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sábado, 1 de mayo de 2010

Algunos errores son deliciosos.

Sábado 24

Salí con Celeste y Matías a donde siempre. ¿Quién apareció? Diego.

- Hola linda - dijo.
- Diego ¿qué haces acá? - pregunté.
- Mati dijo que estaba bueno este lugar, nunca me quedé mucho tiempo y vine con amigos a ver que onda -
- Ah, mira vos... que bueno - contesté.
- Me vas a tener jodiéndote toda la noche se ve - dijo sonriendo.
- Parece que si - contesté respondiendo a su sonrisa con una mía.

Me siguió toda la noche, no se tornó pesado pero si un poco intimidante.
Mientras bailábamos me tomó de la cintura sonriendo y diciéndome cosas graciosas al oído. Yo reía y sonreía todo el tiempo, cuando veo pasar a Santiago, quién miraba fijamente. Mi sonrisa se borró, mi mente quedó en blanco.

- Ahora vengo - dije.

Fui tras él, me vio llegar.

- Mira quién se digna a hablar - dijo Santiago.
- Si vine es para sacarme esto de encima y que no quede nada pendiente ¿qué querías decirme? -
- Me parece que no es el lugar - dijo, me tomó de la mano - Vení - y me llevó a un rincón donde se escuchaba poco la música.
- Mar ¿qué estamos haciendo? - preguntó.
- Yo disfrutando mi vida ¿vos? la pregunta es ¿qué estás haciendo vos? - contesté.
- Yo realmente no sé que hago, seguirte la corriente... -
- ¿Seguirme la corriente? - dije interrumpiéndolo - Me das risa -
- ¿Y qué pensas hacer? - preguntó.
- Yo nada, a partir de lo que hiciste me dejo llevar, no planeo más las cosas -
- Entonces... ¿ya fue? - preguntó un poco angustiado.
- Ya fue - dije y me volví a lo mío.

Volteé para verlo, estaba mirándome con la mirada un poco tensa, caída a la vez pero pensante.
No me interesó, no quise que me importara y volví a donde quise, con mis amigos a disfrutar mi vida.
Cuando volví me di cuenta que tenía un par de mensajes y que recibí otros.

5.54 a.m. De Santiago: "Pensa lo que haces porque te estás cerrando vos sola a lo que queres"

6.25 a.m. De Santiago: "Podemos volver a hablar?"

7.55 a.m. De Diego: "Me quedé con ganas de vos"

7.59 a.m. De Mariana a Santiago: "No sé"

7.03 a.m. De Mariana a Diego: "Perdón, no fue mi noche... la próxima ;)"


Viernes 30 (ayer)

Florencia se sumó junto a Celeste, Matías y Leandro. Para mi sorpresa, también, se sumó Julián que hace bastante no sabía nada de él ni lo veía.
La noche comenzó tranquila pero ¿terminó igual?
Copas van, copas vienen, Florencia ya estaba con ese "toque" que la hace divertida y descontrolada a la vez, pero nada serio. Leandro (quién gustaba de ella y nunca se lo dijo, sólo y lo sabía por esa charla aquella vez).
Celeste, al rato, se encontró con Nicolás. Matías en búsqueda de chicas pasadas en alcohol y sólo quedábamos Julián y yo sentados en un sillón terminando las bebidas.

- Hace mucho no te veía... - dije.
- Si, estuve un poco desaparecido - dijo para agregar- ¿Qué es de tu vida? -
- No sé, un desorden inmenso -
- Veo que seguimos igual - dijo en tono de chiste, sonriendo.

Si, tenía razón. Le devolví la sonrisa con una mía.

- ¿Qué pasa ahora? - dijo.
- Me equivoqué con Santiago, se puso en pedo y se comió a tres juntas, lo gravaron y lo vi - dije.
- Aaaaa bueno, cualquiera -
- Si, pienso igual - dije.
- ¿Y entonces? - insistió.
- Entonces nada... Empecé a comerme a Martín... -
- ¿A Martín? - dijo casi gritando interrumpiendo lo que yo decía.
- Si, él... Y admito que se comportó bastante bien, es más estuvo como un amigo más que un ex. Pero sabe que y no quería más que eso, y ahora está todo un poco jodido... me quiere ver como una amiga nada más -
- Veo... ¿Hablaste con Santiago? - preguntó.
- Eran peleas, insultos... Recién ayer le dejé en claro que ya fue todo -
- Pero ¿ya fue? - dijo.
- Si, o eso quiero creerme a mi misma -
- Ah... está bien -

Se formo un silencio incómodo, no sabía que decir y se lo notaba un poco nervioso a él también.

