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INMANUEL KANT

nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg, en Prusia, ciudad que contaba en la época con unos 50.000 habitantes y un floreciente comercio e industria, siendo la capital del ducado prusiano. Su padre, Johann-Georg, que era sillero de profesión, se había casado en 1715 con Anna Regina Reuter con la que tuvo nueve hijos, siendo el cuarto Immanuel. A pesar de la afirmación de Kant de que su familia era de origen escocés ha podido comprobarse la inexactitud de esa creencia; su bisabuelo, por parte paterna, era originario de Prölkus, perteneciente actualmente a Lituania, y la familia de su madre era originaria de Nüremberg, aunque es cierto que dos de sus tías abuelas se casaron con escoceses, lo que puede estar en el origen de esa creencia.

INMANUEL KANT Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg, en Prusia, ciudad que contaba en la época con unos 50.000 habitantes y un floreciente comercio e industria, siendo la capital del ducado prusiano. Su padre, Johann-Georg, que era sillero de profesión, se había casado en 1715 con Anna Regina Reuter con la que tuvo nueve hijos, siendo el cuarto Immanuel. A pesar de la afirmación de Kant de que su familia era de origen escocés ha podido comprobarse la inexactitud de esa creencia; su bisabuelo, por parte paterna, era originario de Prölkus, perteneciente actualmente a Lituania, y la familia de su madre era originaria de Nüremberg, aunque es cierto que dos de sus tías abuelas se casaron con escoceses, lo que puede estar en el origen de esa creencia. A finales del siglo XVII y principios del XVIII, como protesta contra la ortodoxia religiosa, en la que predominaban las formas dogmáticas frente a la vivencia de la fe, se extendió por Alemania el pietismo, tendencia religiosa que fue seguida por los padres de Kant, y que sin duda ejerció una honda influencia en Kant, quien se refiere a sus padres siempre con veneración, recordando a su madre como una persona bondadosa, austera y profundamente religiosa. A los ocho años de edad, en 1732, ingresa en el Collegium Fridericianum, considerada entonces la mejor escuela de Königsberg, que sería dirigida desde 1733 por F. A. Schultz, quien había estudiado Teología en Halle con los pietistas y filosofía con C. Wolff, y que era amigo y consejero de la familia de Kant. El pietismo dominaba también toda la organización del colegio, lo que suponía una profunda religiosidad y un tipo de vida dominado por la austeridad. Allí adquirió Kant sólidos conocimientos de las lenguas clásicas, así como de matemáticas y lógica. En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg, que contaba entonces con tres Facultades "superiores" (Teología, Derecho, Medicina) y una "inferior" (Filosofía). Kant se matriculó en la Facultad de Filosofía, según era costumbre, sin inscribirse en ninguna de las Facultades "superiores". Allí asistió a las lecciones de Teología de Schultz, pero centró su interés en la Filosofía, las Matemáticas y las Ciencias naturales. La filosofía entonces predominante en Alemania era el racionalismo de Christian Wolff, quién publicó sus obras en alemán, y no en latín, como era todavía la costumbre mayoritaria, penetrando su pensamiento profundamente en todos los círculos culturales de mediados del siglo XVIII. También en la Universidad de Königsberg dominaba la filosofía de Wolff. Allí entabló Kant amistad con uno de sus profesores, M. Knutzen, wolfiano, quien le inició en el estudio de las obras de Newton y Wolff, y puso a su disposición su biblioteca personal. Pero también se puso al corriente de las tendencias empiristas que procedían de Inglaterra y de los ideales de la Ilustración, de Francia. En 1747 termina sus estudios en la Universidad y ejercerá, hasta 1754, como profesor privado en Judschen, Osteroden y Königsberg, siendo muy apreciado por los familiares de sus discípulos. En 1755 obtendrá en la Universidad de Königsberg el título de Doctor en Filosofía, con una disertación "Sobre el fuego". Posteriormente defendió una tesis en latín sobre los primeros principios de la Filosofía, con la que obtuvo la habilitación para ejercer como profesor auxiliar (Privatdozent) en la Universidad de Königsberg, en la que permanecería ya a lo largo de toda su carrera docente. Como Privatdozent, puesto que ocupó durante 15 años, le correspondía enseñar las más variadas disciplinas, como matemáticas, física, lógica, metafísica, antropología y geografía, etc., contándose estas dos últimas entre sus lecturas