DOCUMENTO SEGO
José Luis Barthaa
María José Cerqueiraa
Nieves Luisa González Gonzáleza
Mercedes Jáñeza
Juan Mozasa
Octavio Ramírez Garcíaa
D. Acostab
Francisco Javier Ampudiab
Rosa Corcoyb
Alicia Cortázarb
Antonio Hernández Mijaresb
Lucrecia Herranzb
José Antonio Lobónb
José López Lópezb
María Reyes Lunab
María del Pino Navarrob
María Antonia Sanchob
Gemma Ginovartc
por el Grupo Español para el Estudio
de la Diabetes y el Embarazo (GEDE)
Diabetes y embarazo.
Guía Asistencial 2006
Diabetes and pregnancy.
Clinical guidelines 2006
aSociedad
Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Sección Española de Medicina Perinatal (SEMEPE). Madrid.
España.
bSociedad Española de Diabetes (SED). Madrid. España.
cAsociación Española de Pediatría (Sección de Neonatología).
Madrid. España.
Correspondencia:
Grupo Español para el Estudio de la Diabetes y el Embarazo.
Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología.
Paseo de la Habana, 190, bajo. 28036. Madrid. España.
Correo electrónico:
[email protected]
Fecha de recepción: 29/11/07.
Aceptado para su publicación: 16/1/07.
En 1994 se constituyó el Grupo Español de la
Diabetes y el Embarazo (GEDE), formado mayoritariamente por miembros de la Sociedad Española de
Diabetes (SED) y de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO), con la participación,
asimismo, de la Asociación Española de Pediatría y
la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular. Entre los diferentes cometidos de este Grupo estuvo la publicación en 1995 de una «Guía Asistencial de Diabetes Mellitus y Embarazo»1, que fue
actualizada en el año 20002 y cuya tercera edición
ve la luz en la actualidad.
Este documento, como los anteriores, es el resultado del consenso establecido entre los diferentes
miembros del Grupo respecto al diagnóstico, el control y el tratamiento de la gestante diabética. No refleja indudablemente las opiniones individuales de
los diferentes miembros de las Sociedades representadas, pero sí las corrientes mayoritarias actuales.
Por otra parte, nuestro objetivo no ha sido elaborar
unas normas exhaustivas, sino un «protocolo de mínimos» cuyo cumplimiento pueda asegurar el correcto tratamiento de las mujeres diabéticas que inician una gestación o de las gestantes que
desarrollan una diabetes.
Algunos aspectos de la diabetes en relación con
el embarazo son controvertidos y, por ello, han sido
objeto de estudio y profunda reflexión por parte del
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Grupo. Como consecuencia, esta guía presenta en
algunos aspectos, recomendaciones que no coinciden con las adoptadas recientemente en otros foros.
Sin embargo, el Grupo tiene como siempre el compromiso explícito de plantear el cambio si la evidencia posterior así lo aconseja.
No queremos finalizar este preámbulo sin recordar que, como todos los elementos vivos, nuestro
propio Grupo ha experimentado cambios internos.
Algunos de los miembros iniciales han dejado su
puesto a nuevas personas que han aportado una indudable vitalidad. Esta tercera edición de la Guía es
resultado del esfuerzo común de los que elaboraron
la primera y la segunda, y de los que en el momento presente han procurado su actualización. A
todos ellos nuestro agradecimiento.
INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus pregestacional (DPG) es la
alteración metabólica que más frecuentemente se
asocia con el embarazo, y afecta al pronóstico de la
madre y al de su futuro hijo. Aproximadamente un
1% de todas las mujeres embarazadas presentan
DPG y hasta un 12% de los casos, según la estrategia diagnóstica empleada, presentarán diabetes gestacional (DG) en el transcurso del embarazo3.
La DPG durante el embarazo es un factor de riesgo para el desarrollo de complicaciones en la madre
y en la descendencia:
a) Repercusión de la DPG sobre la gestación: infecciones urinarias, candidiasis vaginal, polihidramnios,
estados hipertensivos del embarazo y prematuridad.
b) Repercusión de la DPG sobre el feto
y el neonato
DPG: malformaciones y/o abortos (período de
organogénesis) y crecimiento intrauterino retardado
(CIR) en situaciones de vasculopatía materna secundaria a diabetes.
— Riesgo de pérdida de bienestar fetal ante o intraparto.
— Miocardiopatía hipertrófica.
— Inmadurez fetal que puede manifestarse como
síndrome de distrés respiratorio o alteraciones metabólicas.
c) Repercusión de la gestación sobre la madre
DPG. Los cambios hormonales fisiológicos del
embarazo son los responsables de las modificaciones en las necesidades insulínicas, lo que condiciona un posible deterioro temporal del control
metabólico. Asimismo, el embarazo puede favorecer el inicio y/o la progresión de determinadas
complicaciones vasculares específicas de la DPG
(retinopatía).
DG. Los cambios hormonales fisiológicos del embarazo constituyen el factor desencadenante de la
intolerancia glucídica responsable de la aparición de
la DPG.
d) Pronóstico materno
La aparición de DG constituye un marcador de
prediabetes, dada la frecuencia de desarrollo posterior de DPG tipo 2 y síndrome metabólico (dislipemia, obesidad e hipertensión arterial [HTA] asociadas). Ocasionalmente, la DG está manifestando una
disminución de reserva pancreática secundaria a una
destrucción autoinmunitaria de la célula β (DPG tipo 1 latente), lo que da lugar posteriomente a una
DPG tipo 1.
e) Pronóstico de la descendencia
Los niños que han presentado un desarrollo intrauterino en un ambiente metabólico hiperglucémico tienen mayor riesgo de presentar obesidad, alteraciones del metabolismo hidrocarbonado e incluso
un síndrome metabólico en la vida adulta.
CLASIFICACIÓN DE LA DIABETES MELLITUS
EN RELACIÓN CON EL EMBARAZO
En ambos tipos de DPG (DPG y DG) secundarias a hiperinsulinismo fetal:
1. Diabetes pregestacional
— Macrosomía (distocias, traumatismo obstétrico
y aumento de la tasa de cesáreas).
