Ephemeral Archaeology
Arqueología Efímera
Angel Morillo Cerdán,
Marcus Heinrich Hermanns,
Javier Salido Domínguez
(eds.)
Impressum
296 Seiten mit 194 Abbildungen
Titelabbildung: Amt für Archäologie Thurgau (Beitrag 2, Abb. 9) – Ángel Morrillo Cerdán – Juan Carlos Guisado
di Monti (Beitrag 17, Abb. 4) – Terra Arqueos, Museos Arqueológicos de Gijón (Beitrag 11, Abb. 5.3).
Bibliografische Information der Deutschen Nationalbibliothek
Die Deutsche Nationalbibliothek verzeichnet diese Publikation in der Deutschen Nationalbibliografie;
detaillierte bibliografische Daten sind im Internet über http://dnb.d-nb.de abrufbar.
© 2019 by Nünnerich-Asmus Verlag & Media, Mainz am Rhein
ISBN 978-3-96176-073-2
Lektorat: Gabriela Paff
Gestaltung des Titelbildes: Addvice Design & Advertising
Satz und Layout: Jürgen Franssen
Alle Rechte, insbesondere das der Übersetzung in fremde Sprachen, vorbehalten.
Ohne ausdrückliche Genehmigung des Verlages ist es auch nicht gestattet, dieses Buch oder Teile daraus auf
fotomechanischem Wege (Fotokopie, Mikrokopie) zu vervielfältigen
oder unter Verwendung elektronischer Systeme zu verarbeiten und zu verbreiten.
Printed in Germany by Nünnerich-Asmus Verlag & Media
Weitere Titel aus unserem Verlagsprogramm finden Sie unter:
www.na-verlag.de
Abbildungsnachweis
Wir haben uns bemüht, für alle Abbildungen die entsprechenden Rechteinhaber zu ermitteln.
Sollten dennoch Ansprüche offen sein, bitten wir um Benachrichtigung.
Die Bildrechte sind am Ende der einzelnen Beiträge aufgeführt oder liegen bei den Autoren.
Ephemeral Archaeology
Products and perishable materials in the archaeological
record of Roman times
Arqueología Efímera
Productos y materiales perecederos en el registro
arqueológico de época romana
Angel Morillo Cerdán,
Marcus Heinrich Hermanns,
Javier Salido Domínguez
(eds.)
La edición del presente Coloquio corrió a cargo del Proyecto de Investigación “Paisaje y territorio militarizado en la
Hispania romana: movilidad y transferencia cultural (siglos II a. C.-IV d. C.)” (I+D HAR2017-85929-P), financiado
por Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), cuyos investigadores principales son Ángel Morillo y Cruces Blázquez.
Asimismo la presente edición cuenta con el gran apoyo financiero del Departamento de Arqueología del Kanton
Thurgau (Suiza), encabezado por Hansjörg Brem, institución responsable de todos los aspectos arqueológicos de
este Cantón, desde la prospección hasta la puesta en valor y la divulgación de los contextos, así como la salvaguarda
y el mantenimiento de los yacimientos arqueológicos. Dentro de este ámbito cabe destacar los numerosos yacimientos en los que los materiales orgánicos se han preservado en excelentes condiciones, que abarcan un abanico
temporal desde la época neolítica hasta la Edad Media. El yacimiento más importante es, sin duda, el vicus romano
de Tasgetium situado a orillas del rio Rin, del cual se han dado a conocer en los últimos años una serie de hallazgos
orgánicos extraordinariamente conservados.
Igualmente, hemos contado con la ayuda económica de la Diputación Foral de Gipuzkoa, institución que gestiona
el Centro de Colecciones Patrimoniales de Gipuzkoa (Gordailua), que cuenta con un equipamiento avanzado para
el tratamiento y conservación del patrimonio arqueológico orgánico y saturado de agua. También hemos recibido
la ayuda económica del Proyecto Docemus (“Red digital para un milenio de documentación epigráfica en museos y
archivos de la Comunidad de Madrid”, de la Comunidad de Madrid [S2015/HUM-3377]), dirigido por Isabel Velázquez, a través del Grupo de investigación UCM “Ciudades Romanas”.
A todos ellos queremos expresar nuestro agradecimiento por contribuir a la presente edición.
The edition of the present Colloquium was carried out by the Research Project “Paisaje y territorio militarizado en
la Hispania romana: movilidad y transferencia cultural (siglos II a. C.-IV d. C.)” (I+D HAR2017-85929-P), financed
by the Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, as well as the Agencia Estatal de Investigación (AEI)
and the European Regional Development Fund (ERDF), whose main researchers are Ángel Morillo and Cruces
Blázquez.
This edition has also received great financial support from the Department of Archaeology of the Kanton Thurgau
(Switzerland), headed by Hansjörg Brem, institution responsible for all the archaeological aspects of this Canton,
from prospecting to the enhancement and dissemination of the contexts, as well as the safeguarding and maintenance of the archaeological sites. Within this area, it is worth mentioning the numerous sites in which organic
materials have been preserved in excellent conditions, covering a range of time from the Neolithic period to the
Middle Ages. The most important site is, undoubtedly, the Roman vicus of Tasgetium located on the banks of the
river Rhine, which has released a series of extraordinarily preserved organic findings in recent years.
Likewise, this edition has counted on the financial support of the Provincial Council of Gipuzkoa, an institution
that manages the Patrimonial Collections Center of Gipuzkoa (Gordailua), which has advanced equipment for the
treatment and conservation of the organic and water-saturated archaeological finds. Finally, this edition has been
made possible by a financial support from the Docemus Project (“Red digital para un milenio de documentación
epigráfica en museos y archivos de la Comunidad de Madrid”, de la Comunidad de Madrid [S2015/HUM-3377]),
directed by Isabel Velázquez, through the UCM Research Group “Roman Cities”.
To all of them, the editors want to express their gratitude for contributing to this edition.
Mit freundlicher Unterstützung von:
Índice
Presentación
7
MATERIALES Y ESTRUCTURAS CONSTRUCTIVAS
Carmen Alfaro Giner
El color púrpura en época romana: aspectos de su realidad y pervivencia
15
Hansjörg Brem
Wooden finds from the roman settlements of Vitudurum and Tasgetium
31
Rosalía-María Durán Cabello
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
39
Ángel Gea García y Carmen Dávila Buitrón
Los materiales orgánicos en el contexto arqueológico: problemas de conservación
y protocolo de actuación
51
Élise Marlière
El odre y el tonel en época romana. Testimonios arqueológicos e iconográficos
67
César Oliveira
Chromatography and DNA: New Perspectives
79
Nicholas Márquez-Grant y Júlia Olivé Busom
Arqueología efímera: ¿Qué nos dicen los huesos? Enfermedades, dietas y estado de salud
en el contexto antropológico-arqueológico
85
María Isabel Rodríguez López
El mobiliario doméstico romano: muebles de asiento y reposo
93
Javier Salido Domínguez
Recientes aportaciones de la arqueobotánica al estudio del grano en época romana
109
CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Juan C. Castro Carrera, Soledad Prieto Robles, Miguel Sartal Lorenzo,
Ángel Acuña Piñeiro, María J. Iglesias Darriba, Eduardo Rodríguez Sáinz,
Rebeca Tallón Armada y Adolfo Fernández Fernández
La salina romana de evaporación solar de O Areal-Vigo (Galicia, España).
Un ejemplo de arquitectura “efímera” conservada
127
Carmen Fernández Ochoa y Almudena Orejas Saco del Valle
Las excavaciones del edificio de la Antigua Fábrica de Tabacos (Gijón, Asturias, España):
los materiales orgánicos
143
Marcus Heinrich Hermanns
La madera en los contextos arqueológicos subacuáticos: el caso de la Península Ibérica
161
María Martín-Seijo
Madera y sal: estructuras y objetos de madera recuperados en las salinas romanas
de O Areal (Vigo, Galicia)
179
Rui Morais
Vasa Mellaria and Terracotta Beehives from the Roman Period in Portugal
193
Ángel Morillo Cerdán, Victorino García Marcos y Marcus Heinrich Hermanns
Estructuras de madera en los contextos arqueológicos del campamento romano
de León (España)
199
Joaquim Pera Isern y Josep Guitart Durán
Explotación de los recursos vegetales en la ciudad romana de Iesso (Guissona, Lérida)
en los siglos II a. C. - I d. C.
