En el Camino hay momentos para el Silencio. Sólo a través de ellos podremos contemplar la magnitud de lo creado. Estos Christós son parte del Camino.
Duéleme el silencio creado,
pero más me duele el saber
que cada Viernes Santo
las heridas vuelven a brotar
recorriendo los caminos
de un cuerpo roto y cansado.
Cuando yo soy menos de lo que debería ser y no puedo enfrentarme al día. Cuando cae la oscuridad a mi alrededor y no puedo encontrar el Camino: mis ojos no ven con claridad, tropiezo con todo.
Entonces yo me inclino ante ti. Me mantienes fuerte y me sostienes. Me levantas cuando caigo. Estás ahí cuando más te necesito; estás ahí. Brillas en la oscuridad y tu Luz me lleva al amanecer; estaremos juntos esperando el alba.
Ultreia et Suseia! ¡Más arriba, más allá!
Tomad un poco de vuestro tiempo, veréis que merece la pena escuchar esta música que llega a lo más profundo del alma… J.R.
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