Cefalea
Cefalea
Cefalea
Epilepsia
Dr. Daviel Fernández
Bibliografía
• Cefalea Cap. 36 Pág.. 343 tomo II Reinaldo Roco
Goderich.
• Epilepsias Cap. 50 Pág. 487 tomo II Reinaldo Roco
Goderich.
Concepto
• Toda sensación dolorosa que tiene lugar en la parte
superior de la cabeza, desde el reborde orbitario hasta la
nuca.
Estructuras comprometidas
• 1. Piel y tejido celular subcutáneo de toda la cabeza.
• 2. Músculos del cuero cabelludo y la nuca.
• 3. Arborizaciones de las arterias y venas extracraneales, especialmente de la arteria
temporal.
• 4. Periostio extracraneal.
• 5. Arteria meníngea media en su recorrido dural.
• 6. Duramadre en: a) Porción vecina a los senos venosos longitudinal, occipital y
transverso. b) Suelo de la fosa anterior. c) Suelo de la fosa posterior.
• 7. Cara superior e inferior de la tienda del cerebelo.
• 8. Principales senos venosos: a) Seno longitudinal superior. b) Seno transverso. c)
Seno occipital. d) Prensa de Herófilo. e) Vena de Labbé.
• 9. Recubrimiento pioaracnoideo de las arterias de la base.
• 10. Polígono de Willis y grandes arterias cerebrales: a) Cerebral anterior. b)
Cerebral media. c) Cerebral posterior. d) Tronco basilar y sus ramas.
• 11. Troncos nerviosos craneales con función sensitiva.
Patogenia
• los nociceptores periféricos se estimulan en respuesta a lesión tisular
• Se cree que el dolor en la cefalea es transmitido a través de una red de fibras
sensitivas perivasculares intracraneanas, que se originan en el ganglio del
trigémino, que corren por las capas adventicias de los vasos cerebrales y se
proyectan a través de la corteza, la duramadre y el mesencéfalo. La
estimulación directa del nervio trigémino y de los vasos cerebrales produce
dolor; los otros síntomas agregados son causados por la inflamación estéril al
liberarse neuropéptidos vasoactivos y otras sustancias como la serotonina. La
cefalea resulta cuando se activa el sistema trigémino-vascular
produciéndose una compleja cascada de procesos bioquímicos y
cambios vasculares. La complejidad de este proceso puede explicar el
porqué de la implicación de tan diversos factores en el origen y/o
exacerbación de la cefalea, y porqué tantos agentes farmacológicos y otros no
farmacológicos pueden aminorar los síntomas bajo algunas circunstancias,
Clasificación
La cefalea puede ser clasificada como primaria o
secundaria.
•Primaria es aquella que no se encuentra asociada a alguna
causa subyacente
Y Episodicas y crónicas (frecuencia mayor de 15 días al mes, por
más de 6 meses)
clínicas y
motora sin marcha. • Versiva. • Postural. •
Fonatoria (vocalización o detención del
Con componentes tónicos. • Con automatismos.
• Con componentes autonómicos.
lenguaje). 2. Con síntomas sensitivos o b) Ausencia atípica. • Con cambios en el tono. •
electroencefalograficas
sensoriales. • Somatosensitiva. • Visual. •
Auditiva. • Olfatoria. • Gustativa. • Vertiginosa.
De comienzo y terminación poco bruscos.
c) Crisis mioclónica. • De sacudida única. • De
3. Con síntomas vegetativos. • Incluye sacudida múltiple.
sensación epigástrica, palidez, sudoración,
rubor, piloerección y dilatación pupilar. 4. Con d) Crisis atónica
síntomas psíquicos. • Perturbación de las e) Crisis tonicoclónica (Gran mal).
funciones cerebrales superiores. • Disfásica. • f) Crisis clónica.
