo […”47 Hay que destacar alguna de las pancartas que se pudieron leer en el Montejurra de 1968 para poder analizar más correctamente la realidad del acto de aquel importante año: “La 47 “Palabras de Santiago Coello en Estella”, Montejurra, nº 37, mayo de 1968. universidad es un problema de democracia, no de fuerza”; “El futuro se escribe con J, de Justicia”; “Queremos sindicalismo independiente y representativo”; “El separatismo es hijo legítimo del centralismo”; “Justicia y Libertad: SI. Dictadura: NO”; “Nosotros los jóvenes estamos de razones hasta los…”; “El pueblo español es mayor de edad y no quiere niñeras”, son algunas de las pancartas que se exhibieron en la celebración de este Montejurra.48 Son interesantes no solo por los propios mensajes sino porque hay que entender que estás pancartas son del propio pueblo carlista. En el contexto de Montejurra de 1968, el Movimiento Obrero Tradicionalista (MOT) publicó un documento en el que se expresaban una serie de exigencias: la devolución de la nacionalidad de la Familia Borbón-Parma; que se devuelva al carlismo los “bienes injustamente incautados, como locales, periódicos, diarios, etc.”; y parar la solución dinástica que quieren imponer los grupos capitalistas.49 En este mismo contexto, la Editorial SUCVM elaboró una encuesta en marzo de ese año que distribuyó, con interesantes preguntas para los carlistas. Por ejemplo, se preguntaba qué se creía que era el carlismo, si un partido de derechas, una organización patriótica, un partido de izquierdas o una comunión de hombre libres; también preguntaba que “si por “derechas” entendemos conservar un orden social y político injusto, y ser de “izquierdas” el hacer que este cambie hacia estructuras en las que el hombre se sienta libre y hermano ¿Vd. qué sería?” O la pregunta de que si no se conociera el carlismo por qué fuerza política se inclinarían, si por el galantismo, el anarquismo, el socialismo, el juarismo, la democracia-cristiana o si crearía otra nueva.50 La Asociación de Estudiantes Tradicionalistas (AET) de Madrid tampoco dejó pasar la ocasión de elevar un manifiesto en el contexto de Montejurra de 1968, donde exponen su pensamiento sobre la situación de la universidad española, cuyo problema piensan es de estructuras. Y pone de manifiesto un problema de clase: “La Sociedad que ostenta el poder, mantiene su configuración y objetivos capitalistas y sigue prefiriendo que las clases dirigentes sean las únicas que monopolicen la cultura.” Piensan que los planes de estudios están mal planificados, que las cátedras están “mediatizadas y subordinadas a los intereses políticos del Sistema.” Exigían la liberalización de la universidad de 48 “Pancartas exhibidas en Montejurra”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, s.d. “MOT. Los obreros carlistas”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 5 de mayo de 1968. 50 “Encuesta SUCVM”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, marzo de 1968. 49 cualquier ingerencia política; una educación gratuita y abierta a todas las clases; con una gran dotación presupuestaria por parte del Estado; y una representación de los estudiantes a través de cauces democráticos.51 Ya en vísperas de Montejurra se tenían noticias de que la tarde del sábado 4 de mayo se pretendía organizar una manifestación en Pamplona por parte de los carlistas con el objetivo de “pedir para el carlismo el mismo trato y consideración que tenía en 1936 al producirse el Alzamiento Nacional.” Parece ser que el promotor de esta protesta era José Fermín Arrailza Rodríguez-Montes, un destacado carlista conocido por su oposición al régimen franquista. Los organizadores de los actos y algunos carlistas le han intentado disuadir de tales intenciones.52 El propio domingo 5 de mayo de 1968 se produjeron incidentes. A las 22.30 de la noche, tras el acto político un grupo de individuos empezaron a enunciar frases antifranquistas. Uno decía: “¿Franco es un traidor?” y el resto contestaba a coro: “Sí, señor”; y se repetía la escena, “¿El Ministro de la Gobernación un cabrón?”, y volvían a responder: “Sí, señor”. Dada la situación, actúo la Policía Gubernativa, y tomó la filiación del que encabezaba el grupo. Tras denuncias por este incidente actuó la Guardia Civil y fue otra vez detenido y puesto a disposición de los Juzgados de Estella, acusado, con razón, de proferir frases ofensivas contra el Jefe del Estado y el Ministro de la Gobernación. Se trataba de Ángel Manuel García Tabernero, de 28 años de edad, que era perito industrial y vivía en la provincia de Zaragoza.53 Pero no fue el más importante de los incidentes. Hubo otro. Otro protagonizado entre un grupo de tradicionalistas y un grupo de jóvenes carlistas. Comenzaban en 1968 a visibilizarse las diferencias ideológicas entre el nuevo sector que estaba surgiendo en el seno del carlismo y los tradicionalistas. Por la noche, un grupo de estos venidos de Santander, algunos de ellos excombatientes de Tercios de Requetés, fueron increpados por un grupo de jóvenes. Entre los primeros se encontraba un conocido redactor de la revista tradicionalista ¿Qué pasa?, Robetor G. Bayod Pallares. Los jóvenes estuvieron buscando a este señor, pero no lo volvieron a encontrar, al parecer se escondió porque 51 AET Estudiantes Carlista de D.U. DE MADRID: “Manifiesto”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, s.d. 52 “Montejurra”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 25 de abril de 1968. 53 “Incidente en Estella”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 9 de mayo de 1968. los jóvenes amenazaron con despellejarle.54 El señor Pacheco Pérez denunció los hechos y expuso que: “Según sus impresiones, la situación es bastante grave, porque se han apoderado del Carlismo una oleada de jóvenes de tendencia socialista partidarios incondicionales de los Príncipes D. Carlos Hugo de Borbón y Parma y Doña Irene, que menosprecian a los excombatientes de los Tercios, como se ha demostrado en la concentración de Montejurra, donde, al parecer, se han producido varias agresiones e incidente. Además de expresiones contrarias al Régimen.”55 Los tradicionalistas acusan a los Grupos de Acción Carlista (GAC), un grupo carlista que defendía la lucha armada y el socialismo democrático56, de ser quienes inician los incidentes en Estella. El Régimen tomó nota de aquellos sucesos. Fue denunciado, detenido, llevado a juicio y absuelto un carlista llamado Ángel Manuel García Tabernero que en dicha concentración de Montejurra de 1968 había injuriado al Jefe del Estado y al Ministro de la Gobernación. 57 Vemos como en mayo de 1968 el conflicto ideológico entre tradicionalistas y los que apoyaban la nueva línea del carlismo estaba en ebullición. De aquí a las escisiones del tradicionalismo y al acto terrorista de Montejurra de 1976, donde las diferencias ideológicas entre tradicionalistas y carlistas se cobraron dos vidas, las de Ricardo y Aniano, cuando el tradicionalismo comandado por don Sixto de Borbón-Parma fue a “conquistar” Montejurra, acompañado de lo más granado del fascismo nacional e internacional.58 Que en Montejurra de 1968 se visibilizó la nueva línea política del carlismo es un hecho. En una entrevista a Juan Palomino, presidente de la Junta Suprema del carlismo, unos días después de Montejurra se hablaría de ello: “Señor Palomino, ¿La propaganda y las pancartas mostradas en el acto político de la plaza de los Fueros de Estella, son la nueva línea política del carlismo? - 54 Cierto. El acto de Montejurra de este año responde plenamente a la línea política actual del carlismo. En cada momento histórico nosotros hemos estado “Actividades tradicionalistas”, AGA, Cultura, Caja 42/8922, Carpeta 1, 13 de mayo de 1968. Ibid. 56 Javier ONRUBIA REBUELTA: La resistencia carlista a la dictadura de Franco: los “Grupos de Acción Carlista” (G.A.C), p. 19 y pp. 21-24. 57 Daniel Jesús GARCÍA RIOL: La resistencia tradicionalista a la renovación ideológica del Carlismo (1965-1973), Tesis doctoral, UNED, 2016, pp. 120-124 y Josep MIRALLES CLIMENT: Josep MIRALLES CLIMENT: El carlismo militante…, p. 109. 58 Josep MIRALLES CLIMENT: El carlismo militante…, pp. 391-403. 