Concepto de Poder en Relaciones Internacionales

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Victoria Penagos Salas

Formación del Sistema Internacional


Prof. Eduardo Pastrana Buelvas
15 de septiembre de 2024
PARCIAL I

1. ¿Qué es poder en las relaciones internacionales y qué tipologías de poder


existen?

Concepto de poder:
El poder se define en las relaciones internacionales como la probabilidad de que un
individuo en una relación social imponga su voluntad a pesar de la oposición para lograr un
resultado deseado. La idea es esencial para comprender las importantes dinámicas entre los
estados y la estructuración de los sistemas globales. En decir, es una entidad formada por
una variedad de elementos tangibles e intangibles que un país puede utilizar para influir en
otros actores, cabe resaltar que precisamente el poder se mide en resulatdos.

Los autores realistas como Hans Morgenthau han asociado tradicionalmente el poder
nacional con elementos materiales como el ejército, la riqueza y la geografía. Sin embargo,
el concepto de poder, por otro lado, ha evolucionado para incluir elementos políticos,
psicológicos, socioculturales e históricos. Se define el poder de tres maneras: a través de la
coerción, b) mediante el otorgamiento de beneficios y c) atrayendo a través de elementos
culturales e ideológicos. La fuerza dura (tangible), la fuerza suave (intangible) y la fuerza
inteligente son los tres tipos de poder. Estas clasificaciones ayudan a comprender cómo las
grandes potencias influyen en las decisiones globales y cómo los países más pequeños
navegan en este entorno, influenciando las decisiones estratégicas donde se evidencia cómo
un actor influye sobre otro no solo con recursos materiales, sino también con persuasión,
normas sociales y atracción cultural.

El poder nacional se caracteriza por tener dos facetas: el poder estructural y el poder
relacional. En la primera, se consideran los recursos naturales, las materias primas, la
ubicación geográfica y geopolítica adecuada, que son componentes de una condición
permanente. Sin embargo, condiciones conyunturales como un buen liderazgo, legislación
política sólida y estabilidad sociopolítica también están dentro de esta categoría. En el
ámbito relacional, se hace referencia a elementos permanentes como las alianzas
estratégicas y los sistemas internacionales, que tienen una dimensión permanente, y
sistemas políticos estables temporalmente gracias a la ayuda externa que forman parte del
ámbito temporal.

En consecuencia, se puede concluir que el ejercicio del poder está influenciado por su
carácter temporal, lo que significa que varía en función de su entorno, desde la evolución
de los recursos hasta las condiciones políticas, económicas y sociales de cada nación. Las
riquezas, el ejército, los recursos naturales y las alianzas estratégicas no son permanentes,
ya que pueden crecer, disminuir o cambiar su valor con el tiempo, ya sea debido a una crisis
interna o un conflicto, o bien ganar poder a través del desarrollo tecnológico o alianzas
internacionales. De la misma manera, las relaciones internacionales están en constante
evolución debido a la competencia entre países, el surgimiento de nuevas potencias y la
evolución de las amenazas globales. Además, el liderazgo político de un país y sus
prioridades cambian con el tiempo, y un cambio de gobierno puede llevar a una nueva
política exterior, así como también un diferente manejo de alianzas estratégicas y una
transformación en el uso de recursos nacionales. Sin dejar de lado eventos imprevistos
como crisis, guerras, pandemias o fenómenos que pueden afectar el poder de una nación,
tanto en su crecimiento como en su debilitamiento, tal como lo evidencio nuestra
generación tras la crisis mundial provocada por el COVID-19.

Por otro lado, el poder también es una forma de protegerse a sí mismo, puesto que se trata
de una capacidad fundamental para proteger los intereses del país y su independencia
territorial. Un país fuerte tiene la capacidad de enfrentar posibles amenazas y gestionar
mejor las crisis internas, lo que garantiza la estabilidad y la seguridad de sus ciudadanos.
Un estado requiere de un poder relativo frente a otros actores para mantener su soberanía,
lo que le permite negociar desde una posición de fuerza, proteger sus fronteras y supervisar
sus recursos. Es evidente que el poder está vinculado a la seguridad nacional e
internacional, lo cual es crucial al proteger la integridad territorial, la soberanía y la
estabilidad de un país. Por supuesto esto incluye protegerse de amenazas militares,
terrorismo, ciberataques, desastres naturales y cualquier otro peligro que afecte el bienestar
de la población y la soberanía del estado.

