Lengua y Sociedad. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada,
Vol. 22, n.º 1, enero-junio 2023, pp. 309-327,
ISSN-L 1729-9721; eISSN: 2413-2659
https://doi.org/10.15381/lengsoc.v22i1.23291
Lectura de textos digitales: ¿nuevas prácticas letradas?1
Reading digital texts: new literacy practices?
Leitura de textos digitais: novas práticas letradas?
Lucía Godoy
Universidad Nacional de San Martín, San Martín, Argentina
[email protected]
https://orcid.org/0000-0003-2331-4312
Resumen
En el presente artículo se indaga sobre las prácticas de lectura digital en espacios educativos de nivel secundario. Desde el
marco de los Nuevos Estudios de la Literacidad, se analizan escenas en aulas de Lengua y Literatura de segundo año nivel
secundario las cuales fueron registradas durante un trabajo de campo con perspectiva etnográfica. El propósito del artículo
es dar cuenta de las características de las prácticas letradas a fin de analizar cómo son los textos digitales leídos y cómo es la
inclusión de las tecnologías digitales en el proceso de lectura. A partir del análisis de las escenas de lectura digital en las aulas,
se propone, en primer lugar, una categorización para clasificar a los distintos tipos de textos digitales de acuerdo con sus formas de producción, circulación y permisividades (affordances). En segundo lugar, a partir de las observaciones, se plantea que
es necesario ser cautos respecto de los cambios en las prácticas de lectura con tecnologías digitales, ya que no siempre que se
incorporan las tecnologías digitales cabe hablar de nuevas prácticas letradas y literacidades, sino solamente de nuevos soportes.
Por esta razón, el carácter innovador de las prácticas letradas dependerá de las actividades y saberes que se expresen en las aulas.
Palabras clave: lectura; prácticas letradas; literacidades; educación; tecnologías digitales.
Abstract
This article investigates digital reading practices in secondary school educational spaces. From the framework of the New
Literacy Studies, we analyze scenes in Language and Literature classrooms of second year secondary level which were recorded
during a fieldwork with an ethnographic perspective. The purpose of the article is to account for the characteristics of literate
practices in order to analyze how digital texts are read and how is the inclusion of digital technologies in the reading process.
From the analysis of digital reading scenes in the classroom, we propose, first, a categorization to classify the different types
of digital texts according to their forms of production, circulation and affordances. Secondly, based on the observations, it
is suggested that it is necessary to be cautious about changes in reading practices with digital technologies, since it is not
always when digital technologies are incorporated that one can speak of new literate practices and literacies, but only of new
supports. For this reason, the innovative character of reading practices will depend on the activities and knowledge expressed
in the classroom.
Keywords: reading; literate practices; literacies; education; digital technologies.
1 Este artículo presenta algunos resultados de la investigación de la tesis de doctorado “Prácticas letradas con tecnologías digitales. Estudio
etnográfico en clases de Lengua y Literatura de nivel secundario”. Doctorado en Lingüística, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de
Buenos Aires.
© Los autores. Este artículo es publicado por la revista Lengua y Sociedad de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons
Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0) [https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es] que permite el uso, distribución y
reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original sea debidamente citada de su fuente original.
Lectura de textos digitales: ¿nuevas prácticas letradas?
Lucía Godoy
Resumo
Este artigo investiga as práticas de leitura digital em espaços educacionais do ensino secundário. No âmbito dos Novos Estudos
de Alfabetização, analisamos cenas em salas de aula de Língua e Literatura no segundo ano do ensino secundário, que foram
registadas durante o trabalho de campo com uma perspectiva etnográfica. O objectivo do artigo é dar conta das características
das práticas letradas, a fim de analisar como os textos digitais são lidos e como as tecnologias digitais são incluídas no processo
de leitura. Com base na análise das cenas de leitura digital nas salas de aula, propõe-se, em primeiro lugar, uma categorização
para classificar os diferentes tipos de textos digitais de acordo com as suas formas de produção, circulação e possibilidades. Em
segundo lugar, com base nas observações, sugere-se que é necessário ser cauteloso quanto a mudanças nas práticas de leitura
com tecnologias digitais, pois nem sempre é quando as tecnologias digitais são incorporadas que se pode falar de novas práticas
e literacias literárias, mas apenas de novos meios de comunicação. Por esta razão, o carácter inovador das práticas de leitura
dependerá das atividades e conhecimentos expressos na sala de aula.
Palavras-chave: leitura; práticas letradas; literacias; educação; tecnologias digitais.
Recibido: 19/09/2022
Aceptado: 13/12/2022
Publicado: 12/05/2023
1. Introducción
En la actualidad es cada vez más frecuente encontrar aulas en las que se leen materiales textuales desde
las pantallas de teléfonos celulares, tablets o notebooks. La ubicuidad que permiten los dispositivos
digitales, junto con la ampliación de la accesibilidad que habilita la conexión a Internet generan que
muchos estudiantes y docentes recurran a las pantallas al momento de leer la bibliografía obligatoria
de las distintas materias. En el área de Lengua y Literatura esta situación se torna más compleja, ya
que no solamente los textos digitales son materiales bibliográficos obligatorios, sino que las mismas
prácticas de lectura son contenidos centrales del espacio curricular, el cual busca propiciar instancias
de reflexión sobre los textos leídos junto con el desarrollo de una literacidad crítica en las prácticas
lectoras.
Se ha propuesto que, a partir del desarrollo de textos digitales para ser leídos en dispositivos
tecnológicos, las prácticas de lectura se pueden transformar —de diferentes maneras—, a raíz de
las facilidades de los nuevos soportes conectados a Internet y de los emergentes formatos y géneros
discursivos digitales (Ardini, 2018; Cano, 2010; Jewitt, 2012; Magadán, 2013). Estos desplazamientos
tendrían efectos en la educación, ya que la lectura y la comprensión de diversos discursos sociales
en las aulas comienzan a incluir estos nuevos géneros, formatos y soportes (Cope y Kalantzis, 2015;
Kalantzis et al., 2019). No solamente los docentes deben considerar que existen nuevas formas de
acceder a los textos para las clases, sino que también, en la actualidad, el espacio del aula se encuentra
atravesado por materiales textuales que provienen de diversas fuentes con las que los estudiantes se
encuentran en contacto.