Se define como tal, a toda diabetes diagnosticada
antes del inicio del embarazo.
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1.1. DPG tipo 1
— Patogenia generalmente autoinmunitaria (puede
asociarse con otras enfermedades autoinmunitarias).
— Reserva pancreática insulínica ausente o muy
disminuida.
— Diagnóstico preferente en la edad juvenil (<
30 años).
— Hábito magro y tendencia a la cetosis.
— Tratamiento insulínico imprescindible.
1.2. DPG tipo 2
— Patogenia no autoinmunitaria.
— Reserva pancreática insulínica conservada.
— Diagnóstico preferente en la edad adulta (> 30
años).
— Asociación con la obesidad y no tendencia a
la cetosis (puede asociarse con otros trastornos, como el síndrome de ovario poliquístico).
— Tratamiento con dieta y ejercicio, acompañada
o no de antidiabéticos orales y/o insulina.
1.3. Defectos genéticos de la célula β: DPG tipo
MODY o DPG de origen mitocondrial
1.4. Otros tipos de DPG
2. Diabetes gestacional
Se define como tal, a toda DM diagnosticada por
primera vez durante el embarazo, independientemente de la necesidad de tratamiento insulínico, el
grado de trastorno metabólico o su persistencia una
vez finalizada la gestación.
DIABETES PREGESTACIONAL
Método. Proporcionar información a la futura
gestante y a su pareja, sobre la necesidad, en primer
lugar, de valorar la situación de la DPG materna para detectar las posibles contraindicaciones de una
gestación y, en segundo lugar, expresar la conveniencia de una participación activa de ambos para la
consecución de los objetivos preconcepcionales, comunicando a la pareja la mutua repercusión entre
DPG y embarazo, y haciendo referencia expresa a
las posibles complicaciones que pueden surgir, así
como a los métodos para prevenirlas.
Situaciones que harían desaconsejable la gestación:
— Valores de hemoglobina glucosilada (HbA1c) >
media + 7 desviaciones estándares (DE).
— Nefropatía grave (creatinina plasmática > 2 mg/dl
o proteinuria > 3 g/24 h y/o HTA de difícil control).
— Cardiopatía isquémica.
— Retinopatía proliferativa grave, con mal pronóstico visual.
— Neuropatía autonómica grave.
1. EVALUACIÓN DIABETOLÓGICA
Caracterización de la DPG. Se intentará catalogar el tipo de DPG que presenta la mujer mediante
la realización de una historia clínica completa, un
estudio de la reserva pancreática y la determinación
de autoanticuerpos.
Valoración de las complicaciones y enfermedades asociadas (tiroidopatía, obesidad, HTA o dislipemia). Para ello, se precisa una exploración física
completa, que incluya una somatometría (peso y talla, y recomendable el índice de cintura-cadera) y la
toma de la presión arterial (PA). Además, se investigará la existencia de complicaciones de la DPG mediante las exploraciones correspondientes:
CLÍNICA PRECONCEPCIONAL5
Objetivo. Determinar en función de las complicaciones maternas secundarias a la DPG, el riesgo
que conlleva una gestación; si ésta es posible, prevenir y/o reducir las complicaciones maternofetales,
con un adecuado control y vigilancia médica antes
de la concepción.
— Retinopatía diabética: exploración de fondo de
ojo.
— Nefropatía diabética: microalbuminuria/proteinuria, aclaramiento de creatinina.
— Neuropatía: con especial interés en valorar la
presencia de neuropatía autónoma en mujeres con
DPG de larga duración (> 20 años).
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— Macroangiopatía: cirbado de cardiopatía isquémica en mujeres con factores de riesgo cardiovascular (DPG de larga duración, nefropatía establecida,
dislipemia, HTA, hábito tabáquico).
— Enfermedades asociadas: en mujeres con DPG
tipo 1 es recomendable la valoración de la función
tiroidea y el cribado de otras alteraciones autoinmunes si hay datos clínicos de sospecha (enfermedad
celíaca u otras). En mujeres con DPG tipo 2, valorar
la presencia de otros componentes del síndrome
metabólico (HTA, dislipemia, obesidad).
Control metabólico de la DPG
Objetivos:
— Corregir desviaciones del peso para obtener
una adecuada situación ponderal.
— Alcanzar previamente a la concepción una cifra de HbA1C lo más cercana posible a la normalidad
(≤ media + 2 DE), intentando no sobrepasar nunca
la media + 4 DE.
Método:
— Adecuada instrucción diabetológica, que deberá adaptarse a los conocimientos de base de la
mujer.
— Intensificación de la frecuencia del autocontrol
glucémico, donde es imprescindible realizar una lectura instrumental (glucómetros), recomendándose la
utilización de programas informáticos para la valoración de resultados.
— Instauración de tratamiento nutricional y ejercicio físico adaptado al tipo de DPG y situación ponderal.
— En las mujeres con DPG tratadas con insulina,
se instaurarán programas de insulinización que permitan conseguir un adecuado control metabólico, se
recomienda la utilización preferente de dosis múltiples de insulina o sistemas de infusión continua subcutánea. Por lo que respecta al tipo de insulina, se
recomienda el uso de insulina humana; sin embargo, varios estudios apoyan tanto la seguridad como
la eficacia del análogo de insulina lispro en la gestación7,8. Actualmente no disponemos de datos suficientes sobre la utilización de otros análogos comercializados de acción rápida (insulina aspártica) o de
acción lenta (glargina y detemir) en la gestación.
— En las mujeres con DPG tratadas con antidiabéticos orales, por el momento, se recomienda sus-
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pender estos fármacos antes de la concepción, instaurándose si es preciso, tratamiento mediante programas de insulinoterapia.
— En todos los casos se debe ajustar el tratamiento dietético y farmacológico de acuerdo con los
objetivos establecidos de control metabólico. Teniendo en cuenta que la normalización glucémica, deberá realizarse de forma paulatina para evitar un potencial empeoramiento de la retinopatía diabética9.
