D.ADMINISTRATIVO (Monografía)

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“AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA

INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS


DE JUNÍN Y AYACUCHO”

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO ADMINISTRATIVO

“LOS PRINCIPIOS Y LAS POTESTADES ADMINISTRATIVAS. TALESCOMO LA


SANCIONADORA, DE POLICÍA O DE LIMITACIÓN, PRESTACIÓN O DE
SERVISION PUBLICO, NORMATIVA Y ADMINISTRATIVA ARBITRAL”

DOCENTE: DRA. EVANGELINA LIA CCARHUARUPAY BEJAR

TURNO: TARDE

GRUPO: A

ALUMNO: FRANK JEYSON OCON LEIVA

CUSCO – PERÚ

2024
INDICE
INTRODUCCIÓN.........................................................................................................1
LA POTESTAD SANCIONADORA ADMINISTRATIVA...............................................2
PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR.............................................3
1. Legalidad..............................................................................................................3
2. Debido Procedimiento..........................................................................................4
3. Razonabilidad.......................................................................................................4
4. Tipicidad............................................................................................................... 5
5. Irretroactividad......................................................................................................6
6. Concurso de Infracciones.....................................................................................6
7. Continuación de Infracciones...............................................................................6
8. Causalidad............................................................................................................7
9. Presunción de Licitud...........................................................................................7
10. Culpabilidad........................................................................................................8
11. Non bis in idem...................................................................................................8
LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA DE LIMITACIÓN O POLICÍA...............................8
Límites del Poder de Policía Administrativa.............................................................8
PRESTACION O DE SERVICIO PUBLICO.................................................................9
Elementos para Considerar un Servicio Como Público......................................10
Elemento Material...............................................................................................10
Elemento Subjetivo.............................................................................................10
Elemento Formal................................................................................................ 10
Diferencias del Servicio Público con otras Actividades Públicas............................11
a) El Servicio Público es Diferente de la Obra Pública.......................................11
b) El Servicio Público es Diferente del Poder de Policía....................................11
c) El servicio público es diferente de la exploración de actividades económicas
............................................................................................................................11
POTESTAD NORMATIVA.........................................................................................11
FACULTAD ARBITRAL............................................................................................. 13
CONCLUSIONES......................................................................................................14
BIBLIOGRAFÍA..........................................................................................................16
1

INTRODUCCIÓN

En la presente monografía hare el esfuerzo por analizar y comprender las principales


bases conceptuales que sustentan al derecho administrativo sancionador. Desde la
vigencia de la Ley del Procedimiento Administrativo General en 2001, el estudio del
Derecho Administrativo en nuestro país se ha desarrollado progresivamente,
destacando el tratamiento de la potestad sancionadora de la Administración.
Requiere El ser estudiado y comprendido desde sus bases conceptuales para
analizar la normativa que lo desarrolla, así como su aplicación. El presente trabajo
tiene también por finalidad abordar, como es el poder de policía y sus límites, los
mismos, representan el poder que tiene el estado. Seguidamente abordaremos el
concepto de servicio público, sus elementos, y la Diferencias del Servicio Público
con otras actividades públicas, para finalizar daré un alcance sobre potestad
normativa y la facultad arbitral administrativa.
2

LA POTESTAD SANCIONADORA ADMINISTRATIVA


Al ser el ius puniendi una representación de la acción castigadora del estado esta
deriva en la justicia penal, que es administrada por el Poder Judicial, sin embargo,
no todo incumplimiento de una norma genera la necesidad de una sanción penal,
por ello resulta necesario contar con un régimen sancionador distinto al régimen
penal, de allí surge la sanción administrativa. Además, al ser el Poder Ejecutivo el
encargado de hacer cumplir las normas, resulta necesario dotarle de un poder
coercitivo. En ese sentido, la potestad sancionadora atribuida a la Administración
Pública encuentra sustento en la autotutela (obligatoriedad de los actos
administrativos sin la intervención de voluntades ajenas a la Administración Pública)

La potestad sancionadora es el poder jurídico que detenta la Administración Pública


para castigar a los administrados cuando éstos lesionan determinados bienes
jurídicos reconocidos por el marco constitucional y legal vigente. Esta potestad,
mediante la represión de ciertas conductas, busca incentivar el respeto y
cumplimiento del ordenamiento jurídico, desincentivando la realización de
infracciones.