preferidas, y alcanzando sus conferencias sobre estos temas gran difusión entre sus discípulos y el público en general. En 1769 las Universidades de Erlangen y Jena le ofrecieron sendas cátedras que Kant rechazó, siendo propuesto al año siguiente para la de Lógica y Metafísica de la Universidad de Königsberg, tomando posesión de ella el año 1770 con la famosa Disertación "Sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible", que se considera como el punto de partida del llamado "período crítico", a lo largo del cual Kant desarrollará su propia filosofía. Con su nombramiento como Catedrático su labor docente le ocupa menos tiempo, pudiendo dedicarse más intensamente a ordenar sus pensamientos y a desarrollar su filosofía. Pero el tiempo que creía suficiente para ello se fue alargando considerablemente y, pese a haber anunciado repetidamente la aparición de su obra, ésta no será publicada hasta 11 años después, en 1781, con el título de "Kritik der reinen Vernunft" (Crítica de la razón pura). A ella le siguieron, con relativa continuidad, los "Prolegómenos para toda metafísica futura", en 1783, en la que pretendía exponer con mayor claridad que en la anterior los principios de su filosofía, la "Fundamentación de la metafísica de las costumbres", en 1785, y, entre otras, sus dos restante obras "Críticas". (Ver obras). En 1783 compró una casa en Königsberg en la que viviría hasta su muerte. Kant gustaba de las relaciones sociales, (aunque no contrajo matrimonio), y mantuvo una tertulia con un grupo de amistades a lo largo de toda su vida. Excepto en sus años de profesor particular, Kant no salió de Königsberg, donde llevó una vida que se caracterizó por su sencillez, regularidad, y ausencia de perturbaciones, a no ser el conflicto que mantuvo con la censura bajo el reinado de Federico Guillermo II, a raíz de la publicación de su obra "La religión dentro de los límites de la mera razón". Probablemente el emperador se sintiera amenazado por la difusión de los ideales de la Ilustración en Alemania y el triunfo de la Revolución francesa, de los que Kant era ferviente admirador. Kant se vio obligado a firmar un escrito comprometiéndose a no volver a hablar ni a escribir públicamente de religión, promesa de la que se sintió desvinculado a la muerte del emperador, ocurrida en 1797. El 12 de febrero de 1804 moría en su ciudad natal, siéndole rendidos los últimos honores en un gran funeral. Para entonces la filosofía de Kant había alcanzado ya gran difusión y aceptación en los principales círculos culturales de Alemania y un considerable eco en el resto de Europa. LA PERSONALIDAD DE KANT "Kant era de complexión enfermiza y de menos que mediana estatura. Su pecho estaba hundido, como puede verse en algunos de los retratos que de él se conservan. En su pequeña cabeza sorprendían su frente ancha y arqueada y la penetrante mirada de sus ojos azules. Su cabello era rubio, fresco el color del rostro y todos sus sentidos finos y muy despiertos aun en los últimos años de su vida. Su voz era débil, pero capaz de grandes esfuerzos. El espíritu dominaba y gobernaba en absoluto este cuerpo enfermizo. En una pequeña obra, testimonio de su energía y de su tenacidad, nos habla de la manera como se sobreponía a su dolencia. La regularidad y la sencillez de su vida sostuvieron aquel organismo enfermizo y previnieron una grave enfermedad. Los últimos decenios de su vida estuvieron dominados por una idea fija, a la cual lo subordinaba todo: la idea de su trabajo, de su creación filosófica. La facilidad con que, sin más elementos que unas "escuetas noticias", describía animadísimos cuadros de pueblos y países, demuestra la fecundidad y viveza de su imaginación, por lo menos, en la esfera de la Historia. Sus lecciones de Antropología y de Geografía física nos dan de ello elocuente testimonio. Las lecturas predilectas, que solazaban su espíritu en los ratos de descanso, eran las obras de Ciencias naturales, de Medicina y, especialmente, las descripciones de viajes. En el colegio describió en una ocasión con gran exactitud la arquitectura del puente de Westminster, y un oyente inglés le preguntó cuándo había estado en Londres, y si había hecho estudios especiales de arquitectura. De su fantasía se servía igualmente para animar sus pensamientos y elucubraciones filosóficas con acertadas comparaciones y vivas imágenes. Su memoria era también sumamente vasta. Aun en sus últimos años recitaba largos pasajes de autores latinos y alemanes. A esta memoria, de acentuado carácter mecánico, se asociaba otra memoria