En el flamante canal INCAA TV (que comenzó a transmitir hoy 01 de Enero) tiene un ciclo todos los sábados a las 20:20hs (a partir de hoy, claro esta) llamado Sábados de Comedia.
Lo lindo es que el próximo 15 de Enero transmitiran Don Fulgencio, la creación de Lino Palacio!
Estrenada el 14 de septiembre de 1950, estaba dirigida por Enrique Cahen Salaberry y protagonizada por Enrique Serrano, Malvina Pastorino, Analía Gadé, Tono Andreu, Héctor Quintanilla, Oscar Villa, Carlos Enríquez y Jorge Pittaluga.
Don Fulgencio nació el 24 de abril de 1938 en el diario La Prensa, en una tira que llevaba por título “Señor Fulgencio (el hombre que no tuvo infancia)”, pero en 1939 el señor cambió por Don.
Don Fulgencio es un niño con cuerpo de hombre, un gran tímido que no tardó mucho en ganarse
el cariño de los lectores del diario. Mucho tiempo después, Palacio, en un reportaje, contaría que para esta creación se inspiró en un hombre que vendía la Biblia en la calle Bolívar. “Era tremendamente solemne, y, desde chico, he odiado a la gente solemne por sobre todas las cosas. En casa éramos alegres y no se nos había educado ceremoniosamente. Me dediqué a espiar a ese hombre. Y siempre estaba igual, profundamente serio. Me preguntaba si era por vender un libro tan serio como la Biblia. Un día, el hombre iba por una calle cuando vio una caja de fósforos tirada en el piso, miró para todos lados y le dio un puntapié. Entonces, entusiasmado, siempre mirando para todos lados y sin advertir que yo lo observaba, la siguió pateando a lo largo de la cuadra. Yo pensé: ‘pobre, ése nunca tuvo infancia’", explicaba el dibujante.
El personaje se hizo tan popular que hasta apareció en afiches publicitarios en colores (en mi habitación tengo colgado uno hermoso de Medias Paris), inundando las paredes de la ciudad. En vista de ello, el director de "La Prensa", levantó el personaje de las páginas del diario. Pero Don Fulgencio no iba a permanecer mucho tiempo sin ponerse en contacto, otra vez, con sus lectores, ya que luego de varias ofertas, pasó a "La Razón", con tanto éxito que, posteriormente, el personaje de Don Fulgencio fue llevado al teatro y también personificado por radio.
Julio Pordelane hizo una adaptación para teatro y el personaje tomó vida en la piel del actor Marcos Caplán, mientras que en la radio el encargado de darle voz a Fulgencio fue Francisco Álvarez, con libretos de Mario Luis Monetti. En 1950, le llegó el turno a la pantalla grande y en esta oportunidad quien encarnó a Don Fulgencio, magistralmente por cierto, fue el actor Enrique Serrano bajo la dirección de Enrique Cahen Salaberry y con guión de Ariel Cortazzo, Alejandro Verbitsky y Emilio Villalba Welsh. El elenco lo completaban figuras de la talla de Malvina Pastorino, Analía Gadé y Tono Andreu. Tan importante fue el suceso de público de la película, que permaneció en pantalla casi un año.
Por la historieta de Don Fulgencio fueron desfilando poco a poco otros personajes secundarios. Los más recordados son sus sobrinos Tripudio, Sócrates y Liberata; su secretario Pitín; Radrágaz, Fernéndez, Rodolfo y Ursulu, sus novias Amapola y Agata, su fiel valet Toribio; el perro López, el loro Zaratrustra y la pequeña Ruth. El 17 Octubre de 1945 (fecha particular si las hay) apareció la revista "Don Fulgencio", donde, además del personaje del título, habían varios otros. Se publicaron 36 números. También se hizo una película (con Enrique Serrano). Vale señalar que desde 1978, y por un tiempo, "el hombre que no tuvo infancia" empezó a aparecer en la revista "Anteojito".
El hombre que no tuvo infancia no fue el único personaje exitoso de Palacio, también lo fue Avivato (muy muy buen personaje si lo hay), que también fue llevado al cine personificado por Pepe El Zorro Iglesias.
Su autor, Lino Palacio falleció en 1984 y con él se fue Don Fulgencio. Actualmente su personaje se sigue publicando en El Nacional de Venezuela.
"A los hombres que no tuvieron infancia;
a quienes, habiéndola tenido, la conservan como un tesoro;
a quienes la perdieron y la añoran;
a quienes la han olvidado, para que la recuerden;
a quienes aman y admiran a los niños;
a quienes no los aman, con un reproche;
a los niños que quieren ser grandes, con el deseo de que no lleguen a serlo del todo;
a los millones y millones que quisieran volver a ser niños"
Lino Palacio