Dismnésica (dejá vu). • Cognitiva (estado de g) Crisis tónica.
ensueño). • Afectiva (miedo, ira). • Ilusiones
(macropsia). • Alucinaciones (música, escenas).
b) Crisis parcial compleja. 1. De inicio parcial
simple. • Parcial simple seguida de trastornos
de conciencia. • Con automatismos. 2. Con III. Crisis epilépticas no clasificadas.
trastornos de conciencia desde el comienzo. •
Trastornos de conciencia solamente. • Con
automatismos. En 1981, la Comisión de Clasificación y
c) Crisis parcial que evoluciona hacia crisis Terminología de la Liga Internacional
Descripcion de las principales
• los principales tipos de crisis o ataques epilépticos, y
posteriormente algunas epilepsias que debe conocer el
alumno de medicina y el médico no especializado en la
materia
Crisis generalizada
• La descarga es captada por todos los electrodos exploradores…
Crisis tónico clónica o de gran mal
No se presenta en lactantes
Previo a la crisis el px suele quejarse sensación de lasitud, a veces de
miedo, irritabilidad, molestias digestivas, etc
comienzo es súbito, brutal. El enfermo palidece, pierde el conocimiento
y cae, los globos oculares se desvían hacia arriba o hacia un lado. En
este momento puede emitir un grito agudo, a causa de la inspiración o
espiración brusca que precede a la fase tónica
la fase tónica. Ésta se caracteriza por la contracción prolongada, tónica,
de todos los grupos musculares del cuerpo, el cual adopta una postura
característica: la cabeza en extensión, los miembros superiores en flexión y
aducción, el tronco en hiperextensión. La contracción de los músculos
respiratorios provoca apnea y ésta, a su vez, cianosis. La presión arterial se
eleva y hay trastornos en el ritmo cardíaco.
Dura de 20 a 30 s, a veces menos, rara vez más; se continúa con la fase
clónica
fase clónica. se inician movimientos bruscos y rápidos generalizados, que ganan
amplitud rápidamente y luego van disminuyendo de intensidad y frecuencia hasta
terminar en 1 a 3 min. Si se observan los globos oculares, se les verá animados de un
movimiento rotatorio, con las pupilas midriáticas. Los movimientos respiratorios
reaparecen y son irregulares. Las contracciones agitan y ocasionan protrusión de la
lengua, por lo cual suele ser mordida. La tormenta neurovegetativa que de forma
paralela se ha producido, provoca un marcado aumento de la secreción salival, que se
tiñe de sangre y al ser expulsada por la boca entrecerrada, forma una espuma rosada
típica. También en ese momento tiene lugar la emisión de orina, a veces de heces, más
rara vez de semen.
• fase estertorosa sigue a continuación y con ella termina la crisis tonicoclónica, que en general dura
unos 10 min, o más. El enfermo yace hipotónico, habitualmente hay signo de Babinski bilateral y
persistencia de la midriasis de la etapa anterior. De manera gradual el paciente entra en un estado de
sueño profundo, que dura unos pocos minutos o varias horas, y del cual despierta un tanto desorientado
y aquejando cefalea gravativa y dolor muscular. Además, no recuerda lo que le ocurrió, hecho muy
importante como elemento diagnóstico.
Crisis auditiva. Al igual que las crisis visuales, los síntomas consisten en
percepción de ruidos ásperos (acufenos), sonidos altamente integrados
(melodía musical) o disminución o falta de audición.
DE
T
R
A
T
A
M
I
E
N
T
O
• Se ha recomendado la suspensión gradual del tratamiento cuando el enfermo ha permanecido libre de
ataques durante 3 a 5 años. Esto debe hacerse muy lentamente, por la posibilidad de producirse un EME.
