7 Vida Cristiana
7 Vida Cristiana
7 Vida Cristiana
Dios nos lleva a conocerle por medio de la Biblia. Por medio de la Biblia, Dios produce la fe en
su pueblo para que su pueblo ponga la confianza en Cristo. Los creyentes en Cristo viven una
vida nueva. Esto se da porque por medio de la fe están en unión con Cristo. (Gálatas 2:20).
¡Cuán gloriosa es esta verdad! Todas las cosas se vuelven nuevas (2 Corintios 5:17). Inclusive
el creyente es una persona nueva. Es que uno no puede creer en Cristo y a la vez seguir siendo
el mismo. No es posible. La presencia del Espíritu de Cristo en la vida renueva todo (Romanos
8:9). Cristo es un Salvador que salva completamente a su pueblo (Lucas 19:10).
El cristiano es nuevo en relación a sus semejantes también. Quiere ser siervo de los demás. El
"yo" se doblega para buscar el bienestar del prójimo. Ya no intenta ser siempre primero, sabe
perdonar, no insiste en sus derechos y pareceres y se rinde ante los demás cuando se trata
solamente de su propia comodidad, En el hogar, en la iglesia, en el trabajo y en el mundo, sirve
sin desmayar (1 Corintios 9:22; Marcos 10:43-45).
¿Y yo?
Vale la pena que se pregunte, ¿ha habido este cambio en mí? Si no, busque a Cristo en oración
y en su Palabra hasta cuando lo goce. Si usted goza ya de este cambio en su vida, ¡adelante en
la vida cristiana! Las hojas que siguen, explican en forma breve, cómo es la vida cristiana. La
Biblia es nuestro texto. Aprenda a vivir a la luz de la Palabra de Cristo.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cuál es el origen de la vida Cristiana?
2. ¿Por qué el cristiano no puede seguir siendo el mismo que era antes de creer en
Cristo?
3. Explique por qué el cristiano sigue siendo pecador. ¿Cuándo dejará de serlo?
¿Qué debe hacer mientras tanto?
4. ¿En relación a quiénes el cristiano es una persona nueva?
5. ¿Diga algo sobre el cambio del cristiano en relación con Dios.
6. Diga algo sobre el cambio del cristiano en relación con el prójimo.
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Su Principio -- la parte de Dios. (1)
Es un don de Dios
Como todo, la vida cristiana tiene su principio. Tiene su principio en Dios. Dios se la da a su
pueblo. Es un don de Dios (Romanos 6:23). Es el don que Dios da a aquel pueblo que antes se
hallaba muerto en su pecado. A este pueblo Dios resolvió vivificar por pura gracia (Santiago
1:18). Este pueblo se hallaba totalmente cortado de la vida de Dios y no había contacto con él
(Efesios 2:12). Como castigo por el pecado, Dios se escondía de él (Isaías 59:2). Pero, después,
por causa de la obra de Cristo en la cruz, Dios obró poderosamente en este pueblo muerto para
levantarlo de su muerte espiritual (Efesios 2:4, 5).
La Regeneración
Esta obra de Dios la llamamos "el nuevo nacimiento" o la regeneración. Jesucristo le dijo a
Nicodemo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios" (Juan 3:3). Juan, el apóstol, escribió en su evangelio que los que creen en el nombre de
Cristo son los que antes fueron engendrados por Dios (Juan 1:12, 13). En una palabra, Dios les
dio vida cuando estaban muertos en sus pecados (Efesios 2:1). Más tarde, Juan escribió
también: "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios." (1 Juan 5:1). Es la
obra de Dios a favor del pecador perdido que se encuentra bajo su ira.
La Elección
Si Dios es el que tiene que dar la vida, ¿por qué no se la da a todo el mundo? La respuesta
bíblica a esta pregunta es sencillamente que él no quiere. En Romanos 9:18 Pablo dice: "De
quien quiere, tiene misericordia y al que quiere endurecer, endurece." Jesucristo alabó a su
Padre porque éste había escondido las cosas del evangelio de los sabios y de los entendidos y
las había revelado a los niños. ¿Por qué actuó Dios el Padre así? Nos responde Cristo con estas
palabras: "Sí, Padre, porque así te agradó" (Mateo 11:25-30). Esto de que Dios escoge a quién
va a salvar se llama "la elección". A todos los elegidos, Dios da la vida espiritual en Cristo. A
las demás personas, no se la da. Es un misterio para nosotros. Pero ¡cuidado! No podemos
ponernos a discutir con Dios. El es Dios. Tengámoslo en cuenta. Nosotros somos sus criaturas,
nada más.
Lo maravilloso, lo asombroso, lo increíble es que Dios muestre misericordia para con algunos.
En realidad, todos merecemos la muerte eterna por el pecado. El pecador elegido y regenerado
siempre responde en fe, gratitud y obediencia. Jamás se gloría en sí mismo (1 Corintios
1:30,31). Jamás dice que la salvación se debe a sus propios méritos. Nunca habla de que es obra
suya. No, toda la gloria y la honra y las alabanzas se las da a Dios (Romanos 11:36). Dios elige;
Dios da la vida. La elección y la regeneración-- con estas dos cosas empieza la vida cristiana.
¿Es importante entender estas cosas? Sí, bastante, y debemos entenderlas desde el principio. Sí
no, jamás vamos a andar con la debida humildad, reverencia, confianza, y sumisión ante Dios.
Desarrollemos esta idea:
1. Si nos parece que hay en nosotros voluntad y poder para empezar sin Dios, luego también
nos parecerá tener voluntad y poder para seguir sin él. A uno le va a quedar difícil aprender
a confiar en Cristo si le parece que puede hacer mucho sin él. Si no confía totalmente en
Cristo, va a fracasar porque no tiene los recursos para triunfar.
2. Si a uno le parece tener poder y voluntad para empezar a vivir , ¿no es justo que se jacte de
sí mismo? ¿Por qué sentir humildad ante Dios? Pero si pensamos así, el culto que le
rendimos a Dios no va a ser de su agrado, ya que sentiremos que nosotros también somos
dignos y merecedores de honra.
3. Si a uno le parece tener poder y voluntad para empezar a vivir, jamás se sentirá obligado a
someterse a Dios de un todo ya que al fin y al cabo uno no depende completamente de él.
¡Cuán importante es entender que la vida cristiana es un don de Dios! Note usted cuán
importante es la sana enseñanza para una vida recta ante Dios y ante los demás. Muchos de los
males que agobian a la iglesia cristiana actualmente se deben precisamente a que los cristianos
no entendemos y no vivimos la enseñanza que brevemente presentamos en esta lección.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Por qué fue que Dios tuvo que dar la vida al pecador?
2. ¿Cómo llamamos la obra de Dios cuando él da vida a una persona?
3. ¿Qué parte tiene el hombre en el nuevo nacimiento?
4. ¿Por cuál razón de Dios la vida espiritual al pecador?
5. ¿Por qué Dios no da la vida espiritual a todos los pecadores?
6. ¿Cuál va primero, la elección o la regeneración?
7. ¿Cómo responde siempre el pecador cuando Dios le da la vida?
8. ¿Cuáles virtudes espirituales sufren si uno no cree que Dios escoge y regenera sin
la ayuda del pecador?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Su Principio -- la parte del Hombre. (2)
La Conversión
Sí, a Dios las gracias. El nos dio vida y ahora andamos en santidad y justicia. Pero, en esta
lección, queremos agregar algo más sobre la vida cristiana en su principio. La persona que
recibe la vida como don de Dios en seguida hace algo. Empieza a demostrar que posee esta
clase de vida en su alma. Lo hace al actuar con:
1) El arrepentimiento para con Dios.
2) La fe en nuestro Señor Jesucristo.
Esto se llama conversión. Convertirse es lo primero que el pecador hace en la vida cristiana. Es
el principio de la vida cristiana en cuanto a la parte humana. Pero recordemos algo: antes de
que el pecador actúe, Dios ya le ha dado la vida espiritual. Solamente así ha podido convertirse.