Tipologías de poder:
Las tipologías del poder se refieren a las distintas formas en las que el poder puede
manifestarse y ejercerse en las relaciones internacionales. El poder también es relacional o
relativo: la capacidad de los jugadores para determinar la estructura general y naturaleza de
esa relación con otros.
1. Poder Duro (Hard Power): Por medio de este ejercicio de poder, se obtienen
resultados deseados mediante la coerción. Sea por uso de fuerza militar o la
amenaza del uso del poder y posición económica. Incluye la capacidad bélica, las
alianzas militares, la tecnología de defensa, sanciones económicas, control de
recursos, prestamos, etc. Esta es la forma de poder más simple y fácil de reconocer.
2. Poder Blando (Soft Power): Es la capacidad de obtener de otros acciones /
comportamientos esperados mediante la captación, la atracción y la persuasión. Es
la destreza para moldear la voluntad y las preferencias de otros sin usar la fuerza, la
coerción o la violencia. Sus recursos son intangibles, tales como la cultura, los
valores políticos y económicos así como su política exterior.
3. Poder Intelgente (Smart Power): Se considera como la combinación de estrategias
que incluye aspectos del poder duro y el poder blando, más que todo de corte
institucional.
4. Poder Relacional: Implica la capacidad que un actor tiene para influir en las
acciones de otro actor diferente dentro de una relación específica. Se manfiesta en la
forma de alianzas, negociaciones y relaciones bilaterales. Se basa en la capacidad de
establecer y gestionar las relaciones de interdependencia como por ejemplo: La
relación económica entre China y Estados Unidos, donde ambos países tienen
capacidad para influir sobre el otro debido a su interdependencia comercial.
5. Poder Estructural: Es la capacidad de decidir cómo deben hacerse las cosas, de
moldear el marco de las relaciones entre los estados y los demás actores. Se
evidencia en la construcción de normas, reglas y estructuras del sistema
internacional para definir las interacciones entre países tales como la creación de
instituciones internacionales, tratados y regímenes globales.
6. Poder Potencial: El control sobre los recursos o influencia sobre los resultados de
acción de otros estados y actores y de los eventos. En la dimensión doméstica
significa para los estados la capacidad de aislarse o guardarse de o regular toda
fuente extrerna de influencia en sus políticas públicas (como lo fue el caso de Japón
durante El Sakoku, política de relaciones exteriores establecida en 1639, con
propósito aislacionista, por la cual se determinaba que ningún individuo, fuera
extranjero o japonés, podía entrar al país ni salir de él). En la dimensión externa
implica la habilidad para controlar u orientar la conducta de otros, logrando la
conformidad o el compromiso entre ellos en concordania con los valores o intereses
del primer actor (tal como sucede con la ola coreana y su resultado de popularidad a
nivel global de la cultura contemporánea de Corea del Sur desde mediados de la
década de 1990).
7. Poder relativo: La capacidad de los jugadores para determinar la estructura general
y naturaleza de esa relación con otros donde se destaca la importancia de cómo los
estados comparan sus capacidades con las de sus rivales o aliados. Como sucede en
el caso de la competencia entre China y Estados Unidos en el escenario global en
términos económicos y militares.
8. Poder Aéreo: Hace parte del poder militar, se trata sobre la conquista de la
humanidad sobre el aire. La capacidad de proyectar poder militar o influencia
mediante el control y explotación del aire, espacio y ciberespacio para alcanzar
objetivos estrategicos, operacionales o tácticos.
9. Poder Cibernético: Es la capacidad de obtener resultados deseados mediante el uso
de recursos electrónicos de información interconectados en el ciberespacio. Puede
ser usado en dos vías: a.) para buscar la generación de resultados deseados y b.)
obtener resultados en ámbitos más alla de lo cibrenético.