lógica, sumamente vigorosa. En sus lecciones se servía, por precepto reglamentario, de textos como la Vernunftlehre, de Meier, y la "Metafísica" de Baumgarten. Los ejemplares que usaba estaban atiborrados de notas y correcciones, a las cuajes acomodaba sus lecciones. Sus juicios demostraban que dominaba el curso del pensamiento, y fácilmente sabía orientarse en la confusión, laberíntica a veces, de los detalles. Meditaba y repasaba mucho sus obras antes de darles la forma definitiva. Cuando reflexionaba sobre la solución de un problema, anotaba en hojas sueltas las ideas que se le ocurrían, y, después, las incorporaba en el lugar correspondiente. Este método de trabajo requería el auxilio de una memoria viva, fiel y amplia". OBRAS DE KANT Se suele dividir la obra de Kant en dos períodos: el precrítico y el crítico. El primero de ellos abarcaría toda la actividad filosófica kantiana hasta la "Disertación" de 1770, y el segundo su actividad filosófica posterior, en el que desarrolla su pensamiento en una dirección distinta, cuyas líneas fundamentales expone en la "Crítica de la razón pura". Algunos estudiosos de Kant, no obstante, distinguen dos fases en el periodo precrítico: la primera, hasta 1755, según unos, o 1760, según otros, en la que predominaría en Kant el interés por la física y las ciencias en general; la segunda, hasta 1770, coincidiendo con su actividad como Privatdozent en la Universidad de Königsberg, dominada por preocupaciones metafísicas. Período Precrítico 1747 "Pensamientos sobre el verdadero valor de las fuerzas vivas" 1755 "De igne" ("Sobre el fuego", presentada como tesis doctoral) 1755 "Historia natural general y teoría del cielo" 1755 "Nueva dilucidación de los primeros principios del conocimiento metafísico" 1762 "La falsa sutileza de las cuatro figuras silogísticas" 1762 "El único fundamento posible de una demostración de la existencia de Dios" 1764 "Investigación acerca de la distinción de los principios de la teología natural y de la moral" 1764 "Observaciones acerca del sentimiento de lo hermoso y lo sublime" 1766 "Sueños de un visionario, comentados por los sueños de la metafísica" 1770 "De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis" ("Sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible") más conocida como la Disertación de 1770. Período Crítico 1781 "Crítica de la razón pura" 1783 "Prolegómenos a toda metafísica futura" 1784 "Ideas para una historia universal en clave cosmopolita" 1784 "¿Qué es la Ilustración?" 1785 "Fundamentación de la metafísica de las costumbres" 1785 "Sobre los volcanes de la luna" 1786 "Primeros principios metafísicos de la ciencia natural" 1786 "Fundamentos metafísicos iniciales de la cosmología" 1787 Segunda edición de la "Crítica de la razón pura" 1788 "Crítica de la razón práctica" 1790 "Crítica de la facultad de juzgar" 1791 "Sobre el fracaso de todos los intentos filosóficos en teología" 1793 "La religión dentro de los límites de la mera razón" 1793 "En torno al tópico: tal vez eso sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica" 1795 "Hacia la paz perpetua" 1797 "La metafísica las costumbres" 1797 "El conflicto de las facultades" 1798 "Antropología desde el punto de vista pragmático" Opus Postumum Recoge los escritos no editados por Kant en los que trabajaba antes de su muerte y que manifiestan una evolución de su pensamiento hacia las posiciones que defenderá posteriormente el idealismo alemán. A continuación estudiaremos acerca de sus dos obras más afamadas que son: La ética formal kantiana y la teoría política kantiana en esta última se estudia sobre sus pensamientos acerca de la política recogidas en obras pequeñas ya que él nunca realizó una muy extensa de dedicada a la política La Ética formal kantiana El conocimiento moral no es un conocimiento del ser, de lo que es, sino un conocimiento de lo que debe ser; no un conocimiento del comportamiento real y efectivo de los hombres, sino un conocimiento del comportamiento que deberían observar los hombres. En este sentido, dicho conocimiento no se puede verificar; cuando decimos que los hombres deberían comportarse de tal o cual manera estamos afirmando que ese comportamiento es necesario y universal, y esas son las características de lo a priori. Y ya hemos visto cómo Kant explicaba la imposibilidad de derivar de la experiencia algo que fuese necesario y universal: el primer objetivo del conocimiento moral, por lo tanto, consistirá en identificar cuáles son los elementos a priori de la moralidad. Kant distingue un uso teórico y un