Control de las complicaciones de la diabetes
Retinopatía diabética. Valorar la necesidad de
realizar tratamiento fotocoagulador de la retinopatía
diabética antes de la gestación.
Nefropatía e HTA. En pacientes con HTA se utilizarán los fármacos antihipertensivos con menor
riesgo para el feto (alfametildopa, labetalol, antagonistas del calcio). En pacientes con nefropatía en tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA). Recientemente, se ha
comunicado un incremento del riesgo de malformaciones congénitas en los hijos de mujeres tratadas
con IECA en el primer trimestre del embarazo, por
lo que es aconsejable suspender estos fármacos en
el período preconcepcional10.
Dislipemia asociada. Dado el posible riesgo teratogénico, se recomienda suspender el tratamiento
con fármacos hipolipemiantes antes de la gestación11.
Suplementos nutricionales
Yodo. Además de una dieta adecuada con sal iodada, se recomienda iniciar la suplementación de
yodo periconcepcional en dosis de 100-200 µg/día,
para disminuir el riesgo de alteraciones en el desarrollo neurológico fetal secundario a hipotiroxinemia12,13.
Ácido fólico. Se recomienda iniciar la suplementación periconcepcional para prevenir los defectos
del tubo neural (DTN), al menos un mes antes de la
concepción y continuar durante las primeras 1012 semanas de la gestación. Aunque la dosis óptima
que reduce el riesgo de aparición de los DTN es
desconocida, en las mujeres de alto riesgo, como las
diabéticas, parece prudente recomendar 4 mg/día,
además de una dieta equilibrada14,15.
No se recomienda el uso de preparados multivitamínicos, ya que para conseguir la dosis necesaria
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de folatos podemos incrementar en exceso el aporte de otras vitaminas (A o D) con potenciales riesgos para la madre y el feto. Finalmente, dada la controversia actual sobre la seguridad de un tratamiento
prolongado con altas dosis de folatos (futuras neoplasias en la madre), parece prudente reducir la dosis de suplementación, si el período preconcepcional se prolonga16.
2. EVALUACIÓN GINECOLÓGICA
Se ajustará al protocolo de la SEGO de la asistencia preconcepcional6, que se basa en el empleo
de 3 instrumentos básicos:
cuerpos irregulares y pruebas serológicas para detección de rubéola, sífilis y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Acciones educativas y promotoras de salud
Insistir en la necesidad de evitar el consumo de
alcohol, tabaco y drogas, y exposición a teratógenos
farmacológicos o ambientales desde el período preconcepcional.
Utilización de un método anticonceptivo adecuado, hasta que se considere la instauración del embarazo.
Resaltar la importancia de la consulta prenatal
precoz.
Historia clínica y exploración
Se valorarán especialmente los siguientes aspectos:
— Existencia de otras patologías.
— Riesgo de cromosomopatías.
— Historia familiar propia o en la pareja de enfermedades hereditarias: posibilidades de transmisión y diagnóstico prenatal.
— Uso de fármacos u otros tóxicos como factores de riesgo confirmados, a fin de proteger al embrión-feto frente a su exposición.
— Hábitos, estilo de vida y actividad laboral de
la mujer.
— Antecedentes reproductivos y método anticonceptivo empleado, asegurándose que se utilizará de
forma efectiva hasta el momento en que se consiga
el deseado control metabólico y demás circunstancias favorables.
— Revisión ginecológica completa con citología
de triple toma si no se ha realizado en el último año.
— Estudio básico de esterilidad (prolactina, hormona lutoestimulante [LH], hormona folitropina
[FSH], espermiograma) si hay sospechas clínicas de
esterilidad o se prevé un seguimiento largo en la clínica preconcepcional.
CONTROL DURANTE
EL EMBARAZO
Aunque no es lo deseable, puede ocurrir que la
paciente no haya sido evaluada preconcepcionalmente. Si ello es así, se abordará la correspondiente
calificación de la DPG, así como la valoración de la
existencia de complicaciones específicas de ésta, de
acuerdo con lo expresado en la etapa preconcepcional.
CONTROL DIABETOLÓGICO
Control metabólico
Tiene como objetivo el mantenimiento de la normoglucemia durante el embarazo. Se debe intentar
la obtención de valores de glucemia capilar semejantes a los de la gestante no diabética:
— Glucemia basal: 70-95 mg/dl (3,9-5,3 mmol/l).
— Glucemia posprandial (1 h): 90-140 mg/dl
(5,0-7,8 mmol/l).
— HbA1C: media ± 2 DE.
— Ausencia de cetonuria e hipoglucemia.
Pruebas de laboratorio
Métodos de tratamiento
Recomendadas a todas las mujeres (además de la
analítica incluida en el control endocrinológico):
grupo sanguíneo, factor Rh investigación de anti-
— Adecuar la dieta al peso de la paciente, a las
necesidades de la gestación y al esquema terapeúti-
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co insulínico, dividiéndola en 5-6 comidas/día. El reparto de los diversos principios inmediatos, en cuanto al aporte calórico global, deberá guardar los siguientes porcentajes: hidratos de carbono (40-50%),
proteínas (20%) y grasas (30-40%), con predominio
de monoinsaturadas.
— Recomendar la práctica de ejercicio físico moderado diario (más importante en la DM 2)
— Tratamiento adicional a la dieta y el ejercicio:
hipoglucemiantes orales e insulina, se seguirán los
mismos criterios expresados en el control metabólico de la diabetes en la etapa preconcepcional. Habrá que tener presente el aumento de sensibilidad a
la insulina al inicio de la gestación y el aumento de
la resistencia a la insulina en la segunda mitad de
ésta, con los consiguientes cambios en los requerimientos.
— Autocontrol domiciliario: se valorará la glucemia capilar mediante glucómetro. Una pauta mínima puede ser la realización de 3 glucemias preprandiales diarias y 3 glucemias posprandiales en
días alternos, con una determinación nocturna según las necesidades. Se recomienda también realizar un análisis de la cetonuria basal y en los casos
de glucemia > 200 mg/dl para descartar cetosis/cetoacidosis.