• del 50 % de los pacientes permanecerá sin crisis. Los otros serán sometidos a la medicación otra vez,
probablemente de forma indefinida
• El objetivo de la terapéutica medicamentosa será la supresión de los ataques, lo que no siempre se consigue,
pero sí lograr la reducción del número de éstos, que le permita llevar una vida social y laboral limitada, pero
útil. En caso contrario, debe valorarse la posibilidad neuroquirúrgica o el internamiento del paciente en un
servicio de enfermos psiquiátricos crónicos
• Cuando tenga una psicosis epiléptica prolongada, se tratará además como una esquizofrenia paranoide.
medicamentos más
recomendados, sus
indicaciones y dosis son los
• Difenilhidantoína siguientes:
(Convulsín). Es muy útil en las crisis
generalizadas tonicoclónicas y en las parciales con componente
motor. Se usa en dosis de 200 a 400 mg al día, por vía oral, repartidos
en 1, 2 o 3 tomas. No debe excederse de 500 mg diarios, pues origina
un síndrome vestibulocerebeloso muy molesto.
• Puede ocasionar un rash morbiliforme, que cede al disminuir la dosis;
anemia megaloblástica (por deficiencia de ácido fólico), gingivitis
hipertrófica, eritema multiforme, síndrome adénico (seudolinfoma) y
una enfermedad parecida al lupus eritematoso. Estas reacciones
disminuyen en frecuencia e intensidad si la dosis se fracciona en 24 h.
• Carbamazepina (Tegretol). Algunos autores la señalan como el medicamento
de elección en las crisis parciales complejas del lóbulo temporal especialmente.
Se utiliza por vía oral en dosis de 200 a 400 mg 2 o 3 veces al día. Se
recomienda comenzar con dosis bajas. Resulta efectiva en las crisis
generalizadas tonicoclónicas. Sus principales efectos colaterales son vértigos,
zumbidos de oído y depresión medular. Hemos observado un caso de brote
hemorroidal agudo, otro de estafilococia cutánea y otro que simuló un lupus
eritematoso; pero el más dramático fue uno de reducción del campo visual con
visión exclusiva del cuadrante superior derecho, que evolucionó junto a un
síndrome cerebeloso, y que desaparecieron ambos a las 72 h de suspendido el
medicamento.
• Fenobarbital. Se administra en forma de tabletas o elixir, 50 a 100 mg cada 8 a 12 h o
en una sola dosis (100 mg) al acostarse. Su principal efecto colateral en el adulto es la
somnolencia y en el niño, un síndrome de hiperactividad. Rara vez provoca dermatitis
exfoliativa y rash morbiliforme. También nistagmo, ataxia y dificultades en el
aprendizaje. El rash y la dermatitis obligan a la suspensión del medicamento. Se indica
en las convulsiones generalizadas tonicoclónicas y en las parciales con componente
motor. Tiene muy poco uso en nuestros días.
• Primidona (Mysoline). Químicamente es similar al fenobarbital, y como este, produce
somnolencia, vértigos y náuseas. Tiene utilidad en las crisis tonicoclónicas y en las
parciales con foco temporal. Se administra por vía oral, de 250 a 500 mg 3 veces al día.
En la actualidad se usa poco
• Etosuximida (Zarontín). Constituye un medicamento muy útil en el tratamiento de las crisis de
ausencia. Se recomienda su uso en aquellas circunstancias en que el trazado electroncefalográfico
muestra un patrón punta-onda, aunque las manifestaciones clínicas no sean de una ausencia pura.
Sus efectos colaterales son reducidos. Se utiliza en dosis de 250 a 500 mg cada 8 a 12 h, por vía oral.
Es muy efectiva y algunos aconsejan su asociación a uno de los medicamentos activos en el Gran
mal, pues de lo contrario pudiera desencadenarse una crisis de éste.