uso práctico de la razón. En su uso teórico, que Kant estudia en la "Crítica de la razón pura", la razón constituye o configura el objeto que se da en la intuición, mediante la aplicación de las categorías; en su uso práctico, que estudiará en la "Fundamentación de la metafísica de las costumbres" y en la "Crítica de la razón práctica", la razón es la fuente de sus objetos: la producción de elecciones o decisiones morales de acuerdo con la ley que procede de ella misma. Todos los sistemas éticos anteriores habían partido de una determinada concepción del bien, como objeto de la moralidad, creyendo que ese bien determinaba la moralidad, lo que debía ser. Sin embargo, del mismo modo que el conocimiento teórico no está determinado por el objeto, sino que éste se encuentra determinado por las condiciones a priori de la sensibilidad y del entendimiento, el conocimiento moral tampoco estará determinado por el objeto, sino más bien el objeto de la moralidad determinado por ciertas condiciones a priori de la moralidad. (Del mismo modo que Kant había provocado una "revolución copernicana" en el ámbito del uso teórico de la razón, provocará otra revolución similar en el ámbito del uso práctico de la razón). Estas condiciones, siendo a priori, no pueden contener nada empírico: sólo han de contener la forma pura de la moralidad. En consecuencia, las leyes de la moralidad han de tener un carácter universal y necesario. La base de la obligación, del deber ser, no puede fundarse en nada empírico, pues: aunque deba referirse al hombre, como ser racional, no puede fundarse ni en la naturaleza humana ni en las circunstancias humanas, sino que ha de ser a priori. De ahí la crítica de Kant a los sistemas morales fundados en contenidos empíricos, a los que llamaremos éticas materiales. En primer lugar, todas ellas son a posteriori: de alguna manera todas ellas identifican el bien con la felicidad, y consideran bueno el objeto hacia el que tiende la naturaleza humana considerada empíricamente, aceptando la determinación de la voluntad por objetos ofrecidos al deseo. Además de proponer distintos bienes, entre los que no hay posibilidad de ponerse de acuerdo, lo que pone de manifiesto su falta de universalidad, al estar basadas en la experiencia carecen de la necesidad y universalidad necesaria de la que deben gozar las leyes morales. En segundo lugar las normas que proponen tienen un carácter hipotético, condicional: si quieres alcanzar la felicidad (algo distinto para cada sistema) has de comportarte de acuerdo con esta norma. Al estar sometida la norma a una condición sólo tiene valor si se acepta dicha condición, lo que, además de significar que se actúa por un interés, implica que la validez de la norma para conseguir el fin que se propone sólo puede ser comprobada experimentalmente, por lo que tampoco puede tener carácter universal y necesario. Por lo demás, y en tercer lugar, esos sistemas éticos son heterónomos: el hombre recibe la ley moral desde fuera de la razón, por lo que en realidad no está actuando libremente, perdiendo la capacidad de autodeterminación de su conducta, la autonomía de la voluntad. ¿Qué valor puede tener una norma moral que no es universal y necesaria, cuyo cumplimiento está sometido a la consecución de un objetivo, un interés, y que propone al hombre renunciar a la libertad, a la autonomía de su voluntad? La moralidad no puede fundarse en nada empírico. Una norma moral ha de ser universal, ha de valer para todos los hombres en todas circunstancias, y ha de ser necesaria, ha de cumplirse por sí misma. Ha de ser, por lo tanto, de carácter formal; no puede establecer ningún bien o fin de la conducta, ni puede decirnos cómo tenemos que actuar: ha de contener sólo la forma de la moralidad.  "Es imposible imaginar nada en el mundo o fuera de él que pueda ser llamado absolutamente bueno, excepto la buena voluntad". Con esta frase comienza la "Fundamentación de la metafísica las costumbres". ¿Qué entiende Kant por una buena voluntad?. Una voluntad que obra por deber, es decir, no por interés, o por inclinación o por deseo. ¿Y qué es obrar por deber?: obrar por reverencia o respeto a la ley moral que la voluntad se da a sí misma. Kant distingue aquí entre obrar "por deber" y obrar "conforme al deber": puede ocurrir que actúe por algún interés particular y esa actuación coincida con la ley moral; en ese caso estoy actuando "conforme al deber". Obro "por deber", sin embargo, cuando mi actuación no persigue ningún interés particular, ni es el resultado de una inclinación o un