215
Juan Aurelio Pérez Macías y Aquilino Delgado Domínguez
Materiales perecederos en las minas romanas de Hispania
231
Mariano Rodríguez Ceballos
Lutografía y escultura en la Cueva de Román (Clunia, Coruña del Conde, Burgos, España)
249
Mertxe Urteaga y Pía Alkain
Calzado, tejido y otras colecciones orgánicas en Oiasso (Irun)
263
Abstracts
281
6
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
Rosalía-María Durán Cabello (Universidad Complutense de Madrid)1
1. Introducción
Divina natura dedit agros, ars humana aedificavit urbes (Var., R. 3. 1. 4)2. Tal y como señala
Varrón, el ingenio humano tiene como una
de sus máximas expresiones el arte de construir y su plena representación en la Antigüedad la encontramos en las aglomeraciones
urbanas. En el mundo romano se establece la
diferencia entre obras propias de ingenieros,
como son la mayor parte de las obras públicas (puentes, acueductos, puertos, etc.) y las
creaciones propias de arquitectos, centradas
en idear un diseño y su plasmación material.
No se pretende abordar aquí una visión genérica de la arquitectura romana, sino considerar las construcciones romanas en cuya
fábrica la madera es un componente principal (opus craticium), dejando por supuesto
al margen el uso de dicho material durante
el proceso edilicio (andamios, encofrados o
maquinaria de construcción (machinae).
El opus craticium es un tipo de aparejo que
durante muchos años ha pasado prácticamente desapercibido en los trabajos sobre
arquitectura romana. Ha sido recientemente
cuando se ha comenzado a considerar de otra
manera. En efecto, su estudio no siempre
aparece en los tratados generales y son muy
escasos los estudios particulares. Posiblemente sea debido a la pobreza de sus materiales así como a las escasas huellas que dejan
en el registro arqueológico, unido a un concepto muy “clásico” y de raigambre artística
sobre la arquitectura romana, centrada básicamente en la arquitectura pública expresión
del poder realizada con piedra, hormigón y
material latericio.
Uno de los principales problemas que encontramos al acometer su estudio es consecuencia de lo efímero de los materiales constitutivos de este aparejo: la madera y la materia
vegetal (juncos, ramajes, cañizo). Su conservación es difícil en amplias zonas del Imperio romano, especialmente en la cuenca del
Mediterráneo. A esta circunstancia hay que
añadir, además, la dificultad que entraña
excavar dichas evidencias arqueológicas.
En la mayor parte de los casos, es frecuente
encontrar restos de los elementos vegetales
del opus craticium y, habitualmente, sólo se
puede documentar la impronta creada tras
la desaparición de las vigas de madera o del
cañizo de paredes y techos. Por el contrario,
en las zonas en que la climatología ofrece
una mayor humedad y la naturaleza edafológica lo permiten, como las regiones septentrionales del Imperio romano (Britannia,
Germania, Gallia, Raetia, Panonnia etc), se
encuentra la materia vegetal en muy buen
estado de conservación debido a su conservación en condiciones anaeróbicas. Así, por
ejemplo, encontramos incluso listones de
madera insertos en su contexto constructivo
tanto en los alzados como en las fundaciones
de las casas.
La abundante presencia en la naturaleza de
las materias primas utilizadas en esta fábrica
así como la sencillez de la construcción convirtieron al opus craticium en un aparejo muy
económico y, consecuentemente, en la técnica constructiva más utilizada en la arquitectura privada romana aunque la arquitectura pública ofrece su particular adaptación
de este tipo de aparejo: este sería el caso del
opus Africanum.
Antes de proseguir debemos puntualizar
que aquí sólo abordaremos el estudio del
opus craticium en la arquitectura civil, pese
a que son conocidas numerosas evidencias
de esta técnica en el ámbito militar. Así se
han documentado ampliamente en campamentos, fuertes y vicus militares de las regiones de la frontera septentrional del Imperio.
Dicha técnica se hace extensiva a otras zonas
donde se dan las características necesarias de
humedad y vegetación. Su empleo se verifica
incluso en Hispania, siendo León su ejemplo
mejor conocido (Morillo 2012: 227), algo que
podemos ver incluso en otro capítulo de esta
misma obra. El análisis de las evidencias de
opus craticium en arquitectura militar requeriría un capítulo específico.
39
Materiales y estructuras constructivas
2. El opus craticium: cuestiones
terminológicas
Lo primero que debemos considerar es la
siguiente cuestión: ¿qué se entiende por opus
craticium?. Este apelativo designa al sistema
constructivo realizado mediante una estructura de vigas de madera ensambladas entre
sí, a modo de bastidor, cuyos espacios intermedios aparecen rellenos con distintos materiales. Las vigas se disponen tanto en sentido
vertical como horizontal y, en ocasiones, de
manera oblicua; suelen estar machihembradas entre sí y, según las circunstancias,
su unión puede estar reforzada mediante el
uso de clavos o puntas de hierro. Respecto a
los materiales que obturan el entramado así
creado se ha documentado una amplia variedad: cañizos o juncos macizados con barro,
carrizo, tapial, adobe, mampostería de piedra volcánica, ladrillos de acarreo, etc.
En segundo lugar hay que hay que puntualizar es que el término opus craticium no existe
como tal en Roma. Ni siquiera Vitrubio lo
menciona de esta manera. Se trata de un cultismo, latinista, bastante reciente, creado por
Lugli (1957), como bien subraya Bacchetta
(2003:123) basándose en el trabajo de Callebat y Fleury (1995). Y para demostrarlo analizaremos brevemente, las fuentes clásicas
y sus comentarios acerca de dicho sistema
constructivo.
Vitruvio3, en el libro segundo de su tratado,
menciona un aparejo (paries craticius) que
consiste en un armazón de madera, cuyos
huecos o paneles están macizados. En ese
mismo apartado se remonta a los orígenes
de dicha técnica (Vitr. 2. 8. 20; cf. Oliver
Domingo 1995: 71-72) y viene a decir que las
paredes construidas con cegamiento vegetal (de zarzos, cañizo, juncos o ramajes)
ofrecen determinadas ventajas como son la
rapidez de ejecución y la posibilidad de crear
espacios más amplios. Sin embargo, según
Vitruvio, también presentan un grave inconveniente como es su alta inflamabilidad. En
opinión de Rougier-Blanc, Vitruvio realiza
esta crítica porque considera que el sistema
constructivo está lejos del genio romano
(Rougier-Blanc 2011:16). Por todo ello, muestra su preferencia por los muros realizados
con elementos de barro cocido –se entiende
que en los entrepaños–, en detrimento de
40
los puramente vegetales, aunque resulten un
poco más caros. También resalta los defectos y peligros constructivos que conlleva este
tipo de técnica como son las grietas, que se
forman a resultas, según él, de emplear vigas
perpendiculares y transversales (riostras). Si
bien, para contrarrestar estos peligros aconseja, a aquellos que no puedan permitirse
otro tipo de fábrica, que levanten la construcción construyendo primero una base
elevada en piedra que no afecte a los cascotes
de los entrepaños ni al pavimento, ya que con
el paso del tiempo los zarzos se corrompen,
se hunden, pierden la verticalidad y arruinan los enlucidos (Vitr. 2. 8. 20; cf. Oliver
Domingo 1995: 71-72).
La propia denominación en español de
“zarzo”, según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española deriva del
antiguo “sarzo”, que proviene del verbo “sarzir”, del latino sarcire (zurcir). Y expresa en
su primera acepción “tejido de varas, cañas,
mimbres o juncos, que forman una superficie plana”.
Vitruvio también indica cuándo es el mejor
momento para talar los árboles y cómo ha de
hacerse, de forma que su secado sea óptimo
para su empleo en la construcción y también
enumera las especies más aptas para tales
fines: el roble, el olmo, el álamo, el ciprés y el
abeto (Vitr. 2, 9: 2-3 y 5; cf. Oliver Domingo
1995: 73).
