Reyes-Ayala-Vanessa-Marco-Teórico

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Marco conceptual

1. Salud mental
Al hablar de salud mental, entendemos que se hace referencia al estado de
equilibrio entre una persona y su entorno social, cultural, político y/o económico; lo
que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones sociales en la
vida cotidiana. Es decir que salud mental no solo se reduce a la ausencia de una
enfermedad, sino que abarca el conjunto de las relaciones del sujeto, su
autonomía, y sus derechos como ser humano.

La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como “un estado de


completo bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias
capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar
de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su
comunidad” (OMS, 2013).

Pensar a los sujetos en un completo estado de bienestar es ir más allá de la


realidad, ya que todo sujeto transita en su vida diferentes procesos sociales,
económicos, emocionales, culturales, políticos, espirituales; siendo estos
factores que hacen que los sujetos no puedan alcanzar su bienestar total para
gozar de buena salud, por ello resulta necesario impulsar acciones de
prevención, promoción y cuidado de la misma en los diversos espacios de la
vida cotidiana como lo son las empresas.

Noack y Kaznachev citados por Juárez señalan que es necesario retomar el


enfoque sistémico para conceptualizar al fenómeno de la salud y proponen que
ésta es:

Un estado donde hay un balance o equilibrio productivo entre este estado y otros
sistemas, tales como un órgano, otra persona, grupo social o comunidad; además es
un proceso de conservación y desarrollo de las capacidades biológicas y psicológicas,
fisiológicas y psíquicas del hombre, su capacidad laboral óptima y una actividad social
adecuada durante la prolongación máxima de la vida (Juarez, 2004, p. 190).
De acuerdo con esta definición el ser humano, como ser social, se desarrolla en
diversos sistemas de su actividad social cotidiana que determinan su modo de
vivir y su salud, tales como la familia, el grupo religioso, los amigos y el trabajo.
Es este último el que ha jugado un papel primordial respecto al proceso salud-
enfermedad.

El concepto de salud mental dado por Silvia Bermann confirma que:

La salud mental consiste en el aprendizaje de la realidad para transformarla a través


del enfrentamiento, manejo y solución integradora de conflictos, tanto internos del
individuo como los que se dan entre él y su medio. Cuando dicho aprendizaje se
perturba o fracasa en el intento de su resolución, puede comenzarse a hablar de
enfermedad (Oramas y Santana, 2002, p.1).

El concepto de salud, y particularmente la salud mental, incluye


necesariamente, la realización de las potencialidades humanas, donde la
productividad resulta un reflejo y de ahí que, a pesar de que el trabajo puede
representar un elemento de riesgo por su tipo y condiciones, por el área donde
se realiza, por las condiciones ambientales o peligros, por las características
propias del contrato laboral, por los métodos y sitios donde hay que realizarlo, o
por las repercusiones en la salud o en la familia que de él puedan derivar, el
trabajo representa la alternativa a la productividad y a la salud mental tanto
individual como colectiva.

El Instituto Mexicano del Seguro Social define la salud mental como:

El estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural
que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo
piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. La salud
mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de una persona y su
comunidad (IMSS, 2017).

Pichón Riviere apunta que la salud mental se concibe como “la capacidad de
mantener con el mundo relaciones dialécticas y transformadoras que permitan
resolver las contradicciones internas del individuo y las de éste con el contexto
social” (Oramas y Santana 2002, p.12).

La definición de salud ocupacional citada por Naveillan del Comité Mixto OIT
señala el fomento y la mantención del más alto nivel de bienestar mental, la
prevención del daño a la salud y la protección en el empleo contra los riesgos.
La selección de personal, la orientación vocacional y la ergonomía (adaptación
del trabajo al hombre) también están incluidos en ella (Naveillan 1979).

La OIT parece haber centrado sus actividades de salud ocupacional en la


prevención de los accidentes del trabajo y en las enfermedades de índole física.

Ferrara plantea:

La salud se expresa correctamente cuando el hombre vive comprendiendo y


luchando frente a los conflictos que la interacción con su mundo físico, mental y
social le imponen y cuando en ésta lucha logra resolver tales conflictos aunque
para ello deba respetar la situación física, mental y social en la que vive o
modificarla de acuerdo a sus necesidades y aspiraciones (1995, p. 8).

De tal forma, que la salud corresponde al estado de optimismo, vitalidad que


surge de la actuación del hombre frente a sus conflictos y a la solución de los
mismos.

En cuanto al concepto biopsicosocial dado por Sánchez:

La salud en el terreno de lo mental implica que los sentimientos, intereses,


motivaciones, actitudes y valores de una persona maduran y cambian durante un
periodo de vida en el que se relaciona con otras personas y con el medio ambiente; que
manifiestan flexibilidad y estabilidad en habilidades de adaptación, desarrolla tareas
apropiadas a su tiempo y edad, y cumple roles con el máximo de efectividad y
satisfacción (Sánchez, 2014, p, 4).
Sanchez “ Enfermeria Psiquiatrica y Salud mental” 2014,

https://books.google.com.mx/books?
id=r3HIAwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=salud+mental&hl=es&sa=X&ved=
0ahUKEwjwr5G_1cHaAhVC3FMKHRW8BNA4ChDoAQhKMAc#v=onepage&q=
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