deseo, sino que está motivada solamente por reverencia o respeto a la ley moral, independientemente de que mi actuación pueda tener consecuencias positivas o negativas para mi persona. La ley moral se basa en la noción de deber; y en la medida en que la ley moral pretende regular nuestra conducta ha de contener alguna orden o algún mandato. Pero como la ley moral es universal y necesaria la orden o mandato que contengan ha de ser categórico, es decir, no puede estar sometido a ninguna condición (no puede ser hipotético). A la fórmula en la que se expresa ese mandato u orden de la ley moral la llamará Kant imperativo categórico. Ahora bien, como la ley moral no puede contener nada empírico, el imperativo categórico en que se expresa tampoco podrá tener ningún contenido empírico, sino sólo la forma pura de la moralidad. En la "Fundamentación" Kant nos da tres definiciones distintas del imperativo categórico: 1."Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal".  2.-"Obra como si la máxima de acción hubiera de convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza".  3.-"Obra de tal manera que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio". Ninguna de estas formulaciones contiene nada empírico, sino sólo la forma de la moralidad. No nos dice cómo tenemos que comportarnos concretamente, ni nos da ninguna norma, ni nos propone ningún fin interesado. Al mismo tiempo, contiene una exigencia de universalidad y necesidad, pero garantizando la autodeterminación de la voluntad, su autonomía, su libertad. La voluntad, en efecto, no queda determinada por ningún elemento empírico, por lo que es libre, y el imperativo por el que se regula no contiene ninguna norma concreta de conducta, por lo que la voluntad tendrá que darse a sí misma la norma de conducta, por lo que es autónoma. Los postulados de la razón práctica. ¿Pero es posible la libertad de la voluntad? Los resultados de la "Crítica de la razón pura" nos conducían a la distinción general de todos los objetos en fenómenos y noúmenos. En cuantos fenómenos todos los objetos están sometidos a las leyes de la naturaleza, que son leyes deterministas, excluyendo por lo tanto la libertad. En cuanto fenómeno, pues, el hombre no es libre. Por otra parte, la posibilidad de conocer los noúmenos, las cosas en sí mismas, quedaba rechazada en la dialéctica trascendental ante la imposibilidad de constituir la metafísica como ciencia, por lo que la posibilidad de conocer algo acerca del alma y de su libertad e inmortalidad quedaba eliminada. Sin embargo, sin la libertad de la voluntad la moral quedaría arruinada. Por otra parte, observamos que el progreso de la virtud es lento en el mundo, y esperamos razonablemente que el hombre virtuoso pueda ser feliz; pero vemos que esto no ocurre, lo que haría de la vida del hombre un absurdo si no fuera posible que ocurriera. Por ello, aunque ninguno de los objetos de la metafísica (Dios, el alma y el mundo como totalidad) puede ser objeto de demostración teórica, la razón práctica exige su existencia. El hombre ha de ser libre para poder poner en práctica la moralidad; ha de existir un alma inmortal ya que, si el hombre no puede alcanzar su fin en esta vida, ha de disponer de una vida futura como garantía de realización de la perfección moral; y ha de existir un Dios que garantice todo esto. Lo que la razón teórica no ha podido demostrar, la razón práctica lo tiene necesariamente que postular. De este modo Kant se vio obligado, como dice en la introducción de la "Crítica de la razón pura", a suprimir el saber para dejar paso a la fe. LA TEORÍA POLÍTICA KANTIANA La filosofía política de Kant Kant no escribió nunca una gran obra sobre filosofía política, al estilo de las tres Críticas, sino lo que se han considerado siempre "obras menores" en las que, con frecuencia, no se ha querido ver una filosofía política, como Ideas para una historia universal en clave cosmopolita (de 1784), La paz perpetua, un esbozo filosófico (de 1795), y Metafísica de las costumbres (de 1797), entre otras. Y todo ello pese a que con su escrito de 1784 ¿Qué es la Ilustración?, ha quedado fuertemente asociado a los ideales políticos y emancipatorios de la Ilustración, conocedor ya de la declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, y a quien se presenta con frecuencia, además, como un firme defensor de los ideales de la Revolución Francesa de 1789, siguiendo las opiniones de Heine, primero, y de Marx y Engels, después. El pensamiento político de Kant está dominado, en efecto, por los ideales de