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HÁBLAME EN MI IDIOMA, ES MI DERECHO

Por: Julio Zúñiga Pastor " ES MI DERECHO, HÁBLAME EN MI IDIOMA " La interculturalidad en el Perú parece estar saliendo, desde una utopía a una realidad.

Por: Julio Zúñiga Pastor “ES MI DERECHO, HÁBLAME EN MI IDIOMA” La interculturalidad en el Perú parece estar saliendo, desde una utopía a una realidad. Dentro del marco de la Ley N° 29735, ley de lenguas originarias, aprobada bajo el presente gobierno, se llevó acabo la charla informativa que compartió las experiencias de algunos traductores e intérpretes de lenguas originarias del Perú, que el Ministerio de Cultura ha logrado realizar, hasta la fecha, ocho programas de capacitación en las diferentes lenguas (según el Ministerio hay en el país 47 idiomas oficialmente declarados), El evento se produjo en la Casa de la Literatura Peruana, el día treinta de marzo del corriente. Este evento ha sido organizado por Rosaleen Howard, Raquel de Pedro y Luis Andrade. Bajo el auspicio de Casa de la Literatura, proyecto de investigación, “Traduciendo culturas para los derechos lingüísticos en el Perú” de la Universidad de Newcastle y Heriot-Watt en el Reino Unido, además de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Todo ello con la financiación de AHRC Reino Unido. Entre los expositores, que comentaron su experiencia como traductores e intérpretes, estuvieron: Dilma Velásquez Llano, Jeiser Suárez Maynas, Yoly Soto Palomino y Cinthia Gonzales Pérez, todos ellos capacitados por el Ministerio de Cultura. Cabe señalar los aportes de los expositores que, dará una mejor comprensión a los ciudadanos con lenguas originarias por parte, no solo del estado sino de la población en general. Así tenemos a Velásquez Llano, quién señaló, en base a su labor como comunicadora e intérprete en la región de Puno, logró avances importantes dentro de la población de habla Aimara, de donde es natural ella. La difusión a través de programas de radio, la fundación de un colegio bilingüe, la ayuda a la población a acceder a los diferentes servicios del estado, spots publicitarios para radio en la lengua aimara, traducción de documentos oficiales del gobierno desde el español al aimara y viceversa, promoción de los derechos del ciudadano, entre otros. “Recuerdo que cuando iniciamos en Puno, las personas no quisieron matricular sus hijos en el colegio intercultural, bilingüe ya que tienen el equivocado pensamiento de que si aprenden español, le irá mejor en la vida” señaló. Asimismo recordó el asesinato del alcalde del pueblo de Ilave, que: “por falta de compresión entre la autoridad y la población, el pueblo terminó liquidando al burgomaestre”. Además, refirió que hay importantes avances en los medios de comunicación en la región de Puno, pero que aún no son suficientes como para dar cobertura a las seis de sus trece provincias que son aimaras frente a los siete son quechuas. Jeiser Suárez, carismático, humanitario e irónico. Natural de la familia lingüística Shipibo-Konibo, comentó sus experiencias de la siguiente manera: “es desesperante, para nosotros los pueblos indígenas, cuando no podemos comunicarnos con las autoridades en nuestro idioma, entonces nos frustramos y nos sentimos ajenos, eso hace que nosotros no podamos participar como ciudadanos propositivos y muchas veces somos para las autoridades ciudadanos de ‘segunda categoría’ o perros del hortelano y que nos consideren un problema ¡Eso es inaudito! Y luchamos para que no ocurra eso” sentenció Suárez. Además comentó que entre sus labores ha realizado traducciones de consultas a comunidades, conducción de programas radiales como, “Voz Amazónica”; además, estuvo en debates entre el estado, las comunidades, empresas privadas de hidrocarburos y los habitantes amazónicos, entre otras labores. La charla continuó con la exposición de Soto Palomino y la presentación artística de Raúl Cisneros, ambos naturales de Ayacucho, perteneciente