430_04_05_Pobreza
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Publicado en línea: 10 de diciembre de 2019
Disponible en:
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/430/igles
ia_bienes.html
3 Además de los ricos fondos de la Biblioteca Nacional y del Archivo Histórico del
Instituto Nacional de Antropología e Historia, se deben mencionar los del Archivo Ge-
neral de Indias.
4 Un buen tratamiento de este tema lo hace Giovanni Miccoli, Francisco de Asls.
Realidad y memoria de una experi.enci.a cristiana, Ofiate, Guipúzcoa, Editorial Franciscana
Aránzazu, 1994.
5 Antonio Rigón, "Hermanos menores y sociedades locales", Francisco de Asís y el
primer siglo de historia franciscana, Ofiate, Guipúzcoa, Editorial Franciscana de Aránzazu,
1999, p. 293.
6 Ibídem, p. 303.
7 La primera está publicada en San Francisco de Asís. Biografías, escritos y d ocu
mentos de la época, Madrid, BAC, 1980, p. 931-960; la segunda, en Obras de San Buena
ventura, Madrid, BAC, v. VI, 1949, p. 331-637.
8 Cf. Gratien de París, Historia de la fundación y evolución de la orden de frailes me
nores en el siglo XIII, Buenos Aires, Ediciones de Desclée de Brouwer, 1947, p. 343-354 y
430-444.
9
José García Oro, Prehistoria y primeros capítulos de la evangelización de América,
Venezuela, Ediciones Trípode, 1988, p. 160. Los subrayados son míos.
10 Ángel Ortega, "El convento de San Francisco de Belvis de la Provincia de San
Quia hic omnes avaritia student [porque aquí todos tienden a la avaricia]
y los necesitados son nuestros hermanos franciscos que no toman limos-_
na ninguna pecuniaria, ni por misas, ni obsequias, ni de otra manera y
tienen una muy ruin casa, y por no tener una enfermería, sino una pocil
ga, muchos enfermos que aquí se venían a curar de toda la provincia se
les murían y les hube de hacer una enfermería, que poco menos me cos
tó que la prebenda de un año. 15
12 Archivo General de Indias (en adelante citado AGI), Justicia, 1006. Respuesta a
la tercera pregunta.
13 Idem.
14 AGI, México, 94.
15 Richard E. Greenleaf, Zumán-aga en His Family. Letter to Vizcaya, 1536-1548, Was
hington, Academy of American Franciscan History, 1979, p. 102.
100 350 pesos a los dominicos para 18 conventos. Habría que aclarar
que de estos altos montos para agustinos y dominicos casi el 95% se
destinó a la construcción de sus conventos en la ciudad de México: a
· los agustinos se les dieron 69 000 pesos de oro común y a los domini
cos 95000 pesos 24 (ver gráfico 1).
Gráfico 1
Ayuda del rey a la construcción de conventos
1560-1569
l■ OP ■ OSADOFM 1
Pero si las cantidades monetarias que recibieron los francisca
nos no afectaron su vida pobre, sí la modificaron las relaciones que
entablaron con las comunidades indígenas en donde construyeron
sus conventos. El sostenimiento de los frailes se hizo cada vez más
dependiente de las contribuciones y servicios de esas comunidades,
en tal forma que, poco a poco, los frailes entraron en un funciona
miento muy parecido al de la administración parroquial. La informa
ción• que nos proporcionan las disputas por las "doctrinas" de la
década de 1570 deja muy claro que la vida pobre, con cuyo espíritu
se había fundado la orden en México, era incompatible con la activi
dad pastoral que los frailes estaban desarrollando en México.
25
Información tomada de Juan Bautista Moles, Memorial de la Provincia de San
Gabriel, Madrid, Editorial Cisneros, 1984, y de Pedro de Oroz, Jerónimo de Mendieta y
Francisco Suárez, Relación de la descripción de la Provincia del Santo Evangelio que. es las
Indias occidentales que. llaman Úl Nueva España, México, Editorial Junípero Serra, 1975.
26 Quizá una de las mejores apologías de este modelo de iglesia la hace Jerónimo
de Mendieta en una carta a Juan de Ovando publicada en Cartas de religiosos, 2a. ed.,
México, Salvador Chávez Hayhoe, 1941, p. 101-115.
27 Cf. Una lista de benefactores· se encuentra en Cartas de religiosos, op. cii.,
p.179-185.
28 Datos tomados de AGI, Contadurla, 661 y 667.
29 AGI, Mi.xico, 92.
Martín Enríquez, sobre los artículos enviados del Consejo de Espaiia en que preten
dían obligar a los religiosos a ser curas con lo demás en ellos contenido", Joaquín García
lcazbalceta, C6dice Mendieta, México, Imprenta de Francisco Díaz de León, v. I, 1892,
p. 198-199.
dejando de ser sus ministros celosos de la pobreza, como lo han sido has
ta aquí, y dejando de hacer lo que hacen por caridad sola, como hasta
aquí, no temán, respecto los ministros frailes, más que el interese como
los demás, y de aquí vemán los indios a perder la devoción y crédito, me
diante el cual han ·recibido su predicación, y faltando faltará su fe. 37
Estos frailes del siglo XVI, cercanos todavía a las luchas por el uso
pobre de los bienes entre franciscanos "observantes" y "claustrales"
(cpnventuales), de la primera mitad de ese siglo en España, concluían:
33 Idem.
34 "Carta para su majestad sobre el mismo negocio", ibídem, p. 202.
35 "Carta para el padre fray Francisco de Guzmán, comisario general de las In-
dias", ibídem, p. 203.
36 "Las razones e inconvenientes que nos mueven a no aceptar el cargo y obliga
ción de curas son" (s. f., ca. 1574), ibídem, p. 205-212.