libertad, igualdad y valoración del individuo, propios de una Ilustración a la que Kant se suma y defiende en sus escritos políticos. Al igual que en la ética, -donde se le confiere al individuo, en cuanto sujeto moral, la capacidad de convertirse en legislador de lo moral, desde su autonomía-, en la política el individuo será considerado también, en cuanto ciudadano, el sujeto creador del campo de la actividad pública común. La capacidad legislativa del ser humano se funda en el carácter formal con el que Kant concibe la ética, y que se expresa en el imperativo categórico. Este imperativo, como principio formal de la razón práctica, se extenderá a todos los campos de aplicación de esta, incluida la actividad política. Así, no es de extrañar que Kant haya propuesto tres definiciones del imperativo categórico, subrayando ya el carácter universal de la norma moral, ya el valor intrínseco del individuo como fin en sí mismo, dada su naturaleza racional y su autonomía. La política, en cuanto espacio público del ejercicio de la libertad, está ligada a la noción de derecho, haciéndola posible. En consonancia con el carácter formal de la moralidad, el derecho no se concibe como un sistema normativo de regulación de la convivencia, sino como el marco formal en el que se establecen las condiciones y los límites de la acción en el campo de la convivencia, del ejercicio de la libertad. La ley jurídica ha de tener, por lo tanto, al igual que la moral, un carácter universal y a priori; sin embargo, mientras la ley moral se autoimpone al individuo, la ley jurídica se le impone mediante una coacción externa. La ley jurídica, siguiendo el imperativo categórico, ha de ceñirse a la naturaleza racional del ser humano, por lo que Kant afirmará la existencia de derechos naturales (propios de tal naturaleza racional), que serán el límite de la acción del Estado. Las relaciones entre los individuos y, por lo tanto, la organización de la convivencia, tiene una naturaleza racional, por lo que la ley jurídica no puede actuar en contra de esa naturaleza. La filosofía política kantiana entronca así con la filosofía política moderna del Estado natural y de las teorías del contrato. Hay una naturaleza, anterior a la organización política de los seres humanos, que es la fuente de derechos universales contra los que no se puede legislar, y que actúan por sí mismos como principios de organización de la vida política, que debería tender a una República universal. Además de los derechos naturales, el legislador, en función de las necesidades históricas, podrá desarrollar leyes (el derecho positivo) que correspondan al desarrollo de la sociedad civil. En Estado de naturaleza, los seres humanos se encuentran en una situación de constante inseguridad, debido a las amenazas de otros que, por derecho natural, siguen su propia voluntad sin tener en cuenta la voluntad de los demás. Viviendo en familia o en pequeñas comunidades, los seres humanos se encuentran a merced de las violencias de otros seres humanos ajenos a su comunidad. En el interior del grupo hay normas de convivencia y una autoridad que sanciona su incumplimiento. Pero no hay una autoridad que se imponga a todos los grupos dispersos, por lo que no hay seguridad. El Estado civil, instaurado mediante el contrato, supone la sumisión a una autoridad común, por lo que pasa a ser el terreno de la seguridad y del derecho. En ese paso del Estado natural al Estado civil no hay ruptura, para Kant, sino continuidad: mediante la imposición de una autoridad común, los derechos naturales, que ya se poseían en Estado natural, se pueden ejercer realmente con seguridad. Kant concibe el contrato social como la condición que hace posible la instauración del derecho público, por el que quedan garantizados los derechos naturales. En realidad, Kant admite un sólo derecho natural: el de libertad, del que derivan todos los demás, los derechos civiles de igualdad y de autonomía. El derecho de libertad, al tiempo que garantizado, queda limitado por el derecho de los demás, según el acuerdo tomado por la voluntad pública. La idea de voluntad pública es claramente de corte rousseauniano, pero en Rousseau la voluntad general representa el interés común, mientras que en Kant representa la garantía de la libertad individual, es decir, se establece como un vínculo jurídico formal entre los ciudadanos, en el que se funda el Estado. Por lo demás, para Kant el contrato no tuvo nunca lugar, no es un hecho histórico, sino una categoría o principio racional que opera como un eje de referencia