Rdo. 68432.31.89.001.2017.00149.01 R.T. 372-2020
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Bucaramanga, veinte (20) de agosto del año dos mil veintiunos (2021)
La Sala Laboral del Distrito Judicial de Bucaramanga integrada por los magistrados
LUCRECIA GAMBOA ROJAS quien la preside, HENRY LOZADA PINILLA y ELCY
JIMENA VALENCIA CASTRILLÓN, atendiendo lo establecido en el artículo 15 del
Decreto Legislativo 806 del cuatro (4) de junio de 2020, expedido en el marco del
Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica decretado por el Gobierno
Nacional, procede a resolver el recurso de apelación interpuesto por el apoderado
judicial del demandado JULIO CÉSAR FLÓREZ VILLAMIZAR frente a la sentencia
proferida el 27 de noviembre de 2019 por el Juzgado Promiscuo del Circuito de Málaga,
conforme lo normado por el artículo 66 A del C.P.T. y de la S.S.
SENTENCIA
ANTECEDENTES
1. DE LAS PRETENSIONES:
Señalan que, el hoy demandado presentó acción de tutela contra el PAR Telecom,
correspondiéndole por reparto al Juzgado Primero Promiscuo Municipal de San Antero
- Córdoba, aduciendo vulneración de los derechos fundamentales a la igualdad,
seguridad social y mínimo vital, al no haber sido incluido dentro del ofrecimiento Plan
de Pensión anticipada, y, en consecuencia, pidió el pago de salarios y prestaciones
dejadas de percibir por no haberle sido reconocido ese derecho.
Agregan que, el Juzgado Promiscuo Municipal de San Antero - Córdoba, tuteló los
derechos invocados por el señor Flórez Villamizar, decisión confirmada por Juzgado
Promiscuo de Familia de Córdoba; de otro lado, afirman que dieron cumplimiento al
fallo de tutela, cancelando la suma de $569.777.062 en favor del demandado.
Por último, afirman que, como consecuencia de la revocatoria del fallo de tutela, surge
el derecho para el PAR Telecom de recobrar las sumas canceladas al señor JULIO
CÉSAR FLÓREZ VILLAMIZAR.
3. REPLICA
Concretó su defensa con los exceptivos que denominó: PRESCRIPCIÓN, NO PAGO DE LOS
DINEROS QUE SE PRETENDEN SEAN DECLARADOS A FAVOR DEL DEMANDANTE.
DECISIÓN DE INSTANCIA
señaló que: “es la figura en derecho civil creada con el apoyo de los ordenamientos trazados por la
jurisprudencia francesa y con fundamento en el art 8 de la ley 153 de 1887, nuestra CSJ en fallo del 6 de
septiembre de 1985 empezó a hablar de la teoría del enriquecimiento sin causa y de su remedio, razón
in rem verso dijo la Corte en aquella oportunidad “Ningún texto de la ley positiva consagra
expresamente la regla general de equidad de que nadie puede enriquecerse sin derecho en perjuicio de
otro; sin embargo, se la puede considerar, como lo ha aceptado la jurisprudencia universal, como si
estuviera en vigor esta ley, puesto que inspira muchas de las construcciones jurídicas imperantes en la
legislación civil. Igual ocurrió con la imprevisión como resultado de la reiterada doctrina de la Corte de la
jurisprudencia universal Código de Comercio que se encuentra esta figura en el artículo 831 que dice que
“Nadie podrá enriquecerse sin justa causa a expensas de otro”.