Aparte de Vitruvio, no son muchas las referencias que se encuentran en la literatura
clásica que traten estas cuestiones de edilicia. Plinio menciona la cratis parietum (Nat.
35. 48). De los textos clásicos que tratan del
mundo rural las únicas referencias que
hemos encontrado están en Catón (De agri.
1. 14) que habla expresamente de fábrica de
ladrillo para la edificación de la residencia
del dominus4. En ningún momento se menciona al opus craticium, pese a que hubo de
ser el sistema imperante aunque es probable
que se emplease preferentemente en la pars
rustica.
Siglos más tarde, hallamos nuevas referencias en las Etymologiae de San Isidoro de
Sevilla5. En ellas se explica el origen del término “paredes”, que alude a que siempre se
construyeron por pares (paries), esto es dos
a dos, independientemente de que se trate
de una estancia cuadrangular, hexagonal
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
u octogonal (Ethim. 15.8; cf. Oroz y Marcos
2006: 1076). El más interesante para nuestro
trabajo es el libro 19, donde se denomina crates al molde de madera con que se fabricaban
tanto ladrillos como adobes. Es posible que
sea la asimilación del opus craticium con el
ladrillo porque, según explica, el molde es
una suerte de enrejado con ensambladuras
de cañas entre las que se deposita el barro;
atribuye su etimología al griego κρατεῖν que
significa “que se sostiene uno a otro” (Oroz y
Marcos 2006:1278-1279). En nuestra opinión
se asemeja en exceso a la fábrica que describe
Vitruvio, por lo que podría entenderse como
una generalización del craticium cuya denominación podría extenderse incluso para
designar las formae con que se fabricaban los
ladrillos.
3. Breve historiografía sobre el empleo del
opus craticium en la arquitectura romana
Como veremos en este apartado, el estudio
de una fábrica que deja tan poco rastro en el
registro arqueológico por la humildad de sus
materiales, no ha sido demasiado extenso, si
bien es cierto que los investigadores dedicados al ámbito de la arquitectura y la ingeniería romana no la han ignorado por completo.
Sin embargo, debemos puntualizar que existen pocos trabajos específicos sobre el particular aunque a partir de la década de los años
70 del siglo XX, y como consecuencia de la
renovación sufrida por los estudios de arquitectura romana y la aplicación sistemática
del método estratigráfico, el conocimiento e
interés por el tema se incrementa de manera
notable.
Aunque desde el siglo XIX hay publicaciones
dedicadas al estudio de la arquitectura y la
ingeniería romana, ninguna muestra interés
por dicho aspecto ya que, fundamentalmente,
se dedican a los restos más monumentales
y mejor conocidos. Hay que aguardar a los
estudios realizados por G. Lugli (1957) quien
aborda, de manera sistemática, el análisis de
los elementos constructivos como paso previo al estudio del monumento. En el capítulo
introductorio hace un apartado dedicado a la
denominación que los antiguos daban a los
distintos aparejos (Lugli 1957: 40-49) y, lógicamente, la fuente principal es Vitruvio. Pese
a la brevedad que dedica a la fábrica gratic-
cia, subraya que el término hace referencia
tanto al núcleo del muro como al paramento
exterior, ya que se emplea indistintamente
en muros de fachada como en medianeras
(Lugli 1957: 46). De gran interés es la síntesis
del mencionado subapartado, donde crea la
denominación de opus craticium para aludir a una fábrica de enrejado de madera, con
paredes laminadas, que presenta las cajas
rellenas con piedra, arcilla y tierra, amasado
todo en conjunto (Lugli, 1957: 48).
El clásico manual de Boëthius y Ward-Perkins menciona este aparejo sin apenas detenimiento al tratar de la arquitectura doméstica etrusca y, en el caso de la arquitectura
romana correspondiente al periodo imperial,
realmente sólo prestan atención al opus caementicium y casi se obvia en el capítulo dedicado a la arquitectura doméstica (Boëthius y
Ward-Perkins 1974). Un caso muy similar lo
constituye otra de las obras clásicas de referencia sobre arquitectura romana de época
imperial como el libro de MacDonald (1982).
En él no se tratan más que los edificios oficiales y, respecto a los aparejos, únicamente
se detiene en el ladrillo y en el hormigón.
En ambos casos la técnica edilicia no es de
su interés sino más bien el empleo del gran
aparejo (sillares) y el hormigón y, de manera
secundaria, el ladrillo.
En la década de los ‘80 del pasado siglo, coincidiendo con el auge de los estudios sobre
técnica constructiva romana, se publica el
estudio de Jean-Pierre Adam (1984). Se trata
de un completo manual que aborda tanto
las cuestiones relativas a los aparejos como
aspectos puramente técnicos para aportar
una mejor comprensión de la arquitectura
romana. Se podría decir que es el texto más
importante hasta esa fecha en el tratamiento
del opus craticium o “pan de bois”, como
se denomina en francés (Adam 1984: 132135). Adam pone de manifiesto las diferencias tanto constructivas como estructurales
existentes entre los paramentos interiores
de craticium y aquellos que configuran la
fachada, localizados preferentemente en los
pisos superiores (Adam 1984:133). Para las
mismas fechas, aproximadamente, vieron la
luz los trabajos de Roberto Marta. Estos son,
básicamente, una síntesis sobre arquitectura
y edilicia romana. El autor trata la fábrica de
graticcio pero de manera extremadamente
41
Materiales y estructuras constructivas
Fig. 1 Restitución parcial de un cuadrante
de opus craticium
del que únicamente es original el
tranversarius o viga
durmiente. Este tipo
es el atestiguado para
estructuras militares,
tal y como se expone
en el LIMESEUM de
Ruffenhofen.
concisa y sin contribuir con nuevos datos o
reflexiones; ni siquiera aporta un elenco de
ejemplos (Marta 1985: 31; 1986: 24-25).
Por otra parte, los franceses René Ginouvès
y Roland Martin en su Diccionario sobre
arquitectura griega y romana incluyen la
fábrica de craticium entre las técnicas de
construcción realizadas con materiales vegetales. En diferentes voces tratan las distintas
partes que componen dicho aparejo así como
las diferentes posibilidades del panelaje
(Ginouvès y Martin 1985: 83-88). Poco después se publicó la obra de Callebat y Fleury
(1995) que consiste en un diccionario donde
se compendian y explican los términos técnicos que aparecen en la obra de Vitruvio.
A comienzos de la presente centuria, Gros
(2001) aborda el estudio de la arquitectura
privada romana, pero obvia el análisis de las
técnicas constructivas, incluso al estudiar las
casas del ámbito vesubiano. Su interés se centra en cuestiones volumétricas, espaciales y
decorativas, más en la línea de los manuales
de la década de los años 70 del siglo pasado.
Esta carencia se vuelve a poner de manifiesto
en publicaciones más recientes, como es la de
Cifani (2008), donde no se trata de manera
profunda las cuestiones puramente materiales. Poco posterior es el libro de Malacrino
(2010) dedicado a la arquitectura clásica.
Aunque realiza un acercamiento a la técnica
constructiva, se decanta por la arquitectura
pública así como por cuestiones de planimetría y decoración arquitectónica.
Sin embargo, debemos destacar el trabajo de
Bacchetta (2003) dedicado a la arquitectura
romana en el ámbito rural. En dicho estudio
aborda, de manera rigurosa, el opus craticium
y haciendo nuevas aportaciones. Entre otras
cuestiones indaga sobre la etimología del término y realiza una reflexión crítica notable.
De las apreciaciones que hace destacamos el
hecho de que bajo la denominación de opus
craticium, se engloban diferentes modelos y
formas constructivas. El origen de todo es
el término latino crates que significa “enrejado, zarzo, cañizo”. Bacchetta, señala que en
razón de su etimología y las aportaciones de
las fuentes, craticium atañe sólo a las fábricas
realizadas únicamente con cañas y/o ramas
unidas fuertemente entre sí mediante cordajes (Bacchetta 2003: 123).