- ¿Y tu vida? - dije, para hablar de algo.
- Igual que siempre, ni novias, ni nada - contestó.
- Bien, como te envidio, ojalá pudiera no estar con nadie... a veces siento que no puedo salir de los quilombos por mi propia decisión -
- Falto yo en tu vida - dijo y se rió (palazo o me pareció? No importa, me reí también)
- Cuando estabas vos también era un lío, no sé que decís - dije riendo.

La noche continuó con una que otra indirecta. Cada uno en lo suyo, Julián y yo seguíamos estando juntos para no estar solos.
Tuvimos conversaciones divertidas. Bailamos y hablamos a la vez.

- Me encanta esta canción - dijo mientras bailaba gracioso.

Me reía, la estaba pasando bastante bien.
Al ratito se me acerca una conocida mía.

- Mar ¿cómo andas? - dijo abrazándome.
- Che ¡que bueno verte! - contesté.
- Veo que no venís sola - dijo guiñando el ojo.
- ¿Por él? No, es un amigo nada más... - contesté.
- Julián, un gusto - se presentó él.

Se fue esta chica y seguimos en lo nuestro, bailando cada canción que sonaba.

- Así que soy tu amigo - dijo en un tono medio chistoso.
- Si, va... eso creo - dije.
- Si... amigos - dijo, pensó un rato y agregó - ¿Quedó una amistad después de lo que pasó?
- No sé, Ju... Después de todo eso no volvimos a hablar, nos distanciamos mucho pero yo creo que si porque si me necesitas voy a estar siempre, eso es ser una amiga ¿no? -
- Si, creo que si - dijo un poco pensativo.

De repente, como a propósito, tres parejas empezaron a besarse delante nuestro.

- Me quieren poner peor - dije riendo.
- El mundo se complota contra vos, Mar - dijo riendo él también.
- Ya veo, voy a llorar - seguía riendo y hablando en tono de burla.
- Te extraño, Mar - dijo de la nada.
- ¿Qué? -
- Nunca te olvidé - dijo un poco apenado, agarrándose de mi cintura esperando una respuesta.
- Emm, Juli, no sé que decirte - contesté un poco perdida y descolocada.
- No digas nada - y se acercó para besarme.

Rápido corrí la cara para atrás y busqué fijamente su mirada.

- No, Julián, otra vez no. Ya pasamos por esto, yo más ilusiones no quiero darle a nadie, después me siento mal yo - dije seria.
- Ya sé, pero... un beso de amigos - dijo, insistiendo.
- ¿Qué sería un beso de amigos? No existe - pregunté.
- Un beso de hoy, de esta noche y nada más, nada pasó -
- No, no sé Julián. Después es todo para peor, lo sabes -
- Sé que queres, por favor - y me apretaba más contra él.

Lo miré fijo, en verdad tenía ganas de besarlo pero por dentro algo me decía que no, como también algo me decía que si. Iba a seguir con mi dilema de dejarme llevar y hacerme menos problema por las cosas.
Me rendí a él y dejé que acerque sus labios a los míos. Nos besamos por un largo tiempo.
Cuando despegamos nuestras bocas estaban todos mirándonos. Yo, muerta de vergüenza, me repetía a mis adentros que no debería haberlo hecho, que era un error... pero un lindo error del que a la vez no me arrepentía en lo más mínimo.

viernes, 23 de abril de 2010

Nuevos personajes, más líos.

Viernes 16

En el resto de la semana hablaba con Martín por mensajes, nunca quedamos en vernos; quería experimentar que era lo que pasaba, si era realmente despecho u otra cosa. Iba todo bien, no hablábamos más que de la vida de cada uno, de cualquier cosa que se pueda ocurrir y una que otra vez me preguntaba por Santiago.

Ese viernes me invitó a salir, no vi nada de malo y acepté (Santiago puede salir con chicas ¿yo no?). Fuimos a un par de lados, hasta que nos instalamos en uno. Si, estaba él. Yo más mala suerte no puedo tener, hay decenas de lugares donde estar y vamos a caer justo al mismo.
Me miro de arriba a abajo, luego mi mano agarrada a Martín, luego a él y volvió a mirarme; dio media vuelta y siguió en lo suyo. Me comencé a fastidiar pero intenté distraerme.
Bailábamos mucho con Martín, es más, no ocurrió ninguna escena tipo novela, ningún beso, ningún comentario raro. Fue más una salida de amigos, para distraernos. Admito que fue algo raro, pensé que algo iba a suceder pero no fue así.
El resto de la noche lo perdí de vista a Santiago.