a la familia de quechua-chanca. Cabe resaltar la narración metafórica de Cisneros que a través de un cuento resaltó la importancia del cuidado del medio ambiente y los productos agrícolas: “Varayoqsi casqa, huk punchao orquta risqa kausaykunata watukaq, chaysi tutayaramusqa. Samanatas mascasqa tutapiña, qinaptinsi tuparun nina achkiwan. Asuykurun, piña warmiwan tuparun. unay ruygasqanmantas samachisqa warmiwqa. Chay warmis kasqa kimsa wawayuq: naupaqkaqpa sutinsi casqa, Illapa. Wistos kasqa; hukninsi casqa, Chikchi-Para, ñausas payqa; kinsacaq wawansi casqa, Qasa. Chay kimsa wawansi tukuy kausayta qipiramusqaku, quñuquñurispa. Llaqtakunata mana mikunayuqta saqimuspa. Varayuqñataq pacakuspalla qawasqa chay qatunkaray runakunata. Paqariynintas richkarirum qocha patanpi chiripi, chaymantas machaypi tarirun caqmanta tukuy kausaykunataqa, qinaspansi karqamusqa, mulakunaman, asnokunaman, llamakunaman. Llaqtanman chayaruptinsi, runakunaqa, warmakunapas llakiwan tarikusqaku, pukllaytapas qunqarusqakuñas. Chay kausaywan chayarutinsi lliu cusirikunku” terminó Cisneros. A ello, Yoly Soto tradujo: “Había un Varayuq, en cierto pueblo. Un día va de visita para hacer revisión a las montañas y los productos del campo. En su retorno, la noche le ganó y buscó un cobijo, por un momento no lo encontró, pero a lo lejos divisó una pequeña fogata, se acercó y preguntó quién vivía allí, después de un rato salió una señora renegona que se negó a darle techo. Una súplica logró convencerla, pero ella advirtió que tiene hijos muy peligrosos que son capaces de matarlo. Asumió el riego y se quedó, cuando los fornidos hijos llegaron uno en uno. El primero se llamaba Illapa (rayo, trueno), era cojo y en su andar por el campo recogió todo tipo de tubérculos, dejando nada para las gentes. Llegó el segundo, Chikchi-Para (granizo-tormenta), más renegón que el anterior y viéndole que el hermano comía guiso de chuño, pidió lo suyo y contó a su madre que se trajo todo tipo de maíces, dejando apenas nada para los humanos y llegó el tercero, Qasa (helada o viento helado), que era sordo, y detalló a su madre que trajo consigo todo tipo de granos, dejando apenas nada a los pueblos. El varayoq observó desde su escondite. Despertó al borde de un lago frío, y consiguió en una cueva los productos recogidos y decidió devolverlos a los pueblos. Cuando llegó a su pueblo encontró a los hombres tristes y los niños. Hasta se habían olvidado de jugar, los niños. Viendo que el Varayuq devolvió los productos se alegraron”. Desde entonces se toma como metáfora a la señora y sus hijos como la misma naturaleza con todos sus efectos. Si no se guarda buena relación y cuidado con el medio ambiente pueden ocurrir estragos. Por otro lado Yoly Soto es la asistente encargada de la interculturalidad en el Ministerio del Ambiente y es la pionera en atención al cliente en quechua. El cuarto y último expositora, Cinthya Gonzales, natural de Junín y perteneciente a la familia lingüística de Asháninka, quien mencionó que tuvo diversos y variados trabajos similares a los anteriores. Resaltó el periodo de la violencia interna: “no es cierto lo que dijo Fujimori, que ellos vencieron a los terroristas, más bien fuimos nosotros, después que asesinaran los senderistas a nuestro jefe, el pueblo se levantó y vencimos, porque el pueblo Asháninka es el más grande de la Amazonía”. Asimismo destacó la importancia que los servicios del estado, tanto comisarias, postas, bancos, etc. puedan contar con traductores y ventanillas, de tal manera, logren comunicarse con las comunidades nativas. “Vi casos en la comisaria, que cuando una hermana viene hacer una denuncia por violación y no sabe hablar bien el español, lo marginan, incluso les llegan a decir, ‘esta chuncha seguro viene a molestar’ así nos tratan”. Terminó el evento en un mar de aplausos y felicitaciones y hasta el público identificado con las lenguas expresaron canciones en quechua, aimara y otros idiomas.