Dentro de este marco contextual, en el artículo se busca analizar los textos digitales que se ven
involucrados en las prácticas de lectura en aulas de Lengua y Literatura de nivel secundario y cómo
estas son llevadas adelante. Pensar la lectura en términos de una práctica letrada implica considerar
cómo en ella se conjugan aspectos relacionados con los lectores (expectativas, ideas y objetivos) y
con los dispositivos digitales, las materialidades textuales, los soportes escritos y las dimensiones
simbólicas de los discursos leídos. En este sentido, se considera que no necesariamente la incorporación
de tecnologías digitales genera la emergencia de prácticas letradas novedosas, sino que —en algunos
casos— se observan las prácticas que existen hace décadas en las aulas, pero con nuevos soportes
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y formatos. Desde esta perspectiva, se buscará analizar cómo son los textos digitales leídos en las
clases y qué prácticas de lectura se habilitan y se llevan adelante efectivamente, considerando las
potencialidades de los dispositivos, los modos de lectura y trabajo.
El artículo presenta el marco conceptual y teórico, con algunas investigaciones sobre la lectura
digital y los conceptos teóricos que fundamentan el trabajo. A continuación, se incluyen los
lineamientos metodológicos de la investigación y, en el cuarto apartado, se desarrolla el análisis
central del artículo. En los últimos apartados se discuten las observaciones realizadas y se esbozan
algunas líneas a modo de conclusión y reflexión final acerca de las prácticas de lectura en pantallas y
los aportes que pueden brindar las tecnologías digitales a las clases de Lengua y Literatura.
2. Marco conceptual
2.1. Tecnologías digitales y literacidades múltiples
Las tecnologías digitales posibilitan el surgimiento de nuevas prácticas letradas a la vez que permiten
la reconfiguración de las prácticas de siempre, porque involucran nuevos usos de la oralidad, la lectura
y la escritura relacionados con otros modos semióticos (como imágenes, acciones, sonidos) y también
nuevas formas de decodificar y producir significados, símbolos y representaciones (Gee, 2015; Kress,
2005). En este contexto, no solamente es necesario poder decodificar y producir textos escritos, sino
que es importante comprender y producir textos multimodales, atendiendo a las potencialidades
de significado de cada uno de los modos, al diseño que se realiza y, esencialmente, desplegar una
perspectiva crítica sobre ellos, considerando aspectos sociales, culturales e ideológicos (Jewitt, 2008,
2013; Moreno y Sito, 2019; Zavala, 2009).
El marco conceptual de los Nuevos Estudios de Literacidad (New Literacy Studies) sostiene que
la creciente diversidad y complejidad —en cuanto a la circulación de textos y discursos— muestra
las limitaciones de un modelo de alfabetización centrado en la adquisición de la palabra escrita y
propone, en cambio, el concepto de literacidades múltiples o multiliteracidades, que considera los
saberes necesarios para leer y producir materiales semióticos en los nuevos contextos comunicacionales
y culturales, considerando el desarrollo de prácticas de lectura y escritura en pantallas y la coexistencia
de diversos modos semióticos en las comunicaciones (Kalantzis et al., 2019; Duboc y De Souza,
2021; Rowsell y Walsh, 2015).
A pesar de las observaciones anteriores, algunos estudios han sostenido que no siempre son
consideradas esas transformaciones en los escenarios educativos. Kalman y Guerrero (2011), por
ejemplo, con un trabajo de campo en clases de geografía en el nivel secundario, observan un
aprovechamiento limitado de los materiales de Internet, que prioriza las versiones digitales de los
textos impresos, por sobre fuentes y materiales interactivos y multimodales. Thibaut (2020), a partir
de un estudio de caso en clases de lenguaje en escuelas chilenas, describe una disonancia entre la
consideración de la relevancia de las tecnologías digitales y los modelos culturales anclados al texto
escrito que no consideran prácticas nuevas de literacidad, como la lectura y producción multimodal
y multimedial, lo que lleva a que se utilicen poco las tecnologías digitales, y generalmente los usos
sean de naturaleza sustitutiva y disociada de los contenidos. Adell y Castañeda (2012), retomando
los resultados de algunas investigaciones de campo en España, observan que las tecnologías que
mejor se han integrado en las aulas son versiones digitales de herramientas conocidas y usadas (la
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pizarra digital interactiva o el libro de texto digital), y que lo verdaderamente renovador tiene que
ver con su implementación en relación con los cambios sociales y las nuevas posibilidades de los
recursos digitales. En este sentido, Lankshear y Knobel (2006) hablan de vino viejo en odres nuevos: se
estarían utilizando nuevas tecnologías, pero para reemplazar herramientas ya existentes en prácticas
tradicionales de alfabetización, y no necesariamente se están desarrollando prácticas con nuevas
literacidades; es decir, que se reproduce una gramática escolar, sin integrar a la escuela nuevas formas
de construcción y circulación de los conocimientos.
Otros estudios, por el contrario, sí registran algunas modificaciones emergentes en cuanto a
los aprendizajes y la enseñanza. Hernández y Reséndiz (2017), por ejemplo, describen prácticas de
estudiantes de nivel medio de México con tecnologías digitales y encuentran habilidades para el
uso de dispositivos y plataformas digitales, relacionadas con búsquedas de información, escritura
académica, uso de redes sociales y entretenimiento general. Asimismo, Herrera (2022) estudia
cómo las tecnologías digitales ofrecen herramientas para la revitalización del quechua en espacios
educativos, ya que permiten el desarrollo de audios, videos y actividades interactivas.
