Temario Revisado Alumnos (2)
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PRESOCRÁTICOS
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Un mito es el relato de un suceso acaecido en “otro tiempo” (y otro mundo) distinto al nuestro, y cuyos
protagonistas son dioses o héroes. Este relato pretende explicar el origen y constitución de universo, los
fenómenos naturales y la cultura. Los mitos, por tanto, quieren responder a las preguntas: ¿por qué?, ¿desde
cuándo? Y la respuesta es siempre un acontecimiento en el que interviene un dios o un héroe.
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es esa Naturaleza, en qué consiste, cuál es su origen, quieren dar una respuesta
racional que sustituya la explicación mítica.
La etapa inicial de la filosofía va desde los inicios del siglo VI a.C hasta la primera
mitad del siglo V a.C. Los filósofos de esta época son llamados filósofos presocráticos,
aunque no todos son anteriores cronológicamente a Sócrates. Su preocupación
fundamental es la explicación de la Naturaleza (Physis).
La filosofía en este tiempo se desarrolla en las colonias Jónicas (situadas en el
mar Jónico y Egeo, son los núcleos de expansión de las ciudades griegas) y en las
Itálicas (los eleatas, en torno a las colonias del mar Adriático y el Tirreno). Por tanto, los
presocráticos se suelen clasificar en dos grupos, según su localización geográfica y la
orientación de su investigación:
1. Los jonios: físicos, investigadores de la naturaleza
2. Los itálicos: metafísicos, investigadores de los números y del “ser”, y con una
clara orientación mística
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Según el mito, todos los dioses son engendrados, son los dioses los que hacen el Mundo, no hay nada
eterno. Para el pensamiento mítico, todos los sucesos del universo dependen del capricho de los dioses.
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LOS FILÓSOFOS MONISTAS: TALES, ANAXIMANDRO Y ANAXÍMENES
Se agrupan bajo este nombre a los filósofos que establecen un único principio,
un único arché, como origen de todo.
Parece bastante probable que Tales tomase estas ideas de la mitología egipcia
y babilónica, además de sus observaciones personales (vivía en Mileto, importante
puerto de mar, y el agua es imprescindible para la vida)
Sostiene que el primer principio no puede ser ninguna sustancia concreta de las
que pueblan el universo, ya que todas ellas proceden de aquél, y denominó a su principio
“ápeiron”, o lo que es lo mismo, lo indeterminado, lo indefinido, algo inmortal que escapa
a los límites humanos.
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LA ESCUELA PITAGÓRICA
Respecto a Pitágoras (apróx 570-497) cuesta adivinar qué fue leyenda y qué
realidad, puesto que la tendencia de sus discípulos es atribuirle a él todo descubrimiento
hecho en la escuela.
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Creen también en un eterno retorno de los mismos acontecimientos en ciclos cerrados.
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Porque creen en la posibilidad de reencarnarse en una planta y no solamente en animales o personas.
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El atributo más característico de los dioses, para los griegos, es que son inmortales.
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Es completamente distinta de la concepción numérica del mundo que tendrán a partir del siglo XVI,
Galileo, Descartes, y en general la ciencia moderna.
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P. ej. para los pitagóricos, la suma de 1+1+1 es sólo una cantidad que coincide con la del 3, pero nos da
la cualidad específica del “ser tres”, la “trinidad”. Igualmente 1, no es sólo la cantidad que es menor que
4
HERÁCLITO (apróx. 544-484)
El principio del universo es el fuego, eterno y encendiéndose o apagándose
según cierto orden y medida8.
La tesis principal de la doctrina de Heráclito es que las cosas están en cambio
permanente, que el mundo es un permanente devenir. Afirma radicalmente que todo
cambia y nada permanece, y esta permanente movilidad se fundamenta en la estructura
contradictoria de toda la realidad. La ley que rige el universo es “la lucha de contrarios”,
Heráclito que llega a decir que “la guerra es el padre de todas las cosas”. Cada cosa es
prevaleciendo sobre su contrario, pero, por eso mismo, la cosa nos remite a su contrario,
precisa de él9.
LOS PLURALISTAS
Bajo este nombre se agrupan una serie de pensadores que establecen varios
principios como origen de todo lo que hay.
Serían entre otros:
- Empédocles de Agrigento (495-435aC): tierra, agua, aire y fuego.
- Anaxágoras de Clazomene (500-428 aC): semillas
- Los atomistas, Leucipo y Demócrito de Abdera (460-370 aC): los átomos.
1.01 y mayor que 0.99, sino la “unidad”; y como tal, algo que pertenece a todas las cosas (en tanto que toda
cosa es “una”). Es decir, toda cosa es algo, tiene un ser, en tanto está determinada por la unidad.
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“Este mundo... no lo ha creado ningún hombre o dios; siempre fue, es y será fuego, eternamente vivo”
(Fr. 30)
9
El calor surge imponiéndose al frío, pero es necesario contar con el frío para que el calor sea calor; es
decir, esta imposición no aniquila al otro en la nada, sino que lo oculta momentáneamente.
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LOS SOFISTAS:
1.1 Contexto
1.2 Características
SÓCRATES
2.1 Introducción
2.2 Características
1. LOS SOFISTAS
1.1 CONTEXTO
Los sofistas son un conjunto de pensadores griegos que vivieron durante los
siglos V-IV a. C. durante el periodo histórico que conocemos como época clásica.
Aunque procedían de las más diversas polis la mayoría de ellos desarrollaron su
actividad (al menos en algún momento de su vida) en Atenas, que se había constituido
en el centro de un auténtico imperio al hacerse con el control de la Liga de Delos.
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eran capaces de enseñarla. Son excelentes oradores, viajeros, gente formada y con
experiencia, que abandona su patria y recorren la Hélade mostrando sus habilidades y
enseñando a los ciudadanos sus conocimientos.
1.2 CARACTERÍSTICAS:
1. Los sofistas ejercen como profesionales del saber, cobrando un sueldo (su
enseñanza está orientada al triunfo social y, por lo tanto, tiene un valor en el
mercado). Orientan sus enseñanzas a obtener fines prácticos, a triunfar en la
vida política.
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Mientras las polis tuvieron gobiernos de corte aristocrático la virtud era considerada patrimonio exclusivo
de la nobleza a la que correspondía por nacimiento. Ahora, y tras el triunfo de los sistemas democráticos,
se irá imponiendo la idea de que la virtud es enseñable (y los sofistas colaborarán como nadie en la difusión
de esta idea).
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En Atenas no había abogados que defendieran al acusado, cada uno tenía que defenderse a sí mismo
delante de un tribunal compuesto por ciudadanos elegidos al azar que con frecuencia daban la razón a quien
mejor hablaba.
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5. Siguen el llamao principio de homomensura: los dioses existen para los que
creen en ellos y no existe para los que no creen. Un buen sofista no se pronuncia
a este respecto.
6. Los rasgos más característicos de los sofistas son los que se refieren a su
postura ante la verdad. Defienden:
7. Fueron los primeros que reconocieron el valor formativo del saber y elaboraron
el concepto de Cultura (Paideia = formación), entendida como educación, es la
sabiduría puesta al servicio de la educación del ciudadano común.
• Pródico: afirmó que ninguna religión es verdadera, que las creencias religiosas
surgen de la inclinación psicológica de los hombres a adorar aquello de lo que
depende su vida o les infunde temor. Los seres divinos de los que hablan las
religiones no son más que creaciones de nuestra subjetividad debido al temor y
a la necesidad.
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2. SÓCRATES (470-399 apróx.)
2.1 Introducción
Comienza entonces su tarea interrogando a los políticos, quienes suelen sostener que
lo saben todo y ofrecerse para resolver toda clase de problemas. Sócrates los interpela
acerca de qué es la justica, pero le dan respuestas erróneas o no tienen absolutamente
ninguna contestación.
Sigue su labor e interroga a los poetas ya que en sus poemas generalmente dicen cosas
profundas y maravillosas, pero frente a los cuestionamientos Sócrates descubre que los
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poetas resultan incapaces de dar razón de lo que dicen, porque cuando hablan no son
sus palabras las que expresan, sino que son las palabras de las musas, y de ahí que no
comprendan el sentido de los dichos que sus propias voces enuncian.
Finalmente, Sócrates interroga a los artesanos que tienen, efectivamente, un saber más
positivo debido a que saben fabricar cosas útiles y dar razón de cada uno de los
procedimientos que llevan adelante para hacerlo; pero encuentra Sócrates que por
conocer todo lo que respecta a sus especialidades, los artesanos creen saber también
de las cosas que no son su especialidad, y quienes crean esto no podrán ser los más
sabios de entre los hombres.
Llegado este punto Sócrates comprende la verdad tras las palabras del oráculo: los
demás creen saber, cuando en realidad no saben y peor aún: no tienen conciencia de
su propia ignorancia; conciencia que Sócrates sí posee y que se pone de manifiesto en
su frase “sólo sé que nada sé”. Es exactamente ahí donde reside toda su sabiduría, en
reconocer su ignorancia.
Al llegar a esta conclusión Sócrates queda convencido de que las palabras del Oráculo
le estaban encomendando una misión, a saber: examinar a los hombres para mostrarles
lo frágil de su supuesto saber, para hacerles ver que, en realidad, no saben nada;
llevarlos a tomar conciencia de los límites de la naturaleza humana, y librarlos de la
ilusión de falso saber en la que se encuentran absortos.
2.2 Características
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1. No cobra por enseñar, no entiende el saber como instrumento al servicio
del éxito social, y por tanto como algo que tiene un precio en el mercado, sino
como búsqueda de la verdad.
7. Adopta como método el diálogo. Aunque también los sofistas son maestros
del diálogo, éstos lo entienden, sobre todo, como discusión, por el contrario,
el diálogo será usado por Sócrates como medio de aproximación a la verdad,
al conocimiento.
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8. El método socrático : Sócrates mantiene la creencia de que puede
alcanzarse el conocimiento objetivo y universal sobre aquello que interesa al
hombre, su vida ética. Para ello ha de encontrar la verdad. La verdad la lleva
cada uno en sí mismo y tiene que descubrirla; desde fuera sólo cabe que
alguien ayude a otro a descubrirla es decir, que haga de comadrona,
mediante la mayéutica. A SÓCRATES le gustaba afirmar que había heredado
el oficio de su madre. Este oficio lo ejercía él ayudando a que los hombres
"dieran a luz" la verdad.
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Sin duda, Sócrates, conocía las investigaciones de los filósofos anteriores acerca de la naturaleza, pero
pronto debió de quedar decepcionado por sus planteamientos y decidió dedicarse a reflexionar sobre sí
mismo y sobre la vida en la ciudad: “Nada me enseñan la tierra y los árboles, sino los seres humanos en la
ciudad” (Fedro, 230d)
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PLATÓN
1.BIOGRAFÍA Y OBRAS
• Introducción
• Influencias
• Etapas
• El demiurgo
• La reminiscencia y el amor
• Educación
• Formas de gobierno
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1. BIOGRAFÍA Y OBRAS
Aristocles (427-347 a.C.), llamado más tarde Platón por lo ancho (platys) de sus
hombros o de su frente, nació en Atenas, hacia el 427 a.C. De familia aristocrática, tanto
él como sus parientes creían descender directamente de los dioses. A los 20 años
conoce a Sócrates, al que estará muy ligado durante toda su vida. Pronto se sintió
inclinado hacia la acción política (entre los Treinta Tiranos de Atenas hubo dos parientes
suyos y varios conocidos), pero se desilusionó cuando condenaron a muerte a Sócrates.
Se dio cuenta de que la legislación y la moralidad estaban corrompidas, y llegó a la
conclusión de que sólo la filosofía puede mostrar dónde está la justicia: "No acabarán
los males hasta que llegue la raza de los filósofos auténticos y limpios al poder, o hasta
que los políticos no se pongan a filosofar en serio". Su filosofía tiene una finalidad
claramente práctica, política. Y en su Academia pretende educar a los futuros
gobernantes-filósofos. Su ilusión: crear un Estado en el que la muerte de Sócrates -el
mejor, más sabio y justo de los hombres conocidos- resulte imposible.
Obras
Platón es un gran escritor, tal vez el más brillante de toda la filosofía griega, pues su
estilo es claro, y tiene, en muchas ocasiones, un alto valor literario. No deja de ser
curioso que exponga, no sólo su pensamiento, sino también el de sus oponentes,
trasmitiéndonos así un completo y variado retrato intelectual de su época. De Platón nos
quedan muchas obras escritas. Aunque se cree que sus lecciones de la Academia, su
obra científica, se ha perdido, nos quedan sus diálogos, conversaciones imaginarias
entre personajes conocidos de la época. Por las obras platónicas desfila toda la élite
ateniense de su tiempo y, por ello, son de una riqueza costumbrista, social, psicológica,
biográfica e histórica de primera fila, pero, sobre todo, literarias.
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Casi todos los diálogos tienen una estructura similar: al comienzo se presenta
la cuestión fundamental de la que tratará la obra. A continuación, y, normalmente
a través de preguntas y respuestas, se muestra la falsedad de ciertas opiniones
manifestadas por los interlocutores. Finalmente, mediante un proceso mayéutico,
se conduce el diálogo hacia el descubrimiento de la verdad. Platón, además, incluye
en sus diálogos numerosos ejemplos y mitos para intentar hacer más sencilla y didáctica
la exposición de su obra. Y es que no podemos olvidar que Platón quería que su
pensamiento se comprendiera y divulgara, pues estaba firmemente convencido
de que éste era el único modo de educar en la verdad al pueblo ateniense.
