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Comentario del libro: "ACU: Rescatando el asombro".

2024, Carlos Carrasco Yáñez

Un breve comentario del libro de Víctor Muñoz Tamayo " ACU: Rescatando el asombro. Historia de la Agrupación Cultural Universitaria".

ACU: Rescatando el asombro. Historia de la Agrupación Cultural Universitaria. Un comentario del texto: Este libro que sorprende por su acuciosa investigación y por las diversas fuentes empleadas, más que un trabajo historiográfico parece ser un tratado sociológico. En él Víctor Muñoz Tamayo se dispone a develar la historia de la Agrupación Cultural Universitaria ACU nacida en la Universidad de Chile entre los años 1977 y 1982, período en el que dicha Universidad se encontraba intervenida por las autoridades militares tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. En una Universidad vigilada y fuertemente reprimida, los estudiantes fueron capaces de sobreponerse al miedo, la paralización y la mutua desconfianza ante la delación y el soplonaje que imperaban en dichas aulas logrando reencontrarse y reconstruir el tejido social que los convertía nuevamente en sujetos socialmente activos con sueños y aspiraciones democráticas reviviendo sea de paso algunos de los imaginarios y estéticas que estaban fuertemente censuradas por aquellos años como la música andina, la canción de raíz popular, la gráfica comprometida, la poesía o el teatro crítico y del absurdo. Con armas tan simples como una guitarra, una muestra de plástica o una obra de teatro, los jóvenes universitarios a partir de la segunda mitad de los años setenta enfrentaron y burlaron al régimen militar sobreponiéndose al manto de oscuridad y pasividad a que los condenaba la nueva institucionalidad nacida tras el golpe. Aquellos fueron años difíciles de sobrellevar en los campus universitarios pues estos no eran ajenos a lo que vivía el resto de la sociedad chilena inmersa en una brutal represión de todo aquel que mostrara algún signo de disidencia o que era reconocido como abierto partidario del gobierno de Allende. Muñoz Tamayo nos recuerda que aquellos jóvenes que dieron vida a la ACU debieron generar primero ciertos códigos con los cuales reconocerse, para luego entablar lazos de amistad y confianza; fue así como el lenguaje del arte proveyó los símbolos y medios que les permitió reunirse y posteriormente participar en talleres artísticos y literarios, sanar sus espíritus y evitar que cayeran en la desesperanza o en la locura. Para esquivar la censura y la represión, se usó el símbolo y la metáfora como arma, así el arte logró sobreponerse al miedo y manifestar aquellos sentimientos que de otra manera no hubiera sido posible expresar en aquellos momentos, burlándose sutilmente incluso en su propia cara de aquellos que cerraban las puertas a la expresión, la creatividad y a toda forma de rearticulación estudiantil. De este modo la música, la poesía y el teatro expresaron los anhelos, esperanzas, sentimientos, rabias y sueños de una generación que fue la primera en alzar su voz y supo movilizarse y desafiar el poder representado por los rectores delegados, decanos, secretarios de estudios o miembros de centros de alumnos designados y afines al régimen. Sin embargo, pagaron también caro su osadía, siendo muchos de ellos acreedores de amonestaciones, expulsiones, relegaciones o la congelación por varios años de sus estudios. Muchas veces se cree que los primeros en levantarse y participar en las jornadas de protesta contra el gobierno militar fueron los jóvenes de la generación de los ochenta, pero se olvidan de aquellos que al poco andar la dictadura, fueron capaces en los diversos campus de la Universidad de Chile de organizarse, generar talleres, comités resistencia, de crear obras de teatro y darlas a conocer pese a las restricciones impuestas. Así poco a poco se gestó una resistencia cultural que facilitó también la reconstitución de las orgánicas partidarias generando una doble militancia, la artística y la política sin que la segunda se impusiera en un primer momento a la primera. Este es el fin último de este libro, reconstruir la memoria y la lucha de una generación que fue capaz de sobreponerse y rescatar con su creatividad, perspicacia y valentía la larga tradición del movimiento estudiantil chileno que data de los años 20 del siglo pasado y que sembró la semilla de posteriores conquistas, como la recuperación de centros de alumnos democráticamente elegidos y como corolario final, la restauración de la FECH hacia 1984 logrando rescatar con ello la capacidad de asombro que solo dormía en espera de tiempos más propicios. En definitiva un libro imprescindible cuando se trata de reconstruir la lucha del movimiento estudiantil universitario durante el régimen militar chileno. Carlos Carrasco Yáñez Febrero 2024.