J. Silencio. Hace tiempo que
pienso en este personaje surgido de la pluma de mi amigo José M. Bartolomé. En
realidad desde que leí el primer relato que protagonizó… no recuerdo
cuándo. Y me provoca dos sentimientos
que podrían parecer contradictorios, pero que no lo son: admiración y envidia.
Admiración por el talento del autor, desplegado al modelar un personaje tan
complejo y atractivo, y envidia por no haber sido yo capaz de hacer nada así.
Silencio, de entrada, es un tipo
del que no tenemos apenas descripciones físicas, sólo le conocemos por lo que
hace y lo poco que se va contando de él a través de sus “trabajos”. Es un “despierto”,
es decir, un hombre que murió (lo que viene siendo el despertar a ese otro
mundo que nos muestra en su serie en el blog de El rencor de los dioses
vivientes) y que por motivos desconocidos ha regresado a este mundo de “durmientes”
para combatir a seres preternaturales (lo que va más allá de lo natural)
malignos que comparten con nosotros, simples mortales, el mundo en el que
vivimos. Se manifiestan de distintas formas que suelen pasar desapercibidas
para los durmientes, pero que alguien como Silencio, dotado de capacidades
especiales (como la visión en segundo plano que le permite ver auras o la forma
real de esos seres), sí ve. Su lucha contra esta variada legión de individuos
la realiza como detective, en la línea de aquellos personajes de los años 30 ó
40 surgidos de plumas como Hammet o Chandler, aunque con toques violentos que
actualizan al personaje.
Silencio es, ante todo, un
misterio. Eso es lo que le hace tan atractivo. Es violento, frío, calculador. De
entrada parece un tipo sin escrúpulos… y lo es. Pero no por ello es un
miserable, todo lo contrario. Es un hombre que está de vuelta de todo, pero aún
así y sin saber por qué, es una persona íntegra, que aún sabiendo que los
durmientes desconocen el mundo en el que viven y que, en la mayor parte de las ocasiones,
ni siquiera les interesa conocerlo (bien por estupidez, bien por cobardía) pese
al daño que les puede ocasionar, sigue luchando por defenderles de las fuerzas
ocultas que les amenazan.
Así pues es un hombre con valores,
que aprecia la valentía, la dignidad y la honestidad, un tipo consecuente que
sabe que el honor, en el sentido habitual del término es una palabra vacía que puede
rellenarse con todas las soflamas que interesan a los poderes, ya sean
religiosos, militares, nacionalistas o políticos. Desde luego, Silencio no es
un hombre de honor en el sentido habitual (y desvirtuado) de la palabra. A él,
le interesan las personas, mirarlas desde su particular óptica, desde su
trayectoria vital, desconocida incluso para él antes de su despertar.
También es un hombre duro, que
abomina de las sensiblerías ñoñas, pero no es insensible. Es capaz de
despreciar sin pestañear a personajes deleznables e indignos, mientras empatiza
a su manera con una deliciosa anciana (doña Leonor) que le llama “querido
Jonathan”. Un apelativo que podría parecer inaplicable a un hombre que no duda
ni un segundo en apuñalar o dispara a cualquier ser preternatural ni se inmuta
ante la presencia de distintos tipos de demonios.
Es valiente, pero conoce el
miedo: no es un idiota y sabe lo que se juega. O más bien, lo intuye, puesto
que él ya está muerto. No parece creer en nada salvo en sí mismo, pero en el
fondo tiene fe en las personas, en algunas personas. Y eso hace que le valga la
pena seguir adelante con su cruzada.
Su relación con las mujeres
resulta un tanto extraña, pero en realidad no lo es tanto. Es muy parecida a la
que tiene con los hombres… salvo por el sexo. Podría suponerse al leer sus
tórridas escenas de sexo que es un tipo que ve a las mujeres como meros
instrumentos, pero nada más lejos de la realidad. Pero eso pasa solo con
algunas mujeres. En cambio, cuando aparece una mujer como la inteligente
doctora Aisa o la tímida Rosario, su actitud cambia. No es que desaparezca el
deseo, no, pero la valoración que hace de ellas trasciende el ámbito sexual.
Cierto que adopta una actitud paternalista de defensa (es difícil sacudirse los
milenios de machismo), pero las valora y aprecia. ¿Enamorarse? No, no creo que
se lo pueda permitir, pero sin duda surgen sentimientos muy parecidos al amor.