El ordenamiento atribuye a la Administración potestades represivas o de sanción


dirigidas a contrarrestar la comisión de determinados supuestos de hecho calificados
como conductas ilícitas, cuyo castigo se encuentra excluido de la competencia de
los órganos jurisdiccionales penales.

Si bien en un sistema constitucional basado en una estricta división de poderes, la


potestad punitiva del Estado (ius puniendi) no debería ser ejercida por la
Administración (en cabeza del Poder Ejecutivo), sino estar reservada a los órganos
jurisdiccionales, es claro que las necesidades que los Estados modernos afrontan se
han impuesto a la rigidez de los esquemas tradicionales, verificándose un activo
ejercicio de la potestad sancionadora por parte de la Administración, lo que hoy no
admite cuestionamiento.

Pese a que nuestro ordenamiento jurídico recoge la facultad de las entidades


administrativas para determinar infracciones y aplicar sanciones, es importante
señalar que dicha potestad no ha sido reconocida de manera directa por la
Constitución Política del Perú, la cual en su artículo 138° únicamente señala que “La
3

potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a
través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes.”

Sin embargo, la ausencia de una referencia expresa que atribuya potestad


sancionadora a la Administración no debe ser interpretada como una negación de su
existencia, pues, como se ha señalado, se verifican razones de orden práctico que
justifican el otorgamiento de dicha facultad. En efecto, no resultaría coherente que
se imponga a la Administración la obligación de velar por el cumplimiento del
ordenamiento y de tutelar bienes jurídicos de interés público, pero no se le provea de
los instrumentos necesarios para cumplir con dichos fines.

PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR


La necesidad de “juridificar” la potestad sancionadora de la Administración y de
otorgar garantías a los particulares determinó la consagración jurisprudencial de la
tesis que sostiene la identidad sustancial entre las sanciones administrativas y
penales, de la que se deriva la aplicación al ilícito administrativo de una amplia gama
de principios y garantías de orden penal. Sin embargo, es importante señalar que no
se trata de una aplicación literal o mecánica de los principios y garantías obtenidos
del ordenamiento penal, sino de un proceso de adaptación de tales instrumentos a la
dinámica propia del sistema administrativo sancionador, con la finalidad de
garantizar su eficacia. Y es que los principios propios del derecho penal no se
trasladan intactos o incólumes, sino que sufre una modulación para ser adaptados a
las particularidades de la función administrativa.

El TUO de la Ley N° 27444 recoge 11 principios que rigen el ejercicio de la potestad


sancionadora de las entidades públicas. Entre estos principios se cuentan los
siguientes:

1. Legalidad. - Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias
administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las
que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de libertad.

El principio de legalidad encuentra su fundamento normativo primigenio enel texto de


la propia Constitución Política del Perú. El literal d) del inciso 24 del artículo 2 de la
norma constitucional establece que nadie podrá ser condenado o sancionado con
4

pena no prevista previamente en las leyes. Aun cuando se trata de una previsión
enfocada en el ámbito del Derecho Penal.

El Tribunal Constitucional ha señalado que la aplicación del principio de legalidad


impide que se pueda atribuir la comisión de una falta o aplicar una sanción
administrativa cuando esta no se encuentre previamente determinada en la ley. En
ese sentido, dicho principio abarca una doble exigencia:

- Exigencia de carácter formal. Implica la exigencia y existencia de una norma legal o


norma con rango de ley.

- Exigencia de carácter material. Implica la predeterminación normativa de las


conductas infractoras y de las sanciones correspondientes.

2. Debido Procedimiento. - No se pueden imponer sanciones sin que se haya


tramitado el procedimiento respectivo, respetando las garantías del debido
procedimiento. Los procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad
sancionadora deben establecer la debida separación entre la fase instructora y
la sancionadora, encomendándolas a autoridades distintas.

El principio del debido procedimiento tiene su origen en el principio del debido


proceso, el cual ha sido ampliamente desarrollado en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional y está compuesto por una serie de elementos que, en términos
generales, se relacionan con la prohibición de indefensión de los administrados. Sin
embargo, este principio no se agota en el derecho que asiste al particular de
exponer sus pretensiones, sino que también comprende otro tipo de garantías como
el derecho de ofrecer y producir prueba, el derecho de obtener una decisión fundada
en la que se analicen las principales cuestiones planteadas, entre otros.

