Factoría
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Factoría
Historia
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Factores navales
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Esta forma de operar por medio de factores asociados a barcos mercantes fue
muy frecuente del siglo XIII en adelante, tanto en el Mediterráneo, donde los
comerciantes italianos, franceses y españoles operaban casi en exclusiva por
medio de factores, como en la zona de influencia de la Liga Hanseática, y se
mantuvo hasta el siglo XIX. Por ejemplo, los buques mercantes de la Compañía de
las Indias Orientales británica llevaban siempre un factor encargado de gestionar
la compra y venta de mercancías en los puertos de atraque de los barcos
mercantes.6
Factorías terrestres
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Por sí solos, los factores navales estaban expuestos a grandes riesgos, como la
carencia o carestía de mercancías, o la falta de mercados donde poder vender las
mercancías que llevaban en consigna. Por ello, dependían de redes comerciales
establecidas en los diversos puertos en los que atracaban. A partir del siglo XIII,
comenzó a ser frecuente que comerciantes extranjeros se asentaran en puertos o
núcleos comerciales grandes y empezaran a actuar como factores de
comerciantes compatriotas.7 Esto garantizaba que cuando un buque mercante
atracara en puerto, el factor naval tuviera un contacto a quien poder vender su
mercancía y de quien adquirirla, lo que reducía los riesgos comerciales. Así, el
factor terrestre servía para asegurar el suministro de mercancías, y crear un
mercado para las mismas.7
Por ejemplo, el mercader toscano Francesco Datini (1335-1410) operó entre 1358
y 1382 como factor en la ciudad de Aviñón,7 por entonces sede de la corte papal.
Su papel principal era el de adquirir por medio de sus contactos en Pisa y
Florencia armas, que revendía en Aviñón a diversos mercaderes franceses.8
Posteriormente, pasó a vender bienes de lujo (sobre todo tejidos) y obras de arte
italianas a los cardenales y prelados de la corte de Aviñón.7 Datini formaba parte
de la colonia de mercaderes toscanos en Aviñón, que a menudo tenían que unirse
para defender sus intereses comunes y garantizar su propia seguridad.
Semejantes colonias existían en la mayor parte de los núcleos comerciales
europeos de la época.
Las primeras factorías aparecen a partir del siglo XIII en África, el Imperio
Bizantino y el Oriente Próximo. Por ejemplo, en 1184 Pisa estableció un puesto
comercial formal en Bugía (actual Argelia), desde donde operaban diversos
factores pisanos bajo la protección formal de la dinastía hafsí.9 Factorías de este
tipo (pequeñas agrupaciones de comerciantes establecidas con el permiso
nominal de los gobernantes locales) comenzaron a ser fundadas por todo el
Mediterráneo oriental a lo largo del siglo XIII, por ejemplo
por Génova en Tartous, Crimea, Trípoli y Beirut;
por Venecia en Creta, Corfú, Tanais y el Dodecaneso; o por los mercaderes
catalanes en Túnez, Argel, Atenas o Farmagusta. En general, a los extranjeros no
se les permitía comprar tierras en estas ciudades, por lo que los mercaderes se
unían en torno a las factorías: el factor o los factores y sus oficiales alquilaban las
viviendas y los almacenes, arbitraban el comercio e incluso gestionaban los
fondos de seguros, funcionando a la vez como una asociación y una embajada, e
incluso administrando la justicia dentro de la comunidad mercantil.10
Esta situación fue frecuentemente una fuente de grandes tensiones entre las
metrópolis y los gobernantes locales.11 A partir de la Cuarta Cruzada (1198-1204),
las repúblicas marítimas italianas comenzaron a ejercer su poderío económico y
militar para conquistar las ciudades donde tenían sus principales factorías. Así por
ejemplo, Venecia compró Creta y las Cícladas al Imperio Latino,12 y Génova
establecería la colonia de Caffa en Crimea, que compró a la Horda de Oro en
1266.13 En 1267, por medio del Tratado de Ninfeo (1261), el emperador Miguel VIII
Paleólogo (r. 1259–1282) concedió a la colonia de mercaderes genoveses el
territorio de la península de Pera (actualmente conocida como Gálata),
permitiendo que los mercaderes genoveses pudieran adquirir propiedades
en Constantinopla.14 En 1303, se estableció los términos exactos de esta factoría,
que aunque nominalmente bajo soberanía bizantina, de facto pasó a convertirse
en un territorio bajo gobernado por Génova.14 En ella, los mercaderes genoveses
operaban como intermediarios entre sus otras factorías en Crimea y el
Mediterráneo. Este tipo de factoría, en la que un territorio costero fácilmente
defensible pasaba a estar bajo soberanía de la metrópolis, sirvió de prototipo para
las factorías del período colonial de la Edad Moderna.
