domingo, 31 de octubre de 2010

HOY IRÉ A TU CASA


"En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
- Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
- Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
- Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.
Jesús le contestó:
- Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Zaqueo era un publicano; pero no un publicano de pueblecito que estafaba para mal vivir. Zaqueo era jefe de publicanos en una población nudo de caravanas y que estafaba para hacerse rico. Quizá le dijeron que aquel profeta era amigo de otros publicanos, pero que no hablaba nada bien de los ricos y quiso conocerlo. Se enteró que pasaba por Jericó y salió a verlo. Tantas ganas tenía, que se subió a un árbol, ya que él era muy bajito. Primera lección, si queremos ver a Jesús, hemos de poner algo de nuestra parte, hemos de subirnos al árbol. Todo el resto lo hará Él, pero siempre hay algo que debemos hacer nosotros. Casi siempre sin que nos esperemos las consecuencias, como le ocurrió a Zaqueo, que por subirse a un árbol quién le iba decir que se encontraría con Jesús en casa.
Si Jesús nos dijera: "Hoy iré a tu casa", seguramente nos pasaría como le ocurrió a aquel buen zapatero de la historia: Dejó la zapatería limpia como una patena y esperó ilusionado la llegada de Dios. Mientras, para hacer tiempo, arregló zapatos. Y en su zapatería empezaron a entrar personas. Aquel niño con su madre  y sus zapatos remendadísimos, al que le regaló otros porque no podían pagar y le dió una manzana porque hacía cara de hambre. O aquel borracho con el que estuvo hablando un buen rato porque lo que necesitaba era compañía y con el que compartió su comida. Y aquella prostituta que tenía tan pocos clientes que gastaba sus zapatos andando calle arriba, calle abajo...Y así hasta que se hizo de noche y Dios no había llegado. El zapatero se quejó amargamente: "Ya sé que estás muy ocupado y que sólo soy un pobre zapatero, pero...te he estado esperando todo el día." Y entre lágrimas oyó la voz de Dios que le decía: "Pero, si he estado todo el día contigo...¿Quién crees que era aquel niño, y el borracho y la prostituta...?" 
No lo dudemos. Como a Zaqueo, hoy, cada día, Dios nos dice que va a venir a nuestra casa. Sólo hemos de saber verlo y saber acogerlo, porque estará siempre a nuestro lado; porque está en todas aquellas personas que son para nosotros una ocasión de amar.
La historia de Zaqueo nos enseña, que sólo si somos conscientes de esta visita seremos capaces de cambiar. Jesús entró en casa de Zaqueo y este dió la mitad de sus bienes a los pobres. Esta expresión, en aquellos tiempos, significaba compartirlo todo, como cuando leemos "te daré la mitad de mi reino". Y restituye cuatro veces más, cuando el Levítico exigía restituir tres veces. Zaqueo se asegura, cuatro. Dejando de lado lo anecdótico, lo importante es que si realmente nos encontramos con Dios, nuestra vida ha de cambiar totalmente. Por eso, aunque hayamos asistido a misas pontificales o  hecho grandes oraciones y meditaciones profundísimas, si esto no ha cambiado nuestra vida, es simplemente porque en esa misa y en esa oración Dios no estaba allí...o nosotros estábamos en otra parte. Si seguimos siendo cada día los mismos, si ni siquiera intentamos cambiar, es porque nuestra religión es pura rutina.

sábado, 30 de octubre de 2010

OTOÑO...


Otoño...Estación controvertida. Algunos la amamos y otros la odian. Los médicos dicen que es un tiempo propicio a los infartos y a las depresiones. Las plantas caducas pierden sus hojas, los animales se preparan para hibernar, desaparecen la mayoría de las flores y de las mariposas. Las aves emigran.
Sin embargo otoño nos regala unos atardeceres y unas auroras incomparables...Otoño nos invita a reflexionar, a entrar en nuestro interior. A quedarnos en casa mientras cae la lluvia y quedarnos con los nuestros.
 En esta estación tenemos el Adviento. Ese tiempo de espera, de centinelas fieles bajo la escarcha, de esperanza...En el que oímos la voz de la amada del Cantar de los Cantares que nos dice:
- ¡La voz de mi amado!
Mirad como viene  saltando por los montes, brincando por las colinas...
Tiempo de preparación, porque Él llega. Porque vine a decirnos que Él se ha Encarnado. Que vive en cada Hombre...
Como es sábado ahí os dejo esta curiosa versión de la Tocata y Fuga en do menor de Bach. Personalmente prefiero el original interpretado al órgano. Pero esta no os desagradará.

viernes, 29 de octubre de 2010

HALLOWEEN


Se acercan estos días que nosotros llamamos de Todos los Santos y de los Difuntos y en la cultura anglosajona se conoce como Halloween. Me diréis que no es exactamente lo mismo, pero sí son coincidentes y tienen una raiz común. Este post que os brindo me parece muy esclarecedor y ponderado, para que cada uno saque sus conclusiones.
Está tomado del blog de Pastoral del Colegio La Salle Córdoba. (El de España, porque en Argentina existe también un colegio La Salle en la población de mismo nombre). No está firmado.