Ahora bien, eso no quiere decir que no existan, también, en sus obras pasajes
oscuros y complicados, sobre todo aquéllos en los que el propio Platón revisa sus ideas
o en los que expone los temas más abstractos de su pensamiento.
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- Hipias Mayor: sobre la belleza.
✓ Período de vejez: suponen en muchos casos una fuerte crítica a algunas de sus
teorías anteriores:
- Sofista y Político: son dos diálogos que debían ser completados con un
tercero, el Filósofo, que nunca escribió.
- Timeo
- Critias
- Las leyes
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2. LA TEORÍA DE LAS IDEAS13 (Plano ontológico)
Introducción
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Esta teoría constituirá la base sobre la que se asiente toda su filosofía, desde la física, hasta la ética y la
política, pasando por la antropología y la teoría del conocimientos. Sin embargo en las obras de Platón
nunca aparece la teoría de las ideas desarrollada como tal teoría.
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Influencias
Así es como Platón plantea su Teoría de las Ideas, que constituirá la base sobre
la que se asiente todo su proyecto filosófico, desde la física hasta la ética y la política
pasando por la antropología y la teoría del conocimiento.
1. El Mundo Sensible:
▪ Es pura apariencia
▪ No hay un saber fijo y cierto a cerca de este mundo y, por tanto, sobre él
no se puede hacer ciencia.
2. El Mundo Inteligible:
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▪ Las ideas constituyen la auténtica realidad
A cada clase de objetos que existen en el mundo sensible corresponde una idea,
una esencia, en el mundo suprasensible, y esta idea es la auténtica realidad. El mundo
sensible, el mundo en el que vive el hombre es, pues, una realidad de segunda clase,
de categoría inferior, que únicamente es en la medida en que participa del mundo ideal,
inteligible.
Tienen las siguientes características (cada una de las ideas reúne las
características del ser de Parménides):
a) Las ideas son seres, en el pleno sentido de la palabra. Son inmutables, eternas,
universales e inmateriales. Solo hay una idea de “justicia” y solo hay una idea de
“árbol” si bien, todas las acciones justas así como todos los árboles de la
naturaleza no son sino una copia o representación sensible de estas ideas
eternas e inmutables.
c) Son las causas de las cosas, así las cosas bellas son tales porque imitan o
participan de la Idea de Belleza o de la Belleza en sí.
d) Se encuentran jerarquizadas:
1. Por encima de todas estaría la Idea de Bien, principio supremo del orden
y el conocimiento. Es la causa de la esencia y existencia de las demás
ideas, es como el Sol del mundo inteligible (Mito de la Caverna, p. 31). Es la
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causa universal de todas las cosas buenas y bellas… la fuente de la
verdad y la razón.
Esta relación jerárquica entre las Ideas le lleva a postular una cierta unidad en el
ámbito del mundo inteligible: cada Idea participa de las situadas en un plano superior,
por lo tanto, todas participan de la Idea de Bien y, consiguientemente, todas se hallan
unificadas mediante la Idea de bien. Todas las ideas están relacionadas siguiendo un
orden lógico, formando un “symploké”, un todo organizado y armonioso.
Etapas
La palabra idea viene del griego Eidós, participio de pasado del verbo “ver”. En
este sentido la idea sería lo visto. En esta primera etapa, la teoría de las Ideas tiene una
intención práctica, pues es el fundamento último o la referencia de las virtudes.
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El Demiurgo
Platón dedica una de sus últimas obras, Timeo, a explicar su concepción del
mundo sensible, del "mundo visible", mundo que se encuentra entre el ser y el no ser,
sin verdadera y propia realidad, siempre cambiante, y que no es sino una imagen, una
copia de la idea a la que tiende a imitar sin conseguirlo nunca.
- Imitación: las cosas imitan a las ideas, pero explicar cómo se da esta
imitación le plantea problemas a Platón (esta explicación es propia de los
diálogos de madurez).
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3. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO (Plano epistemológico)
- Figúrate ahora unas personas que pasan a lo largo del tabique llevando objetos
de toda clase, figuras de hombres, de animales de madera o de piedra, de suerte que
todo esto sobresale del tabique. Entre los portadores de todas estas cosas, como es
natural, unos irán hablando y otros pasarán sin decir nada.
-Se parecen, sin embargo, a nosotros punto por punto, dije. Por lo pronto, ¿crees
que puedan ver otra cosa, de sí mismos y de los que están a su lado, que las sombras
que el fuego proyecta enfrente de ellos en el fondo de la caverna?
-¿Cómo habían de poder ver más, dijo, si desde su nacimiento están precisados
a tener la cabeza inmóvil?
-y respecto de los objetos que pasan detrás de ellos, ¿pueden ver otra cosa que
las sombras de los mismos?
-Si pudieran conversar unos con otros, ¿no convendrían en dar a las sombras
que ven los nombres de las cosas mismas?
-Por fuerza.
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- y si en el fondo de su prisión hubiera un eco que repitiese las palabras de los
transeúntes, ¿se imaginarían oír hablar a otra cosa que a las sombras mismas que
pasan delante de sus ojos?
-En fin, no creerían que pudiera existir otra realidad que estas mismas sombras
de objetos fabricados, dije yo.
- y si se le obligase a mirar la luz misma, ¿no sentiría dolor en los ojos? ¿No
volvería la vista para mirar a las sombras, en las que se fija sin esfuerzo? ¿No creería
hallar en éstas más distinción y claridad que en todo lo que ahora se le muestra?
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al fin podría, creo yo, no solo ver la imagen del sol en las aguas y dondequiera que se
refleja, sino fijarse en él y contemplarlo allí donde verdaderamente se encuentra y tal
cual es.
-Necesariamente, dijo.
-Es evidente que llegaría, después de aquéllas, a hacer todas estas reflexiones,
dijo.
- y ¿qué? Si en aquel acto recordaba su primera estancia, la idea que allí se tiene
de la sabiduría y a sus compañeros de esclavitud, ¿no se regocijaría de su mudanza y
no se compadecería de la desgracia de aquellos?
-Efectivamente.
-¿Crees que envidiaría aún los honores, las alabanzas y las recompenses que allí,
supuestamente, se dieran al que más pronto reconociera las sombras a su paso, al que
con más seguridad recordara el orden en que marchaban yendo unas delante y detrás
de otras o juntas, y que en este concepto fuera el más hábil para adivinar su aparición;
o que tendría envidia a los que eran en esta prisión más poderosos y más honrados?
¿No preferiría, como Aquiles en Homero, 'trabajar la tierra al servicio de un pobre
labrador' y sufrirlo todo antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
-No dudo que estaría dispuesto a sufrir cualquier destino antes que vivir de esa
suerte, dijo.
-Fija tu atención en lo que voy a decirte, seguí. Si este hombre volviera de nuevo
a su prisión para ocupar su antiguo puesto, al dejar de forma repentina la luz del sol,
¿no se le llenarían los ojos de tinieblas?
-Ciertamente, dijo.
- y si cuando no distingue aún nada, antes de que sus ojos hayan recobrado su
aptitud, lo que no podría suceder en poco tiempo, tuviese precisión de discutir con los
otros prisioneros sobre estas sombras, ¿no daría lugar a que estos se rieran, diciendo
que por haber salido de la caverna se le habían estropeado los ojos, y no añadirían,
además, que sería para ellos una locura el intentar semejante ascensión, y que si alguno
intentara desatarlos y hacerlos subir sería preciso cogerle y matarle?
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- y bien, mi querido Glaucón, dije, ésta es precisamente la imagen que hay que
aplicar a lo que se ha dicho antes. El antro subterráneo es este mundo visible; el fuego
que le ilumina es la luz del Sol; en cuanto al cautivo, que sube a la región superior y que
la contempla, si lo comparas con el alma que se eleva hasta la esfera inteligible, no
errarás, por lo menos, respecto a lo que yo pienso, ya que quieres saberlo. Sabe Dios
sólo si es conforme con la ver- dad. En cuanto a mí, lo que me parece en el asunto es
lo que voy a decirle. En los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien,
que se percibe con dificultad; pero una vez percibido no se puede menos de sacar la
consecuencia de que ella es la causa primera de todo lo que hay de bello y de recto en
el universo; que, en este mundo visible, ella es la que produce la luz y el astro de que
ésta procede directamente; que en el mundo invisible engendra la verdad y la
inteligencia en fin, que ha de tener fijos los ojos en esta idea el que quiera conducirse
sabiamente en la vida pública y en la vida privada."
Platón imagina unos hombres que viven dentro de una caverna en la que no
entra ninguna luz del exterior. Esta caverna representa el mundo sensible, el mundo
material de las apariencias pues estos hombres viven sentados y atados, de tal forma
que solo pueden mirar una pared que tienen delante de ellos. Detrás de ellos,
continuamente, pasan frente al foco de un fuego, objetos, de tal modo que, por la luz de
las antorchas, estos objetos proyectan sus sombras en la pared, y esas sombras son lo
único que los hombres ven a lo largo de su vida. Pero como los hombres solo pueden
ver la pared y no lo que hay detrás de ellos creen que todo lo que existe es esa realidad
y que las cosas son tal y como las ven en las sombras reflejadas que pasan
continuamente ante sus ojos. Es una perfecta analogía del mundo de la apariencia. Los
hombres sólo vemos en nuestra vida cotidiana sombras cambiantes que tomamos por
la realidad cuando la realidad está detrás y responde a otros objetos inmutables y fijos
en sí que son las ideas.
Pero entre todos estos hombres, a veces, surge uno que es capaz de librarse de
las cadenas que le atan a la silla y dar la vuelta para ver a qué responden las sombras
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que ellos venían tomando como verdades hasta entonces. Ese hombre es el filósofo
y su descubrimiento las ideas.
Sin embargo, la tarea del filósofo no acaba ahí. No hay que olvidar que la
principal motivación platónica era la política. y ha descubierto su verdad y su belleza,
el bien, el sol que derrama sus rayos sobre todas las cosas, en volver a la caverna.
Descender de nuevo a la oscuridad y a las sombras, sin dejarse engañar ya por
ellas, pues conoce la verdad, y hablar con los otros hombres que siguen
encadenados frente a las sombras (los ciudadanos) para hacerles ver lo que él ha
visto, liberarlos de las cadenas y mostrarles el engaño de las sombras, el camino hacia
el exterior, hacia la verdad, la belleza y el bien. Esta es la tarea del filósofo, mostrar
a todos los ciudadanos, a la ciudad, cuál es el verdadero ser de las cosas y una
vez alcanzado eso poder orientar el camino de la polis según esas verdades. Pero
no es sencillo, concluye Platón, ya que los hombres están tan acostumbrados y
tan acomodados en esa silla, atados, frente a las sombras, y les es tan sencillo conocer
sólo las apariencias, que no se dejan convencer fácilmente y prefieren a menudo
seguir engañándose antes que liberarse de las cadenas y recorrer el duro camino
hacia el Bien.
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en el Fedón, es la teoría de la reminiscencia. La segunda, contenida en la República, es
la explicación de la dialéctica. Y la tercera, que se encuentra en el Banquete, es la teoría
del amor.
Las cosas son recordatorios para que el alma actúe sobre sí misma con el fin de
encontrar la idea correspondiente, que sea válida para todos los objetos. Para
expresarlo, Platón recurre a la expresión “ideas en sí”, porque no están ni estarán
condicionadas por ningún objeto real.
En el Fedro, Platón recurre a un mito para explicar cómo el alma conoce las ideas
antes de su entrada en el cuerpo. Es el mito del carro alado (lo veremos más adelante).
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Lo que en español designamos con la plabra “amor” era designado en griego con tres expresiones
distintas: eros (deseo), philia (amistad) y ágape (estimación, reciprocidad).
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La Dialéctica y el Pasaje de la Línea.
OPINIÓN O DOXA:
• Conocimiento propio del mundo de las cosas cambiantes, del mundo sensible.
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Posee dos niveles:
b) Pistis: creencia:
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.2°) EPISTEME O CIENCIA:
Podemos distinguir:
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- La dialéctica ascendente que es el el método que permite ir de lo
sensible a lo inteligible camino de ascenso del liberado hacia la auténtica
realidad)
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4. ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA
Por otra parte, ningún ser humano aislado tiene capacidad para ser bueno o
sabio. Para ello necesita a toda la comunidad política, al Estado. En la práctica, esto
significa que sólo la virtud y el Estado hacen posible el acceso a las Ideas, aunque sean
las Ideas el fundamento último de la virtud y del Estado.
El alma, afín a las ideas y como ella inmaterial es, por naturaleza, inmortal.
Platón define el alma como una realidad espiritual, inmortal, cuyo lugar es el Mundo de
las Ideas (Mundo Inteligible). Es, además, el principio que anima el cuerpo y sin el cual
éste permanecería sin vida y sin movimiento. Es, por tanto, lo que vincula al hombre con
la realidad verdadera.
La unión del alma con el cuerpo no es un estado esencial del alma, sino un
estado accidental y transitorio. Mas aun, no es solo accidental, sino que puede
caracterizarse como antinatural, ya que el lugar propio del alma es, el Mundo de las
Ideas y su actividad más propia es la contemplación de éstas.