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Entre los siglos XV y XVI, una cadena de unos 50 fuertes portugueses albergaba o
protegía feitorias a lo largo de las costas de África Occidental y Oriental, el
Océano Índico, China, Japón y Sudamérica.4 Las principales factorías de las
Indias Orientales portuguesas se encontraban
en Goa, Malaca, Ormuz, Ternate, Macao, y la posesión más rica de Bassein, que
pasó a ser el centro financiero de la India como Bombay (Mumbai).4 Se dedicaban
principalmente al comercio de oro y esclavos en la costa de Guinea, de especias
en el océano Índico y de caña de azúcar en el Nuevo Mundo. También se
utilizaban para el comercio triangular local entre varios territorios, como Goa-
Macao-Nagasaki, comerciando con productos como azúcar, pimienta, coco,
madera, caballos, grano, plumas de aves exóticas de Indonesia, piedras
preciosas, sedas y porcelana de Oriente, entre otros muchos productos.18 En el
océano Índico, el comercio de las factorías portuguesas se reforzaba y aumentaba
mediante un sistema de concesión de licencias a los barcos mercantes:
las cartazes.4
Desde las feitorias, los productos iban al puesto principal de Goa, y luego a
Portugal, donde se comercializaban en la Casa da Índia, que también gestionaba
las exportaciones a la India.18 Allí se vendían, o se re-exportaban a la Real
Factoría Portuguesa de Amberes, desde donde se distribuían al resto de Europa.4
España y Francia
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Factoría holandesa de Hugli-
Chuchura, Bengala, en 1665.
Países Bajos
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Reino Unido
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Territorios dominados por la Compañía de
la Bahía de Hudson, donde establecieron varias factorías comerciales empezando con la
Factoría de York en 1697 para el comercio de pieles.
El Reino Unido operó por medio de factorías sobre todo en América del Norte,
donde la Compañía de la Bahía de Hudson fundó una serie de puestos
comerciales por todo el norte de Canadá a fin de abastecerse de pieles de castor,
comercio que dominaba. Así, a finales del siglo XVII fundó entre otros Fort Wayne
(Indiana), York Factory (Canadá), Fort Severn (Canadá), Fort Churchill (Canadá).19
China
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El comercio entre China y Europa estaba dominado por los británicos, y era
extremadamente lucrativo. China exportaba grandes cantidades de té, seda,
porcelana, y productos lacados a cambio de plata extraída de la América
Española,22 pero tenía escaso interés en los productos europeos, salvo hierro e
instrumentos científicos. Esto causaba grandes desequilibrios en la balanza de
pagos, que la Compañía Británica de las Indias Orientales decidió resolver
apoyando el narcotráfico de opio en China.23 Cuando el emperador
chino Daoguang decidió incautar y destruir todas el opio de Cantón en 1839,
provocó la Primera Guerra del Opio, a raíz de la cual se liberalizó el comercio
entre China y Occidente y se cerraron las trece factorías de Cantón.22
Uso posterior
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