En un sentido muy real, es Dios quien convierte al pecador. Pero, también el pecador se
convierte a Dios. Si no se convierte, va a morir en sus pecados (Lucas 13:1-5). Sin el
arrepentimiento y la fe, la persona no es de Cristo. Jesucristo y el apóstol Pablo predicaban
estas dos cosas juntas (Vea Hechos 20:21 y Marcos 1:15).
La segunda parte: la Fe
El arrepentimiento no es genuino si no lleva a la persona a poner su confianza en Cristo. Esta es
la segunda parte de la conversión. Es la fe en nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué terrible es el
pecado de confiar en uno mismo! ¡Qué pecado más horrendo es el de no depender de Dios! El
pecador arrepentido es el que deja de confiar en sus propias obras para confiar en Cristo. El
arrepentido reconoce que sus propias obras son una abominación delante de Dios. Sabe que sus
obras no pueden pagar lo malo que ha hecho. Sabe que solamente Cristo salva mediante la obra
en la cruz. Por lo tanto, pone su confianza en Cristo y en su sangre derramada. Cristo, sí, limpia
todos los pecados. El arrepentido desea ser hallado solamente en Cristo.
Dios me salvó. Ahora me convierto y vivo mostrando que Dios me ha salvado de verdad.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cómo se llama el principio de la vida cristiana en su parte humana?
2. ¿Cuáles son las dos partes de la conversión?
3. ¿Es necesaria la conversión? ¿Por qué?
4. ¿Qué es lo que siempre va antes de la conversión?
5. ¿Qué es el arrepentimiento?
6. ¿Qué es la fe en Cristo?
7. ¿Por qué no puede uno vivir la vida cristiana si no se ha convertido a Cristo?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Su Meta (3)
No basta con empezar una vida cristiana. Hay que crecer. El que nace tiene que crecer. Uno se
convierte a Dios, sí, pero su conversión aún no es perfecta. Quiere arrepentirse más y más.
Quiere confiar completamente en Cristo como único Salvador.
¿Cuál es la meta de la vida cristiana?
¿Cúal es la meta de la vida cristiana? ¿A dónde quiere llegar el cristiano? ¿Cúal es el propósito
de su unión y su comunión con Cristo? La Biblia nos da varias frases para ayudarnos a entender
cuál es el propósito de nuestra salvación. Nos da estas frases para que comprendamos con qué
fin Cristo murió por nosotros.
Nótese lo que Pablo escribió en 2 Corintios 5:15: "Y por todos murió, para que los que viven,
ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos." Tenga en cuenta este gran
cambio que Dios quiere. Uno ya no vive para sí mismo como antes; ya todo es para Dios.
Nótese Romanos 12:1 y 2: "Os ruego, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios... No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". Nuevamente notemos que Dios quiere
que vivamos para él con todo nuestro ser.
Nótese 1 Corintios 10:31: "Si, pues coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios." El cristiano tiene una sola cosa ante sus ojos: lo que le honra a Dios. (Véase 1
de Pedro 4:11)
Nótese Efesios 4:13: "...Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo". ¡Qué
meta más alta tenemos por delante! Queremos llegar a ser como Cristo en cuanto a las
cualidades de su humanidad. El cristiano no se contenta con menos. Hacia esta meta se esfuerza
sin desmayar.
Además de los textos anteriores, por favor busque en su Biblia los que siguen. Léalos con
cuidado para saber qué es lo que Dios quiere de su pueblo:
Pablo escribió en su carta a los Romanos: "...si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis". Por el Espíritu podemos. No hay otro poder suficiente. Sin él, no podemos.
Hay mucha distancia entre saber que algo es malo y poderlo desechar. Más aún, esto es difícil
cuando por naturaleza amamos las cosas malas. ¿Quién encuentra fácil dejar de hacer lo que
ama? Semejante tarea está más allá del poder humano. Posiblemente uno logre encubrir o
disfrazar lo malo por un tiempo. Pero, tarde o temprano, vuelve a aparecer. Por un tiempo
podría ser que uno logrará calmar los pecados más groseros, pero solamente el Espíritu Santo
puede arrancar de raíz la mata venenosa. Sin el Espíritu, todo resulta en vano. Nos toca "andar
en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne." (Gálatas 5:16).
Nótese que la presencia del Espíritu en la vida del cristiano tiene este fin. El Espíritu es el
Espíritu Santo y está para volvernos santos. Su presencia está y su presencia es poderosa. Su
presencia es poderosa en el cristiano para luchar contra el pecado. No está tanto para darnos
dones sino para hacernos santos. Sin él, no podemos glorificar a Dios. Pero, con él, podemos
hacerlo con algún éxito. Dejemos de confiar en nosotros mismos, nuestros propósitos y
nuestros esfuerzos. Pongamos toda nuestra confianza en Dios.
Preguntas de Repaso:
El cristiano tiene "hambre y sed de justicia". Es decir, anhela fuertemente hacer lo justo. Anhela
hacer la voluntad de Dios. ¿Cómo puede saber lo que Dios quiere que haga? En la Biblia Dios
ha expuesto su voluntad para todos los hombres. Esta revelación se llama la ley de Dios.
¿Se acuerda de cuando Dios sacó a los israelitas de Egipto? Después les entregó la ley. Fue un
favor que Dios les hizo porque solamente así podrían saber cómo servirle. Nótese que los
israelitas no se ganaron la libertad por haber cumplido la ley. Más bien, Dios sacó libre a su
pueblo para que la cumpliera. ¡Cuán provechosa era esta ley para el pueblo de Dios! Véase por
ejemplo, los salmos 1, 19, y 119. Pablo escribió a los corintios diciendo que lo esencial era
guardar los mandamientos de Dios (1 Corintios 7:19). La obra de Cristo tenía como fin ver la
justicia de la ley cumplida en su pueblo (Romanos 8:4, 13:8-10). A través de todas las
escrituras apostólicas, Dios nos enseña a guardar una conducta acorde con su ley . No hay otra
manera para agradar a Dios. No hay otra manera para manifestar que Dios nos ha hecho nuevas
personas. Para Cristo, lo importante era hacer la voluntad de Dios (Hechos 10:7). Si queremos
ser como Cristo, vamos a querer andar en los mandamientos de Dios. Estos están resumidos en
los diez mandamientos (Exodo 20:1-17).
Los versículos como Romanos 6:14 no quieren decir que el cristiano no debe obedecer la ley de
Dios. Quieren decir solamente que para justificarnos ante Dios, no estamos bajo la ley.
También que no nos toca ahora cumplir con las ceremonias de la ley de Moisés puesto que en
Cristo aquellos ritos ya tuvieron cumplimiento. El cristiano, sí, guarda la ley moral por cuanto
esta ley es la voluntad eterna del Dios que no cambia nunca.
Preguntas de Repaso:
La Biblia, la voz viva de Dios, nos vivifica. Nos hace vivir para que hagamos la voluntad de
Dios; nos hace crecer más y más en semejanza a Cristo; nos lleva a amar a Dios y al prójimo;
nos fortalece para que dejemos el pecado y para que andemos en lo bueno. ¡Cuán importante es
ponerle cuidado a la Biblia!
Hay que leerla, y leerla, y leerla...
Todos los días el cristiano debe meditar sobre la Biblia. Por una parte, debe leer la Biblia de
pasta a pasta; debe leerla cuantas veces pueda. Una vez al año no es mucho para los que tienen
capacidad para leer. Al leer cuatro páginas de la Biblia cada día, uno puede leer el Antiguo
Testamento una vez y el Nuevo Testamento dos veces al año. El que lee toda la Biblia recibe
toda la voluntad de Dios. Cada parte de la Biblia nos enseña de una manera particular.
