Presentación Transpersonal 4

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CURSO PENSAMIENTO Y PSICOLOGIA

TRANSPERSONAL

ANTONIO HERMOSILLA CANESSA


CLASE 4
CARL JUNG

El principal interés de mi trabajo no reside en el


tratamiento de la neurosis sino en el
acercamiento a lo numinoso. Es, no obstante,
así: el ingreso en lo numinoso es la verdadera
terapia, y en la medida en que uno llega a la
experiencia numinosa, se libra del temor a la
enfermedad.

Carl G. Jung
CARL JUNG

LAS CARACTERISTICAS DEL TERAPEUTA

Congruencia ético-psicológica: En otras palabras, el


médico tiene una tarea semejante a la que el paciente
posee; esto es, ser una persona ajustada a la sociedad, por
ejemplo, o en caso inverso, adecuadamente desajustada. Se
trata de un compromiso ético considerable donde, en
palabras del propio Jung, usted tiene que ser una persona tal
como la que quiere influir sobre su paciente. Este requisito
implica dejar de lado toda pretensión de autoridad o de
superioridad por parte del terapeuta. Los dos protagonistas
del encuentro terapéutico se encuentran en pie de igualdad
ante el destino que darán al proceso curativo.

Cosmovisión sólida y flexible: Otro aspecto importante de


considerar en el terapeuta, es la necesidad de que tenga una
cosmovisión, una weltanschaung, que le proporcione una
imagen del mundo y de sí mismo para poder orientarse en la
vida. Que tenga unas verdades en las que pueda creer y con
las que pueda actuar, y que hayan demostrado su
CARL JUNG

Respeto y aceptación incondicional del paciente: El


terapeuta debe adecuarse a las condiciones, características y
expectativas que cada individuo trae. Esto requiere aceptar
desde sus maneras de pensar hasta los aspectos más
"sombríos" de su personalidad, pasando por su estilo
opcional de vida y, en definitiva, por las decisiones que vaya
tomando.

Amplitud cultural. Y por último, es necesario que el


terapeuta jungiano tenga también una preparación
intelectual para comprender, en primer lugar, el lenguaje del
inconsciente colectivo en su perspectiva histórica. Pero
también, los recursos cognitivos suficientes como para
valorar la situación social y cultural actual, que está
influyendo sobre él y sobre su paciente.
FRANCES VAUGHAN

Uno de los primeros acercamientos para intentar


dar forma de la psicoterapia transpersonal es el
texto de Frances Vaughan, escrito en 1979 para
la Journal of Transpersonal Psychology con el
nombre “Psicoterapia Transpersonal: contexto,
contenido y proceso”.
FRANCES VAUGHAN
CONTEXTO

“En un contexto transpersonal el terapeuta se da cuenta


de que, aún cuando ningún método determinado llevará
necesariamente a un despertar transpersonal ni a una
transformación personal, es mucho lo que se puede hacer
apartando los obstáculos que impiden una vivencia
semejante”

CONTENIDO

“El contenido transpersonal incluye cualquier experiencia


o vivencia en la cual un individuo trasciende las
limitaciones de la identificación exclusiva con el ego o la
personalidad. El contenido transpersonal incluye también
los ámbitos mítico, arquetípico y simbólico de la
experiencia interior, que puedan hacerse accesibles a la
percepción por mediación de la imaginería y de los
sueños”
FRANCES VAUGHAN
PROCESO

“La psicoterapia en el nivel del ego puede ser


considerada como una etapa del desarrollo interesada en
la identificación. En esta etapa es probable que al cliente
le preocupe intensificar la fuerza del yo, elevar la
autoestima y desprenderse de pautas negativas y
autoinvalidantes (…) Una segunda etapa del proceso del
despertar transpersonal es la desidentificación. El trabajo
en esta etapa corresponde al nivel existencial, donde el
individuo se enfrenta a cuestiones básicas del significado
y propósito de la vida, empieza a desidentificarse de
roles, posesiones, actividades y relaciones. La resolución
de este nivel implica una especie de muerte del ego que
significa una mayor desidentificación respecto a las
definiciones de uno mismo, tanto externas como
internas”
JOHN WELWOOD
“Y es que el conocimiento convencional —que incluye el
conocimiento proporcionado por la psicoterapia tiene lugar
dentro del marco de la conciencia dividida. Como señala el
fenomenólogo Peter Koestenbaum, «el conocimiento es dual
y lo mismo ocurre con la intervención psicoterapéutica [...]”