¿DEBEN LOS CRISTIANOS CELEBRAR EL HALLOWEEN?
  Estos días son muchas las noticias en prensa, televisión e internet sobre la celebración de la fiesta de Halloween. Reconozco que me cuesta trabajo hasta escribir el nombre, así que nadie se extrañe de que no la celebre. Pero independientemente de lo que cada uno pueda opinar sobre el particular, creo que hay que hacer ciertos análisis para que todos los cristianos tengamos claras las ideas.
Parece que todos coinciden en que los orígenes de esta fiesta son paganos (la fiesta celta de Samhain). Lo que pasó es que en el proceso evangelizador de Irlanda, la Iglesia asimiló la fiesta y la cristianizó, algo que también hizo con la fiesta que hoy conocemos con la Navidad, cuya celebración se hizo coincidir, igualmente, con una fiesta pagana.
Al hacerla coinicidir con las fiestas cristianas de Todos los Santos y los fieles difuntos, el tema de la muerte, los espíritus y demás tiñeron esta celebración con algunos elementos que todos conocemos.
Hasta ahí, nada hay de extraño o de perverso. Lo perverso viene después.
En el siglo XIX la emigración irlandesa llevó esta fiesta a Estados Unidos. Este país tiene la facultad de hacer que todo termine siendo un negocio. Así que pervirtió Hallowenn (la víspera de todos los Santos) en una fiesta comercial, del mismo modo que lo hizo con la Navidad. No nos engañemos, el demonio se viste de dinero y nos tienta a todos. Esta es la primera perversión de esta fiesta que los cristianos en general deberíamos evitar: el consumismo desenfrenado.
La segunda la fomentan los que se denominan "adoradores del diablo", que hacen coincidir el nacimiento de su año con esta fiesta en la que se recuerda a los muertos. Así, el dos de noviembre es su primer día. Es indudable que la pérdida de valores religiosos ha lanzado a muchos jóvenes que militan en bandas "góticas" o similares, en las redes de cierto tipo de grupos esotéricos y adoradores del diablo. De esa simbiosis deribarán no pocas profanaciones de tumbas a lo largo de próximas fechas. Ésta es, sin duda, la peor de las derivaciones de la fiesta de Halloween. Nuestros jóvenes se asoman a un mundo en el que hay drogas, ritos satánicos, sexo, violencia,... y otros ingredientes poco sensatos para ciertas edades. Los mitómanos no dudarán en ver la saga de "El cuervo" una vez más y seguro que alguna cadena nos la pone en estos días.
¿Qué concluión hay que sacar de todo lo dicho? Sinceramente, creo que hay que enfocar las cosas que se ven mal. Evitar desviaciones raras es fácil con los niños y no tanto con los jóvenes, pero con los niños y jóvenes es bastante más complicado huír del consumismo: lo tenemos metido en vena y creo que costará un mundo abstraerse de él.
Lo que sí podemos hacer es fomentar nuestra forma tradicional de celebrar estas fiestas y hacer que niños y jóvenes las compartan: llevarlos a los cementerios para que no olviden que la muerte es una realidad y que recordar a los seres queridos es un deber; invitarlos a celebrar la fiesta de la comunión de todos los santos a la que la Iglesia nos exhorta; celebrar en familia momentos de recreo en los que ciertos productos sigan presentes (frutos secos, dulces,...).
El otro día leía que, tras la Navidad, Hallowenn es la segunda fiesta más comercial y que más beneficios reportan a las grandes economías. Hagamos la reflexión que queramos, pero seamos consecuentes.



jueves, 28 de octubre de 2010

ELOGIO DE LA PACIENCIA


Otra virtud que se encuentra en horas bajas...Hace unos días se me pusieron los pelos de punta al ver atravesar a dos personas ancianas que conozco, una calle con mucho tráfico con el semáfaro en rojo para no perder un autobús, que pasa cada cuarto de hora. Ayer los jefes de los sindicatos anunciaban nuevas medidas de fuerza, porque el gobierno reformado hace una semana, no hacía nada para solucionar la crisis...Y si somos sinceros, todos nos ponemos nerviosos cuando tenemos que esperar y exigimos que nuestros deseos se cumplan al instante. No sabemos esperar...y nos perdemos, quizá, mucho más de lo que creemos con nuestras prisas.
Ayer, observando el peinado de una africana, alguien comentaba la pérdida de tiempo que suponía hacerse uno de esos peinados. Dejando de lado, que aquí también las señoras se tiran un montón de tiempo en la peluquería, de lo que se trata es de que allí existe una idea diferente del tiempo. Allí el tiempo es más pausado. Quizá porque hay menos cosas que hacer. Pero lo que es seguro  es que así se puede saborear más la vida.
En nuestra sociedad nos hace falta paciencia. Que no significa dejar pasar el tiempo o no hacer nada, sino saber aprovechar con calma esos momentos que nos deparan las circunstancias y que percibimos como pérdidas de tiempo. Ese autobús perdido puede significar un rato para descansar. Esas, a veces horas, en la sala de espera de un hospital, pueden ser un estupendo momento de lectura. Y lo digo por experiencia debido a mi trabajo. Esa enfermedad que nos deja fuera de combate unos días, nos deja ese tiempo para reflexionar, para hacer alguna cosa tranquila en casa, que el ritmo habitual de nuestra vida no nos deja realizar.
Nos cuesta rezar, porque no tenemos paciencia. Querríamos que la oración fuese una máquina expendedora. Pedimos y obtenemos. Nos sentamos ante el sagrario o el icono y ya queremos tener hecho el silencio en nuestra mente. Y no...Porque la oración requiere paciencia. Es más, la paciencia es la mejor oración. Y eso no lo digo yo. Parece ser que lo dijo Buda...

miércoles, 27 de octubre de 2010

LO QUE SE SIENTE AL LEVANTARSE...

Ayer ya sabía que hoy tendría un día de silencio forzoso y me preguntaba: ¿Qué sentiré al levantarme? Incluso pensé que trasladaría también este silencio al blog y hoy no escribiría. Pero precisamente lo que he sentido al levantarme es, que podemos comunicarnos de muchas otras maneras además de la voz. Que las palabras las podemos poner por escrito o transcribirlas en gestos, sonrisas y caricias...Y sobre todo, que tenemos el gozo de recibir un día más en nuestra vida para llenarlo de amor y de belleza, aunque no podamos hablar.
Aquí os dejo este vídeo que nos habla de lo que puede darnos cada mañana....



A qué saben los besos que no se dieron

Oraciones frustradas
Delirios aventureros
Los resquicios de una noche mal soñada
Los viajes a través de un agujero


A qué huelen los perfumes no entregados
Lágrimas nunca vertidas
Los suspiros abortados
Las miradas por encima de la línea
Las ausencias que acompañan el costado


A qué suenan insultos difuminados
Tardes de mal encarado
Y halagos poco sinceros
A qué viene sentir más de lo que tienes
Si ruedan los sentimientos por el suelo.


Pero hay un olor que siento en la mañana
Que ni incienso ni de flores ni de camas
Es Aliento que me viene desde arriba,
Donde vuelan los aviones
Donde miran las cornisas


Vida, a qué sabes Vida…a qué hueles?
Vida, a qué suenas Vida…a qué hueles?…


A qué sabe estar tejiendo en la mañana
Mantras nuevos para el día
Música de la jornada
Ritmos cadenciosos que se resistían
A animar la cosas que no valen nada


A qué suena tirar lo que no se encuentra
Perder lo que no regresa
No entrar a lo que te espera
Sostener a pulso lo que más nos pesa
No aclarar las cosas que nos interesan


A qué huelen las manos que no se tocan
Curvas que no se afrontan
Pasillos que te ahorcan
Aire rancio que anestesia la mañana
Asiento dolido en “así son las cosas”


Pero hay un olor que siento en la mañana
Que ni incienso, ni de flores, ni de camas,
Es Aliento que me viene desde arriba,
Donde vuelan los aviones
Donde miran las cornisas


Vida, a qué sabes Vida…a qué hueles?
Vida, a qué suenas Vida…a qué hueles?…


Y es que hay un olor que siento en la mañana
Que ni incienso, ni de flores, ni de camas,
Es Aliento que me viene desde arriba,
Donde vuelan los aviones,
Donde miran las cornisas
Donde solo respirando me da risa…
Donde solo respirando me da risa…
Donde solo respirando me da risa…

martes, 26 de octubre de 2010

LA SEMILLA MÁS PEQUEÑA...