2.2. Lectura en pantallas
En cuanto a la lectura, se ha señalado, primeramente, que los textos digitales, al tratarse de textos
producidos con medios digitales y que requieren para su lectura de dispositivos tecnológicos, se
alejan de las formas de lectura de los soportes impresos y manuscritos. En efecto, se ha propuesto
que, en las pantallas, los textos tienen una distribución, organización y estructuración diferente:
el despliegue secuencial del texto en la pantalla y su continuidad genera que las fronteras textuales
no sean tan radicalmente visibles, lo que, a la vez, transmite la posibilidad que tiene el lector
de mezclar, entrecruzar, reunir textos (Chartier, 2000; Kress, 2005). A su vez, se ha propuesto
que los formatos digitales y la conexión a Internet contribuyen con una lectura fragmentaria e
hipertextual (Baron, 2013; Cano, 2010; Landow, 2009; Rowsell y Walsh, 2015). Por su parte,
Jewitt (2005) menciona la preeminencia que va ganando lo visual y también las posibilidades
interactivas, multimodales e hipertextuales que brindan los textos digitales. A la vez, se abren
muchas posibilidades para los lectores, que pueden navegar en la red y encontrar todo tipo de
material textual que requieran, aunque muchas veces esta apertura está caracterizada por un
tipo de circulación que no considera las condiciones de producción de los textos y en donde se
borronean los límites entre la apropiación, el plagio, la autenticidad y la originalidad, además de
que se favorece el desarrollo de tareas múltiples y superpuestas durante la lectura (Baron, 2013;
Cano, 2010; López-Andrada, 2022).
En relación con los aspectos anteriores, se ha señalado que las tecnologías digitales interpelan
específicamente al área de Lengua y Literatura, ya que no solo amplían el universo de textos
y discursos para ser enseñados, sino que también afectan a las prácticas del lenguaje (Álvarez
et al., 2017; Pérez, 2005; Runeé et al., 2022). En ese marco se ha señalado que las tecnologías
digitales facilitan el acceso a materialidades textuales, multimodales e hipertextuales enmarcadas
en contextos auténticos y que resultan propicias para la reflexión literaria y discursiva (Adell, 2004;
Cassany y Vázquez, 2014; Godoy, 2022; Montalvo y Martos, 2019; Rovira, 2011; Tosi, 2020;
Zayas, 2011)
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En este contexto, se torna necesario señalar que existe una multiplicidad de materiales digitales
disponibles en Internet, desde libros digitalizados, hasta entradas en blogs temáticos y publicaciones
en redes sociales. Analizando esta pluralidad, Mc Fadden (2012) propone categorizar a los textos
entre facsímiles digitales y ediciones nativas digitales: los facsímiles digitales son réplicas de textos
editados en papel que pueden incorporar una serie de mejoras (notas, resaltado, búsquedas) por las
plataformas, las aplicaciones y/o los dispositivos de lectura. En cambio, los textos nativos digitales
tienen un diseño y una producción que explota las potencialidades inherentes al paradigma
digital, vinculadas principalmente con las posibilidades de interacción y personalización. Por
su parte, Álvarez y Taboada (2021) sugieren categorizarlos en textos digitales y digitalizados: los
textos digitalizados son las versiones digitalizadas de textos impresos, mientras que los textos
digitales son los textos producidos para circular en espacios digitales y por eso son hipermediales
y multimodales.
Estas observaciones resultan pertinentes, porque si bien todos los textos leídos en pantallas son
digitales —puesto que, para su producción y lectura requieren de dispositivos que codifiquen y
decodifiquen la información en bytes—, no son todos iguales. Así, retomando a los autores
anteriores, se propone diferenciarlos según sus formas de producción original y permisividades
(affordances), entre textos digitales en Internet y textos nativos de Internet, lo cual permitiría dar cuenta
de sus materialidades y lógicas de acceso y lectura particulares. Los textos digitales en Internet son
aquellos que fueron originalmente concebidos para la publicación y la circulación impresa y, por
diversos motivos, circulan digitalmente. En cambio, los textos nativos de Internet son los que fueron
producidos y pensados para circular únicamente en Internet y en soportes digitales y tecnológicos.
Los primeros pueden estar en Internet porque han sido producidos de manera digital (también para
su publicación impresa) o porque han sido digitalizados por distintos usuarios, que los escanean o
les toman fotografías. Se trata de versiones digitales, escaneadas, fotografiadas o transcriptas, pero
que mantienen las affordances típicas de los textos que circulan en formato papel: preeminencia del
modo verbal escrito, límites textuales fijos sin posibilidades de circulación o conexión con otros
textos y suelen tener un autor (individual o institucional) identificable. En cambio, los textos nativos
de Internet no están necesariamente vinculados a una autoridad, en general son multimodales,
establecen vinculaciones con otros elementos en la red y funcionan o circulan dentro de determinadas
redes sociales especializadas (Kress, 2005, 2009).
3. Metodología
Los datos que se analizan fueron recogidos durante un trabajo de campo realizado en clases de 2
escuelas del Conurbano Bonaerense de la Provincia de Buenos Aires (Argentina), en el marco de
un proyecto de investigación más amplio acerca de las prácticas letradas en las aulas de Lengua
y Literatura. El trabajo de campo siguió un enfoque etnográfico (Guber, 2001; Jimenez y Lovón,
2015), en tanto se consideraba útil para estudiar las prácticas de literacidad (literacy practice) (Barton,
2012; Almeida, 2011) considerando el lenguaje en esas prácticas sociales y las interacciones en los
contextos educativos (Street, 1993; Splinder y Splinder, 2000; Blommaert y Dong, 2010).
