Unos minicuentos de Coco Goicoa
Coco Goicoa es un escritor argentino, y reproducimos los siete cuentos que vienen en la revista digital de cuentos hiperbreves, Gaviotas de Azogue. Gracias a Francisco Garzón Céspedes y a su equipo editor.
ACCIDENTE FATAL
A ella se le escapó un te quiero que no sentía.
BESOLOGÍA
Creyó que eran besos para seguir besando, pero eran besos para despedirse y no besar nunca más.
EL RELOJERO DEL DESIERTO
Busca un lugarcito donde no llegue la brisa, y sobre un trapo limpio deja los granitos al sol toda la tarde. Luego los introduce en el vidrio y asegura que el reloj de arena no atrasará más.
JUICIO SALOMÓNICO
-No, Salomón; usted debió haber investigado el robo de niños.
LA AGUJA
Harto de buscar una aguja en un pajar, se sentó en el pajar a descansar. Allí se clavó la aguja.
LOS PÁJAROS
Los pájaros se impacientan porque Hansel y Gretel no regresan, y ellos tienen hambre.
VIDRIERA
Se detuvo asombrada a mirar un maniquí desnudo tras el vidrio de la tienda, al que seguro estarían por vestir. Ingresó en ella y preguntó al vendedor cuál era el precio de la desnudez.
Esta edición limitada, firmada y numerada a mano
de Siete cuentos hiperbreves ha sido realizada
por CIINOE/COMOARTES S. L. ([email protected])
en su Colección “Gaviotas de azogue” / 91, Agosto de 2009, Madrid, España.
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
ACCIDENTE FATAL
A ella se le escapó un te quiero que no sentía.
BESOLOGÍA
Creyó que eran besos para seguir besando, pero eran besos para despedirse y no besar nunca más.
EL RELOJERO DEL DESIERTO
Busca un lugarcito donde no llegue la brisa, y sobre un trapo limpio deja los granitos al sol toda la tarde. Luego los introduce en el vidrio y asegura que el reloj de arena no atrasará más.
JUICIO SALOMÓNICO
-No, Salomón; usted debió haber investigado el robo de niños.
LA AGUJA
Harto de buscar una aguja en un pajar, se sentó en el pajar a descansar. Allí se clavó la aguja.
LOS PÁJAROS
Los pájaros se impacientan porque Hansel y Gretel no regresan, y ellos tienen hambre.
VIDRIERA
Se detuvo asombrada a mirar un maniquí desnudo tras el vidrio de la tienda, al que seguro estarían por vestir. Ingresó en ella y preguntó al vendedor cuál era el precio de la desnudez.
Esta edición limitada, firmada y numerada a mano
de Siete cuentos hiperbreves ha sido realizada
por CIINOE/COMOARTES S. L. ([email protected])
en su Colección “Gaviotas de azogue” / 91, Agosto de 2009, Madrid, España.
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
Cuentos muy bonitos, aunque suenan a reproche y son sutilmente crueles, pero soportables.
ResponderEliminarIsabel
me sedujo sobre todo el de la aguja en el pajar.
ResponderEliminarMaravilloso con tan pocas palabras.
Descubrí a Goicoa desde hace unos meses y pasé material de él en mi programa de radio. Lo haré también este lunes 18 de abril. No coincido con Isabel, no me parece que suenen a reproche, ni sean sutilmente crueles, hay en los argentinos un manejo de la ironía que admiro. Y desde ahí trabaja Goicoa. Decididamente, me encantan su minicuentos.
ResponderEliminarLily Chavez
www.programalunadepajaros.blogspot.com