No lo podemos evitar. Nos va lo grande. Los organizadores de eventos engordan siempre las cifras de los asistentes. La tele y la radio están siempre pendientes de las cuotas de audiencia. La iglesia tampoco se libra de ello. Grandes concentraciones juveniles que luego no se traducen en nada en la vida diaria. Viajes papales que sirven para todo, menos para que haya un contacto real con el pueblo, un estudio de las necesidades de las iglesias locales, un diálogo fraterno...Mediremos su éxito por el índice de participación. No importará que, después, la vida  espiritual siga igual. Olvidamos, como casi siempre, lo que Él nos dijo:
- ¿A quién se parece el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
No nos resignamos a sembrar la pequeña semilla. Queremos hacerlo a lo grande. Luego nos extrañamos de que todo nuestro gran montaje se derrumba, se seca, desaparece en poco tiempo.
Este texto de Pedro Trigo creo que nos ayudará a reflexionar:

 Ahora, Padre, sabemos que tu Hijo Jesús nos enseñó que la semilla más pequeña es la que da mayor fruto:

Tú escoges lo más pequeño para que de ello brote la vida y la salvación.
Jesús hablaba de sí y de sus discípulos,
de los de entonces y para los de todos los tiempos.
Tu Hijo Jesús fue en verdad la semilla más pequeña:
Tú la sembraste en el vientre de tu humilde esclava
y de ella brotó la salvación del mundo.
Esta es, Padre, tu lógica, y por eso son los pobres y los que se hacen más pequeños, los que,
siguiendo a tu Hijo, dan fruto que permanece;
lo demás -el poder y la gloria y el prestigio-
no son dones tuyos, sino del Príncipe de este mundo.
Cuando tu Iglesia pretende estos frutos para sí,
se hace incapaz de dar vida
y, como los demás poderes del mundo,
vive de la vida que exige a sus fieles,
a los que ve como súbditos,
en vez de ser su servidora.
Padre nuestro, haznos entrar en tu lógica:
que comprendamos que Jesús nos enriqueció con su pobreza; que comprendamos que quienes se hacen bienhechores y se creen que lo son, son en realidad opresores.
Que oigamos, Padre, a Jesús que nos dice:
"Vosotros, nada de eso...".
Lo nuestro es ser servidores como él lo fue.
Que pueda decir el Espíritu a todas las Iglesias
lo que dijo a la de Esmirna: "Conozco tus apuros y tu pobreza, y, sin embargo, eres rica";
que no tenga que decirnos lo que dijo a la Iglesia de Laodicea, tan poderosa y segura de sí: "Aunque no lo sepas, eres desventurada y miserable y estás ciega y desnuda".
Hoy somos testigos, Padre, de que aquello que el mundo llama "débil",
Tú lo escoges para que fortalezca nuestra fe
y para sembrar, en ello, la dignidad y el respeto.
Hoy y siempre, Padre, siembras en el mundo la semilla más pequeña. Y, en ella, te complace poner tu poder de germinar. Gracias, Padre, porque te ha parecido bien hacerlo así. Concédenos hacernos tan pequeños como los niños para dar lugar, para convivir, para colaborar, para, de este modo, entrar en tu Reino.
(Pedro Trigo)

lunes, 25 de octubre de 2010

EL ANACORETA Y LA PUERTA ESTRECHA


Ayer, meditando sobre el evangelio, en el error de creernos más que los demás porque hacemos más que ellos, recordé este texto que escribí hace unos dos años o más. El Anacoreta todavía estaba en el desierto. Aquí os lo dejo:

"Durante todas las Vísperas y la cena , el discípulo no paraba de suspirar. Ya durante las completas, unos gruesos lagrimones se delizaron por sus mejillas.
El Anacoreta, aunque ya era momento de silencio, se dirigió a él y le preguntó:
- ¿Qué te ocurre?
El discípulo, entre sollozos, respondió:
- Llevo todo el día meditando la misma frase del Evangelio: ' Pelead para entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos lo intentarán y no podrán.' Tengo miedo de no hacer lo suficiente. ¿Y si después de tanta penitencia en el desierto no me salvo?
El Anacoreta lo miró con ternura. Le pasó amorosamente un brazo por la espalda y lo llevó bajo la palmera, apenas teñida de púrpura por las últimas luces del día, que se escapaban por el horizonte.
Luego, con calma, le dijo:
- Métete esto en la cabeza: no valemos por lo que hacemos, sino por lo que somos. Los hombres nos vamos recubriendo de capas, caretas, apariencias, imágenes...Esto es lo que no nos deja pasar por la puerta.
Guardó unrato de silencio y prosiguió:
- ¿Para qué has venido al desierto? Para hacerte uno con Cristo y con los Hombres. Todo lo demás son capas. Las penitencias, los ayunos, el deseo de santidad, el ánimo de dar buen ejemplo...todo eso, si no nos lleba a unirnos a Cristo y a los Hombres, son disfraces que nos engordan. Para pasar por la puerta hay que desprenderse de todo, hasta SER nosotros. Para unirse a Cristo no hay sino que desnudarse de todo lo que hemos ido añadiendo a nuestra persona.
Quedó otra vez en silencio. Luego, acercándose al oído de su discípulo, como si no quisiera que le oyesen las arenas del desierto, le dijo en un susurro:
- Además, Él mismo es la Puerta. Si confías en Él, cuando vayas a pasar se ensanchará...
Marchó el Anacoreta a su cueva y el discípulo quedó reflexionado bajo las estrellas, la cantidad de cosas inútiles que se le habían ido adheriendo a lo largo de la vida.
Cuando la arena empezó a teñirse de violeta por las primeras luces de la aurora, se retiró a su cueva. Quizá fue una ilusión, pero le pareció que la entrada era más ancha..." 