No menos interés reviste el libro de Ulrich
dedicado al trabajo de la madera en época
romana. En él se aborda el opus craticium
y el investigador considera que esta técnica
edilicia evoluciona a partir de las construcciones de zarzo y enfoscado, pero que nunca
fue suplantado totalmente. Define el “zarzo”
como paredes formadas mediante marcos de
madera, cegados con un panel de rejilla. Si
bien señala que el relleno más popular era de
mortero y escombros, que era la forma más
barata, que se embellecía mediante el enfoscado de las fachadas o la decoración pictórica
en los espacios interiores (Ulrich 2007: 97 y
98) (Fig. 1).
4. Elementos estructurales del opus
craticium
Como ya se ha dicho más arriba, técnicamente el opus craticium consiste en un aparejo configurado por un armazón de madera
que actúa como un bastidor y que forma
una suerte de retícula (Fig. 2). Los espacios o
paneles huecos que se crean se macizan con
materiales de distinta naturaleza: tapial, adobes, cañizo y/o ramas trenzadas revestidas de
tierra, ladrillo, cascote trabado con mortero
etc.
Arquitectónicamente, las vigas horizontales reciben el nombre de durmientes (Toajas
2009: 55). Dicho término se aplica a cualquier
madero o listón dispuesto directamente y en
toda su longitud sobre el suelo u otro sitio
para servir de base a postes o puntales (Pari-
42
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
cio 1999: 68). Lo más curioso del caso es que
se existe una pequeña controversia a cerca
de su nombre latino. Así, Ginouvès y Martin sólo dan a conocer su denominación en
griego clásico: ὁ θρᾶνος (Ginouvès y Martin
1985: 87), y no exponen en ningún momento
sinónimos latinos de tal concepto. Por su
parte, Ulrich, denomina a las vigas o maderos durmientes como transversarius (Ulrich
2007: 96 y 99) aunque dicho término, según
Ginouvès y Martin, hace referencia a otra
pieza del armazón. Actualmente, en ocasiones, las vigas horizontales de la parte inferior
de la construcción, las que se colocan sobre
la cimentación, se designan como solera o
citarón; este último término hace referencia
al “zócalo de albañilería sobre el cual se pone
un entramado de madera” (sic, Diccionario
RAE, s.v.). La existencia del citarón está destinada a aislar tanto el bastidor de madera
como los entrepaños macizados con adobes
o tapial de la humedad de la tierra, ya que,
por capilaridad, podría arruinar fácilmente
la fábrica.
Respecto a las vigas verticales, hay que decir
que en ingeniería se entiende por montante
a toda pieza vertical que, sin ser columna o
pilastra, sostenga una construcción. En latín
se denominan como arrectarius o arrectarium (Ginouvès y Martin 1985: 87). Y el
diccionario de la RAE dice que “es un pie
derecho de una máquina o armazón” (Diccionario RAE, s. v.), con un clara función
sustentante.
Para formar la estructura o armazón de
madera de la construcción, las vigas de
madera han de unirse entre sí en ángulo
recto, ya sea en el paramento como en los
ángulos. Si bien, en ocasiones, ante la necesidad de atirantar los paneles creados y evitar
pandeos, se utilizaron riostras (Toajas 2009:
315). Se entiende por riostra el elemento metálico o de madera que se dispone en diagonal
y cuya función es la de mantener la posición
o reforzar un marco estructural. Las riostras son piezas estructurales, también, y se
colocan de manera transversal en el bastidor
cuadrangular previamente formado. Su función no era otra que la de reforzar el marco
y mantener el ángulo recto de la unión. En
latín recibe el nombre de transversarius
(Ginouvès y Martin 1985: 87, nº 38).
Un dato fundamental a la hora de realizar
estudios de arquitectura, es el análisis de las
fábricas y, especialmente, la mensiología de
los elementos constructivos. Dependiendo
del tipo de aparejo que se considere, serán
determinadas medidas las que nos hablen
sobre la regularidad de la construcción así
como de la organización del trabajo. En este
sentido las dimensiones del craticium, ha
sido Ulrich quien inició esta vía de documentar y publicar estos datos. En efecto,
estudia la denominada “Casa del Graticcio”
de Herculano y se detiene en las vigas verticales (arrectaria) o montantes y comunica
las dimensiones de las mismas, concretamente de los grosores; estos oscilaban entre
los 8 y 12 cm. mientras que los durmientes
presentaban entre 6 y 8 cm. Asimismo aporta
testimonios específicos acerca de las dimensiones de los paneles o entrepaños formados
por el armazón lígneo de tendencia cuadrada. Estos huecos o entrepaños, se macizaron con escombros trabados con mortero, de
manera que se obtuvo una suerte de hormigón (Ulrich 2007: 99). Dicho autor también
aporta datos sobre el Augusteum de Herculano y constata que las arrectaria tenían unos
8 cm. de espesor mientras que las transversaria oscilaban entre 5 y 6 cm. Si bien en el
caso de este edificio público, que daba sobre
el decumanus maximus, los paneles que se
configuraron no eran tan regulares como los
realizados en la Casa del Graticcio. En este
caso, los entrepaños tienen una dimensión
constante en anchura, ca. 78 cm, mientras
que su altura varía y oscila entre 83 y 92 cm
(Ulrich 2007: 99-100).
Por último habría que mencionar el sistema
de macizado de los bastidores de madera.
Hay que volver a subrayar que la abundancia de materiales para el taponamiento de
los bastidores (arcilla, arena, latericio fragmentado, esquirlas de piedra y mortero),
hicieron que este tipo constructivo, ya de por
sí muy extendido, se hiciese aún más popular después del brutal terremoto del año 62
d. C. en la Campania, tras el cual hubo que
reconstruir numerosos edificios (Papaccio
y Salvatori 1991: 35). Era una manera de reaprovechar los cascotes provenientes de los
derrumbes, ahorrando materiales y logrando
fábricas que eran más resistentes a los terremotos, como se verá más abajo.
43
Materiales y estructuras constructivas
5. Precedentes del opus craticium: del
mundo griego a la época romana
altoimperial
Como se ha expuesto en las líneas anteriores,
uno de los problemas que plantea esta fábrica
es su escasa perdurabilidad y, por ende, su
difícil detección en las excavaciones arqueológicas. Sin embargo, a partir de las últimas
décadas del siglo XX gracias a la aplicación
del sistema “open area”, son cada vez más los
datos que poseemos a cerca del uso de esta
técnica edilicia.
En primer lugar hay que subrayar que el opus
craticium no es un aparejo estrictamente
romano pues existen testimonios arqueológicos, al menos, desde la Edad del Bronce (Laumain 2011: 700). En la Península Itálica se
conocen abundantes ejemplos pertenecientes a época arcaica y plenorrepublicana en
Italia (Ruggieri 2012; Amoroso et alii 2009).
En Galia prerromana se conocen modelos
similares como el de una casa gala, excavada
en Nîmes, con sistema de vigas verticales de
madera e intersticios rellenados con adobes
dispuestos de canto (Chazelles 2003: foto 6).
En la Península Ibérica también está documenta esta técnica aunque no es tan común
poder atestiguar los materiales perecederos,
aunque si su impronta o negativo en el barro.
Un ejemplo lo hallamos en el oppidum de
Titulcia (Madrid) (Polo y Valenciano, 2014:
97) donde en el mundo carpetano previo a la
llegada de Roma dicha técnica constructiva,
basada en el uso del adobe y la madera y/o
ramajes, está plenamente atestiguada.
En segundo lugar, hay que llamar la atención
sobre la amplísima expansión de dicha técnica constructiva tanto la cuenca mediterránea como en las áreas septentrionales. Esto
es debido al carácter del sistema constructivo
cuya sencillez así como la naturaleza de los
materiales utilizados constituyeron las claves
del éxito de este modelo edilicio. Por último,
y consecuencia directa de lo arriba expresado, su pervivencia temporal se ha prolongado hasta la actualidad a lo largo de todos
los territorios que conformaron el Imperio.