3. Razonabilidad. - Las autoridades deben prever que la comisión de la


conducta sancionable no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir
las normas infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser
aplicadas deben ser proporcionales al incumplimiento calificado como
infracción, observando los siguientes criterios que se señalan a efectos de su
graduación:

a) El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;


5

b) La probabilidad de detección de la infracción;

c) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;

d) EI perjuicio económico causado;

e) La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo de


un (1) año desde que quedó firme la resolución que sancionó la primera
infracción.

f) Las circunstancias de la comisión de la infracción; y

g) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor

De esta forma, se establece un límite para la actuación represiva de las autoridades


administrativas que solo podría ser llevada a la práctica cuando resulte estrictamente
necesaria, idónea y proporcionada para obtener los objetivos que persigue. Desde
esta perspectiva, cuando los fines buscados con la adopción de dichas normas
puedan ser conseguidos a través de medidas alternativas manifiestamente menos
gravosas.

4. Tipicidad. - Solo constituyen conductas sancionables administrativamente


las infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante
su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las
disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar
aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin
constituir nuevas conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los
casos en que la ley o Decreto Legislativo permita tipificar infracciones por
norma reglamentaria.

A través de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los


administrados el cumplimiento de obligaciones que no estén previstas
previamente en una norma legal o reglamentaria, según corresponda.

En la configuración de los regímenes sancionadores se evita la tipificación de


infracciones con idéntico supuesto de hecho e idéntico fundamento respecto
de aquellos delitos o faltas ya establecidos en las leyes penales o respecto de
aquellas infracciones ya tipificadas en otras normas administrativas
sancionadoras.
6

Por su parte, el principio de tipicidad alude al grado de predeterminación normativa


de los comportamientos típicos, lo cual significa que solo cabe castigar un hecho
cuando este se encuentre precisamente definido y se tenga claramente definida su
penalidad, debe tomarse en cuenta que, a través de la tipificación de infracciones,
no se puede imponer obligaciones que no estén previstas previamente en una
norma legal o reglamentaria, según corresponda.

5. Irretroactividad. - Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes


en el momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo
que las posteriores le sean más favorables.

Las disposiciones sancionadoras producen efecto retroactivo en cuanto


favorecen al presunto infractor o al infractor, tanto en lo referido a la
tipificación de la infracción como a la sanción y a sus plazos de prescripción,
incluso respecto de las sanciones en ejecución al entrar en vigor la nueva
disposición.

El principio de irretroactividad involucra que, por regla general, corresponde aplicar


las normas sancionadoras vigentes en el momento de la configuración de la
infracción administrativa. No obstante, este principio contiene una excepción
importante, la cual se configura cuando la norma posterior resulta más favorable
para el administrado.

6. Concurso de Infracciones. - Cuando una misma conducta califique como


más de una infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de
mayor gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las demás
responsabilidades que establezcan las leyes.

De conformidad con lo señalado por el principio de concurso de infracciones, en


aquellos casos en los que en un procedimiento sancionador se establezca que una
misma conducta ilícita configura dos o más infracciones (concurso ideal de
infracciones), operará la absorción de la sanción prevista para aquella de menor
gravedad por parte de la de mayor gravedad, es decir, que se aplicará la sanción
más grave.

7. Continuación de Infracciones. - Para determinar la procedencia de la


imposición de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra
7

en forma continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta


(30) días hábiles desde la fecha de la imposición de la última sanción y que se
acredite haber solicitado al administrado que demuestre haber cesado la
infracción dentro de dicho plazo.

Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir el supuesto de


continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva, en los siguientes
casos:

a) Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto


dentro del plazo contra el acto administrativo mediante el cual se impuso la
última sanción administrativa.

b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto


administrativo firme.

c) Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción


administrativa original haya perdido el carácter de infracción administrativa
por modificación en el ordenamiento, sin perjuicio de la aplicación de principio
de irretroactividad a que se refiere el inciso 5.

El supuesto de infracción continuada exige que se hayan cometido varias acciones u


omisiones que infrinjan el mismo precepto y que el autor actúe en ejecución de un
plan preconcebido o aprovechando, se requiere que en un breve periodo de tiempo y
de forma sucesiva se reitere la misma acción típica.

8. Causalidad. - La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta


omisiva o activa constitutiva de infracción sancionable.