Adicionalmente, cabe mencionar que existe cuatro tipos generales de estructuras


relacionales en el sistema internacional:
1. Estructura del conocimiento: La capacidad para influir en las ideas de los demás.
2. Estructura financiera: Donde algunos restringen o conceden el acceso a prestamos,
3. Estructura de producción: Equilibrio del juego entre productores y consumidores.
4. Estructura de seguridad: Aquien se protege, de qué se protege y cómo se protege.

2. ¿Definan claramente los conceptos de orden mundial y transición de poder y


qué relación hay entre ellos?

Orden mundial: hace referencia al conjunto de reglas, instituciones y acuerdos


establecidos por los estados para controlar y dirigir sus relaciones a lo largo de un período
de tiempo determinado. Las organizaciones multilaterales, los tratados internacionales, los
acuerdos de paz y otras formas de cooperación internacional pueden formar parte de estas
instituciones, lo que crea un marco dentro del cual los Estados interactúan de manera
previsible, permitiendo un cierto grado de estabilidad, ya que los actores conocen las reglas
del juego y pueden anticipar las acciones de otros Estados con base en estas normas
comunes.

Con la finalidad de lograr otorgar estabilidad y previsibilidad a las interacciones


internacionales, la distribución del poder entre los Estados es en definitiva su principal
objetivo. Dependiendo de cuántos Estados tienen la capacidad de influir de manera
significativa en las relaciones internacionales, las órdenes pueden ser unipolares, bipolares
o multipolares. A su vez, las relaciones internacionales pueden presentarse mediante una
estructura jerárquica, es decir, impuesta por una potencia hegemónica o mediante un
producto de consenso entre actores.

Teniendo en cuenta el estudio histórico realizado durante las sesiones de la se puede


concluir que los órdenes mundiales suelen surgir después de que suceden conflictos
importantes entre potencias, como las guerras mundiales o la Guerra Fría. El nuevo orden
mundial que ha surgido refleja los intereses y valores de las potencias ganadoras, las cuales
establecen nuevas reglas del juego para el sistema internacional. Esto plantea la pregunta
aún sin respuesto sobre qué cambios deben ejecutarse y cómo ejecutarse en lo que
concierne a lo que debe contener un nuevo orden mundial que aborde conflictos
contemporáneos en los que instituciones como la ONU se han convertido inútiles para la
resolución de disputas y problemáticas.

A partir de lo mencionado previamente es importante destacar los varios modelos existentes


en relación con esta idea donde se encuentra una visión realista y una visión liberal.
Concretamente, la visión realista sostiene que se busca evitar una gran guerra mediante
acuerdos justos que expresan la distribución de poder establecida en una civilización o
región y se caracteriza por su capacidad de influir en el equilibrio de poder global y
regional. Sin embargo, desde una perspectiva liberal, se refiere a un conjunto de principios
y normas consensuados que orientan y determinan los límites de la acción mediante un
equilibrio de poder que sirve como dique de contención cuando se violan tales principios o
normas para evitar que una unidad política subyague a las demás de manera que se goce de
legitimidad y funcionalidad.

Dentro de este panorama, resulta también relevante destacar las distintas categorías que
existen dentro de un sistema mundial, como el contexto en el que las principales potencias
acumulan poder y forman alianzas para evitar que una potencia domine a las demás. Esto se
puede ver en el Concierto de Europa y la Guerra Fría, donde los Estados compitieron por
mantener un balance entre sus capacidades. Por otro lado, en otras ocasiones, se han
presentado múltiples casos sobre el orden hegemónico que se manifiesta cuando una sola
potencia tiene el poder necesario para establecer un sistema jerárquico en el que otras
potencias están subordinadas, este tipo de orden puede surgir a través de la fuerza
coercitiva o mediante mecanismos diplomáticos que dan a los subordinados un cierto grado
de autonomía. Por último, pero no menos importante, existe el caso de un orden consensual,
en el que los Estados acordan las normas y reglas. A pesar de la posible división de poder,
los Estados llegan a un acuerdo que establece normas comunes que restringen la acción
unilateral. El orden internacional liberal después de la Segunda Guerra Mundial es un
ejemplo de un orden acordado, donde las democracias occidentales establecieron un marco
legal compartido.
En conclusión, a lo largo de la historia, los órdenes mundiales han sido establecidos por
potencias vencedoras tras guerras, con el fin de crear normas e instituciones que favorezcan
su seguridad y bienestar económico.