El diseño del trabajo de campo se realizó en función del objetivo de estudiar las prácticas letradas
con tecnologías digitales; se trata, entonces, de un muestreo intencionado (Patton, 2002), ya que la
selección de cursos se hizo a partir de la elección de espacios donde los participantes afirmaban que
se utilizaban las tecnologías digitales en las clases y que, además, tuvieran elementos en común. Así,
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se estudiaron, durante casi seis meses del año 2018 las clases de Prácticas de Lenguaje (el nombre que
recibe la materia Lengua y Literatura) en 2 cursos de segundo año de la escuela secundaria de dos
escuelas de la zona sur del Gran Buenos Aires (Argentina). A continuación, se presenta brevemente
cada espacio: La Clase Wilde era una clase de segundo año del secundario, con 35 estudiantes de 13 y
14 años, perteneciente a una escuela pública de la localidad de Wilde. La Clase Adrogué, en cambio,
era una clase de segundo año del secundario, con 22 estudiantes de 13 y 14 años, perteneciente a una
escuela privada de la localidad de Adrogué.
En ambos espacios, los participantes, habiendo sido informados de la investigación, manifestaron
su voluntad de participar y, como se trataba de estudiantes menores, sus padres también fueron
informados y firmaron un consentimiento. Además, se establecieron compromisos que indicaban
que la investigación no generaría efectos adversos en el desarrollo de las clases y que siempre se
garantizaría la preservación de la identidad de los participantes a través de técnicas como la pixelación
de rostros y el uso de seudónimos (Dooly et al., 2017).
Durante el desarrollo de la investigación, se recogieron datos utilizando diversos métodos:
observación participante en clases y espacios virtuales (Guber, 2001; Hine, 2015), entrevistas,
algunas actividades didácticas en las clases y recolección de materiales, consignas y trabajos (Goetz y
LeCompte, 1988; Flick, 1998) para enriquecer el análisis a través de diferentes cruces y articulaciones
entre variadas fuentes de datos.
Los datos que se analizan en este artículo son producto de grabaciones de audio; así como algunas
imágenes de las clases y de los textos. Los datos son presentados agrupados en escenas, en las cuales
se pueden ver las prácticas de lectura en pantalla fueron registrados . Estas escenas son analizadas
con el objetivo de comprender cómo se relacionan los textos digitales con las prácticas de lectura en
pantalla en las clases. Para facilitar la inclusión de estos datos y la posterior referencia a ellos, cada
escena será nombrada con un rótulo o etiqueta (con un símbolo numeral o hashtag #) y se indicará
la clase en la que esa escena se registró.
4. Textos en las pantallas
En el estudio se pudo observar que, en las clases de Lengua y Literatura se leen diferentes textos en
pantalla y que pueden establecerse vinculaciones con el tipo de prácticas de lectura que se desarrollan.
En este sentido, se propone establecer diferenciaciones entre los textos digitales que se leen en los
distintos dispositivos y distinguir, como se indicó anteriormente, entre textos digitalizados en Internet
y textos nativos de Internet. Durante el trabajo de campo se observó que en las clases prima la lectura
de los textos en Internet por sobre los textos de Internet, por esta razón se busca analizar y discutir
cómo esto se vincula con las prácticas de literacidad, atendiendo a las lógicas diferenciadas en cuanto
al acceso y al trabajo con los materiales textuales en las aulas de Lengua y Literatura. A continuación,
en la figura 1 se presentan ambos tipos de textos.
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Figura 1
Textos digitales
4.1. Textos digitalizados en Internet
En las aulas observadas priman las prácticas de lectura en pantallas con textos digitalizados en
Internet, que pueden tratarse de facsímiles de ediciones impresas o de fotografías que los alumnos
y/o las docentes toman de los libros. La lectura de este tipo de materiales tiene algunas problemáticas
vinculadas con que su producción original, al ser pensada para los formatos impresos, no siempre
se adapta a las prácticas de lectura en pantalla. Asimismo, estas lecturas en pantallas no siempre
resultan adecuadas para las prácticas escolares deseadas en las aulas.
En la Clase Wilde, por ejemplo, se presenta un conflicto durante la lectura de la novela El
Fantasma del Teatro Municipal. No todos los estudiantes habían podido adquirir el libro (en
formato papel) y por esto la profesora Marcela les compartió un vínculo para que pudieran acceder
a una versión digital. Sin embargo, la obra no estaba completa en Internet, sino que circulaban
digitalmente solo algunos capítulos. Esta fragmentariedad, relacionada con los derechos de
copyright de la obra literaria, se registra tanto en la versión de Google Books que había compartido
la profesora Marcela como en otras versiones piratas de la web. Estos aspectos pueden observarse,
a continuación, en la tabla 1:
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Tabla 1
Escena #Fantasma (Clase Wilde)
1.
2.
3.
4.
5.
Profesora Marcela: sí, pero para empezar,
tienen los cinco seis primeros. Hay dos
capítulos que no están, pero después todos los demás sí. Inclusive hasta tienen
las imágenes y todo.(anota el link en el
pizarrón) encontraron? Va a aparecer El
fantasma del teatro municipal, y cuando
ustedes bajen, van a poder ir a los capítulos, entonces cliquean en el capítulo
que quieran leer y ahí se abre el capítulo
completo
(…) (Los estudiantes van accediendo y
comentando si entraron o no)
Profesora Marcela: los que no, le pueden
sacar fotos
Mauro: claro
Profesora Marcela: los que no tienen datos, le sacan fotos aunque sea al primer
capítulo
(voces superpuestas)
Profesora Marcela: o alguien que lo pueda pasar por el grupo
Intercambio en el aula
Fotografía del libro
Captura de pantalla- Google Books
Estudiantes tomando las fotografías
En la escena anterior se puede observar que la docente aporta ideas para que los estudiantes puedan
acceder a la versión digital del material, ya a través de un link de Internet, o mediante las fotografías
digitales de los materiales. Sin embargo, se plantean algunos problemas, ya que el link proporcionado
por Marcela era de la plataforma Google Books, que es un buscador específico de la plataforma Google
que permite acceder a textos digitalizados de manera legal y solo habilita la descarga en PDF de textos
libres (sin derechos de autor), pero protege los derechos de copyright de otros materiales, poniendo
a disposición solamente algunas páginas o capítulos. Como segunda posibilidad, Marcela propone
tomar fotografías digitales a las primeras páginas del libro y compartirlo por el grupo de WhatsApp
para que todos tengan esas imágenes. Se trata de una práctica en la que los estudiantes utilizan sus
celulares para captar fotográficamente un texto y de esta manera realizar fotocopias instantáneas y
económicas, que además no requieren necesariamente datos móviles (Godoy, 2017). En las imágenes
anteriores se puede observar la página de Google Books, a la vez que cómo fotografían los materiales
textuales y también una reproducción digital de una página del libro impreso. Si bien Google Books
pone el texto a disposición de los estudiantes, algunos capítulos no están disponibles. Por otra parte,
las fotografías digitales artesanales, si bien reproducen los textos de manera fácil y económica, no
siempre garantizan su legibilidad, sobre todo por los efectos de la luz y las distorsiones en cuanto al
tamaño; en consecuencia, no siempre resultan alternativas válidas para los alumnos.