— Determinación de la HbA1C cada 4-8 semanas.
— Seguimiento de la paciente que deberán realizar conjuntamente el obstetra y el diabetólogo. La
frecuencia de las visitas se adaptará a la situación
clínica de la gestante, y es aconsejable que tenga lugar cada 2-4 semanas.
Control oftalmológico
— Examen de fondo de ojo, en el primero, segundo y tercer trimestres de la gestación.
— Fotocoagulación retiniana con láser si se considera preciso.
— Evitar en lo posible la práctica de fluoresceingrafía retiniana.
Control nefrológico
— Determinación de microalbuminuria en el primer, segundo y tercer trimestres de la gestación.
— Suspender el tratamiento con IECA, antagonistas del receptor de la angiotensina II (ARA II) y otros
fármacos potencialmente nocivos.
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CONTROL OBSTÉTRICO
Primera visita
Objetivos:
— Confirmar la gestación y fijar la edad gestacional.
— Valorar la viabilidad embrionario-fetal.
— Descartar una afección obstétrico-ginecológica.
Método:
— Revisión de la historia clínica y exploración
obstétrico-ginecológica (características uterinas, cervicales, anexiales y mamarias). Toma para citología
cervicovaginal si no se ha realizado en la consulta
preconcepcional.
— Estudio ecográfico con el fin de establecer la
cronología de la gestación, constatar la vitalidad y
normalidad del embrión (o en su caso del feto) y su
ubicación en la cavidad uterina, así como las características de los anejos.
Revisiones
Objetivos:
— Valorar el crecimiento y el bienestar fetal, así
como la presencia de posibles complicaciones.
— Vigilar el bienestar materno y descartar complicaciones asociadas.
Método:
— Control obstétrico habitual: valoración de la
frecuencia cardíaca fetal, la circunferencia abdominal, la altura uterina y los movimientos fetales. Control de peso y PA.
— Estudio de anomalías congénitas. Están sometidas a mayor riesgo de malformaciones y, por tanto, deben ser objeto de especial atención las pacientes en quienes se asocie alguna de las siguientes
circunstancias:
• Obesidad.
• HbA1C > media + 7 DE, en el primer trimestre.
• Biometría embrionario-fetal por debajo de la
media.
• Hidramnios.
• Cetoacidosis.
• Nefropatía diabética grave.
Grupo Español para el Estudio de la Diabetes y Embarazo. Guía Asistencial 2006
Tabla 1.
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Determinaciones analíticas
Grupo sanguíneo y Rh
Test de Coombs indirecto si el Rh es negativo
Serología
Sífilis y virus de la inmunodeficiencia humana
Rubéola
Hemograma
Bioquímica básica
HbA1C
Orina minutada (microalbuminuria/proteinuria,
aclaramiento de creatinina)
Urocultivo
Serología de la hepatitis B
Cultivo vaginal y rectal
Hormonas tiroideas y anticuerpos antitiroideos
Primer trimestre
Segundo trimestre
Tercer trimestre
+
±
+
+
+
+
+ Si hay anticuerpos negativos
+
+
Mensual
+
+
Mensual
+
+
+
+
+
+ Población de riesgo
+ Si hay anticuerpos
negativos
+
+
Mensual
+
+
+ Si no se ha realizado o
en población de riesgo
+
Recomendable
En los casos en que sea posible, especialmente si
el primer estudio ecográfico se ha realizado precozmente, sería recomendable realizar una segunda ecografía entre las 14 y las 16 semanas, principalmente
en las gestantes diabéticas que presenten algún factor de riesgo de malformaciones asociado. En todos
los casos, y siguiendo el criterio de la Sección Española de Ecografía y de la Sociedad Ginecológica Española, se realizará una ecografía a las 20-22 semanas de gestación para el cribado de malformaciones.
Dado que las gestantes diabéticas no tienen un
mayor riesgo de cromosopatías, se seguirán a este
respecto las mismas pautas que en la población general17:
— Valoración del crecimiento fetal y características de los anejos ovulares. Determinación seriada de
biometrías fetales, volumen del líquido amniótico y
de las características placentarias, mediante ecografías mensuales a partir de las 28-30 semanas. Se valorará la realización de ecocardiografía fetal para el
estudio de una eventual miocardiopatía, habitualmente entre las semanas 28 y 32.
— Valoración del bienestar fetal. En cada visita a
partir del tercer trimestre, mediante estudio cardiotocográfico. La semana de inicio y la cadencia dependerán del control metabólico materno y del estado del feto. Se usarán otros métodos, como el
estudio del perfil biofísico o Doppler, cuando se
considere oportuno. El Doppler tiene mayor utilidad
en los casos de preeclampsia y de sospecha de crecimiento intrauterino retardado.
Determinaciones analíticas
Las determinaciones analíticas recomendadas se
recogen en la tabla 1.
Criterios de ingreso hospitalario
Ingreso urgente: complicaciones graves con repercusión maternofetal:
— Mal control metabólico, absoluto (cetosis clínica, hipoglucemia grave), o relativo (control metabólico irregular).
— Nefropatía y/o estados hipertensivos, no controlados.
— Pielonefritis.
— Amenaza de parto prematuro o rotura prematura de membranas.
— Sospecha de riesgo de pérdida del bienestar
fetal.
— Otras indicaciones obstétricas.
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Ingreso programado: Siempre que se haya
realizado un correcto control metabólico, en ausencia de complicaciones y hay garantías de un
control ambulatorio del bienestar fetal, no será necesario el ingreso de la paciente hasta el momento del parto.
Finalización de la gestación
— Con un control metabólico correcto y un adecuado seguimiento del bienestar fetal se debe dejar
evolucionar la gestación hasta el inicio espontáneo
del parto. A partir de la semana 38 se puede plantear la estimulación, en mujeres con buenas condiciones obstétricas. Si en la semana 40 el parto no
se ha iniciado, se valorará la finalización del embarazo.
