Es el original para la segunda edición de este trabajo. En él se ha incluido el resumen del volumen II de la Ciencia de la Lógica, en el cual Hegel desarrolla la Doctrina del concepto. Esta parte de la Lógica no había sido abordada por nosotros. La Ciencia de la Lógica de Hegel está conformada por dos Volúmenes: Volumen I, La Lógica Objetiva y Volumen II, La Ciencia de la Lógica subjetiva o Doctrina del Concepto. La Lógica objetiva es la exposición de la realidad absoluta, es decir, de la totalidad del ser inmediato que es al mismo tiempo y sucesivamente ser, esencia, realidad y sustancia. La realidad sustancial deviene sustancia que se conoce a sí misma, pensamiento, concepto. Esta formulación de Hegel es muy profunda. Equivale al principio materialista-dialéctico que expresa que la materia inorgánica tiene en sí misma, como su otro, y en él se transforma, a la materia orgánica pensante. La doctrina del concepto es el tratado (1) sobre los instrumentos (categorías lógicas, etcétera) que la especie humana ha desarrollado para el conocimiento de la realidad objetiva y (2) acerca del proceso seguido en su asimilación hasta alcanzar la conciencia de la totalidad en la idea absoluta, que es la exposición de la realidad absoluta y del saber absoluto. Hegel reúne lo que la ciencia y la filosofía anteriores han hecho en esta materia y llega a la conclusión de que, pese a los adelantos en la ciencia del conocer, esta se ha detenido en el punto en que sólo refleja lo superficial y accidental del ser y es impotente para proporcionar una imagen fiel de la totalidad. Intuye que la realidad es algo mucho más que aquellas representaciones incompletas, fijas y unilaterales. La realidad misma, mediante la acción práctica que la especie ejerce sobre ella, se revela, cada vez más palmariamente, como un objeto en constante cambio, como un ser que tiene el otro en sí mismo y en él se transforma constantemente. Las categorías lógicas también, bajo la influencia de la cambiante y profusa realidad, se manifiestan como la unidad de ellas mismas y su otro y como el constante paso de una a la otra. La intuición filosófica, la imperiosa realidad y el pensamiento que desborda la lógica formal impelen a Hegel al desarrollo de un nuevo método cognoscitivo, el método dialéctico, al que llama el método absoluto. Pertrechado con este poderoso instrumento el filósofo reorganiza las categorías lógicas heredadas de la vieja filosofía y las dota de tensión dialéctica, creando así una poderosa herramienta cognoscitiva, una nueva epistemología que le permite enriquecer y reordenar las determinaciones del ser y el conocer desarrolladas por la ciencia y la filosofía previas y forjar una visión totalizadora, completa y exacta, de la realidad, la cosmovisión más acabada que pensador alguno haya jamás discurrido; todo este trabajo lo realiza en sus obras la Ciencia de la Lógica, la Fenomenología del espíritu y la Enciclopedia de ciencias filosóficas (lógica, filosofía de la naturaleza y filosofía del espíritu),