Incontinencia urinaria_20241017_223355_0000
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Pérdida involuntaria de orina demostrable en forma objetiva y que constituye un problema social e
higiénico para la paciente
Se presenta tanto en personas sanas como asociada a diferentes enfermedades, y puede ser
consecuencia de diversas causa
EPIDEMIOLOGÍA
La IU, o aparición de pérdidas de orina al menos una vez en los últimos 12 meses afecta al 5-69%
de las mujeres y al 1-39 % de los hombres
En ancianos es do 5-10%.
MICCIÓN
Es una función del tracto urinario inferior mediante la cual se consigue el vaciado de la orina,
cuando la vejiga ha llegado a su capacidad fisiológica y los condicionamientos sociales y el lugar
son adecuados.
Dos fases
La fase de llenado
En la fase de majo vesical, la vejiga acomoda su tono al aumento continuo y paulatino de orina que
llega a través de los uréteres
La dretra mamienora cerrados: cuello vesical (esfinter interno), esfinter estriado de la uretra
(esfinter extermo) y músculo liso de la uretra funcional
Signos y síntomas
1. Pérdida involuntaria de orina:
Goteo o escape de orina sin control, que puede ocurrir al toser, reír, estornudar, levantar objetos
pesados o realizar actividad física (incontinencia de esfuerzo).
2. Urgencia urinaria:
Deseo repentino e intenso de orinar, con dificultad para llegar al baño a tiempo (incontinencia de
urgencia).
Necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual, incluso durante la noche (nicturia).
Sensación de que la vejiga no se vacía por completo después de orinar, lo que puede llevar a una
necesidad frecuente de ir al baño.
5. Escapes nocturnos:
6. Goteo continuo:
Causas
1. Debilidad del suelo pélvico: La pérdida de tono muscular en esta área, causada por el
envejecimiento, embarazos, partos o cirugías ginecológicas, puede provocar la incontinencia de
esfuerzo.
3. Infecciones urinarias: Las infecciones del tracto urinario pueden causar irritación en la vejiga, lo
que provoca incontinencia temporal.
8. Factores físicos: Obesidad, tos crónica o actividades que ejercen presión en el abdomen pueden
contribuir a la incontinencia urinaria.
Tratamiento
1. Terapias conductuales:
Ejercicios del suelo pélvico: También conocidos como ejercicios de Kegel, estos fortalecen los
músculos que controlan la micción y son efectivos para la incontinencia de esfuerzo.
Modificación del estilo de vida: Incluye cambios como la reducción de la ingesta de líquidos antes
de acostarse, evitar irritantes como la cafeína y el alcohol, y perder peso en caso de obesidad.
2. Tratamiento farmacológico:
3. Dispositivos médicos:
Pesarios: Dispositivos que se colocan en la vagina para sostener el cuello de la vejiga y reducir la
incontinencia de esfuerzo.
Catéteres: Utilizados en casos graves cuando no se puede vaciar la vejiga de manera natural.
4. Tratamiento quirúrgico:
Neuromodulación: Estimulación de los nervios que controlan la vejiga para regular su función.
5. Otras opciones:
Fisioterapia: Tratamientos como la estimulación eléctrica funcional del suelo pélvico pueden
ayudar a mejorar el control de la vejiga.
Botox: Se inyecta en la vejiga para relajar los músculos y reducir las contraccionesn ivoluntarias en
casos de vejiga hiperactiva.
Cuidados de enfermería
1. Evaluación y control regular:
Valoración inicial: Realizar una evaluación completa del estado de salud del paciente,
identificando el tipo de incontinencia, su frecuencia y factores desencadenantes.
Registro miccional: Llevar un diario miccional para registrar los patrones de micción, cantidad de
líquidos ingeridos, episodios de incontinencia y cualquier síntoma asociado.
Evaluación de la piel: Supervisar el estado de la piel en la zona perineal para detectar signos de
irritación, erupciones o úlceras, que pueden ser causadas por el contacto prolongado con la orina.
2. Intervenciones preventivas:
Cuidados de la piel: Limpiar y secar la piel del paciente de manera adecuada tras cada episodio de
incontinencia. Utilizar productos barrera, como cremas protectoras, para prevenir irritaciones y
dermatitis.