55 en vanguardia para reclamar lo que es de justicia para el pueblo. Y hoy el pueblo quiere soluciones modernas a los problemas de hoy. En el momento actual, con su dinastía y con su pueblo a la cabeza, da la cara como siempre lo hemos hecho. Un ejemplo restrospectivo lo tiene usted en el año 1931, cunado todos los partidos eludieron la realidad. Entonces el carlismo surgió jóven, pujante y dio la cara.”59 Montejurra de 1968 fue un punto de inflexión, no solo porque sería el último Montejurra con la Familia Borbón-Parma, expulsada de España, sino porque además las cosas desde entonces cambiaron exponencialmente, como ya se ha comentado. El Montejurra de 1969 los carlistas rompieron los cordones policiales y entraron en Estella. En la celebración del acto político acabaron quemando, tras una manifestación de 5000 jóvenes, un enrome retrato de Franco.60 Del acto de 1967, en cambio, aunque reconocido como “la mayor concentración de la historia del carlismo” por los propios carlistas, no se conocen disturbios, ni problemas, ni proclamas antifranquistas. Era otro momento.61 Conclusiones Decíamos al inicio que el año 1968 es un año destacado en la historia del tiempo presente. Aquel año, Fidel Castro, lo declaró Año del Guerrillero Heroico, en memoria de Ernesto Che Guevara, que había muerto en Bolivia en octubre del año anterior. En Asia, estaba en marcha la Revolución Cultural China y hubo revueltas estudiantiles en otras zonas. Estaba teniendo lugar también, la Guerra de Vietnam, que en enero sufrió la ofensiva del Tet por parte del Frente de Liberación Nacional o Vietcong, que hizo que Estados Unidos comenzará a desvincularse del conflicto. En enero también, el presidente estalinista de Checoslovaquia fue sustituido como secretario del Partido Comunista de Checoslovaquia por un reformista.62 Tuvo lugar la primavera de Praga, las revueltas de estudiantes en Polonia y Yugoslavia, en España, en Italia, y, por supuesto, en Francia. Mientras, en Estados Unidos, el movimiento por los derechos civiles de las personas de color se radicalizó, con los Panteras Negras y en abril murió asesinado el líder de la lucha por los derechos civiles, 59 “Entrevista a Don Juan Palomino”, El Alcazar, 9 de mayo de 1968. Josep Carles CLEMENTE: Historia general del carlismo, Madrid, F. Mesa, 1992, p. 535. 61 CASPISTEGUI GORASURRETA, Francisco Javier: El naufragio…, p. 309. 62 Geoff ELEY: Un mundo que ganar…, pp. 339-340. 60 Martin Luther King.63 En definitiva, fue un año especialmente convulso en el ámbito estudiantil, obrero y en el ámbito internacional. Y es en este contexto en el que hay que situar a Montejurra de 1968, como un acontecimiento más de esa oposición al régimen franquista en España y en la cultura política de 1968, de Che Guervara, de Mao TseTung, de la lucha contra el imperialismo yanqui, etc. En la experiencia del que escribe como estudiante de Historia, se ha pasado de manera muy laxa por los acontecimientos de 1968 en España, reduciendo su importancia a dos acontecimientos, por un lado, el recital de Raimon en la Facultad de Económicas, importante porque pasábamos todos los días por aquel hall; y la muerte en sospechosas circunstancias de un estudiante, ya en 1969, Enrique Ruano. Pero las revueltas estudiantiles en la España franquista tuvieron su importancia. Ya desde el inicio del curso 1967-68 se normalizaron los conflictos en el ámbito de la universidad, y no solo conllevo detenciones y cierres de facultades, también la declaración en 1969 del Estado de Excepción y, por tanto, la suspensión de varios artículos del Fuero de los Españoles.64 Lo que estaba ocurriendo en el seno del carlismo ideológicamente hablando, reflejado en Montejurra de 1968, se circunscribe en la cultura política de la primavera de 1968; y además, se trata también de una contestación al régimen, al poder, es por ello que quizás resulte un acontecimiento pertinente de tratar en este contexto. 63 Geoff ELEY: Un mundo que ganar…, pp. 340-341. José Álvarez COBELAS: Envenenados en cuerpo y alma. La oposición universitaria al franquismo en Madrid (1939-1970), Madrid, Siglo XXI, 2004, pp. 223-277. 64