Transición de poder: este es el proceso por el cual la distribución del poder en el sistema
internacional cambia significativamente, generalmente debido al ascenso de una potencia
emergente que pone en peligro el equilibrio de poder para obtener el reconocimiento de una
gran potencia o la decadencia de una potencia dominante que resulta en conflictos que
alteran el orden internacional. La transición que se produce provoca tensiones y conflictos,
como por ejemplo sucedió en el siglo XXI con la aparición de China y otras potencias
emergentes como la India.

En otras palabras, cuando una potencia emergente desarrolla suficiente poder militar,
económico y/o político para desafiar a una potencia establecida, ocurre precisamente una
transición de poder. Que es caracterizado por un conflicto potencial al considerarse como la
eventualidad que provoca diferentes fuentes de conflicto, ya que la potencia emergente
busca modificar el statu quo para reflejar sus propios intereses y valores, mientras que la
potencia dominante busca mantener el orden existente que le beneficia. De esta manera, las
naciones en desarrollo suelen solicitar ajustes en las organizaciones internacionales y
modificaciones en las regulaciones mundiales para reflejar su creciente poder.

Lo puede llevar como resultado a reconfiguraciones importantes en la gobernanza global,


como ocurrió con la creación de nuevas instituciones financieras o acuerdos internacionales
después de la Segunda Guerra Mundial tales como el banco mundial fundado en 1944 para
ayudar a la reconstrucción de Europa después este conflicto armado de gran escala y
terriblemente destructivo.

Relación entre ambos conceptos: El orden mundial está directamente relacionado con la
transición de poder, debido a que cuando una potencia emergente intenta desafiar la
estructura de poder existente, esto puede resultar en una reconfiguración del orden
internacional. Uno de los principales motores del cambio en el orden mundial son
precisamente las transiciones de poder, ya que cuando una potencia dominante pierde
influencia y una nueva potencia asciende, las reglas, instituciones y acuerdos que sostienen
el orden pueden cambiar.
El cambio de poder entre Gran Bretaña y Estados Unidos en el siglo XX es un claro
ejemplo puesto que significó el fin del imperio británico como la principal potencia
mundial y la creación del orden liberal internacional liderado por Estados Unidos. El actual
equilibrio de poder entre Estados Unidos y China podría tener un impacto significativo en
el orden mundial actual, lo que podría llevar a un sistema más multipolar donde a estas
alturas se entiende que está implicito el surgimiento de un orden en el que las normas y
valores existentes son susceptibles a cambios

En conclusión, mientras que el orden mundial establece el marco en el cual los Estados
interactúan, la transición de poder es el proceso dinámico que desafía y reconfigura ese
marco cuando cambia la distribución de poder entre los actores globales.

3. ¿Cuáles son las causas y el porqué Europa se convirtió en el centro del poder
mundial y dio inicio al sistema internacional moderno a partir del siglo XV?

La distribución del poder en el escenario global ha cambiado a lo largo de la historia, como


se puede ver evidenciado en la transición de todos los grandes imperios que han existido,
renotamente desde el imperio persa, sucesivamente al surgimiento del imperio romano que
posteriormente fue reemplazado por el imperio islámico y así consecutivamente al tratarse
de que toda gran potencia está condenada a decaer con el tiempo. Pero, en materia a la
pregunta, sucedió algo extraño en el caso del continente europeo, fue durante el siglo XV,
que Europa experimentó una serie de cambios que la colocaron en el centro del poder
mundial, lo que dio lugar al sistema internacional moderno. Durante este período, los países
europeos comenzaron a extender su poder más allá de sus límites territoriales,
estableciendo un sistema global que gobernó la política y la economía mundial durante
muchos siglos.
El Renacimiento es una de las principales razones que explica el ascenso de Europa como
centro del poder mundial. Entre los siglos XIV y XVII ocurrió un florecimiento intelectual,
cultural y científico. Durante este tiempo, las ideas clásicas de Grecia y Roma antiguas
fueron redescubiertas y promovidas, lo que provocó un renacimiento en el pensamiento
filosófico, la literatura, el arte y, lo más importante, en la tecnología, donde todas estas
distintas categorías se regían bajo el gran principio de unicidad. Lo que hizo posible
provocara un constante impulso al desarrollo de una mentalidad más crítica e inquisitiva en
Europa, fomentando avances importantes en diversas áreas, como la astronomía, la
matemática y la cartografía, que desempeñaron un papel crucial en la expansión europea al
permitir una mayor comprensión de su entorno geográfico y comenzar a desarrollar
tecnologías de navegación que les permitieron explorar nuevas tierras. Mientras que China
se preocupaba por mantener el poder interno a través de disnastías, Europa se enfocó en los
viajes marítimos a gran escala liderados por naciones como Portugal y España, mientras
que las técnicas de construcción naval y los instrumentos de navegación, como la brújula,
que a pesar de ser un invento de los chinos, Europa lo adoptó con la finalidad de abrir
nuevas rutas comerciales y coloniales hacia Asia, África y América.