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exigencias y necesidades, que tratan de imponerse tiránicamente al alma, impidiéndole
el ejercicio del conocimiento intelectual. El alma, pues, ha de oponerse al cuerpo y a sus
demandas, y en esto consiste la auténtica sabiduría.
El mito del carro alado, que aparece en el diálogo de madurez Fedro, nos acerca
a la cuestión del alma..
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En el Fedro explica la armonía que hay entre las distintas partes del alma. La
armonía se produce cuando la razón gobierna al valor y al deseo. Platón llama justicia
a la virtud que armoniza las otras virtudes del ser humano.
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5. TEORÍA POLÍTICA
Todos sus esfuerzos se dirigen pues, a proyectar una reforma política. La base
de la reforma platónica será la educación y la última justificación de sus gobernantes el
saber, entendido en la línea de la identificación socrática entre saber y virtud
(intelectualismo ético).
Platón afirma que el hombre es un ser social por naturaleza. Esto quiere decir
que el hombre tiene una naturaleza que le empuja a vivir en sociedad con los demás
hombres y que el individuo, por sí solo, no puede alcanzar el bien, y necesita vivir en
sociedad para poder hacerlo. Solamente en un Estado justo es capaz el hombre de
alcanzar la justicia (virtud que para Platón consiste en la realización de las demás
virtudes); el Estado tiene, pues, una función salvadora para el individuo.
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Organización de la sociedad
Guardianes – guerreros
Gobernantes – filósofos
Y si en el individuo era el alma racional la que debía dirigir a las otras dos, en la
organización social son los gobernantes los que deben dirigir a los guardianes y a los
productores.
Sólo cuando estos tres grupos vivan en armonía, es decir, cuando cada uno
cumpla con sus funciones sin inmiscuirse en el campo de los demás, se dará el equilibrio
social y se realizará la justicia.
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La educación
Con el fin de que esta situación ideal de armonía y equilibrio se realice, Platón
se preocupa, además, de dar una serie de normas prácticas sobre cómo ha de ser tanto
el tipo de educación como el tipo de vida que han de llevar los miembros de cada uno
de los estamentos, especialmente los gobernantes y los guardianes.
Hay que educarlos de manera que sepan reprimir sus apetitos sensibles, refrenar
sus deseos y no tener otro objetivo que la salvaguardia de la comunidad. El modo de
conseguir esto es seleccionarlos desde la infancia haciéndoles pasar por pruebas físicas
que permitan descubrir quiénes poseen una naturaleza más adecuada para ser capaces
de dominar sus cuerpos.
Los gobernantes:
Serán elegidos entre aquellos que hayan demostrado una mayor voluntad de
justicia. Se les educará en una serie de disciplinas que les enseñen a desconfiar de los
sensible y a valorar lo inteligible, para que estén preparados para acceder a realizar el
último paso de la dialéctica y contemplar la Idea de Bien. Este momento no será antes
de los cincuenta años
Por eso, en “La República” habla de una serie de formas de gobierno (de las
cuales sólo una corresponde a la organización ideal), que se suceden unas a otras en
un ciclo ininterrumpido.
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sabiamente por magistrados que, poco a poco, y por inadvertencia, dejarían de procrear,
viéndose obligados a unirse con los militares para poder seguir gobernando.
Al ejercer los militares el poder acumularán botín tras botín, grandes riquezas de
las que no disfrutarán debido a su educación austera. Pero sus hijos, que no tienen ese
tipo de educación, se aprovecharán de las ventajas de las riquezas. Se establecerá
entonces una forma de gobierno en la que los asuntos públicos quedarán en manos de
los que posean la riqueza, es la oligarquía plutocrática. En esta sociedad la división
entre ricos y pobres se hará cada vez más profunda.
A través de este análisis se puede apreciar cómo para Platón la única forma de
gobierno válida es aquélla en la que los filósofos detentan el poder y a la que se puede
calificar, con cierta ironía, como di descubrimiento de la verdad objetiva.
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Hay que tener en cuenta las características de la democracia decadente que Platón conoce, y que es la
que ha condenado a muerte a Sócrates
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ARISTÓTELES
1. BIOGRAFÍA
2. COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS CON PLATÓN
3. LA METAFÍSICA
4. LA FÍSICA
5. EL SISTEMA DEL MUNDO
6. EL CONOCIMIENTO
7. LA TEORÍA DEL ALMA
8. LA TEORÍA ÉTICA
9. LA TEORÍA POLÍTICA
1. BIOGRAFÍA Y OBRAS
Nació Aristóteles (384 – 322) en el año 384 a. C. en Stágira, pequeña polis, fundada
por colonos jonios en la península de Calcis, cercana a Macedonia -reino considerado
por los griegos como semibárbaro- y, frecuentemente, sometida a ella.
Poco antes de morir Platón, en 347 a. C., Aristóteles abandonó Atenas. El auge del
partido antimacedón de Demóstenes, la política agresiva de Filipo -ya rey de Macedonia
y, desde antiguo, amigo de Aristóteles- y las estrechas relaciones de éste con aquélla
le aconsejan esta salida, que no será la última.
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Todo cambió, sin embargo, en el 335 a. C. Filipo había sido asesinado un año antes
y, en consecuencia, Alejandro había sido proclamado nuevo rey. Atenas, siempre
antimacedona, provoca la guerra entre Tebas y Macedonia -esperanzados por la
inexperiencia del joven rey-, pero Alejandro asedió, conquistó y arrasó Tebas. Los
atenienses se apresuran entonces a felicitar a Alejandro y a ponerse a su disposición:
Atenas es ocupada y ningún peligro impide su vuelta a Aristóteles.
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La obra Aristotélica
La obra de Aristóteles abarca una amplitud tal de temas que podemos considerarla
enciclopédica. Buena parte de las obras de Aristóteles adquirieron su redacción
definitiva después de su muerte
Es frecuente presentar las obras aristotélicas agrupadas en tres bloques: los escritos
de divulgación, los tratados científicos y filosóficos y las recopilaciones de materiales.
c) Tratados de Biología: Acerca del alma, Historias de los animales, Acerca de las
partes de los animales, Acerca del movimiento de los animales y Acerca de la
generación de los animales.
A pesar de ser el gran pensador del siglo IV a.C., su obra no corrió la misma suerte
ni tuvo un éxito tan inmediato como la de Platón, ya que no fue plenamente conocida
hasta su traducción completa ya en plena Edad Media, época en que será reconocido
como el filósofo por los pensadores árabes, judíos y cristianos, quienes utilizarán la
obra de Aristóteles como base de sus especulaciones metafísicas. Hay que destacar
también la profunda influencia de su concepción de universo que constituyó la
cosmología oficial hasta la consagración de la ciencia moderna en el siglo XVI, así como
en la tradición empirista que busca el conocimiento a partir de la experiencia; de hecho,
será uno de los impulsores del método inductivo, es decir, basado en observaciones.
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2. COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS CON PLATÓN
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Con Platón se va todavía más lejos, y la naturaleza (la physis, el mundo
sensible) no sólo es relegada como objeto del pensamiento, sino que la hace
ocupar un segundo plano en la realidad, por debajo del mundo de las Ideas
en las que radica el ser, la realidad plena. Con Aristóteles la naturaleza
vuelve a tener un papel central en el pensamiento y además se produce una
nueva definición de lo que se entiende por tal.
✓ Si para explicar el ser de las cosas del mundo sensible se echa mano de
las Ideas esto nos lleva a admitir que para cada cosa tiene que haber una
Idea correspondiente. Pero entonces, si hay Ideas de cada cosa, tendrá
que haber también Ideas de relaciones. Es decir, además de ideas de
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“grande”, “pequeño”, tendrá que haber Ideas de “mayor que”, “menor
que”...; además de las ideas de “hombre”, tendrá que haber ideas de “ser
padre de”... Con esto se pierde el carácter fundamental de las Ideas, su
simplicidad y unicidad
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4. LA METAFÍSICA
La Filosofía Primera
Aristóteles se propone realizar un profundo análisis del Ser, de todo ser. Ante el
problema pre-socrático (ser y cambio, Parménides – Heráclito), Platón había creído
encontrar la solución en el mundo de las ideas (lo que permanece) y el mundo sensible
(lo que cambia).
Pero, Aristóteles, se pregunta: ¿cómo explicar el ser de las cosas si “el ser” –
según Platón- no está en ellas mismas?; ¿cómo explicar el movimiento si las ideas son
estáticas? Aristóteles inicia su reflexión desde la observación directa. Su proceso es de
abajo arriba, lo contrario de Platón, que procedía de arriba abajo. No parte del mundo
de las Ideas sino desde la realidad concreta de cada ser. Él es un gran biólogo y está
acostumbrado a observar la vida de los animales.
Con independencia de su entidad (aquello que cada cosa es) la razón percibe
que en todos los entes se da algo común: que todos son; todos tienen en común el ser
con independencia de lo que sean.
En consecuencia, del mismo modo que hay una ciencia para cada clase de
entes, debe haber otra ciencia que tenga como objeto propio lo que todos tienen en
común, el “ser en cuanto ser”.
Esta ciencia no existía antes porque hasta Aristóteles nadie había planteado el
estudio del ser en cuanto ser. Por eso el estagirita la llama “ciencia buscada” y también
“Filosofía Primera”, porque su objeto es el ser, anterior (prioridad ontológica) y primero.
El estudio del ser lo hace Aristóteles en su obra Filosofía Primera, que a partir
del siglo XII se llamará Metafísica. La palabra metafísica no fue acuñada por Aristóteles,
se le atribuye a Andrónico de Rodas o, tal vez, a algún bibliotecario alejandrino que la
usó para designar los libros colocados después de los de física (pues el prefijo meta
significa “más allá”, más allá de la Física). También puede referirse este término a los
libros que tratan temas que están más allá de lo puramente físico, que es la
nomenclatura utilizada en el Medievo.
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una ciencia fundamental y previa a todas las demás, ya que establece las bases sobre
las que éstas se asientan. Las ciencias particulares toman sus nociones de la metafísica
sin detenerse a explicarlas. Por ejemplo, la física habla de causas, pero no se detiene a
explicar la noción de causa, ni los tipos de causa, ya que de ello se ocupa la metafísica.
Por eso también la define como “ciencia de los primeros principios y las primeras
causas” porque contienen los principios lógicos que sirven de fundamento al
conocimiento y las demás ciencias. En este sentido establece principalmente el principio
de contradicción (es imposible ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido).
Dicho principio no es deducible pero es el principio último que rige en todos los dominios
del ser y del conocer. Este principio no se puede demostrar ya que es el primer principio
evidente y necesario de la realidad física y del conocimiento racional. Por ser evidente
sólo se puede mostrar, es decir, advertir a quien lo niegue de lo incoherente y absurdo
de su tesis.
La Filosofía Primera también incluye una reflexión sobre Dios, ya que es la causa
suprema de toda la realidad y trasciende el mundo físico.
La sustancia
La sustancia es aquello que no puede faltar en un ente para que siga siendo tal
ente. La sustancia es siempre individual e intransferible, lo que no puede ser predicado
de ningún otro ente, así pues, es cada uno de los entes considerados en sí mismos y
por sí mismos. La sustancia es ser, de modo principal y fundamental.
Aristóteles observaba que tras los cambios de apariencia que afectan a casi
todos los objetos permanece siempre algo inalterado. Eso que permanece idéntico e
inalterado, el sustrato material al que no le afectan los cambios es la sustancia (ousía),
noción fundamental dentro de la filosofía aristotélica y que se define como aquello que
existe en si y no necesita de otra cosa para existir. La sustancia no se puede predicar
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de ningún sujeto sino que es sujeto de predicación. También llama sustancia a la
esencia de cada cosa. La sustancia es el principio constitutivo del ser entero, es algo
que no se confunde con otra cosa; es perfectamente concreto y determinado, distinto
de cualquier otra sustancia. Es lo que está debajo de, lo que permanece detrás de toda
mutación. Esta sustancia es el principio fundamental del ser.
Todo lo que existe es, o sustancia o cosas que afectan a la sustancia: los
accidentes. Así pues, la noción de accidente es correlativa a la de sustancia: aquello
que existe en la sustancia sin ser necesario ni constante. Por ejemplo, una persona
puede “estar de pie” o “sentada” sin que se altere lo esencial de ella, y puede darse o
no darse esta situación. La necesidad que tienen los accidentes de “darse” en una
sustancia impide que puedan existir separados. Aunque aportan determinados aspectos
a la sustancia, su desaparición no modifica esencialmente la cosa individual. La
sustancia, que tiene entidad en si misma, ofrece su apoyo a los accidentes para que
existan.
Hilemorfismo
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La forma de los seres:
La forma se identifica con la esencia de una cosa, con aquello que hace que sea
ésa y no otra, es decir, con la sustancia segunda.
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La materia y la forma no son dos co-principios opuestos que se excluyan o que
se puedan escindir. No son dos elementos que se puedan separar físicamente; sólo se
pueden distinguir mediante la abstracción, puesto que constituyen una realidad única:
la sustancia, cada sustancia concreta, cada "ousía", pues en la Naturaleza no hay,
según Aristóteles, forma sin materia ni materia sin forma.