En aplicación del principio de causalidad, la sanción debe recaer en el administrado


que realizó la conducta tipificada como infracción administrativa.

9. Presunción de Licitud. - Las entidades deben presumir que los


administrados han actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten con
evidencia en contrario.

Como se puede apreciar, la normativa administrativa establece que las entidades


públicas deben respetar la presunción de no existencia de responsabilidad
administrativa mientras no se demuestre lo contrario.
8

El principio de presunción de licitud precitado se deriva del principio constitucional a


la presunción de inocencia previsto en el literal e) del inciso24 del artículo 2 de la
Constitución Política del Perú, el cual señala que toda persona es considerada
inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad.

10. Culpabilidad. - La responsabilidad administrativa es subjetiva, salvo los


casos en que por ley o decreto legislativo se disponga la responsabilidad
administrativa objetiva.

Expresa el conjunto de presupuestos o requisitos que permiten “culpar” a alguien,


declararle “culpable” y por ello imponerle una sanción. La doctrina señala que la
exigencia de culpabilidad involucra la presencia de dolo o cuando menos culpa para
poder sancionar una conducta ilícita.

11. Non bis in idem. - No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una


pena y una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se
aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento.

Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo


la concurrencia del supuesto de continuación de infracciones a que se refiere
el inciso 7.

Garantía del ciudadano que consiste en la prohibición de perseguirlo o de


sancionarlo dos veces (con dos penas, con una pena y una sanción o con dos
sanciones) por el mismo ilícito.

LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA DE LIMITACIÓN O POLICÍA


La actividad administrativa de limitación o policía es una actividad fundamentalmente
jurídica, hecha de normas, primero, y de actos de imperio después, que se imponen
coactivamente a los ciudadanos, sometiendo su vida, su propiedad y su actividad,
esencialmente libre, a una serie de limitaciones, de condicionamientos e, incluso, de
privaciones, necesarias para una ordenada convivencia.

La actividad administrativa de limitación es necesaria para que la convivencia social


sea armónica y ordenada, así como para la existencia de unas relaciones
económicas libres, productivas y respetuosas con los derechos de los ciudadanos y
con los valores que la sociedad quiere mantener, como son la seguridad e higiene
en el trabajo, un medio ambiente adecuado, etcétera.
9

Límites del Poder de Policía Administrativa


Siendo la Administración Pública la personificación del Poder del Estado, a ella le
corresponde la titularidad y el ejercicio de la actividad de policía. Ahora bien, la
Administración no se justifica nunca a sí misma, sino que su existencia y toda su
actividad tienen como finalidad la satisfacción de los intereses generales de la
sociedad, teniendo ésta como valores esenciales la libertad personal y el respeto de
los derechos de los ciudadanos. Esto supone la necesidad de que el poder conferido
a la Administración de limitación de la libertad y la propiedad de los ciudadanos en
aras del interés general se encuentre a su vez delimitado (limitado), de forma que su
ejercicio no pueda degenerar en abusos contrarios a los valores constitucionales que
la Administración pública está llamada a proteger. En definitiva, se hace necesaria la
existencia de unos límites al poder de limitar.

PRESTACION O DE SERVICIO PUBLICO


Corresponde a la Defensoría del Pueblo defender los derechos constitucionales y
fundamentales de la persona y de la comunidad; y supervisar el cumplimiento de los
deberes de la administración estatal y la prestación de los servicios públicos a la
ciudadanía”.

Lo indicado nos lleva a la necesidad de establecer qué son los servicios públicos. El
servicio público es toda actividad material que la ley atribuye al Estado para que la
ejerza directamente o por medio de sus delegados, para satisfacer concretamente
las necesidades colectivas, bajo un régimen jurídico total o parcialmente público; es
decir, el servicio público es una actividad prestada por la Administración, bajo el
régimen propio del derecho administrativo con la finalidad de alcanzar necesidades
colectivas. “El servicio público trata de las prestaciones públicas o cometidos
estatales que explicitan las funciones – fines del Estado, de ejecución per se o por
terceros, bajo fiscalización estatal”. En el ordenamiento jurídico peruano se
consideran servicios públicos esenciales los siguientes:

a) Los sanitarios y de salubridad.

b) Los de limpieza y saneamiento.

c) Los de electricidad, agua y desagüe, gas y combustible.

d) Los de sepelio, y los de inhumaciones y necropsias.


