1 Práctica Derecho Internacional Publico
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20 de enero de 2017
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federales de Belgrado o algún órgano de la RFY hayan impartido instrucciones para cometer la
masacre o que hayan sido impartidas con la intención específica (dolus specialis) que caracteriza al
delito de genocidio. Todo indica que la decisión de matar a la población masculina adulta de la
comunidad musulmana de Srebrenica fue adoptada por algunos miembros del Estado Mayor Principal
del VRS, sin que mediaran instrucciones de la RFY o sin que existiera un efectivo control por parte
de la RFY.
Seguidamente, la Corte considera los hechos del caso limitándose al comportamiento de la RFY
frente a la masacre de Srebrenica. En primer lugar, señala que, durante el período que se considera,
la RFY estaba, respecto de los serbios de Bosnia que idearon y ejecutaron el genocidio, en una
posición de influencia bien diferente de la de cualquiera de los otros Estados partes en la Convención
contra el genocidio, debido a la fortaleza de los vínculos políticos, militares y financieros existentes
entre la RFY, por un lado, y la República Srpska y el VRS, por otro. Los dirigentes de la RFY y sobre
todo el Presidente Milošević, tenían plena conciencia del clima de profundo odio que reinaba entre
los serbios de Bosnia y los musulmanes en la región de Srebrenica y, aun así, el Estado demandado
no ha demostrado que haya tomado iniciativa alguna para impedir lo que sucedió.
Por último, la Corte recuerda que el genocidio de Srebrenica, cuya comisión se ha demostrado
supra, no fue llevado a cabo en el territorio del Estado demandado. A partir de ello concluye que no
se puede formular contra él el cargo de no haber juzgado ante sus propios tribunales a las personas
acusadas de haber participado en el genocidio, sea como autores principales o como cómplices o de
haber cometido alguno de los otros actos mencionados en el artículo III del Convenio en relación con
el genocidio. La Corte necesita entonces considerar si el Estado demandado cumplió su obligación
de cooperar con la “corte penal internacional” mencionada en el artículo VI del Convenio. Porque es
seguro que una vez establecida tal corte, el artículo VI obliga a las partes contratantes “que hayan
reconocido su jurisdicción” a cooperar con ella, lo cual implica que detendrán a las personas acusadas
de genocidio que estén en su territorio —aun cuando el delito del que estén acusadas haya sido
cometido fuera de él— y, si no se procede al enjuiciamiento de ellas en los tribunales propios de las
partes, que éstas los entregarán para que sean juzgados por la corte internacional competente.
La Corte debe asignar cierto peso a los abundantes elementos de información presentados ante
ella, que sugieren que el General Mladić, procesado por el Tribunal Penal Internacional para la ex
Yugoslavia por genocidio como una de las personas principalmente responsables de la masacre de
Srebrenica, estuvo en el territorio del Estado demandado en varias ocasiones y durante períodos
prolongados durante los últimos años, sin que las autoridades serbias hayan hecho lo que podían y
pueden razonablemente hacer a fin de verificar dónde vivía y detenerlo.
Lea el extracto de esta Sentencia de la Corte Internacional de Justicia y responda a las siguientes
preguntas:
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