en la construcción de lo político y del Estado. Vemos, pues, cómo Kant intenta reducir a una única síntesis los dos elementos fundantes procedentes 1) De las teorías liberales (los derechos individuales de libertad) y 2) de las teorías democráticas (la soberanía de la voluntad colectiva), que todavía sigue inspirando en la actualidad a autores como J. Rawls y J. Habermas, en sus intentos por fundamentar sus respectivas teorías del consenso. CONCLUSIONES Imanuel Kant fue un gran filósofo y su pensamiento desempeña un papel fundamental en los estudios de esta ciencia, que hasta ahora es imposible que cuando se habla de filosofía no se mencione su nombre. También es considerado como es fundador de la filosofía alemana. A lo largo de su vida tuvo dos posturas de pensamiento primero precrítico y luego el crítico y a partir de esto se dividen sus obras. Una de sus obras celebre es la ética Kantiana que es formalista rigorista y nos dice que tenemos que actuar por deber, cumplir con la obligación de lo correcto; por otro lado curiosamente aunque la metafísica no puede ser una ciencia, Kant dijo que para que los humanos pudiéramos obrar normalmente era necesario postular la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Su vida personal también es muy peculiar y muy interesante de conocer, ya que en un lapso él se fue a la quiebra y se quedó sin nada de dinero después de esto el pareció recapacitar y volvió a dar clases en una Universidad que no se encontraba casi a diez minutos de su actual vivienda. El salió airoso de esto ya que después de esto el obtuvo un gran fortuna y una vida tranquila, era un hombre muy inteligente y sociable, esto lo demostraba cuando dictaba sus clases de Antropología y Geografía Física. Para concluir pienso que aunque nunca realizo un obra dedicada a la política o al derecho en si o al menos ninguna de sus obras grandes fueron dedicadas a esto dejo una huella muy grande y por eso hasta ahora sus libros y estudios son mencionados incluso en el estudio del derecho. WEB GRAFÍA https://www.webdianoia.com/moderna/kant/kant_fil_politica.htm https://www.clacso.org.ar/institucional/que_es_clacso.php?s=2& https://www.definicionabc.com/comunicacion/disertacion.phpidioma https://www.definicionabc.com/comunicacion/disertacion.php https://www.ecured http://www.wordreference.com/definicion GLOSARIO Austeridad: Sencillez y moderación propias de la persona o cosa austera. Rigurosidad en el cumplimiento de las normas morales. Pietismo: Doctrina religiosa protestante que tuvo su origen en las ideas el pastor J. Spener (1635-1705); se caracterizó por oponer a la frialdad derivada de la idea de la justificación por la fe, una religión del corazón, un sentimiento más sincero y emocional. Prolegómenos: Este término señala una introducción, generalmente larga, ubicada al inicio de una obra literaria, o bien señala un conjunto de nociones preliminares a una ciencia Ferviente: Que tiene o muestra fervor. "el ferviente valor del guerrero; un ferviente tributo de admiración; es un ferviente defensor de la música andaluza" Disertación: Se llama disertación al razonamiento que se caracteriza por ser el producto de un pensamiento detenido y metódico acera de un asuanto o materia. Silogísticas: Teoría acerca del razonamiento silogístico; históricamente primer sistema lógico de deducción, formulado ya por Aristóteles. Inteligible: Como inteligible de designa aquello que puede ser entendido o percibido sin problemas. La palabra, como tal, proviene del latín intelligibĭlis, que significa ‘que se puede entender’. Prolegómenos: Es un nombre masculino plural, que viene del griego «pro», «anterior», «delante», y de «legein», «decir». Este término señala una introducción, generalmente larga, ubicada al inicio de una obra literaria, o bien señala un conjunto de nociones preliminares a una ciencia Pragmático: Pragmático es relativo a la práctica o la realización de las acciones y no la teoría.  Pragmático es un término de origen griego "pragmatikus" y latín "pragmaticu", que significa ser Heterónomos: Que está sometido a un poder externo. Noúmenos: El concepto que analizamos es eminentemente filosófico y forma parte de la terminología que desplego Imanuel Kant en sus reflexiones sobre el conocimiento humano. Consonancia: Coincidencia vocálica y consonántica en la terminación de dos palabras a partir de la última vocal acentuada. TRABAJO DE INTRODUCCIÓN AL DERECHO TEMA: IMMANUEL KANT ALUMNA: ISABEL RÍOS PINEDA PROFESOR: GALO CASTILLO CARRERA: DERECHO PRIMER SEMESTRE A SECION DIURNA 2018