Pero, el cristiano, por otra parte, debe meditar algunas partes más en detalle. Es bueno analizar
detenidamente pasajes más cortos día tras día. Quizás podría leer un capítulo cada día. Escoja
algún libro de la Biblia como Marcos, o Juan, o Romanos, o 1 de Juan, etc. Lea cada día un
capítulo. Si no es capaz de leer tanto, lea una parte del capítulo. Lea con cuidado, con
reverencia y con inteligencia. ¡Piense! Léalo más de una vez si puede. Busque entender cuál es
la idea principal del pasaje. Tome nota de otras enseñanzas que le impresionan. Para entender
aun mejor lo que lee, hágase estas preguntas:
Debemos pedir según la voluntad de Dios (1 Juan 5:14, 15). El no nos va a dar lo que va en
contra de su reino. ¿Cómo pedir, entonces? En el "Padre Nuestro", Cristo nos enseña cómo
orar. Léalo en Mateo 6. Después, nótese que debemos pedir por dos clases de cosas:
1. Debemos pedir por lo que tiene que ver con la gloria de Dios. (Mateo 6:9, 10). Pedimos esto
en primer lugar. Es una forma de idolatría no pensar primero en Dios y su gloria. Pedimos,
pues, que Dios sea conocido, respetado y servido. Pedimos para que él gobierne en todo.
Rogamos que el pecado, el diablo y sus ayudantes sean derrotados. Suplicamos que
muchísimas personas se sometan a Dios en todo el mundo. Queremos que todas las cosas
sean restauradas a lo que eran cuando Dios las creó.
2. Debemos pedir por lo que tiene que ver con nosotros mismos. (Mateo 6:11-13). Dios
permite y quiere que tengamos lo necesario tanto en lo material como en lo espiritual; al
pedirle por todo lo que nos hace falta, vamos confesando que de él viene todo. Así nos
libramos de confiar en nuestros propios esfuerzos o posesiones. Pidamos no solamente por
lo material. Aún más, pidamos por lo espiritual. Nos toca tener el perdón de Dios; nos toca
pedir que Dios nos guarde de la tentación. Si no, seremos llevados continuamente al pecado
y a sus consecuencias. Solamente Dios nos puede ayudar a escoger lo bueno y desechar lo
malo. Nos toca pedir su ayuda.
Dios nos manda a orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). Nos manda a orar en todo tiempo
(Efesios 4:2). El cristiano aparta tiempo todos los días para orar.
En la oración, pedimos por la gloria de Dios y por nuestro bien. En el mismo momento de estar
pidiendo, damos gracias también. Con decirle gracias al Señor, vamos reconociendo que de él
tenemos la respuesta a nuestra oración. Sentimos a la vez el deseo de alabarle. Por esto, el
"Padre Nuestro" termina con palabras de alabanzas (Mateo 6:13).
Preguntas de Repaso:
1. ¿Qué es los que mostramos cuando pedimos a Dios?
2. ¿Cuál es el modelo que Cristo dió para guiarnos en la oración?
3. ¿Por cuáles dos clases de cosas debemos pedir según el "Padre Nuestro"?
4. ¿Por cuáles cosas pedimos cuando pedimos por la gloria de Dios?
5. ¿En qué tiempo debemos orar?
6. ¿Qué cosas presentamos en la oración además de nuestras peticiones?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Su Desarrollo por Medio de los Sacramentos (8)
Recordemos: el cristiano nace por la obra de Dios solamente. En esta obra, el hombre no tiene
ni la más mínima parte. Pero, después, el hombre se arrepiente de su pecado y cree en Cristo.
Esto es lo que llamamos la conversión.
¿Qué es un sacramento?
Los sacramentos son señales sagradas y visibles y sellos instituidos por Dios. Por ellos nos es
declarada y sellada la promesa del evangelio, es decir, que la remisión de los pecados y la vida
eterna se nos dan por gracia debido al único sacrificio de Cristo ofrecido en la cruz.
1) El Bautismo
Todo cristiano debe recibir el bautismo. En el bautismo, se sumerge la persona en agua. Es un
símbolo de la unión que el creyente goza con Cristo. Es unido con Cristo en su muerte y
resurrección. Al hundirse en el agua, muestra su muerte con Cristo al pecado. Al salir del agua,
muestra su nueva vida en Cristo. El agua habla de la limpieza que el creyente recibe por la
sangre y por la Palabra de Dios (Romanos 6:3,4).
Tengamos en cuenta que el creyente tiene todo en Cristo aún antes del rito del bautismo. El
bautismo no es lo que salva, sino más bien Cristo Jesús. Antes de bautizarse, el creyente goza
del don de la salvación, pero, sin el paso de obediencia, no hay confirmación del hecho. Ya con
el bautismo, recibe con seguridad y realmente el perdón de sus pecados y el don del Espiritu
Santo.
El bautismo es solamente para los creyentes (Marcos 16:16). Los hijos de padres cristianos no
tienen derecho automático al bautismo. Solo es para aquellos que manifiestan ser de Cristo
porque han nacido de Dios. La única manera de saber si una persona ha nacido de Dios o no es
por medio del testimonio que ella da y un niño no puede dar este testimonio. Así, pues, el
bautismo no es para niños.
2) La Santa Cena
La santa cena es el segundo rito que Cristo estableció para la iglesia. En este rito, los creyentes
reciben alimento espiritual. Al comer el pan y tomar el vino, el creyente recibe a Cristo. Pero lo
recibe, no en forma corporal, sino en forma espiritual. Es decir, el pan y el vino no se
convierten en el cuerpo y la sangre del Señor, sino que son símbolos o representaciones de
Cristo. Él, de una manera especial, se hace presente en el culto de la cena. Al recibir la cena, la
iglesia entera se fortalece para vivir en la fe del evangelio, en su lucha en contra del pecado y
en su vida de amor, fe y santidad.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cuáles son los tres medios de crecimiento para el cristiano?
2. ¿Qué son los sacramentos?
3. ¿Cuáles son los sacramentos?
4. ¿De cuáles cosas habla el bautismo?
5. ¿Quiénes deben recibir el bautismo? ¿Por qué solamente ellos?
6. ¿Para qué sirve la santa cena?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Su Desarrollo por Medio de la Comunión (9)
Ya hemos visto tres medios de crecimiento en la vida cristiana que son: la meditación en la
Palabra de Dios, la oración y los sacramentos. Hay otro medio por el cual Dios da su gracia
para que podamos crecer. Es la comunión con el pueblo de Dios. ¿Cuál es el pueblo de Dios?
El pueblo de Dios son todos aquellos que creen en Cristo como Salvador y le obedecen como
Señor. En una palabra, hablamos de las iglesias cristianas. Nótese que decimos "iglesias" y no
"iglesia". Claro, realmente hay una sola iglesia porque la iglesia es el cuerpo de Cristo (Efesios
1:22, 23). Pero, en la tierra, la iglesia única de Cristo se da a conocer en los muchísimos grupos
o reuniones de creyentes en muchas partes del mundo. A cada uno de estos grupos, la Biblia
también los llama "iglesia" (Gálatas 1:2).
Solamente en comunión con una de estas iglesias puede el cristiano crecer debidamente. ¿Cuál
es el motivo?
1. Porque es en la iglesia que Dios ha puesto a los pastores y maestros, hombres con dones
especiales para enseñar su verdad tal como la tenemos en la Biblia. El que no está en la
iglesia se pierde estas enseñanzas. Sí, puede estudiar la Biblia cada cual en la casa, pero,
debe también recibir la enseñanza en la predicación de los maestros.
2. Porque es en la iglesia que Dios recibe la adoración y el culto que él desea. Desea que su
pueblo unido le alabe. Cristo vino para unir a las personas en testimonio del poder de Dios.
Solamente cuando los hombres se unen en amor, recibe Dios el fruto de su obra en forma
completa. Solamente en contacto con los demás, se cumple en el creyente su crecimiento
como persona en relación correcta con su Creador.
3. Porque es en la iglesia que se comparten los dones que Dios da a su pueblo. No todos tienen
los mismos dones. A cada uno le hace falta algo para servir bien a Dios y al prójimo. A cada
uno le toca recibir de sus hermanos para poder crecer debidamente.
