EL PENSAMIENTO
FILOSÓFICO DE
JULIÁN MARÍAS
Adrián Llobell Grimalt
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
Adrián Llobell Grimalt
Contenido
Introducción ................................................................................................................... 2
Contexto histórico .......................................................................................................... 5
Principales aportaciones de Julián Marías ..................................................................... 6
Repercusión posterior hasta la actualidad ...................................................................... 8
Conclusiones .................................................................................................................. 9
Referencias ................................................................................................................... 10
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
Adrián Llobell Grimalt
“La vida humana se nutre de ilusiones, por lo general pequeñas, menudas,
a las cuales se suele dar poca importancia. Creo que sin ellas la vida decae,
se convierte en un tedioso proceso rutinario amenazado por el aburrimiento”
JULIÁN MARÍAS, Breve tratado de la ilusión.
Introducción
Julián Marías Aguilera nació en Valladolid el 17 de junio de 1914. El año 1931
obtuvo Bachillerato de Ciencias, con Premio Extraordinario, y en Letras, que había
cursado en el Instituto Cardenal Cisneros. Licenciado en Filosofía y Letras -con
especialidad en Filosofía- (1936), premio de Licenciatura en 1939 y Doctor (1951) en
Filosofía por la Universidad de Madrid. Discípulo directo y predilecto de José Ortega
y Gasset, su maestro y amigo, si bien, también, en cierta manera él mismo se
consideraba discípulo de Manuel García Morente, Gaos y Zubiri, profesores que
marcaron definitivamente su vocación por la filosofía. Buen conocedor y admirador de
Unamuno.
El año 1948, funda con Ortega y Gasset el Instituto de Humanidades de
Madrid, que tuvo una corta pero fecunda cifra, y posteriormente de creó el seminario
de humanidades, por el que pasaron importantes intelectuales españoles de finales del
siglo XX. Julián Marías era católico practicante y participó en las jornadas del
Concilio Vaticano II y en 1982 formó de del Consejo Internacional Pontificio para la
cultura, creado por Juan Pablo II. Durante los complejos años en los que duró la
guerra civil española (1936-1939) Julián Marías participo de los ideales republicanos
con el fin de establecer la paz de una forma directa y con el menor baño de sangre
posible, no obstante, aun habiendo sufrido la cárcel, la indiferencia y la hostilidad, sus
obras han representado un legado cultural y de referencia para España, tratando de
establecer la superación de los viejos mitos "derecha-izquierda" en lo que él mismo
denomino la Tercera España1.
1
A este respecto es interesante la lectura de Carpintero, H., & Maŕas, J. (2007). Una voz de la Tercera Espãa :
Julín Maŕas, 1939 (Ensayo, 15; Ensayo (Biblioteca Nueva (Firm)), 15). Madrid: Biblioteca Nueva. Con ese
título, Helio Carpintero escribió un libro, editado en el año 2007, sobre los esfuerzos que realizó Julián Marías
junto a Julián Besteiro, en el mes de marzo de 1939, para conseguir el término de la Guerra Civil española lo más
pronto posible.
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
Adrián Llobell Grimalt
Julián Marías mostró una nueva faceta de intelectual, una imagen rehecha de
filósofo que podía leer y conocer en las lenguas originales a los grandes pensadores
que había dejado el legado de la filosofía y así, ser capaz de construir su propio
pensamiento. También viajó, conoció a las personas clave y a los lugares de primera
mano, hecho que le permitió un escritura creativa, recibiendo las aportaciones de
distintos campos que incidían, sin duda, de manera directa o indirecta, en la filosofía o
pensamiento original: ciencia, artes, cine, etc. Sobre éste último, podemos decir que ha
escrito de una manera tan creativa e ingeniosa que ha llegado incluso a desarrollar una
antropología del cine Julia María representó al intelectual sumergido en el mundo que
era capaz de emanar luz sobre el amplio espectro y horizonte de la cultura.
Para él, el valor de la cultura en vistas a la configuración de la personalidad del
individuo y también la colectiva, así como para el auténtico desarrollo de las naciones,
representa un valor fundamental por ello, fue elegido como como se ha mencionado
anteriormente, por San Juan Pablo II para formar parte del Consejo de la Cultura en
Roma (1982-1992). El pensamiento original e inédito es uno de los temas clave en
Julián Marías como el propio autor indica en su libro2:
Los artículos que componen este libro, por debajo de la diversidad de sus temas, tienen
una profunda unidad, que les viene de una doble referencia común a todos ellos: la presencia de
una situación concreta, desde la cual y en vista de la cual están escritos, y la preocupación por la
función específica del pensamiento. He elegido para título de este volumen el de su primer
capítulo, porque en él se plantea el problema que todos los demás intentan resolver de hecho: las
condiciones y las formas en que el pensamiento puede operar realmente para comprender las
cosas. (Marías, 1968, p. 7).
