1.- Ser famosillo. Si sólo te conoce la familia y cía hay pocas posibilidades de que el mundo entero sepa de tu
existencia. Y si no saben que existes, lo llevas chungo para que piensen que te falta
un hervor.
2.- Dar una
entrevista. Si eres imbécil y no hablas, igual lo disimulas. Es necesario que
te expreses, nada de desarrollar la vida interior, exterioriza todo lo que te
dé la gana.
3.- Decir una sandez
como la copa de un pino. Podrías dedicar toda la vida a demostrar que no eres
muy espabilado (Paris Hilton ha hecho de ello casi un doctorado y se lo pasa
guay), pero si quieres resultados rápidos, una necedad de las gordas arrojará
resultados sorprendentes.
* * *
En pleno debate sobre el matrimonio homosexual en EEUU, el
actor Jeremy Irons fue preguntado al respecto durante una entrevista con el
Huffington Post. "Me preocupa”, dijo el tío listo, “¿podría un padre
casarse con su hijo?". El entrevistador, que casi se ahogó del susto, le dijo que
eso era incesto y que estaba prohibido, y Jeremy, ahondando en el asunto, no fuese a ser que no quedase claro que se le había ido la pinza, soltó que "no es incesto entre hombres, el
incesto está ahí para protegernos de la endogamia, pero los varones no se
reproducen entre ellos". A juicio del actor, la autorización de
estas uniones permitiría a un padre casarse con su hijo para legarle sus bienes
sin pagar impuestos. "Me preocupa", insistió.
Pues eso. Más tonto y…
Nada, imposible ser más tonto.