Estas cuatro cosas nos hacen ver por qué es tan importante ser miembro de una iglesia cristiana
verdadera. Claro, no hay iglesias perfectas, pero sí las hay donde enseñan y viven
fervientemente la Palabra de Dios. El cristiano debe comprometerse con una de ellas y asistir a
todas las reuniones posibles, pues le dan la oportunidad de servir al Señor sirviendo a su
pueblo.
Tengamos en cuenta que hay iglesias falsas. Por eso debemos mirar con cuidado cómo es la
vida y la enseñanza de una iglesia antes de unirnos a ella.
Preguntas de Repaso:
Pero, el mundo no sólo está dentro del hombre, sino que lo rodea también. El espíritu mundano
lleva a los demás hombres a inventar mentiras. Buscan engañarnos con ellas y llevarnos a creer
y a practicar cosas en contra de la ley de Dios y del evangelio. Muchas veces el mundo persigue
al cristiano para obligarlo a dejar el camino de Dios. Hay que estar en alerta para no creer la
mentira y para no ceder ante la persecución.
El tercer enemigo: la Carne
El tercer enemigo es la carne. No hablamos del cuerpo como sí. El cuerpo no es malo. Dios
hizo tanto el alma como el cuerpo y ambos en el principio eran buenos. Pero, cuando el pecado
entró, se valió del cuerpo para actuar. "La carne" es el pecado que está en nosotros que actúa
mediante el cuerpo para desobedecer la ley de Dios. Nos toca recordar cuando Dios nos salvó,
que nos hizo personas nuevas. Sin embargo, dejó en nosotros los restos del pecado (veáse otra
vez la lección número uno). No sabemos por qué lo hizo así, pero así es. Por lo tanto, nos toca
hacer un esfuerzo para seguir con el nuevo principio que está en nosotros y no con el viejo que
nos gobernaba antes. Tenemos que hacer morir todo lo de la carne. Colosenses, el capítulo tres,
nos hace ver lo que debemos desechar. Favor de leerlo.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cuáles son los tres enemigos con los cuales tenemos que luchar?
2. ¿Por qué el cristiano necesita de la ayuda de Cristo para vencer al diablo?
3. ¿Qué cosa es el mundo? ¿Cuáles son las dos maneras para hacernos caer?
4. ¿En cuáles dos lugares hallamos el mundo?
5. ¿Qué cosa es la carne? ¿Por qué dejó Dios en nosotros la carne cuando nos
salvó?
Avance Biblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: ¿Cómo Puedo Saber Si Soy Cristiano? (11)
Es importante hacerse esta pregunta (2 Corintios 13:5). ¡Qué triste pensar serlo sin serlo
realmente! (Mateo 7:21-23). Es posible engañarse porque uno puede tener muchas cosas buenas
y todavía no ser de Cristo. Dios quiere que tengamos vida en Cristo (Juan 20:31) y quiere que
sepamos que tenemos esta vida (1 Juan 5:13). ¿Cuáles son las señales que muestran que Dios
nos ha hecho sus hijos?
1) "Sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos" (2:3; 3:24; 5:2 y
5:17). "El que hace justicia es nacido de Dios" (2:29 y 5:18). Hacer justicia quiere decir
andar en la ley de Dios. El cristiano no la guarda perfectamente, pero de corazón así desea.
2) "El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre" (2:23). Es decir, el que cree en el Hijo tal
como es, Dios y hombre a la vez, cosa que algunos querían negar en los días de Juan,
apóstol. "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios" (5:1,5).
3) "El que ama a su hermano, permanece en la luz" (1 Juan 2:10). Nosotros sabemos que
hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos" (3:14 y 3:18,19). "Todo
aquel que ama es nacido de Dios" (4:7).
La justicia, el amor y la verdad son las tres virtudes que muestran que una persona es en verdad
cristiana. En alguna medida, estas virtudes estarán en el creyente, todo creyente. No son las
cosas que ganan para uno la vida eterna, sino que son el fruto de esta vida que Dios ha dado.
Pero aún más, Juan habla de algo sumamente importante. Dice que por el Espíritu de Dios
sabemos que somos de Cristo (3:24 y 4:13). Por su poder el creyente hace justicia, tiene amor y
habla verdad. Además, él testifica con nuestro espíritu para hacernos saber que estas virtudes en
nosotros son genuinas y no falsas (vease Romanos 8:16). Para salvarnos, nuestra confianza
debe estar solamente en Cristo. Pero si no vemos las señales de Cristo en nosotros, debemos
preguntarnos si hemos creído en él o no. Recordemos que si alguno está en Cristo, es una
criatura nueva. Si vemos que somos nuevas criaturas, podemos saber que somos cristianos.
Estas actitudes nuevas no estarían en nosotros si no fuera por Cristo obrando en nosotros.
Preguntas de Repaso:
Jesucristo mismo fue tentado (Mateo 4:1-11), pero no pecó (Hebreos 4:15). Ser tentado no es
pecado; caer en la tentación lo es. Ante las tentaciones, ¡a luchar para vencer en el poder de
Dios! He aquí, unas ideas para ayudarnos:
2. Tengamos en cuenta que las tentaciones pueden venir cuando menos esperamos. A veces
vienen en seguida después de una experiencia espiritual muy buena. Así Jesús fue tentado en
seguida de su bautismo.
3. Tenemos que vigilar constantemente (Mateo 26:41). Nunca podemos dormirnos ante este
peligro. Nuestro enemigo, el diablo, siempre está en asecho.
5. La mejor manera para resistir la tentación es con la Palabra de Dios. Así resistió Cristo.
Véase Mateo 4:4,7,10. Cristo miraba las sugerencias de Satanás a la luz de la Palabra de
Dios. Así supo que las sugerencias eran malas y las rechazó. La Palabra de Dios en la
conciencia del cristiano es más fuerte que la voz de la tentación.
6. Todos los hombres sufren tentaciones. Por lo tanto, no debemos sorprendernos cuando nos
llegan (1 Corintios 10:13). Es normal ser tentados. Pero hay que vencer y no entregarse. ¡El
Cristiano puede vencer! Lea varias veces 1 Corintios 10:13. Es una promesa de Dios. Dios
promete dar la salida. Da la salida para que podamos soportar. Siendo así, no hay pretexto
para caer. ¡Soportemos! Busquemos la salida y salgamos. El cristiano puede decir "no" al
pecado y "si" a la justicia. ¡Hágalo! Es su deber y es su privilegio.
Preguntas de Repaso:
Por lo regular, si prestamos atención a estas cinco cosas, podremos saber con seguridad lo que
Dios quiere. Hay que poner atención; es decir, hay que pensar las cosas, investigarlas, y
estudiarlas. Dios nos dirige con inteligencia y no meramente con impulsos y sentimientos.
Debemos tener razones para hacer las cosas que hacemos y no hacerlas sólo por impresiones
del momento.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Por qué el cristiano se preocupa por conocer la voluntad de Dios?
2. ¿A cuáles cinco cosas debe el cristiano mirar para poder conocer la voluntad
de Dios?
3. ¿Cuál de estas cinco cosas es la más importante? ¿Por qué?
4. ¿Por qué es necesario pensar las cosas antes de hacerlas?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Las Relaciones con las Demás Personas (14)
Lo que más nos molesta es la gente que nos rodea. Se presentan choques y disgustos que
amargan la vida y nos quitan el gozo del Señor. Fácilmente se daña el testimonio cristiano y se
perturba la paz de la iglesia. A continuación, vamos a mencionar tres clases de dificultades.
Vamos a buscar señalar la causa o las causas de cada clase y finalmente, vamos a sugerir una
manera de solucionarlas.
1. ¿Qué pasa cuando alguien me ofende? De pronto con una palabra hiriente o con una
crítica; quizás por falta de cumplir conmigo o por no ponerme atención. El simple hecho de
no saludarme puede ser un golpe duro.
Si me ofendo ante estas cosas, estoy mostrando mi orgullo. El orgullo insiste en que uno sea
tratado bien. Sentimos que tenemos nuestros derechos que los demás deben respetar. El
orgullo se reconoce por nuestra delicadeza. A veces es por envidia que nos ofendemos.