Al regresar a mi casa, cuando me trajo Martín, lo invité a pasar. Le ofrecí algo de tomar, nos sentamos en el sillón y comenzamos a hablar de nada importante. Al rato se levantó y dijo que tenía que irse. Se fue.
Minutos después:

7.34 a.m. De Martín: "Que descanses"

7.35 a.m. De Mariana: "Gracias. Te pasa algo?"

7.37 a.m. De Martín: "Despues hablamos, dormi"

Si, algo le pasaba.

Sábado 17

Le mandé un mensaje con intención de saber, me intrigó. Respondió esto:

13.25 p.m. De Martín: "Nada, me estoy haciendo ilusiones al pedo eso"

13.26 p.m. De Mariana: "Ilusiones?"

13.28 p.m. De Martín: "Si porque pense que iba a soportar tenerte como vos quieras y bancarte sabiendo que estas por despecho, y ahora creo que no. cuesta."

13.30 p.m. De Mariana: "Está bien"

13.32 p.m. De Martín: "Nose si esta bien o mal pero por ahora quiero evrte como amiga nada mas"

Lo entendí, era una opción esto, seguramente iba a pasar. Pero las sorpresas siguen.

16.58 p.m. De Santiago: "Estoy dispuesto a tener una segunda charla"

17.02 p.m. De Mariana: "Yo te aviso"

¿Ahora quería arreglar las cosas? Bueno, iba a darle esa oportunidad pero no ese sábado, no estaba con ánimos de conversar y llegar a acuerdos.

Llegó la noche, salí con Celeste quién se emborrachó mucho. Tuvo que irse y quedé con un amigo de siempre. Este tenía un amigo al que nunca había visto.

- Mar, él es Diego - dijo mi amigo.
- Un gusto - dije sonriendo.

Nos mirábamos pero no hablábamos, comencé a describirlo en mi mente. Estatura media, morocho, ojos café, morochito de piel, bien lindo, y un muy buen sentido del humor.
Hubo un rato en que quedamos solos, hablamos, cosas normales, hasta que salió ese bendito tema.

- ¿Estás de novia? - preguntó.
- No, solterísima - dije, riendo (palazo)
Sonrió y dijo - Mira vos, estamos iguales - Sonreímos los dos.
- Mati (mi amigo, el que nos presentó) me hablo de vos, dijo que estabas en algo complicado - agregó Diego.
- Si, bastante... pero ya está supongo -
- ¿Supongo? -
- No quiero adelantarme a dar una respuesta -
- Pero ¿por qué? si queres contarme -
- Estaba con un chico, nada serio pero ya iba un poco más madura la cosa después de varias indecisiones mías. Un fin de semana se comió a tres juntas más o menos y bueno, me enojé -
- Ah ¿Martín? - pregutó.
- No, ese es mi ex con el que "salgo" ahora para darle celos, debes pensar que soy una forra -
- No, todos en algún momento hacemos algo así - dijo él.
- Veo que te hablaron mucho de mi - comenté.
- Si, te vi una vez, vos no a mi, pero pregunté por vos - dijo con un poco de vergüenza.
- Ah, mira vos... - dije, sin saber que contestar.
- ¿Bailamos? - preguntó para romper el pequeño silencio que se formó.

Fuimos a bailar un rato, risa va, risa viene, mano en cintura, caras cercas, terminamos besándonos.
Al terminar del beso agregó "Tenía que robarte un beso antes de que ese "supongo" se vuelva en un "si"", lo cuál me hizo sonreír.
Intercambiamos celulares, cada uno se marchó a su casa.

Domingo 18

12.35 p.m. De Diego: "No sé vos pero yo recién me levanto, la pasé lindo ayer (L)"

12.37 p.m. De Mariana: "Yo hace apenas un ratito, y yo también =)"

¿Uno nuevo a a historia? No creo, no se hagan ilusiones...

13.23 p.m. (el miércoles 21) De Santiago: "Ya veo por qué no queres hablar, la pasaste lindo ayer con el morocho"

Me dio tanta bronca ese mensaje que no le contesté, y ahora estoy pensando seriamente en hablar o no con él.
En cuando a Martín no estamos conversando mucho, sólo un "como estás" "qué hacías".
Perdonen la desaparición, me estoy colgando mucho con esto pero prometo ponerme las pilas. Gracias los que siguen mi historia, opinan y aconsejan. Gracias en serio!!!!!

PREGUTEN!!!

sábado, 10 de abril de 2010

¿De vuelta al pasado?