10

e) Los de establecimientos penales.

f) Los de comunicaciones y telecomunicaciones.

g) Los de transporte.

h) Los de naturaleza estratégica o que se vinculen con la defensa o seguridad


nacional.

i) Los de administración de justicia por declaración de la Corte Suprema de Justicia


de la República.

Las actividades consideradas servicios públicos al estar directamente relacionadas


con la dignidad de la persona humana también se configuran como derechos
fundamentales, por lo que deben ser asegurados a toda la población garantizando
su bienestar sin dejar a nadie atrás, verbi gratia, los derechos fundamentales a la
salud, educación y seguridad social son también servicios públicos. Los derechos
fundamentales son aquellos derechos pactados dentro del ordenamiento jurídico de
determinado país, sin embargo, son inspirados por pactos y acuerdos de derechos
humanos, por este motivo, pueden acabar variando de país en país.

Elementos para Considerar un Servicio Como Público


No todas las actividades que las entidades públicas (directa o indirectamente)
realizan en beneficio de la población son consideradas servicios públicos, para que
se consideren servicios públicos, las acciones del Estado deben contar con tres 3
elementos:

Elemento Material. Es un servicio que proporciona utilidad/comodidad a la sociedad


de forma continua, es decir, es un servicio que beneficia de forma continua a la
colectividad o al mayor número de individuos posible, sin interrupciones,
proporcionando algún bienestar para quien lo utiliza, verbi gratia, el servicio público
de salud es útil por cuanto garantiza la vida y la salud de la población, asimismo, el
servicio público de electricidad es de utilidad pública. (Tafur Scaglia, 2021)

Elemento Subjetivo. El servicio público debe ser prestado directa o indirectamente


por el Estado; el servicio será público porque es prestado por una entidad pública,
verbi gratia, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones a nivel nacional, una
Gerencia Regional de Transportes a nivel regional, una Municipalidad Provincial a
nivel local.
11

Elemento Formal. El servicio público debe obedecer total o parcialmente a las


reglas del derecho público, esto es, se rige por la ley o por la Constitución. Un
servicio público es una prestación que cumple el Estado, su incumplimiento o
cumplimiento no se rige por las normas del derecho privado.

Diferencias del Servicio Público con otras Actividades Públicas


No todas las acciones que realiza el Estado se consideran servicios públicos, existen
actividades que no son servicios públicos, pero son realizadas por las entidades
públicas:

a) El Servicio Público es Diferente de la Obra Pública. Las obras públicas son


actividades con un inicio y fin determinados en el tiempo, se constituyen en medios
que hacen posible la prestación del servicio público, verbi gratia, las obras públicas
realizadas para la construcción de un Hospital Público no son consideradas servicios
públicos, asimismo, la obra de un metro es diferente del servicio público de
prestación de transporte público.

b) El Servicio Público es Diferente del Poder de Policía. El poder de policía


genera restricciones e imposiciones a los administrados, no genera utilidad ni
comodidad, verbi gratia, la señalización en las carreteras para reducir la velocidad o
evitar adelantar no se confunden con el servicio público de transporte.

c) El servicio público es diferente de la exploración de actividades


económicas. La exploración de actividades económicas se rige por el derecho
privado, ergo, no son servicios públicos las actividades económicas realizadas por
las empresas públicas, por cuanto si bien existe un interés colectivo, tales
actividades se rigen por el mercado.

POTESTAD NORMATIVA
La potestad normativa de la Administración pública es una función normativa
secundaria. La primaria está en la Constitución y en las leyes, que por cierto deben
estar inspiradas en los valores y principios constitucionales. Las normas
administrativas, sólo secundariamente determinan intereses generales concretos
porque sólo pueden completar la determinación del legislador. No tienen capacidad
de innovar, de crear intereses generales concretos. Si el legislador guarda silencio o
no actúa, todo lo más que puede hacer ante esa omisión que puede lesionar
12

derechos e intereses legítimos de personas, es sencillamente y de modo


excepcional normar en el marco del interés general primario.

En este sentido, podemos preguntarnos qué pasa cuando la norma se refiere sin
más al interés general como concepto legal o como competencia discrecional. En
tantas ocasiones la norma hace referencia a “razones de interés general”, en
“función del interés público”, “atendidas circunstancias de interés general”.
Expresiones, todas ellas, que parece que permiten a la Administración traspasar sus
fronteras naturales y asumir un protagonismo impropio en la materia. Sin embargo,
tales términos no quieren decir, ni mucho menos, que la Administración tenga
facultades omnímodas para actuar.