El historiador Juan Pablo Fusi ha destacado la figura de Julián Marías, acerca
de su pensamiento, sus logros y sus méritos en los siguientes términos:
…por la claridad de su pensamiento —plasmado en una prosa transparente, clara,
inteligente, admirablemente serena y lúcida, por su decencia biográfica y su honestidad
intelectual (…) por la centralidad de la historia, de la razón histórica orteguiana, en su
pensamiento, en su visión del hombre y de la vida; por su reflexión permanente sobre España,
Julián Marías es una presencia viva, valiosa, admirable, plena, de la filosofía española, y una
personalidad fundamental en la evolución de la historia del largo siglo XX español (Marías, J. y
Fusi, J.P., 2012, pp. 7-8).
Entre los méritos o títulos honoríficos de Julián Marías podemos destacar la
fundación del Instituto de Humanidades junto a Ortega en 1948, su nombramiento
como académico (Real Academia de la Lengua Española (1964)) y el premio Príncipe
de Asturias en 1996. La revista de pensamiento Cuenta y Razón es una fundación
propia. Julián Marías permaneció como escritor en activo hasta su muerte en Madrid el
16 de diciembre de 2005. Respecto a la prolífica creación de Julián Marías en forma
de obras escritas podemos hacer una clasificación temática o funcional de estos
títulos3: por una parte, aquellos que están profundamente sellados por el raciovitalismo
2
El oficio del pensamiento es un grupo de artículos reunidos por Julián Marías. MARÍAS cree que, frente a tantos
motivos como existen para sentirse desalentado, hay uno que nos conforta : las capacidades del pensamiento, allí
donde de verdad puede actuar con la debida eficacia. Para él, "desde el siglo xvii, no ha tenido una hora tan
incitante, tan apasionante, este abandonado oficio del pensamiento". Y animado por esta confianza se lanza a
realizar en este libro, como ya en tantos otros, en serio y a fondo, lo que es hoy más arriesgado, más aventurado,
más divertido, más esperanzador: pensar sobre las cosas sin otro fin ni otro límite que la verdad.
3
En la BNE podemos encontrar todas las obras de Julián Marías por orden cronológico de publicación:
http://www.bne.es/webdocs/Servicios/Informacion_bibliografica/Exposiciones_bibliograficas/Marias_Julian/Julian
Marias_Obras.pdf
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
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orteguiano, como son:
Introducción a la Filosofía (1947), Idea de la
Metafísica (1953), Ortega. Circunstancia y vocación (1960) y Las trayectorias (1983).
Por otra parte podemos destacar su excelente primer libro Historia de la
Filosofía (1941), posteriormente, podemos mencionar la aplicación del método de
Ortega: el método histórico de las generaciones, aplicado tanto al conocimiento de la
realidad social en La estructura social (Teoría y método) (1955) y también a la
sucesión de las corrientes literarias en España en Literatura y generaciones (1975).
Los trabajos de Julián Marías acerca de Ortega han resultado desde el día en que
vieron la luz, un manantial de información básica para deslindar e interpretar su
pensamiento.
No obstante, lo más creativo y original del pensamiento de Julián Marías lo
hallamos en Antropología metafísica4 (1970), Breve tratado de la ilusión (1984), La
felicidad humana (1987), Mapa del mundo personal (1993), Tratado de lo mejor. La
moral y las formas de vida (1995) o Persona(1996), este conjunto de libros aporta una
destacada contribución a lo que para Marías se traduce como lo más importante a nivel
filosófico del siglo XX, es decir, el “redescubrimiento de la persona”. Junto a todo este
elenco de libros cabe destacar otra serie dedicada a ensayos histórico-literarios, en los
que ofrece una visión coherente y positiva de España a los que cabría sumar las
innumerables colaboraciones en periódicos nacionales, críticas en páginas de cine, su
propia trilogía histórico-política acerca de la realidad española o las traducciones de
clásicos de la filosofía. En general, podemos destacar, estas obras recién mencionadas
como estudios filosóficos en los que predomina la idea que el autor tiene de la
filosofía como "visión responsable".