37 Ibídem, p. 207.
De acuerdo con este texto, hacia principios del siglo xvn el argu
mento en favor de las doctrinas franciscanas es el esplendor de sus
iglesias, esplendor que está indicando una riqueza desconocida de
los frailes en el siglo XVI. ¿Cómo se dio este cambio de ideales en la
orden? Sin duda es parte del proceso natural del desarrollo de los
institutos religiosos que tienden a perder su ideario original con el
transcurso del tiempo. 41 Pero igualmente es obvio que los contactos
38lbidem, p. 210.
39
Ibidem, v. 11, p. 173.
40 Ibídem, v. 11, p. 175.
41
Este tema es ampliamente tratado por Philip Sheldrake, Spirituality and History.
Questions oflnterpretation and Method, London, SPCK, 1995.
con capilla [capucha] y otra sin ella los que quisieran tenerla. Y aque
llos a los que la necesidad obligare puedan traer calzado. Y todos los
hermanos se vistan de ropas viles y puedan remendarlas con sayal y
otros retazos, con la bendición de Dios."48 Los capítulos generales de
la orden y las Constituciones discutieron posteriormente los detalles
de este ordenamiento de la regla. En México quedó establecido desde
el siglo XVI que el hábito de los frailes fuera de sayal.49 En el XVII se
reglamentó la frecuencia con que se debía surtir de hábitos a los frai
les. En las Constituciones de 1667 se ordenó a los guardianes que cada
año y medio, bien fuera en la fiesta de San Juan (24 de junio) o en la de
Navidad, se diese a los frailes hábito y sandalias. Los hábitos usados
se recogerían en los conventos de México, Puebla, Tlaxcala y Veracruz
para ofrecerlos como mortajas de difuntos por una limosna que debe
ría ir entre diez y doce pesos. Los guardianes tenían, además, la obli
gación de dar a estudiantes y hermanos legos "túnicas, cacles y paños
menores", siempre que se les pidiere. 50 Volvemos a señalar la distan
cia de esta costumbre con la de los frailes del XVI que, según las
crónicas, vivían en tanta pobreza que uno de ellos contaba "que te
niendo ya el hábito que trajo de España tan roto que no lo podía traer
de hecho pedazos, hizo que los niños de la escuela lo deshiciesen y
destorciesen el hilo hilado y tejido y lo volviesen como pelos de lana".51
de provenían los ingresos de los frailes para llevar ese nivel de vida?
En los estudios sobre los bienes de la Iglesia se han señalado como
fuentes de ingreso las propiedades urbanas o rurales, las haciendas,
los réditos por préstamos, las capellanías y los diezmos. Revisando
la documentación de esta materia -y sobre este tema queda mucho
trabajo por hacer-, me ha sido posible constatar que este tipo de
fuentes económicas en la provincia del Santo Evangelio desempeñó
un papel totalmente secundario. 61 Esto parece indicar que es necesa
rio salir de los modelos ya establecidos como fuentes de riqueza
eclesiástica, al menos para el caso de los franciscanos de México.
Hay que entrar al estudio de las relaciones con la sociedad en la que
se mueven los frailes y los beneficios económicos de esas relaciones.
La doctora Rosalva Loreto ya ha señalado esta ruta en su estudio
sobre las monjas de la ciudad de Puebla y sus relaciones con el mun
do urbano. 62 Lo mismo hay que hacer con los frailes y la sociedad
rural de los valles de México, Tlaxcala, Toluca y Morelos, en donde
se encontraban enclavados los conventos de la Provincia del Santo
Evangelio. A manera de propuesta pongo aquí algunos ejemplos.
61 En
los cien primeros volúmenes del Fondo Franciscano del INAH, sólo encontré
la venta de élos solares en el convento de Veracruz·(1601), un legado en el convento de
Tecamachalco (1736), otro en el convento de Tehuacan (1733) y una hacienda del con
vento de Puebla (1704).
62 Rosalva Loreto López, Los conventos femeninos y el mundo urbano de la Puebla
66 Idem.
67 Ibídem, v. 47.
68 Francisco Morales, "Pueblos y doctrinas en México en el siglo XVII", Actas del III
Congreso Internacional sobre Franciscanos en el Nuevo Mundo, Madrid, Editorial Deunos,
1989, p. 773-811.
69
Directorio del Convento de.Tecozautla, FF AH INAH, v. 47, f. 13-19. Las "memo
rias" de misas en estos documentos aparecen como compromisos de los frailes de cele
brar misas en determinadas fechas del ado a cambio de un estipendio, ordinariamente
tres pesos por misa.
Cuadro 1
ENTRADAS ANUALES EN LIMOSNAS EN LOS CONVENTOS DE LA PROVINCIA
DEL SANTO EVANGELIO (ANTES DE 17 50)
Cuadro2
ENTRADAS ANUALES DE LIMOSNAS EN LOS CONVENTOS
DE LA PROVINCIA DEL SANTO EVANGELIO (ca. 17 70)
Convento Entradas en pesos Convento Entradas en pesos
México 8 540 Tehuacan 1544
Tlatelolco 7 375 Huaquechula 19 35
San Cosme 2640 Totinehuacan 1 440
Puebla 8 570 Toluca 5590
Veracruz 3 62 7 Tecajic 889
Jalapa 1496 Texcoco 4880
Tecamachalco 1214 Calpulalpan 1466
Tlaxcala 1074 Xochimilco 4 517
Tepeaca 1074 Tepepan 884
Cholula 1138 Tecomic 1176
Huejotzingo 753 S. Gregario 540
Huamantla 769
Conclusión
BIBLIOGRAFÍA