La selva en Pastaza (Ecuador)
La selva impone y exalta. La selva es un millón de verdes, miles y miles de flores prodigiosas, de árboles imposibles, y miles y miles de vidas que no se ven pero de las cuales se escuchan los gruñidos, zumbidos, gorjeos, reclamos, cantos, graznidos, chillidos, trinos, arrullos y latidos.
La selva es una descarga de energía que cala los sentidos.
La selva es también un millar de nombres: Utziki, Guanto, la flor del mal, Huarimu, Chontaduro, Chontacuro, Achiote, Shiguango, Camacho, Uña de gato, Leche de sandi, Matapalo, el árbol.celular, Paubil, el pene del diablo, Helicornias, Bromelias, Orquídeas. La mayoría, palabras nuevas que tienen colores, texturas, venenos, medicinas, alimentos, aplicaciones, leyendas.
La selva fue otro de mis descubrimientos en Ecuador. La sobrevolé, la pasée, la viví y conocí sus habitantes, sus protectores seculares, siempre amenazados, hoy más que nunca, por el avance de las petroleras. De ellos hablaré otros día.
La selva es también poesía.
Os dejo un fragmento de un poema de una poeta shuar, ecuatoriana, escrito en su lengua:
wínia enenteir-yajá kampuntinnium enenteimiawai
chinchip nakutan, awankeas pujurainianash
chikchik pipli ainia nankiniam tseas-sha nakurawai
wrinsha juyur nékachmin najantainmaya natém-jai
iwiakmari imiátkin akinia nui
del poema "Aya enetetjai tayi"
Maria Clara Sharupi Jua
(Traducción)
Pienso en mi amada selva
en bejucos columpíandose de un árbol a otro
una gota de curare refrescándose en la punta de una lanza
poseídos por el polvo mágico de la ayahuasca
donde nace el artífice de la vida
del poema "Llegó utopía"
Maria Clara Sharupi Jua
Enlaces sobre la poeta María Clara Sharupi Jua
Los shuar