¿Qué hago? Primero, debemos entender que el cristiano no tiene derecho de enojarse con
otra persona en cosas personales. El enojo es un pecado (Colosenses 3:8). Como Cristo nos
enseñó, hay que volver la otra mejilla (Mateo 5:39). No tenga en cuenta la ofensa;
olvidemos. Si la persona actúa con malicia, háblele para hacerle ver el error de sus caminos
(Gálatas 6:1). Si la persona no acepta, lleve a otra persona para charlar el asunto (Mateo
18:15-17). No debemos buscar el bien de nosotros mismos, sino el bien del otro. No tenga
en cuenta los detalles pequeños. No insista en sus derechos. Deje que la otra persona tenga
la ventaja. No juzgue a la persona. Hay que tener dos para pelear. Con paciencia la cosa pasa
(Proverbios 15:1; Romanos 12:14; 12:17-21). Humillese. Actuando de esta forma, uno se
encuentra agradando a Dios, y tiene la conciencia limpia. Aunque los demás no cumplan con
uno, uno debe cumplir con Dios y con ellos.
2. El problema cuando ofendo a otra persona. Puede ser por prejuicio o malicia o puede ser
por equivocación. Debo estar pendiente y tener cuidado y así no cometer estas ofensas.
Puede ser nuevamente el orgullo que me tiene mirando solamente lo mío y no el bien y los
deseos de las demás. A veces ofendo sin darme cuenta.
¿Qué hago? Si me doy cuenta de haber ofendido a otra persona, debo ir en seguida donde la
persona y arreglar. Si fue por malicia, debo confesar a Dios y a la persona mi pecado. Si fue
por ignorancia o por equivocación, debo explicar el asunto, pedir perdón y arreglar el daño
hecho. No debo olvidar el problema. No debo esperar a que la persona me hable. Debo
actuar para ganarme a mi hermano. Luego, debo dejar de hacer lo que ofende a mi hermano
(claro, sin dejar de obedecer a Dios primero).
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cuáles son las causas más frecuentes de los disgustos?
2. ¿Qué debo hacer cuando sé que otra persona está ofendida?
3. ¿Qué debo hacer cuando he ofendido a otra persona?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Las Diversiones y los Recreos (15)
Dios quiere que seamos felices. De manera que las distracciones son necesarias. Claro, uno
goza aun en el trabajo porque a través de él servimos a Dios. Pero, el cambio de rutina nos
capacita mejor para seguir en las obligaciones de todos los días. Sin embargo, como en todo,
nos toca mirar con cuidado en qué clase de diversiones empleamos nuestros ratos de ocio. A
continuación, damos unos principios que nos guían a saber si una diversión es sana para
nosotros o no:
1. Debemos desechar todo lo que contradiga la ley de Dios. Toda infracción de la ley es
pecado. (1 Juan 3:4)
2. Debemos desechar todo lo que nos quita el deseo por las cosas de Dios. Por ejemplo, si la
lectura de cierta clase de libro me quita el deseo de meditar las Escrituras, entonces debo
dejar de leer esa clase de libros (Mateo 6:33 y 5:29,30).
3. Nos toca desechar todo lo que nos domina (1 Corintios 6:12). Si se llega al punto de no
poder ser feliz sin cierta diversión, debo desecharla. Dios es lo único indispensable en la
vida del cristiano y él quiere ser el Señor absoluto de nuestra vida.
4. Nos toca desechar todo lo que nos impide cumplir con nuestros deberes delante de Dios
y los hombres. Puede ser divertido ser miembro de un equipo de fútbol, pero si el equipo
juega tal cantidad de partidos que ya no estoy en la casa con mi esposa y mis hijos, debo
renunciar a pertenecer al equipo (Juan 4:34).
5. Nos toca desechar lo que innecesariamente es piedra de tropiezo para otras personas
(Romanos 14:21). Sí, hay muchas cosas que son buenas, pero no debemos hacerlas,
simplemente porque a otras personas les parecen malas. Nuestra libertad tiene sus límites.
6. Nos toca desechar lo que pueda llevarnos a ser tentados e inducirnos a pecar
(Proverbios 5:1-14). No debemos tentar a Dios; esperando que él nos libre cuando nosotros
mismos nos ponemos en situaciones peligrosas espiritual-mente.
7. Nos toca desechar lo que no podemos hacer con la conciencia tranquila (1 Timoteo
1:19). Cuando nos parece mala alguna cosa, no debemos hacerla, aunque quizás sea
realmente buena. Primero, debemos cambiar el juicio de la conciencia sobre el particular,
informándonos con la Palabra de Dios.
8. Nos toca desechar lo que no contribuya a la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Este
principio es un resumen de todo lo que hemos escrito. A la vez, lo más importante que
debemos tener en cuenta, es este principio. Nos toca pensar mucho antes de actuar. Nos toca
pensar en los hechos a la luz de la Palabra de Dios.
Sí, Dios quiere que seamos felices. Un cristiano triste es un triste cristiano. A disfrutar de la
bondad de Dios, pero de acuerdo con la ley de Dios.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Por qué no podemos decir que el descanso es malo para los creyentes?
2. Mencione algunas ocasiones cuando debemos evitar aun las cosas buenas.
3. ¿Qué es lo más importante que debemos tener en cuenta en todo lo que hacemos?
4. ¿Cuál es la norma de Dios para guiarnos aun en las diversiones?
Avance Biblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Los Problemas de las Diferencias Entre Unos Grupos
Cristianos y Otros (16)
Iglesia
Iglesia Iglesia Asamblea Iglesia
de Metodista Presbiteriana
Bautista Carismática de Dios Cruzada
Dios
La iglesia de Cristo es una sola. El tiene un cuerpo (Efesios 1:22, 23). Sin embargo, vemos con
mucha tristeza a la Iglesia dividida. A menudo se forman discusiones acaloradas entre unas y
otras sobre los puntos de diferencia. Este hecho confunde a los creyentes porque no entienden
cómo los seguidores de Cristo pueden estar en desacuerdo. ¿Será que la Biblia de donde
sacamos nuestras creencias resulta un libro difícil de entender? ¿O, será más bien culpa de los
mismos cristianos? Consideremos unas posibles razones de por qué hay divisiones dentro de la
Iglesia:
¿Pero qué hacemos si al fin y al cabo las diferencias siguen? Si las diferencias realmente son en
puntos importantes, entonces no podremos colaborar con estas iglesias estrechamente en cultos
o en el evangelismo. Pero, sí, podemos mostrarles el amor de Cristo y ponernos a la orden para
servirles como hermanos en Cristo.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Por qué no podemos aceptar por cristianos a todos los que usan el nombre de cristianos?
2. ¿Cuáles son algunas causas de diferencias entre los cristianos verdaderos?
3. ¿Cómo hacemos para buscar soluciones a las diferencias?
Avance Biblico: Primer Nivel
¿Cuál es el sevicio que el cristiano rinde? Claro, el cristiano sirve a Dios en todo, en el trabajo,
en el hogar, etc., pero, también tiene el deber de servir directamente en las cosas de Cristo y su
reino. Debe servir en las cosas espirituales según sus dones y capacidades.
2. El testimonio. El cristiano busca todas las maneras posibles para dar a conocer a otros el
mensaje de salvación en Cristo.
3. La enseñanza. Cada vez que testificamos en Cristo, enseñamos también algo en cuanto a
Cristo. Pero además, el cristiano busca ayudar en la enseñanza más formal, es decir, en
clases bíblicas y en la predicación. Esto depende de los dones y capacidades que Dios le
haya dado, pero el cristiano mira si tiene estos dones y busca desarrollarlos y usarlos para la
gloria de Dios.
4. La administración. Con esto queremos decir la dirección o el impulso que una persona
pueda dar para el progreso de la causa de Cristo. Hay muchas cosas en la iglesia que el
cristiano puede dirigir o comprometerse a hacer para que todo el programa de la iglesia se
lleve a cabo.
5. El apoyo. Cuando el cristiano no tiene dones para dirigir, puede colaborar con lo que otros
hacen.