• Ácido valproico (Depakene, Depakote). Se emplea en el tratamiento de cualquier variedad de
ataque epiléptico que se hace resistente y no responde a los tratamientos habituales, y se le
recomienda como la primera elección para el de la crisis tonicoclónica pura, la epilepsia juvenil
mioclónica, crisis refleja fotosensible y la epilepsia con crisis combinadas de ausencia y convulsión
tonicoclónica. Se administra en dosis de 200 a 400 mg 4 veces al día. Sus efectos colaterales son la
caída del cabello, hiperfagia, temblor e insuficiencia hepática grave, por lo que su uso obliga al
control frecuente de la función del hígado.
• Clonazepán (Clonopín, Rivotril). En ocasiones es útil como la segunda o tercera opción
para el tratamiento de los ataques atónicos con caída, crisis mioclónicas y las de ausencia.
La dosis de inicio es de 0,5 mg al día, que se va aumentando cada 3 a 5 días hasta lograr el
control de las crisis o la sedación sea prohibitiva. Puede producirse ataxia e irritabilidad,
pero su efecto colateral más común (10 % de los casos) y molesto es la diarrea
• Acetazolamida (Diamox, Glaumox). Esta droga, inhibidora de la anhidrasa carbónica, es
útil como complemento de otros medicamentos antiepilépticos por el estado de acidosis
metabólica (deprime la conducción del impulso nervioso) y la depleción hídrica que
produce. Se recomienda en el tratamiento de la ausencia, mioclonias y crisis atónicas, y en
el de las generalizadas o parciales que se presentan en relación con la menstruación. Se
utiliza en dosis de 250 a 500 mg por vía oral 2 o 3 veces al día, por períodos de tiempo
limitados.
• Diazepam. En dosis de 10 mg 2 a 4 veces al día por vía oral, resulta
útil como medicación complementaria, especialmente en la epilepsia
temporal y en los casos con trastornos neuropsiquiátricos.
• Gabapentín (Neurontín). Es uno de los nuevos antiepilépticos. Se
expende en cápsulas de 100, 300 y 400 mg; la dosis diaria del adulto
oscila entre 900 y 2 400 mg divididos en 2 o 3 tomas. El fabricante lo
recomienda como complemento de la terapéutica antiepiléptica en
las crisis parciales, generalizadaso no. No se aconseja su
administración a los niños. No se debe suspender bruscamente y hay
que vigilar a los enfermos con insuficiencia renal, las mujeres que
lactan y a los ancianos. El fármaco no es metabolizado ni se une a las
proteínas, y no interfiere en la farmacocinética de otros
antiepilépticos. Se elimina exclusivamente por el riñón. Sus efectos
colaterales son inestabilidad, ataxia, cefalea, diplopia y fatiga.
• Felbamato (Felbatón). Se expende en tabletas ranuradas de
400 a 600 mg y en suspensión con 600 mg por cada 5 ml. Es
muy potente. La dosis máxima es de 45 mg/kg de peso/día o 3
600 mg/día. Es efectivo como medicación única y como
complemento de otros antiepilépticos en convulsiones parciales
con o sin generalización, y en el síndrome de LennoxGastaut.
Cuando se administra junto con difenilhidantoína, aumentan los
niveles de ésta. En realidad, la dosis de 3 600 mg/día interfiere
el metabolismo de la carbamazepina y del valproato. Está
contraindicado si hay historia de hepatopatía o de discrasia
sanguínea. Sus principales reacciones colaterales son anorexia,
vómitos, insomnio, náuseas, cefalea, insuficiencia hepática y
anemia aplástica.
• Lamotrigina (Lamictal). Dos estudios europeos demostraron que este fármaco es tan
efectivo como la difenilhidantoína o la carbamazepina para controlar las crisis parciales,
simples o complejas, y las secundariamente generalizadas. También es útil para reducir las
atónicas del síndrome de Lennox-Gastaut. Se presenta en tabletas de 25, 100, 150 y 200 mg.
