Recuso de Apelacion

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ROL: C-820-2021

TRIBUNAL: 2° JUZGADO DE LETRAS DE BUIN

CARATULADO: AGROCOMMERCE S.A / GALLARDO

CUADERNO: PRINCIPAL

DEDUCE RECURSO DE APELACIÓN.

S.J. DE LETRAS DE BUIN (2°).

GABRIEL MUÑOZ LEÓN, abogado por la parte demandante, en autos sobre


indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual derivada de ilícito penal,
caratulado “AGROCOMMERCE S.A / GALLARDO”, causa ROL C-820-2021, a S.S.
respetuosamente digo:

Que estando dentro de plazo legal y de conformidad a lo previsto en los artículos 189
y siguientes del Código de Procedimiento Civil, vengo en deducir recurso de apelación en
contra de la sentencia definitiva dictada por S.S., con fecha 24 de julio de 2023, y notificada
a esta parte con fecha 17 de agosto de 2023, por medio de la cual se ha dispuesto, primero,
que se acoge la excepción de prescripción opuesta por la demandada, segundo, que se rechaza
la demanda principal y subsidiaria deducidas por esta parte, y finalmente que se condena en
costas a la parte demandante, recurso que se deduce toda vez que la sentencia definitiva causa
diversos agravios a mi representada, solicitando desde ya que se conceda el recurso y se
eleven los autos a la Ilustrísima Corte de Apelaciones de San Miguel para que esta enmiende
conforme a derecho la referida sentencia, acogiendo la demanda principal o bien, la

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subsidiaria interpuesta por esta parte, además de dejar sin efecto la condenación en costas
impuesta, por los antecedentes de hecho y derecho que se pasan a exponer:

I. ANTECEDENTES DEL RECURSO.

Compareció en autos AGROCOMMERCE S.A y AGROCOMMERCE GESTION


S.A, ambas representadas legalmente por don Fernando Videla Leigh, interponiendo en lo
principal, demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual
derivada de delito penal, en procedimiento sumario, en contra de doña Denisse Solange
Gallardo Elgueta, ex trabajadora de la demandante, solicitando que sea condenada al pago de
los siguientes conceptos: a título de daño emergente, la suma de $6.612.369 (seis millones
seiscientos doce mil trescientos sesenta y nueve pesos); y a título de daño moral $10.000.000
(diez millones de pesos), esto como resultado de las defraudaciones realizadas por la
demandada, respecto del patrimonio de mi representada.

Esto, toda vez que, tal como se explicó latamente en la demanda que dio origen a los
presentes autos, la demandada doña Denisse Gallardo, en virtud de su cargo como jefa de
recursos humanos, realizó diversos pagos injustificados a su cuenta corriente, como también
a la cuenta su pareja don Miguel Angel Maldonado, y a su madre doña Gladys Elgueta
Barrios, pagando incluso las cotizaciones previsionales de esta última, quien nunca trabajó
para mis representadas, y quien además a la fecha de pago de dichas cotizaciones, trabajaba
en empresas “Ripley”. En consecuencia de este doloso actuar, la suma defraudada asciende
al monto de $15.087.511.-

Así las cosas, y en virtud de que la demandada y en ese entonces imputada pagó el
monto de $11.300.000 a título de indemnización de perjuicios como condición para acceder
a la suspensión condicional del procedimiento arribada en causa RIT O-10250-2016 del 2°
Juzgado de Garantía de Santiago, es que en esta instancia se busca recuperar la diferencia
entre el monto defraudado y el monto pagado, entre otros conceptos. De este modo, en la
acción principal se demandan los siguientes montos, como se detalla a continuación:

- A título de daño emergente: $6.612.369 (seis millones doscientos doce mil


trescientos sesenta y nueve pesos), que se desglosan del siguiente modo: i.

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$3.787.511 (correspondientes a la diferencia entre lo defraudado y lo pagado
por la demandada) y; ii. $2.824.858 (correspondiente al concepto de
honorarios por servicios de abogado querellante).

- A título de daño moral: $10.000.000 de pesos.

- Intereses, reajustes y costas de la causa.

En subsidio de la acción principal, en el primer otrosí de dicha presentación se deduce


acción de reembolso o actio in rem verso, fundada en el enriquecimiento sin causa que
favorece a la sra. Gallardo. Al respecto, se señala que se cumplen todos los presupuestos
necesarios para la procedencia de la acción en cuestión, a saber:

1. Que una de las partes experimente un empobrecimiento;

2. Que otra obtenga un enriquecimiento;

3. Una relación de causalidad entre ambos;

4. Carencia de causa; y

5. Interposición subsidiaria de la acción de in rem verso.

En virtud de esta acción se solicita que se condene a la demandada a la restitución del


monto por el cual se ha enriquecido sin causa, por la suma de $3.787.511 (tres millones
setecientos ochenta y siete mil quinientos once pesos).

Al contestar la demanda se interpone la excepción de prescripción extintiva tanto de


la demanda principal como de la subsidiaria. En cuanto a la etapa de prueba, esta parte citó a
audiencia confesional a la demandada, acreditando todo y cada uno de los hechos alegados
por expreso reconocimiento de doña Denisse Gallardo, además de la correspondiente prueba
documental rendida en su oportunidad, tendiente a acreditar todo lo alegado por esta parte.

La sentencia de primera instancia, acogió las excepciones de prescripción, rechazó


tanto la demanda principal como la subsidiaria y condenó en costas a esta parte, en un
razonamiento a juicio de esta parte erróneo, tal como se pasará a exponer.

