Sacramento.
Todo credo tiene sus
dogmas,
todo culto tiene sus
ritos;
¿y tú…, devota
creyente,
cuál es la fe que predicas?
¿Hacia qué deidad
apelas
cuando las luces se
apagan
y te desprendes de
poses
que por el día te
lastran?
Piadosas son las
palabras
que elevas hacia los
cielos
suplicando un paraíso
de formas
insospechadas.
Y mientras te veo,
postrada,
concentrada con tus
rezos,
pienso en las
penitencias
que llevan en sí el
pecado.
La expiación ya se
dibuja
sobre esa piel
sonrosada
que reclama
consagrarse
mediante afán
convencido.
Luego vendrán los impíos
a imponerte sus
doctrinas,
a señalar con el dedo
y a validar las
mentiras.
Pero tú lo ves muy
claro
y conoces por ti misma
ese fuego liberado
que, al sentirlo, da
la vida.
Necesitada de Tus palabras acudo al recuerdo, a aquellas cosas que me dicen como hacer, como sentir, como superar, como ser, y me encuentro hoy en Tu ciudad unas preciosas letras, una pregunta de fácil respuesta, y unos sentimientos que sin duda me ayudaran en este día y en muchos otros...
ResponderEliminarTengo claro mi Señor en que creo, cual es el dogma que me da la vida, y Tu sabes cuanto bien me hace...
Muchas gracias mi Señor por estas letras y por esta vida...
A Tus pies
Son tus actos, dulce sierva, los que reflejan e inspiran lo que en estas palabras has visto plasmado. Sí de ellas eres capaz de extraer belleza, no olvides nunca que es de ti de donde parte.
EliminarUn beso y un azote.