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CONTRAPOSICIÓN DE ORTEGA CON DESCARTES
Como dos autores pertenecientes a dos corrientes que se diferencian totalmente en su
modo de entender la razón voy a contraponer Descartes con Ortega Tienen en común ser grandes metafísicos –no olvidemos que Ortega era catedrático de Metafísica y Descartes consideraba que ésta era la raíz del conjunto de las ciencias- con grandes aportaciones a la teoría del conocimiento, querer llegar a un público amplio (Descartes escribía en francés y no en latín) y Ortega afirma: “La claridad es la cortesía del filósofo”, así como una profunda fe en la razón humana, aunque en el caso de Ortega no se refiera a una razón pura sino al raciovitalismo. En cuanto a las diferencias, aunque Ortega alabó el papel de Descartes en la historia de nuestra tradición, considera que se paró demasiado pronto en el “yo pienso” convirtiendo en realidad radical a la conciencia, la subjetividad;cuando para Ortega será prioritaria y por tanto realidad radical la vida, de modo que podríamos decir: “vivo, luego pienso, río, creo, trabajo, coexisto…”. En definitiva, para pensar, como para cualquier otra actividad, antes hay que estar vivo. En cuanto al conocimiento, el racionalismo de Descartes ha creído que es posible llevar el análisis de la realidad hasta el límite último de un modo satisfactorio y con plenas garantías de validez, verdad y rigurosidad científica basándose únicamente en la razón. Supone que la realidad entera es absolutamente penetrable por la razón no dando credibilidad a los sentidos mientras que Ortega considera que hay que corregir los excesos racionalistas apoyando la razón en la vida.. El conocimiento es siempre conocimiento desde unas condiciones corporales, socioculturales e históricas concretas, es decir, desde un punto de vista. La circunstancia de cada uno condiciona su perspectiva de la realidad. No es posible, por tanto, llegar al conocimiento absoluto y definitivo al que aspiraba Descartes. La razón no es algo abstracto, “ultravital” y “utópico”, sino que es una función de la vida y como tal hemos de usarla, para resolver los problemas que la circunstancia, nuestra circunstancia, nos plantea. Respecto al innatismo, Descartes defiende la existencia de ideas innatas fundamentales para el conocimiento. En el caso de Ortega, al afirmar que más que naturaleza (innatismo), somos historia, niega la existencia de cualquier idea innata. Por otra parte, mientras Descartes diferencia entre tres tipos de ideas (adventicias, facticias e innatas), Ortega diferencia entre idea (pensamiento que cada uno tiene para interpretar la realidad) y creencia ( pensamientos compartidos con los demás, “en los que se vive”. Incluso aunque individualmente no se acepten, están ahí afectándonos ineludiblemente). Respecto a la antropología, al ser humano, hay profundas diferencias: Descartes defiende el dualismo antropológico. Ortega cree que el ser humano no consiste en dos sustancias separadas, sino que como él mismo decía: “El hombre no tiene naturaleza, sino historia” de modo que se hace incesantemente a sí mismo desde el abanico de posibilidades que le brinda su circunstancia. Una circunstancia en la que lo espiritual y lo material se entrelazan íntimamente. Respecto a la realidad, Descartes habla de tres sustancias (res cogitans, extensa e infinita) que se llegan a conocer a través de la razón. La realidad es exactamente la misma para todos los sujetos que apliquen adecuadamente el método de conocimiento que proporciona la razón. Para Ortega: “La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización”. Respecto a la ciencia, Descartes adopta las matemáticas y su ideal deductivo como modelo, considerando que si la ciencia sigue un conjunto de reglas rigurosas permite llegar a formular principios, leyes y teorías verdaderas. Ortega, por su parte, considera que cualquier ciencia es una construcción aproximada de la realidad. De hecho la ciencia que más le interesará es la historia y no la física. Respecto a la religión, Descartes propone tres demostraciones racionales de la existencia de Dios (res infinita). Ortega, por su parte, aunque en ocasiones se refiere a Dios, deja claro en todo momento su falta de fe. En definitiva, la aproximación al ser humano y al mundo cartesiana es desde lo cuantificable, las matemáticas y la razón, mientras que Ortega apuesta por la vida, las circunstancias, la razón vital, situándose cada uno en unas coordenadas históricas y culturales bien distintas.