Eso, dos whiskies y una manzana, es lo que dicen que cenaba Francisco Ayala, el escritor, pero luego resulta que no. Que no tanto (ni tan poco). Ayer don Francisco cumplió 103 años, que es cifra de brandy peleón, de coñá, y que no tiene nada que ver, la cifra, más que con la vida vivida. Y sobre todo con la contada.
Juan Cruz, al que ya se va viendo que somos bastante aficionados, le hizo ayer en El País una buena entrevista. Juntos, don Juan y don Franisco, además de la esposa de éste, Carolyn Richmond, comieron: el escritor media lubina y algún vaso de vino, aunque antes habían brindado, a la una del mediodía, con una vasito de The Glenrothes.
¡Bravo! por el escritor, por el whiskie y por la literatura.
10 comments:
aquí arriba, en el islote en el que ando, se las arreglan muy bien con los whiskies y también tienen unas manzanas gala muy interesantes, pequeñas rojízas, muy dulces y poco ácidas, así que un glenrothes... o un glenkinchie.... acompañan muy bien...
Lo que digo (lo que dice don Francisco): dos whiskies y una manzana. Más o menos.
Me uno a ese bravo. Una buena dosis de humildad y de optimismo vital la de esa lectura de domingo. Yo brindé con Old Pultney por los 103 años mejor llevados de la literatura universal.
Muy buen brindis, Gourmet, por la literatura y, desde luego, por esa humildad.
No es mala cena, Manuel, mientras el cuerpo aguante.
Te vas a la cama como un reloj.
Yo, ya ves, no soy tan parco: los whiskies antes y la manzana después.
Que mania teneis los del alcohol. Yo no me atrevo a brindar con coca-cola, no vaya a ser expulsado del paraíso.
Pero mira, un brindis con un buen mosto o aún mejor con un 'limón natural' como los que me tomo en Mérida los veranos si que se admite. ¿No?
¡Bravo! por el "limón natural" de Mérida. Ya no deben de quedar esos quioscos de la Rambla donde la limonada después de un atracón de pipas sabía a gloria.
Yo estoy en el curro y aquí el alcohol no mola...
Could it be a glass of Tynant?
What's Tynant?
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