3. Entrenamiento y apoyo:
Ejercicios de Kegel: Enseñar y motivar al paciente para realizar los ejercicios del suelo pélvico, que
ayudan a fortalecer los músculos involucrados en el control de la vejiga.
Educación del paciente y familia: Proporcionar información clara sobre las causas de la
incontinencia, el uso adecuado de dispositivos absorbentes y las estrategias para mejorar el control
vesical.
4. Prevención de complicaciones:
Infecciones del tracto urinario (ITU): Vigilar signos de infección, como fiebre, ardor al orinar o
cambios en el color o el olor de la orina. Promover una adecuada higiene perineal para prevenir
infecciones.
Monitorización de líquidos: Regular el consumo de líquidos según las indicaciones del médico,
evitando la ingesta excesiva durante la noche para prevenir incontinencia nocturna.
5. Soporte emocional:
6. Colaboración interdisciplinaria:
Recomendaciones
1. Realizar ejercicios del suelo pélvico:
Practicar ejercicios de Kegel de manera regular para fortalecer los músculos pélvicos, mejorando el
control sobre la vejiga. Estos ejercicios pueden ser beneficiosos tanto para hombres como para
mujeres.
Programar visitas regulares al baño cada 2-3 horas, incluso si no se siente la necesidad urgente de
orinar. Esto ayuda a entrenar la vejiga y reducir los episodios de incontinencia.
El exceso de peso aumenta la presión sobre la vejiga y los músculos pélvicos, por lo que mantener
un peso adecuado puede ayudar a reducir la incontinencia, especialmente en el caso de la
incontinencia de esfuerzo.
Beber cantidades adecuadas de agua durante el día, pero evitar el consumo excesivo de líquidos
antes de acostarse para prevenir la incontinencia nocturna.
Cambiar con frecuencia los dispositivos absorbentes y limpiar adecuadamente la piel para evitar
irritaciones o infecciones. El uso de cremas protectoras o productos barrera puede ser útil.
8. Evitar el estreñimiento:
El estreñimiento puede ejercer presión sobre la vejiga, por lo que es importante consumir una
dieta rica en fibra, beber suficiente agua y mantener una rutina intestinal regular.
Evitar actividades que incrementen la presión intraabdominal, como levantar objetos pesados o
realizar ejercicios de alto impacto, especialmente en personas con incontinencia de esfuerzo.
Consultar con un profesional de salud sobre las opciones de tratamiento disponibles, que incluyen
medicamentos, dispositivos o intervenciones quirúrgicas. Seguir el plan de tratamiento
recomendado por el médico para un manejo eficaz de la incontinencia.
URETRITIS
La uretritis es la inflamación de la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga al
exterior del cuerpo. Esta condición puede estar causada por infecciones bacterianas, como las
transmitidas por contacto sexual (gonorrea, clamidia), o por irritaciones no infecciosas, como
traumatismos, uso de sondas, o reacciones a productos químicos. Los síntomas comunes incluyen
dolor al orinar, secreción uretral y sensación de urgencia o mayor frecuencia para orinar. La
uretritis puede afectar tanto a hombres como a mujeres y requiere diagnóstico y tratamiento
médico adecuado, generalmente con antibióticos.
Signos y síntomas
1. Dolor o ardor al orinar (disuria): Es el síntoma más común, causado por la inflamación de la
uretra.
2. Secreción uretral: Puede ser de color claro, blanco, amarillo o verdoso, dependiendo de la
causa, como una infección bacteriana (ej., gonorrea o clamidia).
5. Dolor durante las relaciones sexuales: Dolor o malestar al eyacular en hombres, o durante las
relaciones sexuales en mujeres.
Causas
1. Causas infecciosas:
Infecciones de transmisión sexual (ITS): Son la causa más frecuente de uretritis. Entre los
agentes infecciosos más comunes se encuentran:
2. Causas no infecciosas:
Reacciones alérgicas: Algunas personas pueden desarrollar uretritis debido a reacciones alérgicas
a productos como preservativos de látex o medicamentos tópicos.
3. Otras causas:
Síndrome uretral: Condición en la que se presentan síntomas similares a la uretritis, pero sin una
causa infecciosa evidente.
Tratamiento
1. Tratamiento antibiótico:
Si la uretritis es causada por una infección bacteriana, como las infecciones de transmisión sexual
(ITS), los antibióticos son el tratamiento de elección. Los antibióticos se seleccionan según el
microorganismo responsable:
Uretritis gonocócica (causada por Neisseria gonorrhoeae):Se recomienda una dosis única de
ceftriaxona (500 mg por vía intramuscular), combinada con azitromicina para tratar posibles
coinfecciones.
