Ser Catequista

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SER CATEQUISTA: UNA MISIN TRASCENDENTE, UN RETO Y UNA GRAN RESPONSABILIDAD.

Ser catequista no es cualquier cosa: Tienes en tus manos lo ms importante de la educacin de los nios, adolescentes y jvenes, pues lo que ellos aprendern de ti no slo les ayudar a conseguir una nota aprobatoria o un ttulo universitario, sino que les ayudar a ser verdaderamente felices en esta vida y a conseguir la felicidad eterna. Puede existir algo ms importante? Ser catequista es un reto y una gran responsabilidad: Pues el mensaje que transmitirs a tus catequizandos es el mensaje de Jesucristo y estars influyendo no slo en su intelecto, sino que llegars a su espritu, a su corazn, a su alma y podrs colaborar de una manera eficaz con el Espritu Santo en la transformacin en Cristo y para Cristo del corazn de cada nio, adolescente y joven. El catequista debe ser el mejor de los maestros, pero no solamente eso, sino un verdadero apstol, que sea capaz de ver en sus catequizandos a las almas que Jesucristo quiere que gue hacia l. Por todo esto, ser catequista no se puede tomar a la ligera. Para ser educador de la fe, se necesita un compromiso personal, serio, meditado y profundo. "No son ustedes los que me han elegido a m, soy Yo el que los ha elegido para que vayan y den fruto, y este fruto permanezca" Madurez espiritual: dominio de la fe, moral catlica y cultura general El catequista debe tener un amplio dominio de la fe y la moral catlica y una amplia cultura general. Debes estar a la altura de la madurez espiritual de tus catequizandos, ser capaz de responder completamente a todas sus dudas para orientarlos correctamente hacia la verdad. Para ser catequista no basta con la buena intencin. Por esto, el catequista que la Iglesia necesita:

Conoce y domina los conceptos y contenidos de la autntica doctrina catlica. Es asiduo estudioso de los temas referentes a la fe y la moral cristianas Estudia constantemente las enseanzas del Magistrado de la Iglesia, para no confundirse con ideas contrarias a su fe catlica. Profundiza diariamente en el mensaje Evanglico. Conoce a la perfeccin lo que Cristo vino a ensearnos. Tiene una amplia cultura general y la renueva constantemente, para ser capaz de aplicar la doctrina de la Iglesia a los temas y problemas actuales. Est siempre dispuesto a aprender y renovar sus conocimientos a travs de cursos de capacitacin y lecturas formativas.

Una profunda vida interior Nadie da lo que no tiene. Para transmitir fielmente el mensaje de Dios debes llenarte de Dios, ser una persona con una profunda vida interior, que reconoce el valor de la oracin y que ama profundamente a Jesucristo y a su Iglesia. Este amor forzosamente se reflejar en tu trabajo de catequesis. Por esto, el catequista que la Iglesia necesita:

Tiene una profunda vida de oracin Mantiene una relacin personal con Jesucristo. Lo ama realmente. Reconoce la accin de Dios en su tarea de catequesis, lo deja actuar por medio del Espritu Santo y recuerda siempre que El slo es un instrumento para sembrar la semilla que Dios har germinar. Valora la vida de Gracia y por ello se acerca frecuentemente a los sacramentos de la Penitencia y la Eucarista. Sabe que si el sarmiento se separa de la vid, no podr dar fruto. Ama a la Iglesia profundamente. Se alegra con sus triunfos y se entristece con sus fracasos. La defiende de los ataques de sus enemigos y trabaja por su extensin. Reconoce al Papa como la autoridad suprema de la Iglesia. Estudia su palabra y la toma como propia. Reconoce a Mara como su gran aliada en la tarea de la catequesis. Le tiene una gran devocin que la manifiesta con la imitacin de sus virtudes. Su testimonio gua a los alumnos a preferir a Dios sobre todos los atractivos del mundo, es testigo del gran tesoro de la fe catlica por el cual vale la pena luchar.

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