Con fundamento en la anterior exegesis, consideró que: “los requisitos del fenómeno jurídico
del enriquecimiento sin justa causa acabados de enunciar están presentes, lo anterior, por cuanto si bien
es cierto la apelación de sentencia de tutela se debe conceder en el efecto devolutivo por cuanto no está
permitido suspender los efectos del fallo hasta que se resuelva el asunto en segunda instancia y no sea
excluido para revisión de la Corte Constitucional, y es que todo fallo de tutela que sea remitido para
eventual revisión por la Corte Constitucional tiene pleno efecto aún durante el trámite de la revisión, pues
la revisión se concede en efecto devolutivo, esto es que no se suspendan las decisiones actuadas al fallo
correspondiente, pero en caso de revocar la decisión por la Corte Constitucional se dejara sin efectos
total o parcial el fallo que fue objeto de apelación y revisión, según el caso se produciría otro, los cuales
las partes deberán acatar, siendo así no podrá retenerse el monto de las mesadas pensionales que recibió
de parte de TELECOM, de acuerdo a las pruebas del proceso y las disposiciones jurídicas que se
resaltaron, el demandado recibió dicho dinero con ocasión de la protección que le otorgo el fallo de tutela
que fue revocado por la Corte Constitucional, no se necesita mayores consideraciones para llegar a ese
acervo, pues de lo contrario se menosprecia el principio de equidad, beneficiaria más al señor Flórez
Villamizar aportando un monto cuya causa no le asiste derecho”.
A ello agregó que: “para esta agencia judicial la buena o mala fe del demandado no es punto de
controversia, lo que se pone entredicho es que la orden de tutela que fue revocada por la Corte
Constitucional, como bien ocurrió en este asunto, deja sin efectos la decisión de la instancia del juez de
tutela y la causal de pago de las mesadas pensionales. Así lo dijo la Corte Constitucional en auto de
aclaración y adición de la sentencia SU-377 de 2014 cuando manifestó que la sala plena no dispuso la
restitución de dinero a favor de TELECOM porque dicha entidad puede hacer uso de los instrumentos
legales que tiene a su disposición para lograr la devolución de lo pagado con fundamento en el principio
de enriquecimiento sin justa causa; (…) bastaba con revocar todas las ordenes de la sentencia de
instancia para entender que los pagos efectuados en virtud de la misma carecen de justificación legal-
constitucional por lo que la restitución de las cosas al estado inicial deben procurarse mediante los
mecanismos dispuestos en el ordenamiento jurídico para ello, y es que en relación a la aplicación del
precepto 134 del CPACA literal C como argumento de defensa del demandado a efecto que declare
imprósperas las pretensiones de la demanda, este juzgado advierte que la jurisprudencia laboral ha sido
uniforme en señalar que la aplicación de estos supuestos de derechos obedecen no solo a la buena fe
de la persona, sino cuando el reconocimiento de la pensión de jubilación fue producto del propio error en
que incurrió la empleadora, circunstancia que esta última no se vio en el presente caso, por cuanto el
reconocimiento que se hizo la demandante se dio al cumplimiento de una orden de tutela”.
sin embargo, estimó que del contenido del auto 503 de 2015 se colegia que el PAR se
notificó por conducta concluyente de la sentencia SU-377 de 2014 el 29 septiembre de
2014; en tal orden, afirmó que la activa interrumpió el fenómeno jurídico de la
prescripción con la presentación de la demanda, el 31 julio de 2017, no configurándose
así la excepción de prescripción.
RECURSO DE ALZADA
De otro lado, indicó que la suma de un poco más de $500.000 que se procura con la
demanda, la cual esta soportada en el hecho de que el demandado recibió dicho dinero
por la acción de tutela que ordenó su pago a TELECOM, no estaba acreditada, a su
juicio, el extremo activo no logró demostrar que esos dineros efectivamente hubiesen
llegado al peculio del demandado, dijo que para ello bastaba con observar los soportes
obrantes al plenario, los cuales tan solo daban cuenta de que se canceló un poco más
de $17.000.000.
Reiteró que no existe evidencia procesal del pago de esos dineros al señor Julio Cesar
Villamizar, ya sea a través de título valor, consignación y/o pago de nómina, mucho
menos que se haya otorgado facultades para recibir esas sumas dineros a la
apoderada judicial que ejerció en el trámite de tutela que fue revocado por la Corte
Constitucional, y que, con todo, tampoco estaba demostrado el pago a la abogada.
