Necropsia de Cuyes
Necropsia de Cuyes
Necropsia de Cuyes
Inspeccion interna
El primer paso es evaluar el cadáver externamente en busca de signos que nos
indiquen el estado sanitario del cuy previo a la muerte, como, por ejemplo, una
baja condición corporal, heridas abiertas o abscesos en la piel, secreciones en
las aberturas naturales, condición del pelaje, hematomas, etc.
El hígado (24) debe tener un color rojo vinoso liso y uniforme, con bordes suaves y definidos, y
una textura firme al tacto. Es normal encontrar grietas en la cara visceral del hígado. La
vesícula, ubicada en el lóbulo medial izquierdo, debe mostrar paredes lisas y transparentes, y
el contenido debe ser amarillento verdoso claro y transparente.
El bazo (25) es un órgano alargado ubicado en la cara dorsal del estómago que debe tener
color rojo vinoso uniforme, superficie lisa, bordes suaves y definidos. El tamaño
promedio del bazo en un cuy adulto sano es de 5 - 6 cm de largo y 2 - 3 cm de ancho,
dependiendo del tamaño del cuy.
Los riñones (26) deben tener un color rojizo oscuro y, al realizar un corte longitudinal, se
debe observar claramente la diferencia entre la médula y la corteza renal, donde la
corteza posee un color más oscuro que la médula. La superficie debe ser lisa y no deben
presentarse quistes ni cálculos.
Finalmente, se evalúa el tracto reproductor según el sexo del cuy analizado. En las hembras se puede
observar el útero en forma de “Y”, donde, en condiciones normales, presenta un color rosado,
simetría entre los dos cuernos y un diámetro no mayor a 1 cm (27). El útero de una hembra
preñada puede presentar congestión de los vasos sanguíneos y dilatación de los cuernos uterinos,
sin embargo, no es normal observar hemorragias, pus, adherencias o maceración. En machos, los
testículos se ubican en la zona inguinal del abdomen, generalmente albergados en el
pseudoescroto, presentan un color rosado, superficie lisa y un paquete de grasa en su extremo
craneal (28). Las glándulas seminales conservan un aspecto transparente claro.
Registros de los hallazgos
Las lesiones observadas a la necropsia deben registrarse y evaluarse en conjunto
con la historia clínica disponible del cuy, incluyendo edad, etapa productiva,
sistema de crianza, número de partos, o cualquier otra información acerca de
lo que está ocurriendo en la granja: cambios de alimento, visitas recientes,
introducción de nuevos animales, plagas, mortalidades anteriores, etc., ya
que todos estos factores pueden influenciar en la aparición de una
enfermedad, nos permitirán deducir la causa de muerte del cuy y obtener un
diagnóstico presuntivo.