domingo, 24 de octubre de 2010

MATAR AL FARISEO


En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
- ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:
- ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

El domingo pasado Jesús explicaba a sus apóstoles, que la constancia es algo muy importante en la oración. En esta parábola de hoy, que Lucas nos narra después de la de la anciana y el juez corrupto, se dirige a "algunos, que teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás".
Aquí no se trata de quién es el bueno y quién el malo. Está claro que el fariseo era cumplidor, una persona religiosa, intachable. Por el contrario, el publicano era un sinvergüenza, como todos los de su profesión, que estafaban y extorsionaban a la gente humilde al recaudar los impuestos. Aquí se trata de una cuestión de actitudes. El error del fariseo es "creerse" justo y despreciar al otro. La virtud del publicano reside en reconocerse tal cual es, pecador, y verse realmente indigno.
Solemos asociar la figura de este fariseo al cumplidor legalista. A quien cree que lo esencial es cumplir la ley, los preceptos, los ritos. Al que denominaríamos como fundamentalista. Pero, en realidad, todos podemos ser fariseos si nos creemos mejores que los otros. Si este personaje hubiese rezado así: "Te doy gracias Señor, porque no me has hecho como esas personas, legalistas, seguidoras de la letra y no del espíritu. Dedico mi vida a luchar por la justicia, pertenezco a una ONG y en verano paso un mes solidario en el Tercer Mundo...", sería tan fariseo como el anterior. Ninguno de los dos marcharía justificado, porque ninguno de los dos pide la justificación y ambos se creen mejores que los demás.
Podría parecer que el fariseo empieza correctamente la oración: dando gracias. Pero, no da gracias a Dios por lo que ha recibido, sino por lo que es, por lo que cree que ha conseguido con su esfuerzo. No entiende lo que es la gratuidad. Que todo lo ha recibido gratis y gratis debe darlo.
El publicano ni siquiera reza. Ve su miseria ante él y la presenta a Dios. Porque se ve injusto, sale justificado. Pues bien, esa oración: "Perdóname Señor, que soy un pobre pecador", era la oración que repetían constantemente los anacoretas del desierto y la que emplean todavía los monjes de la Iglesia Oriental: la llamada oración de Jesús.
Todos llevamos en nosotros un pequeño o gran fariseo. Mientras ese indivíduo campe a sus anchas por nuestra persona, nuestra oración es pura prepotencia y todo lo que hacemos, cumplir la ley, ayudar al prójimo, es puro egoísmo, fachada. Si cumplimos por amor y si luchamos por un mundo mejor por amor, nunca nos hará creeremos más que los demás, sino que nos veremos tal cual somos, llenos de miserias. Es entonces cuando Él nos abrirá sus brazos y nos recibirá en ellos.
Se trata de matar a ese fariseo que llevamos dentro...para que aflore ese pequeño ser que somos, débil, frágil...pero que es el que Dios ama...
  

sábado, 23 de octubre de 2010

EVANGELIZAR Y LIBERAR

Nuestros misioneros tienen clara esta doble vertiente de su misión: anunciar la Palabra y liberar a los hombres de la esclavitud dela enfermedad, el hambre, la miseria...
Estos dos vídeos son un sencillo ejemplo de ello. Por un lado vemos la inculturación que realizan incorporando su ideosincracia en la oración, y su lucha diaria en pro de la liberación de esas gentes.




viernes, 22 de octubre de 2010

LA MUJER MISIONERA


El próximo domingo celebraremos el Domingo Mundial de las Misiones. Os dejo un artículo del Hno. Bill Firman. para que todos juntos reflexionemos.

Hno, Bill Firman - Jueves 21 de Octubre del 2010

En un informe sobre desarrollo basado en una investigación llevada a cabo en 2009 y recientemente publicado por la Comisión Europea, descubrí las siguientes estadísticas estremecedoras:
Los indicadores en Sur-Sudán se encuentran entre los más bajos del mundo: más del 90% de la población vive con menos de 1$ al día. Una de cada seis mujeres embarazadas morirá y uno de cada seis niños muere antes de cumplir un año de vida. La mortalidad entre los menores de 5 años se mantiene también alta con 135 muertes de cada 1000 nacidos vivos, a pesar de haberse reducido significativamente desde los 250 en 2001… Tan solo el 27% de las niñas en Sur-Sudán van a la escuela y una chica de 15 años tiene más posibilidades de morir durante el parto que de completar sus estudios… A nivel nacional, los niveles de alfabetización de adultos son del 71% para los hombres y del 52% para las mujeres. Sólo el 8% de las mujeres adultas en el sur saben leer y escribir.
Sin lugar a dudas, es difícil encontrar candidatas para nuestro Instituto Católico de Salud donde estuve la semana pasada. Las chicas en Sudán han tenido muy pocas oportunidades de educación. En muchos países, la mayoría de las enfermeras son mujeres. Sospecho que ahora habrá más enfermeros en los países del primer mundo que en el pasado pero de los 17 estudiantes de enfermería en nuestro Instituto Católico de Salud, hay cinco mujeres y doce hombres. Nos gustaría poder contar con más mujeres.
El Instituto Católico de Salud en Wau, dirigido por Solidaridad con Sur-Sudán (SSS), es el único lugar en Sur-Sudán donde se lleva a cabo un programa reconocido de estudios de enfermería. Cuando la Hermana (Dr.) Alphonse se una a nuestro equipo dentro de unos días, tendremos seis religiosas en nuestra comunidad de Wau –tres doctores y tres enfermeras- todo mujeres. Es ciertamente alentador ver el trabajo que están haciendo al preparar a los futuros profesionales de la salud de este país.
La Hna. Cathy y yo nos reunimos hace poco con otro grupo de mujeres comprometidas de Boston que pertenecen a una organización llamada “Cuidadoras de mis Hermanas” (del título original en inglés de la película “La decisión de Anne”). Ellas se describen a sí mismas en los términos siguientes:
“Somos un colectivo de mujeres multi-racial y de inspiración creyente que unimos nuestros contactos y recursos para buscar con alegría el bien de otras mujeres en todo el mundo –y especialmente en Sudán… Somos catalizadoras del cambio. Empleamos nuestro “poder de hermanas” para lograr justicia social, política y económica para todas las mujeres y niñas”.
En nuestra conversación, estuvimos estudiando la posibilidad de formar a los profesores de una escuela para niñas que estas mujeres han establecido en Akon, en el estado de Warrap, Sur-Sudán. Esta semana, bajo el lema “Hermandad por la Paz”, están llevando a cabo una “Conferencia de Paz Sostenible” para mujeres aquí en Juba. Realmente existe la necesidad de que alguien sea “el catalizador del cambio” en Sur-Sudán. Nosotros también tenemos esa meta en nuestros programas de educación y formación en la salud de SSS. Afortunadamente, el mundo ha cambiado mucho desde que S. Basilio hizo su condescendiente comentario en el siglo IV: “Pronto servicio, de acuerdo a nuestras posibilidades, también en las cosas pequeñas e incluso si es llevado a cabo por mujeres, es lo aceptable para Dios”.
Por supuesto, mujeres inteligentes, seguras de sí mismas y dotadas de buen humor, como Charlotte Whitton, han sido siempre capaces de hacerse valer. Ella dijo en una ocasión: “Cualquier cosa que hagan las mujeres, han de hacerla el doble de bien que los hombres para ser consideradas la mitad de buenas. Afortunadamente, eso no es difícil”.
El libro de los Proverbios dice: “Los labios de la persona sabia traen sanación”. Sanación es lo que este país necesita. En ocasiones es lo que todos necesitamos. Sur-Sudán necesita mejores enfermeras, mejores maestros, mejores sanadores. Eso es lo que estamos tratando de conseguir y en lo que se refiere a sanar y confortar son las mujeres quienes habitualmente lideran el camino.

