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La legítima, resulta ser un límite infranqueable al poder de disposición de los individuos, ya sea
tanto a través de actos a título gratuito como testamentarios. Los principios de solidaridad e
igualdad familiar justifican el mantenimiento del instituto. Una posición minoritaria, el
sostenimiento de porciones legítimas afecta directamente principios de rango constitucional y
pactos internacionales.
Antecedentes - Historia
Como instituto del derecho sucesorio, debemos remontarnos a la era romana donde en los
comienzos y hasta finales de la República los poderes inherentes al pater familiae le permitían
una absoluta libertad de disposición testamentaria. Como no se concibió la posibilidad de que un
padre deje fuera de la herencia a su descendencia, en el año 40 A.C. los tribunales de los
centumviros, inspirados en la Ley Falcidia, introducen la legítima, que fue establecida en un
cuarto del valor de la herencia como institución protectora de los integrantes de la familia.
Es de orden público, en el sentido del art 12 CCyC por cuanto las convenciones de los
particulares no la pueden alterar ni afectar. El principio de la libertad establecido en el art 19
CN, encuentra su límite y cede no solo frente al respecto por los derechos de los demás, sino
también cuando el orden público establecido por las leyes de nuestro sistema jurídico así lo
determine. El objeto del orden público de la legítima, deriva del fundamento de la
imperatividad del llamamiento legal para los herederos forzosos. Dicho fundamento surge de
la tutela al interés familiar que impone el deber de asistencia solidaria entre sus miembros. Es
irrenunciable de forma anticipada Art 2449.
Evolución del derecho Argentino: En el Código Civil originario se consideró que “La legítima de los
herederos forzosos es un derecho de sucesión limitado a determinada porción de la herencia”. (Art.
3591 primer párrafo). Completa el ambiente legal el artículo 3714 al establecer que son herederos
forzosos “aquellos a quienes la ley reserva en los bienes del difunto una porción de que no puede
privarlos, sin justa causa de desheredación”. En el régimen originario del CC, los legitimarios eran los
descendientes legítimos, con cuatro quintos, los ascendientes legítimos con dos tercios; el cónyuge
con un medio; los descendientes extramatrimoniales con un medio y los padres naturales con un
medio.
La creación de la adopción y la asimilación establecida por la ley 19.134 incorporaron a los hijos
adoptivos y sus descendientes con la misma legítima que los hijos legítimos.La ley 17.711 atribuyó el
carácter de legitimaria a la nuera viuda sin hijos, aunque con la limitación de su derecho a un cuarto
de lo que habría correspondido a su marido. La ley 23.264 elimino la discriminación entre parientes
matrimoniales y extramatrimoniales, dejando a estos últimos en la misma condición que aquellos.
En el nuevo ordenamiento legal no hay una definición de legítima, limitándose a designar a los
herederos que denomina legitimarios y que se limitan a los descendientes, los ascendientes y el
cónyuge.
Se derogó la figura de la nuera viuda sin hijos incorporada al Código Civil con la reforma de 1968 (Art.
3576 bis texto Ley 17.711).
El CCyCN art. 2444 “Tienen una porción legítima de la que no
pueden ser privados por testamento ni por actos de
disposición entre vivos a título gratuito, los descendientes, los
ascendientes y el cónyuge”. Y Art. 2445 “La porción legítima de
los descendientes es de dos tercios, la de los ascendientes de
un medio y la del cónyuge de un medio.
Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido
de la herencia al tiempo de la muerte del causante más el de
los bienes donados computables para cada legitimario, a la
época de la partición según el estado del bien a la época de
la donación.
Para el cómputo de la porción de cada descendiente sólo se
toman en cuenta las donaciones colacionables o reducibles,
efectuadas a partir de los trescientos días anteriores a su
nacimiento o, en su caso, al nacimiento del ascendiente a quien
representa, y para el del cónyuge, las hechas después del
matrimonio”.
La limitación a la disponibilidad que impone la
legitima no es absoluta. Se reserva una porción
llamada porción disponible. Es aquel porcentaje de
la herencia que en el caso de haber legitimarios no
está alcanzada por la legítima y sus efectos
protectorios, o en otros términos, implica una parte
sobre la cual el individuo puede disponer
libremente, ya sea a través de actos a título
gratuito o mediante disposiciones testamentarias.
Hay que tener en cuenta que en caso de concurrencia de herederos con diferentes
cuotas de legitima, la mayor absorbe a la menor.
Con la porción disponible, el causante puede mejorar la posición de
cualquiera de los coherederos o beneficiar a un tercero, a través de
donaciones en vida o disposiciones testamentarias.