Gracias a las constantes excavaciones e
investigaciones, ha sido posible establecer lo
que podría ser un precedente de la fábrica
graticcia en la antigua Grecia. Efectivamente,
se ha atestiguado que ya entre los años 675 y
44
650 a. C., el templo de Apolo en Corinto se
construyó a base de un zócalo escalonado
(futuros estereóbato y estilóbato) realizado
en sillares de piedra; sobre este basamento se
alzaron los muros del edificio a base de adobes protegidos con marco de madera para
reforzar la pared. También se vislumbra que,
probablemente, las esquinas estuvieran cinchadas con sillares unidos con grapas. Sobre
el muro de adobes y refuerzos de madera,
discurría una hilada de sillares y es este el
primer ejemplo conocido en el que la piedra
se utiliza de esta manera, seguramente con
el objetivo de proteger la parte alta del muro
de adobes del agua de la lluvia, al tiempo que
ofrece una base inmejorable para el apeo de
la armadura de la cubierta y sus correspondientes tejas (Malacrino 2010: 84-85).
En Italia, concretamente en Marzabotto,
fundada ex novo durante el siglo VI a. C. y
abandonada justo un siglo después, se han
documentado grandes casas regulares articuladas en torno a atrios interiores cuyo
sistema constructivo consistía en cimentaciones realizadas a base de cantos de río trabados con arcilla mientras que los alzados
se realizaron básicamente en tapial. Aunque
no se dice nada respecto a vigas o durmientes de madera, es impensable que no hubiese
un armazón lígnea a modo de sistema básico
de viguería, especialmente si tenemos en
cuenta que, excepto los muros perimetrales
de carga que presentan un grosor de poco
más de un metro, los muros divisorios son
de aproximadamente 0,5 m y deben soportar el peso muy considerable de la armadura
de madera y su correspondiente cubierta de
teja6 (Cifani 2008: 275). Esta hipótesis se vería
confirmada por los hallazgos realizados en
las excavaciones llevadas a cabo en San Giovenale y Acquarossa, por donde se hace una
propuesta de restitución del sistema constructivo netamente “vitruviano”7.
También en época republicana arcaica se
encuadran los hallazgos realizados en el
área media Tirrenica, dentro del proyecto
de investigación Forma Italiae, de diversos
asentamientos de carácter rural en los que se
percibe unas características comunes como
son su planta regular y pequeñas dimensiones. Respecto a su edilicia también se aprecian características similares como cimentación a base de piedras trabajadas de manera
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
regular, o irregular, y cubierta de tejas. De los
alzados de los muros nada se dice por lo que,
en nuestra opinión, es esta una clave importante que nos señala que se construyeron a
base de madera como armazón y relleno o
recrecido en tapial o propiamente craticium
(Cifani 2008: 284).
No podemos obviar el hecho de que para el
mismo periodo cronológico se verifica en
Italia central un empleo muy intenso de la
madera en la arquitectura privada, usada preferentemente en los armazones y entramados de los paneles, que se siguen empleando
hasta finales del siglo III a. C. No obstante se
constata que a partir del siglo VI a. C. se produce un lento e inexorable incremento de la
sustitución de la madera por la piedra (Cifani
2008: 225-226).
No podemos dejar de mencionar los muy
famosos ejemplos de la Casa de los Ceii
(Pompeya) donde la caja de la escalera que
conduce al piso superior presenta los muros
realizados en craticium. Dicha estructura
estaba en remodelación cuando acaeció la
erupción del 79 d. C. (Sapes 2015: 50). Asimismo encontramos muros ejecutados con
la misma técnica edilicia en la Sede de los
sacerdotes Augustales de Herculano, concretamente la pared de la estancia del portero (Sapes 2015b: 24) y, en la misma ciudad,
la universalmente conocida como Casa del
Graticcio (Sapes 2015b: 35) (Fig. 3).
En el ámbito de la antigua Gallia Transalpina
son cada vez más numerosos los testimonios
de construcciones realizadas con dicho sistema edilicio. Entre otros, mencionaremos
un muro de cerramiento realizado a base de
viguería de madera y entrepaños de adobe.
Fue hallado en Nîmes, durante las excavaciones en el solar conocido como “Propieté
Solignac” (Chazelles y Poupet 1984: 78-80,
fig. 5; Chazelles 2003: fotografía 6) (Fig. 4).
En Amiens, antigua Samarovriba, se ha
podido detectar un uso muy extenso del opus
craticium en la arquitectura privada de época
altoimperial, como se aprecia, por ejemplo
en las casas números 4 y 5, cuyos muros están
levantados a base de tapial con carpintería
de madera que reposa sobre una suerte de
zócalo de sillarejos (Dubois et alii 2010: 193).
También se han documentado importantes
vestigios en los durmientes o testeros inferiores en la villa romana de Lalonquette (Dobs,
Francia) que, estratigráficamente, están asociadas a las construcciones de primera época
altoimperial (Gaston 2013: foto 6).
Fig. 2 Esquema
estructural de un
paramento construido
en opus craticium.
6. Las propiedades antisísmicas del opus
craticium
Es esta una cualidad de indudable importancia que supone un valor más que añadir a las
ventajas de este aparejo. En la zona sur de la
Península Itálica (actuales Puglia, Basilicata
Fig. 3 Casa del “Graticcio” en Herculano:
armazón lígneo y
macizado de los entrepaños con cascote y
mortero.
45
Materiales y estructuras constructivas
Fig. 4 Restos de la
base de un cerramiento construido en
opus craticium, hallado
durante unas excavaciones arqueológicas
en Nîmes.
46
y Calabria) se ha constatado el uso de armazón de madera en la construcción desde el
siglo VII a. C. (Ruggieri 2012: 6-7) tanto en
la arquitectura pública como en la privada
(Ruggieri 2013), aunque los ejemplos mejor
conservados provienen de las ciudades del
ámbito vesubiano. De hecho parecen haber
sido los restos de Pompeya y Herculano, los
que inspiraron a Francisco La Vega para
idear un sistema de construcción con propiedades antisísmicas y que, posteriormente,
dieron lugar a normas de edificación que
fueron las más innovadoras de la Europa del
Settecento y se promulgaron bajo el auspicio
de Fernando de Borbón, tras el terremoto de
Calabria de 1783. Este tipo de casa, con armadura lígnea, creando entrepaños macizados
con tapial, adobes, cascotes y/o ladrillos, recibió el nombre de “Casa baraccata”. Los edificios erigidos bajo la normativa borbónica
resistieron con éxito a los terremotos de 1905
y 1908 (Ruggieri 2013:13). El sistema constructivo logró tal éxito como construcción
antisísmica que se expandió rápidamente de
manera que adquirió denominaciones diferentes en razón de su localización geográfica y por eso encontramos en la bibliografía
de “baraccata a la beneventana” (Cenicola
2014:671).
Francisco La Vega era de origen español y
militar del cuerpo de Ingenieros. Recibió el
encargo de practicar excavaciones en Pompeya en el año 1780, empeño que llevó a cabo
hasta 1804, año de su muerte. Pese a no haber
exhumado, stricto sensu, ninguna construcción, dado el sistema de túneles y pozos que
se empleaba en aquel momento en las exca-
vaciones de Pompeya, conoció de primera
mano el abundante uso de entramados de
madera con entrepaños macizados en las
ciudades romanas enterradas (Ruggieri 2013:
6, nº 21).
De manera reciente se ha abierto una nueva
vía de investigación sobre esta técnica constructiva por parte de ingenieros más que de
arqueólogos. En efecto, se están realizando
ensayos que ponen de relieve las bondades
del mencionado sistema constructivo ante
los terremotos. Son muchos los trabajos que
se han publicado como el de Kouris y Kapos
(2012), donde se aborda la respuesta sísmica
no lineal de estructuras de mampostería
con estructura de madera (T-F) en los edificios tradicionales, en los que se documentan
paredes de mampostería reforzadas con elementos verticales y horizontales de madera
así como con tirantes en aspa (X). Asimismo,
ha verificado que este tipo de construcción
se hace muy presente ya desde la Edad del
Bronce, especialmente en regiones de gran
actividad sísmica, como se ha comprobado arqueológicamente en la arquitectura
minoica y micénica (Kouris y Kapos 2012:
48). También se subraya que este mismo sistema se ha constatado en la región del Golfo
de Nápoles, especialmente en Herculano
y, secundariamente, en Pompeya. Consiste
en una construcción de mampostería con
estructura de madera cuyas vigas de sección cuadrada, miden ca. 10-12 cm. de lado,
y configuran paneles cuadrados de aprox. 1
metro de lado. Este tipo de aparejo se utiliza
tanto en paredes medianeras, en los forjados,
como en el caso de la denominada casa de los
Augustales, como en la totalidad de la edificación, tal y como se comprueba en la Casa
de Trellis de Herculano (Kouris y Kapos
2012: 49).