— En las restantes situaciones, cuando no hay
garantía de un adecuado seguimiento y control obstétrico-diabetológico, se procurará terminar el embarazo a partir de la semana 37, o antes si se considerase preciso. Si fuera necesario finalizar la gestación
antes de la semana 34, deben administrarse corticoides para acelerar la maduración pulmonar fetal, teniendo en cuenta la correspondiente adecuación del
tratamiento insulínico.
— En caso de riesgo de pérdida del bienestar fetal (RPBF), la finalización de la gestación será inmediata.
— En el tratamiento de la amenaza de parto
prematuro, el fármaco de elección es el atosibán,
y pueden utilizarse como alternativa los antagonistas del calcio (nifedipino), aunque hay que tener en cuenta que la amenaza de parto prematuro no figura entre las indicaciones para las que
está aceptado el uso del fármaco. Los betamiméticos no son recomendables por su efecto hiperglucemiante.
de hemorragias retinianas, aconsejándose la utilización durante el parto de anestesia locorregional.
Técnica de inducción del parto:
• Con cérvix favorable (índice de Bishop ≥ 6),
amniotomía, monitorización cardiotocográfica y perfusión de oxitocina.
• Con cérvix desfavorable, se realizará una maduración cervical previa con prostaglandinas.
Control obstétrico intraparto
Objetivo: dirección médica del parto.
Método:
— Monitorización de la dinámica uterina y de la
frecuencia cardíaca fetal.
— Ante la sospecha de RPBF se valorará la utilización de otro método de control fetal: pulsioximetría,
tecnología STAN o estudio del equilibrio ácido-base.
Control metabólico intraparto
Objetivo: mantener la glucemia capilar entre 70 y
110 mg/dl (3,9-6,1 mmol/l) sin cetonuria.
Método: protocolo de perfusiones intravenosas:
— Perfusión continua de glucosa (p. ej., 500 ml
de suero glucosado al 10%, cada 6 h).
— Administración sistemática de insulina de acción rápida por vía intravenosa, preferentemente
con bomba de infusión o en su defecto, incorporada a un suero fisiológico conectado en «T» al suero
glucosado.
— Control horario de la glucemia capilar para
ajustar el ritmo de las perfusiones.
Vía del parto
Conducta ante el recién nacido18
— La vía de elección del parto será la vaginal.
Las indicaciones de cesárea son las mismas que para las gestantes no diabéticas.
— En el caso de mujeres con retinopatía diabética proliferativa grave se recomienda evitar maniobras de Valsalva que puedan propiciar el desarrollo
El hijo de madre diabética (HMD) es un neonato
que presenta un riesgo elevado por las frecuentes
complicaciones observadas. Todas ellas son más habituales en los hijos de madre con diabetes pregestacional y más intensas en caso de un mal control
metabólico durante la gestación.
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Problemas específicos del hijo de madre
diabética
— Metabólicos
Hipoglucemia (glucemia < 40 mg/dl; < 2,21
mmol/l). Es la complicación más frecuente en las
primeras 2 h de vida por un descenso brusco del
aporte de glucosa.
Hipocalcemia (calcemia < 7 mg/dl; < 1,75 mmol/l).
Aparece entre las 24 y 72 h de vida. Se atribuye en
parte a un hipoparatiroidismo funcional transitorio;
por ello, coexiste en ocasiones con una hipomagnesemia (magnesio sérico < 1,5 mg/dl; < 0,67 mmol/l).
— Macrosomía/peso elevado para la edad gestacional
Como consecuencia de la macrosomía son más
frecuentes la asfixia perinatal y los traumatismos durante el parto, sobre todo la parálisis braquial y las
fracturas de clavícula.
Estos HMD tienen visceromegalias y es frecuente
el aumento de grosor del miocardio en el septum interventricular (> 5 mm) (miocardiopatía hipertrófica),
que desaparece entre los 2 y los 6 meses. Aunque
es poco habitual que presenten sintomatología de
hipertrofia septal por obstrucción del tracto de salida, cursa con insuficiencia cardíaca y soplo, y suele
ser autolimitada.
— Retraso del crecimiento intrauterino
En mujeres diabéticas con vasculopatía y un flujo
placentario disminuido.
gresión caudal, las más frecuentes son cardiopatías
(comunicación interventricular, transposición de los
grandes vasos, coartación de aorta…), anomalías intestinales (colon izquierdo hipoplásico), renales
(agenesia), del sistema nervioso central…
— Problemas hematológicos
Poliglobulia. El aumento de hematocrito puede
producir un incremento de la hiperviscosidad y provocar complicaciones trombóticas; la más frecuente
es la trombosis venosa renal.
Ictericia por la policitemia asociada y la inmadurez hepática.
Conducta a seguir
— Habrá un experto disponible para la reanimación en sala de partos.
— Tras el parto, se realizará una exploración física cuidadosa para descartar malformaciones.
— Se harán determinaciones de:
• Glucemia cada 30 min en las primeras 2 h de
vida, y luego a las 3, 6, 12, 24, 36 y 48 h.
• Calcemia a las 24 h si el recién nacido presenta estigmas de HMD o sintomatología específica. Si
aparece hipocalcemia se determinará la magnesemia.
• Hematocrito/bilirrubina si aparece sintomatología.
— Se practicarán exploraciones complementarias
(radiografía de tórax, ecografías cerebral, renal, cardíaca, y/o de columna lumbosacra) según la clínica
del paciente.
— No serán recién nacidos subsidiarios de alta
precoz.
— Inmadurez funcional
Tratamiento
El efecto del retraso de la maduración morfológica
y funcional de algunos órganos (pulmones, paratiroides e hígado) se ha atribuido a la insulina. Por ello,
la incidencia de dificultad respiratoria por inmadurez
(enfermedad de la membrana hialina), así como la ictericia, están aumentadas en este grupo de pacientes.
— Malformaciones congénitas
Son más frecuentes que en la población general.
Aunque la más característica es el síndrome de re-
Alimentación precoz (antes de las 2 h de vida)
con lactancia materna o artificial.