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4. LA FÍSICA
La naturaleza
Con los sofistas y Sócrates aparece una noción de physis distinta. La physis es
contrapuesta al nomos (ley) o ethos (costumbres, normas)
Pues bien, Aristóteles dará una nueva definición de naturaleza. La physis es,
según Aristóteles, “aquello que tiene en sí mismo un principio de movimiento”, que
quedará contrapuesto por un lado a aquello que es virtud del arte, y por otro Primer
Motor Inmóvil. Es decir, es natural aquello que tiene en sí un principio de movimiento, y
no lo es ni aquello que es hecho por obra del arte humano, ni Dios.
Acto y Potencia
Es preciso recurrir a otros dos términos que utiliza Aristóteles que sirven para
hacer más comprensible la relación que se establece en el cambio entre la materia y la
forma: son los conceptos de acto, entelécheia, y potencia, dynamys.
Potencia (dynamis) es poder ser, capacidad de poder llegar a ser aquello que
algo es por naturaleza.
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Acto (entelécheia) es ser actualmente, estar realizado, es realización efectiva de
las potencialidades específicas de los seres.
El movimiento es, pues, el paso de la potencia al acto, del poder ser al ser. El
cambio se produce al convertirse en realidad lo que estaba en cada ser como
posibilidad. Cuando lo que estaba como posibilidad, en potencia, se realiza, pasa al
acto, cesa el movimiento que, entendido de este modo, es imperfección relativa. Por eso
todo cambio, según Aristóteles, tiene un sentido finalístico”teleológico” (telos = fin), en
función de la finalidad específica de cada ser. La materia se puede considerar como
potencia y la forma como acto.
Así, por ejemplo, un bloque de mármol no es, evidentemente, una estatua, pero
podría llegar a serlo si un escultor se lo propusiera. Luego podemos afirmar que el tal
bloque de mármol, no siendo aún una estatua en acto, lo es en potencia, puesto que
existe la posibilidad de que adquiera dicha forma. De este modo, el cambio es posible y
consiste en la realización o actualización de aquello que existe en potencia.
La forma tiene una prioridad real sobre la materia. La razón de esta superioridad
es que la materia es pura pasividad, mera capacidad de recibir formas, poder ser algo,
y en cuanto tal, es potencia. La forma, por el contrario, nos muestra lo que la cosa es en
un momento dado, lo que actualmente es, lo que es en acto.
Por otra parte, hay que tener también en cuenta que las nociones aristotélicas
de materia y forma son nociones abiertas y con un claro sentido funcional. Lo que en un
contexto es materia en otro contexto es forma: "La materia es algo relativo, pues a otra
forma distinta corresponde otra materia" (Física.II).
Así, el ladrillo, por ejemplo, es materia con respecto a la casa de la que forma
parte, sin embargo, es forma con respecto a la arcilla de la que está hecho. Este sentido
funcional y abierto es, precisamente, el que hace que el significado de la palabra materia
en la filosofía aristotélica sea radicalmente distinto al significado que esa palabra posee
en el mundo actual.
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TEORÍA DE LAS CAUSAS
De tal manera que Aristóteles no se contenta con dar razón de cómo se produce
el cambio, sino que trata también de explicar por qué se produce, cuáles son las causas,
aitía, del mismo, convirtiéndose de esta manera en el primer filósofo que sistematiza la
teoría de las causas e intenta explicar mediante ella todos los procesos y los cambios
en la naturaleza. Conocer algo científicamente es conocer sus causas. Dice Aristóteles:
«Cuando conocemos la causa de la que depende el hecho como la causa de ese hecho
y no de otro, y sabemos además que el hecho no podría ser distinto de lo que es...
entonces tenemos el verdadero conocimiento científico.»
El porqué de las cosas físicas tiene una explicación, un origen al que se llama
causa. El ser es dinámico, es actividad, tiene una naturaleza que es principio de
actividad; y es precisamente en las causas donde aparece el aspecto dinámico del ser;
la causa es la que da verdaderamente el ser; todo lo que llega a ser tiene una causa.
«Causas son todos aquellos factores que son necesarios para explicar un
proceso cualquiera.»
Heráclito: el fuego
Anaxímenes: el aire
Para Platón sólo había dos causas: la material y la formal, pero al mediar un
abismo entre las dos se vio obligado a poner las ideas -la causa formal de las cosas-
fuera de las mismas cosas, sin poder explicar la realidad.
Por tanto hay que atender a todas las causas si queremos llegar al porqué de las
cosas.
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Tipos de causas:
✓ La causa formal, que viene dada por la forma, es decir, por aquello a lo
que se llega en el cambio, por el aspecto específico que presenta cada
ser o cada cosa tras el cambio.
✓ La causa final, que, como indica su propio nombre, es aquello para lo que
se produce el cambio, la meta o propósito del mismo.
Es posible que Aristóteles llegara a esta posición reflexionando sobre los objetos
que fabrican los artesanos; pero también es probable que el análisis de los seres vivos
le influyera mucho en su visión "teleológica" del mundo, ya que sus libros sobre plantas
y animales así lo atestiguan.
Sin embargo, cuando se trata de seres naturales es muy difícil hablar de algunas
de estas causas. No tiene excesivo sentido, por ejemplo, preguntarse por quién ha
hecho un caballo (cuál es su causa eficiente) o, menos aún, preguntarse para qué se ha
hecho (cuál es su causa final).
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No obstante, Aristóteles piensa que todos los seres, incluidos los naturales,
poseen siempre una causa eficiente e igualmente una causa final.
Aristóteles, tomando como criterio el origen del movimiento, distingue entre seres
naturales y seres artificiales.
Ser natural es aquél que tiene en sí mismo el principio del movimiento y del
reposo.
Dentro de los seres naturales, distingue entre seres que tienen vida y seres que
carecen de ella. Tener vida significa poseer un principio explicativo propio de la
naturaleza animada que denomina alma. La vida, se manifiesta en estos cuerpos
naturales en el hecho de ser seres que se nutren, crecen y perecen por sí mismos.
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Clases de cambio
Aristóteles habla de las clases del cambio, entendiendo por tal muchas cosas,
desplazamiento, generación…
Aquí nos encontramos con un problema. Que en todo cambio hay una materia
sujeto que permanece está claro en los cambios accidentales: si Sócrates se va a vivir
a Londres, la materia sujeto Sócrates sufre un cambio locativo. Si crece, el cambio es
cuantitativo y si se tiñe el pelo, cualitativo. En todos estos casos la materia sujeto
Sócrates, permanece a través del cambio. Antes del cambio está Sócrates y después
también. Pero, ¿qué sustrato permanece en un cambio sustancial, caracterizado,
precisamente, por un cambio radical de la sustancia? ¿Qué materia sujeto sigue siendo
la misma cuando se produce una generación, por ejemplo el nacimiento de Sócrates?
Aristóteles soluciona el problema mediante la introducción de un principio metafísico, la
materia primera, que se define como el sustrato básico constitutivo de todas las cosas,
es aquella que permanece bajo todo cambio, es inteligible (sólo perceptible por la
ineligencia), ingeneralble, es materia pura, capaz de adquirir cualquier forma, y es
potencia pura. Frente a ella la materia segunda es la materia física, perceptible por los
sentidos y apta para recibir cualquier forma.
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5. EL SISTEMA DEL MUNDO
Para los presocráticos el mundo había existido desde siempre y no iba nunca a
desaparecer.
Para Platón existía una fuerza externa que lo había creado (demiurgo)
Geocentrismo: El Universo está constituido por una serie de esferas, unas dentro
de otras y en el centro se encuentra la Tierra inmóvil. Las esferas son cristalinas (no se
ven) y tienen sujetas a sí mismas a la Luna, los planetas, el Sol y las estrellas fijas.
El mundo supralunar constituido por las estrellas y los planetas, y formado por
un elemento o materia no sujeto al cambio ni a la descomposición, es decir, no sujeto
a las leyes físicas. Este elemento se llama éter o quinta sustancia o quinto elemento y
es inmutable e incorruptible.
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Dentro del mundo sublunar existe también otro movimiento que será el violento,
que es cuando los elementos no siguen la tendencia de su pesadez o ligereza, como
puede suceder en el caso de una flecha o una piedra arrojada hacia arriba. Tal
movimiento se explica recurriendo a una causa exterior que interviene en los casos
citados. Para explicar el hecho de que el movimiento continúa una vez que la flecha ha
perdido contacto físico con el motor original (el arco), Aristóteles inventó ingeniosamente
la teoría de que es el propio aire desplazado por la flecha, el que al rellenar el hueco
que ésta deja detrás de sí en su trayectoria, da nuevo impulso al proyector.
El motor inmóvil
Ahora bien, ¿quién mueve a la forma para que ésta mueva a la materia?
Si el motor de cada ser individual necesita de otro motor para poder mover, y
éste, a su vez, necesita de otro, y no se puede proceder así hasta el infinito (ya que
entonces quedaría sin explicarse el movimiento), es necesario admitir, como hace
Aristóteles, que existe un Primer Motor Inmóvil (del que se ocupa la Teología -o
Metafísica-), capaz de mover sin que a su vez necesite ser movido y que es la
explicación última de todos los movimientos, de todos los cambios.
Este Motor Inmóvil es a la vez Acto Puro (en él no hay nada de potencia, pues si
la hubiera tendría que moverse, hecho que está excluido por definición), y contiene
como objeto de su pensamiento las formas de todos los seres, por lo que se convierte
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en la causa final de todos los movimientos. Las formas de los seres naturales intentan
ser, cada una de ellas, como sus formas respectivas, que se encuentran en la mente
del Acto Puro y, por eso, se produce el movimiento, el cambio.
Las formas existen desde siempre en la mente del Motor Inmóvil, del Acto Puro,
y el devenir, que existe también desde siempre, no es otra cosa que la actualización en
cada individuo de la forma que le es propia y que sólo posee en potencia.
Para Platón las Ideas son los universales y el universal está antes que el
particular; el particular, el ser material, concreto, físico, real, es una “copia” de la
realidad, una tenue participación de la Idea.
Todos los vivientes están provistos de órganos sensibles; si falta un sentido, falta
también el conocimiento correspondiente; el ciego no tiene conocimiento de los colores;
el sordo no puede conocer los sonidos (la música). Este conocimiento sensible no es
tan inseguro como pretendía Platón; al contrario, los sentidos captan el objeto propio
para el que están hechos, y es esto lo que da seguridad y certeza.
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Se distinguen varios niveles de conocimiento:
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3. Inteligencia (nous): es el saber de los principios; no puede haber ciencia
demostrativa de los principios, ni se puede obtener por experiencia;
solamente se tiene intuición de los principios del saber: esta es la
Sabiduría.
Inducción: Fue un método empleado por primera vez por Sócrates. Aristóteles
designa con este nombre al procedimiento que va de lo menos general a lo más general.
Distingue entre inducción completa, aquella que se establece a partir de todos los casos
de que se trate, e inducción incompleta, que es aquella en que la inducción se hace a
partir de un número limitado de casos. Aristóteles considera que la inducción es el
procedimiento más claro para los hombres, ya que en principio siempre nos movemos
entre lo inmediato, entre las cosas sensibles y no entre los principios.
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Clasificación de las ciencias
Se puede ver aquí hasta qué punto se mantiene fiel Aristóteles a la herencia
platónica: la ciencia, en resumidas cuentas, versa sobre lo universal y necesario, que
para Platón eran las Ideas, y para Aristóteles son las "esencias" de las cosas singulares:
no hay ciencia sino de las esencias.
si es (su existencia)
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Partiendo de que la ciencia abarca la totalidad de lo que hay, la necesidad de
clasificar tan diversos objetos da lugar a la aparición de las diversas ramas de la ciencia
o ciencias particulares.
La definición del alma como principio de vida implica que todos los seres
vivos tienen alma. Pero el mundo natural está organizado jerárquicamente en cuatro
reinos que, de inferior a superior son:
El reino vegetal,
El reino animal
El género humano.
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Puesto que hay distintos niveles de “vitalidad”, las almas de los distintos seres
también habrán de ser distintas y lo que las hace diferentes son las diversas funciones
que cumplen, teniendo en cuenta que estas funciones también están jerarquizadas, de
forma que las funciones correspondientes al alma de los seres superiores contienen
también las funciones o facultades del alma de los seres inferiores. Así las distintas
facultades que Aristóteles atribuye al alma son las siguientes:
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8. TEORÍA ÉTICA
¿Cuál es el fin que persigue la acción humana? Según nuestro autor, todos los
hombres desean ser felices, y a este bien se subordinan todos los demás, de tal manera
que la felicidad es el bien supremo. En este sentido es una ética eudemonista.
Lo que no es tan fácil de determinar es qué sea la felicidad. No todos los hombres
entienden por felicidad una misma cosa, pues algunos la sitúan en la obtención de
riquezas, otros en los placeres y para otros la felicidad es sinónimo de poder. Pero esto
son sólo medios para alcanzar la felicidad. Se hace preciso, por tanto, recurrir a la
finalidad propia del hombre para saber que es la felicidad.
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aquella por la cual el hombre es hombre; ésta es la actividad intelectual (lo que
verdaderamente distingue al hombre de los seres vivientes inferiores es el alma) que
consiste en el ejercicio de la inteligencia, que es la facultad más alta del alma. Esta sería
la forma suprema de felicidad que le estaría reservada al hombre, y a la cual ha de
subordinar las otras formas de felicidad. Ella es el más perfecto ejercicio de la más
perfecta facultad humana.