6. La obra de caridad. Hay muchísimas formas de ayudar a la gente que tiene necesidad y así
mostrar el amor de Cristo.
2. El estudio. Primero, debe estudiar la Biblia. Luego, debe estudiar la doctrina o mejor dicho,
la teología. De estas dos cosas depende el carácter y los conocimientos necesarios para
servir con inteligencia. Para ayudar al cristiano en su estudio, hay muchísimos libros
buenos que debe leer. Normalmente el cristiano que progresa es el cristiano que lee libros
buenos. Con ellos no sólo aprende, sino que también se anima. Además, el cristiano debe
estudiar sobre métodos y medios de servicio, como, por ejemplo, cómo enseñar una clase.
3. La práctica. Además de recibir pura teoría, el cristiano debe poner en práctica lo que
aprende. Hay que empezar, si se quiere progresar.
Si, el cristiano es una persona muy diferente porque no piensa solamente en si mismo y cómo
agradarse. Más que todo, piensa en cómo servir a Cristo en el progreso de su iglesia, la cual es
su reino, es decir, su empresa aquí en la tierra ahora. El cristiano como Cristo, no quiere ser
servido, sino que quiere servir. Cristo lo hizo hasta el punto de dar su vida en rescate por
muchos.
Preguntas de Repaso:
1. ¿En qué cosas debe el cristiano servir a Cristo?
2. ¿Cuáles son los preparativos que debemos hacer para servir mejor?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Los Sufrimientos (18)
¿Sufren los cristianos? ¡Claro que sí! Cristo dijo a sus discípulos: "En el mundo tendréis aflic-
ciones." (Vea Juan 16:33). No es cierto que al convertirse a Cristo el convertido ya no tiene más
problemas. Decir tal cosa es engañar y de pronto dudar de la bondad de Dios.
Si son de Cristo, ¿no debe Cristo librarlos de toda pena? No, Cristo tiene sus razones para dejar
que los suyos sufran. Algunas las podemos comprender, otras no. Lo cierto es que Cristo
gobierna sobre todo, ama a su pueblo con un amor eterno, y sin embargo, deja que los suyos
sufran. ¿Por qué?
1. Por un lado, algunos sufrimientos son para la gloria de Dios directamente sin que se dé
otra explicación. Véase Juan 9:1-3 y piense en el caso de Job. Debemos tener cuidado para no
censurar a los que sufren como culpables de algún pecado.
2. Por otro lado, Dios hace que el cristiano sufra a veces como disciplina por su pecado
(Hebreos 12:4-11). Todo cristiano aún peca y Dios quiere sacarlo de su pecado.
3. Con los sufrimientos, Dios logra que no nos apeguemos tanto a este mundo (1 Pedro 4:1,2).
Al sufrir, el cristiano se vuelve del mundo, a buscar su felicidad en Dios mismo.
4. A veces el cristiano sufre porque vive en el mundo que en general está bajo la ira de Dios.
Dios muestra su ira contra los malos y los cristianos sufren con ellos las grandes
calamidades que Dios envía.
5. Muchas veces los cristianos sufren las persecuciones. Los malos aborrecen a los creyentes y
los maltratan (Filipenses 1:29; Colosenses 1:24; Juan 15:18-20).
6. Finalmente, el cristiano sufre a veces para poder después consolar a otros que sufren (2
Corintios 1:1-6).
1. Examina su vida para ver si Dios lo está disciplinando por algún pecado. Claro está que
Cristo ya llevó el castigo por el pecado, pero Dios pone la disciplina en amor para
corregirnos (Hebreos 12:4-11).
2. Aprovecha el sufrimiento para acercarse a Dios más y más, siendo Dios la única fuente de
consuelo.
3. Encomienda su causa a Dios con acción de gracias (1 Pedro 4:19; 1 Tesalonicenses 5:18).
Sabemos que Dios tiene algún propósito bueno para su gloria en todo lo que trae a nuestra
vida (Romanos 8:28).
4. Sigue adelante en obediencia y servicio a Dios. Así da testimonio de sumisión a Dios y de la
victoria que Dios da aún en medio de los sufrimientos.
Muchas veces Dios quiere que su pueblo sufra. Por lo tanto, no debemos huir o rechazar la
aflicción. Claro, si hay solución dentro de la voluntad de Dios, debemos echarle mano. Pero,
¡cuidado con las soluciones fáciles y engañosas! Algunas personas engañan a otros diciendo
que Dios no quiere que su pueblo esté jamás enfermo. Por lo tanto, dicen, todo aquel que cree,
tiene que ser sanado por Dios en seguida. Tal promesa es falsa. Los sufrimientos son un
remedio para llevarnos a aborrecer el pecado y a amar más a nuestro Salvador en quien
hallamos una salvación perfecta.
Preguntas de Repaso:
Dé las posibles razones por qué el cristiano sufre y explique lo que debe hacer cuando los
sufrimientos se presentan en su vida.
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: El Trabajo (19)
El cuarto mandamiento nos manda apartar el día de reposo para el Señor. También nos manda:
"Seis días trabajarás". El cristiano como siervo de Dios tiene que estar ocupado. ¡Nada de
pereza! Trabaja en la iglesia, en el hogar y trabaja para ganar el pan de cada día o para ayudar a
la persona que lo está haciendo, como por ejemplo, la esposa en el hogar, quien apoya a su
marido.
La vida del obrero no es fácil. Muchas veces tiene que trabajar mucho y ganar poco por causa
de patronos injustos. Pero otras veces la pobreza puede ser por culpa propia. El cristiano no
busca enriquecerse, necesariamente, (1 Timoteo 6:6-10) pero si, desea tener lo suficiente para
poder colaborar en la causa de Cristo (1 Timoteo 5:17,18), para ayudar a los necesitados
(Efesios 4:28), y para vivir decentemente con salud, él y su familia (1 Timoteo 6:17). Pero para
prosperar tiene que tener la bendición de Dios (Mateo 6:11). ¿Cómo quiere Dios que el obrero
trabaje?
1. El obrero debe ser diligente en su trabajo, esforzándose para hacer lo mejor que pueda.
Trabaja bien esté presente el patrón o no. Toma la iniciativa para hacer las cosas y no espera
a que el patrón le diga todos los detalles. Es que en primer lugar sirve a Dios (Colosenses
3:22-25).
2. El obrero debe ser respetuoso. Debe respetar los derechos de sus compañeros de trabajo.
Debe respetar los derechos del patrón. Aun cuando lo traten mal o injustamente, el cristiano
reacciona en el Espíritu de Cristo (1 Pedro 2:18, 19). Sí, el obrero puede y debe reclamar sus
derechos, pero, lo hace con respeto. El obrero cristiano no busca perjudicar al patrón
mediante sabotajes, abusos de confianza, paros o huelgas. Si la situación es en verdad
insoportable, puede renunciar a su puesto, pero, no ir a los insultos, etc. Claro, el patrón
cristiano también cumplirá con todos sus deberes y derechos para con sus empleados. Más
aún, irá más allá del mínimo que la ley exige. Buscará que sus empleados tengan la
oportunidad de vivir decentemente y con salud (Colosenses 4:1).
3. El obrero cristiano es honesto y honrado. Cuida lo ajeno. Responde por los daños que
pudiera ocasionar. No busca arreglar las cosas injustas por su propia cuenta. Rinde cuentas
con exactitud. Cumple estrictamente el horario. Hace con cuidado y esmero su trabajo.
Trabaja con buen genio (2 Corintios 8:21).
Preguntas de Repaso:
¿De qué manera, bajo la bendición de Dios, puede el cristiano progresar en su trabajo?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Los Bienes Materiales (20)
¿Qué hago con los bienes materiales?