Hipoglucemia
— Si aparece hipoglucemia en un HMD asintomático, se administrará leche o glucosa al 10% por
vía oral (5-10 ml/kg) y se realizará un nuevo control
de la glucemia a los 20-30 min. Si la glucemia es
> 40 mg/dl, se continuará con alimentación cada 2
o 3 h; si la glucemia es < 40 mg/dl, se ingresará para administración de glucosa intravenosa.
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— Hipoglucemia sintomática: se ingresará al recién nacido y se administrará glucosa por vía intravenosa.
Hipocalcemia. Si los valores son < 7 mg/dl debe
tratarse con gluconato cálcico i.v., y si resulta difícil
de corregir debe sospecharse hipomagnesemia y corregirla al mismo tiempo.
tantes con DPG son similares a las de la población
general. No hay contraindicaciones para el uso de
anticonceptivos hormonales ni dispositivos intrauterinos.
— Cuando estas mujeres ya han completado su
deseo genésico, se les recomendará (como a todas
las mujeres con enfermedades de riesgo para el embarazo) la utilización de un método anticonceptivo
definitivo.
LACTANCIA Y PUERPERIO
— Se recomienda la lactancia materna.
— Se adaptará la dieta materna a las necesidades
nutricionales de la lactancia.
— En caso de necesidad de inhibir la lactancia,
se utilizarán fármacos dopaminérgicos.
— Los requerimientos de insulina descienden en
el posparto inmediato, por lo que es preciso reducir
la dosis diaria aproximadamente a un 50% de la empleada en el tercer trimestre, manteniendo también en
este período un estrecho autocontrol de la glucemia.
— Los controles puerperales se llevarán a cabo
de la manera habitual.
— Es recomendable la determinación de tiroxina
libre, TSH y anticuerpos antitiroideos a los 3 o 4 meses posparto para la detección y el tratamiento si
procede de la disfunción tiroidea posparto (más frecuente en DPG tipo 1)19.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
EN LA DPG Y EDAD FÉRTIL
Criterios para la interrupción legal del
embarazo (semana límite: 22)
— Malformación fetal grave.
— Cardiopatía isquémica, nefropatía y/o neuropatía autónoma graves.
— Concomitancia de retinopatía proliferativa activa y grave, con mal pronóstico visual.
— Otras circunstancias no dependientes de la DPG.
Anticoncepción
— Las indicaciones y la eficacia de los diferentes
métodos anticonceptivos disponibles para las ges-
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DIABETES GESTACIONAL
DIAGNÓSTICO
Cribado
Se realiza mediante la prueba de O’Sullivan (anexo 1).
Primer trimestre en gestantes de alto riesgo2
— Edad ≥ 35 años.
— Obesidad (índice masa corporal ≥ 30).
— Antecedentes personales de DG u otras alteraciones del metabolismo de la glucosa.
— Resultados obstétricos previos que hagan
sospechar una DG no diagnosticada (macrosomía…).
— Historia de diabetes mellitus en familiares de
primer grado.
Segundo trimestre (semanas 24-28 de gestación)
En todas las gestantes.
Tercer trimestre
En gestantes que no han sido estudiadas en el segundo trimestre y en las que, aunque el estudio resultara negativo, desarrollan después complicaciones
que característicamente se asocian a la DG (macrosomía fetal o polihidramnios); en estos casos se obviará la prueba de cribado, y se acudirá directamente a la realización de una sobrecarga oral de glucosa
(SOG).
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(+)
Primer trimestre
(factores de riesgo)
(+)
TC
SOG
(–)
(–)
Segundo trimestre
(universal)
TC
Tercer trimestre
(no examinadas)
TC
Diabetes
gestacional
*
SOG
(+)
(+)
Diabetes
gestacional
(+)
SOG
(+)
(macrosomía,
polihidramnios)
Diabetes
gestacional
SOG
Prueba diagnóstica
Cuando la prueba de O’Sullivan resulte positiva,
se procederá a la confirmación diagnóstica mediante la práctica de una sSOG(anexo 2).
Antes de realizar una SOG, debe prestarse atención a las siguientes consideraciones:
— Dos glucemias basales ≥ 126 mg/dl, en días diferentes, o al azar ≥ 200 mg/dl, ratifica el diagnóstico
de DG y excluye la necesidad de realizar una SOG.
— Se recomiendan los criterios diagnósticos del
NDDG20 y el 3rd Workshop-Conference on Gestational Diabetes Mellitus21 tras desestimar en nuestra población22,23 la conveniencia de cambiar a los criterios
de Carpenter y Coustan24, propuestos por el 4th
Workshop-Conference on Gestational Diabetes Mellitus25 y la ADA26 (fig. 1).
CONTROL DURANTE EL EMBARAZO
Y EL PARTO
Una vez efectuado el diagnóstico de DG, la paciente debe iniciar tratamiento lo antes posible, por
lo que debe ser remitida a la unidad de diabetes y
embarazo correspondiente27.
Figura 1. Estrategia diagnóstica de
diabetes gestacional en el embarazo. TC:
test de cribado; SOG: sobrecarga oral de
glucosa con 100 g. *Opcionalmente se
puede repetir el TC.
CONTROL METABÓLICO
Tratamiento dietético
Las recomendaciones dietéticas son similares a las
establecidas para la DPG. La dieta será normocalórica, excepto en las embarazadas obesas, en las que
se puede indicar una cierta restricción calórica, evitando la aparición de cetonuria.
Ejercicio físico
Es recomendable la práctica de ejercicio físico
moderado con asiduidad (p. ej., paseo de 1 h diaria).
Autocontrol
Se recomienda la práctica de controles de la glucemia capilar tanto preprandiales como especialmente posprandiales28, así como las cetonurias, para
el ajuste de la cantidad y el reparto adecuado de los
hidratos de carbono.
Objetivos del control metabólico
— Glucemia basal: 95 mg/dl (5,3 mmol/l).
— Glucemia posprandial (1 h): 140 mg/dl (7,8
mmol/l).