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inferiores o sensibles. La virtud es la disposición del ánimo para realizar en cada
momento lo que la razón le dicte como mejor.
Ahora bien, el hombre es una sustancia compuesta de alma y cuerpo, por lo que
junto a las tendencias intelectivas propias de su naturaleza racional encontraremos
también tendencias apetitivas propias de su naturaleza racional. Esto lleva a Aristóteles
a distinguir dos clases de virtudes:
Las virtudes intelectuales o dianoéticas que son las que perfeccionan el intelecto
y el conocimiento, formando hábitos intelectuales. Estas virtudes son excelencias,
hacen que nuestro conocimiento sea excelente. Estas virtudes son teóricas y tienen
valor por si mismas; y es precisamente en su ejercicio donde radica el ideal de vida y la
posibilidad de máxima felicidad. Entre estas virtudes da especial importancia a la
prudencia, que también podría denominarse “buen juicio” o incluso, “sabiduría práctica”,
y a la sabiduría. Junto con ésta establece también la ciencia, el entendimiento y el arte.
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Conclusión:
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9. TEORÍA POLÍTICA
El ciudadano es el que toma parte con su voto en las asambleas y puede ejercer
tareas de gobierno. En sentido pleno son los guerreros que después de defender la
ciudad en la juventud, serán magistrados o legisladores en su edad madura y
gobernantes o sacerdotes en la ancianidad.
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Defiende la propiedad privada, por lo que algunos ciudadanos serán ricos y otros
pobres. Entre ambos la clase media. El estado es más estable cuando la clase media
sea la dominante.
Son correctas aquel tipo de constituciones que están orientadas al bien común.
Son las siguientes:
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La república (politeia): cuando gobierna la mayoría en bien de todos (alcanzando
un equilibrio entre los intereses de la aristocracia y los de los simples ciudadanos).
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DESCARTES
1. BIOGRAFÍA
2. EL PROBLEMA DEL MÉTODO Y EL
MÉTODO
3. LA DUDA Y LA PRIMERA VERDAD. LAS TRES SUSTANCIAS.
LA SUSTANCIA
4. LIBERTAD Y MECANICISMO
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Descartes sentía preferencia por las ciencias que más se desarrollaron durante y a partir
del Renacimiento, por lo que se reconocía como copernicano y atomista, siguiendo los
estudios de Copérnico, Galileo y Gassendi.
Sus obras muestran un gran número de campos del pensamiento. Ejemplo de ello son
sus trabajos en geometría, óptica, física, matemática y filosofía en casi todas sus ramas.
Casi todas sus obras fueron escritas en latín, a la usanza de la época, aunque muchas
también en su lengua natal, el francés. Sus trabajos más estudiados en las
universidades y escuelas filosóficas, y al día de hoy considerados como obras
fundamentales de la filosofía occidental, son:
Los trabajos filosóficos de Descartes marcaron el corte de una época (el mundo
medieval) para dar paso a la modernidad filosófica. La mayoría de sus obras gira en
torno a la crítica de los métodos de pensamiento establecidos, la construcción de un
nuevo método para dar con la verdad, el desarrollo de la duda hiperbólica (la “duda
metódica”, respecto al método) y el ego cogito como primera verdad evidente.
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2. EL PROBLEMA DEL MÉTODO Y EL MÉTODO
Descartes vive una época de crisis, de grandes cambios, en la que se han hundido
creencias y concepciones milenarias. Por eso, para él, la verdad es certeza,
imposibilidad de dudar. Esta certeza es precisamente la que encuentra en las
matemáticas.
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Decimos aquello de lo que no se puede dudar, no aquello de lo que de hecho no se duda. Alguien podría
ser incapaz de dudar de la existencia de Dios, por ejemplo, sin que eso signifique que eso signifique que no
se pueda dudar de tal cosa.
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método matemático en la filosofía, para dotar a la razón humana de un criterio de verdad
definitivo e inapelable.
Descartes intentará hacer de la filosofía (de la metafísica) una ciencia constituida como
las matemáticas. Con la diferencia de que las matemáticas se circunscriben a un campo
determinado de conocimiento, mientras que la filosofía busca los fundamentos últimos
del saber (sus primeros principios). El problema, entonces, consistirá en descubrir cómo
podemos obtener certeza acerca de los primeros principios del conocimiento, es decir,
una certeza que no afecta a un campo determinado del conocimiento, sino que afecta
al saber en su base (por lo que se tratará de obtener una certeza absoluta).
Tras un somero examen del modo de proceder de las matemáticas podemos descubrir
que se atiene a los siguientes pasos: a partir de una serie de elementos simples
(puntos, líneas, superficies...), por deducción, desarrollamos demostrativamente todo
el resto del saber (todo el campo de las matemáticas). Los elementos simples de que
partimos serán tomados como base porque se muestran como evidentes.
El proceso que nos pone ante algo inmediato, perfectamente determinable, claro y
distinto, es la intuición. Intuición es la aprehensión inmediata de algo, esta intuición
puede ser sensible o intelectual.
EL MÉTODO
Por método entiende Descartes “el conjunto de reglas ciertas y fáciles que hacen
imposible para quien las observe exactamente tomar lo falso por verdadero, y que
conducen gradualmente al conocimiento de todo lo que se es capaz de conocer.” (Regla
IV)
En el Discurso del método establece cuatro reglas para este método que las extrae
del modo de proceder de las matemáticas:
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Primera: regla de la evidencia. Consiste en no admitir nada como verdadero que no
se conozca como evidente, esto es, sin posibilidad de duda. El acto por el que la mente
llega a la evidencia se llama intuición. En el caso de la fundamentación de la filosofía,
para llegar a una primera verdad que cumpla este requisito, se llevará a cabo un proceso
que se conoce con el nombre de “duda metódica”
Segunda: regla del análisis. Consiste en dividir lo complejo en sus partes simples, al
objeto de percibirlas clara y distintamente (es decir, en una intuición pura).
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3. LA DUDA Y LA PRIMERA VERDAD. LAS TRES SUSTANCIAS. LA SUSTANCIA
Una vez descritos los pasos del método que están implícitos en el desarrollo de
las matemáticas, Descartes los va a aplicar a la metafísica para encontrar una primera
evidencia que, a modo de axioma, sirva para fundamentar todo el sistema filosófico.
En primer lugar, tendremos que encontrar una evidencia sirva para fundamentar
todo el saber, es decir, tendremos que buscar una evidencia absoluta, una certeza
absoluta.
- Duda de los sentidos: Los sentidos nos han engañado muchas veces; por esta
razón, Descartes duda de todos los datos que se originan en los sentidos.
- Duda de la realidad: aunque los sentidos nos den datos falsos acerca de las
cosas podemos seguir considerando, pese a todo, que éstas son reales, existen.
Pero Descartes sostiene que también es fácil dudar de la realidad de las cosas,
a fin de cuentas todos hemos tenido alguna vez sueños vividos tan intensamente
que nos parecen algo real, al despertar es cuando reconozco el sueño como
sueño, no mientras sueño. Por eso, según Descartes, existe la posibilidad de
que todos los pensamientos del estado de vigilia sean en realidad sueños que
no reconozcamos como tales.
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- Los errores del entendimiento. La imposibilidad de distinguir la vigilia del
sueño permite dudar de la existencia de las cosas y del mundo, pero no parece
afectar a ciertas verdades, como las matemáticas: dormidos o despiertos, los
tres ángulos de un triángulo suman 180º. De ahí que Descartes añada el tercer
y más radical motivo de duda (llamada duda hiperbólica) aquél que permite dudar
del propio entendimiento. Para ilustrar mejor esta duda Descartes inventa la
existencia de un Dios engañador o un genio maligno muy poderoso, astuto y
engañador que le lleva a considerar como evidentes cosas que no lo son. Esta
hipótesis del “genio maligno” equivale a suponer que tal vez el entendimiento
humano es de tal naturaleza que se equivoca siempre y necesariamente cuando
piensa captar la verdad. (Supone la existencia de este genio para que su duda
sea universal, hasta el punto de extenderse a las proposiciones matemáticas).
Así pues, nada escapa a la duda metódica de Descartes. Pero su duda es un paso
que se da con la esperanza de encontrar después una verdad indudable.
La cuestión ahora es si hay la posibilidad de encontrar algo que, pese a todo, sea
indudable. A lo largo de todo este proceso sí que hay algo que permanece indudable, la
propia duda, que dudo es una evidencia absoluta.
Puesto que dudar es una forma de pensar, tenemos la certeza absoluta de que
pensamos, y por lo tanto, de que, aunque sea como meros entes pensantes, existimos.
Esto lo expresa Descartes con la expresión: “Pienso, luego existo” (“pienso, luego
soy”), “Cogito, ergo sum”.
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LAS TRES SUSTANCIAS
Mediante su método, Descartes llegó a distinguir cuáles son las tres sustancias
que componen la totalidad de lo que es real. Estas tres sustancias son: el yo pensante,
Dios y el mundo.
a) El yo pensante
Los elementos que Descartes utiliza para la deducción son dos: el pensamiento
como actividad (yo pienso) y las ideas que piensa. Descartes concluye que el
pensamiento siempre piensa ideas17.
17
Es importante señalar que el concepto de “idea” cambia en Descartes con respecto al vigente en el pasado.
Para la filosofía anterior, el pensamiento no recae sobre las ideas, sino directamente sobre las cosas: si yo
pienso que el mundo existe, estoy pensando en el mundo y no en mi idea de mundo. Para Descartes, por el
contrario, el pensamiento no recae directamente sobre las cosas, sino sobre las ideas.
79
Hay que partir de las ideas y someterlas a un análisis cuidadoso para descubrir
si alguna de ellas nos sirve para romper el cerco del pensamiento y salir a la realidad
extramental. Al realizar este análisis, Descartes distingue tres tipos de ideas:
- Innatas o naturales. Son las ideas que emergen de la propia facultad de pensar.
Son unas ideas que nuestra mente capta y ha de aceptar necesariamente sin
poder modificar nada. Son ideas que posee la razón por sí misma, que desarrolla
la razón por sí misma. La idea de Dios es la más eminente idea innata.
b) Dios
El segundo argumento que utiliza Descartes parte, una vez más de la idea de
un ser perfecto pero yo que tengo esa idea no tengo en mí las perfecciones que
encuentro en ella. Si yo fuese la causa de mí mismo me hubiera dado esas perfecciones
que encuentro en la idea. Por lo tanto tiene que haber un ser que me ha producido, que
tiene en sí esas perfecciones. Además de producirme, ese ser es el que me conserva.
80
que Dios exista; pues, como mera idea ya está en su pensamiento (de lo contrario no lo
podrá negar). Pero si Dios es lo mayor que puede pensarse, Dios tiene que existir, de
lo contrario podríamos pensar algo mayor. Algo con los atributos del Dios pensado pero
que además existiese. Y, por la definición que se ha hecho, eso sería Dios.
Así, del conjunto de ideas que posee el yo pensante, sobresale una idea muy
privilegiada, una idea que permite ir más allá de la propia subjetividad. Una idea que me
permite afirmar, clara y distintamente, que fuera de mí mismo, fuera de mi mente, existe
una realidad, esa idea es la idea innata de Dios.
c) El mundo
Dios aparece así como garantía de que a mis ideas corresponde un mundo, una
realidad extramental. Pero Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido
exclusivamente por la extensión y el movimiento (cualidades primarias). A partir de las
ideas de extensión y movimiento puede deducirse la Física y las leyes generales del
movimiento.
Estas son las tres sustancias que, además, pertenecen a órdenes diferentes.
Son la siguientes:
81
Sustancia finita y creada
Sustancia perfecta, con
una razón también
Sustancia imperfecta, pero Sustancia imperfecta.
perfecta.
dotada de razón.
Cualidades primarias y
Sustancia infinita
secundarias.
18
Descartes da nueva vida al dualismo antropológico de Platón, reactiva la separación entre el yo pensante
o alma (la mente en terminología actual), y la materia o cuerpo. Esta teoría es un problema a la hora de
concretar las relaciones entre los actos psíquicos y los actos físicos. El psicólogo y filósofo norteamericano
William James (1843-1916) formuló la significativa pregunta que muestra la vigencia del problema
cartesiana: ¿Lloramos porque estamos tristes o estamos tristes porque lloramos?. “Lloramos porque
estamos tristes” significa que la causa de mi llanto (un acto físico) es la tristeza (un acto psíquico). “Estamos
tristes porque lloramos” significa que nuestra tristeza, un acto psíquico, tiene como causa el hecho de llorar,
un acto de orden físico. La pregunta de James es importante porque plantea, para los psicólogos actuales,
las relaciones entre el mundo psíquico y el mundo físico.
82
LA SUSTANCIA
Descartes define la sustancia como «una cosa que existe de tal manera que no
necesita de ninguna otra para existir». Según esta definición sólo Dios sería
propiamente sustancia, pero Descartes argumenta que sustancia es un término análogo
y que tiene varias formas de significar según se refiera a la sustancia creadora (la única
que se ajustaría a la definición que hemos dado) o a las sustancias creadas. Así, dice
que podemos llamar también sustancia a aquellas «cosas que sólo necesitan del
concurso de Dios para existir»
La sustancia pensante se rige por leyes propias que no coinciden con las que
rigen para la sustancia extensa. Cada yo, cada conciencia individual, es una sustancia
pensante. Además, cada sustancia pensante es simple -y por tanto indivisible- y como
consecuencia es inmortal, ya que toda destrucción natural se produce por división.