Como en todo, la situación económica de uno depende de Dios. "El rico y el pobre se
encuentran; a ambos los hizo Jehová" (Proverbios 22:2). No es malo ser rico (si así somos
dentro de la ley de Dios); no es malo ser pobre (a no ser que sea por causa del pecado y la
pereza). Como vimos en la lección pasada, lo importante es trabajar para agradar a Dios. Si de
allí Dios nos bendice con bienes materiales, démosle gracias. Si no nos los da, sepamos
contentarnos con lo que El dispone. Tenga lo que tenga uno, lo importante es saber usarlo para
la honra de Dios. ¿Qué hacemos con lo poco o lo mucho que tenemos? ¿Somos buenos
administradores de lo que Dios nos encomienda? A continuación, damos algunos principios
para guiarnos en el uso de los bienes materiales:
1. Vivamos modestamente. ¿Para qué los lujos más allá de lo necesario para vivir
decentemente y cumplir con nuestros deberes? (1 Timoteo 6:6-10). Sin embargo, cada
individuo tiene que estudiar su propio caso para saber cuáles cosas le son necesarias y cuáles
no. Tengamos en cuenta que Cristo nos llama a negarnos a nosotros mismos (Marcos 8:34).
Dejemos de juzgar a las demás personas en este aspecto y ejercitemos un control severo
sobre nuestros propios deseos. "No codiciarás", sigue siendo el décimo mandamiento.
Cuidado de no derrochar lo que Dios ha dado. Al fin y al cabo, somos mayordomos, no más.
El comercio y la propaganda ponen muchos atractivos para hacer que compremos más y más
cosas, pero la felicidad no está en los bienes materiales (Lucas 12:16-21).
2. Vivamos disfrutando lo que Dios nos da (1 Timoteo 6:17-19). Dios quiere que tengamos
felicidad en el mundo que El hizo. Podemos gastar en comodidades y placeres siempre y
cuando lo hagamos dentro de los límites más estrictos. Cuánto gastamos así depende de
cuánto Dios nos da y cuáles son las obligaciones que tenemos. Vivir endeudado, sin
embargo, no sirve a no ser que tengamos con que respaldar las deudas. En lugar de comprar
a crédito, ahorremos con anticipación para no pagar los intereses. No es malo tener una
cuenta de ahorros para casos de enfermedad o emergencia. Pero, otra vez, hay que resistir la
tentación de capitalizarse más allá de la medida. No olvidemos que nuestra confianza está en
el Señor, no en la abundancia de los bienes que pudiéramos poseer (Hebreos 13:5,6).
Tenemos más felicidad cuando compartimos nuestros bienes. "Más bienaventurado es dar
que recibir" (Hechos 20:35). Los tesoros en el cielo son de eterno provecho; hacemos
tesoros en el cielo cuando administramos bien las posesiones que tenemos aquí (Mateo 5:19-
21).
3. Vivamos con compasión (1 Juan 3:17, 18). Hay tantos necesitados por todos lados.
Hagamos lo posible para ayudar, haciéndolo con inteligencia y prudencia. Ayudemos para
que el evangelio sea predicado por todo el mundo.
4. Vivamos para la gloria de Dios. Sí, sirvamos a Dios mediante los bienes que tenemos. No
pensemos en cuánto nos toca dar a Dios en ofrenda, sino en cuánto nos es posible darle. Lo
que entregamos a Dios nos será devuelto con intereses. Pero, mucho mejor, de esta manera
también tenemos el privilegio de servir a nuestro Padre Celestial quien nos lo da todo.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Para qué nos sirven los bienes materiales?
2. ¿Qué quiere decir vivir modestamente?
3. ¿En qué sentido debe uno disfrutar de lo que Dios da?
4. ¿Por cuáles razones no debemos permitirnos muchos lujos?
Avance Biblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: Un Ciudadano Ejemplar (21)
El cristiano hace parte de varias instituciones establecidas por Dios que son el hogar, la iglesia,
el trabajo y el estado o gobierno. El cristiano es ciudadano de algún país y debe vivir como tal
según la voluntad de Dios (Romanos 13:1-7).
Nótese que la política en sí no es mala puesto que la política no es sino la manera en la cual los
hombres cumplen con el deber de gobernarse bajo la mano de Dios. La política se vuelve mala
cuando los hombres abusan de ella para fines egoístas. ¿Cuáles son los deberes del cristiano en
cuanto al gobierno?
1. El cristiano debe orar por las autoridades civiles. Veáse 1 Timoteo 2:1-4. Como Dios
gobierna todas las cosas y tiene el corazón del rey en su mano, lo inclina a todo lo que él
quiere (Proverbios 21:1). En la oración, el creyente tiene el privilegio de tomar parte en el
gobierno del mundo puesto que Dios oye y contesta la oración de su pueblo. El creyente
ayuda a los gobernantes porque pide a su favor la sabiduría de Dios.
2. El cristiano debe someterse a las autoridades civiles (Rom. 13:1-7; 1 Pedro 2:13,14). Esta
sumisión incluye la obediencia y el respeto. Pero, el cristiano obedece primero a Dios
(Hechos 5:29). En la medida que guarda la ley de Dios, guarda también todas las leyes
humanas permitidas por la ley de Dios. El cristiano es colaborador en todo lo que los
gobernantes intentan hacer a favor de la nación. A veces los gobernadores se equivocan y en
tales casos el ciudadano tiene el deber de criticar y aconsejar según la oportunidad que tenga,
pero tal crítica debe hacerla siempre con respeto. Si resultan malos gobernantes, el cristiano
busca la manera legítima, dentro de la ley de Dios, para reemplazarlos con otros mejores.
Pero, el ciudadano cristiano no toma la ley en sus propias manos; no va a la violencia o a la
subversión o a la revolución armada para cambiar la situación. Sí, puede unirse a
movimientos de protesta si estos actuan responsablemente como voceros genuinos del
bienestar de la nación entera. Pero, en estos casos, tiene que mirar con mucho cuidado el
asunto para no verse colaborando con movimientos completamente contrarios a los
principios de la Palabra de Dios.
3. El cristiano debe pagar los impuestos (Romanos 13:7). A veces los impuestos parecen ser
injustos. Y a veces lo son. Sin embargo, el cristiano no debe dejar de pagarlos. Mientras
tanto, busca la manera de remediar las injusticias.
4. El cristiano debe servir con o en el gobierno según los dones y oportunidades y llamamiento
que tenga. Sea en el gobierno nacional, sea en el barrio o región donde vive, el cristiano está
a la orden para servir a los demás, pero tiene que tener cuidado de no comprometerse en
actividades que contradicen la ley de Dios. Y en lugar de esperar a que el gobierno o las
demás personas hagan los servicios a su favor, él mismo trabaja haciendo lo posible para que
la nación y la comunidad tengan todo lo necesario para una vida decente y justa. Por
ejemplo, el cristiano se ocupa por el aseo, el buen estado de los caminos, la buena
presentación de los parques y la existencia de servicios como agua, luz, escuelas, etc. Si es
chofer, maneja con responsabilidad.
El cristiano, como ningún otro, mira por el bienestar de su prójimo. Así cumple con todas las
ordenanzas civiles y va más allá de lo meramente ordenado para prestar su servicio aún en
cosas que no son de su obligación.
Preguntas de Repaso:
1. Diga cuáles son los deberes de todo ciudadano cristiano.
2. ¿Qué cuidado debe tener el cristiano ante los gobiernos injustos y al participar en la
política si Dios a ella le llama?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana: En el Hogar (22)
Sin duda, el hogar puede ser una de las bendiciones más grandes de Dios para el cristiano. A la
vez puede ser una prueba difícil para su fe. Si otros miembros de la familia no son creyentes,
ellos van a presionar para que el creyente no sea fiel a Dios. Pero, aun si todos son creyentes,
va a haber dificultades. Es así porque pese al amor que se tengan, el contacto constante de las
personas en el hogar da más ocasión para el choque. Este contacto constante hace más difícil
ocultar las debilidades y defectos de cada cual. Por tanto, el cristiano en el hogar tiene que
andar con especial cuidado. A continuación, damos algunas sugerencias para ayudar a llevar en
el hogar una vida para la gloria de Dios:
En fin, para vivir bien en familia, el cristiano tiene que vivir en toda la ley de Dios. El fruto del
Espíritu tiene que mostrarse. Si el cristiano logra vivir con paz y edificación en el hogar,
probablemente podrá vivir bien en otras relaciones también, como en la iglesia.