Según Julián Marías, en el curso de la historia nos encontramos con tres
conceptos distintos de filosofía, que emanan en última término de tres dimensiones del
hombre: La filosofía como un saber acerca de las cosas,la filosofía como una dirección
para el mundo y la vida y la filosofía como una forma de vida y, por tanto, como algo
que acontece.
En realidad, estas tres concepciones de la filosofía, que corresponden a tres
concepciones distintas de la inteligencia, conducen a tres formas absolutamente
distintas de la intelectualidad (Marías, 1980, p. XXV).
4
Resulta muy interesante la lectura del artículo: JULIAN MARÍAS: DE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA A
ANTROPOLOGÍA METAFÍSICA de Joaquín Herrera Carranza y Manuel Delgado Romero (Universidad de
Salamanca) 2015, accesible online:
http://institucional.us.es/aulaexp/PanelP/JOAQUIN_HERRERA_JULIAN_MARIAS.pdf
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Contexto histórico
El año de nacimiento de Julián Marías (1914) está marcado por el comienzo de
la destrucción de Europa y en su segunda década, cuando apenas contaba con
veintidós años, estalló una guerra civil muy cerca de su domicilio. Estas fechas tan
decisivas marcan la trayectoria de Marías y transcurren en las aulas de la Facultad de
Filosofía y Letras de Madrid. En aquellas aulas, se producirían los encuentros con José
Ortega y Gasset y con su mujer (Lolita) y madre de sus cinco hijos, Dolores Franco,
que también cursaba estudios de filosofía. La pareja tuvo que sacar a sus hijos adelante
en tiempos de penuria. En los últimos meses de la guerra civil que Julián Marías
alternó entre Madrid y Valencia, colaboró con el mando republicano asistiendo para
traducciones, elaboración de informes y artículos la publicación de algunos artículos
en el periódico ABC encargados por Julián Besteiro, culminan en el encarcelamiento
de Julián Marías durante algunos meses y un juicio del que salió bien parado gracias a
un compañero de la Facultad. En 1941, con la progresiva desaparición de la guerra,
Julián se casa con Dolores y tan sólo un año más tarde defiende su tesis doctoral que
sería suspendida por razones políticas (Hidalgo, 2011, p. 118). El año 1947 sería un
buen año para Marías, pues publicó su Introducción a la Filosofía, recibió un premio
literario y nació su hijo Miguel. En cambio, las tornas cambiaron el año 1949 cuando
su padre y su hijo Julián morirán, pero también nacerá su hijo Fernando.
A partir de los años 50, Julián viajará a América, concretamente la Universidad
de Lima para comenzar a enseñar con regularidad en distintas universidades
americanas e iniciará una gira por toda Sudamérica. Numerosos viajes marcarán esta
etapa, entre ellos, un viaje la India que le marcará profundamente. En 1963 regresa a
México, donde se reencontrará con José Gaos por primera vez tras la guerra. A partir
de los años 60 se iniciará un período de gran movilidad, tanto en España como fuera
de ella, principalmente en Europa y América. A mediados de los años 70 se producirá
para Marías una época de altibajos, pues, se produce la transición, se celebran las
primeras elecciones democráticas y el rey Juan Carlos lo nombra senador por
designación real. Ese mismo año, morirá su esposa, hecho que precipitó al filósofo a
una desolación insufrible.
Los próximos años serán prolíficos académicamente: aumentarán las
publicaciones y recibirá varios doctorados honoris causa en Sudamérica. También
ocupara la cátedra "José Ortega y Gasset" en la UNED desde donde comienza a
impartir cursos monográficos.Julián Marías murió a los 91 años de edad, el 15 de
diciembre de 2005, manteniendo su lucidez y actividad intelectual hasta casi los
límites de su fallecimiento. Con todo, la vida personal de Marías (su propia trayectoria
vital) no fue fácil y con responsabilidades familiares de muy largo alcance, como ya se
ha expuesto anteriormente. La situación de España en la primera etapa de su vida
(Segunda República y Guerra Civil) le llevó a asumir una posición inamovible de
equilibrio personal, separado de las posiciones impuestas por los dos partes
contendientes, en la España de la época. Una vez acabada la Guerra Civil, no se le
perdonó su fidelidad doctrinal orteguiana. Este hecho le llevó a no poder ejercer su
actividad intelectual en su propio país y tuvo que emigrar para mostrar su auténtica
vocación (vivió -como se ha mencionado anteriormente- su exilio en Argentina, hecho
que marcó a su amor y dedicación a Hispanoamérica).