En estos casos, la Administración, que dispone de esa habilitación procedente


ordinariamente de una norma administrativa, debe actuar en el marco del interés
general inscrito tanto en la ley como en el Derecho. En ese contexto puede operar.
No puede, es obvio, determinar “ex novo” el interés general. Debe concretar,
proyectar el contenido de la ley al caso particular. En todo caso, estando inscrita en
la médula del interés general la promoción de la dignidad humana y de los derechos
fundamentales, la Administración pública del Estado social y democrático de
Derecho debe en su actuación, en virtud también del principio de actuación
conforme a la Constitución y a los valores que la caracterizan, estar siempre en
disposición de defender, proteger y facilitar el ejercicio de todos los derechos
fundamentales de la persona.

La expresión, por ejemplo, “atendidas las razones de interés general” significa que la
Administración, así habrá de justificarlo, puede realizar una tarea, si se quiere, de
determinación secundaria del interés general al caso concreto.

En el caso de los derechos fundamentales de la persona, que son obviamente


interés general amplio, la Administración lo que debe hacer es sencillamente
aplicarlos en lo concreto en todas y cada una de sus actuaciones. Es decir, a la hora
de actuar la Administración debe plantearse cuál es la mejor forma de defender,
proteger y promover los derechos fundamentales en cada caso, y proceder
coherentemente.

En materia de actividad administrativa de limitación, antes denominada de policía, la


justificación de que la Administración pueda incidir desfavorablemente en la esfera
13

jurídica de los ciudadanos, se refiere, así deberá acreditarse, en que tales


decisiones van a posibilitar un mejor, y por más personas, ejercicio de derechos
fundamentales, que no es más que el trasunto de la puesta en acto, de la
actualización de la dignidad del ser humano. El caso de la reforma agraria, si así se
realiza, sirve en este sentido. Como también sirve el caso de la expropiación para la
construcción de un colegio o un hospital: en ambos casos se fortalecerá el derecho a
la educación o el derecho a la protección de la salud respectivamente

FACULTAD ARBITRAL
El mundo del Derecho se ha interesado en estudiar y regular nuevas materias, lo
cual ha derivado al desarrollo de nuevas especialidades y, por ende, en el
surgimiento de nuevos conflictos que, por su propia especialidad, requieren de un
nivel de especificidad y conocimiento más acucioso.

Visto desde ese punto, muchas veces el sistema de justicia ordinario (el Poder
Judicial) no está en la capacidad de dar solución a determinados conflictos de
intereses por la propia especialidad requerida para entender la controversia. Así, en
la actualidad, hay muchos casos donde los jueces no llegan a entender la
complejidad de una determinada materia y, por ende, no dan una solución acertada
a la controversia.

Ahora bien, analicemos esto bajo la óptica del Estado peruano. En el Perú, el Poder
Judicial aún mantiene una serie de taras que hacen inviable someter asuntos de
particular complejidad ante su jurisdicción, que para mayor ahondamiento
aterrizaremos en términos prácticos.

Existen estudios en el Perú que demuestran que el tiempo promedio de un juez para
la calificación de una demanda es de 30 días, es decir 15 veces más que los días
establecidos en el artículo 153 del Código Procesal Civil Peruano. Si a ello le
sumamos el constante aumento de la carga procesal que tiene el Poder Judicial que
al año 2018 se acercaba a más de 3 millones de casos, tendremos como resultado
un tiempo aún mayor para resolver la controversia.

Entonces, supongamos que estamos en el marco de contratación pública, donde la


empresa “A” está en plena construcción de un puente para la entidad estatal “B”.
Así, en el marco de la ejecución, “A” pide una ampliación de plazo contractual que,
de no otorgarse, impedirá la continuación de la ejecución del proyecto.
14

No obstante, la causal alegada por “A” no es aceptada por “B” y por ende la
ampliación de plazo es denegada. Ello generará un conflicto de intereses, por un
lado, el contratista “A” buscará ampliar el plazo establecido y, por otro, la entidad “B”
defenderá el hecho de que la causal no justifica la ampliación solicitada.

