Suculento el viento, con olores de sueños
tus carrillos hinchados comiendo demasiado
el sueño profundo,
la inexactitud de los dedos.
Atravesada por lanzas vacías, huecas
como cañas de bambú
y arrastrada en el suelo limpio
como una vieja fisgona, busco
bajo las mesas, entre las sillas
algo que aún te pertenezca.
Todas mis redondeces que
se vuelven esquinas.
Toda la razón que se convierte en
cubos
de
basura
borritas de polvo
tristes
y yo
subyugada (por aquellos besos)
Después hay un ruido.
No
puedo
dormir.
Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.
sábado, 24 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 2:44 a. m.
Reina Mab
LA REINA MAB - Lagartija Nick- Descargar
Veo que has visitado a la reina Mab
La partera de las hadas
Su tamaño no es mayor que un ágata
En el anillo de un concejal
Sobre la nariz de los durmientes
Seres diminutos tiran de su carro
Que es una cáscara vacía
Y su cochero un ridículo mosquito vestido de gris
Recorre en la noche cerebros de amantes
Y les hace soñar el amor
La colérica Mab
A veces pasa por el cuello de un soldado
Y le hace soñar con degüellos extranjeros
Brechas, emboscadas, espadas españolas
Tragos de litro
Y entonces
Le susurra en el oído
Lo asusta y despierta
Y él sobresaltado
Entona oraciones y vuelve a dormirse
Recorre los labios
Y les hace soñar besos
Labios que suele ulcerar
La colérica Mab
Es verdad, hablo de sueños
Que son hijos de mentes ociosas
Y nacen de la vana fantasía
Tan pobre de sustancia como el aire
Recorre en la noche
Labios y besos
Labios que suele ulcerar
La colérica Mab
MERCUCIO
Pues dime por qué.
ROMEO
Anoche tuve un sueño.
MERCUCIO
Y también yo.
ROMEO
¿Qué soñaste?
MERCUCIO
Que los sueños son ficción.
ROMEO
No, porque durmiendo sueñas la verdad.
MERCUCIO
Ya veo que te ha visitado la reina Mab . ,
la partera de las hadas. Su cuerpo
es tan menudo cual piedra de ágata
en el anillo de un regidor.
Sobre la nariz de los durmientes
seres diminutos tiran de su carro,
que es una cáscara vacía de avellana
y está hecho por la ardilla carpintera o la oruga
(de antiguo carroceras de las hadas).
Patas de araña zanquilarga son los radios,
alas de saltamontes la capota;
los tirantes, de la más fina telaraña;
la collera, de reflejos lunares sobre el agua;
la fusta, de hueso de grillo; la tralla, de hebra;
el cochero, un mosquito vestido de gris,
menos de la mitad que un gusanito
sacado del dedo holgazán de una muchacha.
Y con tal pompa recorre en la noche
cerebros de amantes, y les hace soñar el amor;
rodillas de cortesanos, y les hace soñar reverencias;
dedos de abogados, y les hace soñar honorarios;
labios de damas, y les hace soñar besos,
labios que suele ulcerar la colérica Mab,
pues su aliento está mancillado por los dulces.
A veces galopa sobre la nariz de un cortesano
y le hace soñar que huele alguna recompensa;
y a veces acude con un rabo de cerdo por diezmo
y cosquillea en la nariz al cura dormido,
que entonces sueña con otra parroquia.
A veces marcha sobre el cuello de un soldado
y le hace soñar con degüellos de extranjeros,
brechas, emboscadas, espadas españolas,
tragos de a litro; y entonces le tamborilea
en el oído, lo que le asusta y despierta;
y él, sobresaltado, entona oraciones
y vuelve a dormirse. Esta es la misma Mab
que de noche les trenza la crin a los caballos,
y a las desgreñadas les emplasta mechones de pelo,
que, desenredados, traen desgracias.
Es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba,
las oprime y les enseña a concebir
y a ser mujeres de peso. Es la que...
ROMEO
¡Calla, Mercucio, calla!
No hablas de nada.
MERCUCIO
Es verdad: hablo de sueños,
que son hijos de un cerebro ocioso
y nacen de la vana fantasía,
tan pobre de sustancia como el aire
y más variable que el viento, que tan pronto
galantea al pecho helado del norte
como, lleno de ira, se aleja resoplando
y se vuelve hacia el sur, que gotea de rocío.
(Romeo y Julieta)
Por safrika señorita a las 2:36 a. m. 1 pulsaciones
Estoy bien.
El pecho se hincha y deshincha con la respiración.
Salí a la calle con los calcetines de rayas y esas zapatillas negras que se habían perdido en el fondo del armario. Compré gominolas y me senté en un banco a leer. Estuve pensando en el vacío, y en la facilidad con que me abofeteas con palabras hasta por omisión de las mismas. En el significado de esos pequeños huecos que ahora existen en mi carne.
