sábado, 14 de diciembre de 2024

tarde de sábado

el parque de las siete t*t*s de vallecas luce más en primavera y verano, pero me gusta mucho y no me resisto a visitarlo de vez en cuando. aunque haga frío y haya árboles desnudos.


me imagino muchas escenas bonitas en el humilde distrito de vallecas. por ejemplo, una familia: la madre peluquera, el padre carpintero; una hija y un hijo, ella la mayor, con una diferencia de edad razonable entre ellos, no más de tres años. irían a un colegio laico.


 sería un hogar modesto, sin muchos lujos, pero feliz. si en un momento dado los hij@s necesitaran ser reprendidos, se haría de manera dialogante y desde el amor. y no habría ningún tipo de vergüenzas corporales. en verano podrían ir descalz@s en casa con toda naturalidad.

puestos a imaginar, tal vez ella estudiaría psicología y él ciencias matemáticas. ambos herman@s tendrían sus amistades y sus amores. y vivirían la sexualidad como algo natural, sin culpa y sin miedo.


pero no perdamos de vista el bonito lugar por donde estamos paseando. los días acortan, el sol incide oblicuamente aunque aún no sean ni las cinco de la tarde, y las sombras son largas.


y hablando del sol, está oculto entre nubes. estos días estoy sintiendo oscuridad y frío, y busco mi sol particular.

la imagen del sol que vemos es de hace aproximadamente ocho minutos, que es el tiempo que tarda en llegar su luz hasta nosotros.

sabiendo que la velocidad de la luz es 300.000 km/s (3·108 m/s) y la distancia de la tierra al sol es de 150.000.000 km (1,5·1011 m):

t = s/v = 1,5·1011/3·108 = 500 s = 8 min 20 s

y ése es el mismo tiempo que tarda en manifestarse la atracción gravitatoria del sol sobre la tierra, ya que las ondas gravitatorias se desplazan a la misma velocidad que la luz.

viernes, 6 de diciembre de 2024

intentos

el foro naranja está caído, y mi natural pesimismo me lleva a pensar que no volverá a funcionar pronto. sería genial que entre hoy y mañana tuviera que comerme mis palabras.

mientras tanto, voy a compartir unos intentos de poemas (sí, habéis leído bien, el chema escribiendo poemas) que publiqué allí. y tendré que confiar en mi frágil memoria a corto-medio plazo, porque excepto uno que escribí en un mantel de papel y luego le hice una foto, el resto no están anotados en ninguna otra parte.

somos imágenes especulares

si tú te acercas, yo me acerco

si tú te paras, yo también me paro

si tú te alejas, yo me alejo

pero algo para mí está claro

iremos juntos a muchos lugares

~

busco mi lugar en el mundo

donde sentirme adecuado

no sé si construir un puente

o cruzar el río a nado

el corazón nunca nos miente

pienso en ti cada segundo

~

hoy

en ti pensaba

mientras el mercado recorría

una extraña alegría sentía

quién la causaba?

en este anterior, los números de sílabas son los cocientes del binomio de newton para n=5:

1-5-10-10-5-1

~

los libros me hacen pensar en ti

mi adolescencia contigo ha vuelto

esa misma timidez osada

el anterior verso era suelto

en la tentación de escribir caí

hay más, pero no los recuerdo y/o no merece la pena compartirlos. espero que os hayan gustado, sobre todo a ti que me lees, amiga. :*

jamás pensé que podría escribir algo parecido a un poema, y menos haciendo alguna modesta rima. y en realidad me resulta casi más fácil así: tengo unas pautas -número de sílabas por verso y que rime un poco de vez en cuando-, y con eso ya voy encajando las palabras. es un ejercicio mental interesante.

el otro día me pillé este libro de poemas tan chulo, a ver si se me pega algo...

domingo, 1 de diciembre de 2024

ángel caído

 

el reto que propuso la bella bloguera ginebra para el pasado mes de noviembre, consistía en escribir un texto de terror. Para ello, debíamos elegir una o más imágenes que ella nos daba, de diversos ilustradores y fotógrafos.

espero que os guste. un gran abrazo para nuestros amig@s de la comunidad valenciana, y para ginebra en especial.