“Durante miles de años, el deseo de liberarnos de las


estructuras terrenales que parecen atrapamos -el karma, el
condicionamiento, el cuerpo, la forma, la materia o la
personalidad ha sido una de las motivaciones fundamentales
de la búsqueda espiritual. Tal vez por ello exista la difundida
tendencia a utilizar la práctica espiritual como un modo de
soslayar los conflictos emocionales y personales y los
problemas no resueltos que nos abruman, una tendencia a la
que denominé bypass espiritual y que consiste en tratar de
eludir o trascender prematuramente las necesidades, los
sentimientos y las tareas evolutivas básicas”
JOHN WELWOOD

“Según la crítica de ciertos maestros espirituales -y también


según algunos practicantes de la meditación-, la psicoterapia
es un paliativo, una forma de hacer más confortable la
prisión del ego que no contribuye a corregir sino, muy al
contrario, a consolidar el error del que dimana todo
sufrimiento, la identificación con un yo separado que siempre
trata de controlar o modificar su experiencia. Desde otra
perspectiva, sin embargo, eran muchos los terapeutas que
consideraban a la práctica espiritual como una forma de
eludir los problemas personales que obstaculizan el logro de
una vida más plena, rica y comprometida”
JOHN WELWOOD

“Por esos carriles discurrió la elaboración de mi propio


enfoque terapéutico que hoy en día denomino «trabajo
psicológico en un contexto espiritual» o «psicoterapia
centrada en la presencia». Al proporcionarme un paso
intermedio entre la reflexión psicológica convencional y el
proceso más profundo de la meditación, este enfoque ha
demostrado ser más congruente con mi experiencia
meditativa que la terapia que antes practicaba. Se trata de
un paso intermedio en la dialéctica mayor del despertar tal y
como se despliega a través de la reflexión psicológica y de la
presencia espiritual”
JOHN WELWOOD

La “Psicoterapia centrada en la Presencia” o “Psicología del


Despertar” (Psychology of Awakening) identifica seis pasos del
proceso psicoterapéutico.

“Resumiendo la secuencia que acabamos de describir


diríamos que existen los siguientes estadios: un primer
movimiento del inconsciente, una posterior inmersión
prerreflexiva en la experiencia (identificación), pensar y
hablar acerca de la experiencia (reflexión conceptual),
asumir directamente nuestra experiencia
(reflexión fenomenológica), mantener la atención testigo
sin identificarnos con la experiencia (atención plena),
permanecer-presentes con-la-experiencia (presencia
incondicional que conduce a la transmutación) y el
posterior paso transreflexivo que supone descansar en la
presencia abierta de la que emerge cualquier experiencia
que no es otra que la vacuidad del puro ser
(autoliberación)”
JOHN WELWOOD

1.- La Identificación prerreflexiva

“La identificación es el pegamento que aglutina a la


conciencia con sus contenidos -pensamientos, sentimientos,
imágenes, creencias, recuerdos, etcétera y nos lleva a
concluir «éste soy yo» o «esto me representa». Pero, al
establecer una identidad, nuestra conciencia se objetiva y se
convierte en un objeto. Es como si, al mirar a un espejo, nos
olvidáramos de nuestra experiencia más inmediata y nos
confundiésemos con la imagen visual que vemos ante
nosotros. En este sentido, la identificación es una forma
rudimentaria de autoconocimiento, la mejor de que
disponemos dadas las limitadas capacidades cognitivas de
nuestra infancia”
JOHN WELWOOD

2.- La Reflexión Conceptual

“El primer paso para liberamos de la prisión de la


identificación inconsciente consiste en hacerla consciente, es
decir, reflexionar sobre ella. Es imposible pasar directamente
de la identificación prerreflexiva a la conciencia no dual, pero
podemos recurrir a la conciencia dividida como paso
intermedio para reflexionar sobre la conciencia dividida, lo
que el Buda asimilaba a quitarnos una espina utilizando otra
espina”

“Existen terapias que se basan fundamentalmente en la


reflexión conceptual, terapias que no se centran tanto en el
proceso global de la experiencia del cliente como en explicar
o cambiar los contenidos problemáticos de su experiencia. Se
trata de un enfoque relativamente tosco, en el sentido de
que no alienta el contacto directo con la experiencia viva e
inmediata y se contenta con la intermediación de constructos
teóricos”
JOHN WELWOOD

3.- La Reflexión Fenomenológica

“La reflexión fenomenológica consiste en dejar


provisionalmente de lado nuestras creencias conceptuales
habituales para centrarnos de un modo más directo y
relajado en nuestra experiencia. Se trata de un enfoque más
sutil que la reflexión conceptual porque no impone ningún
tipo de concepto o estrategia preconcebida sobre la
experiencia. En cualquiera de los casos, los conceptos a los
que recurre la reflexión fenomenológica son más "cercanos a
la experiencia", emergen de ella, la describen y apuntan
hacia lo que une siente y percibe directamente y, en
consecuencia, disminuyen la distancia existente entre el
observador y lo observado”
JOHN WELWOOD

4.- La Reflexión Testigo o Atención Plena

“Existe un tipo todavía más sutil de reflexión que se presenta


durante los primeros estadios de la meditación de la
atención plena en la que uno permanece continuamente
atento al flujo de la conciencia, sin preocuparse de los
contenidos concretos de la experiencia que vayan
presentándose. Se trata de un enfoque en donde todavía se
estrecha más la distancia existente entre el observador y lo
observado, y en donde el sujeto renuncia a todo tipo de logro
u objetivo (como la comprensión, el desarrollo, la
articulación, la liberación o la resolución) que, en el contexto
de la meditación, indicarían la existencia de una actitud
mental y, en consecuencia, interferirían con el proceso de
desidenlificación de todos los estados mentales”
JOHN WELWOOD

