Los lobos marinos, Otaria flavescens, son mamíferos marinos de la familia de los otáridos. Al tratarse de una especie con un claro dimorfismo sexual los machos tienen una melena bastante llamativa y son bastante más grandes pudiendo llegar a medir 2,5 m y a pesar 300 kg. Las hembras, sin embargo, no suelen pasar de los 2 m y los 140 kg de peso. El color del pelaje va del castaño oscuro al rubio. El hocico es puntiagudo y dirigido hacia arriba, lo que facilita la toma de aire de la superficie con solo asomar fuera del agua un poco la punta de la nariz. Se alimentan de peces, cefalópodos y ocasionalmente de crustáceos y aves marinas.
El león marino con el que ilustro la entrada lo fotografié en 2006 en la costa chilena durante el invierno austral, nadaba en compañía de otros ejemplares de su manada, porque estos mamíferos son animales muy sociales que forman grupos de aproximadamente una docena de hembras, juveniles y crías dominados por un macho, digamos que su organización social recuerda bastante a la de los leones, lo que unido a sus melenas y el color de su pelaje hace que también reciban el nombre de leones marinos. El hábitat y la distribución de estos lobos son las aguas costeras de buena parte de sudamérica, principalmente Perú, Chile, Argentina y Uruguay, aunque a veces hay ejemplares que se aventuran en alta mar y aparecen en islas bastante alejadas del continente.
Persecuciones y lobos comunes
También estos lobos son objeto de persecución y pesca, de hecho a finales del pasado siglo se puso en peligro la viabilidad de la especie. Actualmente, tras abandonarse por parte de la industria peletera el uso de sus pieles han recuperado las poblaciones y puede decirse que la especie está a salvo, pero eso no los libra de morir a manos de pescadores, envenenados o de otra forma.
Como bien saben los colegas de "Lobo Marley" por su lucha para proteger a los lobos comunes, es como si la palabra lobo indujera a algunas personas a perseguir y cazar a los animales que la llevan en su nombre. Debe ser algo atávico que permanece en el incosciente colectivo de cazadores y pescadores que solucionaremos con divulgación, insistencia y desaprobación de estas barbaridades porque hoy en día los lobos, tanto los marinos que afectan a pescadores como los comunes que afectan a ganaderos no son rivales de nadie, aunque los que los matan lo sigan creyendo. La fauna es un bien público que las administraciones deberían proteger con más ahínco del que demuestran actualmente.
Un saludo
Nota: durante una temporada, como parte de los cambios en el blog, las entradas irán orientadas a diferentes especies animales y vegetales del continente americano.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
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