Durante varios años he acudido a la conocida feria de arte al aire libre en Girona, de momento hago un paréntesis esperando que pase el temporal de la crisis y la economía vuelva a florecer, ojalá sea pronto por el bién de todos, además hecho de menos ese viaje en que se mezclaban extraorinariamente el trabajo y el placer, agregando unos cuantos días mas para visitar y conocer aquellas preciosas tierras. De camino, siempre he aprovechado para detenerme aquí y allá para tomar unos rápidos bocetos. En esta ocasión es una masía.
Se conocen como masías en Cataluña, unas grandes y robustas casonas en el campo dedicadas a la agricultura o a la ganadería. Antiguamente en la planta baja, se guardaban los utensilios propios de las tareas agrícolas y los animales; en la primera planta vivía la familia y en el espacio que quedaba de la construcción entre el primer piso y el tejado, una gran cámara, se guardaba el grano o se aireaban los embutidos procedentes de la matanza del cerdo. Este mismo tipo de construcción rural aunque con la personalidad propia de cada región tanto en materiales como en forma, se llama también: caserío en el País Vasco, casa de labranza en Castilla, casona montañesa en Cantábria, cortijo en Andalucía, quintana en Asturias, venta en La Mancha. En la actualidad, como las tareas del campo siempre han sido de las mas duras y peor reconocidas en España, estas casonas extraordinarias se han ido abandonando aunque en algunos casos se han reconvertido en casas para turismo rural; cuando circulamos por las carreteras observamos con cierta tristeza los esqueletos de lo que fueron unas grandes construcciones llenas de vida. Los tiempos han cambiado, es cierto, pero quizás se nos ha olvidado que de todo se puede prescindir menos de la raiz. De una manera o de otra TODOS comemos y dependemos de la agricultura.
Si os apetece aquí os dejo un enlace a mi blog de viajes en autocaravana
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