- Parte Demandante.
Solicitó se confirme la decisión de instancia, para ello recordó que la tutela que en
principio le fue favorable a los intereses del hoy demandado fue revocada por la corte
constitucional, siendo procedente el reembolso de los rubros cancelados en aplicación
de la acción de repetición por pago de lo no debido o en aplicación del principio de
enriquecimiento sin causa, en suma, arguyó que la procedencia del reembolso de los
dineros cancelados en virtud de las ordenes de tutela estaba soportada en los artículos
35 y 36 del Decreto 2591 de 1991.
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Rdo. 68432.31.89.001.2017.00149.01
R.T. 372-2020
- Parte Demandada:
De otro lado, reiteró que debía la parte demandante acreditar que la suma de dinero
de la cual se solicita el reintegro fue recibida por el demandado JULIO CESAR
FLOREZ VILLAMIZAR, sin embargo, a su juicio ello no ocurrió, resaltó que de los
documentos arribados solo se probaba que al señor Flórez Villamizar se le canceló por
nomina la suma $17.063.316, sin demostrarse el pago de la restante suma de dinero
que se pretende cobrar.
CONSIDERACIONES
El marco funcional trazado por la censura (artículo 66ª del CPTSS) conlleva como
problema jurídico establecer si acertó el Juez singular al condenar al demandado a
reembolsar los dineros deprecados en la demanda como consecuencia de los efectos
que dimanan de la sentencia SU 377 de 2014, proferida por la Corte Constitucional en
sede de revisión, o si contrario sensu, no le asiste obligación al demandado de
reintegrar dichas sumas a la promotora del litigio dado que no se demostró el pago
efectivo de los dineros. Como problema asociado se estudiará el fenómeno
prescriptivo.
DESARROLLO DE LA LITIS:
Señálese que son eventos exentos del debate probatorio en esta instancia, ya que no
fueron materia de censura los siguientes:
DESARROLLO DE LA LITIS
i) Está acreditado y no es tema discusión que por nómina el PAR pagó al demandado
la suma de $17.062.017 cuyo soporte obra a folios 32-38.
Sobre este punto, importa resaltar que según se expone en la sentencia SU-377 de 12
de junio de 2014, en el acápite referente a la información general del expediente T-
2471345, los accionantes, entre estos el señor JULIO CESAR FLOREZ VILLAMIZAR,
además de solicitar la protección de los derechos fundamentales que estimaron
vulnerados “pidieron ordenar con fines cautelares el embargo y la retención de los dineros que
tuviese el demandado en cuentas corrientes o de ahorros, en el Banco Agrario de Colombia y Banco
Popular de la ciudad de Montería, por la suma de $10.094.786.954, pues este monto lo estimaron como
aproximado a lo que se les debía a 31 de agosto de 2009. Los accionantes presentaron, junto con la
tutela, sendas liquidaciones de lo que en su opinión el ente demandado les adeudaba”. (Negrillas
nuestras)
- Copia del oficio 462 del Juzgado Promiscuo Municipal de San Antero Córdoba,
de fecha 20 de agosto de 2009, dirigido al Banco Popular comunicando la
medida de embargo y retención de los dineros que en cuenta corrientes y de
ahorros posea el PAR hasta por la suma de $10.094.786.954. Medida decretada
dentro acción de tutela Rad. 2009 – 00232 ( Ver archivo 17 expediente digital tramite de
segunda instancia)
Por su parte, a folio 39 del expediente obra documento signado por la Dra. Luz Stella
Gutiérrez, en el que relaciona los nombres de cada uno de los accionantes dentro de
la tutela Rad. 2009 – 00232, entre estos el del señor JULIO CESAR FLOREZ
VILLAMIZAR junto con la liquidación global e individual respecto de los valores
deprecados, señalando como cifra global la suma de $8.252.883.637, y puntualmente
para el caso de Flórez Villamizar la suma de $552.715.045.