El hogar es tan importante porque es el lugar ordenado por Dios para cumplir con tantos fines.
El hogar es para la preparación de los hijos en el camino de la rectitud. Es para la felicidad y el
bienestar de cada miembro. Recibimos en el hogar lo que no podemos recibir en otra parte. Por
tanto, todo depende del éxito en el hogar. ¡Cuánto debemos esforzarnos en hacer todo lo que
esté en nuestras manos para que el hogar funcione bien!
Preguntas de Repaso:
1. Dé unos seis consejos para la buena marcha del hogar.
2. ¿Por qué es tan importante que el hogar funcione bien?
3. ¿Por qué en Cristo podemos tener éxito en el hogar?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana -- Progreso Personal para Servir Mejor (23)
Ya vimos que la norma para la vida cristiana es la ley de Dios (véase la lección 6). El cristiano
debe amar a Dios con todo su corazón, toda su alma, toda su mente y todas sus fuerzas (Marcos
13:30). Esto quiere decir que el cristiano debe progresar en todos los aspectos de su vida y no
meramente en lo espiritual. Por ejemplo:
1. El cristiano debe cuidar su salud. Con un cuerpo fuerte y con una buena salud, podrá servir
con más energía y entusiasmo ante Dios. Hay que tener cuidado con el aseo personal.
¡Cuidado con lo que come o no come! Nada de vicios, por supuesto. Practicar con
moderación algún deporte puede ser de mucho provecho. El cuerpo es el templo del Espíritu
Santo y nos toca mantenerlo puro y fuerte (1 Corintios 6:20).
2. El cristiano debe aprender algún arte manual. Las cosas hermosas son también don de
Dios para el deleite de sus hijos. Crean en el corazón del creyente gratitud para con el
Creador. Sirven para nuestra felicidad. Mire el ejemplo de Dios que hizo tantas variedades de
flores. ¿Por qué? Para hermosura (Génesis 2:8,9). Lea Exodo 35:30-36:1 y observe como en
el tabernáculo, las artes manuales eran usadas por Dios.
3. El cristiano debe adquirir tantos conocimientos como le sea posible. Le toca cumplir con
todas sus obligaciones y no dejar que el estudio le quite el tiempo de otros deberes. Pero,
buscará, especialmente como joven, recibir tanta preparación como pueda. Sabe que todos los
conocimientos le van a ayudar a entender mejor la Biblia, a pensar con más cordura las
situaciones que la vida presenta, a tomar decisiones con más certeza, a vivir con más
inteligencia, a desempeñarse en el trabajo, a servir mejor a las demás personas. Con más
conocimientos, va a poder evitar muchas supersticiones y muchas ideas equivocadas que son
muy comunes entre la gente (Eclesiastés 9:10).
¿Qué clase de conocimientos? Por ejemplo, la Historia Universal, sobre todo, la Historia
Antigua, ayuda a explicar la Historia Sagrada. Pero, también la geografía, la filosofía, la
ciencias y la literatura son útiles. Por supuesto, el estudio del lenguaje le va a ayudar a
analizar los textos bíblicos. Además, ¡qué bueno tener una idea de lo que está pasando en el
mundo para poder ser mejor cristiano con soluciones bíblicas para los problemas actuales!
Además, debemos adquirir mejores conocimientos de nuestro trabajo o profesión para hacer
una buena labor.
Claro, no podemos saberlo todo. Ni podemos dedicar todo nuestro tiempo al estudio. Por lo
tanto, tenemos que seleccionar cuáles son los temas que más van a ayudarnos a ser
ciudadanos del reino de los cielos y, a la vez, ciudadanos de este mundo. La pereza intelectual
es uno de los enemigos mayores del progreso espiritual.
Sí, lo espiritual debe estar en primer lugar. Es mejor ser ignorante y a la vez piadoso (si tal
cosa es posible), que ser erudito y a la vez impío. Pero, mucho mejor es ser un erudito
piadoso hasta el punto que Dios lo permita. Hay que mirar los dones y el llamamiento que
uno tenga. En una palabra, el cristiano se preocupa por aumentar su cultura dentro de la ley
de Dios y para la gloria de Dios.
Preguntas de Repaso:
1. ¿Cuáles son algunas cosas que, además de lo espiritual, son importantes para el
desarrollo personal del creyente?
2. ¿De qué forma puede ser útil para el cristiano la adquisición de mayores
conocimientos?
3. ¿Por qué el cristiano debe cuidar del cuerpo?
Avance Bíblico: Primer Nivel
La Vida Cristiana -- Perseverancia Hasta el Fin (24)
Algunos cristianos son como la liebre en el cuento de la carrera entre la liebre y la tortuga.
Arrancó con mucha energía, pero en el camino se descuidó y perdió la carrera.
Para el cristiano lo importante es creer en Cristo y seguir creyendo. Cristo nos mandó
permanecer en él (Juan 15:4-7). Y dijo que el que persevere hasta el fin será salvo (Mateo
10:22). Como vimos en la lección once, hay muchos enemigos y muchos obstáculos para el
cristiano. Por lo tanto, es muy común desanimarnos. Uno se cansa en la rutina de la lucha.
Todos los días tiene que resistir las tentaciones, tiene que preocuparse por hacer la voluntad de
Dios y tiene que estudiar para ser agradable ante Dios de corazón y de conducta. A menudo no
parece tener éxito en su servicio cristiano. Llegan muchas aflicciones y tristezas. Pese a todo,
debe seguir adelante. ¿De que forma podrá evitar rendirse o cansarse en la lucha?
1. Todos los días se vale de los medios de gracia que ya vimos en las lecciones 7, 8, y 10. A
través de estos medios hallamos fuerzas para seguir.
2. Vive día a día en obediencia a Dios. Es decir, no se afana hoy por las obligaciones de
mañana. Así su carga no se vuelve imposible de llevar.
3. No vive según los sentimientos o las emociones o las circunstancias del momento. Más bien
se somete a hacer lo que debe hacer según la ley de Dios. (Véase la lección 6). Se disciplina a
sí mismo en lo recto (Gálatas 6:9).
4. Practica la piedad (1 Timoteo 4:7). Como en todo, al principio las cosas parecen muy
difíciles. Pero al hacerlas repetidas veces, llegan a ser costumbre. Así es el niñito que aprende
a caminar, o la persona que aprende a conducir un automóvil. Aunque al principio no lo
puede hacer bien, después ya lo hace casi sin pensar. Igual sucede cuando uno practica la
obediencia a todos los mandamientos de Dios. Pronto se encuentra cumpliendo con eficacia y
alegría, y con la obediencia viene el contentamiento. Claro, debemos tener en cuenta que
nuestro poder viene de Dios (Lección 5). Pero, por la gracia de Dios en el creyente, este está
capacitado para vencer. El cristiano nunca dice "No puedo" ante las exigencias de la ley de
Dios.
5. Tenga en cuenta que servimos a Dios (Lección 4) (Colosenses 3:23,24). Dios da el galardón
a los que le sirven (1 Corintios 15:58). ¡Qué privilegio tiene el cristiano! Así que bien vale la
pena seguir adelante.
6. En medio del fracaso que a veces experimenta, el cristiano mira a Cristo. Por su sangre hay
perdón y restauración. Con el arrepentimiento, siempre puede empezar de nuevo y hacer otro
intento.
7. La victoria final ya es segura (2 Timoteo 2:10-12). Cristo ya entró en su reino (Juan 14:1-3).
En unión con Él, estamos ya sentados en los lugares celestiales (Efesios 2:6). Adelante,
porque el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:17).
Preguntas de Repaso:
1. ¿Qué quiere decir, "perseverar hasta el fin" ?
2. ¿Por qué es dificil seguir en el camino de Cristo?
3. ¿Qué quiere decir, "practicar la piedad" ?
4. ¿Qué hace el cristiano cuando fracasa?