Esto permitió que el comercio internacional y el capitalismo se desarrollaran con fortaleza


y rapidez. En el siglo XV, las economías europeas comenzaron a colaborar más con el
comercio internacional. Las ciudades-estado italianas, como Venecia y Génova, y los países
del norte, como los Países Bajos, se beneficiaron de un intercambio de bienes impulsado
por las rutas comerciales a través del Mar Mediterráneo, el Mar del Norte y el Mar Báltico.
A medida que los mercados se expandieron, surgió un sistema protocapitalista que permitió
la acumulación de capital y la inversión en empresas comerciales a gran escala, como las
Compañías de las Indias Orientales. Estas empresas jugarían un papel importante en la
expansión colonial europea en los siglos venideros. De esta manera, Europa comenzó a
establecer relaciones comerciales con países fuera del continente, particularmente en Asia y
el Mediterráneo oriental. Esto no solo ayudó a fomentar el crecimiento económico sino
también el desarrollo de nuevas tecnologías, otorgandole como consecuencia un nivel más
alto de poder a través de la acumulación de riqueza, que permitió a us vez que los países
europeos pudiesen financiar expediciones y guerras, fortaleciendo exponencialmente su
poder.

Posteriormente, el surgimiento de los estados-nación fue otro fue otro elemento clave que
situó a Europa en el centro del sistema internacional contemporáneo. Antes del siglo XV,
Europa estaba dividida en pequeños feudos y reinos, donde la nobleza y la iglesia
compartían el poder. Sin embargo, a medida que los monarcas europeos centralizaron el
poder y establecieron burocracias más efectivas, los estados se volvieron más poderosos y
capaces de imponer su voluntad tanto dentro como fuera de sus fronteras. El
establecimiento de ejércitos permanentes y la creciente capacidad de los monarcas para
recaudar impuestos acompañaron el fortalecimiento del estado-nación. A través de este
nuevo modelo político, los estados europeos se encontraron en la dispoción de aumentar su
influencia mediante distintas estrategias tales como la guerra, las alianzas y, finalmente, la
colonización. Posteriormente, en 1648, después de la Guerra de los Treinta Años, se
estableció un orden internacional basado en el principio de soberanía estatal, con la firma
de la Paz de Westfalia como las principales unidades del sistema internacional, provocando
que el sistema westfaliano haya establecido las bases de las relaciones internacionales como
hoy las conocemos.

Otro aspecto importante es que en el siglo XV, Europa se convirtió en un centro de poder
mundial debido a su contexto geopolítico, además del fortalecimiento de los estados-
nación. La competencia por la expansión y el control de nuevos territorios se intensificó
debido a las rivalidades entre las potencias europeas. Las guerras internas en Europa, como
la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, provocaron una mayor militarización
y la búsqueda de nuevas fuentes de riqueza y poder donde nadie quería perder su soberanía
y verse sometido. Fue esta rivalidad entre los distintos países del continente europeo lo que
los llevó al desarrollo de nuevas tecnologías, impulso económico y político que, aunque
partían de los intereses de cada estado, permitieron la supremacía de este continente.

