Una vez me contaron que la felicidad tenía mil y un secretos, y que solo uno era el verdadero.
Me dijeron que mucha gente se cree afortunada al poseer mucho dinero, pero su sombra era la soledad.
Me dijeron que hay personas que buscan el amor con tantas obsesión que no son capaces de darse cuenta que la vida sigue pasando.
Me dijeron que las grandes cosas crean una felicidad pasajera y las pequeñas miles de delicadas sonrisas y bellos recuerdos.
Y me confesaron que las personas que verdaderamente son felices son aquellas que viven todos los momentos por pequeños que sean, los que crean sonrisas en medio de lágrimas y aquellos que saben poner la otra mejilla y continuar caminando. Aquellas que recuerdan y sonríen, aquellas que tienen siempre a alguien para cogerlas después de cada caída, aquellas que sienten.
También me contaron algo que jamás antes había sido pronunciado.
Una persona que puede reír y llorar junto a otra, estar en las buenas y en las malas, esa persona es especial. Yo al principio no entendí que era lo que me quería decir, hasta que lo pregunte.