Descartes usa también las expresiones alma, conciencia, yo, pensamiento, sujeto, para
denominarla.
Pero Descartes distingue, además de las sustancias, los atributos y los modos.
En esquema:
83
omnipotencia, etc. Pero Descartes también define los atributos como
lo que se da siempre de la misma forma en la sustancia, así la
existencia y la duración.
2. Los modos son las distintas formas de darse los atributos. Así la
extensión se puede dar como figura o como movimiento; el
pensamiento puede darse como imaginación, sensación, deseo,
recuerdo, duda, etc., aunque todos estos modos son reductibles a dos
generales: entendimiento y voluntad.
84
3. LIBERTAD Y MECANICISMO
Por otro lado, si toda la materia y toda la naturaleza son consideradas una máquina, una
realidad de orden inferior al pensamiento, entonces, la naturaleza queda a disposición
y al servicio del hombre. El hombre puede hacer lo que quiera tanto de la materia como
de los animales, él es su amo y señor; una postura alejada del ecologismo de nuestros
días. En cierta manera, el mecanicismo de Descartes impulsó una actitud poco
respetuosa hacia la naturaleza.
85
HUME
1. BIOGRAFÍA
3. CRÍTICA A LA CAUSALIDAD
4.CRÍTICA A LA SUSTANCIA
1. BIOGRAFÍA Y OBRAS
86
con el propósito de disfrutar de la fortuna que le habían proporcionado tanto sus cargos
como, finalmente, sus obras.
87
2. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Hume estima que todas las ciencias tienen una relación, mayor o menor, con la
naturaleza humana. Hay, pues, que investigar la naturaleza del entendimiento humano
para averiguar sus poderes o capacidades. Tal investigación ha de basarse en la
experiencia y en la observación.
1.1 Percepciones
Hume designa con este nombre tanto a los contenidos de conciencia como a los
actos en que se presentan tales contenidos, es decir entiende cualquier cosa que llegue
a la mente por medio de los sentidos, o por impulso de la pasión o por ejercicio de la
reflexión. De ahí que la percepción sea considerada siempre como algo subjetivo.
o Ideas: son copias o huellas derivadas de las impresiones cuando éstas han
desaparecido; por lo que no aportan ningún contenido de conocimiento
nuevo que no haya sido dado por la impresión correspondiente; un ejemplo
de idea sería el recuerdo del paisaje en la memoria. Las ideas se diferencian
de las impresiones únicamente en que:
88
Entre sentir y pensar, o entre impresiones e ideas, no existe más diferencia que el
"grado de fuerza y vivacidad con que impresionan el espíritu y penetran en nuestro pen-
samiento o conciencia". Así pues no hay ideas innatas, ya que el material primario de
nuestro conocimiento son las impresiones o sensaciones. Todas nuestras ideas provie-
nen de las impresiones, responden a alguna impresión recibida de nuestros sentidos,
de la cual son imágenes débiles y desvanecidas.
Tanto las impresiones como las ideas pueden ser simples o compuestas (complejas).
Las ideas simples surgen al descomponer la percepción sensible, por ejemplo de una
manzana, en un conjunto de impresiones indivisibles como el color, olor, sabor, etc. Las
ideas simples no admiten distinción ni separación.
Para que se puedan formas ideas complejas en la mente, es preciso que las ideas
simples se unan, se asocien. Tan asociación psíquica se rige por tres reglas o principios:
✓ Relación de causa a efecto: agrupamos ideas simples para dar lugar a ideas
complejas en virtud de una relación causa efecto. con frecuencia esta ley podría
ser reducida a la anterior, ya que en toda relación causa efecto lo que en realidad
vemos siempre es que a un hecho sigue otro hecho contiguo. Así, vemos que
una bola de billar golpea a otra y la segunda sale disparada. De ahí inferimos
que la primera es la causa del movimiento de la segunda, pero lo que en realidad
vemos, de lo único que tenemos impresiones, es de una bola que avanza, que
llega junto a la otra, y que la otra sale disparada. Sim embargo, aunque no hay
un fundamento real para la relación causal sí que lo hay en nuestra mente. Es
una ley de nuestra mente establecer relaciones de causa efecto, y creer en su
necesidad.
89
Al clasificar los elementos del conocimiento en impresiones e ideas, Hume estaba
sentando las bases del empirismo más radical. Con este planteamiento, en efecto, se
introduce un criterio tajante para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas:
¿Queremos saber si una idea cualquiera es verdadera? Muy sencillo: comprobemos si
tal idea procede de alguna impresión. Si podemos señalar la impresión correspondiente,
estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, estaremos ante una ficción. El
límite de nuestros conocimientos es, pues, el de nuestras impresiones.
Relaciones de ideas
✓ Está constituido por todas las proposiciones que trabajan con puras ideas,
prescindiendo de si corresponden a algún contenido o no
(Este es el único campo del conocimiento donde es posible la certeza, pero para ello
se ha tenido que renunciar de antemano a decir nada acerca de la realidad).
Cuestiones de hecho.
90
✓ Pertenecen las ciencias empíricas o ciencias naturales inductivas: las ciencias
naturales, la filosofía moral y la ciencia del hombre. Sólo engendran mera opinión,
aunque se nos impongan necesariamente por virtud de la “costumbre”
91
3. CRÍTICA A LA IDEA DE CAUSALIDAD
Los empiristas, en cambio, critican la relación causa- efecto y niegan su valor metafísico,
admitiéndolo solo como resultado de la actividad del pensamiento.
Hume intenta explicar las regularidades desde las propias ideas. Su propuesta consiste
en una especie de modelo mecánico en el que las ideas ejercen entre sí fuerzas de
atracción y repulsión. Semejanza, contigüidad y causalidad son para el pensador
escocés las leyes de asociación que permiten explicar el flujo de ideas en la mente.
De las tres leyes que explicarían la sucesión de las ideas, Hume se centra en el análisis
de la causalidad. Considera fundamental la relación causa-efecto, porque con ella
intentamos establecer una cadena que enlace las ideas actuales con experiencias
previas y con expectativas futuras.
Las ciencias naturales, como queda dicho, tratan de cuestiones de hecho, parten de los
hechos, operan por inducción (van de los hechos particulares hasta establecer una
relación general entre ellos). Pero además, y esto aquí es lo importante, tratan de
explicar la relación entre los hechos mediante la idea causalidad. Parece no haber
conocimiento científico hasta que no se establece que tal fenómeno (efecto) tiene su
origen en tal otro (causa), y que esa relación es necesaria.
Lo que pone en cuestión Hume es nada menos que sea legítimo establecer entre los
hechos tal relación de causalidad, por lo que la ciencia perdería uno de los fundamentos
que la hace viable. Lo esencial de la crítica al conocimiento científico es que la relación
de causalidad no podemos conocerla por la observación de los hechos, de la
experiencia (de donde ha de venir todo conocimiento), sino que es una idea de nuestra
mente mediante la cual relacionamos dichos hechos.
Ya conocemos el criterio de Hume: sólo son significativas las ideas para las cuales
podemos encontrar un origen en las impresiones. Por tanto, habrá que buscar qué
impresiones van asociadas a la idea de causalidad.
92
Según Hume, cuando analizamos un caso cualquiera de relación causa-efecto entre dos
objetos o fenómenos siempre percibimos las mismas impresiones:
Si la conexión entre causa y efecto fuera perceptible, bastaría con el análisis de u solo
caso para afirmar la relación causal. Pero la realidad es que una única observación
de dos hechos que ocurren conjuntamente no nos permite decir si el uno es resultado
del otro o si la conjunción es fortuita. Y si la primera vez que hacemos la observación
no percibimos que haya una conexión necesaria, qué diferencia hay entre la primera, la
segunda, la tercera…la enésima? Lo que la experiencia no nos muestra en un hecho
no puede mostrárnoslo en la repetición del hecho. Experimentar más veces un
hecho no nos enseña más, sino lo mismo más veces. Por tanto, la experiencia nos
muestra la sucesión de hechos pero no la conexión necesaria entre ellos.
Es por tanto, el hábito, la costumbre de ver sucederse dos fenómenos, lo que nos
lleva a creer que uno es la causa del otro.
Esta misma creencia nos lleva a predecir que esa conexión se dará en el futuro.
La causalidad se reduce, por tanto, para Hume, a una forma de asociación de ideas
basada en primer lugar en el hábito o costumbre de ver sucederse dos fenómenos,
siempre en el mismo orden; y, en segundo lugar, en la creencia de que esa misma
asociación de fenómenos volverá a repetirse necesariamente.
93
De todo lo anterior podemos deducir que Hume distingue dos planos en su crítica
a la noción de causalidad:
✓ Plano ontológico (es decir, el plano del ser, de la realidad): en este campo
Hume niega radicalmente la causalidad. Niega, por lo tanto, que la
causalidad sea algo real que se da en el mundo, en las relaciones entre
las cosas.
94
4. CRÍTICA A LA IDEA DE SUSTANCIA
Por la misma razón que Hume acaba negando la relación causal, niega también que
podamos afirmar la existencia de una realidad distinta a las impresiones, lo que
llamamos sustancia. El concepto de sustancia es un concepto vacío que no se
corresponde a ninguna impresión sensible, sino que se refiere a un supuesto soporte de
agrupaciones de impresiones. Sería una idea formada por la imaginación mediante la
asociación de sensaciones.
Además, ¿de qué tipo de impresión podría provenir esta idea? Todas nuestras
impresiones son puntuales y discontinuas, duran un momento y después desaparecen
para dar paso a otras. En cambio, de la sustancia tenemos una concepción continua y
estable en el tiempo. Cierro los ojos y la impresión que tenía de la rosa que crece en mi
jardín se desvanece, los vuelvo a abrir y aquí la encuentro de nuevo...; esto me hace
pensar en la existencia continua y estable de la rosa. Sin embargo, ¿qué impresión lo
fundamenta? Ninguna impresión tiene la continuidad que atribuimos a la sustancia. No
nos queda más remedio que suponer que se trata de una creación de nuestra
imaginación que agrupa bajo un mismo nombre (rosa) diversas impresiones puntuales
(el olor, la figura, el color...). A pesar de esto, la idea de sustancia es una invención o
creencia extremadamente útil para nuestra supervivencia.
95
Crítica de la idea de sustancia infinita.
La idea que tenemos de Dios es la de una sustancia infinita con todas las perfecciones:
omnisciencia, omnipresencia... Ahora bien, si aplicamos el criterio de validez de Hume,
nos tenemos que preguntar de qué impresión puede derivar esta idea de perfección
infinita. Según Hume, es evidente que, siendo nuestras impresiones puntuales y
concretas, resulta difícil que podamos tener una impresión de infinito, ya que ella misma
habría de ser asimismo infinita. Por lo tanto, la idea de sustancia infinitamente perfecta
se queda sin impresión que la legitime, y hay que concluir que no existe ningún tipo de
conocimiento, ni teológico ni metafísico, de Dios. Ciertamente, no obstante, Hume
reconoce que la religión y la creencia en la existencia de Dios son naturales y necesarias
entre los hombres.
La idea de yo todavía no había sido cuestionada por ningún filósofo. ¿Cómo podríamos
dudar de la validez de la idea que tenemos de nosotros mismos? Sin embargo, Hume
arremete también contra esta idea. Tradicionalmente, en filosofía se ha entendido el yo
como el sujeto que tiene percepciones, pero que es diferente de éstas. Ahora bien,
¿cómo podemos conocer la existencia de este yo? ¿De qué impresión deriva? De
ninguna. Aunque el alma sea el sujeto de las impresiones, no es ninguna impresión. Por
otro lado, ¿de qué tipo de impresión sería copia? Las impresiones e ideas se suceden
y cambian: ahora sentimos frío, después imaginamos la cena que nos tomaremos,
inmediatamente recordamos el examen del día siguiente y la desazón nos invade... Bajo
todas estas percepciones cambiantes, se supone que el yo permanece estable e
idéntico, como núcleo de nuestra personalidad. Hume lo cuestionará, el yo es como
cualquier idea de sustancia: una creencia fruto de nuestra imaginación que da
continuidad y permanencia a aquello que no la tiene.
96
EL EMOTIVISMO MORAL
El emotivismo moral de David Hume es una teoría ética que sostiene que los juicios
morales no son verdades objetivas, sino expresiones de emociones o
sentimientos. Hume fue uno de los primeros pensadores en reivindicar el papel
fundamental de las emociones y los sentimientos en el comportamiento humano. Según
Hume, cuando decimos que algo es "bueno" o "malo", no estamos describiendo un
hecho del mundo, sino expresando nuestras propias reacciones emocionales hacia ese
algo. Frente a los que consideran la razón como la responsable de nuestras decisiones,
Hume sostiene que, en realidad, toda acción descansa en la emoción y los sentimientos.
Hume no niega que razonamos y reflexionamos al tomar una decisión, pero estos
razonamientos están motivados por creencias en las cuales tienen un peso fundamental
las emociones.