Esta peculiaridad también la subraya Ulrich,
quien dice que el opus craticium es la fábrica
más extendida en el ámbito vesubiano no
sólo por la economía de sus materiales sino
porque es el método de construcción idóneo
para una región con semejantes características sísmicas (Ulrich 2007: 100). Sin lugar a
dudas este sistema no era privativo del área
vesubiana, pero la escasez de testimonios
arqueológicos en otras áreas de Italia nos
impide por el momento averiguar su incidencia real.
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
7. El opus craticium en la Península Ibérica
En la Península Ibérica también se han atestiguado edificaciones realizadas en craticium.
No podemos, ni pretendemos, presentar un
catálogo pero sí mencionar algunos ejemplos
que nos aporte una visión general de Hispania.
En la Tarraconensis parece que este modelo
constructivo estuvo bastante extendido, si
bien sólo han llegado hasta nosotros vestigios que indican dicha existencia. Así, en
la Meseta norte, ciudades como Numantia, Uxama o Clunia muestran indicios del
empleo de este tipo de obra en construcciones dométicas. En Uxama, los restos
arqueológicos indican que en muchas de
sus viviendas se empleó no sólo el pequeño
aparejo en piedra o la excavación directa
en la roca madre (Durán y Rodríguez 2018;
García Merino 2014), sino también el tapial
aunque no se ha podido verificar el empleo
de viguería de madera (García Merino 1991;
1995; 2004; Uribe 2008: 432-444), por lo que
no podemos incluir estos casos dentro del
uso del opus craticium.
La ciudad de Clunia presenta indicios de
empleo de opus craticium en la llamada
“Casa 1”, concretamente en la habitación 58,
así como en algunas de las estancias semisubterráneas de la misma casa (Uribe 2008: 452;
Taracena 1946: 47). También hay sospechas
de que esta misma técnica fuese empleada
en Numancia, concretamente en muros divisorios de las casas (Uribe 2008: 452; Jimeno
2011: 238). Si bien, todo son hipótesis de trabajo fruto de las evidencias arqueológicas,
aunque a día de hoy no se han constado
grandes alzados si no restos destruidos.
Aunque ya hemos señalado que no vamos a
ocuparnos en detalle del empleo de madera
en arquitectura militar, no podemos dejar de
mencionar el hallazgo de restos de madera
fosilizada perteneciente al sistema defensivo
augusteo del campamento de la legio VI victrix en León, y de las estructuras civiles del
vicus militar anejo (Morillo 2012: 227; García
Marcos y Morillo 2015: 94). En este mismo
yacimiento, las trincheras en el sustrato
natural indican la presencia de postes y durmientes pertenecientes a las construcciones
interiores. Algo semejante documentamos
en el horizonte campamental de Astorga
(Morillo y García Marcos 2000).
Continuando en la provincia Tarraconensis,
el testimonio más impactante proviene de
Carthago Nova. Durante las excavaciones
urbanas realizadas en las inmediaciones del
antiguo puerto romano, se excavó una construcción que se ha denominado como Edificio del Atrio, concretamente en la Insula
I, en la zona del Molinete. La construcción
está perfectamente fechada porque en ella se
llevó a cabo una remoción y en una de sus
nuevas paredes se incluyó un titulus pictus en
donde se refleja una datación que menciona a
Heliogábalo y al prefecto del pretorio Adventus, lo que nos lleva al 218 d. C. (Noguera et
alii 2017: 157-161). Muchas de las habitaciones
del citado edificio sufrieron una reducción
Fig. 5 Carthago Nova,
Edificio del Atrio. Se
trata de los restos de
un muro de opus craticium, que delimitaba
la habitación 13 A,
que se desplomó por
completo.
47
Materiales y estructuras constructivas
espacial en el siglo III d. C., merced a la construcción de tabiques, como sucedió con la
habitación número 13. En efecto, uno de sus
muros estaba realizado en opus craticium y
se desplomo completamente sobre el suelo,
lo que ha permitido documentar la solera
del entramado de madera, dispuesta sobre
un pequeño zócalo de piedra, así como los
negativos de las vigas verticales. Los entramados se macizaron con tapial (Fig. 5). Posteriormente toda la fábrica se embelleció con
pinturas parietales (Noguera et alii 2017: 164165).
En la Bética también se conocen algunos
testimonios de construcciones realizadas en
opus craticium. Así, en Itálica, concretamente
en la Vetus Urbs, se documentaron restos
de viviendas en la zona de Pajar de Artillo,
donde la técnica constructiva consistía en
cimiento de piedras, muros de tapial, armazón de madera, suelo de tierra apisonada y
techumbre de ramajes. Restos similares se
hallaron, también, en la calle Trajano nº 12,
de Santiponce, y sólo aparece en la fase más
antigua de dicha construcción. Cronológicamente pertenece a la primera fase republicana constatada en la colonia (Gómez 2006:
254).
En Corduba, capital de la provincia, se pudo
atestiguar la superposición de dos viviendas,
concretamente en la calle Blanco Belmonte,
nº 4-6 con la calle Ricardo de Montis, nº 1-8.
Concretamente la casa datada entre los siglos
II y I a. C., presenta un aparejo caracterizado
por la construcción de un zócalo de ripios
y cantos trabados con argamasa, alzado
de tapial, adobe y madera y suelo de tierra
(Gómez 2006: 267). También en Córdoba,
en la calle se encontró una superposición de
viviendas, siendo la más antigua de ellas de
los siglos II-I a. C. Las excavaciones pusieron
de manifiesto que su construcción consistía
en muro con zócalo de piedra; adobe y tapial
para el alzado y revestimiento de estuco
decorado; los suelos eran de cal (Gómez 2006:
367) y, aunque no se menciona la madera, es
más que probable que se usara, aunque sólo
podemos plantearlo como hipótesis.
8. Reflexiones finales
En la actualidad, el sistema constructivo que
emplea la madera como elemento fundamen48
tal, heredero del opus craticium romano es
seña de identidad de la arquitectura popular
en la mayoría de los países centroeuropeos y
nórdicos, que son los que merced a sus características, de clima y vegetación, han perpetuado este sistema constructivo y se refrenda
el hecho de que aún perviva gracias a la abundancia de madera, frente a los países circunmediterráneos. Sin embargo dichos modelos
arquitectónicos se verifican asimismo en el
norte de Italia o la región septentrional de la
Península Ibérica.
En las páginas precedentes se ha puesto de
manifiesto que el opus craticium es un aparejo que alcanzó gran desarrollo como sistema constructivo, si bien las limitaciones
del registro arqueológico sólo han permitido constatarlo en casos muy concretos. Su
uso está bien atestiguado en época etrusca y
arcaica en la península Itálica, así como en
Galia prerromana y en la Península Ibérica.
La sencillez de la técnica, unida a la abundancia de materiales constructivos (madera
y elementos vegetales) en la naturaleza, muy
accesibles y económicos, fueron factores
decisivos para su difusión. No obstante, lo
efímero de las materias primas empleadas
ha dificultado su pervivencia hasta nuestros
días.
Hemos visto que, pese a ser un sistema constructivo muy popular, las fuentes clásicas
no aportan casi datos: Vitruvio se refiere a
este tipo de fábrica señalando, sobre todo,
sus inconvenientes. Compartimos la opinión
de Rougier-Blanc al respecto (Rougier-Blanc
2011: 16) y, en este sentido, creemos que si hay
una técnica edilicia que –de alguna maneraennoblece la esencia del craticium, sería esta
técnica el opus africanum.