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II. PRIMER AGRAVIO: RECHAZO DE LA DEMANDA PRINCIPAL DE
INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS EN SEDE
EXTRACONTRACTUAL.

En primer término, esta parte considera que la acción de indemnización de perjuicios


en sede extracontractual se ha interpuesto dentro de plazo, por haber operado la interrupción
civil, o a lo menos natural de la prescripción, criterio que no comparte la sentencia dictada
en autos, siendo este un razonamiento errado, pues vulnera expresas disposiciones legales, y
no considera el espíritu del legislador al momento de establecer las normas respecto a la
interrupción de la prescripción.

Al efecto, se debe considerar S.S., lo dispuesto en el Código Civil, pues señala el


artículo 2503, a propósito de la interrupción civil de la prescripción, que: “Interrupción civil
es todo recurso judicial intentado (...)”.

Es decir, es la ley la que realiza una distinción, pues si el legislador pretendiera que
solo se interrumpiera la prescripción con la interposición de la demanda civil, esto se
señalaría expresamente. De lo anterior, resulta lógico entender que “todo recurso judicial”
comprende perfectamente la interposición de la querella.

Por otro lado, tal como lo indica el demandado en su contestación, la prescripción


tiene relación con aquel que actuando de manera pasiva, demuestra que no tiene interés en
perseguir y/o ejercer ciertos derechos, esto evidentemente no ocurrió en el caso de marras,
pues el Holding empresarial que represento, desde el momento que se enteró de las
defraudaciones de la Sra. Gallardo (agosto 2016), ha buscado perseguir la responsabilidad de
la misma, tanto en el ámbito penal como en el ámbito civil, esto ha sido un actuar constante,
lo cual da cuenta de que precisamente la demandante de autos no ha tenido una actitud
pasiva al respecto, buscando se le reintegre e indemnice los perjuicios causados.

La tesis de esta parte ha sido compartida por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de


Santiago, en causa ROL 5757-2018, fallo de fecha 10 de junio de 2019, la cual fue bastante
clara al respecto:

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“QUINTO: Que en el caso de autos, lo que no se considera en en el fallo en
alzada, es que el problema se presenta en cuanto a la interrupción civil, es decir, la
controversia obliga a precisar el concepto de demanda judicial, a la cual el legislador
otorgó tal efecto jurídico. Al respecto, la expresión “demanda judicial” que emplea
el artículo 2518 del Código Civil, no debe entenderse restrictivamente referida sólo
a la demanda civil, en términos procesales estrictos, sino comprende cualquier gestión
que demuestre que titular de la acción activa las facultades jurisdiccionales de un
tribunal para obtener o proteger su derecho. Así se debe desprender del artículo 2503
del Código Civil, cuando al referirse a la interrupción civil de la prescripción la define
como “todo recurso judicial”.

Pues bien puestos en este ámbito, no cabe sino concluir que la querella
presentada por el demandante Manuela Burr Tapía en contra del demandado
Gustavo Valenzuela Raby por los delitos que motivan la demanda de autos,
constituye una clara manifestación de perseguir no solo la responsabilidad penal
(...)

Con lo expuesto, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 160 y


223 del Código de Procedimiento Civil, artículos 1698, 2284, 2316, 2319 y 2326 del Código
Civil, se declara:

I.- Que se rechaza la excepción de prescripción opuesta por la demandada.

II.- Que se revoca, con costas de la instancia la sentencia apelada (...)”.

Es decir, es clara y enfática la sentencia antes citada, ante el cómo debe entenderse la
expresión “demanda judicial” empleada por el artículo 2518, relacionado con el artículo 2503
que utiliza el término “todo recurso judicial”, e indicando que –tal como en el presente caso-
la interposición de la querella demuestra la conducta activa y participativa, de concurrir a un
tribunal de la república para proteger su derecho, es evidente que aquello no puede entenderse
como una actitud pasiva. Por lo demás, resulta del todo arbitrario restringir la expresión
“demanda judicial” y asumir que el legislador buscó señalar “demanda civil”, pues no solo

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resulta forzoso, sino que no considera que en nuestro ordenamiento jurídico existe diversidad
de materias (civil, laboral, penal, familia, cobranza, etc).

En el mismo sentido podemos citar al profesor Hernán Corral Talciani, que sostiene
lo siguiente:

“La jurisprudencia ha resuelto que la querella en el proceso penal servía como


interrupción, aunque la ley no lo estableciera de un modo expreso”: cfr. Corte de
Apelaciones de Santiago, sentencia de 1° de julio de 1986, RDJ, t. LXXXIII, sec. 4°, pág.
157 y Corte Suprema, 25 de abril de 1986, Fallos del Mes, N°329, p.149. 1

Por otro lado, en la reciente opinión de don Enrique Barros Bourie, es incluso más
amplia y laxa que la anteriormente expuesta:

“Se ha fallado que la expresión “demanda judicial” del precepto antes transcrito no
se refiere forzosamente a una demanda civil en términos procesales estrictos, sino a
cualquier gestión que demuestre de forma inequívoca que el acreedor pone en juego la
función jurisdiccional para obtener o proteger su derecho (Corte Suprema, 28.3.2005, rol
N°3074-2003); y que “la más reciente corriente de opinión sostiene que el término demanda
judicial no debe ser tomado en un estricto sentido procesal, sino en uno más amplio, bastando
que el acreedor recurra a los tribunales en demanda de protección, ya sea para cobrar
directamente su crédito, ya sea para efectuar las gestiones previas necesarias para hacerlo”
(Corte de Santiago, 16.12.2002, GJ 270, 96)”. 2

A mayor abundamiento, podemos citar una reciente sentencia de la EXCMA. Corte


Suprema, dictada en julio de 2022, la misma fue publicada con fecha 05 de julio de 2022,
en la sesión de noticias de la página web poder judicial, en los siguientes términos:

“La Corte Suprema rechazó el recurso de casación en el fondo interpuesto y


confirmó la sentencia que ordenó a condenado por abuso sexual reiterado, pagar

1
Citado en Corral Talciani, Hernán. 2013. Lecciones de responsabilidad extracontractual. Santiago: Thomson
Reuters, 2° edición actualizada, pág 403).
2
Barros Bourie, Enrique. 2020. “Tratado de Responsabilidad Extracontractual”. Tomo II. Santiago: Editorial
Jurídica de Chile, 2° edición actualizada, pags. 1033 y 1034).