Estoy bien, aunque he estado mejor. Pero estoy hasta el culo de que desde esta distancia estúpida que al final habré de agradecer, grandes manos se atrevan a indicarme caminos, a suponer esquinas, a aferrarme a sueños.
Los sueños sueños son, pero cuando yo soñaba contigo había algo que podía tocar con las manos.
Resultó ser una pastilla de jabón.
viernes, 23 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 6:31 p. m. 0 pulsaciones
Me asomé a su despacho y le dije, es que sigo un poco colgada y ella me dijo tú lo que eres es gilipollas y acto seguido me extendió la mano ofreciendome un cigarrillo que encendí sin titubear. Lo fumé en silencio, sentada en la silla de enfrente, nos separaba la mesa. Nos miramos fijamente durante todo este tiempo, ella daba una calada, yo soltaba el humo con desdén.
Mientras apretaba la colilla en el cenicero me sonrió y me dijo.
- Bueno, si es así, ¿a qué esperas?
Oh joder, para qué contestarte. No espero a nada, no espero a nadie. Todo forma parte de esto que yo llamo sobrevivir. Pronto acabará todo. Tendré todo el día ocupado, escribiré poco, conseguiré toda esa pasta y me largaré.
Promesas
martes, 20 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 7:52 p. m. 1 pulsaciones
lunes, 19 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 8:34 p. m.
Me apetece encerrarme en este cuarto y no salir ya nunca, por voluntad propia. Aterrizar en mis sábanas frías, escribir sin parar. Sentir que floto por el cuarto de inanición y rabia pulsátil, de la que teclea mundos y orejas y pies y guerras y asesinatos y amor.
No podría amar a nadie más que a ti. Ningún cuerpo podría abrazar. Ni el atlético chico que toca todos esos cables, y que bien mirado, tiene unos cuantos polvos, diriase que sí. Las administrativas siempre le miran el culo de reojo. Ni al electricista, creeme, ni a ese, podría follarme yo.
Huyo de los demás, de sus escaleras escondrijos y mentiras. Huyo de sus verdades de su inmensidad de su burbuja. Yo solo quisiera enterrarme en algún lugar, no ser nadie, no ser nada. No existir.
Hoy el pájaro azul se está muriendo.
¿Ovulación? ¿Enredaderas?
Nadie. Escúchame.
Nadie.
Y el sexo tiene ya tu nombre. Masturbación, los pezones duros. El pelo rozándome la cara, la rabia.
Por safrika señorita a las 8:25 p. m. 0 pulsaciones
lunes, 12 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 11:16 p. m.
Tu mi fai girar tu mi fai
girar come fossi una bambola
Poi mi butti giù poi mi butti giù
come fossi una bambola.
Non ti accorgi quando piango,
quando sono triste e stanca
tu pensi solo per te.
No, ragazzo no, no ragazzo
no, del mio amore non ridere.
Non ci gioco più quando
giochi tu sai far male
da piangere.
Da stasera la mia vita
Nelle mani di un ragazzo
no, non la metterò più.
No ragazzo no, tu non
mi metterai tra le dieci
bambole che non ti
piacciono più
oh no, oh no.
Tu mi fai girar tu mi fai
girar come fossi una bambola
Poi mi butti giù poi mi butti giù
come fossi una bambola.
Non ti accorgi quando piango,
quando sono triste e stanca
tu pensi solo per te.
No ragazzo no, tu non
mi metterai tra le dieci
bambole che non ti
piacciono più.
Por safrika señorita a las 11:13 p. m. 1 pulsaciones
Bámbola - descargar
Por safrika señorita a las 11:11 p. m.
jueves, 1 de septiembre de 2005 | Por safrika señorita a las 7:26 p. m.
Cero caricias. Un golpe sordo en mi cabeza. La cara hinchada. Los ojos profundos, hermosos, llenos de luz. Nada cambia demasiado. Es el tiempo el que pasa a través de nosotros y nos envejece, y nos llena la piel de cicatrices absurdas, el cuerpo de pequeños tumores. La cabeza de vanidad y recelo.
¿Te acuerdas de cuando eras un niño? Corrias por las huertas con aquel perro que ya murió y tu abuelo te contaba historias y te arañabas las piernas con las zarzas. Sonreías y rabiabas, a partes iguales. La vida no era real, sencillamente la vivias, eso lo hacía todo más fácil.
Estoy sumamente cansada. Me alegro de que cuando me pegaste, no dejaras marcas. Me avergonzaría de ellas. De tí. Diría que me golpeé con el marco de la puerta, o que pisé una escoba tirada en el suelo dándome con el palo en la cara.
Esto es otra cicatriz en mi corazón.
Me pregunto si voy a sentirme siempre así de sola.
Por safrika señorita a las 6:58 p. m. 0 pulsaciones
Palabras que no nos gustan.
Dime tus palabras odiadas pinchando aquí, voy añadiendo las que me enviais.
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