En cuanto a la presencia de opus craticium en
la Península Ibérica se observa una escasez
de testimonios, si bien se incrementan cada
vez más el número de vestigios de este tipo,
lo que nos lleva a plantear que, más que ante
una ausencia de la técnica en época romana,
nos encontramos ante un claro problema de
documentación arqueológica, que poco a
poco se va corrigiendo. Hallazgos como los
de Carthago Nova o Legio constituyen buenos ejemplos en este sentido. Por el momento
no se conocen ejemplos ni en el área lusitana
ni en la orla cantábrica, donde no cabe duda
que la madera fue un material constructivo
La madera en la arquitectura civil romana: opus craticium
de primer orden. De cualquier forma la naturaleza edafológica y la presencia o ausencia
de determinadas especies arborícolas aptas
para la construcción deben ser criterios de
primer orden para empleo de este sistema
constructivo.
Bibliografía
ADAM, J.-P. (1984): La construction romaine, Paris.
AMOROSO, A., BIANCHINI, M., FRAIOLI, F., DI GENNARO, F. y MERLO, M. (2009): “Strutture semipogee
nell’ager Fidenatis”, en Suburbium, 2. Il suburbio di
Roma dalla fine dell‘età monarchica alla nascita del
sistema delle ville (V-II secolo a. C.), Roma, 347-367.
BACCHETTA, A. (2003): Edilizia rurale romana. Materiali e tecniche costruttive nella Pianura Padana (II sec.
a. C.-IV sec. d. C.), Milano.
Boëthius, A. y Ward-Perkins, J. B. (1970): Etruscan
and roman architecture, The Pelican History of Art,
Harmondsworth.
CALLEBAT, L. y FLEURY, Ph. (eds.)(1995): Dictionnaire
des termes techniques du ‘De architectura’ de Vitruve,
Hildesheim-Zürich-New York.
CASTAÑEDA, J. (1761): Compendio de los diez libros de
arquitectura de Vitruvio escrito en francés por Claudio
Perrault de la Real Academia de las Ciencias de París,
Madrid (versión digitalizada (http://www.cehopu.
cedex.es/img/bibliotecaD/1761_C_Perrault_Los_
diez_libros_de_arqu_de_Vitruvio).
CHAZELLES, C.-A. de y POUPET P. (1984): “L‘emploi
de la terre crue dans l‘habitat gallo-romain en milieu
urbain: Nîmes”, Revue archéologique de Narbonnaise
17, 71-101.
CHAZELLES, C.-A. de (2003): “Témoignages croisés sur
les constructions antiques en terre crue: textes latins
et données archéologiques”, Techniques & Culture
[En ligne], 41 (30.08.2017, http://tc.revues.org/55; DOI:
10.4000/tc.55).
CENICCOLA, G. (2014): “Sostenibilità della strutture
intelaita. La muratura baraccata ‘a la Beneventana’”,
XXX Convegno di Studi Scienzia e Beni Culturali,
Bressanone, 669-678.
CIFANI, G. (2008): Architettura romana arcaica. Edilizia e società tra Monarchia e Repubblica, Roma.
CONDÒ, F. “Etrusca, architettura” (5.09.2017, http://
www.wikitecnica.com/etrusca-architettura/).
CUBERO SALMERÓN, J. I. (trad. y com.) (2010): Marco
Terencio Varron Rerum Rusticarum libri III, Sevilla.
(https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag79266/ResRustica.pdf ).
DARLES, Ch., CABARROU, M. y VIERS, C. (2013):
“L’emploi de l’opus craticium dans le sud-ouest de
la Gaule Antique”, A. Sousa Melo y M. C. Ribeiro
(coors.), Stória da Construção. Arquiteturas e Técnicas
Construtivas, Braga, 99-116.
DUBOIS, S., CANNY, D., THUET, A. y BINET, E. (2010):
“Les maison 4 et 5”, É. Binet (ed.), L’Évolution d’une
insula à Samarovriba au Haute-Empire. Ouilles du
Palis des Sports/Coliseum à Amiens (Somme), Revue
archéologique de Picardie, nº especial 27, 189-260.
DURÁN CABELLO, R. M. y RODRÍGUEZ MARTÍN, G.
(2018): “Estancias subterráneas y aestiva loca en la
arquitectura doméstica hispanorromana”, Archivo
Español de Arqueología (e.p.).
GARCÍA MARCOS, V. y MORILLO, A. (2015): “León,
campamento romano”, L. Grau (coord.), Arqueoleón
II. Historia de León a través de la Arqueología, León,
91-112.
GARCÍA MERINO, C. (1991): “La casa en Uxama
Argaela”, La casa urbana hispanorromana, Zaragoza,
233-259.
GARCÍA MERINO, C. (1995): Uxama I. Campañas de
1976 y 1978. Casa de la Cantera. Casa del Sectile. “El
Tambor”, Excavaciones Arqueológicas en España 170,
Madrid.
GARCÍA MERINO, C. (2004): “Uxama Argaela”,
M. Navarro Caballero y J. J. Palao Vicente (eds.),
Villes et territoires dans le bassin du douro à l’époque
romaine, Bordeaux.
GARCÍA MERINO, C. (2014): “Estancias subterráneas
en las domus hispanorromanas del valle oriental del
Duero: los casos de Clunia, Uxama y Termes”, XVIII
Congreso Internacional de Arqueología Clásica: Centro
y periferia del mundo clásico, Mérida, 1093-1096.
GARCÍA MERINO, C. y SÁNCHEZ SIMÓN, M. (1997):
Uxama II. La Casa de la Atalaya, Studia Archaeologica 87, Valladolid.
GASTON, Ch. (2013): “Le secteur nord-ouest de la
domus du collège Lumière à Besançon (Doubs): des
cellae familiaricae?”, Revue Archéologique de l’Est 62,
443-451 (2.09.2017, https://rae.revues.org/7784#text).
GINOUVÈS, R. y MARTIN, R. (1985): Dictionnaire
méthodique de l’architecture grècque et romaine, I.
Matériaux, techniques de construction et formes du
décor, Athénes; Roma.
GÓMEZ RODRÍGUEZ, A. (2006): La arquitectura doméstica urbana en época romana en la Provincia Baetica,
Tesis Doctoral, Universidad de Huelva, (2.09.2017,
http://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/2870.
GROS, P. (2001): L‘Architecture romaine du début du
IIIe siècle av. J.-C. à la fin du Haut-Empire. 2. Maisons,
palis, villas et tombeaux, Paris.
JIMENO MARTÍNEZ, A. (2011): “Las ciudades celtibéricas de la Meseta Oriental”, Complutum 22 (2), 223-276.
KOURIS, L. A. S. y KAPPOS, A. J. (2012): “Detailed and
simplified non-linear models for timber-framed
masonry structures”, Journal of Cultural Heritage 13,
47-58.
49
Materiales y estructuras constructivas
LAUMAIN, X. (2011): “Nuevas perspectivas sobre el
opus craticium romano, una técnica constructiva olvidada”, VII Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago de Compostela, 599-708.
LUGLI, G. (1957): La técnica edilizia romana con particolare riguardo a Roma e Lazio, Roma.
MALACRINO, C. G. (2010) [2009]: Constructing the
ancient world. Architectural Techniques of the Greeks
and Romans, Verona.
MARTA, R. (1985): Architettura Romana. Tecniche costruttive e forme architettoniche del mondo romano,
Roma.
MARTA, R. (1986): Tecnica Costruttiva Romana, Roma.
MORILLO, A. (2012): “Investigación científica y
arqueología urbana en la ciudad de León”, J. Beltrán
y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones
arqueológicas en ciudades históricas, Sevilla, 211-256.
MORILLO, A. y GARCÍA MARCOS, V. (2000): “Nuevos testimonios acerca de las legiones VI victrix y X
gemina en la región septentrional de la Península Ibérica”, Y. Le Bohec y C., Wolff (eds.), Deuxième Congrès
de Lyon sur l’Armée Romaine: Les legions del Rome
sous le Haut-Empire, Lyon, 589-607.