Estaba dando una vuelta por el parque del Retiro, un sábado por la tarde. Me senté en un banco de la plaza del Ángel Caído, y saqué de mi mochila la novela que estaba leyendo, ‘la hermandad de las malas hijas’ de Vanessa Montfort.

Tengo cierta habilidad para leer atentamente, y al mismo tiempo fijarme en las escenas cotidianas que suceden a mi alrededor. Además, he comprobado que recuerdo mejor los capítulos que he leído en el transporte público, en la sala de espera del centro de salud, en un banco del parque... que aquellos leídos en mi habitación. Eso no quita para que mi ritual de leer en la cama por la noche mientras tomo una taza de leche con cacao sea sagrado.

El caso es que, mientras veía pasar a familias, grupos de amigos, parejas y almas libres como yo, estaba leyendo un pasaje algo “picante” de la novela antes mencionada. En realidad me resultaba más cómico que otra cosa, ya que las chicas protagonistas usaban unas expresiones que me hacían pensar: “¡esta novela me da a mí que no la venden en las librerías del Opus!”.

De repente, el cielo se oscureció y desapareció toda la gente que había alrededor. Sin saber cómo, tenía a mi lado al Ángel Caído, que había cobrado vida. Miré el pedestal de la escultura, y estaba vacío.

–¿Qué, leyendo libros adultos, eh? –me dijo, socarrón–. Si hubieras leído algo así en tu época adolescente, habrías tenido que confesarte después.

–¡Pero esta novela no va de eso! Además, yo ya estoy curado de espanto. –me defendí–. Si un libro trae algún pasaje subido de tono, pues bienvenido sea, pero no es algo que influya a la hora de elegir mis lecturas.

–¡Ya lo sé, hombre! Pero te he visto y he querido aprovechar la ocasión para dejar claras algunas cosas. Me han echado la culpa a mí de todos los supuestos pecados que podáis cometer los humanos, porque al parecer os hago caer en la tentación.

–Ahora ya sé que eso es un cuen...

–¡Déjame terminar! –exclamó–. Los ángeles, tanto los buenos como los caídos como yo, podemos hacer muchas cosas, pero no leer vuestros pensamientos ni comunicarnos con vosotros mentalmente. Y en el tema que tanto te preocupaba de los deslices nocturnos en plena adolescencia, no era yo el que te “tentaba”.

–Ya, en esa época de la vida se tienen las hormonas revolucionadas...

–¡Claro! Era tu cuerpo, que Dios lo hizo así. La pulsión sexual en la pubertad es algo contra lo que no se puede luchar. Hace falta más información y menos amenazar con el infierno.

Me quedé pensando en esas últimas palabras, y cuando me quise dar cuenta, el sol había vuelto a salir y los viandantes habían regresado. Se veían las típicas escenas de siempre: un niño que pasaba montado en bicicleta me miraba, su madre le decía que no fuera tan rápido; una pandilla de adolescentes reían recordando alguna anécdota de su instituto; y una chica le hacía una foto con su móvil a la fuente del Ángel Caído.

Entonces caí en la cuenta. Miré el monumento central de la fuente, y el Ángel Caído había vuelto a su lugar. Lo que había ocurrido unos minutos antes, ¿fue sueño o realidad?

Se me ocurrió que podría grabar otro vídeo junto a la fuente, relacionando el agua en movimiento con algún tema de matemáticas. Pero, por alguna razón, no me atreví. Aquella tarde ya había cubierto mi cupo de sobresaltos... En lugar de eso, saqué el móvil y miré el foro naranja, a ver si mi amiga escritora había respondido o reaccionado a alguna de mis bobadas.

vídeo del verano pasado :)