Grandes Pandemias de La Historia-Nede
Grandes Pandemias de La Historia-Nede
Grandes Pandemias de La Historia-Nede
LA HISTORIA
Nedelska Jara Zelada 5to “B”
Peste de Justiniano
El Imperio bizantino se encontraba en uno de sus
momentos de mayor esplendor cuando una
epidemia de peste vino a oscurecer el mandato
del emperador Justiniano. Es la primera epidemia
de peste de la que se tiene constancia. La
enfermedad –y con ella el miedo y la histeria- se
expandió por Constantinopla, una ciudad de casi
800.000 habitantes, a una velocidad vertiginosa. Y
de allí a todo el Imperio. Incluso el propio
Justiniano fue víctima de la peste, aunque
terminó recuperándose. Al final de la epidemia, la
capital imperial había perdido casi el 40% de su
población, y en todo el imperio se había cobrado
la vida de 4 millones de personas. Las
consecuencias económicas fueron catastróficas,
pues hubo momentos en que el número de
muertos superaba el de vivos.
Peste negra
La peste negra era ya –y sigue siendo, pues hay brotes activos
en la actualidad- una vieja conocida cuando la humanidad
vivió el peor brote de esta enfermedad a mediados del siglo
XIV (entre 1346 y 1353). Sin embargo se ignoraba por
completo tanto sus causas como su tratamiento. Esto, junto
con la gran velocidad de propagación, la convirtió en una de
las mayores pandemias de la historia. Hasta cinco siglo más
tarde no se descubrió su origen animal, en este caso las ratas,
que durante la Edad Media convivían en las grandes ciudades
con las personas e incluso se desplazaban en los mismos
transportes –barcos, por ejemplo- hacia ciudades lejanas,
portando las bacterias de Yersinia Pestis, causante de la peste
negra, consigo. Los números que dejó tras de sí esta epidemia
son estremecedores. Por ejemplo, según los datos que
manejan los historiadores, la península Ibérica habría perdido
entre el 60 y 65% de la población, y en la región italiana de la
Toscana entre el 50 y el 60%. La población europea pasó de 80
a 30 millones de personas.
Viruela
El llamado virus variola, cuya afectación en los seres humanos
es conocida desde hace por lo menos 10.000 años, es el
causante de la enfermedad conocida como viruela. Su nombre
hace referencia a las pústulas que aparecían en la piel de quien
la sufría. Era una enfermedad grave y extremadamente
contagiosa que diezmó la población mundial desde su
aparición, llegando a tener tasas de mortalidad de hasta el
30%. Se expandió masivamente en el nuevo mundo cuando los
conquistadores empezaron a cruzar el océano afectando de
manera terrible una población con defensas muy bajas frente a
nuevas enfermedades, y en Europa tuvo un periodo de
expansión dramático durante el siglo XVIII, infectando y
desfigurando a millones de personas. Afortunadamente, es
una de las dos únicas enfermedades que el ser humano ha
conseguido erradicar mediante la vacunación. Precisamente,
fue luchando contra esta enfermedad cuando se descubrió la
primera vacuna. Primero, lady Montagu hizo unas
observaciones claves en Turquía y, casi 100 años más tarde,
Edward Jenner probó científicamente su eficacia. En 1977 se
registró el último caso de contagio del virus, que desde
entonces se considera extinguido.
Gripe española
En marzo de 1918, durante los últimos meses de la
Primera Guerra Mundial (1914-1919), se registró el
primer caso de gripe española, paradójicamente, en
un hospital de Estados Unidos. Fue bautizada así
porque España se mantuvo neutral en la Gran Guerra
y la información sobre la pandemia circulaba con
libertad, a diferencia de los demás países implicados
en la contienda que trataban de ocultar los datos. Esta
virulenta cepa del virus de la gripe se extendió por
todo el mundo al mismo tiempo que las tropas se
repartían por los frentes europeos. Los sistemas de
salud se vieron desbordados y las funerarias no
daban abasto. Estudios recientes han revelado datos
más precisos. Se estima que la tasa global de
mortalidad fue de entre el 10 y el 20 por ciento de los
infectados, llegando a morir, en todo el mundo, entre
20 o 50 millones de personas. Hay quien incluso se
atreve a decir que pudieron ser 100 millones.
Gripe asiática
Registrado por primera vez en la península
de Yunán, China, el virus de la gripe A (H2N2)
de procedencia aviar apareció en 1957 y en
menos de un año se había propagado por
todo el mundo. Para entonces, el papel de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el
brazo médico de la ONU creado en 1948,
diseñaba cada año una vacuna destinada a
paliar los efectos de las mutaciones de la
gripe. A pesar de que los avances médicos
con respecto a la pandemia de la gripe
española contribuyeron a contener mucho
mejor el avance de virus, esta pandemia
registró un millón de muertos en todo el
planeta.
Gripe de Hong Kong