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una indemnización total $55.000.000 a la madre y a la menor víctima del ilícito que
perpetró entre 2007 y 2013, en la comuna de San Ramón.

En fallo unánime, la Primera Sala del máximo tribunal –integrada por la


ministra Rosa Egnem, los ministros Juan Eduardo Fuentes, Mauricio Silva Cancino
y los abogados (i) Diego Munita y Héctor Humeres– descartó error de derecho en la
sentencia recurrida, dictada por la Corte de Apelaciones de San Miguel, que
confirmó la de primer grado que rechazó la excepción de prescripción de la acción.

“Que, ahora bien, la recurrente reprueba que el fallo concluya que la


interposición de una querella o la formalización del imputado sea una gestión
judicial idónea para interrumpir la prescripción extintiva de la acción civil que
nace del delito, en circunstancias que el Código Procesal Penal precisa cuáles son
las gestiones que producen la interrupción de la acción civil, asegurando que
ninguna de ellas se realizó antes de cumplirse el cuadrienio del plazo. En ese ámbito,
el recurso manifiesta que la formalización del imputado se produjo el 30 de
noviembre de 2017 y la sentencia en procedimiento abreviado, data del día 19 de
diciembre de 2017, de modo que ‘solo produjo el efecto de interrumpir el plazo para
computar la prescripción extintiva durante 20 días, plazo mucho menor a los 6 meses
que demoró la demandante en notificar la demanda de autos”, plantea el fallo.

La resolución agrega que: “Empero, esta conclusión de la recurrente


también es equivocada ya que la interrupción de la prescripción de que trata el
artículo 2518 del Código Civil tiene un doble efecto y finalidad pues, en primer
término, paraliza el curso del término de la prescripción y, enseguida, hace ineficaz
todo el tiempo transcurrido hasta que se produce el acto interruptivo. Ambas
consecuencias aplican, ya sea que la interrupción resulte del reconocimiento del
deudor (interrupción natural) o si proviene de una demanda judicial (interrupción
civil)”.

“De este modo, no es posible sostener que la prescripción se ‘interrumpió’


solo por veinte días –entre la data de la formalización del imputado y la dictación de
la sentencia definitiva– pues una vez interrumpido el término de prescripción, deberá

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determinarse el punto de partida de un nuevo término de prescripción, para lo cual
será indispensable tener en cuenta la causa o el motivo determinante de la
interrupción, esto es, si se trata de una interrupción civil o natural”, añade.

“Luego, el planteamiento del recurso tampoco permite justificar la infracción


del artículo 2332 del Código Civil en los términos que propone la impugnante, pues
el efecto que menciona se vincula más bien al instituto de la suspensión de la
prescripción, que es regulado en preceptos distintos a los que nutren el recurso de
nulidad que se viene analizando”, afirma el fallo.

“Que, por otra parte –continúa–, los jueces han concluido que el lapso de
prescripción de la acción de indemnización de perjuicios intentada en la especie,
previsto en el artículo 2332 del Código Civil, empezó a transcurrir en el año 2013,
cuando se perpetró el hecho ilícito; que ese término fue interrumpido con la
formalización de cargo y posterior acusación del Ministerio Público, la que culminó
con la sentencia condenatoria de fecha 19/12/2017, y que a esa data comenzó a
transcurrir un nuevo término de prescripción que fue interrumpido con la
interposición y notificación de la demanda de autos, actuaciones realizadas los días
27 de diciembre de 2017 y 21 de junio de 2018, respectivamente”.

Para la Sala Civil, en la especie: “(…) aun cuando este tribunal de casación
no compartiera esos razonamientos que esgrimen los juzgadores para explicar la
razón por la cual la acción de autos debe entenderse vigente, esa discrepancia no
sería suficiente para prestar acogida al recurso, pues el mérito de los antecedentes
enseña que no es posible concluir que el término de prescripción de la acción hubiese
transcurrido a la data de notificación del libelo pretensor”.

“En efecto, esta Corte ya ha tenido ocasión de señalar que tanto alguna
doctrina como cierta jurisprudencia han reconocido circunstancias en las que
corresponde considerar el plazo de prescripción del citado artículo 2332 desde una
fecha posterior a la de la perpetración del acto, refiriendo que ello puede acontecer
cuando el daño no se manifiesta sino tiempo después de perpetrado el acto o cuando

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el ilícito se prolonga en el tiempo, generando un daño continuado, razona el máximo
tribunal.

“En el primer caso –ahonda–, que corresponde a la hipótesis de los daños


diferidos, el plazo se contaría desde que el daño se manifiesta a la víctima y en la
segunda situación, para computar el término de prescripción debe dilucidarse si el
demandante tenía a su disposición recursos legales para poner término al acto ilegal
que le afecta y, en ese evento, si lo ejerció o no, a pesar de no tener impedimento
para utilizarlos. (Corte Suprema, fallos recaídos en los roles Nros. 94.837-2020 y
17.216-2015)”.