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Cabe recordar, que el Juzgado Promiscuo de Familia Lorica, Córdoba, adicionó el fallo
de primera instancia ordenado el pago de las mesadas desde julio 23 de 2003 y febrero
1 de 2006 a los actores, en cuantía de $8.252.883.637, lo anterior, teniendo como base
las liquidaciones arribadas por los accionantes. (Folios 62-74)
Dentro de los documentos aportados por Juzgado Promiscuo Municipal de San Antero,
Córdoba, se encuentra memorial poder otorgado por el señor JULIO CESAR FLOREZ
VILLAMIZAR a la profesional Luz Stella Gutiérrez, a través del cual le concedió la
facultad expresa para recibir, como a continuación se enseña.
En tal sentido, para la Sala no queda duda que el señor JULIO CESAR FLOREZ
VILLAMIZAR producto de la sentencia de tutela proferida 2 de septiembre de 2009 por
el Juzgado Promiscuo Municipal de San Antero Córdoba, confirmada el 24 de
septiembre de 2009, por el Juzgado Promiscuo de Familia Lorica, recibió la suma de
$569.777.062, pues en efecto obra certificación emanada del Juzgado Promiscuo
Municipal que da cuenta que su abogada Luz Stella Gutiérrez, con facultades expresas
para recibir, cobró la suma de $8.252.883.637 producto de los embargos de las
cuentas del PAR. Ahora, de la liquidación que arribó la abogada Gutiérrez se colige
que para el caso de Flórez Villamizar de esos $8.252.883.637 le correspondió la suma
de $552.715.045.
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En adición, cabe resaltar, que la citada certificación emana de una entidad pública, y
como se observa fue proferida por la funcionaria competente en ejercicio de su cargo
(coordinadora admirativa y financiera) por lo que debe entonces ser valorada conforme lo
dispone el artículo 257 del C.G.P, que consagra que: “los documentos públicos hacen fe de su
otorgamiento, de su fecha y de las declaraciones que en ellos haga el funcionario que los autoriza”.
Sobre este tópico puede consultarse la sentencia proferida por el Consejo de Estado,
Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 9 de septiembre de 2013. Exp. 25.361
con ponencia del Magistrado Enrique Gil Botero en la cual se referenció:
“Es así como desde la perspectiva del derecho privado, resultaría inadmisible y sin lógica alguna que la
parte deudora elaborara un documento en el cual certificara la existencia del pago por ella efectuado a
favor del deudor, ya que, tal y como se desprende de los postulados desarrollados, éste carecía de todo
valor probatorio, en la medida en que el mencionado documento no tendría los efectos de un documento
público y, adicionalmente, no emana de la persona idónea (el acreedor) para demostrar que la obligación
fue saldada.
Ahora bien, no sucede lo propio con las certificaciones proferidas por una entidad pública, a través
de un funcionario competente para ello, puesto que son otorgadas por él, en ejercicio de su cargo
o con su intervención y, por lo tanto, dan fe de su otorgamiento, de su fecha y de las declaraciones
que en ellos haga el funcionario que las autoriza.
Así las cosas, al margen de la discusión acerca de la textura abierta de la norma contenida en el numeral
2 del artículo 262 del C.P.C., existe suficiente basamento en los artículos 251 y 264 ibidem, para arribar
a la conclusión de que la certificación de pago, elaborada y suscrita por los funcionarios públicos que
tienen a su cargo el manejo financiero y contable de la entidad, es prueba suficiente de que la
obligación fue satisfecha y, por ende, se encuentra extinta.” (Negrillas de la Sala)
“Necesario es memorar que, según el artículo 2535 del Código Civil, el término de prescripción de un
derecho comienza a transcurrir desde la fecha en que la obligación se hizo exigible y para su
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estructuración, requiere la inactividad del titular del derecho durante el lapso previsto en la respectiva
disposición legal.
