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sábado, diciembre 19

Reflexiones

Fender Gebiet envía este texto:


  Yo sé que llego tarde y que mi opinión vale tanto como un paraguas en un huracán, pero tengo opinión (entiéndase "opinión" como algo que me consta sólo a mí y que puede ser suscrita aleatoriamente e independiente de ella por otros, o no suscrita en absoluto y no pasa nada) sobre si la crítica sí, la crítica no, si te opino, si te propino; que nadie me pidió (cuando a uno le piden una opinión, en realidad le están pidiendo un juicio, cosa que se me escapa de las manos y del intelecto).

Entonces el amargor de las críticas vs. el zumbón néctar de los halagos: dícese que en muchos casos en los que alguien manifiesta un arte cualquiera (en mi caso, artesanía, poncho, mate, boleadoras, todo a mitad de precio, doña, dele, moneda, sinior) se da por supuesto que dio lo mejor de sí y que, de ahí, todo para abajo. Conozco muchos escritores y aspirantes que sostienen esta tesis, avalados por una seguridad de la que carezco. Por ejemplo, en lo personal, reescribo todo el tiempo y solamente dejo de hacerlo porque me lo autoimpongo; se vuelve tedioso y demasiado sangrado, a fuer de contaminar con una duda postrera cierta seguridad previa del talento necesario para embarcarse en la tarea. Sin el necesario engaño "puedo escribir" no escribiría ni un renglón.

Muchos artistas dicen que la satisfacción es la muerte del arte, pero también sabemos que hay maradonas que te resuelven un comentario como este en cuatro renglones, o mejor, en cuatro palabras, sin transpirar. No es mi caso (ésta es mi triste prueba) y creo que en estos telitas tampoco hay maradonas. Ergo, hay que laburar. Sí, sabemos que MaríaC insiste en que es un juego, pero bien podría ser un juego que desarrolle algo aprovechando la instancia. Yo lo entiendo así y siempre estaré abierto a los halagos y a las críticas cuando vienen con las razones de por qué. Un "Buenísimo, te pasaste Fender" a mí me duele más que una crítica despiadada que, por supuesto, no hace más que significar que soy un paleto que tiene mucho que aprender y que no habiendo posibilidades de otros upgrades tengo que conformarme con ensayo/error, y que vengo fructífero en la parte de los errores. Pero es la verdad, a quien le duela. Una crítica o una opinión, depende de donde viene y es útil o inútil según qué. Si un editor irresponsable mañana decide publicar todas las pavadas que escribo y me llena los bolsillos de dinero nos estará haciendo un daño a los dos. Yo no estoy listo y él no se merece tanta mala suerte. El que cree que escribo para solventar alguna valoración personal que no obtengo en otros lugares, o que cree que escribo para ganar un campeonato de afecto, se equivoca. El que crea que puedo escribir mucho mejor sin su ayuda, también.


Un escrito tiene, básicamente dos procesos, el de escribirlo y el de leerlo. No seré la misma persona que lea esto cuando termine, y muchos de los conceptos aquí vertidos me seran diferentes entonces, porque habrán sido elaborados (créanme, ésa es una de las razones más importantes de por qué lo hago). Quien lo lea sin haberlo escrito, tendrá sus elaboraciones previas y podrá elegir de todas ellas la que mejor le parezca (esta es la razón por la cual leo tanto). Si su experiencia choca con estas palabras, hará un favor diciéndomelo. Creo poder soportarlo. Como lector de críticas también elijo quién me interesa y quién no, e incluso un buen crítico puede tener una mala tarde y mandar fruta.

Un día daré por cerrado el proceso de aprendizaje, por perdida la carrera de aprender, y me importará tres cojones lo que digan. Como entonces seré rico, autoeditaré mis libros y terminarán alimentanto vaya a saber qué hoguera, pero mámenla, entonces.

Mientras tanto, la única manera que conozco de mejorar es sentirme un caradura que aspira a revalidar en algún momento, con un gol sobre la hora, tanta malasangre (por las críticas ajenas, que ponen en evidencia mi falta de oficio; las opiniones, que ponen al descubierto mi falta de talento; o ambas cuando son propias y me vuelven al placard de mis temores, como ya dije pero no puedo evitar repetir).

Pedón por las alusiones futboleras, todos las entendemos, y el exabrupto robado a Maradona (no le voy a robar la zurda, seguro que no). 


Fender Gebiet, Diciembre 2009