“Que sobre ello debe considerarse que, a diferencia de la responsabilidad


penal o infracción, ‘el objeto de la responsabilidad civil no es expresar un juicio de
reproche, sino corregir el efecto adverso que el hecho del demandado ha causado a
la víctima’ y, por ello, ‘el daño es condición indispensable bajo cualquier régimen
de responsabilidad civil’ (Barros Bourie, Enrique, Tratado de Responsabilidad
Extracontractual”, Ed. Jurídica de Chile, 2007, pág 215)”, cita.

“Luego, en la precisa materia que corresponde definir en autos, se advierte


que una interpretación literal de la norma contenida en el artículo 2332 del Código
Civil –esto es, que es el hecho del demandado el momento que determina el plazo de
prescripción de la acción– podría conducir, en palabras del autor citado, ‘a que la
acción indemnizatoria nazca prescrita si el daño se produce o manifiesta después
de ejecutado el hecho’. Y refiere el profesor Barros B. que esa interpretación literal
era ‘una doctrina muy extendida en el primer siglo de vigencia del Código, pero que
se encuentra en retirada’, añadiendo que ‘La responsabilidad civil tiene por requisito
fundamental el daño producido por el hecho del cual se pretende hacer responsable
al demandado. En circunstancias que el perjuicio sólo puede ser contemporáneo o
posterior (y nunca anterior) al hecho que lo provoca, el daño es siempre el elemento
que determina el momento en que se consuma la perpetración del delito o cuasidelito
civil y nace la obligación indemnizatoria. En efecto, si el daño es contemporáneo al
hecho que genera la responsabilidad, concurren simultáneamente todos los
elementos que la condicionan; si es posterior, solo desde entonces habrá lugar a la
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acción indemnizatoria, porque la sola ilicitud de la conducta no da lugar a la
responsabilidad civil.
Y por eso, ‘la prescripción solo puede correr desde que la acción está
disponible, o más precisamente, como decía Pothier, ‘desde el día en que el acreedor
ha podido entablar su demanda’. (Ob. citada, págs. 922 y 923).
En similar sentido se pronuncian los profesores Pablo Rodríguez Grez en
‘Responsabilidad Extracontractual’, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1999, p.
483, Hernán Corral Talciani, en ‘Lecciones de Responsabilidad Extracontractual’,
Legal Publishing Thomson Reuters, Santiago, 2013, 2ª ed., p. 401, René Abeliuk
Manasevich en ‘Las Obligaciones, Thomson Reuters- La ley, Santiago, 2014, 6ª edic.,
T. I, N° 326, y Fabián Elorriaga de Bonis, en ‘Del día de inicio del plazo de
prescripción de una acción indemnizatoria cuando el perjuicio se ha manifestado con
posterioridad al hecho que lo origina’, en CORRAL T., Hernán (Editor),
‘Prescripción extintiva. Estudios sobre su procedencia y funcionamiento en Derecho
Público y Privado’, Cuadernos de Extensión Jurídica, Universidad de Los Andes, N°
21, 2011, pp. 39-62.), citados por el autor don Ramón Domínguez Águila en su
artículo ‘Comentarios de Jurisprudencia’, Revista de Derecho N° 241, Enero a Junio
de 2017, pág. 167, ISSN 0303-998”. Complementa.

“Que, entonces –colige–, si la prescripción extintiva se encuentra estatuida


como una sanción para el acreedor negligente que no reclama oportunamente su
derecho, nada puede reprocharse en la especie a la actora, en la medida que el
mérito del proceso demuestra que el hecho ilícito cometido por el demandado solo
fue develado por la hija de la actora en el año 2016 –época desde la cual fue conocido
por esta– y que la víctima directa del hecho dañoso no podía ocurrir directamente
para reclamar el resarcimiento del daño atendida su minoría de edad, pudiendo
estimarse además, de acuerdo a cierta doctrina, que por esa misma circunstancia
3
toda prescripción que en su contra pudiera correr se encontraba suspendida”.

3
Página web del Poder Judicial https://www.pjud.cl, sección Prensa y comunicaciones, noticias del poder
judicial, publicado con fecha 05 de julio de 2022, https://www.pjud.cl/prensa-y-comunicaciones/noticias-
del-poder-judicial/75773

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Al respecto y en directa relación con el fallo antes citado, se hace presente que mi
representada se enteró de los pagos fraudulentos en agosto de 2016, es decir es ese el
momento en que se puede interponer la acción y no antes, ocurriendo la situación descrita en
el fallo antes citado, y por lo demás, se hace presente en la causa seguida ante el 2° Juzgado
de Garantía de Santiago, hubo diversas solicitudes de formalización de la investigación, cuya
realización se aplazó única y exclusivamente por el hecho de que en aquel momento (año
2020) comenzó la pandemia por Covid19, la cual trajo como consecuencia estados de
excepción constitucional y leyes que suspendían los plazos de prescripción, y constantes
suspensiones de audiencias fijadas en aquella época.

En el mismo sentido, existen otros fallos de la EXCMA Corte Suprema que han
entendido que la querella criminal interrumpe la prescripción civil.4

Por otro lado, se puede aplicar por analogía la posición ya asentada y reiterada de la
Excelentísima Corte Suprema, en virtud de la cual se ha entendido que la notificación de la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva, interrumpe civilmente la prescripción, considerando
a la gestión preparatoria como un “recurso judicial” conforme a lo dispuesto en el artículo
2503 del Código de Bello, y en ese sentido no siendo la gestión preparatoria una demanda
propiamente tal, tiene la aptitud para interrumpir la prescripción. Es por esto que, se debe
realizar una sistematización de las normas establecidas en el Código Civil, Código de
Procedimiento Civil, y Código Procesal Penal, y atender al espíritu del legislador.