Cabe mencionar que la rivalidad por el poder no se limitaba a Europa. Con la caída de
Constantinopla en 1453, el Imperio Otomano se convirtió en una potencia en el
Mediterráneo oriental, obligando a los europeos a buscar nuevas rutas comerciales hacia
Asia. Este fue un factor importante que impulsó las expediciones de exploración marítima,
como la de Cristóbal Colón, que buscó una ruta alternativa hacia las Indias y finalmente
llevó al descubrimiento de América.

Con respecto a la religión, esta también jugó un papel muy importante en la expansión de
Europa. Las potencias europeas se expandieron hacia nuevos territorios en gran parte
debido a las guerras religiosas entre el protestantismo y el catolicismo. Las monarquías
católicas, como la española y la portuguesa, veían en la expansión colonial una oportunidad
para difundir el cristianismo en todo el mundo, justificando tanto moral como políticamente
sus esfuerzos colonizadores. De este modo, la iglesia católica no solo apoyaba estas
expediciones, sino que también obtenía beneficios económicos y políticos de ellas. Las
bulas papales, como la Inter caetera de 1493, otorgaron a España y Portugal derechos
exclusivos sobre las tierras descubiertas, legitimando sus conquistas y expansión.

Sin embargo, con la revolución de la imprenta y la dufusión masiva de biblias, resultó


posible que la reforma protestante, movimiento liderado por Martín Lutero, desafiara la
autoridad de la Iglesia Católica, promoviendo nuevas formas de pensamiento y libertad
religiosa que representó un golpe definitivo al cortar con la idea de que la salvación estaba
garantizada por los aportes monetarios que financiaban a la iglesia católica. Esto permitió a
los países protestantes, como Inglaterra y los Países Bajos, separarse del control de Roma y
desarrollar una nueva ética de trabajo, a menudo asociada con el protestantismo. Max
Weber argumentó en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo que el
protestantismo, particularmente el calvinismo, promovió una cultura de disciplina, ahorro y
trabajo duro que fue clave para el surgimiento del capitalismo moderno. Las guerras
religiosas empujaron a muchas personas, especialmente minorías religiosas, a emigrar, lo
que facilitó la transferencia de ideas y el intercambio comercial entre regiones. Por
ejemplo, los hugonotes franceses que huyeron a Inglaterra, los Países Bajos y otros lugares
llevaron consigo habilidades comerciales y artesanales que contribuyeron al desarrollo
económico en estos países. Los Países Bajos, que se independizaron tras su guerra de 80
años contra España (1568-1648), se convirtieron en una potencia comercial y naval, con su
Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales dominando el comercio global.

En conclusión, Europa se convirtió en el centro del poder mundial a partir del siglo XV
debido a una serie de factores interconectados, que incluyeron el renacimiento del
conocimiento, el auge del comercio internacional y del capitalismo, el fortalecimiento de
los estados-nación y el contexto geopolítico de rivalidades internas y externas. Además, la
motivación religiosa para expandir el cristianismo también desempeñó un papel clave en la
justificación de la expansión colonial. Este proceso no solo transformó el mapa político y
económico de Europa, sino que también sentó las bases para el establecimiento del sistema
internacional moderno, un sistema que aún influye en las relaciones internacionales de hoy
en día. La hegemonía europea en los siglos siguientes moldeó el curso de la historia global,
consolidando un orden internacional que se expandió con la colonización, la explotación de
recursos y la creación de imperios que perdurarían hasta el siglo XX.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 Pastrana, E.; Cabrera, F. y Vera, D. (2022). Seguridad Multidimensional, Poder
Nacional y Nuevas Amenazas. En Pastrana, E; Reith, S. y Cabrera, F. (editores),
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19-49 .

 Pastrana, E. y Vera, D. (2017). Transición de poder y orden mundial: el ascenso


global de China y su proyección creciente en América Latina y el Caribe. En
Pastrana, E. y Gehring, H. La Proyección de China en América Latina y el Caribe.
Bogotá: Editorial Javeriana, pp. 23-60.

 Kennedy, P. (1988). The Rise and Fall of the Great Powers, Economic Change and
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 Pastrana, E. y Velosa, E. (2022). Desorden Mundial: Crisis del Orden Liberal y
Transición de Poder. En Pastrana, E.; Reith, S. y Velosa, E. (editores). Desorden
Mundial: ¿Pospandemia y transición? Bogotá: Fundación Konrad Adenauer y
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