En la Clase Adrogué también era frecuente el trabajo con textos en Internet: la profesora Lila
solía llevar a los estudiantes textos digitalizados para trabajar en las clases. Cuando leyeron la novela
Rebelión en la Granja, por ejemplo, la docente compartió una versión completamente digital para que
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todos los estudiantes tuvieran la misma traducción y se facilitara la lectura grupal en voz alta. Sin
embargo, también se plantearon algunas problemáticas. En primer lugar, no siempre los estudiantes
sabían cómo localizar las páginas leídas o marcar fragmentos importantes del libro. En segundo
lugar, el tamaño de las pantallas de los celulares dificultaba a veces la lectura en voz alta de textos
largos, como se observa en la tabla 2:
Tabla 2
Escena #RebeliónEnPDF (Clase Adrogué)
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Micaela: (está leyendo) ay me estoy trabando mucho, porque no veo
Luciana: (leyendo) mofándose de todos
Micaela: (leyendo) de la monstruosa injusticia
Profesora Lila: Ah… era un poco chico entonces desde el celu
Micaela: (leyendo) de la mons- monstruosa
Francisco: agrandalo
Micaela: injusticia (sigue leyendo)
Mía: si lo ponés de costado, lo podés agrandar más
Intercambio en el aula
Captura de pantalla del texto
En la escena anterior se visualiza una problemática ligada a la lectura de textos digitales en Internet:
las pantallas de los celulares, si bien permiten acceder a los textos, no tienen el tamaño más adecuado
para propiciar la lectura de textos en los que predomina la escritura. La pequeñez de las letras en las
pantallas dificulta la lectura en voz alta, como señala Micaela, cuando explica que se traba porque
no se ve bien. Frente a esto se producen distintas respuestas: Luciana la ayuda y completa la frase,
mientras que Francisco y Mía le proponen alternativas tecnológicas para mejorar eso y la docente,
Lila, manifiesta una opinión sutilmente negativa sobre la lectura en pantallas de celulares.
En ambas escenas, entonces, se observa que docentes y estudiantes recurren a la lectura en
pantallas para acceder y leer materiales literarios. Se trata, en ambos casos, de textos digitalizados
en Internet, que proveen diversas ventajas. En el caso de la escena #Fantasma, la lectura en pantallas
permite garantizar el acceso cuando los libros no están disponibles, y en la escena #RebeliónEnPDF,
el texto digital permite que todos los estudiantes cuenten con una misma traducción para asegurar
la lectura grupal.
Si bien en ambas escenas se leen textos digitales en dispositivos tecnológicos, se considera que
no cabría hablar de nuevas prácticas de lectura, sino de lectura con nuevos soportes y formatos que
garantizan el acceso a los materiales literarios cuando no están disponibles, por diferentes motivos,
los textos en formato papel. En ambas escenas los textos digitalizados en Internet se integran a las
prácticas que existen en las aulas hace décadas: lectura grupal de literatura, comentario y análisis
literario a partir de los textos.
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4.2. Textos nativos de Internet
En contraste, son menos frecuentes las prácticas de lectura de textos nativos de Internet y, a la vez,
estas prácticas suelen realizarse de forma más autónoma y/o espontánea. Ya que no siempre estos
textos forman parte de los contenidos de las clases.
En la clase Wilde se halló una práctica de lectura de textos nativos de Internet cuando la profesora
Marcela les pide a los estudiantes que investiguen acerca de las características de los cuentos policiales
y de ciencia ficción. A continuación, en la tabla 3 se presenta la escena en las que se pueden leer la
consigna dada y el intercambio en el aula:
Tabla 3
Escena #InvestigaciónCuentos (Clase Wilde)
“Buscar información
sobre el siguiente tipo de
cuento (policial o ciencia
ficción). Subrayar la información más importante en la fotocopia. Luego
determinar las palabras
clave que serán utilizadas
en una red conceptual”
1.
Marcela: lo hacen, esta esta fila me tiene que traer para el día martes la información del tipo de cuento que les
tocó, subrayada la fotocopia. TODOS
2.
Luciano: toda? todas las páginas?
3.
Marcela: sí? de lo que hayan buscado, pueden ir a la biblioteca, Internet, lo que sea
4.
Víctor: profe no entiendo
5.
Marcela: le sacan fotocopias, ciencia ficción de acá para acá (señala dos filas), policial (señala otras dos filas)
6.
Marcela: LES DIGO LO QUE VAMOS A HACER? a ver… sh.. les digo lo que vamos a hacer, a ver… sh..
(voces y gritos superpuestos)
7.
Marcela: les digo lo que vamos a hacer? en la pared que tenemos allá vamos a hacer un mural grande que
abarque todos los tipos de cuento. Primero, primero tienen que traer la información subrayada, con las
palabras clave
8.
