Sin saber por qué, le di un puñetazo. Ella se plegó sobre sí misma convirtiéndose en roca. Yo la cogí y la lancé al vacío. Luego salté por el acantilado y volé tras ella, hacia al volcán donde había caído. Cuando recuperé la roca, esta se deshizo en mi mano. Me dejé llevar por el río de lava hasta llegar al mar en donde una gran ola salpicó mi cara. Ella volvió a encender la luz; y esta vez le besé el vientre; y le pregunté si eran gemelos. Entonces me convertí en polvo que pronto el aire del desierto se encargó de barrer.
Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
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6 de enero de 2015
Arrepentimiento (REC)
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24 de enero de 2013
El mapa del tesoro (REC)
Mientras suelto las pastillas en las hierbas altas que indicarán el comienzo, voy pensando por dónde dejaré el resto. Tal vez las suelte por el camino que bordea el río de jarabe que sube por el bosque de sobres. Pasará por el acantilado del viento de aerosoles y bordeando la cueva del silbido continuo donde habita el ogro de bata verde. Si quiere entrar para atajar, que tenga cuidado con él y con las jeringuillas del techo. Cuando atraviese los algodones de la montaña de azúcar, dejaré escondido su medicamento, ese que guardaba bajo la almohada de sabor a anís que tan feliz le hacía al verme.
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