TEMA 3
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Si bien la familia es la unidad de convivencia fundamental, en nuestra sociedad, no todas las personas,
por distintas circunstancias, pueden vivir en el seno de una familia, ya sea porque esta no les puede
prestar la atención que necesitan, porque carecen de ella, porque es necesaria la separación del núcleo
familiar para garantizar su seguridad o, simplemente, porque prefieren otras modalidades de
convivencia alternativas a la familiar.
El sistema de servicios sociales en nuestro país se despliega en tres niveles organizativos: estatal,
autonómico y local. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales es la máxima instancia en la
organización de los servicios sociales en España, aunque estas competencias están transferidas a las
comunidades autónomas. A pesar de ello, mantiene la gestión sobre algunas áreas y ejerce un papel
importante en la prestación de servicios en determinados colectivos.
Los servicios sociales están organizados en una red coordinada de centros públicos y privados
concertados, debidamente acreditados. Según los servicios que presta se divide en:
Cada uno de estos recursos dispone de equipos profesionales, con medios necesarios
correspondientes, que dan orientación, apoyo, y atención a la ciudadanía con una problemática social,
que este dificulta su desarrollo social, personal, autónomo y comunitario en su medio familiar, su
solicitud viene especificada en la cartera de servicios, aunque también se puede obtener y ayuda y
orientación presencial, telefónica y telemática en los servicios sociales de base.
2. CENTROS RESIDENCIALES
OBJETIVO: ejercer de hogar sustitutorio para personas que, debido a su problemática sociofamiliar y
económica o a una situación de discapacidad, no pueden ser asistidas en su entorno familiar o no
pueden vivir de forma independiente.
En las residencias se prestará, por parte de profesionales, atención integral a las necesidades de la
persona usuaria durante todo el día, y para llevarla a cabo dispondrán de un amplio abanico de
servicios.
La oferta de estos dependerá del tamaño y la especificidad del centro y del colectivo al que va dirigido.
En cualquier caso, podemos diferenciar cuatro grupos de servicios:
ALEJAMIENTO ALTERNATIVO: conjunto de viviendas establecidas con la intención de que personas con
necesidades específicas puedan vivir organizadas y de manera independiente en un entorno
normalizado.
Formalmente suelen consistir en pisos o casas familiares convencionales adaptados a las condiciones
que requieren las personas usuarias, aunque también pueden formar grupos residenciales específicos
(conjuntos residenciales).
Por lo general, las personas usuarias se instalan en ellos de manera temporal o permanente en régimen
de alquiler, aunque en algunos casos pueden comprar el alojamiento.
La nomenclatura nos indica un amplio número de posibilidades: pisos protegidos, viviendas tuteladas,
alojamientos supervisados, conjuntos residenciales, etc. Las diferencias entre todos ellos se establecen,
básicamente, a partir de tres variables:
El colectivo al que va dirigido . viviendas para personas mayores, personas con discapacidad
física o intelectual, personas con enfermedades mentales, mujeres víctimas de violencia
doméstica, etc.
El objetivo de la intervención. La finalidad de estos alojamientos:
o Alternativa al internamiento. Es una opción muy bien valorada por los usuarios, ya
que les permite vivir en su medio, en régimen de comunidad, con la asistencia o tutela
que precisan y, por lo tanto, sin las consecuencias negativas que las residencias
generan.
o Alternativa al núcleo familiar. Es una opción para facilitar la vida independiente fuera
del entorno familiar, de personas con limitaciones en su autonomía (por ejemplo, con
discapacidad intelectual leve) pero que pueden vivir de manera independiente con
cierto grado de supervisión. De esta manera se favorece su desarrollo personal pues
escapan del constreñimiento del entorno familiar, generalmente sobreprotector en
exceso.
El nivel de supervisión o apoyo que se presta . Dependerá del nivel de independencia del grupo
al que va dirigido: cuanto mayor sea el grado de dependencia, más apoyo y supervisión
necesitarán las personas usuarias.
o Así pues, podrán existir centros en los que la supervisión sea simplemente de
seguimiento, mientras que otros precisarán una vigilancia muy continuada del
personal de apoyo, incluso por la noche.
El número de personas que forman la unidad convivencial : pisos individuales, bipersonales,
en grupos pequeños, compartidos, etc. El número máximo de residentes no suele pasar de 10.
o Suelen contar con servicios complementarios como lavandería, restaurante, comidas
a domicilio, servicios médicos, apoyo en las actividades de la vida diaria, animación u
otros. En última instancia, la oferta de estos servicios dependerá de las necesidades de
las personas usuarias.
o Si atendemos a las personas que los ocupan, disponemos de recursos para personas
mayores, personas con discapacidad o enfermedad mental, mujeres, menores y pisos
de apoyo a la desintoxicación.
o Las viviendas tuteladas se están implantando desde las administraciones públicas como un
modelo más cercano, sencillo, menos desintegrador y más económico que otros recursos.
Según algunas encuestas, los servicios de alojamientos alternativos se han establecido como una
alternativa al internamiento muy bien valorada por los usuarios, ya que les permite vivir en su medio, en
régimen de comunidad, con la asistencia o tutela que precisan y, por lo tanto, sin las consecuencias
negativas que las residencias generan.
4. RECURSOS INTERMEDIOS
los recursos intermedios incluyen un amplio abanico de servicios que ejercen una atención intermedia
entre la atención domiciliaria y la residencial. Estos recursos también se conocen como de respiro
familiar.
OBJETIVO: prioritario es aligerar la carga o el estrés que supone para la familia la atención y el cuidado
de la persona dependiente, ocupándose de ella durante unas horas al día o una temporada.
Servicios de día
Unidades de noche
Programas de apoyo temporal a las familias.
5. CENTROS DE ACOGIDA
Hay ocasiones en las que las personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad tan extrema que
la inmediatez de la intervención precisa de dispositivos convivenciales de urgencia para su atención.
Así pues, son dos los argumentos que caracterizan estos recursos:
La intervención se realiza con urgencia, para atender necesidades perentorias (por ejemplo,
maltrato, negligencia, desamparo, etc.).
La acogida es transitoria: hasta que se normalice el problema o se deriven a otros recursos más
estables.
Existen recursos de acogida para mujeres, menores, población drogodependiente e inmigrantes todos
ellos colectivos muy vulnerables.