NOGUERA CELDRÁN, J. M., ABASCAL PALAZÓN, J. M. y
MADRID BALANZA, M. J. (2017): “Un titulus pictus con
titulatura imperial de Carthago Nova y puntualizaciones a la dinámica urbana de la ciudad a inicios del s. III
d. C.”, Zephyrus LXXIX, 149-172.
OLIVER DOMINGO, J. L. (1995): M. Vitruvii Pollionis
De Architectura Opus in Libris Decem, Madrid (http://
aparejadoresacc.com/wp-content/uploads/Vitruvio_
Polion_Marco.pdf).
OROZ RETA, M. y MARCOS CASQUERO, M. A. (Trad. y
com.) (2006): San Isidoro de Sevilla: Etimologías, edición bilingüe. BAC, Madrid.
PACHÓN FERNANDEZ, E. (2016): Arquitectura doméstica en las ciudades romanas de los territorios
malagueños, Trabajo Fin de Máster, Universidad
de Málaga (4.07.2016, http://riuma.uma.es/xmlui/
handle/10630/11173).
PAPACCIO, V. y SALVATORI, A. (1991): “L’Opus craticium in un esempio ercolanese. Analisi tecnica e comportamento strutturale”, L. Marino (ed.), Materiali da
costruzione e tecnichi edile antiche. Indagini e relievi
nell’ottica della conservazione, Firenze, 35-38.
PARICIO ANSUÁTEGUI, I. (1999): Vocabulario de arquitectura y construcción, Barcelona.
PERRAULT, C. (1673): Les dix libres d’Architecture
de Vitruve, corrigez et traduit, (http://gallica.bnf.fr/
ark:/12148/bpt6k85660b).
POLO LÓPEZ, J. y VALENCIANO PRIETO, C. (2014):
“Últimos avances en la investigación del Oppidum de
Titulcia (Titulcia, Madrid)”, E. Baquedano (ed.), 1er
Simposio sobre los Carpetanos. Arqueología e Historia
50
de un pueblo de la Edad del Hierro, Zona Arqueológica
17, Alcalá de Henares, 85-98.
ROUGIER-BLANC, S. (2011): “Les bois et ses usages
dans De architectura de Vitruve”, Cahiers des Études
Anciennes XLVIII, 89-117 (31.08.2017, http://etudesanciennes.revues.org/316 ).
RUGGIERI, N. (2012): “La carpenteria lignea nella cultura italica in età arcaica note meccanico-costruttive
intorno alle raffigurazioni fittili di Guardia Perticara”, Bollettino ingegneri 60 (4), 5-21.
RUGGIERI, N (2013): “Il sistema antisismico borbonico
muratura con intelaiatura lignea genesi e sviluppo in
Calabria alla fine del ‘700”, Bollettino ingegneri (10),
3-14.
SAPES, L. (2015): Pequeña guía de Pompeya, Pompeya.
TOAJAS ROGER, Mª A. (2009): Glosario.visual
de.técnicas artísticas (arquitectura, pintura, artes gráficas, artes suntuarias, escultura) de la Antigüedad
a la.Edad Moderna, Universidad Complutense de
Madrid, Proyecto de Innovación y Mejora de la Calidad Docente, 213/2009 (2.09.2017, http://eprints.ucm.
es/21443/1/TOAJASdir_GlosarioArtes_may13_reed.
pdf).
URIBE AGUDO, P. (2008): La edilicia doméstica urbana
romana en el nordeste de la península Ibérica (ss. I
a. C.-III d. C.), Tesis doctoral Universidad de Zaragoza
(28.05.2016, http://zaguan.unizar.es/record/1890/files/
TUZ_0021_uribe_01.pdf).
ULRICH, R. B. (2007): Roman Woodworking, New
Haven-London.
Notas finales
1 Email:
[email protected]
2 “La naturaleza divina nos dio los campos, la ciencia
humana construyó las ciudades”.
3 Manejamos las traducciones de Joseph de Castañeda (1761) y la de Perrault (1673).
4 El texto lo hemos tomado de la página Lacus Curtius de la Univeridad de Chicago (http://penelope.
uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Cato/De_
Agricultura/A*.html#14).
5 Traducción y de Oroz y Marco (2006).
6 Dado lo arrasado de los restos no ha sido posible
constatar ni plantear la hipotética existencia de un
segundo piso.
7 ht t p : // w w w. a c q u a r o s s a . or g /i n d e x .
php?lang=en&Itemid=514.
Copyright de las ilustraciones
Fig. 1: Oliver Heinl/LIMESEUM – 2: según Jean-Pierre
Adam (1984, 132, 281) – 3: Quino Arnau, CC BY-SA 3.0,
File:Casa-a-Graticcio-Ercolano-04.jpg – 4: Chazelles
2003: fig. 6 – 5: J. M. Noguera Celdrán. Agradecemos
al Dr. Noguera, la cesión de la imagen.
of boxwood (buxus sempervirens), most
of which were turned on a lathe. The most
numerous group of artefacts, however, are
writing tablets (tabulae ceratae) and containers, barrels in particular. Barrels are particularly important sources of information,
on one hand because they often bear writing
(brands and punched marks; graffiti) and on
the other because they offer the possibility of
being directly dated by dendrochronological
means. Due to their size, however, they pose
quite a challenge from a conservation point
of view. Whilst a small number of woodworking tools and production waste were found,
neither site has so far yielded an actual workshop context.
Quite rarely preserved elsewhere, the wooden finds from the two vici are very important witnesses to the culture of the Early and
Middle Imperial period, although their number is extremely small compared to other
categories of finds such as metal objects or
pottery. Further interesting finds can be
expected to come to light in the coming
years, at least at Tasgetium, which is located
on the banks of the River Rhine.
Wood in Roman Civil Architecture: Opus
Craticium
Rosalía-María Durán Cabello
This paper emphasizes the importance of
the use of timber in Roman architecture,
specifically in a constructive technique socalled opus craticium. This constructive
system consists of a structure of wood, as a
frame, whose intermediate spaces are filled
with reeds or other plants linked with clay,
earth, volcanic stone masonry, bricks, etc.
The beams of the structure are arranged
both vertically (arrectaria) and horizontal,
and, occasionally, in an oblique way (transversaria), usually fit with holes and notches
assembly and sometimes were reinforced
with nailss. This system, documented for the
first time in the Vesuvian Roman cities, has
allowed to know the thickness of the beams
used.
The vegetal materials like wood or reeds
rarely are preserved in archaeological
records. They have been documented in
the northern regions of the Roman Empire
282
thanks to its higher humidity of the soils. But
also appears also in another areas as the northern Spain or the Po valley.
The denomination is not original Latin.
Vitruvius refers to this type of constructive
technique as craticii (De arch. II, 8, 20) and
mentions fast constructive implementation
as well as its potential to create larger but
also spaces indicates its high flammability.
He speaks also about the Etruscan origins
of technique. They have been documented
archaeologically in Acquarossa Etruscan
palace.
Roman evidences of opus craticium also are
known in other places like Nîmes. In the
ancient Hispania the archaeological evidences appears in places like Carthago Nova or
Uxama in civil contexts. And also in military
sites like Astorga or León, in which timber
was used in the construction of defensive
systems, internal estructures and civil vicus
militares.
Organic Materials in Archaeological
Context: Problems of Preservation and
Conservation Protocol
Ángel Gea García
Carmen Dávila Buitrón
In this article some ideas about the characteristics and problems of preservation
of organic materials from archaeological
excavations are developed, focusing on land
environments. We also intend to establish
a basic protocol with recommendations for
the excavation of this kind of materials, both
in dry and wet condition. Environmental
control, packaging and early treatments are
essential for the conservation of archaeological organic materials and also the presence
of qualified conservator during excavation.
Organic matter is characterized by a carbonbased chemical composition. It is derived
from living beings and can be divided into
two groups, according to their animal (bone,
ivory, leather, feathers, wool, silk...) or plant
(wood, papyrus, basketry, cotton, linen or
hemp textiles, seeds, pollen...) origin. Organic materials from the animal world primarily consist of proteins, and plant-based ones,
mainly of cellulose.