Sacramento.


Todo credo tiene sus dogmas,
todo culto tiene sus ritos;
¿y tú…, devota creyente,
cuál  es la fe que predicas?

¿Hacia qué deidad apelas
cuando las luces se apagan
y te desprendes de poses
que por el día te lastran?

Piadosas son las palabras
que elevas hacia los cielos
suplicando un paraíso
de formas insospechadas.

Y mientras te veo, postrada,
concentrada con tus rezos,
pienso en las penitencias
que llevan en sí el pecado.

La expiación ya se dibuja
sobre esa piel sonrosada
que reclama consagrarse
mediante afán convencido.

Luego vendrán los impíos
a imponerte sus doctrinas,
a señalar con el dedo
y a validar las mentiras.

Pero tú lo ves muy claro
y conoces por ti misma
ese fuego liberado
que, al sentirlo, da la vida.



Comentarios

  1. Necesitada de Tus palabras acudo al recuerdo, a aquellas cosas que me dicen como hacer, como sentir, como superar, como ser, y me encuentro hoy en Tu ciudad unas preciosas letras, una pregunta de fácil respuesta, y unos sentimientos que sin duda me ayudaran en este día y en muchos otros...

    Tengo claro mi Señor en que creo, cual es el dogma que me da la vida, y Tu sabes cuanto bien me hace...

    Muchas gracias mi Señor por estas letras y por esta vida...

    A Tus pies

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    Respuestas
    1. Son tus actos, dulce sierva, los que reflejan e inspiran lo que en estas palabras has visto plasmado. Sí de ellas eres capaz de extraer belleza, no olvides nunca que es de ti de donde parte.

      Un beso y un azote.

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