Oración Ignaciana
Oración Ignaciana
Oración Ignaciana
INTRODUCCIN A diferencia de Teresa y Juan de la Cruz, san Ignacio no condens sistemtica y detalladamente en un libro su doctrina espiritual, pero sta puede deducirse de sus mltiples escritos: Unos, como la Autobiografa y el Diario describen sus experiencias personales ntimas. Otros, como los Ejercicios Espirituales y las Constituciones, presentan en forma ms orgnica un mtodo y un gnero de vida concreto para buscar la propia santificacin en el cumplimiento de la voluntad divina. Otros, en fin, como su enorme Epistolario, indican normas adaptadas a diversas personas y circunstancias siempre apuntando al mismo fin del adelantamiento espiritual, propio y de los prjimos. Detrs de todos estos escritos no hay un terico de la vida espiritual, un escritor o un doctor. Pa1pita simplemente la experiencia de una vida vivida en plenitud. Ignacio es un mstico, favorecido con mltiples dones divinos, volcado a la accin. Ignacio, el Contemplativo en la accin, es el hombre del servicio a Dios: en esta idea se compendia toda la vida del santo, su esfuerzo asctico y su consagracin mstica. Y esta es la idea que presenta a sus discpulos como la norma conductora de sus vidas. Ahora bien, servir a Dios es, por definicin, cumplir su voluntad. Y esta voluntad debe ser descubierta, encontrada a travs de un discernimiento permanente en una escucha atenta de las voces interiores: los estados del espritu. Ignacio es un autntico maestro para disear esta escucha y descubrimiento de la voluntad divina; y, por supuesto, un magnfico ejemplo de fidelidad al cumplimiento de dicha exigencia. Uno y otro -el descubrimiento y el cumplimiento- encuentran su canal vital en el llamado examen, pues podr faltar tiempo para la meditacin -deca Ignacio- pero no para el examen. El examen rige el espritu de discrecin espiritual. A travs de l se escucha y se evala, se acopla la vida diaria al gran proyecto del Padre sobre el mundo, se siguen los pasos de Jess en un esfuerzo de identificacin amorosa. Examen es orar la historia de cada da; recibirla como concreta fidelidad personal de Dios; sentir cmo no ajustamos el paso de nuestra fidelidad al de la suya; y echar a correr, gozosos, para alcanzarle. 1. LA ORACIN, CLAVE DEL SISTEMA DE LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA Ignacio poda haber conformado unos Ejercicios Espirituales (EE.EE) a base de dilogos, instrucciones, lecturas, disputas, investigacin... Pero sigui otro camino: centr su sistema en la oracin: por este nombre de EE.EE se entiende todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental y de otras espirituales operaciones segn que adelante se dir (1). Propiamente no forma la oracin, sino las operaciones espirituales, el eje del sistema ignaciano; pero, de hecho, las operaciones espirituales que Ignacio emplea se reducen a formas de oracin que van preparando el alma para quitar de s todas las afecciones desordenadas, dndole luz para conocerlas, fuerza para quitarlas, y despus de quitadas para buscar y hallar la voluntad divina en la disposicin de su vida para la salud da su nima (1).
No toda oracin es propia de los EE.EE Solamente la que sirve para conseguir este fin. Sus caractersticas son las siguientes:
a.
Oracin en funcin del fin. Diramos que es una oracin prctica, un medio para obtener otra cosa. No se trata de hacer oracin por mero gusto espiritual, sino de descubrir la voluntad divina. Los gustos, la reflexin, el tiempo, todas las circunstancias estn en funcin de este fin. El entendimiento tiene que ser dilucidado por la virtud divina. Conviene tener gusto espiritual, pero en la medida que esto harta y satisface el nima (2). Este gusto espiritual es el medio para el alma, para que quede satisfecha, es decir, para que vea con claridad lo que necesita, y harta, es decir, que quede enteramente satisfecha, tenga la paz, la consolacin y quietud en la que descubre a Dios de modo ms perfecto. Las anotaciones van regulando el tiempo (brevedad en los puntos, p.e.), el estilo, la materia de las meditaciones, seal de la necesidad de ir acomodando cada ejercicio al fin que se pretende.
b.
Oracin con todas las facultades y potencias del hombre. No se trata de usar siempre todas las potencias, sino de saber el modo de orar con todas ellas cuando sea necesario. La ordenacin debe abarcar todo el hombre. Cada una de las facultades necesita llenarse de Dios, obrar segn su naturaleza para que se pueda realizar esta ordenacin. Ignacio habla de orar con las tres potencias del alma. Estas tres potencias son:
la memoria para recordar la historia que voy a contemplar o el hecho que quiero meditar o reflexionar; el entendimiento para calar bien el sentido de la materia de la meditacin; sirve para aplicarse a uno mismo la meditacin, para razonar; la voluntad, suscita afectos, durante toda la meditacin o contemplacin y, sobre todo, al final de la oracin.