5.- La Presencia Pura o Incondicional

“Aquí existe un conocimiento directo de uno mismo, el


reconocimiento directo y ajeno a toda reflexión de nuestra
naturaleza esencial en tanto que ser puro. Cuando la
atención se dirige hacia el exterior, la percepción es clara y
penetrante, puesto que no se reviste de conceptos. En tal
caso, el mundo no se ve como algo separado de la
conciencia ni tampoco se ve menos vivido e inmediato que la
conciencia. Por su parte, la conciencia tampoco se ve como
algo subjetivo que se halle "aquí" separado de las
apariencias. Y es que la conciencia y lo que en ella aparece
emergen simultáneamente en el mismo campo unificado de
la presencia”
JOHN WELWOOD

6.- La Autoliberación

“Aquí no es preciso recurrir a ningún tipo de antídoto, ni la


comprensión conceptual, ni la reflexión, ni el «paso hacia
atrás», ni el desapego, ni la atención testigo. Cuando uno
está completamente presente en el pensamiento, en la
emoción o en la inquietud, todo se relaja y se vuelve
transparente al fundamento mismo de la conciencia. La
autoliberación no es un proceso dialógico sino la realización
«directa con el corazón» de la vacuidad del ser. De este
modo se posibilita el conocimiento íntimo de la realidad,
como dice Nishitani cuando escribe que «las cosas sólo nos
revelan su esencia [talidad] cuando renunciamos a la
circunferencia y saltamos al centro», un «conocimiento del
no-conocimiento» que representa una apertura y una
conexión plena con las cualidades autorreveladoras del yo,
del mundo y de los demás”
JOHN WELWOOD

“El entrenamiento terapéutico rara vez enseña al profesional


a permanecer abierto y atento a lo desconocido. Por esto,
cuando los terapeutas no saben bien qué hacer o qué decir,
suelen sentirse incómodos y en seguida echan mano a su
arsenal de técnicas o no tardan en desviar la atención de sus
clientes hacia un terreno más seguro y familiar,
desaprovechando así las posibilidades creativas que les
proporciona el momento presente”

“Los terapeutas suelen cerrar inadvertidamente la


experiencia de sus clientes situándola en casilleros
conocidos. Si el terapeuta, por ejemplo, no puede permitir
que su cliente permanezca abierto al espacio más amplio de
su ser, si no puede dejar que esa apertura siga su propio
ritmo o la interpreta convencionalmente, el cliente puede
regresar rápidamente a su vieja identidad conocida. Hay
ocasiones en las que el cliente puede abrirse a un
sentimiento que el terapeuta se resista a experimentar. En
tal caso es necesario que el terapeuta esté dispuesto a
aventurarse en territorio desconocido porque, en caso
contrario, se verá obligado a dar un paso atrás, ofrecer una
MATERIALES PARA EL DEBATE

Para S. Grof la psicoterapia transpersonal debiese hacerse cargo de


las “Crisis Transpersonales”. Estas son definidas como: “Emergencias
espirituales que pueden tener lugar de manera espontánea sin el
concurso de ningún factor desencadenante y también pueden ser
disparadas por el estrés emocional, el agotamiento físico, la
enfermedad, un accidente, una experiencia sexual especialmente
intensa, el parto, las drogas psicodélicas y diversas prácticas
meditativas”. Todas estas experiencias conllevan inusuales estados
de conciencia, cambio perceptual, emocional, cognitivo y
psicosomático.

Según D. Lukoff la “Emergencia Espiritual” puede ser diagnosticada y


tratada, es por ello que luego de una ardua pelea logro introducirla en
el DSM IV como “Problema Religioso o Espiritual”: “Esta categoría
puede usarse cuando el objeto de atención clínica es un
problema religioso o espiritual. Los ejemplos incluyen el
malestar que implica la pérdida o el cuestionamiento de la
fe, los problemas asociados con la conversión a una nueva
fe, o el cuestionamiento de los valores espirituales que
pueden o no estar necesariamente relacionados con una
iglesia organizada o con una institución religiosa”
MATERIALES PARA EL DEBATE

¿La Psicología Transpersonal, y más


específicamente la psicoterapia
transpersonal, pueden trabajar
temáticas o problemas que trasciendan
las Emergencias Espirituales o los
Problemas asociados a una conversión
religiosa o espiritual?
REFERENCIAS

Vaughan, F (1979). “Psicoterapia Transpersonal: Contexto,


contenido y proceso”, pp: 281 – 293, en Walsh, R y Vaughan,
F (1991) Más allá del Ego: Textos de Psicología
Transpersonal. Barcelona, Kairos.

Recuero, M (2007). Los modelos terapéuticos de Carl Jung y


de Carl Rogers. Ediciones PUC, Santiago.

Welwood, J (2002). Psicología del Despertar. Barcelona,


Kairos.

Lukoff, D (1998). “From Spiritual Emergency to Spiritual


Problem. The Transpersonal roots of the new DSM IV
category”, en Journal of Humanistic Psychology. Vol. 38, Nº 2.

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