Voyeurismo emocional.
Observaba como aquellas dos
jóvenes charlaban animadas y risueñas de sus cosas, ajenas a cualquier cuestión
accesoria, centradas en su propio presente. Mientras lo hacía, no pude evitar
sentir algo de envidia (envidia sana, no me malinterpretéis), pero que no
obedecía ni a la sustancia de su parlamento; sobre el que no estaba prestando
demasiada atención; ni al esplendor y lozanía de aquellos cuerpos en la flor de
la vida (elemento este, no obstante, bien grato a la vista).
Lo que, en verdad, me tenía fascinado
era la ilusión que se desprendía de sus gestos, sus miradas cómplices, en
definitiva, de sus actitud. Si bien Qarpadia no resulta ser un lugar demasiado
propicio para elucubraciones ingenuas, aquellas dos muchachas conservaban aún
una cierta inocencia de carácter, una fortaleza de ánimo derivada de la firme
convicción de tener el mundo a sus pies, de que todos sus proyectos; fueran
cuales fuesen; terminarían llegando, indefectiblemente, a buen puerto.
A mí, esa serie de razonamientos
me pillan algo mayor y; aunque no me considere una persona excesivamente
pesimista; me resulta imposible focalizar mis experiencias vitales desde esa
óptica de despreocupada complacencia. Aún así, recuerdo el tiempo en que era
capaz de disfrutarla, y sé reconocerla cuando la veo en los demás, de tal
manera que…; cuando tengo la oportunidad, aunque sólo sea con la mirada;
intento apropiarme furtivamente de un poco de esa sustancia perdida.
Llamadme ladrón si queréis, pero
tampoco me juzguéis con excesiva severidad.
Siempre ha sido digna tu capacidad de observación, como con una aparente normalidad te quedas prendado de toda aquella información que te rodea pero ademas es digna de admirar esa otra capacidad Tuya de aprovechar aquello que has hecho Tuyo para sacarle el maximo partido.
ResponderEliminarSeguro que en este caso, y creo que en parte este post lo confirma, no ha sido menos...
Nadie puede juzgarte por ello, mi Señor, mas bien al contrario...
Besines dulces
A Tus pies