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
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Principales aportaciones de Julián Marías
La faceta de Julián Marías como pensador católico se ha plasmado en su
pensamiento y aportación, en innumerables ocasiones, centro de abundantes críticas
por parte de intelectuales de izquierda, que tras la densa niebla ideológica eran
incapaces de percibir su valía como filósofo y el gran potencial de una razón unida a la
fe. Esto lo explica de manera muy racional Luis María Ansón en el homenaje a la
muerte de Julián Marías realizado por la Comunidad de Madrid a modo de dedicatoria:
A la obra de Julián Marías me unen muchas afinidades y algunas discrepancias. Pero
estas últimas son precisamente las que provocan en mí más admiración, porque ninguna de las
afirmaciones contrarias a lo que yo pienso me han hecho daño, han rozado mi sensibilidad, me
han herido. No he encontrado en la extensa obra de Marías ni agresividad ni invectivas ni
ataques personalistas. Sus páginas se nutren de ecuanimidad, de sencillez, de afán de diálogo, de
búsqueda de luz. La obra del escritor proporciona un rico caudal de sugestio- Homenaje a Julián
Marías 38 nes e ideas desparramadas en mil direcciones: filosofía, ciencia, arte, historia y
filosofía de la historia, crítica, filología, humanidades. En un campo tan fértil resulta difícil
seleccionar una espiga, pero tal vez los libros más importantes sean los que estudian la cultura de
los últimos setenta años. En mi opinión, su obra cardinal es la Antropología metafísica, que cerró
sus ensayos históricos sobre la filosofía y sus reflexiones ontológicas.5
Julián Marías estuvo ligado desde los inicios un grupo de pensadores
vinculados al personalismo, que emergió en el la Europa de entreguerras con la
finalidad de ser una alternativa a las corrientes dominantes de la época: el
individualismo y el colectivismo. En oposición al primero exaltaba al individuo
autónomo y egocéntrico. destacó la necesidad de una relación interpersonal y de la
solidaridad. Frente al colectivismo, supeditada el valor personal y su adhesión a
proyectos colectivos: triunfo de una raza o la revolución, es decir, el valor del
individuo aislado de sus cualidades. De este modo, la filosofía personalista se basa el
concepto de persona y fundamenta el elemento o núcleo central en la antropología,
dicho de otra forma, la estructura de la antropología dependerá del concepto de
persona.
Los temas y enfoques que subyacen a toda esta creación o pensamiento
plasmado en obras escritas es la distinción entre cosas y personas que viene a
significar que los seres humanos deben ser analizados mediante categorías filosóficas
específicas y no con aquellas que han sido creadas específicamente para las cosas. Es
destacable la importancia de la relación interpersonal, así como la familiar, en la
configuración de la identidad personal, de este modo, la cualidad de la persona debe
basarse en la voluntad y el corazón y no en la inteligencia, hecho que implica una
prevalencia de la acción y otorga un papel fundamental en el ámbito de la filosofía al
amor. Este enfoque permite diferenciar dos modos de persona: el hombre y la mujer,
por la persona es realmente una realidad dual y el carácter o modo afectara a tres
niveles: el corporal el afectivo y el espiritual. La persona se configura pues como un
objeto social y se desarrolla en comunidad, siendo su principal objetivo el deber de
solidaridad. Si trasladamos este pensamiento al plano de la acción podemos decir que
se concibe la filosofía no sólo como un ejercicio académico aislado, sino que busca la
transformación de la sociedad.
5
FUNDES. (2006). La huella de Julián Marías: un pensador para la libertad. Homenaje a Julián Marías.
Comunidad de Madrid. Accesible online: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM002410.pdf.