Luciano: pero profe que es lo que hay que subrayar?
9.
Nina: profe una pregunta… esa información?
10. Marcela: todo en la fotocopia porque si no yo no voy a saber si lo tengo que leer, no sé qué qué marcaron
11. Luciano: ah por eso
Consigna
Intercambio en la clase
En la consigna dictada se asocia el sintagma buscar información, que puede remitir a espacios
virtuales en línea, con subrayar en la fotocopia, que remite a prácticas letradas con materiales escritos,
por eso se suscitan algunas confusiones, como pueden leerse en el intercambio. En efecto, si bien
Marcela utiliza el sintagma la fotocopia, no estaba haciendo referencia a un texto previamente dado,
sino que se refería a los materiales que los estudiantes pudieran encontrar, descargar e imprimir
de Internet. Pero ellos no asocian la fotocopia con información que circula virtualmente, sino con
materiales impresos o con fotocopias de libros de la biblioteca. Por eso se registran algunas preguntas
y dudas respecto de las formas de consulta y circulación discursiva de la información solicitada. Si
bien a Marcela le resulta indistinta la fuente material que vayan a consultar, como se observa en el
marcador lo que sea que iguala la biblioteca con Internet, lo que genera confusión es la forma de
manipulación y consumo de esos materiales. Para ella resulta algo implícito que los estudiantes tienen
que trabajar sobre un texto en formato papel (fotocopiando material de la biblioteca o imprimiendo
de una página de Internet), para poder subrayarlo y tenerlo en la clase, por eso habla de fotocopia
refiriéndose a un papel. Sin embargo, entre los estudiantes esa asociación no es tan obvia, como se
puede observar en las intervenciones en las que ellos manifiestan sus dudas y preguntas. Al mismo
tiempo, se puede pensar que los estudiantes y la docente conceptualizan de diferente modo la tarea
de investigar de Internet: mientras que para Marcela es lo mismo sacar fotocopias de un libro de la
biblioteca o imprimir una página de Internet, siempre que en la clase se tenga el material en papel
y subrayado, para los estudiantes se trata de materiales y de actividades diferentes. Asimismo, se
puede pensar que la importancia que le da Marcela a que los alumnos lleven la información en un
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papel se centra en cómo guiar y evaluar su trabajo, ya que el subrayado hecho revelaría una lectura
reflexiva y no simplemente el hallazgo y la reproducción. En efecto, la práctica de leer y subrayar,
está muy extendida en las aulas con los textos impresos y que no siempre puede reproducirse en los
textos digitales, sobre todo al ser leídos mediante dispositivos digitales. Además, los textos de Internet
suelen ser inestables y establecen hipervínculos entre sí, además suelen tener imágenes complejas en
colores, o también videos, por esto no siempre son fácilmente imprimibles.
En la Clase Adrogué también se registra una práctica de lectura con textos nativos de Internet
durante la lectura de un microrrelato, cuando una estudiante pregunta por el significado de una
palabra que allí aparecía, como se presenta en la tabla 4:
Tabla 4
Escena #Denarios(Clase Adrogué)
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
Micaela: qué es denarios?
Lila: es una moneda
Mariano: como una moneda?
Juan Martín: de dónde?
Mariano: no sé de dónde
Lila: sabén que no sé, ahora lo buscamos
[Paula sigue leyendo] (mientras otros hablan)
Juan Martín: denario
Máximo: no, no es una moneda, es esto (le muestra el celular a Lila)
Lila: parecen rosarios, pero en vez de buscar imágenes? vamos a…
Micaela: pero poné moneda de di..
Luciana: moneda poné
Lila: será que yo contestéMáximo: por ahí
Lila: quizá yo contesté automáticamente que son moneda pensando que era una moneda
y no lo son
Santino: de Dinamarca
Lila: (buscando en su celular) denarios de plata, denarios de plata, denario en Mercado
libre (risas)
Mariano: Ask que es Máximo Ask? qué es Ask?
Lila: es un buscador
Francisco: te vendían denarios en Mercado libre
Juan Martín: qué es Ask
Santino: descargate Google Maxito
(risas)
Máximo: ya me lo descargué
Mariano: pero buscá Google y buscá ahí
[…]
Máximo: denario era una moneda: de Roma de plata
Lila: aja (.) de Roma
Intercambio en el aula
Fotografía del aula
En la escena #Denarios se pueden observar lecturas de textos nativos de Internet, específicamente,
entradas en buscadores. Como se puede leer en el intercambio, ante la pregunta de una estudiante,
si bien la profesora Lila provee una respuesta, duda frente a preguntas adicionales, por eso propone
buscarlo. A partir de este momento se dividen las actividades en la clase: algunos estudiantes y la
docente siguen leyendo el microrrelato, mientras que otros, investigan en Internet. Tras un tiempo,
Máximo interrumpe la lectura grupal y contradice la respuesta de Lila, mostrando la pantalla de
su celular. Lila, si bien mira la imagen y la describe, manifiesta cierta desconfianza y hace algunas
indicaciones sobre cómo tiene que buscar la información y lo hace ella misma como se observa en la
imagen. Sus compañeros también contribuyen con sus aportes para decirle a Máximo cómo buscar
en Internet. En esta escena se puede pensar cómo se abordan en el aula las prácticas de lectura de
textos nativos de Internet: los estudiantes gestionan de manera autónoma el acceso; sin embargo, es
necesario el acompañamiento de la docente y de otros compañeros para guiar las prácticas de lectura
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de investigación. Asimismo, se señala que los textos nativos de Internet son fundamentalmente
interactivos y multimodales, ya que se pueden establecer diferentes lógicas de lectura y conviven las
palabras y las imágenes.