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Grupo Español para el Estudio de la Diabetes y Embarazo. Guía Asistencial 2006
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— Glucemia posprandial (2 h): 120 mg/dl (6,7
mmol/l).
Tratamiento adicional
Durante muchos años ha habido una cierta controversia sobre la necesidad de diagnosticar y tratar
a las mujeres con DG29. La publicación reciente de
los resultados de un estudio controlado y aleatorizado deja pocas dudas al respecto30,31.
Cuando a pesar del establecimiento de la dieta y
el ejercicio no se consigan los objetivos del control
metabólico, será necesario añadir tratamiento adicional. También podría valorarse en el caso de macrosomía fetal sugestiva de hiperinsulinismo intraútero.
Aunque hay estudios que describen resultados
perinatales satisfactorios en gestantes con DG tratadas con glibenclamida32, la insulina es el fármaco
que ha demostrado de forma más consistente la reducción de la morbilidad maternofetal cuando se
añade al tratamiento nutricional. Respecto al tipo de
insulina que se debe emplear, valen las consideraciones establecidas para la DPG.
CONTROL OBSTÉTRICO
El seguimiento y el control obstétrico será similar
al efectuado en la gestante normal, con las siguientes matizaciones:
— A los estudios ecográficos habituales de la gestación normal, se recomienda añadir uno entre las
semanas 28 y 32 para detectar la presencia de macrosomía.
— La finalización y la asistencia al parto de estas
pacientes no debe diferir de las gestantes normales.
Sin embargo, deben mantenerse los mismos objetivos de control metabólico intraparto que en la DPG,
por lo que se precisará la oportuna monitorización
glucémica, junto con el establecimiento ocasional de
tratamiento insulínico, preferiblemente mediante utilización de perfusiones intravenosas.
— Los cuidados del recién nacido difieren de los
establecidos en la gestante normal, en la necesidad de
prevenir, detectar y tratar la hipoglucemia neonatal.
— Tras el parto se suspenderá el tratamiento y se
realizarán controles glucémicos iniciales para confirmar la situación metabólica en el posparto inmediato.
Prog Obstet Ginecol. 2007;50(4):249-64
Seguimiento posparto
— Se realizarán los controles puerperales habituales.
— Se recomendarán hábitos de vida saludables
(dieta, ejercicio, abstención de tabaco).
— Se procederá a la reclasificación metabólica
de la diabetes gestacional. Para lo cual, a partir de
las 6-8 semanas tras el parto, y/o una vez finalizada la lactancia, se llevará a cabo una SOG (75 g).
Los resultados se valorarán de acuerdo con los criterios del Comité de Expertos de la ADA4,33 (anexo 3).
— Se recomienda realizar una revisión metabólica anual en los casos de glucemia basal alterada (GBA) o de intolerancia a la glucosa (IG), y
cada 3 años en las situaciones de tolerancia normal. Las revisiones de las mujeres con antecedentes de DG deben valorar además una somatometría completa (índice de masa corporal y cintura,
PA y perfil lipídico, dada la frecuente asociación
de la DG con otros componentes del síndrome
metabólico).
En el anexo 4 se incluyen los fármacos de uso
más frecuente y el riesgo que conllevan en el embarazo.
UNIDADES DE DIABETES Y EMBARAZO
El adecuado control y seguimiento de las mujeres
con DPG y DG precisa unidades especializadas, en
las que se contemplarán 2 niveles de complejidad
asistencial, lo que permitirá conseguir una adecuada
y racional asistencia.
Estas unidades estarán formadas por equipos
multidisciplinarios, cuyo núcleo central lo constituyen los diabetólogos, los obstetras y los educadores
en diabetes.
Las funciones que se desarrollan en los 2 niveles
asistenciales son las siguientes:
Nivel A. Asistencia primaria y especializada
extrahospitalaria
— Diagnóstico de la DG.
— Control y seguimiento durante el embarazo de
la DG, en conexión con el nivel B.
— Seguimiento posparto de las mujeres con DG.
Grupo Español para el Estudio de la Diabetes y Embarazo. Guía Asistencial 2006
— Información a las pacientes diabéticas en edad
fértil sobre la necesidad de programación de su embarazo, remitiéndolas para este fin al nivel B (clínica preconcepcional).
— Envío al nivel B, para un correcto control y seguimiento de todas las gestantes con DPG o DG de
difícil control.
— Tratamiento de la DPG:
— Formación y reciclaje de profesionales sanitarios relacionados con unidades de diabetes y embarazo.
— Establecer un control de calidad de la asistencia a las diabéticas gestantes en ambos niveles,
promoviendo la creación, el desarrollo y la actualización de los oportunos protocolos clínicos y registros.
— Participación en proyectos de investigación sobre temas relacionados con la diabetes y la gestación, que puedan contribuir a un mejor conocimiento de este problema, así como a mejorar el
cuidado de estas pacientes.
• Preconcepcional.
• Embarazo, parto y posparto.
AGRADECIMIENTOS
Nivel B. Hospital de referencia. Dotado de los
correspondientes servicios de endocrinología, obstetricia y neonatología.
— Tratamiento de la DG. Asistencia en el embarazo, el parto y el posparto de las mujeres con DG
diagnosticadas en este nivel o remitidas desde el nivel A, ante la imposibilidad de un adecuado control.
A los Laboratorios Lilly S.A., sin cuya ayuda no
habría sido posible el desarrollo de las actividades
del Grupo Especial para el Estudio de la Diabetes
(GEDE).
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Grupo Español para el Estudio de la Diabetes y Embarazo. Guía Asistencial 2006
Anexos
Anexo 1.
263
Prueba de O’Sullivan
Determinación de glucemia en plasma venoso, 1 h después de la ingesta de 50 g de glucosa, en cualquier momento del día,
e independientemente de la ingesta previa de alimentos
Se acepta como resultado positivo una cifra de glucemia ≥ 140 mg/dl (7,8 mmol/l)
Anexo 2.