(Trad. Paula Merelo Romojaro)

jueves, 21 de octubre de 2010

EL ANACORETA Y LA RUEDA DE CARRO


Aquel conferenciante acusaba a Dios de la división en este mundo. Decía que la oración no era más que una forma de acallar nuestra conciencia, mirarnos el ombligo y alejarnos de los demás.
Cuando llegó el momento de que los asistentes tomaran la palabra, el Anacoreta levantó la mano y dijo:
- No dudo que una falsa idea de Dios, un concepto equivocado de la oración y de la espiritualidad, sean de nefastas consecuencias. Pero la verdadera idea de Dios, el verdadero concepto de oración, lejos de separarnos nos une. Es algo así como la rueda de un carro.
Miraron los asistentes extrañados a aquel anciano, que siguió hablando y se explicó:
- Ya hace muchos siglos lo escribió Doroteo de Gaza: "Imaginad que el mundo sea un círculo en cuyo centro esté Dios, y que los radios sean los distintos modos de vivir de los hombres. Cuando los que, queriendo acercarse a Dios, se dirigen al centro del círculo, al mismo tiempo se acercan también entre ellos. Cuanto más se acercan a Dios, más se acercan los unos a los otros. Cuanto más se acercan los unos a los otros, más se acercan a Dios."
Guardó silencio unos instantes y concluyó:
- Si Dios o la espiritualidad nos separan...No hay duda. No se trata de Dios ni de oración, sino de nuestras invenciones y egoismos.
Y se sentó...

miércoles, 20 de octubre de 2010

BIENAVENTURANZAS DEL ANCIANO


Nuestra sociedad envejeze. Tradicionalmente el anciano era el centro de la familia. Esto ocurre todavía en sociedades como la africana o la asiática, en la que no se concibe que el anciano acabe sus días en un lugar que no sea su casa. Esa persona, que ha trabajado toda su vida y ha cotizado una S.S. creyendo que tendría una vejez tranquila, se ve ahora amenazada por una crisis que ellos no han buscado. La realidad es que cada día hay más ancianos abandonados a su suerte, con una pensión de miseria (sobre todo las ancianas si son viudas).
Aquí os dejo estas bienaventuranzas de autor anónimo:

Dichosos los que me miran con simpatía.
Dichosos los que comprenden mi lento caminar.
Dichosos los que hablan en voz alta para minimizar mi sordera.
Dichosos los que aprietan con calor mis manos temblorosas.
Dichosos los que se interesan por mi lejana juventud.
Dichosos los que no se cansan de escuchar las historias que a menudo repito.
Dichosos los que me regalan su tiempo.
Dichosos los que se acuerdan de mi soledad.
Dichosos los que me acompañan en mi padecer.
Dichosos los que alegran los últimos días de mi vida.
Dichosos los que me acompañan en el momento de mi muerte...
...cuando entre en mi vida eterna me acordaré de ellos delante del Señor.
Y dichosos los gobiernos que se recortan sus sueldos y aumentan mi pensión...quizá harán lo mismo con ellos cuando sean ancianos (esta no es anónima, es mía).

martes, 19 de octubre de 2010

¿UNIDAD O UNIFORMIDAD?