Yo me imagino a Silencio como un
hombre alejado de cualquier tipo de estereotipo físico de los hombres de acción
al uso. No demasiado alto pero tampoco bajo; rasgos angulosos, ojos negros,
profundos e intensos, labios finos y barba cerrada de dos o tres días; fuerte y
fibroso, pero no musculado, por supuesto, sin tableta; pelo oscuro, fosco y
duro. Vestido de oscuro, no necesariamente negro, discreto, para no llamar la
atención. Nunca me lo imaginaría como un hombre guapo, pero sí atractivo. No
podría ser de otra manera.
Sin duda es un personaje que
seguirá dando mucho que hablar y podéis empezar a conocerle en el blog de Jose M. Bartolomé Lo juro por mi tatuaje, o en su libro De ilusión también se muere. Imprescindibles ambos.
Estoy contigo,Mayte! Ayer acabé de leer el libro. Me encantaría meterme dentro y luchar con esas criaturas al las de Silencio. Además, le haría compañía, porque cuando acabé de leer, me dio mucha pena su vida solitaria.
ResponderEliminarHa sido una lectura tan interesante que me lo he leído en poquísimas horas, gustándome cada vez este personaje que me emociona en todos los sentidos.;)
Creo que eso nos pasa a todos los que leemos a Jose. Es un personaje impresionante y las historias están muy bien hechas y escritas. Y diga él lo que diga, mi opinión no tiene nada que ver con que a Jose yo le quiera muchísimo ;) Gracias por comentar, Hada. Un abrazo!
EliminarRecuerdo perfectamente la primera vez que leí algo de Silencio. Era mediados del 2013 en la web de "escritores" donde también te conocí. Y ,como ya sabes, entras a sus letras por curiosidad y acabas enganchada definitivamente.
ResponderEliminarMuy buena descripción del personaje, aunque como "hiper lectora bartolomeana" lo de que alguna vez haya muerto está en duda, ya verás.
Un abrazo grande, Hechicera Mayor de Móstoles. Muy guapos los cambios del blog, por cierto
Gracias, Lorena. Ya te imaginarás que los cambios se deben al trasteo de la mano de los vídeos que me recomendaste: estupenda Is, de Mamá quiero ser blogger. ;) En cuanto a Silencio... es realmente fascinante. Tú crees que no está muerto? Uyyyy me da que sabes algo que yo no sé, jejeje. Seguiré expectante :) Un abrazo de esos achuchones, preciosísima amiga.
EliminarBueno, Ireth, sólo puedo agradecerte la entrada y decir que me gusta cómo le veis.
ResponderEliminarSobre si está muerto o no, no diré nada. Que puede morir en sus actividades actuales, pues sí. Después de todo no hace más que meterse en líos.
Si me permites, dejaré aquí el enlace a uno de sus casos por si alguno de tus lectores quiere echar un vistazo. Un abrazo agradecido.
http://lojuropormitatuaje.blogspot.com.es/2014/01/httpwww.html
Ya sabes, enano, que adoro a este personaje ;) Y como ves, no soy la única. Un abrazo!
EliminarGran radiografía de un personaje memorable, pero más grande es el autor y su capacidad para la ironía y los senderos oscuros de la fantasía. Un abrazo Mayte.
ResponderEliminarTienes toda la razón, Esteban! Jose es uno de los mejores escritores que he leído últimamente (y me refiero a los últimos años ;) ) además de un tipo tan intersante o más que su propio personaje. El día menos pensado hago una reseña del autor, jejeje.
EliminarA mí me interesa mucho el personaje. Así fue como conocí a José y soy objetivo porque no somos amigos, pero me gusta mucho como escribe y echaba de menos ya un personaje oscuro al modo de los comics de los 75, que heredé de mi tío y conservo como reliquias.
ResponderEliminarDe todas maneras no solo me gusta Silencio de él, sino todas las obras que escribe. He comprado todo lo que ha salido de su mano y, desde luego, es porque me gusta.
Ahora estoy leyendo El rencor de los dioses y como tengo varias publicaciones abiertas también, no voy tan deprisa como quiero.
Gracias por esta descripción. Un saludo.
Me alegra saber, Ricardo, que no sólo es mi enorme cariño por José (inevitablemente no soy imparcial, ni quiero serlo) el que me hace ver en Silencio un personaje maravilloso. Gracias por comentar esta entrada. Un abrazo enorme! :-)
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