En las dos escenas anteriores, entonces, se presentan situaciones en las que se trabaja con textos
nativos de Internet en las aulas de Lengua y Literatura. En ambas, los textos consultados y leídos no
son textos literarios, sino informativos, y docentes y estudiantes recurren a ellos para obtener datos
sobre contenidos de la materia (#InvestigaciónCuentos y #Denarios). Las escenas se pueden diferenciar
en cuanto a la planificación y las alternativas propuestas: mientras que, en #InvestigaciónCuentos la
lectura de materiales de Internet forma parte de una actividad planificada, en #Denarios, la práctica
lectora se produce de modo espontáneo. Asimismo, mientras que, en la primera escena la docente
brinda como opciones Internet o la biblioteca —aunque los alumnos solo consideran el espacio
web— en la segunda escena Internet es el único espacio propuesto, tanto por los estudiantes como
por la docente.
En ambas escenas se podrían identificar prácticas de lectura emergentes vinculadas a esos textos
nativos de Internet. En ellas habría desplazamientos en cómo circula y se distribuye el saber y el acceso
a la información en las aulas. Se recurre a estos textos para investigar; por eso se puede proponer que
se trata de una práctica de lectura nueva en las aulas, relacionada con las posibilidades que brindan las
tecnologías digitales, que ocupan el espacio que antes era de diccionarios, enciclopedias o manuales.
En ambas aulas, Internet se configura como la principal fuente de información para las búsquedas
de los estudiantes, lo que puede relacionarse con la portabilidad de los dispositivos digitales, que
facilitan prácticas de lectura ubicuas, y con la accesibilidad que brindan a diversos materiales de
consulta.
5. Discusión
En el apartado anterior se pudo observar que, si bien es muy usual el trabajo con textos digitales,
resulta importante la reflexión sobre si se trata de textos digitalizados en Internet o textos nativos de
Internet, ya que tienen affordances propias que resultan influyentes en las lógicas de acceso, lectura
y trabajo con ellos. En este sentido, se puede sostener que resulta necesaria una clasificación de los
textos digitales que permita diferenciar entre textos digitalizados en Internet y textos nativos de
Internet (McFadden, 2012; Álvarez y Taboada, 2021).
El análisis de distintas escenas ha permitido revisar algunas propuestas sobre la incorporación de
textos digitales en las clases de Lengua y Literatura y discutir si es limitada y si genera o no nuevas
prácticas letradas (Adell y Castañeda, 2012; Duboc y De Souza, 2021; Godoy, 2022; Kalman y
Guerrero, 2011; Knobel y Lankshear, 2006; Thibaut, 2020). Se observó que las docentes prefieren
los textos digitalizados en Internet para las prácticas de lectura literaria. Estos textos son compartidos
y circulan como bienes de lectura validados por ser copias digitales de materiales impresos. Los
textos nativos de Internet son leídos para las prácticas de lectura de investigación, a veces planificada
y a veces espontánea. En este sentido, se puede sostener que la incorporación de textos nativos de
Internet en las aulas es —aún— limitada. Esto puede relacionarse con las formas de circulación
discursiva en la red, generalmente alejada del control de los docentes y especialistas, que no siempre
pueden regular la calidad de los textos producidos en Internet.
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Asimismo, se pudo señalar cómo las características de los textos digitales (en y de Internet),
si bien resuelven el acceso a los materiales (Cassany y Vázquez, 2014; Tosi, 2020; Zayas, 2011),
plantean algunas problemáticas para las prácticas de lectura en las clases. Así, los soportes, la puesta
en página, el tamaño y la forma de la tipografía, la fragmentariedad y la marcación no siempre
resultan adecuadas para las prácticas que se busca llevar adelante (Baron, 2013; Cano, 2010; Kress,
2005; Jewitt, 2012). Específicamente, se hallaron problemas relacionados con la fragmentariedad de
la circulación, el copyright de las obras, la legibilidad de las imágenes, la validación de los contenidos y
la manipulación de los textos. En este sentido, se propone que, en las prácticas de lectura en las aulas,
se tensionan dos lógicas: una relacionada con la disponibilidad de los materiales, que es facilitada por
las tecnologías digitales, y otra centrada en las formas de trabajo sobre esos materiales, especialmente
en Lengua y Literatura. Se puede pensar, entonces, que, si bien se accede digitalmente a los textos, el
formato preferido para el trabajo en el aula es el impreso.
El análisis de las distintas escenas permite discutir si existen nuevas prácticas de lectura vinculadas
a los dispositivos tecnológicos y a los textos digitales (Duboc y De Souza, 2021; Godoy, 2022;
Kalantzis et al., 2019; Rowsell y Walsh, 2015). En este sentido, se propone que, si bien existen nuevos
soportes de lectura, no siempre se trata de prácticas de lectura nueva. En la lectura de textos literarios,
se incorporan nuevos soportes y formatos, pero prevalecen prácticas de lectura que siempre existieron
en las aulas: lectura grupal compartida y análisis de los textos. Además, existe poca reflexión sobre las
formas de publicación y circulación de los textos en internet; por el contrario, los textos son abordados
en función de otros contenidos, para los cuales estos textos son utilizados. Sin embargo, tal vez se
puede pensar en nuevas prácticas de lectura cuando los dispositivos permiten acceder a textos nativos
de Internet, ya que se ponen en circulación conocimientos y discusiones acerca de cómo y dónde
buscar la información, su pertinencia y adecuación. En efecto, la lectura de textos nativos de Internet
genera la necesidad de apelar y trabajar sobre literacidades emergentes y múltiples en las aulas.
6. Conclusiones
En este artículo se analizaron los textos digitales que circulan en las aulas de Lengua y Literatura de
nivel secundario y las prácticas de lectura que se desarrollan con ellos. Para el análisis se retomaron
algunas escenas de lectura en pantallas que fueron registradas durante un extenso trabajo de campo
en dos aulas del Conurbano de la Provincia de Buenos Aires. A continuación, se sintetizan los
principales hallazgos para reflexionar sobre su valor en el campo de investigación y para el trabajo
con las prácticas letradas.