En el medio de estas entradas quedaron muchas cosas sin saberse, que voy a comentarles para que no se sientan perdidos.
El día anterior a esa noche donde me encontré borracho a Santiago habíamos peleado. Veníamos con pequeñas discusiones sobre amigas de él (incluyendo a Sofía) que se presentaban muy cariñosas, demasiado para mi gusto. Ese día exploté cuando le llegó un mensaje de una de sus amigas (no pude leer el nombre) que decía "Nos vemos esta noche hermoso, jajaja amiguito (L)"
No somos novios, ok, lo entiendo, pero hay un cierto límite de tolerancia ¿no?
Él sólo dijo que era una amiga que le tenía "ciertas ganas" al que él no le daba bola. Ya estaba muy enojada como para retractarme, por lo que hice oídos sordos y me marché.

Viernes (ayer)

Salí con Florencia, íbamos a encontrarnos con unos amigos.

11.36 p.m. De Martín: "Salís hoy?"

- Flor... ¿Sale Santiago hoy? - pregunté (ya que Florencia se hace amiga de todo el mundo, y sigue en contacto con él)
- Si, va a donde vamos nosotras ¿por? - contestó.
- Nada... - dije con una sonrisa malévola. Ella enseguida entendió.

11.39 p.m. De Mariana: "Si, a XXXXXX"

Continuó la noche, llegamos al lugar, nos encontramos con los chicos pero no había rastro de Santiago.

- Voy a la barra - dije generalmente como escusa, cuando en realidad iba a recorrer el lugar.

Caminé entre toda la gente cuando lo ví, si, fue a ese lugar como le dijo a Florencia, pero... no sabía con quién. Estaba nuevamente con Sofía, apretando de lo lindo en un sillón, manoseándose todos. Me contuve, no iba a mandarle ningún mensaje para interrumpirlos, ya no...
Admito que me puse muy mal, se me fueron las ganas de varias cosas. Iba a volver con los chicos cuando me topé con Martín.

- Acá estabas - dijo. Notó mi cara triste - ¿Qué pasa? -

No dije nada, sólo miré a el sillón y él en seguida entendió.

- Mira a tu príncipe valiente, que lindo - dijo riendo.
- No me causa gracia - contesté.
- Me dejaste por este tarado y miralo ¿me vas a decir que no te arrepentís?
- No, fue lo mejor que pude haber hecho alejarme de vos - dije y sonreí, y él también lo hizo.

Es algo un poco raro saber esto que pasaba entre nosotros, nos decíamos cosas dolorosas pero nos causaba gracia. ¿Será que Martín se volvía una especie de amigo con derechos?
Continuamos la noche juntos. martín me ofreció estar delante de Santiago así él nos pudiera ver, pero dije que no hacía falta, que ya no me importaba.
Nos sentamos en un sillón chico, me dolían un poco los pies.

- Cuando dijiste que fue lo mejor que pudiste haber hecho dejarme ¿fue en serio? - me preguntó.
- Ay, Martín, no sé, basta... -
- Conozco cuando queres sacarte una pregunta de encima, Mar - dijo sonriendo.
- No sé si fue lo mejor, pero lo necesitaba -
- Si, yo también - dijo y puse cara de ¿cómo? - Si... Para darme cuenta de muchas cosas -
- ¿Cómo cuales? - pregunté intrigadísima.
- Como que te necesito más que nunca - contestó agarrándome la mano.
- Vos y tus chamuyos - dije, sonando un poco graciosa.
- Siempre igual vos ¡eh! - dijo y sonrió.

No nos habíamos besado en toda la noche, actuamos más como amigos de siempre que como ex histéricos que se dan cuando se ven.
Me hizo sentir muy bien toda la noche, levantó mi ánimo y hasta me hizo olvidar en momentos de Santiago.

Dios sabe por qué, empezaron a pasar una canción lenta. Riéndonos de eso, nos abrazamos, rodee su cuello con mis brazos y chocamos frentes.

- Pensar que hace dos semanas o menos no querías ni verme - dijo.
- Era verdad - contesté.
- Te hacías la dura, Mar. Te morías por estar conmigo - dijo en tono de agrandado, gracioso.
- Callate - contesté - Ambos sabemos que no -
- Yo no lo sé, para mi si te morías por besarme en vez de empujarme en cada vez que lo hacía -
- ¿Y eso cómo lo sabes? -
- Porque tu beso era seco pero dulce -
- ¿Ahora sos poeta? -
- ¿Nunca vas a parar de gastarme? - preguntó con una sonrisa.
- Nunca, sabelo -
- Vení acá y no me arruines el momento - dijo y sacó una mano de mi cintura para tomarme de la cara y acercarme con al otra.

Miento si digo que no me encantó, que no lo esperaba. Ese beso lo podría haber cortado pero lo seguí y no por despecho, porque realmente quería besarlo.