Ahora bien, imaginemos que esta controversia no se tuviera que dirimir en arbitraje
sino ante el Poder Judicial. Allí, la sola calificación de la demanda se demorará
cuando menos 30 días, lo cual implica una paralización total de la obra por ese
periodo de tiempo y que, traducida en términos económicos, es una grandísima
pérdida para el contratista y un tremendo costo económico-social para el Estado.

Así pues, como nuestro caso existen miles dentro del marco de contrataciones
peruano y no solo en dicho rubro sino también en seguros, protección al consumidor,
entre otros. Donde más allá del expertise de un árbitro, en contraste con el
conocimiento genérico de un juez, la eficiencia en el tiempo es eficiencia económica
para las partes.

El Estado peruano no ha sido ajeno a dicho pensamiento y lo ha acogido, puesto


que en determinadas materias ha establecido que el mecanismo de solución de
controversias sea el arbitraje.

Así tenemos que, por ejemplo, en Perú, la Ley de Contrataciones con el Estado en
su artículo 45, la Ley de Obras por Impuestos en su artículo 16, la Ley de
Asociaciones Publico Privadas en su artículo 132 y hasta el Código de Protección y
Defensa del Consumidor que lo enuncia como un mecanismo optativo en su artículo
145, han dispuesto al arbitraje como medio para dar solución a los conflictos
suscitados en el marco de una relación jurídica patrimonial preexistente.

Dentro de ese contexto, en el año 2008, con la publicación de una de las varias
modificatorias de la Ley de Contrataciones con el Estado y su Reglamento, el
Decreto Legislativo 1017 y el Reglamento publicado mediante el Decreto Supremo
N° 184-2008-EF, se trajo a colación a la legislación peruana el concepto de “arbitraje
administrativo” sin dar una mayor explicación del mismo ni un desarrollo legislativo
posterior.

CONCLUSIONES
Del presente trabajo se puede concluir que:
15

-La potestad sancionadora debe de ser considerada como aquella facultad que es
propia de la Administración, y que encuentra respaldo en su actuación a fin de
salvaguardar el ordenamiento jurídico, a fin de que este posea eficiencia en su
desarrollo.

-Del ius puniendi del Estado, deriva la potestad sancionadora de la Administración,


la cual debe estar autorizada por el Ordenamiento Jurídico. Garantizar un
procedimiento acorde con los principios y disposiciones normativas existentes, debe
ser un objetivo básico dentro de las políticas de toda institución, en especial cuando
de materia sancionadora se trata, toda vez que en presencia de esta pueden resultar
lesionados derechos subjetivos de una persona.

-El poder de policía compatibiliza el goce de los derechos e intereses de los


administrados, se trata de una facultad que permite fijar el límite para el goce de
ciertos derechos para salvaguardar otros en base a los intereses de toda la
sociedad.

-Los servicios públicos son actividades que realiza el Estado, directa o


indirectamente, para satisfacer las necesidades de la población, estos servicios
deben ser regulares, permanentes, continuos, universales y eficaces; cuando los
servicios públicos son prestados indirectamente por particulares se pueden realizar a
través de los permisos, licencias, autorizaciones o concesiones, una forma especial
de participación de la inversión privada en la prestación de servicios públicos son las
asociaciones público privadas.

-El poder ejecutivo se encuentra habilitado para la elaboración de determinadas --


normas por mandato constitucional (potestad reglamentaria) que le permite apoyar
las normas legales emitidas por el Legislativo, en razón a la especialidad de la
materia y dinamismo que esta posee.

-Las crecientes demandas de arbitraje en sectores dominados por los operadores


privados donde el interés general está presente son una realidad. Ello hace
necesario, en virtud del principio de libertad y en aras a la seguridad jurídica, dar una
respuesta clara ante la pregunta de si son arbitrables aquellas pretensiones
sometidas al Derecho administrativo.
16

BIBLIOGRAFÍA
Derecho PUPC revista de la facultad de derecho. (2011). El procedimiento
administrativo a los 10 años de entrada en vigencia de la LPAG. Lima, Perú:
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2017). Guía práctica sobre el


procedimiento administrativo sancionador Actualizada con el Texto Único
Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento (Segunda ed.). Lima,
Perú: PRODUGRAFICA E.I.R.L.

Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2021). Texto Único Ordenado de la Ley


N° 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo General (Segunda ed.).
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