En primer lugar, a partir del análisis de los datos recogidos durante el trabajo de campo se
logró diferenciar entre textos digitalizados en Internet y textos nativos de Internet, entendiendo los
primeros como textos que originalmente fueron producidos para circular de forma impresa y que
han sido digitalizados, por lo que conservan —en gran medida—, las características de los textos
impresos. Los segundos, en cambio, son textos producidos para circular en espacios en línea y tienen
características más ligadas a las potencialidades de esos espacios: multimodalidad, fragmentariedad,
hipertextualidad, etc. Esta categorización permitió diferenciar los textos digitales en relación con sus
affordances y las prácticas de lectura en las que se ven involucrados.
En segundo lugar, se observó que, en general, las docentes prefieren los textos digitalizados en
Internet, en especial para las prácticas de lectura literaria. Los textos nativos de Internet, si bien son
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leídos, se asocian mayormente a prácticas de investigación y su aprovechamiento continúa siendo
limitado. Estas observaciones llevan a pensar que existe, todavía, en las aulas una mirada docente
que, al menos en parte, valora más los bienes de la cultura impresa por sobre los de la cultura digital.
Asimismo, se señala que los materiales digitales generan algunas dificultades en las prácticas de
enseñanza y aprendizaje en las aulas de Lengua y Literatura, que suelen sustentarse en mayor medida
en materiales impresos por las lógicas de trabajo y evaluación escolar. En este sentido, se puede pensar
que en las aulas se cruzan y tensionan dos lógicas en relación con los textos digitales: la del acceso
a los textos y la de las formas de trabajo con ellos. Internet y los dispositivos digitales facilitan el
acceso y la disponibilidad de los textos de lectura; sin embargo, esto no garantiza una accesibilidad
suficientemente adecuada para el desarrollo de ciertas prácticas de lectura requeridas (y valoradas)
en las aulas de Lengua y Literatura: acceso a las obras completas, lectura en voz alta, actividades de
notación sobre los textos. Para el desarrollo de ciertas prácticas letradas con los textos se prefieren
los materiales impresos que permiten dejar trazas y marcas del análisis de los textos, mientras que
los textos digitales si bien son flexibles, portables y accesibles, no siempre son estables, tangibles y
controlables.
En tercer lugar, se puede discutir si siempre que se incorporan tecnologías digitales cabe hablar
de nuevas prácticas letradas. Lo presentado en el análisis y la discusión posterior, llevan a concluir
que esto no es así: en algunos casos, especialmente en aquellos vinculados con la lectura de textos
literarios, la incorporación de tecnologías digitales facilita el acceso a los materiales, allí cabe hablar
de nuevos formatos y dispositivos para leer, pero no necesariamente de nuevas prácticas de lectura
que involucren literacidades críticas. En efecto,se halló que en las prácticas de lectura literaria, si bien
se incorporan nuevos formatos, estos son incluidos en prácticas que existen en las aulas hace muchas
décadas, pero ahora sobre textos digitalizados en Internet. En cambio, en otros casos, relacionados
con la búsqueda y la lectura de textos informativos nativos de Internet, sí se pueden observar algunas
prácticas lectoras emergentes vinculadas con la incorporación de las tecnologías digitales. Estas, si
bien se enraízan con la lectura de enciclopedias, manuales o diccionarios en formato papel, tienen
aspectos novedosos vinculados con la espontaneidad de las búsquedas, la instantaneidad de los
hallazgos, la ubicuidad del acceso a los materiales discursivos y las características de esos textos
digitales. En estas nuevas prácticas de lectura son necesarios saberes digitales y críticos que permitan
saber cómo buscar textos en Internet y cuáles resultan más válidos o apropiados en los diferentes
contextos. La necesidad de trabajar sobre estos saberes emergentes interpela a todos los docentes, pero
especialmente a los profesores de Lengua y Literatura, cuya disciplina se fundamenta en el trabajo
con los textos y los discursos.
A modo de cierre de este artículo, resta señalar que, si bien se trata de una investigación sobre
dos espacios específicos, los datos que se presentan pueden resultar valiosos para la reflexión sobre
las prácticas de lectura actuales y las implicancias de la incorporación de las tecnologías digitales
en los diferentes espacios educativos. En nuestro presente, marcado por el constante avance de las
aplicaciones y dispositivos digitales, y con los efectos aún latentes de la virtualización educativa por
la pandemia de COVID 19, estas reflexiones se tornan cada vez más acuciantes.
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Contribución del autor
La autora ha participado en el diseño de la investigación, el recogimiento de los datos, el análisis, la
elaboración del artículo y su revisión crítica del artículo, y da aprobación a la versión que se publica
en la revista.
Agradecimientos
La autora agradece a los revisores y evaluadores de este artículo, también al Dr. Juan Eduardo Bonnin
y a la Dra. Cecilia Magadán, directores de la investigación de doctorado en la que se basa este trabajo.
Financiamiento
La investigación fue realizada con el financiamiento del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas (CONICET-Argentina) a través de una Beca Interna Doctoral.
Conflicto de intereses
La autora no presenta conflicto de interés
Correspondencia:
[email protected]
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Trayectoria académica de la autora
Lucía Godoy es doctora en Lingüística por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es magíster en Análisis
del Discurso, licenciada en Letras y profesora de Letras por la misma casa de estudios. Además, es integrante
del Centro de Estudios del Lenguaje en Sociedad (CELES) de la Universidad Nacional de San Martín
(UNSAM) que forma parte del Laboratorio de Ciencias Humanas (LICH) de la Universidad Nacional de San
Martín (UNSAM) y del Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet). Investiga acerca
de los discursos digitales y las nuevas prácticas de literacidad con tecnologías digitales en diferentes niveles
educativos, temáticas sobre las que ha escrito artículos académicos y capítulos de libros. Se desempeña como
profesora en la Escuela de Humanidades de la UNSAM y en Institutos Institutos de Formación Docente.
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