En consecuencia, perfectamente se puede dar el mismo tratamiento a la querella,


confiriendo así la capacidad de interrumpir la prescripción, resultando arbitrario si se
entendiera que una gestión preparatoria si puede tener la capacidad de interrumpir la
prescripción pero la querella no, pues no existe un motivo fundado para realizar dicha
distintición.

Asimismo, se produce – a juicio de esta parte, de manera evidente e indiscutida- la


interrupción natural de la prescripción, a saber, el artículo 2518 señala que la prescripción se

4
RDJ, Ts. 32, sec. 1° Pág. 347; 50, sec. la, pág.320, y 62, sec. 4a., pág. 167.

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puede interrumpir naturalmente, cuando el deudor reconoce la obligación, ya sea expresa o
tácitamente.

En el caso de marras, estamos frente a una interrupción natural de la prescripción por


un reconocimiento tácito de la obligación, esto, en relación con lo dispuesto en el artículo
240 inciso primero del Código Procesal Penal que establece lo siguiente:

“Efectos de la suspensión condicional del procedimiento. La suspensión condicional


del procedimiento no extingue las acciones civiles de la víctima o de terceros. Sin embargo,
si la víctima recibiere pagos en virtud de lo previsto en el artículo 238 letra e), ellos se
imputarán a la indemnización de perjuicios que le pudiere corresponder”.

A su vez, el artículo 238 letra E) del Código ya citado, reza:

“Condiciones por cumplir decretada la suspensión condicional del procedimiento. El


juez de garantía dispondrá, según correspondiere, que durante el período de suspensión, el
imputado esté sujeto al cumplimiento de una o más de las siguientes condiciones:

e) Pagar una determinada suma, a título de indemnización de perjuicios, a favor de


la víctima o garantizar debidamente su pago. Se podrá autorizar el pago en cuotas o dentro
de un determinado plazo, el que en ningún caso podrá exceder el período de suspensión del
procedimiento;”

En razón de los preceptos anteriormente citados, se observa que es precisamente lo


que ocurre en el caso de autos, pues en la causa penal seguida ante el 2° Juzgado de garantía
de Santiago en contra de la imputada Denisse Gallardo, se decretó la suspensión condicional
del procedimiento, pagando así una suma -a título de indemnización de perjuicios- a
AGROCOMMERCE S.A, de lo anterior surgen varias preguntas ¿procede la indemnización
de perjuicios si no existió dolo o culpa, nexo causal y daño? ¿Existe un sentencia que condene
a al pago de la indemnización de perjuicios sin concurrir los requisitos de la responsabilidad
extracontractual? ¿Una persona inocente pagaría dicho monto, o solo alguien que reconoce
tácitamente su actuar?.

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Dicho de otro modo, la suspensión condicional del procedimiento no supone per sé
un reconocimiento de la responsabilidad, pero siempre se debe estar al caso en concreto y de
un análisis lógico de lo ocurrido, resulta lógico que pagar una suma de $11.300.000 a título
de indemnización de perjuicios, importa un reconocimiento tácito de la deuda y en
consecuencia una interrupción natural de la prescripción conforme a lo dispuesto en el
artículo 2518 del Código Civil.

Asimismo, señala la demandada en su contestación que en la suspensión condicional


del procedimiento no se inmiscuye la víctima, pues es un acuerdo entre el fiscal y el
imputado, sin embargo en este caso en particular, la suspensión condicional impacta
directamente a la víctima, distinto sería sí la condición impuesta hubiese sido -por ejemplo-
abstenerse de frecuentar determinados lugares o personas, someterse a un tratamiento
médico, psicológico o de otra naturaleza, o fijar domicilio e informar al órgano persecutor,
pues en aquellos casos –lógicamente- no se hubiese interrumpido naturalmente la
prescripción al no importar un reconocimiento tácito de la deuda, y en consecuencia no habría
tenido relación alguna con la víctima, no obstante de esta circunstancia no se hace cargo la
demandada, ya que solo se limita a señalar que el hecho de que se decrete la suspensión
condicional del procedimiento no implica un reconocimiento de responsabilidad.

En relación con lo anterior, se puede citar la sentencia de la Ilustrísima Corte de


Apelaciones de Santiago, en fallo de fecha 26 de junio de 2014, causa ROL 7536-2013, que
falló en concordancia con la tesis de esta parte, como se puede observar:

“Que a mayor abundamiento, se ha producido en la especie la interrupción natural


de la prescripción a que se refiere el artículo 2518 del Código Civil, en virtud del
reconocimiento tácito que ha hecho de la obligación la demandada al pagar una
indemnización de perjuicios como condición de la suspensión condicional del
procedimiento penal…”

El mismo criterio ha aplicado la Excelentísima Corte Suprema, que ha fallado lo


siguiente:

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“En consecuencia, si bien por lo dispuesto en el artículo 240 del Código
Procesal Penal la suspensión condicional del procedimiento no extingue las acciones
civiles de la víctima o de terceros, ese instituto tampoco permite entender
interrumpida naturalmente la prescripción de la acción civil, sino en la medida que
lo manifestado en el acuerdo diga precisa relación con los hechos invocados en la
pretensión resarcitoria posterior. Es decir, que lo obrado en sede penal constituya
un reconocimiento del deudor de la obligación civil, ya expresa, ya tácitamente”. 5

Luego, en relación a la interrupción natural de la prescripción, el máximo tribunal de


nuestro país ha señalado lo siguiente, en fallo de causa ROL N°2863-2008:

“SEGUNDO: La interrupción natural puede adoptar dos formas de manifestación:


expresa o tácita, pero es siempre un acto del deudor. La interrupción natural se trata siempre
de un acto unilateral, que no requiere de aceptación del acreedor para su perfeccionamiento.
“La interrupción natural es, en consecuencia, todo acto del deudor que importe un
reconocimiento de la deuda, ya sea que lo diga así formalmente, o se deduzca de actuaciones
suyas, como efectuar abonos, solicitar prórrogas, o rebajas, otorgar nuevas garantías,
constituirlas si la obligación no las tenía, etc.” (René Abeliuk M., op. cit, p.781)”.6

Por otra parte, una situación que causa un agravio evidente a esta parte S.S., es el
hecho de que en el considerando décimo de la sentencia, se señala como requisito de la
interrupción de la prescripción de la acción civil, la formalización de la investigación,
posteriormente en el considerando undécimo se señala que en la causa penal que da origen a
los autos, no se efectuó la formalización, y por tanto en realidad no se puede considerar
interrumpida la prescripción, tal como se pasa a observar:

5
Primera Sala Civil, de la Excelentísima Corte Suprema, considerando N°13 del fallo dictado con fecha 06 de
noviembre de 2019, causa ROL N°1381-2018.
6
Fallo en el mismo sentido: Causa ROL N°4727-2007, Excelentísima

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Lo anterior, no sólo no toma en consideración lo señalado expresamente en la
demanda interpuesta por esta parte, sino que tampoco tiene en cuenta la prueba documental
acompañada, en específico lo contenido en el “e-book o carpeta electrónica digital” de la
causa RIT O-10250-2016 RUC 1610035532-2, que se acompañó en el cuarto otrosí del
libelo, pues en dicho documento consta que efectivamente se formalizó a la demandada
por el delito de estafa previsto en el artículo 468 en relación al 467 inciso final del Código
Penal, en grado de consumado y calidad de autora e incluso se decretó la medida cautelar
del artículo 155 letra c) del Código Procesal Penal, esto es la firma mensual.

En consecuencia S.S. ILTMA, es absolutamente arbitrario y carente de razón lo


dispuesto en la sentencia apelada, pues derechamente desconoce el hecho de que se formalizó
a la demandada Denisse Gallardo, y por lo tanto que si se puede entender interrumpida la
prescripción.

Por otro lado, compartimos lo señalado por la parte demandada en su contestación,


en cuanto a que el derecho prescribe por la inactividad del actor por el lapso de 4 años, sin
embargo de la sola lectura de los antecedentes expuestos, y de los documentos acompañados
en la demanda, se puede observar que, lo que menos ha tenido mi representada es un actuar
pasivo / inactivo en relación a obtener se le reembolse por el engaño sufrido.

Pues consta que los hechos que dieron origen a las acciones incoadas por mis
representadas, datan del periodo comprendido entre el 10 de junio 2015 y el 15 de marzo de
2016, y es en el mismo año 2016 que mi representada interpone la querella criminal, y desde
entonces tiene un comportamiento activo en el proceso penal, luego la audiencia de
suspensión condicional del procedimiento tiene lugar el año 2021, es en el mismo año que se
interpone la demanda civil, es decir, desde que ocurrieron los hechos, mi representada

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jamás ha tenido un actuar pasivo, sino que como podrá observar S.S:, todo lo contrario, a
fin de que se haga justicia por las defraudaciones cometidas por la sra Gallardo, quien abusó
de la confianza depositada en su cargo.

En consecuencia de los argumentos expuestos anteriormente S.S., es que esta parte


estima que la acción debió ser acogida, rechazando la excepción de prescripción intentada
por la contraria, por haber operado la interrupción de la prescripción, ya sea civil o
naturalmente.

III. SEGUNDO AGRAVIO: RECHAZO DE LA DEMANDA SUBSIDIARIA


“ACTIO IN REM VERSO”.

En cuanto al rechazo de la demanda subsidiaria de acción in rem verso por


enriquecimiento sin causa, esta parte se referirá únicamente al enriquecimiento sin causa a la
demandada de autos doña Denisse Gallardo, señalando al efecto que los considerando
“décimo séptimo” y “décimo octavo” de la sentencia apelada yerran al considerar que la actio
in rem verso se encuentra prescrita.

En primer lugar, la actio in rem verso, al ser una acción ordinaria, se rige por lo
dispuesto en el artículo 2515 del Código Civil, es decir, se pueden interponer dentro del plazo
de 5 años.

En consecuencia, postularemos dos tesis alternativas, que ambas llevan a una sola
conclusión: la actio in rem verso o de enriquecimiento sin causa no se encuentra prescrita,
por lo que erróneamente se acogió la excepción de prescripción a su respecto.

a. La formalización interrumpe la prescripción civil.

Cómo primera opción S.S., y estando de acuerdo con lo planteado en el considerando


décimo de la sentencia apelada, que señala que la formalización de la investigación provoca
la interrupción de la prescripción, se debe señalar, tal como se indicó en el acápite anterior
respecto de la demanda principal, que en el caso de autos, si se formalizó la investigación
respecto de Denisse Gallardo, por el delito de estafa, en calidad de autora, grado de
ejecución consumado, es decir, se incurre en un error en el considerando undécimo, pues

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señala que, al no constar que se formalizó la investigación, no es posible tener por cumplido
dicho requisito, y en consecuencia señala que la prescripción no fue interrumpe, lo cual a
juicio de esta parte es -evidentemente- erróneo, tal como se explicó previamente.