¿Volviendo al pasado? Me da un poco de temor eso, no sé si está bien, si está mal; tampoco sé que hago sólo me estoy dejando llevar... espero no terminar estrellada.

viernes, 9 de abril de 2010

¿Maldito? despecho

Martín vino hasta el lugar, nos quedamos hablando cerca de la entrada del bar.

- ¿Así que querías verme? - preguntó, con un tono canchero.
- Si - contesté, seca pero firme.
- ¿Y qué te hizo cambiar de opinión? - dijo.
- El despecho ¿algún problema? -
- En realidad si, pero si es la única forma de estar con vos... -
- Exacto - contesté rápidamente - ¿Qué me querías decir? -
- Que yo no pienso hacer nada con Santiago, no voy a ir a buscarlo ni pegarle si es lo que vos queres, voy a respetar lo que me pidas -

En ese momento muy cerca nuestro veo entrar a Santiago, con Sofía, un chico y una chica.

- Me da lo mismo - contesté, siguiendo con la vista a Santiago.

Se hizo un instante de silencio, Martín me miraba fijo y yo miraba fijo a Santiago. Puedo ver que él me encuentra con la mirada y eso trajo una acción de parte mía demasiado pendeja.

- Besame - dije.
- ¿Qué? ¿desde cuando queres que te bese? - preguntó Martín.
- Desde ahora -

Me tomó de la cintura y me besó, fue tierno, él tenía cerrados sus ojos y yo lo miraba a Santiaog de reojo. Estaba inquieto y se notaba que muy molesto.
Me suena el celular y me despego de Martín para leerlo.

03.42 a.m. De Santiago: "No puedo creer lo pendeja que sos..."

Al leer eso me di cuenta de qué hacía, y me sentí feliz. Martín lo leyó y puso una cara de confundido.

- Martín, te dije que esto era por despecho -
- Si, ya sé - contestó.
- ¿Y no te molesta? - pregunté.
- Si, te dije que si, pero si así puedo tenerte no me importa - contestó.

Miré a Santiago que me miraba fijamente, guardé mi celular y me colgué del cuello de Martín para seguirnos besando.
Santiago desapareció toda la noche.

Jueves

14.25 p.m. De Santiago: "Mar, podemos hablar? No actues como pendeja, me equivoqué, no quise hacerlo, hablamos?"

14.28 p.m. De Mariana: "Martín en su momento me dijo lo mismo, quizás con el tiempo vuelvas a tener una oportunidad como él ahora"

14.30 p.m. De Santiago: "Oportunidad? lo estas haciendo por despecho Mariana! y ni siquiera somos novios"

14.31 p.m. De Mariana: "Y me encanta hacerlo por despecho, quedaras en la lista de espera como vos dejaste a tus amiguitas y en una noche saltaron todas juntas. No quiero verte más."

Los demás días nada interesante... hasta que llegó el Sábado.

Vi a Santiago besándose con Sofía. No entendí por qué cuando en realidad ella me dio el video y él sospechó de ella. Fue un poco chocante verlos, lo cuál subió mucho más el despecho en mi.
Martín andaba dando vueltas, yo escondiéndome de él pero al ver esto me hice notar.

- Te estaba buscando - dijo él.
- Si, yo también - contesté.
- ¿Lo viste a Santiago?- me preguntó.
- ¿Besándose con la otra? Si - dije (era muy raro, ¿ahora él me ayudaba? seguramente porque enojarme con Santiago lo beneficiaba a él, pero sonábamos muy amigos)

Me tenía tomada de la cintura, me acercaba su boca a la mía y nos volvimos a besar. Esta vez con más pasión, me hizo acordar a los besos de antes porque él me agarraba con fuerza, como no dejándome ir.
Me dejé llevar, realmente me estaba gustando el momento y lo estaba disfrutando... no podía mentirme, no lo había dejado de querer del todo.

jueves, 8 de abril de 2010

¿Todos son iguales?

Tengo mucho para contar, a tal punto que no sé por donde empezar.

Luego de ese viernes donde vi borracho a Santiago no volví a hablarle, así todo un día.
El domingo le contesté uno de sus tantos mensajes diciendo "no jodas"
Insistió, llamó y llamó hasta que me amenazó con ir hasta mi casa. Lo ignoré.

6.00 p.m. Timbre.

- Mira, no quiero hablar con vos ahora - dije apenas abrí la puerta.
- Escuchame, Mar, por favor - dijo y pasó.