Sobrecarga oral de glucosa en gestantes
Los 3 días anteriores a su realización se recomendará a la embarazada la ingesta de una dieta que no sea restrictiva en hidratos
de carbono o, por lo menos, con un aporte diario de hidratos de carbono superior a 150 g
El día de la prueba, y tras un ayuno previo de 8.00 a 14.00 h, se extraerá sangre y, acto seguido, se administrarán por vía oral 100 g
de glucosa en un vehículo acuoso de 300 ml en el transcurso de 5 min. Posteriormente, la mujer deberá permanecer sentada y sin
fumar, y se tomarán muestras de sangre venosa tras 1, 2 y 3 h
Se determinará la glucemia en plasma venoso, adicionando fluoruro sódico u otro agente similar cuando el análisis no se haga con
inmediatez
Se considerará diagnóstico de diabetes gestacional el hallazgo de 2 o más puntos ≥ a los siguientes valores:
Basal: 105 mg/dl (5,8 mmol/)
1 h: 190 mg/dl (10,6 mmol/l)
2 h: 165 mg/dl (9,2 mmol/l)
3 h: 145 mg/dl (8,1 mmol/l)
Estos criterios corresponden a los recomendados por el 3.er Workshop-Conference on Gestational Diabetes Mellitus, no
habiéndose adaptado a los del 4.o Workshop a raíz de los estudios realizados por el grupo22,23.
Anexo 3.
Criterios diagnósticos de diabetes mellitus y otras situaciones
De acuerdo con el Comité de Expertos de la ADA, las alteraciones del metabolismo de la glucosa se clasifican de la siguiente manera
en la población general, incluidas las mujeres no gestantes4,32:
Glucemia basal alterada
Glucemia basal ≥ 100 mg/dl (5,6 mmol/l) y < 126 mg/dl (7 mmol/l)
Tolerancia alterada a la glucosa
Glucemia a a las 2 h de administrar 75 g de glucosa ≥ 140 mg/dl (7,8 mmol/l) y < 200 mg/dl (11,1 mmol/l)
Diabetes mellitus
Sintomatología clínica diabética y glucemia al azar ≥ 200 mg/dl (11,1 mmol/l)
Glucemia basal ≥ 126 mg/dl (7 mmol/l)
Glucemia a las 2 h de administrar 75 g de glucosa ≥ 200 mg/dl (11,1 mmol/l)
Estos valores deben ser confirmados en una segunda ocasión, en un día diferente.
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Anexo 4.
Fármacos y gestación
Clasificación de riesgos reproductivos de los fármacos según la Food and Drug Administration estadounidense:
Categoría A: los estudios controlados no han demostrado riesgos
Categoría B: no hay pruebas de riesgo en la especie humana
Categoría C: no se puede descartar la existencia de riesgo
Categoría D: hay evidencias de riesgo para el feto humano. Su uso en la embarazada está justificado cuando haya riesgo vital, o no se
pueden prescribir fármacos más seguros o son ineficaces
Categoría X: los estudios en animales o humanos han demostrado alteraciones fetales o hay evidencias de riesgo fetal basándose en la
experiencia humana, o ambas, sobrepasando claramente el riesgo a cualquier beneficio. Contraindicados en el embarazo
Fármacos de uso frecuente en la gestante diabética.
Se excluyen del listado todos los de la categoría X. Se recomienda, siempre que sea posible, emplear fármacos pertenecientes a las
categorías A, B o C
1. Antiinfecciosos
Penicilinas y derivados (categoría B): amoxicilina-clavulánico, amoxicilina, ampicilina, ampicilina-sulbactam, bacampicilina, ciclacilina,
cloxacilina, dicloxacilina, metampicilina, meticilina, penicilina G acuosa/benzatina/procaína, penicilina V
Cefalosporinas (categoría B): cefalexina, cefaloridina, cefalotina
Macrólidos (categoría B): azitromicina, eritromicina
Anaerobicidas (categoría B): clindamicina
Otros antibióticos (categoría B): fosfomicina, lincomicina
Antifúngicos: clotrimazol (categoría B), econazol (categoría C), nistatina (categoría B)
Antiinfecciosos urinarios (categoría B): ácido nalidíxico, nitrofurantoína
Antihelmínticos (categoría B): piperazina
Sulfonamidas (categoría B): sulfasalazina
2. Hipotensores
Diuréticos: furosemida (categoría C), indapamida (categoría B)
Bloqueadores betaadrenérgicos (categoría C/D): acebutolol, atenolol, betaxolol, celiprolol, esmolol, labetalol, metoprolol, oxprenolol,
penbutolol, pindolo, propanolol, sotalol, timolol
Bloqueadores de los canales del calcio (categoría C): amlodipino, bepridil, ditiazem, felodipin, isradipino, nicardipino, nifedipino,
nimodipino, verapamilo
Otros hipotensores: captopril (IECA) (categoría D), enalapril (IECA) (categoría D), hidralazina (categoría C), metildopa (categoría B/C)
3. Antieméticos: doxilamina (categoría A)
dimenhidrinato (categoría B)
4. Analgésicos: paracetamol (categoría B), ácido acetilsalicílico (AINE) (categoría C/D), indometacina (AINE) (categoría B/D),
ibuprofeno y otros AINE (categoría B/D)
5. Hormonas y derivados sintéticos: carbimazol (categoría D), metimazol (categoría D), levotiroxina (categoría A), liotironina
(categoría A), propiltiouracilo (categoría D), acetohexamida (categoría C), clorpropamida (categoría C), glibenclamida (categoría C),
glipizida (categoría C), tolazamida (categoría C), tolbutamida (categoría C), insulina (categoría B)
6. Vitaminas:
Hidrosolubles: grupo B incluidos los folatos (categoría A), vitamina C (categoría A)
Liposolubles: vitamina A (categoría A/X), vitamina D (categoría A/D), vitamina E (categoría C), vitamina K (categoría C)
7. Minerales: calcio (categoría B), cinc (categoría A), yodo (categoría A/D)
AINE antiinflamatorios no esteroideos; IECA: inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina.
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