Sólo los locos o los tontos se sonríen solos por la calle, lo normal es ponernos la máscara aquella de la cara larga, la seria e inexpresiva antes de salir de casa.
Nos incomoda sentarnos al lado de un desconocido, si no por sentirnos incómodos por si acaso a la otra persona le incomoda.
Las apariencias priman, por encima de todo.
El trabajo tiene que ser una obligación, y como obligación impuesta por la necesidad: No puede gustarte. Si te gusta trabajar pasas automáticamente al lado de los raros en la Campana de Gauss social.
Suma y sigue...
Friedrich Hundertwasser |
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