97
son actitudes que me gustan, aunque de ellas no obtenga directamente un
beneficio personal. En este contexto, tiene un papel fundamental la educación,
ya que racionaliza y encarrila los sentimientos de aprobación y rechazo ante
determinadas acciones. Así, cuando el placer y la felicidad afectan al máximo
número de personas, me complacen y me proporcionan tanto placer como mi
propio provecho. La ética de Hume es, en este sentido, una ética utilitarista que
concibe como bien lo que proporciona placer y es útil a la mayoría.
En resumen, el emotivismo moral de Hume ofrece una visión de la moralidad como una
cuestión de sentimientos y emociones más que de hechos objetivos y razonamientos
lógicos. Aunque tiene defensores y detractores, ha sido una teoría influyente en la ética
contemporánea.
98
KANT
1. BIOGRAFÍA Y OBRAS
2. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
Estética Trascendental
Analítica Trascendental
Dialéctica Trascendental
4. TEORÍA ÉTICA
1. BIOGRAFÍA Y OBRAS
99
Kant fue un hombre metódico a lo largo de toda su vida y sus costumbres
sufrieron muy pequeños cambios durante su etapa de dedicación a la docencia, a pesar
de que sus funciones fueran diferentes. Se levantaba a las cinco de la mañana, y era su
criado –un soldado retirado- el que le despertaba al grito de “¡es la hora!”. Comenzaba
luego a preparar sus clases, tarea a la que, en un principio sobre todo, dedicaba de
cuatro a cinco horas diarias. A continuación, impartía sus clases, aproximadamente dos
horas diarias, y después, hasta la una del mediodía, se dedicaba a registrar por escrito
sus pensamientos. La comida que realizaba a esa hora era para él un momento de
distensión que aprovechaba normalmente para conversar con personas cultas, pero
nunca de temas relacionados con la filosofía. Terminada la casi siempre dilatada
sobremesa, se retiraba a leer y a meditar hasta las siete de la tarde, en que daba un
paseo. De vuelta a casa se enfrascaba de nuevo en la lectura, esta vez de obras de
reciente publicación, para, a las diez en punto de la noche, acostarse y así poder
disponer de siete horas completas de sueño. En el cumplimiento de estos horarios era
tan rígido que, según se dice, algunos ciudadanos de Könisberg ajustaban sus relojes
basándose en los horarios del filósofo.
A partir de 1794 fue retirándose paulatinamente de sus funciones docentes y en
1797 abandonó definitivamente sus actividades como profesor. Murió el 12 de febrero
de 1804, sin haber salido nunca del término municipal de su ciudad natal.
Sus obras más importantes son:
100
2. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
1) ¿Qué puedo conocer?, donde busca los principios y límites del conocimiento
científico y de la naturaleza. La respuesta a esa pregunta corresponderá a la
metafísica a través de su obra Crítica de la razón pura.
2) ¿Qué debo hacer?, que busca establecer los principio y límites de la acción moral
y la libertad humanas. A esta pregunta responderá la moral mediante su obra
Crítica de la razón práctica.
3) ¿Qué me cabe esperar?, reflexión acerca del destino último del ser humano y
sus posibilidades de realización. La respuesta a la misma corresponde a la
religión.
4) ¿Qué es el hombre?, pregunta que engloba las tres anteriores, pues para Kant
ni las preguntas ni las disciplinas que las tratan se hallan desvinculadas de las
demás, sino que se apoyan entre sí en un proyecto global de filosofía. La filosofía
es entendida como la ciencia de que relaciona todos los conocimientos sobre la
base de los fines esenciales de la razón humana.
• Kant se presenta a sí mismo como el fundador del idealismo: todas las teorías del
conocimiento anteriores girarían en torno a los objetos externos al sujeto, serían
realistas, pretenderían conocer una realidad en sí externa al sujeto. Pues bien, Kant
considera que sería mucho más productivo centrar el conocimiento en torno al
sujeto, de modo que en lugar de que el sujeto dé vueltas en torno al objeto, sea
éste el que dé vueltas en torno a aquél (al igual que Copérnico hizo girar a la Tierra
en torno al Sol y no éste en torno a la Tierra). Por eso Kant considera que su teoría
del conocimiento supone un auténtico giro copernicano con respecto a las
anteriores19.
• Los dos grandes sistemas filosóficos, racionalismo y empirismo se hallaban
enfrentados respecto a los fundamentos del conocimiento. Para los racionalistas,
con Descartes a la cabeza, la razón era autosuficiente para construir el saber.
19
Que Kant se presente como el fundador del idealismo no está en contradicción con Descartes como
fundador del idealismo también. La diferencia entre Descartes y Kant reside en que para el primero el
conocimiento se fundamenta en el sujeto, pero deja al objeto fuera, inalterado. Kant sostiene que la propia
constitución de los objetos depende de lo que pone en ellos el sujeto. El idealismo de Kant, frente al de
Descartes, no es sólo epistemológico sino ontológico.
101
Tenían una fe inmensa en la capacidad deductiva de la razón, pensando siempre
en las matemáticas como modelo de saber. Desconfiaban de la percepción y de la
observación, remontándose a la tradición griega de Parménídes, Pitágoras y Platón.
Todos ellos desconfiaban del conocimiento proporcionado por los sentidos.
• En el caso de los empiristas, era todo lo contrario, pues atribuían a la percepción
el mayor valor en el conocimiento, relegando a la razón a un segundo plano, a un
papel casi pasivo. Todo lo más admitían en la razón una función asociadora de
ideas, pero nunca un papel activo en la producción de conocimiento. De este modo,
con Hume, el empirismo caerá en el escepticismo (negar la posibilidad de
fundamentar racionalmente cualquier conocimiento), al quedar reducido a mero
fenomenismo (cosas que aparecen o se muestran a los sentidos).
• La opinión de Kant era diferente. Para él la percepción y la razón son necesarias
en el conocimiento. Sólo que utiliza los términos de sensibilidad y entendimiento
para referirse a ellos. Ambas serán las fuentes de nuestro conocimiento. Y son por
igual necesarias, sintetiza en cierto modo el punto de vista de empiristas y
racionalistas.
• Antes de llegar a esta visión un tanto integrador de ambas posturas, Kant había
sido primero racionalista y luego empirista. Del racionalismo le alejó la filosofía
de Hume, que él considera un descubrimiento. Llega a decir que el filósofo británico
le sacó de su sueño dogmático. Entonces llegó a ser tan empirista que estaba
convencido de que nuestro conocimiento no puede ir más allá de la experiencia.
Pero poco después se dio cuenta de que no es así, de que hay conceptos que no
tienen su origen en la experiencia pero que sólo se pueden aplicar dentro de ella.
Es decir, hay ciertos conceptos que el entendimiento parece producir
espontáneamente sin haberlos percibido. Por ejemplo, los de sustancia, causa o
necesidad.
102
Este sistema recibe el nombre de criticismo y de Idealismo trascendental20 donde
hace hincapié en la dimensión activa del sujeto en el conocimiento. Este Idealismo
también implica someter a crítica (establecer los límites de la capacidad de la propia
razón) la razón pura (sin que esté contaminada por ningún dato proveniente de la
sensación) desde la propia razón, desde sí misma.
Kant se da cuenta de que las ciencias progresan pero la Metafísica no. Para saber si la
Metafísica es una ciencia hay que estudiar qué condiciones hacen posible que las
matemáticas y la física sean una cincia y ver si se dan en la Metafísica.
20
Doctrina que afirma que el objeto de conocimiento es una síntesis entre los datos de la experiencia y las
estructuras de nuestra mente que constituyen la forma de cualquier conocimiento. A diferencia del
Idealismo absoluto, el Idealismo trascendental no defiende la idealidad de las cosas en sí mismas, sino sólo
de los fenómenos, que son el resultado de la síntesis anterior.
103
3. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Para Kant la ciencia se expresa mediante juicios, que son afirmaciones de la realidad y
que tienen la forma S+P, sujeto y predicado.
Kant encuentra dos tipos de condiciones que hacen posible los juicios y por lo tanto la
ciencia:
- a prior, trascendentales:
104
▪ Son siempre verdaderos por lo que la ley por la que se rigen
es la “ley de la no contradicción” (es decir, su contrario es
siempre falso).
Juicios a priori
Juicios a posteriori
105
Estos cuatro tipos de juicios son reducidos a únicamente a dos por la lógica clásica
(anterior a Kant):
Pero la ciencia no se puede construir con este tipo de juicios, pues los primeros no
aportan nada nuevo al conocimiento y los segundos que sí lo aportan lo hacen de un
modo particular y posible, y la ciencia debe buscar leyes universales y necesarias, no
particulares y contingentes.
Ahora bien, los juicios analíticos, aunque son universalmente válidos (porque son
anteriores a toda experiencia, son a priori), no nos dan realmente conocimiento: pues lo
que nos dice el predicado ya lo sabíamos al conocer el sujeto. En cuanto a los juicios
sintéticos, amplían nuestro conocimiento, pero no nos dan leyes universales y
necesarias.
Pero Kant asume (siguiendo una larga tradición) que el conocimiento científico tiene que
ser conocimiento de lo universal y necesario, y dar información acerca de la experiencia.
Pues bien, los juicios analíticos no nos dan conocimiento de la experiencia. Los juicios
sintéticos no nos dan conocimientos universales y necesarios. Luego, si no hay otro tipo
de juicios, la ciencia, tal como era concebida hasta ahora, sería imposible y la única
fundamentación del conocimiento científico sería la costumbre (Hume).
Pero Kant intentará demostrar que existe otro tipo de juicios a los que llama juicios
sintéticos a priori. Tales juicios por ser a priori nos dan conocimiento universal y
necesario y, por ser sintéticos, nos dan conocimiento de la experiencia ya que sintetizan
(=enlazan) un concepto con un objeto.
106
Este tipo de juicios son los que componen, según Kant, las dos ciencias constituidas:
las matemáticas y la física
- sintéticos a posteriori
- sintéticos a priori
La ciencia se compone de juicios sintéticos a priori. La pregunta por las condiciones que
hacen posible la ciencia es una pregunta por las condiciones que hacen posible los
juicios sintéticos a priori.
Su tarea se concreta en investigar cómo son posibles estos juicios en las distintas
ciencias y en analizar si también son posibles en la metafísica., lo que aclararía el
problema de si ésta puede constituirse como una ciencia.
107
ESTÉTICA TRASCENDENTAL
Kant afirma que no se puede dudar de que todos nuestros conocimientos comienzan en
la experiencia. El conocimiento se inicia al recibir algo que viene del exterior.
La sensibilidad es una mera capacidad de recibir impresiones de las cosas. Pero lo que
conocemos por medio de la sensación no son las cosas tal como son en sí mismas, sino
tal como son en relación con la sensibilidad. Conocemos el fenómeno.
- La forma: lo que ordena estos datos reduciéndolos a una cierta unidad. Son las
formas puras a priori.
Que sean formas puras quiere decir que no hay en ellas nada proveniente de la
experiencia, y que además sean a priori significa que se encuentran en el sujeto para
ser aplicadas a la intuición sensible, a los datos empíricos de la sensación.
Para Kant, el espacio es la forma pura a priori de la sensibilidad externa: explica por
qué nos representamos espacialmente todo objeto exterior. El tiempo, a su vez, es la
forma pura a priori de la sensibilidad interna, hace posible que captemos los datos
ordenados sucesivamente.
También se pregunta Kant si las matemáticas pueden ser consideradas una ciencia.
108
a priori, juicios que aumentan nuestro conocimiento sobre la realidad empírica y son
universales. Por tanto, la matemática es ciencia.
ANALÍTICA TRASCENDENTAL
109
Categorías (que son universales para cualquier entendimiento humano) a todos los
fenómenos particulares que llegan a la Sensibilidad.
DIALÉCTICA TRASCENDENTAL
Kant llama fenómeno a lo dado a la sensibilidad, y por tanto sometido a las condiciones
espacio-tiempo..
Kant llama noúmeno, a la cosa-en-sí que permanece fuera de las condiciones espacio
temporales.
La filosofía de Kant es conocida como idealismo trascendental: esto quiere decir que
espacio, tiempo y categorías son «condiciones de posibilidad» de la experiencia (de los
fenómenos), y como tales, algo que pone el sujeto, pero no propiedades reales de las
cosas.
Pues bien, la Razón no funciona de la misma manera cuando intenta contestar a cada
una de estas preguntas. En términos kantianos la Razón tiene varios «usos» distintos:
- USO teórico:
▪ Es el uso científico,
110
▪ El conocimiento científico se da, pues, a través de dos facultades: la
sensibilidad (que pone el espacio y el tiempo), y el entendimiento (que
pone las categorías y las condiciones de su aplicación a la experiencia,
es decir, los principios del entendimiento).
- Uso práctico:
▪ Pues bien, aquellos objetos de que trata la metafísica (tales como Dios,
Mundo, y Alma) no tienen ningún sentido dentro del conocimiento
científico, pero sí lo van a tener dentro del campo de la moral.
A estos conceptos (Alma, Mundo y Dios) Kant les llama Ideas de la Razón, o conceptos
puros de la razón (no confundir con los «conceptos puros de entendimiento» o
«categorías»). A las Ideas de la Razón no les corresponde ningún objeto de experiencia,
por lo que no nos proporcionan propiamente conocimiento. Sin embargo cumplen una
función dentro del uso teórico de la Razón que consiste en que hacen posible agrupar
toda la experiencia en un sistema racional. Kant llama a esto el uso regulativo de las
Ideas.