- ¿Por qué te enojaste tanto? - preguntó.
- Porque si, por como estabas y lo que hiciste - contesté, enojada, cruzada de brazos.
- Nunca me pongo en pedo, fue esa vez y él la tenía merecida -
- No es por eso -
- ¿Por qué es? -
- Mira, Santiago, a mi no me vengas a armar un cuentito de que nada pasó y a desmentirme todo, yo lo vi - comencé a enojarme más.
- La verdad no sé que viste -
- Vos, tres minas, video ¿te suena? -

Puso una cara de no saber que decir, se quedó callado un rato y medio nervioso dijo.

- ¿Y eso? -
- Listo, tomátela de acá - contesté, señalando la puerta.
- Pero, Mar... -
- ¿Me vas a decir que es mentira lo que yo vi? Me lo dio una flaca que se ve que nos quiere separar, por como habló de vos -
- Sofía, yo sabía - dijo.
- Bueno, se ve que tenés las cosas muy claras, ahora andate -
- Mar, estaba en pedo, no entendía nada, perdón -
- Mira te la hago fácil, ahora no quiero hablar más con vos, si se me pasa te llamo ¿dale? - dije empujándolo a la puerta y cerrándola con fuerta - chau -

El video era de él en un sillón besándose con tres chicas que se turnaban; chocho de la vida, tomando, sonreía, las chicas una más alzada que la otra.
Todo bien que te alcoholices de vez en cuando, pero hay que respetar ciertos límites.

A todo esto el Miércoles (feriado) (mejor dicho Jueves) me llega un mensaje de Martín.

03.05 a.m. De Martín: "Donde andas? quiero arreglar unas cosas"

Mi sentimiento de rencor más despecho, más las actitudes de pendeja que aún quedan en mi me llevó a contestarlo.

03.07 a. m. De Mariana: "Estoy en XXXXX, quiero verte"

Se vienen entradas bastante seguidas!
Pregunten lo que quieran!!

jueves, 11 de marzo de 2010

V de Venganza

14.23 p.m. De Mariana: "La verdad sos un idiota, un resentido de mierda. A eso tenías que llegar? te pensas que con hacerme quedar mal logras algo? te equivocas chiquito, sos un infeliz de mierda"
14.25 p.m. De Martín: "JAJAJAJA pegó duro parece"
14.30 p.m. De Mariana: "Vamos a ver a quien le pega más, ah y gracias porque si no fuera por vos no estaría ahora con san"
14.33 p.m. De Martín: "Te odio"

A las cuatro de la tarde íbamos a vernos con Santi y ¿qué pasó? misteriosamente las cuatro ruedas del auto estaban pinchadas.

16.32 p.m. De Martín: "Pobrecita no puede salir a pasear"
16.35 p.m. De Mariana: "Pelotudo, estás loco? vas a seguirme a todos lados e intentar arruinar mi vida? me das gracia"
16.38 p.m. De Martín: "A mi me das gracia vos que te quedaste sin paseo"

Le dije a San que me disculpe, que tenía que hacer algo urgente.

18.24 p.m. De Martín: "Flaca estas loca? sos una pelotuda, pendeja de mierda no podes ser mas forra"
18.26 p.m. De Mariana: "JAJAJAJAJA"

Si, fui hasta la casa, en el camino compre un par de huevos. Le llené el auto de huevazos y tierra, barro, lo que encontraba por ahí.
Conmigo no se metan.

martes, 9 de marzo de 2010

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

No contestó ninguna de mis llamadas, no contestó ninguno de mis mensajes. No podía quedar así esto, no era mi culpa y no iba a dejar que se quede con una falsa imagen mía. Hasta que me llega un mensaje:

10.16 a.m. De Santiago: "Mariana no me llames más, no quiero involucrarme más con vos, ya fue todo"

Sentí una desesperación, lo admito, seguí insistiendo, llamando, mandando mensajes y nada.

11.00 a.m. Toqué el timbre de su departamento. Nadie contestó.
Me agarró un malestar, quizá me había visto llegar, quizá no estaba, quizá en serio se murió todo... cuando tendría que haber sido así (en parte, pero no tan así).
Me quede sentada en la puerta llorando, con la cabeza metida apoyada en mis brazos que estaban arriba de mis rodillas; así, hecha una bolita, estuve un rato largo hasta que siento un voz (12.20 p.m.)

- ¿Mariana? -
- ¡Santiago! - grité y me colgué de su cuello abrazándolo.

No supo bien como reaccionar y sólo me apoyó suavemente las manos en la cintura.