Doxiciclina (100 mg dos veces al día durante 7 días) o azitromicina (dosis única de 1 g por vía oral)
son los antibióticos más comunes.
2. Tratamiento antiviral:
En casos de uretritis causada por infecciones virales, como el virus del herpes simple (VHS), se
administran antivirales:
Aciclovir, valaciclovir o famciclovir son medicamentos efectivos para reducir los síntomas y
controlar la infección.
3. Tratamiento para causas no infecciosas:
Antiinflamatorios: Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) pueden ser utilizados para reducir
la inflamación y el malestar asociado a la uretritis no infecciosa.
4. Medidas complementarias:
Hidratación adecuada: Beber abundante agua para ayudar a eliminar bacterias y reducir la
irritación de la uretra.
Evitar relaciones sexuales: Se aconseja evitar las relaciones sexuales durante el tratamiento para
prevenir la transmisión de la infección a la pareja.
Tratamiento de la pareja sexual: En caso de uretritis por ITS, se debe notificar y tratar a la pareja
para evitar la reinfección y la propagación de la enfermedad.
5. Seguimiento médico:
Después del tratamiento, es importante realizar un seguimiento médico para asegurar que la
infección se ha curado por completo y prevenir complicaciones, como la diseminación de la
infección o el desarrollo de uretritis crónica.
Cuidados de enfermería
1. Evaluación del paciente:
Historia clínica completa: Recoger información sobre síntomas, historial médico, posibles
exposiciones a infecciones de transmisión sexual (ITS) y tratamientos previos.
3. Educación al paciente:
Consejos sobre higiene: Enseñar prácticas de higiene adecuadas para prevenir la irritación, como
el uso de jabones suaves y evitar productos químicos irritantes.
Promoción de prácticas sexuales seguras: Instruir sobre el uso de preservativos y otras medidas
de prevención para evitar la reinfección y la transmisión de ITS.
5. Hidratación adecuada:
Fomentar la ingesta de líquidos: Recomendar al paciente que beba suficiente agua para ayudar a
diluir la orina y minimizar la irritación uretral.
6. Seguimiento y monitoreo:
Controlar los síntomas: Monitorear la evolución de los síntomas y cualquier efecto secundario del
tratamiento, informando al médico sobre cualquier cambio significativo.
7. Apoyo emocional:
Brindar apoyo psicológico: La uretritis puede causar ansiedad o vergüenza, por lo que es
importante ofrecer un entorno de apoyo, confidencialidad y comprensión.
Recomendaciones
1. Cumplir con el tratamiento:
Seguir el régimen de antibióticos o antivirales según lo prescrito por el médico. Es crucial completar
el tratamiento, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizarlo.
2. Prácticas de higiene:
Mantener una buena higiene personal para prevenir la irritación de la uretra. Usar jabones suaves
y evitar productos químicos irritantes, como desodorantes íntimos o espermicidas.
3. Abstinencia sexual:
4. Hidratación adecuada:
Beber abundante agua para ayudar a diluir la orina y reducir la irritación de la uretra. Esto también
facilita la eliminación de bacterias del sistema urinario.
Evitar el uso de productos que puedan irritar la uretra, como jabones perfumados, detergentes o
productos de higiene íntima agresivos.
Prestar atención a cualquier cambio en los síntomas y buscar atención médica si hay un aumento
del dolor, fiebre, secreción inusual o si los síntomas no mejoran con el tratamiento.
Promover el uso de preservativos durante las relaciones sexuales para reducir el riesgo de
infecciones de transmisión sexual (ITS) y protegerse a sí mismo y a la pareja.
Realizar chequeos regulares con el médico, especialmente si se tiene un historial de uretritis o ITS,
para monitorear la salud sexual y urinaria.
Informarse sobre las infecciones de transmisión sexual, sus síntomas y prevención para reducir el
riesgo de futuras infecciones y comprender mejor la uretritis.
10. Cuidado emocional:
Reconocer que la uretritis puede generar ansiedad o vergüenza, y buscar apoyo emocional si es
necesario. Hablar abiertamente con profesionales de la salud sobre cualquier preocupación
relacionada con la salud sexual.