Del escenario fáctico mencionado, brota evidente y obvio que el pago efectuado por la persona jurídica
actora, tuvo como fuente la orden impartida por el juez de tutela de segunda instancia, que connotó de
legitimidad y legalidad el desembolso efectuado por la empresa de petróleos, con mayor razón si se tiene
en cuenta, el efecto definitivo del fallo que concedió el amparo al señor Acevedo. De esta suerte, la
obligación creada a favor de esta persona y a cargo de Ecopetrol S.A. se extinguió por el pago que esta
hizo al primero.
Desde luego, mientras el estado de cosas se mantuvo, el ahora demandado estuvo asistido
plenamente del derecho de conservar y disponer del importe que le fue pagado, mientras la
providencia que sirvió de fuente al pago no fuera revocada, que no una vez la Corte Constitucional
decidió revocar la sentencia del Tribunal Superior, no solo por el efecto propio que comporta la
infirmación del fallo, sino porque expresamente el juez constitucional en sede de revisión, dispuso dejar
sin efectos el proveído.
Empero, no solamente el beneficiario del fallo del Tribunal quedó desprovisto de la fuente que amparaba
la legalidad del pago que había recibido, sino que, por contera, se constituyó deudor del importe
económico que había ingresado a su peculio, y Ecopetrol S.A. pasó a ser el acreedor de dicha
suma de dinero; vale decir, en virtud de la sentencia de la Corte Constitucional, emergió un derecho
de crédito a favor de la empresa y una obligación a cargo del enjuiciado en esta actuación.
En consecuencia, desde la fecha en que se reversó la orden de pago emitida por los jueces
constitucionales de instancia, comenzó a transcurrir el plazo que tenía el acreedor –Ecopetrol S.A.-
, para iniciar el proceso ordinario, en orden a obtener la restitución de las sumas de dinero que había
pagado al promotor de la acción de amparo, toda vez que antes de que se revocara el fallo que había
concedido el resguardo constitucional, no existía un título que lo habilitara para emprender la acción
judicial con el propósito indicado. De esta suerte, si no había nacido la obligación de Acevedo Niño de
restituir la suma de dinero mencionada, como consecuencia de la desaparición de la fuente que lo
legitimaba para tenerla en su poder, mal puede pensarse que desde una fecha anterior, había iniciado su
transcurso el término para incoar la acción judicial correspondiente”. (Negrillas nuestras)
Claro lo anterior, es necesario acotar, que en los términos del art. 36 del Decreto 2591
de 1991, Las sentencias en que se revise una decisión de tutela solo surtirán efectos en el caso
concreto y deberán ser comunicadas inmediatamente al juez o tribunal competente de primera
instancia, el cual notificará la sentencia de la Corte a las partes y adoptará las decisiones necesarias
para adecuar su fallo a lo dispuesto por ésta; es así, que para tener certeza del hito de
exigibilidad de la obligación se debe cotejar si entre dicho acto (notificación de sentencia)
y la presentación de la demanda, trascurrió el trienio extintivo reglado en los arts. 151
del CPTSS y 488 del CST.
la Secretaría General de la Corte Constitucional el veintinueve (29) de septiembre de dos mil catorce
(2014), y antes de esa fecha no había sido notificada formalmente del fallo. Con la presentación
del escrito el PAR se notificó por conducta concluyente de la sentencia SU-377 de 2014, por lo que
puede afirmarse que la solicitud resulta oportuna. En segundo término, se constata que la apoderada
general del PAR está legitimada en la causa para solicitar la aclaración y adición de la sentencia, en tanto
el ente a nombre del cual actúa hizo parte del proceso”. (Negrillas nuestras)
Así las cosas, habiéndose notificado el PAR por conducta concluyente de la sentencia
SU -377 de 2014 el 29 de septiembre de ese año, y presentado la presente demanda
el 31 de julio de 2017 (fl.76) es evidente que el término trienal de que tratan los arts.
151 del CPTSS y 488 del CST, no trascurrió, no habiendo dislate alguno en la exegesis
del fallador de instancia que lo condujo a denegar el exceptivo planteado.
RESUELVE:
Los Magistrados,