El tratamiento se inicia con 50 mg diarios y se aumenta la dosis cada 1 o 2 semanas, hasta
llegar a 400 o 500 mg diarios en 2 o 3 tomas. La carbamazepina, la difenilhidantoína y el
fenobarbital reducen la vida media de la lamotrigina, mientras que el valproato la prolonga
hasta el doble. Las reacciones adversas que obligan a suspender el medicamento son el
síndrome de Stevens-Johnson, un síndrome parecido al lupus eritematoso y la necrolisis tóxica
epidérmica. No se recomienda su administración a enfermos menores de 16 años, ni a mujeres
embarazadas ni durante la lactancia. Debe evitarse la suspensión brusca del medicamento.
Náuseas y vómitos, inestabilidad y ataxia, visión borrosa y diplopia, son otras reacciones
adversas de la droga.
• Tiagabina (Gabitril). Está considerada en el tratamiento de las
crisis parciales, como complemento de otros antiepilépticos.
Viene en tabletas de 4, 12, 16 y 20 mg. Debe tomarse con las
comidas. La dosis máxima recomendada es de 32 mg diarios en
los menores de 18 años y de 56 mg en los mayores de esa edad, y
debe repartirse en 2 o 4 tomas. No se aconseja en niños menores
de 12 años, en las hepatopatías, ancianos, embarazadas y en las
mujeres que lactan. Los niveles séricos descienden cuando se
administra con difenilhidantoína, carbamazepina y fenobarbital.
Puede interactuar con el valproato. Las reacciones adversas
consisten en somnolencia, nerviosismo, inestabilidad, temblor,
dolor abdominal, rash, dificultades en la concentración y
trastornos oftalmológicos, con el uso prolongado.
• Topiramato (Topamax). Su indicación fundamental es el tratamiento de las crisis de
comienzo parcial, como medicación complementaria. Viene en tabletas de 25, 100 y 200
mg. No se recomienda su administración a los niños y a las mujeres que lactan. La dosis
habitual del adulto es de 400 mg al día, en 2 tomas. La dosis máxima es hasta 1,6 g/día.
Deben tomarse precauciones ante hepatopatías, insuficiencia renal y en el embarazo. La
difenilhidantoína, carbamazepina y el valproato reducen los niveles séricos del
topiramato. El medicamento antagoniza con la digoxina y los anticonceptivos orales. No
se aconseja su administración junto con los inhibidores de la anhidrasa carbónica. Las
reacciones colaterales principales son la somnolencia, inestabilidad, ataxia, trastornos
del habla, enlentecimiento psicomotor, nerviosismo, parestesias, nistagmo, temblor,
confusión, ansiedad, adelgazamiento, anorexia, fatiga y otros.
DROGAS DE
ELECCION EN
LOS SINDROMES
EPILEPTICOS Y
CONVULKSIONE
S
Tratamiento del estado de
mal epiléptico
• Deben tomarse las medidas necesarias para evitar los
traumatismos y las mordeduras de la lengua y de los carrillos.
• Hay que asegurar la permeabilidad de las vías aéreas y
respiratorias, y aplicar medidas antitérmicas.
• administrar antibióticos para impedir la infección broncopulmonar
y vigilar la instalación de insuficiencia o de trastornos graves del
ritmo cardíaco, para en caso de presentarse, actuar con energía
• El oxígeno está indicado desde el comienzo del tratamiento
• Algunos recomiendan la administración EV de 50 mg de dextrosa
al 50 % con vitaminas del complejo B, especialmente vitaminas B1
(100 mg) y B6 (50 mg).
• El diazepam es el medicamento más utilizado en nuestro medio para tratar el EME
convulsivo. Se aplica por vía EV a razón de 1 mg/min hasta que cesen las convulsiones, y no
se debe pasar de 20 mg. Luego se continúa con 10 mg cada 6 u 8 h por vía IM o EV y se
suspende la medicación a los 3 o 4 días si el enfermo se recupera. En combinación con el
diazepam o como única medicación se utiliza la fosfofenitoína, en infusión EV, 750 mg como
dosis total, y no administrar más de 150 mg/min.