Me lo perdí y ahora no me arrepiento. Lo leí en la Hoja Dominical  del Arzobispado de Barcelona. El 14 a las 20h. en la parroquia de la Inmaculada Concepción, se iniciaban con una conferencia explicativa, siete sesiones de oración meditativa siguiendo las técnicas que emplea  la Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana. Confieso que me hacía ilusión asistir. La Concepción fue mi parroquia hasta que entré en la casa de formación para hacerme Hermano. Allí se casaron mis padres. Allí asistí a su entierro. Allí se casó una de mis sobrinas...Pero sobre todo, porque conocía por internet esa Comunidad (www.meditacioncristiana.com/) y tenía ganas de conocerla mejor. Es una comunidad inglesa, presidida en la actualidad por un monje benedictino, Laurence Freeman, aunque fue otro monje, John Main el que la impulsó. Emplean una técnica de oración muy semejante a la oriental, basándose en el silencio, en el cuidado en la postura del cuerpo, la relajación y la repetición de una frase, "maranathá" (Ven Señor Jesús), a modo de mantra.
Tras la introducción, la visión de un vídeo explicativo y diez minutos de breve meditación, se abrió un turno de preguntas. En ese momento, uno de los sacerdotes de la parroquia se levantó exaltado acusando al ponente de hereje, al método de sincretismo y afirmando que la única forma de llegar a Dios es por Jesucristo y con la oración oficial de la Iglesia. Que no se puede mezclar cristianismo con budismo. Aquí se acabó el clima de oración que se había creado y todo acabó en exabruptos y acusaciones de herejía. Por todo esto me alegro de no haber asistido.
¿Qué nos está pasando? ¿A qué viene esta oleada de intransigencia? Estamos claramente confundiendo unidad con uniformidad. Estar unidos no quiere decir que hemos de ser todos clónicos. Es precisamente en la variedad donde reside la riqueza y la belleza de la unidad.
Pero ciñéndonos a la oración. En cualquier manual clásico de espiritualidad encontraréis como definición de meditación: "La aplicación del alma a Dios". Para llegar a ese fin, siempre, dentro de la Iglesia, han existido diferentes técnicas. Los monjes siempre han utilizado la llamada Leccio divina, dividida en cinco pasos: lectura, meditación, oración, contemplación y acción. San Ignacio aconsejaba tomar un hecho de evangelio e introducirnos en él como si fuéramos espectadores de lo que estaba sucediendo. En San Sulpicio y Joan bautista de La Salle con su variante, enseñaban un médito basado en actos de Fe, de Esperanza y de Caridad. Unos de preparación, otros para Contemplar y otras para aplicar a la vida lo meditado. Porque en eso se basan todas las técnicas o métodos. En una preparación del espíritu, que coincide con la relajación de la que se habla ahora, para poder vaciar la mente de pensamientos y aplicarnos sólo a Dios, y luego llevar a la vida lo meditado.
El tipo de meditación repitiendo una frase, no sólo es cristiano, sino que viene de los primeros siglos del cristianismo y nunca se ha perdido en el monacato oriental. Precisamente en la segunda lectura del Oficio de Lectura de ayer, San Agustín en su carta a Proba la cita: "Se dice de los hermanos de Egipto que hacen oración frecuentísima, pero muy breve, lo que llamamos jaculatorias, para evitar que la intención se desvanezca..."Se refería Agustín a los padres del desierto que rezaban repitiendo una frase a modo de mantra. Exactamente lo que hacen los que aplican la oración de Jesús y los que utilizan las técnicas orientales. ¿Buscar aplicar el alma a Dios repitiendo "Ven Señor Jesús" u otra jaculatoria, es budismo, una herejía, sincretismo?
Es triste que en nombre de la ortoxia nos alejemos del Evangelio. No me extraña que Jesús andara todo el día entre publicanos y pecadores. ¡Hay tantos juicios, condenas, prejuicios, entre los "santos"! Qué es lo importante, ¿que la gente llegue a Dios, o que lo hagan como yo quiero y a mi manera? ¿Todo lo que llamamos "ortodoxia" es doctrina de Jesús o son simples inventos nuestros? Deberíamos leernos cada día las invectivas del Jesús a los fariseos, los "santos" de su tiempo.  Estamos confundiendo la velocidad con el tocino. Siempre han existido diferentes formas de oración, diferentes espiritualidades y nadie ha pretendido que la suya es la única válida. Vivimos en un mundo acelerado, hiperactivo. Necesitamos para rezar, esas técnicas que nos centran, nos relajan, nos ayudan a vaciar la mente. Eso no quita a Cristo del centro de nuestra oración, ni la separa de la Iglesia. ¡Qué triste espectáculo damos a veces!


lunes, 18 de octubre de 2010

ERRADICAR LA POBREZA...


Ayer fue el Día Mundial por la Erradicación de la Pobreza. Otro de esos días que merecerán una gran celebración cuando los eliminemos por innecesarios. Pero mientras tanto, ahí están recordándonos que no vivimos en el mejor de los mundos. Cada año veíamos en la prensa y nos repetían en TV y radio, las estadísticas de la miseria en el Tercer Mundo, del hambre en el cono Sur. Este año nos han "sorprendido" con las estadísticas de la pobreza en el Primer Mundo, que esconde hipócritamente en su seno, un Cuarto Mundo que se amplía cada día más. La pobreza no son aquellos negritos desnutridos, sino que es nuestro vecino, quizá un familiar nuestro. ¿Efectos de la crisis? Su agravamiento sí; pero nuestra sociedad hacía ya muchos años que ocultaba la realidad de la pobreza en nuestra casa. La famosa Sociedad del Bienestar, no ha existido nunca, excepto para unos pocos. Los que nos hicieron creer, que par ser felices necesitábamos un montón de cosas, que ellos nos ofrecían. Se enriquecieron llenando de deudas a los demás...Y ahora piensan hacerlo a costa de la pobreza de los demás.
Si los antisistema, en vez de quemar y destruir mobiliario público y escaparates, presentaran alternativas claras al capitalismo, todos los seguiríamos. Lo que está claro, es que no serán los gobiernos los que nos salven...La solución ha de salir de abajo, del pueblo. De la misma manera que quienes están ayudando  a paliar las necesidades, son organismos no gubernamentales, de ahí han de salir las soluciones. Ha aparecido la banca social (Dios quiera que no acaben como las Cajas, que en su inicio lo eran). Cooperativas. Participación en los beneficios por los trabajadores...Hacen falta soluciones, ¡ya! No sólo palabras. La rueda producción - consumo es una trampa. Ahí sólo pueden enriquecerse unos pocos. Y no es que se trate de enriquecerse. Es que pronto la mayoría no tendrá lo básico para vivir: vivienda, comida y vestido.
   

domingo, 17 de octubre de 2010

HUMILDAD Y CONSTANCIA


"En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
- Hazme justicia frente a mi adversario.
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
- Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.
Y el Señor añadió:
- Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?"

Humildad y constancia. Dos palabras que no tienen muy buena prensa. La primera la consideramos una debilidad, una falta de autoestima. La segunda una pérdida de tiempo. Hay que ser eficaz y conseguir las cosas al instante.
Las viudas y los huérfanos,  en el Evangelio, como lo era ya en el A.T., son los símbolos de los más pequeño e indefenso. Están solos en el mundo. No tienen nadie que los defienda, que los ayude...Evidentemente el juez injusto no es el símbolo de Dios, es el contrapunto para enseñarnos a rezar.
Ultimamente se ha desprestigiado mucho la oración de súplica, de petición. Ciertamente no es bueno que confundamos a Dios con el "tapagujeros" que nos va a solucionar todos los problemas, ni a la oración con una fórmula mágica que siempre surte efecto. Pero Jesús nunca desauitoriza la oración de súplica, porque es la oración de la viuda, del pequeño, del que no tiene nada y ha de abandonarse en las manos de Dios. Esa es la humildad con la que debemos acudir a Dios. Con la actitud humilde de quien sabe que Él puede ayudarnos y de que Él sabe qué es lo que realmente nos conviene.
Y como nos dirá también en otro lugar del Evangelio, esa oración debe ser constante. 
Un famoso libro nos presenta a un Peregrino Ruso buscando por todas partes la respuesta a la pregunta de cómo rezar en todo momento. Hasta que descubrió que bastaba con repetir constantemente el nombre de Jesús, intentando vivir en cada instante en su presencia.
La pregunta final de este Evangelio es inquietante y nos ha de llevar a cuestionarnos. ¿La Iglesia actual es humilde y reza constantemente con la sencillez de la viuda? En vez del poder, la fuerza, el dominio en este mundo, más bien debería ser la humilde viuda que pide constantemente a Dios por la justicia para todos los hombres. ¿Dios es alguien al que sentimos constantemente en nuestro corazón, o sólo recurrimos a Él como última instancia? 