- ¿Qué haces acá? - preguntó.
- Quiero aclarar las cosas, ayer no fue todo como pensabas, y no contestaste mis llamadas, mis mensajes, después me mandaste ese mensaje...y no quiero que esto quede así - dije rápido, como si me estuvieran apurando.
- Te importo... -
- Si, Santiago, obvio que me importas -
- Me cuesta creer que lo de ayer no fue así -
- A mi también. Sabes que no quiero nada más con él, ni nos hablamos, menos nos vemos sólo me lo crucé dos segundos cuando salí el finde, nada más - dije, un poco exaltada.
- Bueno, entra... - dijo y me abrió la puerta.

En el ascensor estuvimos callados; abrió la puerta de su departamento y seguíamos callados. Entré, me quede parada mirando como dejaba todas las bolsas que traía en un costado.

- Sentate - dijo.

Me senté en el sillón y me até una colita, el llorar me dio calor y además lo hacía.
Fue hasta la cocina, sirvió gaseosa en dos vasos y los trajo a una mesita ratona que tiene; los apoyó ahí.
Tome, tenía mucho calor y él sólo me miraba.

- ¿Por qué no contestaste mis llamadas? - dije después de dejar el vaso.
- Porque me enojé mucho, cuando estás en caliente no pensas y no tenía ganas de hablar, pero te vi ahí abajo llorando cuando llegué y se me pasó todo enojo - dijo.
- Ese mensaje me destruyó - dije.
- Ah - sólo dijo.
- ¿Me crees? - pregunté apenas terminó de hablar, casi interrumpiéndolo.
- Yo sé que no sos una mentirosa, sé que esto que pasa te está alterando mucho. No te considero una piba vueltera sino un tanto insegura y es normal... yo también estaría así si me llovieran chicas - dijo y nuevamente casi interrumpiendo dije:
- ¿Me crees? -

Se produjo un silencio corto, para mi eterno, en el cual me miraba a los ojos fijamente.

- Si - dijo.
- ¿Por qué lo pensaste? -
- Porque no conozco a Martín y no sé que tan loco puede estar, y me da miedo que me mientas -
- Nunca te mentiría, San, sin confianza no hay nada -
- ¿Qué no hay? Si no somos nada -

Me chocó un poco eso, y me di cuenta que es verdad, no éramos nada... ya no.
Quedé pensativa unos segundos.

- Pensé que te perdía... - dije.
- Yo también sentí eso varias veces, y lo sigo haciendo - dijo.
- Pero estoy acá, no me perdiste - dije y sonreí.
- Si, pero vos viniste a aclarar una situación tuya, no viniste a buscarme -

Tenía toda la razón... o quizá no.
Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde ¿no? Bueno yo casi lo perdí y sentí que una gran parte de mi estaba un tanto vacía, no pensé en nada en ese momento, sólo en él. No lo sentía como capricho, no lo sentía como que fuese del momento.
Si, mis cambios de pensar están cada vez más cambiantes últimamente con todo esto pero ¿iba a seguir así?

Me acerqué y lo besé. Para mi sorpresa pasaron dos segundos y se alejó.

- Sabes que te quiero, Mar, pero si no la cortas vos lo hago yo, no quiero confusiones - dijo.

Era lo que necesitaba, que me pongan ese "punto" para darme cuenta que quería. Si no hubiera querido hubiera reaccionado de otra forma, y no lo hice.

- No hay más confusiones - dije.

Me sonrió un poco dudoso, como si hubiera entendido pero a la vez no.
Ahora ambos nos besamos.

- Te quiero, San - le dije.
- Y no sabes cuanto te quiero yo - contestó con una sonrisa.
- Ah, y si te llueven chicas - dije y reímos los dos.

lunes, 8 de marzo de 2010

Todo tipo de confusión.

Primero que nada ¡¡¡¡Feliz día mujeres!!!!
A las que luchan día a día por cambiar nuestra imagen, a las que se merecen un verdadero respeto y agradecimiento por lo que hacen.

08.02 a.m. De Julián: "Feliz día"

10.12 a.m. De Martín: "Feliz día pedazo de hembra"

11.35 a.m. Suena el celular celular. Santiago

- ¿Hola? - dije.
- Hola princesa, muy feliz día - dijo (bien, no demuestra enojo alguno como yo pensaba)
- ¡Gracias, San! -
- ¿Como estás? hace mucho no hablamos y preferí llamarte a mandarte un mensaje - dijo con un tono alegre (que dulce, siempre tan atento a esas cosas)
- Bien, por suerte, nada nuevo... ¿vos? -
- Tranqui -
Se formó un silencio en el que no sabíamos que decir.
- Bueno, nada era eso, saber como andabas - dijo cortando el momento incómodo por celular.
- Gracias por llamar, San -
- Una cosa más - quiso agregar - ¿Qué onda nosotros? - (ouch)
- Emm, nada sos libre - contesté rápido rezando que no pregunte más.
- ¿Libre de que? Me cuesta un poco este tiempo sin vos, no estoy enojado pero estoy desorbitado -
- San, lo mejor para todos ahora es estar lejos, para mi está bien así, no quiero más confusiones -
- ¿Podemos vernos para hablar aunque sea? - dijo y agregó rápidamente - Un rato nada más -
- Bueno, vení en media hora - dije y corté.
No pude negarme, si supieran como es él más allá de todo lo que yo pueda escribir...