• El difenilhidantoinato de sodio (Convulsín) inyectable es utilizado y recomendado por algunos
autores como la medicación de elección. Se aplica por vía EV, 18 mg/kg de peso (disuelto en
solución salina al 0,45 o 0,9 %) en forma de bolo, a velocidad no mayor de 50 mg/min. De
esta forma se logran niveles terapéuticos durante 24 h. La dosis de mantenimiento oscila
entre 4 y 7 mg/kg de peso/día. El Convulsín se administra también por vía IM (si así lo
recomienda el fabricante), en dosis de 100 a 600 mg cada 6 h
• El clonazepam (para algunos es la primera opción) se usa en dosis de 0,1 mg/kg de peso, en
bolo EV a razón de 4 mg en 2 min. Puede repetirse a los 15 min si no se ha logrado el control
de las convulsiones.
• El fenobarbital se utiliza en infusión EV a razón de 100 mg/min, hasta que cesen las
convulsiones o se haya administrado una dosis total de 10 mg/kg de peso. Si las convulsiones
persisten, se continúa con el fenobarbital a razón de 50 mg/min hasta un total de 20 mg/kg.
• El paraldehído ha resultado muy útil también en dosis de 5 ml por vía EV, lentamente, que se
repite cada 7 u 8 h en el día si es necesario.
• el pentobarbital sódico (Pentotal) disolviendo 1 g en 500 ml de dextrosa al 5 % y
administrándolo en venoclisis a goteo rápido (15 mg/kg de peso/1 h), seguido por 1 o 2 mg/kg
de peso/h, hasta que cesen las convulsiones o el EEG muestre ausencia de trazado paroxístico.
• El tratamiento del enfermo debe realizarse en el servicio de
Cuidados Intensivos y en caso de que no responda a las
medidas terapéuticas recomendadas previamente, hay que
llegar hasta la anestesia y relajación muscular. En ocasiones
el edema cerebral secundario constituye un factor patogénico
del estado convulsivo por lo que debe tenerse presente esta
posibilidad para imponer tratamiento con manitol EV.
La epilepsia en el embarazo
• La mayoría de las epilépticas embarazadas no tendrán complicaciones
durante la gestación y el parto, y el niño será normal. Las crisis
permanecerán iguales, o se harán más frecuentes, o disminuirán a
causa de factores endocrinos, alteraciones en el metabolismo de los
medicamentos y en la capacidad de unión de éstos a las proteínas;
todo ello por los cambios biológicos que comporta un embarazo.
• las anomalías fetales son 2 veces más comunes que en la población
sana, lo que en parte se debe a la teratogenicidad de los
medicamentos antiepilépticos utilizados, especialmente durante el
primer trimestre
• el daño que causa a la madre y al feto una epilepsia descontrolada es
mayor que el efecto de las drogas, por lo que es necesario tratar a la
embarazada y lograr el control de las crisis, con la dosis menor, pero
efectiva, del medicamento, aún a riesgo de malformación fetal. Se ha
descrito el síndrome fetal por drogas antiepilépticas, que consiste en labio
leporino, paladar hendido, defectos cardíacos, microcefalia, retardo del
crecimiento, retraso del desarrollo, facies anormal e hipoplasia digital.
Además, espina bífida y anomalías urogenitales. La espina bífida se
detecta con el ultrasonido y con la determinación de los niveles de
alfafetoproteína sérica y en el líquido amniótico.
PAUTA EN EL EMBARZO
• Se recomienda por algunos la administración a la gestante
de 15 mg diarios de ácido fólico durante el embarazo, y
vitamina K (fitonadiona), 1mg intramuscular al recién
nacido.
• Las cinco drogas antiepilépticas principales
(carbamazepina, difenilhidantoína, valproato, primidona y
fenobarbital) son teratogénicas, por lo que deben utilizarse
con extraordinaria precaución, y algunos prohiben el
valproato durante la gestación.