sábado, 16 de octubre de 2010

LA MUJER FUERTE


Hace unos días celebrábamos la festividad de Teresa de Ávila. Una gran mujer. Una mujer fuerte. La gran mística y contemplativa, fue una mujer de acción, que recorrió los caminos de la península fundando conventos y visitándolos. Como todas las personas libres, creativas y entregadas a las manos de Dios, tuvo problemas con los que "velan por la pureza de la doctrina" y se salvó por poco de la Inquisición. Como todos los auténticos místicos, junto a una gran espiritualidad, mostró una gran humanidad.
Hace unos días, la Hna. Lucía Caram, dominica contemplativa, explicaba en su blog, cómo las monjas habían creado en Manresa un banco de alimentos. Cómo habían empezado a acudir voluntarios. Cómo ayudaban a más de 600 familias y, la obra, se había transformado en una Fundación. Al instante en medios de corte fundamentalista de internet, empezaron a llover críticas contra esta Hermana. La acusaban de hacerse la foto junto a personas que atacan a la Iglesia (supongo que deberían referirse a que Pilar Rahola forma parte de la fundación). Precisamente Teresa de Ávila se relacionó con la marquesa de Éboli (la tuerta), que no era precisamente un modelo de cristiana...Pero lo que más me llamó la atención fue un comentario en el que le decían:
"¿Quire ser una Teresa de Calcuta? Lo que ha de hacer es ser una contemplativa y quedarse en su convento."
Quien hizo el comentario, ni sabe quién fue Teresa de Calcuta, ni sabe lo que es ser contemplativo. ¿Es que Teresa de Calcuta no era contemplativa?¿De dónde sacó la fuerza, si no, para llevar su obra adelante? ¿Por qué confundimos contemplación con pasividad?¿Qué interés tienen algunos de que las monjas se queden quietecitas en su convento y dejen la acción a los hombres?
Perdonad. Hoy es el día de la alimentación. De ahí he pasado a pensar en el banco de alimentos de sor Lucía y de ahí en santa Teresa. Me ha pasado como a aquel predicador que dijo: Hoy es San José. San José era carpintero. Los carpinteros trabajan la madera. Los confesionarios son de madera...Hoy hablaremos en el sermón de las confesiones.
Perdonadme, pues, la digresión. 

viernes, 15 de octubre de 2010

LA GESTA DE CHILE


Quería escribir algo sobre lo sucedido en Chile. pero al leer el post de Koldo creo que él lo dice todo y mejor...Por lo tanto ahí lo tenéis

 
CHANCHITOS PARA TODOS
KOLDO ALDAI, [email protected]
ARTAZA (NAVARRA).
ECLESALIA, 15/10/10.- “Vamos a rasguñar esta piedra todos los días para llegar a ustedes en muy poco tiempo", dijo el ministro de minería chileno a los siniestrados al comienzo del rescate. Tras 69 días y con el concurso de alta tecnología y todo un pueblo oficiando de matrona, la tierra parió uno a uno a todos los mineros. Ahora la muerte aguarda en otros frentes, agazapada en otras simas. Ahora con lo que queda de esas uñas, con las manos que aún no manchamos el resto del mundo, podemos “rasguñar” la dura piedra, la terca roca en otros desiertos, en otros rescates que nos competen a todos/as. A pie de esos abismos podemos apurarnos todas las gentes y naciones. Vamos a llegar también hasta ellos y ellas, hasta los últimos, los olvidados de la tierra.
Las montañas que ha movido Chile, la humanidad también las puede trasladar. No conviene olvidar su lección, el ejemplo de toda una nación unida para rescatar a los 33 trabajadores de las entrañas de la muerte. Chile ha conmovido al mundo en lo más profundo, ahora es preciso que el mundo afronte también sus urgentes retos globales y se conmueva a sí mismo, se estremezca de alivio, alegría y orgullo.
Más de mil millones de personas han seguido por televisión el histórico rescate. Más de mil millones de seres han apostado por la vida y enfocado su pensamiento para la resolución victoriosa de la operación. Ahora toca mover las máquinas, las mentes y los recursos a otros abismos, ahora prima generosidad para rescatar otros millones de urgidos. Chile nos ha enseñado que no hay imposibles capaces de doblegar una fuerte determinación colectiva a favor de la vida. Muy lejos de las cámaras y los objetivos, millones de humanos aguardan en lo profundo de sus propios abismos.
Otra gesta ejemplar, ésta ya de alcance planetario, nos desafía. ¿Y si movemos las perforadoras y si nos unimos no sólo una nación, sino toda la humanidad entera para también culminar con éxito el rescate de quienes aguardan sumidos en su angosto y olvidado agujero? Bien invertidos están los 15 millones de dólares para rescatar a los 33 mineros chilenos, pero tampoco deberíamos escatimar en invertir para devolver la vida a quienes tiritan en otras negras honduras. Fabriquemos, enviemos a esos avernos todas las cápsulas que devuelven al sol la vida.
925 millones de personas están atrapadas en la sima del hambre y la pobreza extrema, sin embargo no es necesario cavar tanto para salvarlas. El último informe de la FAO cifra en esa cantidad de seres humanos el objetivo de un rescate imprescindible. Según esta misma agencia de la ONU y según ese mismo informe de septiembre pasado, cada seis segundos muere un niño de malnutrición.
Podemos levantar otros campamentos a la esperanza en mitad de otros desiertos para asistir a otras porciones de humanidad. No tienen gafas negras, ni detrás el apoyo determinante de todo un pueblo y su gobierno, pero sí los mismos ojos, el mismo corazón, el mismo alma.
Hay treinta y tres cruces que no fueron, apunta el escritor chileno Hernán Rivera Letelier, hay muchas más tumbas que con coraje solidario y acción eficaz y coordinada a nivel planetario se pueden también evitar. Al igual que los chilenos, la humanidad aguarda manifestar la potencialidad profunda de su espíritu aunado. “Aquí no se trabajó buscando oro o petróleo o diamantes. Lo que se buscaba era vida. Y brotó vida, 33 chorros inmensos”, afirma el susodicho escritor que también fue minero en el mismo desierto de Atacama. Rivera menciona el monumento de vida que se ha alzado en mitad de ese páramo: “El rescate es una prueba de que cuando los hombres se unen a favor de la vida, cuando ofrecen conocimiento y esfuerzo al servicio de la vida, la vida responde con más vida”.
Queda unirnos en torno al resto de las vidas que zozobran, queda levantar monumentos a la vida sobre el subterráneo del abandono, el desamparo, el analfabetismo, el sufrimiento... Juntos/as podemos empujar las más poderosas perforadoras para arrancar millones de vidas a un destino incierto. Juntos podemos seguir burlando la desesperación y la muerte, vencer para siempre el hambre y el resto de lacras globales.
“Tenemos ricas empanadas esperándolos, asados y chanchitos..., mantengan la fe y el esfuerzo", decía también el mismo ministro Golborne a los mineros abismados, cuando aún no les habían pasado víveres. Ahora sí, florecidas las sonrisas sobre el desierto más árido, propinados y televisados por todo el planeta esos abrazos eternos, tapado el agujero de la mina de San José, ahora sí, “chanchitos” para todos, en toda la faz de la tierra, “asados y ricas empanadas” descendiendo a todas las profundidades, colmando todos los estómagos olvidados… (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).