En los EE.EE. la memoria representa las etapas de la historia de la salvacin realizadas por Cristo (acurdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos); la inteligencia, profundizando, detallando, analizando, tambin contempla, detenindose donde ha gustado de la verdad. Simplifica y se hace ms capaz de Dios. Este movimiento de interiorizacin provoca sensaciones, afectos, sentimientos, que atraen a la voluntad para tomar una opcin, no fra sino profundamente sentida y razonada. Del saber al sabor, del sabor al sentir, del sentir al decidir. Es la lnea profunda de la meditacin ignaciana: conocimiento interno para amar y seguir. Unas veces convendr una contemplacin ms afectiva, otras una meditacin ms racional. Lo importante es que ninguna parte del ser quede exenta de este ejercicio. Por ello pone san Ignacio oraciones vocales. Incluso el cuerpo ha de orar en cuanto puede, estando en la actitud corporal ms conveniente en cada momento segn las disposiciones, salud, materia (76). Los sentidos tambin han de cooperar, no slo a la aplicacin de sentidos, sino a toda clase de oracin (79-82), ya que la ordenacin se extiende tambin a ellos. Progresiva interiorizacin. A medida que el ejercitante va penetrando en la labor de los Ejercicios y va personalizando ms el trabajo, la oracin se va interiorizando y haciendo ms personal. San Ignacio va reduciendo sus explicaciones a medida que se avanza en los EE.EE El ejercitante necesita menos ayuda, puesto que va sintiendo cada vez ms cerca a Dios. Cada vez se le hace ms familiar el trato con el Seor, y puede directamente regular, segn las exigencias divinas, la marcha de la oracin, el modo de realizarla y evaluarla. Los EE.EE llevan a una maduracin de la personalidad, que tiene que reflejarse en el estilo de la oracin.
c.
No el mucho saber harta y satisface al alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente
2. RECOMENDACIONES O PASOS PARA ORAR IGNACIANAMENTE Al que hace los Ejercicios mucho aprovecha entrar en ellos con gran nimo y generosidad para con su Criador y Seor, ofrecindole todo su querer y libertad, para que su divina majestad se sirva de su persona y de todo lo que tiene, conforme a su santsima voluntad. a) Preparacin de la oracin No te olvides que sta es para BUSCAR Y ENCONTRAR A DIOS. 1. Ver sobre qu texto o asunto va a ser mi oracin. Si la hago sobre un texto bblico, intentar comprenderlo y fijar mi atencin en aquello que ms me atae. 2. Escoger la forma de oracin: meditacin, contemplacin, otras 3. Lugar, tiempo y postura: determinar la duracin y ser fiel buscar un lugar tranquilo, silencioso. Buscar una postura corporal que facilite la concentracin sobre lo que quiero orar. b) En la oracin 1er. paso: Oracin preparatoria (46) Pedir gracia a Dios Nuestro Seor para que todas mis intenciones, palabras y acciones se ordenen puramente a su servicio y alabanza. 2. paso: Composicin de lugar (47) Ver con los ojos de la imaginacin una escena adecuada a lo que quiero meditar o contemplar. Puede ser una escena bblica (habiendo ledo la lectura) o una escena o situacin de la vida real. 3er. paso: Peticin (48) Pedir la gracia que quiero lograr. Por ejemplo, pedir conocimiento interno de Cristo para ms amarle y seguirle; pedir dolor (si se ora sobre temas dolorosos como la Pasin) o gozo (si se hora sobre temas gozosos como la Resurreccin). 4. paso: Entrar tranquilamente en el tema de la oracin que prepar antes. Entrar en la contemplacin o meditacin, para sacar provecho espiritual. Aqu es donde Ignacio recomienda ver con detalle las escenas, ver las personas, como si presente uno se hallase, reflectir sobre uno mismo a la vista de las personas, escuchar lo que dicen y reflectir (qu me dicen a m), mirar lo que hacen y reflectir. 5. paso: Coloquio (dilogo) Buscar una conversacin amigable con Dios; alabando, pidiendo, agradeciendo, llorando, riendo siempre dialogando. 6. paso: Examen Anotar (53, 62, 71, etc.) Por un cuarto de hora examinar la oracin que hice. Cmo fue? Consolaciones? Desolaciones que tuve? Los llamados que Dios me ha hecho en esta oracin, etc. En fin, se trata de anotar: 1) Principales pensamientos que tuve; 2) Principales sentimientos; 3) A qu me invita Dios.
Por favor, sean valientes! Les dir una cosa. No la olviden. Oren, oren mucho! Estos problemas no se resuelven con esfuerzo humano. Estoy dicindoles cosas que quiero recalcar, un mensaje, quizs mi canto de cisne para la Compaa. Tenemos tantas reuniones y encuentros; pero no oramos bastante.
Pedro Arrupe, General de la Compaa de Jess (1965-1983)