Por consiguiente, si consideramos que el plazo de prescripción de la acción de


repetición por enriquecimiento sin causa es de 5 años, y que la formalización ocurrió con
fecha 28 de septiembre de 2020, es decir, se interrumpió la prescripción con esa fecha, y
además del hecho que la demanda subsidiaria fue interpuesta el 04 de junio de 2021 y
notificada el día 28 de julio de 2020, se puede llegar a la conclusión de que la misma no se
encuentra prescrita.

Para un mejor entendimiento, podemos observar la siguiente “línea de tiempo”, que


explica claramente lo ocurrido:

Hechos Formalización Interposición DDA. Notificación DDA.

06/2015- 28/09/2020 04/06/2021 28/07/2021

03/2016 (Interrupción)

*08/2016

Es decir, de la línea del tiempo que se aprecia, podemos llegar a la conclusión de que
la actio in rem verso fue efectivamente interpuesta y notificada dentro de plazo, por
haberse producido la interrupción de la prescripción por la formalización de la investigación,
de este modo, no debió acogerse la excepción de prescripción opuesta por la demandada.

El ejercicio mental nos lleva a la misma conclusión, tanto si contamos desde marzo
de 2016, es decir desde la perpetración de los últimos hechos, como desde agosto de 2016,
que es el momento en que mi representada se entera de los pagos fraudulentos y sin causa,

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por lo que es recién desde ese momento en que se puede interponer la acción y no antes, tal
como lo indica Pothier. 7

Así las cosas S.S. ILTMA, es perfectamente procedente acoger la actio in rem verso,
y en consecuencia ordenar se realice el pago por la diferencia entre lo defraudado y lo pagado
a título de indemnización de perjuicios por la suspensión condicional del procedimiento, esto
es, la suma de $3.787.511 (tres millones setecientos ochenta y siete mil quinientos once
pesos).- más intereses, reajustes y costas, a fin de evitar el enriquecimiento sin causa de la
sra. Gallardo.

b. La suspensión condicional del procedimiento importa una interrupción natural


de la prescripción.

Como segunda alternativa S.S. ILTMA, y en virtud de los extensos argumentos ya


expresados a favor de que, según la naturaleza de la condición impuesta en razón de la
suspensión condicional del procedimiento, como lo es en este caso, el pago de una suma de
dinero que se entiende a título de indemnización de perjuicios por disposición expresa del
artículo 240 del Código Procesal Penal, es que se produce un reconocimiento tácito de la
deuda, y en consecuencia una interrupción natural de la prescripción conforme a lo dispuesto
en el artículo 2518 del Código Civil, ya revisado.

Dicha posición se fundamenta con diversas sentencias de la EXCMA Corte Suprema,


que ha arribado a la conclusión de que el pago de una indemnización de perjuicios importa
un reconocimiento tácito de la deuda, y por tanto interrumpe la prescripción.

Por otro lado, y siguiendo también el asentado criterio que ha seguido en reiteradas
ocasiones la EXCMA Corte de nuestro país, en relación a aquella hipótesis en que, se debe

7
Ver página 10, nota al pie de página N°3 , https://www.pjud.cl/prensa-y-comunicaciones/noticias-del-
poder-judicial/75773

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contar el plazo desde que se produce el daño y no desde la perpetración propiamente tal, lo
que ha sido compartido por juristas y profesores reconocidos. 8 9 10 11 12

Pues de lo contrario estaríamos ante la hipótesis de que la acción nace prescrita, lo


cual claramente resulta contrario a derecho y a la garantía fundamental del derecho a la
acción. Al respecto se vuelve a hacer presente que la demandante se enteró de los hechos
recién en agosto de 2016.

En ese sentido S.S., y realizando nuevamente la prevención de que la actio in rem


verso tiene un plazo de prescripción de 5 años, podremos observar lo siguiente:

Hechos Formalización Suspensión C. del Proc. Interposición DDA. Notif. DDA

08/2016 28/09/2021 04/06/2021 04/06/2021 28/07/2021

(reconocimiento tácito)

De lo anterior, podrá colegir S.S., que efectivamente se interrumpió la prescripción,


en este caso, de manera natural, por haber operado el reconocimiento tácito de la deuda, pues
como ya se indicó reiteradamente en otros acápites del presente recurso, el pago de la ex
imputada Denisse Gallardo, a título de indemnización de perjuicios, implica necesariamente
un reconocimiento tácito de la deuda, pues de no existir daño, relación causal y culpa o dolo,
no podría existir una indemnización de perjuicios.

8
Pablo Rodríguez Grez en ‘Responsabilidad Extracontractual’, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1999, p.
483.
9
Hernán Corral Talciani, en ‘Lecciones de Responsabilidad Extracontractual’, Legal Publishing Thomson
Reuters, Santiago, 2013, 2ª ed., p. 401
10
René Abeliuk Manasevich en ‘Las Obligaciones, Thomson Reuters- La ley, Santiago, 2014, 6ª edic., T. I, N°
326
11
Fabián Elorriaga de Bonis, en ‘Del día de inicio del plazo de prescripción de una acción indemnizatoria
cuando el perjuicio se ha manifestado con posterioridad al hecho que lo origina’, en CORRAL T., Hernán
(Editor), ‘Prescripción extintiva. Estudios sobre su procedencia y funcionamiento en Derecho Público y
Privado’, Cuadernos de Extensión Jurídica, Universidad de Los Andes, N° 21, 2011, pp. 39-62.).
12
Todos citados por el autor don Ramón Domínguez Águila en su artículo ‘Comentarios de Jurisprudencia’,
Revista de Derecho N° 241, Enero a Junio de 2017, pág. 167, ISSN 0303-998”

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Por consiguiente S.S. ILTMA, solo cabe arribar a la conclusión de que la acción
subsidiaria fue efectivamente interpuesta dentro de plazo, por lo que la sentencia incurre
en un error que causa un evidente agravio a esta parte.