jueves, 14 de octubre de 2010

LA LLAVE DE DIOS


"¡Ay de vosotros, juristas, que os habéis quedado con la llave del conocimiento de Dios! Vosotros no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentan entrar."(Lc 11, 52)

Esto se lo dijo Jesús a los maestros de la Ley. Los encargados de guiar a las personas hacia Dios en tiempos de Jesús. Lo atacaban y perseguían, porque no aceptaban el Dios que Él predicaba. Todos tenemos una imagen de Dios. Ni falta hace decir, que todas ellas están distorsionadas por nuestra formación, nuestro carácter, lo que hemos vivido...Entre el Dios terrible, ese ojo que todo lo ve y todo lo juzga, que recibimos en nuestra infancia ( los que ya andamos por los 60 y más), al vejete bondadoso con un triángulo en la cabeza, que vemos en las caricaturas que hoy se dibujan, existe toda una gama de imágenes de Dios. Pero la realidad es, que a Dios no lo ha visto nadie y, por lo tanto, todas las imágenes que podamos hacer de Él son falsas. ¿Cuál es pues la imagen de Dios?. Pues, la que nos muestra Jesús en el evangelio:
Un Dios Padre. Un Dios que es Amor. Un Dios que no quiere la hipocresía, sino la sinceridad. Un Dios al que llegan con más facilidad los "pequeños". Un Dios que está al lado del pobre, del huérfano y de la viuda. Un Dios para el que ya no hay razas ni naciones. Un Dios que deja las 99 para ir en busca de la perdida. Un Dios que espera al hijo malo con los brazos abiertos. Un Dios que siempre perdona, un Dios que se encarna para sufrir con los hombres...
Sin embargo parece que hoy también queremos quedarnos con la llave que lleva a Dios y ni entramos, ni dejamos entrar. Encerramos a Dios en textos oficiales y espantamos al que quiere encontrarlo con buena voluntad. Queremos que todos acepten "nuestra imagen de Dios". Y, cualquier imagen que fabriquemos de Él, por muy erudita que parezca, por muy llena de ortoxia que esté, no dejará de ser una caricatura, como el vejete del triángulo. 
Aproximarse a Dios es amarlo. Y Él nos dijo que la manera de amarle, era amando al prójimo. Si permitimos el sufrimiento y la injustícia a nuestro alrededor, estamos muy lejos de amar a Dios. Porque el pequeño, el sufriente, el perseguido, el abandonado...es precisamente la imagen que nosotros podemos tener de Dios.   


miércoles, 13 de octubre de 2010

ORACIÓN DEL AMOR

Cuenta Nicolás Caballero, un maestro de oración, que, estando en África una misionera le dijo: "Orar no depende de un lugar o de un momento. En cualquier momento podemos orar". Él respondió: "Eso suelen decirlo los que no rezan nunca."
Y demasiadas veces es verdad. Con la excusa de que todo es oración y de que en todas partas podemos rezar, simplemente, no rezamos nunca.
Por eso os invito a que utilicéis 10 minutos de vuestro tiempo, y ante vuestro ordenador, oréis con este vídeo.

martes, 12 de octubre de 2010

PADRE NUESTRO


Hoy he ido a Cambrils. Desgraciadamente ha sido para asistir a un entierro. La iglesia repleta. El Hno. Ramón nos ha dejado con presteza. Llevaba 28 años en Reus. Se despertó un día este verano sin saber dónde estaba y sin conocer a quienes lo rodeaban. Una embolia. Ya no se recuperó. Hoy estábamos todos allí. Su familia, sus Hermanos, sus cuidadores de estos días y...mucha gente de Reus. Creyentes o no creyentes. Personas que supieron captar la bondad de Ramón. Porque andamos muy preocupados por ortodoxias, catecismos y normas, y olvidamos que a Dios se llega por el amor de las personas. Son esas personas buenas las que nos llevan a Dios. Sin discursos ni teorías. Con su vida.
No sé por qué, me ha venido a la mente este padrenuestro que escribió Gloria Fuertes. Ahí os lo dejo, para que lo hagamos nuestro,
verdaderamente NUESTRO.

Padre nuestro
que estás en la tierra,
Padre nuestro,
que te siento en la púa del pino,
en el torso azul del obrero,
en la niña que borda curvada
la espalda mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en el surco,
en el huerto,
en la mina,
en el puerto,
en el cine,
en el vino,
en la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
donde tienes tu gloria y tu infierno
y tu limbo.
Que está en los cafés
donde los burgueses beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la escuela de gratis,
y en el verdulero,
y en el que pasa hambre,
y en el poeta -¡nunca en el usurero!-.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en un banco del Prado leyendo,
eres ese Viejo que da migas de pan a los pájaros del
paseo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en el cigarro, en el beso,
en la espiga, en el pecho
de todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier sitio.
Dios que penetras en cualquier hueco.
Tú, que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro, que sí que te vemos,
los que luego te hemos de ver,
donde sea, o ahí, en el cielo.

(Gloria Fuertes)