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El personalismo, tan arraigado en Javier Marías, establecerá una visión
trascendente de la vida inspirada en la tradición judeocristiana pero siempre en el
ámbito de actuación de la filosofía. Según esta corriente, la filosofía moderna ha traído
consigo errores relevantes como el idealismo, aunque también ha aportado aspectos
antropológicos como la subjetividad, la conciencia del yo o la reivindicación de la
libertad. Su pertenencia a la escuela de Madrid, hizo que continuara la labor de Ortega
y Gasset desarrollando gran parte de los temas que este inicio o propicio en sus
escritos o conferencias. Es interesante a este respecto, en su obra Introducción a la
Filosofía (1941), el esfuerzo que plantea por repensar la filosofía de Ortega, que nos
invita a plantearnos su filiación intelectual y plantea la finalidad de la filosofía como
descubrimiento de nuestra circunstancia particular, del ámbito de filosofar, que, sin
duda, viene marcado por ésta. La filosofía se transforma así en un hacer humano, en
una parte básica de nuestra vida en un marco de actuación en el que nos ofrece valores
a los que atenernos respecto a la situación real. Entre las contribuciones filosóficas
más importantes de Julián Marías podemos destacar:
La estructura empírica característica de la vida humana referida al campo
intermedio formado por elementos que no constituyen requisitos previos de la vida
pero que en cambio pertenecen a las vidas concretas. Este campo intermedio se
situaría entre la teoría analítica de la vida humana y la narración determinada y
biográfica de ésta. Por otra parte, su idea de metafísica basada en la ciencia de la
realidad radical. Julián Marías afirma que el hombre no es realidad radical sino más
bien "una realidad radicada que descubro en mi vida, como las demás". De este
modo, la realidad radical, haría referencia a la vida entendida como un ámbito en el
que se constituyen las realidades como tales, de aquí que su teoría particular de la vida
no sea una antesala para la metafísica sino la propia metafísica en sí misma. La
antropología metafísica es la clave para poder entender de forma homogénea la obra
de Julián Marías, pues la lectura de todos sus escritos bajo el paraguas de su
antropología metafísica permite ver el conjunto de este pensamiento como una unidad.
Como el propio Marías afirma: "tuve la impresión de que explicaba todos los escritos
anteriores, que deberían en adelante ser leídos" (Marías, 1983, p. 13).
En su obra, Antropología metafísica, Marías establece las categorías que forman
la estructura empírica de la persona: el cuerpo que es en cuanto cosa separable y como
parte del mundo, vectorial. La sensibilidad que descubre los sentidos con jerarquía, la
instalación que permite la proyección, la vivencia desde aquello que ya se estaba
realizando y la condición sexuada como forma radical de instalación. Esta obra,
significará lo más personal para el autor y sentará los cimientos que permitirán la
inculturización de la fe a partir de su pensamiento. (Sánchez, 2013, p. 119). Otro de
los aportes clave de Julián Marías es el concepto y desarrollo de la razón, que aparece
como instrumento de verdad cuya función última es la comprensión de ésta (Soler,
1973, p. 154). Una de las aportaciones fundamentales de Julián Marías es el tema de la
trascendencia, es decir, lo que está objetivamente ausente, más allá de cualquier tipo
de realidad del imitable. Así, respecto a la vida biográfica, la transcendencia es lo que
está más allá de ella, aunque también la sustenta y le da mayor consistencia. Este
planteamiento debe entenderse desde la perspectiva relacional Dios-hombre, puesto
que no debe entenderse a Dios como una causa externa, sino que es Dios quien
sostiene al hombre en el mismo hecho de realizar de manera biográfica su vida.
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Reale y Antiseri consideran que el autor, debido su condición de discípulo de
Ortega, asumió el raciovitalismo y el circunstancialismo y que su pensamiento se
sintetiza en el desarrollo del: "Yo soy yo y mi circunstancia" (Reale, 2010, p. 331).
Repercusión posterior hasta la actualidad
Sin duda, el pensamiento de Julián Marías ha significado un legado para
disciplinas tan dispares y variopintas como la teología, el derecho, la política, la
educación y los derechos humanos. Julián Marías fue un hombre de ideas claras acerca
de la enseñanza. Su idea base partía del carácter fundamental de la educación y de que
el progreso de los pueblos estaba fundamentado en su nivel cultural y educativo. Su
planteamiento acerca de la docencia se basaba en que ésta debía ser "de abajo hacia
arriba" y no al revés, por ello, la educación debe emerger en el ámbito familiar y
proseguir el colegio, así, la potestad de la enseñanza residiría en primer término, en la
familia; en segundo término, en el colegio; en tercer término, en la Iglesia y
finalmente, en el Estado, que debe velar por establecer sistemas educativos eficaces y
una calidad de enseñanza real y productiva.