Asimismo, se hace presente que tal como se indicó en el primer otrosí del libelo, se
señaló latamente que concurren todos los requisitos exigidos para la concurrencia de la acción
in rem verso.

En consecuencia S.S. ILTMA, y tal como ya se indicó es perfectamente procedente


acoger la actio in rem verso, y en consecuencia ordenar se realice el pago por la diferencia
entre lo defraudado y lo pagado a título de indemnización de perjuicios por la suspensión
condicional del procedimiento, esto es, la suma de $3.787.511 (tres millones setecientos
ochenta y siete mil quinientos once pesos).- más intereses, reajustes y costas, a fin de evitar
el enriquecimiento sin causa de la sra. Gallardo.

IV. TERCER AGRAVIO: IMPROCEDENCIA DE LA CONDENA EN


COSTAS.

Finalmente S.S., vengo en alegar como agravio, la condena en costas, por cuanto mi
representadas han tenido motivo plausible para litigar, como ha quedado demostrado a lo
largo de la tramitación del juicio, en efecto, al observarse por ejemplo, la prueba confesional,
quedó acreditada la circunstancia de que la demandada respondió afirmativamente a todas y
cada una de las preguntas efectuadas del pliego de posiciones, de lo anterior se sigue que, no
es un hecho discutido la defraudación realizada por Denisse Gallardo, en la que se benefició
de la confianza depositada en su persona, para realizar actos fraudulentos y engañosos que
beneficiaron a su patrimonio, en ese sentido mis representadas como víctimas y demandantes,
tienen derecho a ejercitar la acción correspondiente, siendo ésta una garantía constitucional
reconocida para todas las personas tanto naturales como jurídicas.

Por otro lado, a juicio de esta parte y tal como se fundamentó en el presente recurso,
la acción fue interpuesta dentro de plazo, por lo que resulta válido plantearlo en juicio,
además las instituciones jurídicas que concurren en autos, y su resolución no son un tema

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pacifico ni en la doctrina ni en la jurisprudencia, esto no corresponde a meras afirmaciones
de esta parte para justificar su pretensión, sino que también fundamos nuestras alegaciones
con sentencias de los Tribunales superiores de justicia, y jurisprudencia que sustentan nuestra
posición.

En ese sentido resulta poco razonable e incluso injusto y contrario a derecho para la
demandante, que se le condene en costas por buscar una indemnización de perjuicios
absolutamente lícita o bien se le reintegre lo defraudado, a consecuencia de un delito penal,
que se encuentra debidamente acreditado.

En consecuencia y conforme a lo dispuesto en el artículo 144 del Código de


Procedimiento Civil, aplicable en la especie, solicito se revoque la sentencia en cuanto a la
condena en costas a esta parte, por ser improcedente. Al efecto, dicho artículo en su inciso
primero reza lo siguiente:

“La parte que sea vencida totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada
al pago de las costas. Podrá con todo el tribunal eximirla de ellas, cuando aparezca que ha
tenido motivos plausibles para litigar, sobre lo cual hará declaración expresa en la
resolución”.

V. PETICIONES CONCRETAS.

En razón de las consideraciones de hecho y de derecho ya expresadas, solicito a S.S.,


tener por interpuesto dentro de plazo legal, recurso de apelación en contra de la sentencia
definitiva de primera instancia dictada con fecha 24 de julio de 2023, notificada a esta parte
con fecha 17 de agosto de 2023, en cuanto causa agravio a esta parte al rechazar tanto la
demanda principal de indemnización de perjuicios como la subsidiaria de actio in rem verso,
además de condenar en costas a esta parte; acogerlo a tramitación y ordenar elevar los autos
ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de San Miguel a fin de que ésta proceda a revocar
la sentencia recurrida y resuelva en su lugar que se acoge la demanda principal de autos en
todas sus partes condenando a la demandada al pago de $6.612.396 por concepto de daño
emergente, de $10.000.000 por concepto de daño moral más intereses, reajustes y costas, o

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la suma que S.S., estime conforme a derecho, o en subsidio, se acoja la actio in rem verso
por enriquecimiento sin causa interpuesta de manera subsidiaria, condenando a la demandada
a la restitución de $3.787.511, más intereses, reajustes y costas, o la suma que S.S., estime
conforme a derecho, además de revocar la condena en costas a la parte demandante.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y de conformidad a lo dispuesto en el artículo


186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, además de las otras normas legales
citadas,

RUEGO A S.S., tener por interpuesto recurso de apelación en contra de la sentencia


definitiva de primera instancia y concederlo para ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de
San Miguel, ordenando se eleven los autos, a fin de que ésta enmiende con arreglo a derecho
la sentencia impugnada, revocando y declarando que:

1. Se acoge la demanda principal de indemnización de perjuicios en sede


extracontractual en todas sus partes, condenando a la demandada al pago de $6.612.396 por
concepto de daño emergente, y de $10.000.000 por concepto de daño moral, más intereses,
reajustes y costas, o la suma que S.S., estime conforme a derecho;

2. En subsidio, en caso de no acoger la demanda principal, se acoja la actio in rem


verso por enriquecimiento sin causa interpuesta de manera subsidiaria, condenando a la
demandada a la restitución de $3.787.511, más intereses, reajustes y costas, o la suma que
S.S., estime conforme a derecho; y

3. Se deje sin efecto la condena en costas a la parte demandante.

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