Hasta aquí no hay ningún problema. Sin embargo, la Razón no se limita a usar las Ideas
para regular la experiencia, y las usa constitutivamente, como constituyendo objetos de
la experiencia. Ahí es donde descansa el error de la metafísica, en que a partir de la
Razón pura, accede a meras Ideas de Razón que luego pretende tomarlas como objetos
de experiencia.
En el momento que tomamos a las Ideas como objeto de experiencia podemos emitir
juicios indemostrables o contradictorios acerca de ellas. Kant llama a estos juicios
paralogismos cuando se refieren al alma, y antinomias, cuando se refieren al mundo.
111
Acerca de Dios la Razón incurre en otro tipo de error, el de pretender que su existencia
puede ser demostrada. Estas contradicciones se producen por no haber hecho un
análisis de las capacidades y de los límites de la Razón. Capacidades y límites que
pretende establecer la crítica kantiana.
La metafísica no sea una ciencia, sino el resultado del uso de la razón desligado de la
experiencia que sólo tiene valor en el ámbito de la razón práctica.
112
3. TEORÍA ÉTICA
Esta separación entre ambas esferas suele expresarse diciendo que la ciencia (Razón
Teórica) se ocupa del ser, mientras que la moral (Razón Práctica) se ocupa del deber
ser.
La ética de Kant representa una auténtica novedad, hasta Kant, las distintas éticas
habían sido materiales; frente a todas ellas, la ética de Kant es una ética formal.
- Parte de que hay bienes, cosas buenas para el hombre y por tanto empieza por
determinar cuál, de entre todos, es el bien supremo o fin último del hombre
(placer, felicidad…).
113
- Por tanto, una ética material, tiene contenido porque establece un bien supremo
y dice lo que ha de hacerse para conseguirlo.
Kant, por tanto, rechaza las éticas materiales porque son empíricas, hipotéticas en sus
imperativos y heterónomas, y una ética universal y racional ha de ser a priori, categórica
en sus imperativos y autónoma. Estas tres últimas características las cumple la ética
formal.
- No dice lo que tenemos que hacer sino que dice cómo debemos actuar, la forma
en que debemos obrar.
- Contrarias al deber,
- conformes al deber
- y por deber (solo estas poseen valor moral). Un hombre actúa moralmente
cuando actúa por deber. El deber, según Kant, es la “necesidad de una acción
por respeto a la ley”, es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o
114
satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos sino por respeto a la
misma.
- “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se
torne en ley universal”. Esta formulación muestra claramente su carácter formal;
este imperativo no establece ninguna norma concreta. Esta formulación muestra
también la exigencia de universalidad propia de una moral racional.
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Respecto a la existencia de Dios, señala Kant, que la disconformidad que encontramos
en el mundo entre el ser y el deber ser exige la existencia de Dios como realidad en
quien el ser y el deber-ser se identifican y en quien se da una unión perfecta entre virtud
y felicidad.
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LA FILOSOFÍA DE KARL MARX
BIOGRAFÍA
Karl Marx (1818-1883) fue un filósofo y sociólogo alemán
de origen judío que influyó determinantemente en los
movimientos obreros del s. XIX.
Emigró a París y a Bruselas, haciendo amistad con Engels.
Con él redactó en 1848 el Manifiesto comunista", traducido
a más de cien idiomas.
Expulsado de Bélgica, se dirigió a Londres, donde escribe "El Capital" y funda la
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). En sus obras expone y desarrolla el
materialismo dialéctico y el materialismo histórico, a través de los cuales explica la
realidad social como una dialéctica de opuestos ("lucha de clases"). La historia deviene
así un progresivo proceso de liberación social frente a los poderes opresivos del
capitalismo, la religión y la moral burguesa. Muchas posiciones políticas lo asumen
todavía hoy como uno de sus referentes.
FILOSOFÍA DE MARX
Karl Marx (Tréveris, 5 de mayo de 1818 - Londres, 14 de marzo de 1883) vivió el siglo
de las revoluciones que ocasionaron el hundimiento del Antiguo Régimen y las
transformaciones económicas radicales que generó la Revolución Industrial.
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117
La filosofía no debe entenderse como un saber teórico o abstracto, alejado de la
realidad concreta. Se trata de un saber a la vez teórico y práctico, que sirva como un
medio para comprender y transformar la sociedad.
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Un concepto fundamental en la filosofía de Marx es la alienación: este concepto
proviene del latín “alienatio” (alien = otro) y significa "acción y efecto de producir la
pérdida de su propia identidad"”. En Marx y Feuerbach este concepto se aplica al
proceso o situación social por la cual es hombre se convierte en algo ajeno a lo que
debería ser, a lo que le corresponde, que no tiene control sobre sí.
119
de una forma activa, ilimitada y creativa, mientras que los animales producen solo lo
inmediatamente necesario para subsistir. El trabajo alienado reduce la actividad
productiva al nivel de la supervivencia, desapareciendo lo que distingue al ser humano
de los animales, el ser humano pierde su esencia equiparándose a un animal.
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La ideología es el sistema de ideas o de representaciones que el ser humano o una
clase social tienen sobre sí mismos, del lugar que ocupan en el mundo y en la historia.
Tienen un sentido positivo y necesario para la vida humana cuando ese conjunto de
representaciones constituye el modo de identificarse con un grupo social determinado.
Sin embargo, la ideología pierde ese sentido positivo cuando ofrece una imagen
falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en las que se desarrolla la
vida de los seres humanos. En este caso, en vez de servir para que el individuo se
identifique y realice en su sociedad, sirve para someterlo a los intereses particulares
de una clase social, mediante las ideas de la clase dominante, que tiene poder para
generarlas e imponerlas y que utiliza la ideología como mecanismo de poder para
asegurarse su dominio y perpetuarlo.
121
de producción, lo que los individuos producen y cómo lo producen. El modo en que los
seres humanos producen la vida material condiciona el proceso social, político y
espiritual de la vida
La tesis básica de la filosofía de Marx es, por tanto, que en cada época la infraestructura
económica determina la superestructura ideológica.
- Las relaciones de producción son las formas en que los individuos se organizan
para producir bienes y servicios. Corresponden a un determinado estadio de
desarrollo de las fuerzas materiales de producción y son las que se establecen
entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores. Son
conflictivas (explotador – explotado como en el caso del amo – esclavo o del
capitalista y el obrero) y antagónicas porque unos defienden la propiedad de los
medios de producción como algo exclusivo y otros defienden estos medios como
algo colectivo.
122
Según Marx pensamos como pensamos no porque nosotros lo decidamos libremente
sino porque estamos determinados por la infraestructura económica. La superestructura
ideológica es el reflejo de la infraestructura económica.
Cada etapa histórica lleva en sí misma los gérmenes de su destrucción, dando origen a
otra etapa que se le opone y de cuya oposición habrá de originarse otra nueva como
síntesis de las anteriores: esclavismo (amos / esclavos); feudalismo (terratenientes /
siervos); capitalismo (burgueses / proletarios); comunismo (sociedad sin clases).
Se instaurará así una sociedad civil comunista, de todos para todos, con un nuevo
modo de producción y de organización social, en la que el poder sobre las personas es
sustituido por la administración de los bienes, en una nueva forma de organización
democrática, en su verdadero sentido de autoridad ejercida por el pueblo. Con el
comunismo se supera definitivamente toda clase de antagonismo social, desaparecen
las clases sociales y por tanto, la fuente del conflicto que mueve la historia. Y no hay
clases sociales, ni, por tanto, dominación de una clase por otra, porque el comunismo
supone la abolición de la propiedad privada, de la propiedad de los medios de
123
producción. Es entonces cuando la sociedad “podrá escribir en su propia bandera:
cada uno según su capacidad y cada uno según sus propias necesidades”.
DEFINICIÓN:
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LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE
BIOGRAFÍA
(Röcken, actual Alemania, 1844 - Weimar, id., 1900) Filósofo
alemán, nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron
pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente
religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades
de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra
extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años
después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado
por el academicismo universitario. En su juventud fue amigo
de Richard Wagner, por quien sentía una profunda admiración, aunque más tarde
rompería su relación con él.
La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que
avanzaba en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882
pretendió en matrimonio a la poetisa Lou Andreas-Salomé, por quien fue rechazado,
tras lo cual se recluyó definitivamente en su trabajo. Si bien en la actualidad se reconoce
el valor de sus textos con independencia de su atormentada biografía, durante algún
tiempo la crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía
desde joven y que terminó por ocasionarle la locura.
Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y
más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su encierro fue provocado
por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de su dolencia. Tras su fallecimiento,
su hermana manipuló sus escritos aproximándolos al ideario del movimiento nazi, el
cual no dudó en invocarlos como aval de su ideología; del conjunto de su obra se
desprende, sin embargo, la distancia que lo separa de ellos.
125
LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE
126
de los hombres. El mundo real, el de los instintos vitales, queda sometido a una moral
de resentidos, a una moral de esclavos que fomenta valores falsos como la obediencia
y el sacrificio y que se identifica con lo que es débil, enfermizo, mediocre o cobarde. No
es una moral de acción, sino de reacción y resentimiento.
Frente a esta está la “moral de señores”, es una moral creadora de valores, una
moral activa, en la que lo bueno se corresponde con lo noble, lo fuerte y lo vigoroso, es
la moral propia del superhombre, una moral que ama la “muerte de Dios”
Según esto, no todos los seres humanos somos iguales. Los señores, nobles y
fuertes, son solo unos pocos. Frente a estos, la mayor parte de la gente está muy por
debajo de ellos y está condenada a una existencia baja y vulgar.
Según Nietzsche, la religión occidental nace del miedo que tiene el hombre de sí
mismo. Su debilidad lo convierte en un hombre incapaz de afrontar el mundo real,
incapaz de buscar una explicación en éste. Por eso, explica su mundo a partir de un
mundo inventado, supuestamente superior, donde sitúa a Dios. El problema es que
cuando el hombre supedita su destino a un ser más poderoso que vive en otro mundo,
somete el mundo real y se va introduciendo en el hombre la idea de que la vida terrenal
no tiene sentido.
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C) CRÍTICA A LAS CIENCIAS POSITIVAS:
El otro punto de ataque sería el USO DEL LENGUAJE. De la misma manera que la
ciencia intenta reducir la vida a números también intentamos reducirla a conceptos. En
vez de entender el mundo de la vida tal cual es, como una fuerza, un poder, lo ahogamos
por medio del lenguaje con el que pretendemos buscar la verdad, pero en realidad no
nos interesa encontrar la verdad, solo su parte positiva, clasificable, ordenable,
sistematizable. La verdad es que el mundo de la vida, el verdadero no se puede reducir
ni someter a conceptos. Según nuestro autor es mejor intentar captarla mediante
metáforas porque no lo oprimen.
Nietzsche piensa que el origen de los conceptos está ligado al uso de la metáfora y
al intento de encontrar una manera sorprendente y original para descubrir algún aspecto
de la realidad, pero el uso rutinario de la metáfora termina por convertirla en un concepto.
Para Nietzsche, los conceptos son residuos de metáforas que en un primer momento
sirvieron para referirse de manera creativa a la realidad pero que, con el uso repetido
han perdido su brillo y sen llegado a confundir con términos capaces de describir la
auténtica realidad.
D) CRÍTICA A LA METAFÍSICA
Una vez que manifestamos que Dios ha muerto nos encontramos con el abismo de
la nada (nihilismo = nihil = nada), todo lo que creíamos cierto ha resultado una farsa.
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no hay ninguna estructura racional y universal en la que podamos apoyarnos. Dios ha
muerto y nosotros le dimos muerte. Llegados a este punto Nietzsche nos propone que
nos empoderemos y seamos capaces de superar este nihilismo negativo creando
nuevos valores y dando paso a un nihilismo positivo.
Para pasar de seres humanos corrientes al superhombre se pasa por tres fases:
- 2º, el león representa al hombre que se subleva ante la falta de libertad, al hombre
crítico, el nihilista que destruye los valores establecidos, la cultura y metafísica
tradicional. Este aún no ha superado la muerte de Dios porque lo que hace es luchar.
- 3º, el niño, el creador espontáneo de su propio juego, el que inventa, el que toma
la vida como una afirmación. Con el niño aparece el superhombre, el hombre autónomo
y libre de valores pasados, el que crea una nueva tabla de valores.
Estos nuevos valores no son comparables con los anteriores, porque son nuevos y
distintos y están basados únicamente en la vida.
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extraordinario porque son decisiones e instantes que van a repetirse hasta el infinito. El
mundo es un elogio del instante, porque cada instante es vida y, en cada instante, se
encuentra todo el sentido de nuestra existencia. Esto implica el eterno retorno de lo
mismo, pero absolutamente de todo lo mismo, incluso de las cosas que consideramos
más insignificantes. El superhombre tiene que querer el eterno retorno, si su único valor
es la vida, ha de querer que se repita eternamente. Si somos capaces de conseguir una
vida perfecta, plena, llena de contenido no querremos cambiar nada. La idea del eterno
retorno difiere de la visión lineal del tiempo que ha predominado en occidente,
proponiendo una interpretación alternativa en la que el tiempo es circular, tal y como
creían en la antigua Grecia.
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