En el ámbito de la teología, desde su defensa de la persona humana, como ser
trascendente, el filósofo defiende la gran labor de la cultura cristiana como un gran
oasis del mundo actual, que da cabida y plenitud al hecho de ser persona. De este
modo, el cristianismo se realiza como una antropología de la vida, en oposición a la
antropología totalitaria, en una cultura de la vida, frente a la cultura de la muerte y en
una ideología o forma de vida que permite desligar al ser humano del anonimato y del
desarraigo de la persona para poder un sentido trascendente al objeto del Creador. De
este modo, Julián Marías afirmará que el cristianismo, desde su perspectiva
antropológica y social es la única doctrina capaz de solventar las problemáticas más
profundas y existenciales del ser humano de todos los tiempos.
Respecto a los Derechos Humanos y el Derecho en general, Julián Marías, sin
ser jurista, podría ser calificado como un iusnaturalista que defendió a “la persona” por
tener una naturaleza muy especial, tanto que no tiene naturaleza y de ahí surge la
cuestión sobre “de qué está hecha la persona”, que adquiere forma de argumento y es
autora de su propia vida, proyectándola y construyéndola desde la realidad. (Pérez,
2010, p. 9).
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El pensamiento filosófico de Julián Marías
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Conclusiones
Aquél que quiera entender en profundidad la figura y la obra de Julián Marías
debe indagar en cómo supo enfrentar en su obra escrita la relación entre fe y razón. La
síntesis del pensamiento de Julián Marías surge como una actividad humana, como
una labor de la inteligencia y racionalidad del ser humano en que la filosofía configura
un conocimiento o disciplina a la que acogerse ante una situación de la vida real, sólo
de esta manera, la filosofía puede configurarse como un hacer radical, pues configura
a la realidad dotándola de razón, una razón en la que se desarrolla el ser humano: la
persona. Es en la persona misma en la que la filosofía se sustenta y desarrolla su
fundamento último. Frente a los filósofos actuales que comparten el "silencio sobre
Dios", Julián Marías no dejó este tema de lado, planteándose los temas problemáticos
y las cuestiones fundamentales, desde los inicios, de manera eficaz y durante más de
medio siglo6. Cabe destacar que Julián Marías fue un portador de la verdad desde la
perspectiva de la fe, que supo desde sus inicios, a la temprana edad de seis años, hacer
un juramento vital para con ésta y vivir con ella y en ella hasta el fin de los días.
Una obra clave para entender la perspectiva de Julián Marías acerca de Dios es: Czajkowski, M. (2001). El tema
de Dios en la filosof́a de Julín Maŕas. (Cuadernos de Anuario filosófico. Serie de pensamiento español, no. 16.
Pamplona: Publicaciones de la Universidad de Navarra.
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Referencias
Carpintero, H., & Maŕas, J. (2007). Una voz de la Tercera Espãa : Julín Maŕas,
1939 (Ensayo, 15; Ensayo (Biblioteca Nueva (Firm)), 15). Madrid: Biblioteca
Nueva
Czajkowski, M. (2001). El tema de Dios en la filosof́a de Julín Maŕas. (Cuadernos
de Anuario filosófico. Serie de pensamiento español, no. 16. Pamplona:
Publicaciones de la Universidad de Navarra.
Hidalgo Navarro,R.(2011). Julín Maŕas : Retrato de un fiĺsofo enamorado. Madrid:
Ediciones Rialp.
Maŕas, J. (1968). El oficio del pensamiento (Colección austral, no. 1410). Madrid:
Espasa-Calpe.
Maŕas, J. (1980). Historia de la filosof́a (32a. ed.). (Biblioteca de la Revista de
Occidente, 8 : Sección de filosof́a). Madrid: Revista de Occidente.
Maŕas, J. (1983). Antropoloǵa metaf́sica (Alianza
Alianza Editorial.
Universidad,
356).
Madrid:
Maŕas, J., & Fusi, J. P. (2012). La Guerra Civil : Ćmo pudo ocurrir? (Singladuras,
11). Madrid: Fórcola Ediciones.
Pérez Duarte, J. (2010). La persona como proyecto: Los derechos humanos en Julián
Marías. Cuadernos Deusto de Derechos Humanos, nº60. Bilbao: Universidad de
Deusto.
Reale, G. & Antiseri, D. (2010). Historia de la filosofía. Del romanticismo a nuestros
días, Vol. III. III. Barcelona: Herder.
Sánchez García, J. L. (2013). Julián Marías, Inculturizador de la fe. SCIO. Revista de
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Valencia.
Soler
Planas, J.
Occidente.
(1973). El pensamiento de Juĺan Maŕas. Madrid:
10
Revista
de