12.20 p.m. Timbre.
Abro la puerta, saludo con un beso en la mejilla a Santiago y lo invito a pasar.

- ¿Queres tomar algo? - ofrecí rápidamente.
- No, gracias - contestó.

Estuvimos unos segundos en silencio, no sabía de que hablarle, que preguntarle, que contarle.
Se acercó y me tomo de la cintura (yo estaba apoyada contra la pared mientras él estaba sentado en el sillón). Me dio un tierno, y a la vez pasional, beso en el cuello del que no pude despegarme y negarme; cuando me soltó (siguiendo con las manos en mi cintura) quiso acercarse a besarme. Ene se momento me corrí, mejor dicho me moví para interrumpir el momento.

- ¿A que viniste, San? - pregunté.
- A verte, te extrañaba -
- San, vos no sos así -
- ¿Así como? -
- No sé, siempre que dije algo lo respetaste, no imaginé que vendrías a casa a intentar "conquistarme", sino te hubiera dicho que no... te deje libre para que no estés conmigo, para que no estemos juntos en realidad -
- Si, te respeto, te respeté pero que voy a hacer ¿esperar que vos decidas algo? Esta vez no me va, voy a pelear por lo que quiero ¿sabes? - dijo mirándome bien fijo, se notaba que hablaba en serio.
Me dejó muda, realmente no supe que decir. Tiene razón en si, pero más presión es peor para mi. Igualmente no lo culpo, yo quizá haría lo mismo.

- Bueno, no sé, no podemos - dije, intentando safar.
- ¿No podemos? Vos no queres que es distinto - dijo. Claramente Santiago se me reveló y nunca imaginé que lo haría, por eso estaba totalmente descolocada.
Se me acercó nuevamente para besarme y tocaron el timbre. ¿Salvada por la campana? No, al contrario.
Rápidamente me alejé de él para abrir, él venía atrás mío para ver también quién era. Y ¿quién era?

- ¿Que haces acá, Martín? - dije, totalmente confundida.
Se corrió intentando ver más allá, atrás mío y lo vio a Santiago.
- ¿Que hace ÉL acá? - dijo.
- ¿Me estás ocultando algo? - dijo Santiago.
- No, no sé que hace él acá. Andate Martín -
- Claro, te enfiestas con el taradito este ahora, y me llamas a mi para que venga y los vea juntos, sos una pendeja - dijo Martín.
- ¡¿Qué?! - dije, grité, me pregunté al mismo tiempo.
- Ah, queres poner celoso al chiquitín este - agregó Santiago - Tiene razón, que pendeja -
Se fue, se miraron mal mientras se cruzaron y se subió al auto.
Ya era raro, porque Martín no reaccionó al "insulto" de Santiago, así que algo tramaba y no era contra él, sino contra mi.

- Santiago, no te vayas por favor - dije, desesperada.
- Si, ahora suplicame - dijo y se fue.
Mientras veía como se iba pude notar la sonrisa de oreja a oreja de Martín.

- ¿De qué te reís, tarado? - dije.
- De lo hermosa que sos cuando te enojas - dijo.
- No ves que sos un imbécil, no te quiero ni ver - dije entrando e intentando cerrar la puerta pero él puso la mano y dijo:
- Y yo te quiero ver hoy más que nunca -
- ¿Cómo sabías que estaba Santiago acá? -
- Porque desde que te mandé el mensaje estoy sentado en frente de tu casa y nunca te diste cuenta, obviamente el tampoco y fue mi momento de actuar - dijo, sonrió y me guiñó el ojo - Dejame pasar, bonita -
- Salí, a mi casa no entras pelotudo -
- ¿Segura? -
- Martín, ya te borré de mi vida hace rato, no me molestes -
- Yo sé que no lo hiciste, y vas a ver - dijo, nuevamente sonrió y se fue caminando.

¿Y si tenía razón?
A todo esto, Santiago no me contesta las llamadas, los mensajes, nada. No quiero que piense que fue todo como Martín lo quiso hacer ver. Si para mañana no contesta le caigo en la casa.